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Este documento discute varios temas relacionados con la moralidad sexual y la homosexualidad desde una perspectiva bíblica. Argumenta que la Biblia debe ser la principal autoridad en estos temas y que las prácticas homosexuales van en contra de la diferenciación sexual y la complementariedad física entre hombre y mujer. También sugiere que aunque el cambio de orientación es complejo, muchos testimonian que es posible cambiar la conducta a través de la fe y la comunidad cristiana.
Este documento discute varios temas relacionados con la moralidad sexual y la homosexualidad desde una perspectiva bíblica. Argumenta que la Biblia debe ser la principal autoridad en estos temas y que las prácticas homosexuales van en contra de la diferenciación sexual y la complementariedad física entre hombre y mujer. También sugiere que aunque el cambio de orientación es complejo, muchos testimonian que es posible cambiar la conducta a través de la fe y la comunidad cristiana.
Este documento discute varios temas relacionados con la moralidad sexual y la homosexualidad desde una perspectiva bíblica. Argumenta que la Biblia debe ser la principal autoridad en estos temas y que las prácticas homosexuales van en contra de la diferenciación sexual y la complementariedad física entre hombre y mujer. También sugiere que aunque el cambio de orientación es complejo, muchos testimonian que es posible cambiar la conducta a través de la fe y la comunidad cristiana.
Las escrituras deben ser nuestra autoridad primera y ltima en temas de
moralidad sexual. En el proceso de interpretacin participan tradicin, la razn, la experiencia y las Escrituras, pero solamente stas ocupan el de la revelacin entre el resto de interlocutores. Por tanto, La Biblia no es un interlocutor ms, sino que es el maestro de la conversacin. No podemos pasar por alto este mensaje sin correr un gran riesgo de incoherencia y arbitrariedad, lo cual se hace patente en muchas de las propuestas revisionistas sobre la homosexualidad. Estamos encarnados almas: La idea de que el cuerpo humano puede trascender su funcin biolgica y el potencial reproductivo es gnstico, no cristiana. Por desgracia, la influencia en curso de la antigua dicotoma griega entre el cuerpo y el alma, junto con la influencia ms reciente del pensamiento oriental, ha abierto la puerta a espiritualizaciones extremas de sexo. En el punto de vista bblico cada uno de nosotros es un alma encarnada cuya sexualidad est enraizada en un ser unificado con un potencial de llegar a la eternidad. Cmo funcionan nuestros cuerpos y lo que hacemos con ellos importa en gran medida a un Dios que nos hace sus templos? ( 1 Cor. 6:19 ). El debate naturaleza / cultura es una pregunta interesante, pero no es una cuestin moral: Si bien se reconoce la ventaja de reclamaciones impulsada por los medios que el comportamiento sexual est determinada por fuerzas inexorables, invisibles, los activistas homosexuales reconocen ms educados en la casa que las cuestiones cientficas y morales no son lo mismo. Adlteros, o pedfilos, o porngrafos, obtendrn poca simpata por parte de la afirmacin de que sus genes les hicieron hacerlo. Por qu debe ser considerado el homosexual en una luz gentica diferente? No hay, sin embargo fascinante o aparentemente reconfortante puede ser explorar cmo los patrones de la estructura gentica y el entorno social se combina para crear para cada uno de nosotros un contexto moral, sin embargo, debemos tambin reconocer nuestra responsabilidad de actuar obediente dentro de ese contexto. Como agentes morales decimos s o no a cada encuentro sexual potencial. El celibato no es un premio de consolacin: Una defensa estndar de la prctica homosexual es que el heterosexual que lucha puede esperar para el matrimonio, mientras que el homosexual no tiene tal salida. Este enfoque es ineficaz en muchos aspectos. La esperanza de un matrimonio eventual no es un mecanismo de control contra la presin hacia la gratificacin inmediata; e incluso dentro del matrimonio el problema a menudo no es fsica, sino relacional, y puede haber un fuerte deseo de mltiples parejas. El verdadero problema es que nuestra cultura sobredimensiona y sobrevalora la satisfaccin sexual. Podramos aprender mucho de la experiencia positiva de aquellos dentro de la iglesia durante siglos que han practicado el don del celibato. El celibato tiene una larga tradicin que se remonta a los apstoles y, por supuesto, a Jess mismo. Cuando alguien est llamado a vivir una vida de celibato, debemos pensar en ellos como algo mutilado o seriamente privado?
Las prcticas homosexuales constituyen una negacin activa del
matrimonio, no es solamente una variante de la expresin de la sexualidad. Las prcticas homosexuales comunican la rebelin contra la diferenciacin sexual, incluyendo su aspecto fsico; algo fundamental para la persona en s. Tales prcticas son, en esencia, falsas o incompletas en lo que se refiere a los bienes independientes que son la complementariedad fsica, la procreacin y la responsabilidad hacia la comunidad humana. Mientras cada uno de estos bienes por separado sera razn suficiente como para prohibir las prcticas homosexuales, combinados, justifican una distincin entre la homosexualidad y otras variantes legtimas como el no tener hijos y el celibato. Las prcticas homosexuales comportan una alta probabilidad de fenmenos asociados que son perjudiciales, la promiscuidad, el abuso de substancias, la depresin, el suicidio la pedofilia y algunas de las prcticas homosexuales masculinas son injuriosas para el cuerpo y conllevan un alto riesgo de contraer enfermedades infecciosas.
Un acto sexual puede ser calificado de pecaminoso sencillamente por tener
lugar fuera del contexto del matrimonio. Eso no significa que todos los actos sexuales que se dan en el contexto del matrimonio sean buenos, ni que todos los hechos extramatrimoniales sean igual de dainos, pero como mnimo nos proporciona un criterio comn como punto de partida. De ah podemos crecer en dos dimensiones: hacia adentro, redirigiendo nuestros deseos en la direccin apropiada, y hacia afuera, acomodando nuestras acciones a la voluntad de Dios.
A pesar de todo se puede decir que el cambio es posible. Los investigadores
estn en desacuerdo sobre el grado en que una orientacin homosexual puede convertirse en orientacin heterosexual. Como estos desacuerdos suelen enmascarar argumentos morales subliminales y como no hay un criterio consensuado que sirva para medir la alteracin de los deseos, es difcil cuantificar dicho cambio. Sin embargo, muchos terapeutas seculares y muchos ministerios cristianos dan fe de la posibilidad de un cambio substancial, por lo menos de conducta, en las personas que lo desean. La fe cristiana y la comunidad cristiana en particular ofrecen un apoyo nico y potente a las personas en estado de transicin.