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Enamoramiento,
filósofos, poetas
y Zaratustra enamorado
"(...) serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado".
(Francisco de Quevedo y Villegas, Amor constante más allá de la muerte).
Porque sólo soy un Lector Ludi (1), las lecturas que les voy a proponer tienen
el propósito de provocarles el deseo y la curiosidad de explorar "más allá" sobre
el asunto del enamoramiento y sus consecuencias.
Suceso que por extravagante y extraño amerita una explicación amplia como la
que escribió Peter Sloterdijk en su Critica de la razón cínica:
"Un primer ejemplo nos pone al gran filósofo Aristóteles en el papel
del loco por amor. Una anécdota cuenta de él que, cierto día,
habiéndose enamorado apasionadamente de la hetaira ateniense
Herpyllis, perdió su propia voluntad, entregándose a sus humoradas sin
mayor consideración. En cierta ocasión, la célebre puta ordenó al
pensador andar a gatas delante de ella, y él , dócilmente, sin voluntad,
se dejó tomar el pelo y la obedeció. Humillado, se puso a cuatro patas
por el suelo sirviendo a su señora como animal de silla. Este motivo
anecdótico lo ha recogido Hans Baldung Grien en el año 1513 -la
época de Eulenspiegel- según la Lai d'Aristote de un poeta francés
medieval. El filósofo de barba cana, vuelta la mirada al observador,
gatea a cuatro patas a través de un jardín vallado, mientras que una
Herpyllis de ancho trasero y vientre prominente está sentada en su
espalda; en la mano izquierda sostiene las riendas que salen de la boca
del filósofo de ancha frente y en la derecha, con un pequeño dedo
elegantemente extendido, una fina fusta. De forma distinta a la del
filósofo humillado que mira insistentemente al observador, ésta, con el
antiguo tocado alemán en la cabeza, un poco inclinada hacia el lado,
tiene la mirada clavada en el suelo. Sus hombros están caídos, su
3
Por asombroso que pueda parecer, la interpretación que hace Peter Sloterdijk
de la xilografía de Hans Baldung Grien, se puede aplicar, palabra más palabra
menos, a la fotografía coreografiada por Nietzsche para él, Lou Andreas Salomé
y Paul Rée.
Sobre el tema del enamoramiento de Nietzsche por Lou escribí mis textos:
Zaratustra enamorado y Zaratustra, mi hijo (4). Sobre ello hablaré más adelante.
***
Bien conocidos son los casos de filósofos y poetas que han realizado grandes
obras y poemas compulsados por el enamoramiento y en la posterior agonía de
los fracasos amorosos que los sumieron en agudas crisis existenciales.
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Belleza de Laura
Volaba la dorada cabellera
a Laura que en mil nudos la envolvía,
y de los ojos el fulgor ardía,
como el sol en mitad de su carrera.
"A finales de este año, 1794, Novalis se encuentra con Sophie von
Kühn. Queda subyugado. Será el gran amor de su vida. Lo que ahora
sucede es un Romanticismo como forma de vida, algo que en el fondo
sólo está en los libros.
La muchacha sólo tiene trece años; procede de buena familia. Por
tanto, no hay impedimentos para el matrimonio, al que Novalis está
11
Soren Kierkegard escribió, tras la crisis amorosa con Regina Olsen, sus obras
más inquietantes y herméticamente autobiográficas: Temor y temblor, La
repetición y Tres discursos edificantes, publicadas simultáneamente, en 1843.
Así mismo: Diario de un seductor y ¿Culpable? ¿No culpable?, también de ese
mismo año. Sobre esta crisis escribió en su Diario de 1849:
señora Tschissik, Felice y Milena y de quién sabe qué otras oscuras experiencias
erótico-amorosas (16). Kafka que a sus quince años, seducía muchachas con los
versos de Así habló Zaratustra (17).
Pero el "caso Kafka", él y su escritura, son asuntos únicos y misteriosos. Para él,
el enamoramiento era como sus mujeres, las reales y las de ficción, más reales
las de ficción que las reales, como lo expresa Marcel Reich-Ranicki:
“Así eran las mujeres que Kafka amaba, así debían ser: seres sin
rostro que, precisamente por no tenerlo, podían excitar su fantasía con
una fuerza especial y eran idóneas como pantallas de proyección de
sus visiones. En su carencia permanente necesitaba no tanto personas
reales del sexo femenino cuanto criaturas de su imaginación,
principalmente. Pero éstas no podían surgir sin unos modelos reales,
que, sin embargo, no debían ser ni demasiado claros ni demasiado
próximos. Y Kafka no tuvo ningún reparo en comunicárselo muy
pronto y sin rodeos a su nueva pareja epistolar: a la “Milena real”, a
quien enviaba sus cartas, opuso “la milena aún más real”, es decir,
aquella que “se hallaba presente conmigo todo el día, en la habitación,
en el balcón, en las nubes” (18).
Mujeres, las de Kafka, que por lo que he averiguado y por su genética literaria,
están emparentadas con algunas de las protagonistas de las novelas de
Dostoievki (19).
Tal el caso del enamoramiento de Thomas Mann por Armin Martens, según la
crítica de Marcel Reich-Ranicki:
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***
Zaratustra y el enamoramiento
16
Nietzsche y Lou Andreas-Salomé, por Grau Santos
Eso fue lo que encontré en un juego de lecturas lúdicas, abductivas (22), por
medio de las cuales quería averiguar las consecuencias y efectos que el
enamoramiento de Friedrich Nietzsche por Lou Andreas Salomé, en el verano de
1882, pudo significar para su vida y su obra, máxime tratándose de un hombre
que siempre se supo y se manifestó: "humano, demasiado humano" y sabiendo
que fue a ella a quien quiso regalar y con quien únicamente compartió y discutió
su pensamiento del "eterno retorno" y su "filosofía del futuro":
Esto me llevó a concluir que, de no haber sido por ese enamoramiento, toda
esta historia sí hubiera resultado ser un chisme, frívolo, pueril e irrelevante en la
vida y para la obra de Friedrich Nietzsche.
O que pudo haber sucedido cualquier otra cosa, como lo sugiere su biógrafo
Curt Paul Janz:
Quien de verdad haya leído Así habló Zaratustra, debió sentir que en aquel
poema, junto con los asuntos filosóficos, también subsiste un trágico lamento
enamorado que no soy el único en conectar con el enamoramiento que por Lou
Andreas Salomé canta Nietzsche:
"Para mí el mejor pastor será siempre aquel que lleva sus ovejas al
prado más verde esto se aviene con el buen dormir" (Z, I, p. 57).
Luego, de verde prado sagrado, se traspone en trágico:
Eros, héroe, tragedia y comedia en escena. Nietzsche dijo, con frase de Lou,
que aquella comunidad que integrarían, junto con Paul Rée, que ellos estaban
"más allá del bien y del mal":
"Más allá del bien y del mal hemos encontrado nuestro islote y
nuestro verde prado - ¡nosotros dos solos! ¡Ya por ello tenemos que ser
buenos el uno para el otro!" (Z, III, p. 316).
Y en ese verde prado se presiente, además de la desnuda beocia de Aristófanes
en Lisístrata, a aquella otra beocia: Corina, la poeta (33):
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que buscan en aquel verde prado el poder "aquietador" del amor doméstico que
receta María Zambrano:
Aforismo 44
"A lo que ellos (los filósofos nuevos) querrían aspirar con todas sus
fuerzas es a la universal y verde felicidad-prado del rebaño, llena de
seguridad, libre de peligro, repleta de bienestar y de facilidad de vivir
para todo el mundo".
Aforismo 206:
"(...) el hombre científico tiene laboriosidad, paciencia para ocupar
su sitio en la fila, regularidad y mesura en sus capacidades y
necesidades, tiene el instinto para reconocer cuáles son sus iguales y
qué es lo que sus iguales necesitan, por ejemplo aquella dosis de
independencia y de prado verde sin la cual no hay tranquilidad en el
trabajo".
***
En fin, conocer del enamoramiento es gozo para el Lector Ludi que juega a
revelar el indevelable misterio de sus verdes prados.
NOTAS
(1) Iván Rodrigo García Palacios, Sin la lectura... ¿Quién soy yo?:
http://alegrialectura.blogspot.com/
(2) El tema de Aristóteles sometido y cabalgado por la hetaira ateniense
Herpyllis, fue motivo para un buen número de artistas de la Alta Edad Media y la
temprana modernidad, entre ellos Hans Baldung Grien, Lucas van Leyden,
Alberto Durero, Lucas Cranach El viejo (1472-1553), Jan de Beer (1450-1536),
Hans Burgkmair El viejo (1519), Hans Holbein El joven (1522), Hans Brosamer
(1520-1551), Wenzel von Olmütz (1485-1500).
También existe una versión de ese motivo realizada por Oskar Kokoschka en
1913 y titulada Aristóteles y Herpyllis:
Ver: marinni.livejournal.com/435140.html
(3) Peter Sloterdijk, Critica de la razón cínica, Siruela, 2003, ps. 380 a 382.
(4) Iván Rodrigo García Palacios, Ensayos de un lector ludi: Nietzsche
enamorado:
http://ivanrodrigogarciapalacios.blogspot.com/
---- Iván Rodrigo García Palacios, Zaratustra, mi hijo:
http://nietzsche-louandreas.blogspot.com/
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(20) Marcel Reich-Ranicki, Siete precursores. Escritores del siglo XX, Thomas
Mann..., Galaxia Guttenberg/Círculo de Lectores, Barcelona, p. 102.
(21) Iván Rodrigo García, El enamoramiento:
http://enamoramientoyevolucion.blogspot.com/
(22) Cita tomada de: Carlos Rincón, García Márquez, Hawthorne,
Shakespeare, De la Vega & Co. Unltd., Serie La Granada Entreabierta, 86,
Instituto Caro y Cuervo, Santa Fe de Bogotá / 1999:
"Racionamiento por abducción", descubierto por Charles S. Peirce en
1879 y que funciona, algo así, como lo explica Carlos Rincón:
"Se trata, según leía alguna vez en un artículo de Heinz Heckhausen, del
cortocircuito, de la chispa que se produce entre dos complejos de
imaginación hasta entonces separados, "por mediación de un elemento
común". La complejidad de un concepto -de una imagen- puede así
potenciarse, multiplicarse como por arte de magia, al estar puesta en
contacto con diferentes contextos".
El tic-tac que escuchaba era quizás el mismo del reloj de Tiffany
olvidado por Charles S. Peirce el 21 de junio de 1879, al llegar a Nueva
York a bordo del "Bristol", y que lo llevó a descubrir el razonamiento por
abducción. Mientras la inducción y la deducción, según Peirce, nada
agregarían a los datos de la percepción, la abducción, dependiente de las
"percepciones inconscientes de relaciones entre aspectos del mundo",
sería, según su notable relato de la pérdida y recuperación del reloj
olvidado y robado en el "Bristol", la inclinación a sostenr una hipótesis,
con algo de instinto de adivinación. Según Thomas A. Sebeok y Jean
Umiker-Sebeok, en la yuxtaposición que hicieron en 1980 de Charles S.
Peirce y Sherlok Holmes en su You Know My Method: "todo nuevo
conocimiento depende de la construción de una hipótesis. Sin embargo, y
dicho citando la página 238 del octavo volumen de los Collected Papers
de Peirce: "Al comienzo no parece haber lugar alguno para preguntar qué
la apoyaría, pues del hecho concreto de que se dispone sólo se desprende
un tal vez (tal vez sí y tal vez no). Hay, sin embargo, una clara tendencia
en dirección a la confirmación; y la frecuencia con que la hipótesis se
establece como un hecho concreto (...) pertenece a los más sorprendentes
entre los milagros del universo".
(23) Friedrich Nietzsche, Lou van Salome, Paul Rée, Documentos de un
encuentro, Laertes, Barcelona, 1982, p. 185-186.
Todas las citas a la correspondencia y notas de Nietzsche y Lou Andreas-
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Salomé, han sido tomadas de: Friedrich Nietzsche, Lou Andreas-Salomé, Paul
Rée, Documentos de un encuentro, y se identifican con (D y número de página)
en el texto.
Las cartas que Lou Andreas Salomé envió a Nietzsche, fueron destruidas por
su hermana Elizabeth. Las únicas que se conservan son estas copias del archivo
personal de Lou.
(24) Las otras dos partes del poema fueron escritas, la segunda en Sils-María,
entre el 26 de junio y el 6 de julio de 1883. Y, la tercera, entre el 8 y el 20 enero
de 1884, en Niza.
Aun cuando las tres partes fueron publicadas por separado, se considera el año
de 1884 como el de la conclusión y publicación. Una cuarta y última parte fue
escrita en 1885, como primera parte de una nueva obra de tres partes, titulada
Melodía y eternidad, cuyas otras dos partes nunca escribió.
Podría ser coincidencia que la escritura de la segunda y la tercera parte de Así
habló Zaratustra se correspondiera con la campaña de venganza que contra Lou
y Paul Rée desataron Nietzsche y su hermana. La escritura de la cuarta parte se
corresponde con la lectura de Nietzsche al primer libro de Lou, la semi-novela,
En la lucha por Dios, publicado en 1884.
(25) Curt Paul Janz, Friedrich Nietzsche. 3. Los diez años del filósofo errante
(Primavera de 1879 hasta diciembre de 1888), Alianza, Madrid, 1985, p. 120.
(26) María Zambrano, Hacia un saber sobre el alma, Alianza, Madrid, 1987,
pp. 157-158.
(27) Giordano Bruno, Los heroicos furores, Tecnos, Madrid, 1987, pp. 56-57.
"TANSILLO: Se suponen, y de hecho existen, varias especies de
furores, todas las cuales se reducen a dos géneros: los unos manifiestan
únicamente ceguera, estupidez e ímpetu irracional, tendiendo a la
insensatez ferina; consisten los otros en cierta divina abstracción por la
cual algunos alcanzan a ser en verdad mejores que los hombres ordinarios.
Y estos son a su vez de dos especies, pues ciertos individuos, al haberse
convertido en habitáculo de dioses o espíritus divinos, dicen y obran cosas
admirables de las que ni ellos mismos ni otros entienden la razón (...).
Otros, por estar avezados o ser más capaces para la contemplación y por
estar naturalmente dotados de un espíritu lúcido e intelectivo, a partir de
un estímulo interno y del natural fervor suscitado por el amor a la
divinidad, a la justicia, a la verdad, a la gloria, agudizan los sentidos por
medio del fuego del deseo y el hálito de la intención y, con el aliento de la
cogitativa facultad, encienden la luz racional, con la cual ven más allá de
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"Nadie sabe lo que ocurrió durante aquel paseo, ya que no hubo testigos.
Que ocurrió algo, es indudable, a juzgar por los errores y extravíos
subsiguientes. Dice Lou en sus Memorias, que Monte Sacro debió
cautivarla, por lo menos, a causa de un inesperado enfado de mi madre,
tuve que advertir que Nietzsche y yo estuvimos demasiado tiempo en
Monte Sacro, lo cual también observó de muy mal talante Paul Rée, que
estaba haciéndole compañía".
"El tiempo que permanecieron Lou y Nietzsche en Monte Sacro, debió
ser mucho más del prudente, y dice Peters: Hasta ahora, se ha supuesto
que se quedaron para ver la puesta del sol sobre Santa Rosa. Pero desde
Monte Sacro no se divisa Santa Rosa; la razón debe ser otra. Es posible
que el ambiente y el hallarse a solas por primera vez acentuara su íntima
afinidad y, enfrascados en su conversación, no se dieron cuenta de que
pasaba el tiempo. Pero si fue éste de verdad el único motivo de su retraso,
por qué dijo Lou a Ernst Pfeiffer, el amigo a quien trató en los últimos
años de su vida: "¿Si besé a Nietzsche en Monte Sacro? Ya no lo sé".
"¿Y a qué se refería Nietzsche al decir, aludiendo a aquel paseo: "El
sueño más maravilloso de mi vida, lo debo a usted?".
"Y, por fin, ¿por qué escribió Rée, meses después, en una carta a Lou?:
"A propósito, sigo estando algo celoso, y se comprende. ¿Qué actitud, qué
entonación, qué visión asocias al nombre de Monte Sacro? ¿Por qué
estimó necesario otorgarle una grandiosa absolución general?". ¿Qué
había, pues, hecho Lou?".
(30) Aquí, indudablemente, se conectan y corresponden los mitos de los
primitivos románticos: Ludwig Tieck, Tannhäuser y, con posterioridad, de
Wagner, Tannhäuser, Nibelungos, como puede abducirse de lo que escribe
Rüdiger Safranski, Romanticismo. Una odisea del espíritu alemán, Tusquets,
Barcelona, 2009, p. 94:
"El relato de Tieck sobre los atractivos de la montaña de Venus se
convirtió en una cantera para posteriores elaboraciones, sobre todo la de
Wagner. Pero ante todo, Tieck ha continuado un motivo presente en El
rubio Eckbert, a saber, la experiencia de que hay secretos que es mejor
dejar "perdidos en la noche". En Tannhäuser el secreto se refiere al
embrujo peligroso cuando se unen el arte y el erotismo. Hay instantes
extáticos a los que no se sobrevive porque después la vida cotidiana se
hace ya insoportable. A este respecto Nietzsche usará la expresión
"cumbres de arrobamiento". Tannhäuser, según la redacción de Tieck,
intenta contar este asunto a su amigo Friedrich. Hace una pausa y besa al
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