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DELAS ALMAS ALAS
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récticamente tocoslos__|_avoluntarios a rememorar hpotéticas
jestucios que sehen tea | vides pasadss, dio que al contrario
Tzadoconcluyenquelas | de lacreencia popuiar, éstas resutta-
ECMson acentecimientos | ron ser muy corres y anonimas.
‘genuinos. Son fenémenos | Aquelode haber sido en otra vida
muyciferentes del tipo de Napoleén o Cleopatra no deja de ser
lucineciones causadas por corwul tun sucedneo de la cultura de masas
siones temporales, diogas, desperso- | muy presente.en el flor.
nalzacion psicol6gics causads por el
esirés oalucinaciones autoscépicas
patolégicas, Asilo evidencié también
Unestudio de Kenneth Ring, de la
Universidad de Connecticut. Durante
dbs aos entrevista 102 supervivien-
tos de ECM. Intredujo otra variable,
al comprobar edmo las posibiidades
cde experimentar una ECM varian
lgeramente de acuerdo con ia forma
Elaceptar la reencamacion require
Un giro completa de las actucies
inculeades en la identiicacion vide-
‘cuerpo. Algunos cientifioas ala hora
dk intentar explirciertos casos
cde reencamacion, hablen de que la
memoria se transfiere de generacion
‘en qua se muere. Los enferrnas fen ganeracin por medio del ADN.
‘encabezen lalista, eeguides porlos | Seafimma que los prodigios estén q
accidentados, siendo menos probable | inmersos de alga manera en ese x
‘en elcaso de los suicides.
Moody, que llevé a cabo cientos de
‘matafial genético. Curiosamenta, 23
es el ninero cabalistico que aude a
regresiones hipnéticas conduciendo la musrio-trensformacion: en su inter-NUEVA CONCIENCIA
rotacién esotérica, los rabinos se
anticiparon al descubrimiento de que
cuando un nifio 0 una nia nace, es
23 elmimeto de pares de sus cro-
mosorras. Pensar en pusrtas grato-
figs en cuanto a la existencia es algo
tontador.Platon deca que el aima no
conoce, erecuerday. Un proverbio
muy conocido entre ls hindes es
anta mata somata, que se refiere
‘a que el préximo nacimiento de un
hombre depende de ls idees que
teniaal movi.
La prueba més prometedora refe-
rente a la reencarnacién surge de un
modo espontaneo, especialmente
en tos rifas. En el Libano rural, don-
de los comentarios de rifles sobre
vidas pesedas no escandalzan, los
casos de reencamacién aleanzé
Un indice de al menas uno por cada
uinientos habitentes,
Jos Fisher nos reporta un apa-
sionante caso de entre miles, el de
la pequeria omy Crees. Esta nia
ia haber sido Joe Willams, es-
pasa de Sheila y padre de tres i
rps. Una y ota vez describia su
su muerte en accidente de moro,
‘Tan porsistentes fusron sus relatos
con tan sélo tres afos, que sus pe-
des acordaron finalmento vsitara
Herendra Baneraee, investigadora
‘especiaizada en «memoria extrace-
rebeels. Una comision investigadora
partis con Romy hacia Charles City
‘tas recoplar multitud de datos por
boca de la nia: «Yo fuia a escuela
cde Chatles City»; «a mama le duele
la piema aul (senakindose la
piema derecha): «nama Wiliams
0 llama Louise; hace tiempo que
ola veor, «vivimas en una casa
de lacs rojoss. Aun estan la
ccomision de camino, l pequatia
se revolia en suasiento habianco
scbrelos gustos de quien habla
sido su madre en una vida anterior
iTenemos que comprar flores, a
mamé Willams le encantan las
flores azuies, y cuendo leguernos
al no padremos entrar por la puerta
principal, sino por a trasera
Alcarzado el dastino, una do las
precicciones no era correcta, la casa
ro era una casa de lclos rojos,
sino un bungalé blanco. Previamen-
to, lanina, presa de la excitacion,
habia empujaco la puerta princioa
ddondo un cartel rozabe: «Por favor,
or la puerta traseray, como ella
habia predicho, No hubo respuesta
inicial a fa primera lsmada al imbre,
eroal final, una anciana con el pelo
lleno de horquilas abrio la puerta
Lactra informacion se ajustaba ala
realidad, puesto que la anciana lucia
Un apretado vende en la pera
dorecha, Se produjo una inmeciata
‘comuricacion entrela pequetia yla
anciana, se dieron besos y abra-
Lacanision
inesighelcan | 209 una vezla sefiora Williams hubo
deforyOees —_desenvuelto las flores, quedando
cmdnoqees | desconcertada, Laanciana revel6
inpaxbegala que eltimo regalo que recibiera
rife de subi habla sido un ramillete de
vty tn flores azuladas,
is doles ‘Su perplejded fue en aumento
land la nifia fue desgranando
recuerdos famifares. «{Dénde con-
sigud la nia tanta y precisa infor
macién?s, exclamé la anciana. «Yo
no conazconia vosotros ria nade
dle vuestra poblacién, Entonoes la
mujer, que contaba satanta y seis
‘fos, expicd por gue viv en un
bungale bianco, cosa que le habia
pparecido extrafiaala nia a su laga-
dla, «Wiviamios en una casa de lackilo
Tojo, pero fue destruida por un ter
ble tomado hace diez afos. Fue Joe
uien nos ayudé a constr la casa,
e insists en mantener la puerta prin-
‘cal cerrada en nvierno».
Laseftora Willams interumpi6
su conversacion y se encamin6 a
TRANSMIGRACION Y SUPERVIVENCIA3cién del lado, saliendo
lanifa tras ell. Al paco tiempo
volvieron de la mano, ls pequera
portaba un marco con la fotografia
de Joe, Sheila y kes nios tornada
les navidedes antes del accidente,
«jLos ha reconocdol, exlard
‘emocionaca la mujer. El matrimonio
de Joy Shela, os tres nifos que
siguieran, jas nombres de otros pa
ponte, Baeeidente de moto el
‘cual muieron Joe y Shela cen
(Chicago, elincendio de i
ido la anclaneise quam lam
rmutinl
‘oonfirmados: |
precisa de bs herdas sutras
J maimonio‘en elfetalaccicente!
a ia Naccdo
en 1937, Joe Willams, que habia
Imuerto dos afios antes de que
raciera Romy, era el quinto de
hermanos,
(Otro caso emblemstioo igadoa
le reencamacion es el de una nina
llamada Shanti Devi, nacida en Delhi
(india) en 1926, que alos tres afios
de edad comenz a hebler de una
existenca anterior. Decla haber
vivido en fa ciudad de Mittra, a 130
kms de Delhi, lamarse en esa otra
vida Ludgiy haberse casaclo con un
‘comerciante mado Kedar Nath
CChaubey, teniendo ambos un hijo
que murié alos diez afos. Los pa
res de Shanti, junto-a una comisién
do investigacion, se encarinarcn 2
Mutra. Lani, 2 pesar de no haber
‘estado nunca en aquela ciudad, era
la-que dala las oportunas indicacio-
nes y Grdenes al coche que los con:
dducia. Inclso saludaba a persenas
conocidas de su supuesta vida ar-
totior. Una vez legados ala bart,
laa reconocié la casa de quien
afimeba hablen sido sus paren
¥ yaen su propia casa, seals el
lugar en donde habia éscondio un
dinero. Su supuesto matido anterior,
Kedar, reconocié haberlo encontr
Enel ibeno
ul ei,
campasto dose
a oscanos
\ereuaaen
aeconat
deceec0
hbitais
agin tempo después del alec:
rmiento de su muier.
Lainvestigacicn en e:
nos no atroja mucha luz:
autenticcad de las experiencias,
Enténdase: en taco caso las expe
riencias son auténticas, el problema
2 6n sucrigan, es dec, sia
supto logiéatisber una realidad ule
‘raterrena o si por el conrario estos
relatos forman parte de un rasgo por
ja humana,
la completa disolucion de
component fisico del ser humano
15 a muerte, surge de nmediato
la necesided de aoudir ptua
lzaciones y constructos tales como
aka», cesptitus, etcetera, El
‘escolo en un plantoamisnto tal sria
el propio concept de conciencia
smo unidad estructural, Sila con-
jena sobrevive la ausen
cuerpo fsico, surgen dos considera
jones: primero, ¢qué nos permite
suponer que esta conciencia siga
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labores desde eltechoy, portanto,
peorsiendo autoconsciente, es deci,
cconciencia de suno mismo?; se-
{gundo, petmanece la memoria del
ome, entenclda ésta como de-
psita de vivencias experimentadas
‘en el transcurso de la vida tenterna?
BANCO DE RECUERDOS
UNIVERSAL
EID MeWvin Morse, uno de los
rmayores especialstas en las ECM
reletivas arifies, ha legede poco a
‘poco a la conclusién de que la hula
cde lo que viviros no se encuentra
‘en nuestto cerebro, sito en una:
‘especie de otra dimensien, Para
asegurarse de que su inuicién no
‘era absurd, fue @ consukar alos
cespecidlistas de tisica tecxica del
Laberatorio de Los Alamos y del Na
tional Institute of Discovery Science,
«uo haben logado por oto.
Le explcaron que las enerates que
lberamos en forma de pensamiento
de comportamiento no desapare-
cen, sino que sobreviven en alguna
parte de la naturaleza,
‘Segun Melvin Morse, en un pri-
mer momento nuestros recuerdos
‘son almacenados en el cerebro,
cdependiendo de las interacciones