Sei sulla pagina 1di 13

LA ARGUMENTACIÓN: CUESTIONES TEÓRICAS

Definición
Argumentar es exponer el punto de vista propio para hacer que otro lo comparta. La
argumentación está presente en la vida diaria en multitud de situaciones de comunicación, no
exclusivamente verbal, en las que alguien intenta justificar un pensamiento o un com-
portamiento, influir en la actuación ajena, etc.
Lo que determina que se produzca la argumentación es la existencia de un propósito en el
emisor: influir sobre las creencias o la forma de actuar del destinatario. Ese propósito se puede
realizar de dos maneras:
• Convenciendo al destinatario para tratar de que comparta un idea o realice una acción. Para
ello se apela a la razón.
• Persuadiendo al destinatario para que asuma una idea o realice una acción. Para ello se apela
sobre todo a los sentimientos y a veces se emplean conscientemente medios ajenos a la lógica.
Cualquier conducta argumentativa se caracteriza por dos rasgos: su carácter dialógico y su
carácter lógico.

Carácter dialógico de la argumentación


El carácter dialógico de la argumentación ha sido puesto de relieve por diversos autores. Así,
Dolz (1993), uno de los que más ha trabajado en el tema de la argumentación, afirma: «La
argumentación se asemeja a una especie de diálogo con el pensamiento del otro para
transformar sus opiniones». Esto hace que la actividad argumentativa se encuentre fuertemente
ligada al contexto (Camps, 1995) y por ello hay que tener muy en cuenta la situación
comunicativa en que se produce.
La situación de argumentación se encuentra determinada por la relación entre los elementos
que se representan en el siguiente esquema:

propósito

emisor modo de comunicación destinatario

El emisor es la persona que argumenta; el destinatario es la persona real o figurada a la que


se dirige la argumentación; y el modo de comunicación engloba aspectos tan importantes
como si la argumentación se realiza en público o en privado, directamente o a través de algún
medio de comunicación , con posibilidad de respuesta o no, etc.

Para que una argumentación tenga éxito, el emisor debe tener en cuenta al destinatario de la
misma, un destinatario que puede ser individual o colectivo, concreto o genérico. Ello
determina una serie de operaciones en dicho emisor:
• Reconocer la existencia de opiniones distintas sobre un tema.
• Definir el punto de vista propio e identificar otros distintos.
• Identificar al destinatario y prever sus opiniones.
• Seleccionar justificaciones adecuadas al destinatario.
• Saber hacer concesiones ante las razones del destinatario.
• Diferenciar a los receptores directos de la comunicación de los destinatarios de la misma.
El carácter dialógico de la argumentación se manifiesta especialmente en la contra-
argumentación, que constituye una de las técnicas empleadas para definir la posición que se
combate y se pone en boca de otros. Dos son los medios de contraargumentación más
importantes:
• La concesión o aceptación de una posición contraria para luego limitar su fuerza
argumentativa.
• La refutación o referencia a posiciones contrarias para contradecirlas a continuación.
Carácter lógico de la argumentación
La argumentación sigue normalmente una estructura lógica en la que se confrontan
elementos racionales para llegar a una conclusión. En tales casos podemos distinguir los
siguientes elementos:
• El objeto o tema sobre el que se argumenta.
• La tesis que se defiende o la postura que el argumentador tiene respecto al tema.
• Los argumentos o razones en los que se basa la postura del argumentador.
La postura del argumentador frente al tema puede ser de dos tipos:
• Positiva, lo que determina una argumentación de prueba consistente en presentar argu-
mentos que respalden la postura del argumentador.
• Negativa, lo que determina una argumentación de refutación consistente en presentar
argumentos que rechacen otros argumentos contrarios a la postura del argumentador.
Los argumentos empleados pueden ser a su vez de distintos tipos:
• Argumentos racionales. Se basan en ideas y verdades admitidas y aceptadas por el conjunto
de la sociedad.
• Argumentos de hecho. Se basan en pruebas observables.
• Argumentos de ejemplificación. Se basan en ejemplos concretos.
• Argumentos de autoridad. Se basan en la opinión de una persona de reconocido prestigio.
• Argumentos que apelan a los sentimientos del destinatario. Con estos argumentos se puede
mostrar halago, compasión, amenaza...

Discurso argumentativo y texto argumentativo


Ya se ha dicho anteriormente que no toda argumentación se realiza por medio del lenguaje.
Pero centrándonos en esa forma de argumentar hay que hacer una importante distinción
entre discurso argumentativo y texto argumentativo como dos formas de abordar la
manifestación lingüística de la conducta argumentativa:
• El discurso argumentativo se define por el propósito o efecto perseguido. El emisor
intenta modificar o reforzar las opiniones de otro para que su comportamiento cambie,
pero puede organizar su discurso de distintas maneras, por ejemplo, a través de la
narración.
• El texto argumentativo se define, sin embargo, por el modo de organización interna de la
secuencia de informaciones que contiene.
Los autores difieren en la consideración de la importancia del texto frente al discurso para
comprender los procesos cognitivos que intervienen en las conductas argumentativas. Dolz
(1993) cita al respecto dos puntos de vista: el de Grize, para quien no existe una única manera
de organizar los argumentos, sino que la mejor manera de organizarlos es aquella que resulta
más eficaz; y el de Bassart, para quien lo importante es conocer la estructura del texto
argumentativo.

El texto argumentativo: estructura


Una característica esencial que diferencia al texto argumentativo de otros tipos de textos es la
presencia clara del emisor y el destinatario. El emisor se manifiesta, por ejemplo, en el
frecuente uso de la primera persona. El destinatario se descubre en fórmulas que el emisor
incluye para dirigirse a él y a veces pedirle su adhesión a la tesis que defiende.
A este elemento caracterizador hay que sumar el modo en que los textos argumentativos se
organizan.
La estructura del texto argumentativo ha sido ampliamente estudiada desde la retórica
clásica, disciplina que tenía como principal objetivo establecer los principios del arte de
persuadir. Según la concepción aceptada por la mayoría de los autores antiguos y medievales,
este tipo de texto se articula en cuatro partes:
• Presentación o introducción. Constituye el comienzo del discurso y su finalidad es
presentar el tema sobre el que se va a argumentar. El argumentador intenta ya en ese
momento captar la atención del destinatario y despertar en él una actitud favorable.
• Exposición de los hechos. Tiene como objeto enumerar y explicar los hechos que se con-
sideran fundamentales y presentar la tesis de manera clara y concisa.
• Argumentación. Constituye la parte central del texto y contiene los argumentos en que se
apoya la tesis o postura del argumentador.
• Conclusión. Es la parte final y contiene un resumen de lo expuesto (la tesis y los principales
argumentos). Es la última oportunidad que tiene el argumentador para convencer al
destinatario.
Autores como Bassart (1995) describen la estructura de un texto argumentativo como una
relación de apoyo, esto es, como una relación entre enunciado-argumento y enunciado-
conclusión. Esta relación necesita de la existencia de unos valores compartidos por emisor y
receptor (topos) o que este último puede refutar; así un enunciado puede ser argumento «pro»
o «contra» algo porque presenta una marca axiológica compartida por la mayoría de los
miembros de una comunidad (por ejemplo, se puede justificar que algo no se compre
argumentando que es «caro», pues este término tiene una connotación general negativa).
Según el mismo autor, puede decirse también que la estructura mínima de un texto argu-
mentativo es la de un silogismo (premisas mayor y menor, conclusión) en el sentido dialéc-
tico del término.
LA ENSEÑANZA DE LA ARGUMENTACIÓN

La argumentación: conveniencia y dificultades


La argumentación forma parte de la vida cotidiana y se manifiesta en las expresiones lingüísticas
incluso de los niños, pues es inseparable de su proceso de socialización y de su desarrollo
intelectual. Los niños desde pequeños tratan de convencer a sus padres para conseguir algo,
justifican en cierta medida sus deseos, etc. Por ello, parece muy conveniente que «estas
capacidades que aparecen diariamente en la comunicación oral o escrita [...] sean objeto de un
aprendizaje adaptado a la edad y a las capacidades de los alumnos» (Cotteron, 1995).
Por otro lado, no hay que olvidar que la enseñanza de la argumentación supera los simples
objetivos de una enseñanza disciplinaria y tiene unas dimensiones filosóficas, psicológicas,
sociales y culturales. La argumentación juega un papel importante en la educación ética del
ciudadano moderno (Camps y Dolz, 1995). Se vive inmerso en una situación de persuasión,
por ello, los autores que acabamos de citar afirman: «Saber argumentar constituye, para
todos los actores de una democracia, el medio fundamental para defender sus ideas, para
examinar de manera crítica las ideas de los otros, para rebatir los argumentos de mala fe y
para resolver muchos conflictos de intereses. Para un joven o un adolescente [...] constituye
el medio para canalizar, a través de la palabra, las diferencias con la familia y la sociedad».
Además, comprender los argumentos que se transmiten en los mensajes sociales y poner en
práctica estrategias de argumentación es un modo de desarrollar habilidades de pensamiento.
A pesar de todo lo dicho, es cierto que redactar un texto argumentativo es para los alumnos de
los primeros niveles una tarea difícil. Escribir es una actividad fundamentalmente monologal
que requiere hacerse una idea anticipada de la posición del destinatario y de sus posibles
argumentos, y además planificar la sucesión y articulación de los argumentos propios.
Los psicólogos, entre los que Dolz (1993) cita a Golder, son en general bastante pesimistas ante
la evolución del aprendizaje para la elaboración de textos argumentativos. Los estudios
realizados desde la psicología sobre la adquisición de la argumentación escrita muestran un
orden en el aprendizaje de las operaciones argumentativas centrales (justificación y negociación):
1.º Hacia los 10-11 años se es capaz de realizar justificaciones, esto es, apoyar un enunciado
con otro.
2.º Hacia los 13-14 años se empieza a utilizar medios lingüísticos que permiten modalizar y
crear distancia entre el emisor y su texto.
3.º Hacia los 16 años se comienza a usar argumentos y estrategias de negociación de la
posición propia con un punto de vista contrario.
Corier y Golder, citados también por Dolz (1994), distinguen diversos niveles de organi-
zación estructural del monólogo argumentativo en el niño:
1.º El niño no toma una posición explícita en la controversia.
2.º El niño formula explícitamente su posición pero sin apoyarla con un razonamiento.
3.º El niño aporta argumentos para apoyar sus posición.
4.º El niño es capaz de relacionar varios argumentos.
5.º El niño puede emplear argumentos de negociación con su oponente.
Parece cierto pues, que el desarrollo de las capacidades argumentativas en textos escritos es
bastante tardío; sin embargo, los especialistas en didáctica han mostrado cómo la causa de
este retraso no es únicamente la complejidad interna de la argumentación. Hay que
considerar que hasta ahora el texto argumentativo no ha sido objeto de una enseñanza
sistemática y se encuentra prácticamente ausente en las propuestas de lectura.

Teoría de la progresión en el trabajo con textos


Es tradicional la ausencia de la enseñanza de la argumentación en los diseños curriculares
en el nivel de la Educación Primaria. En dicho nivel predominan claramente las actividades
de lectura y escritura de textos narrativos y descriptivos, y el trabajo con la argumentación
no se introduce hasta los últimos cursos de la enseñanza obligatoria. Este sistema lleva
implícita la hipótesis de que existe una gradación o sucesión entre los géneros discursivos.
Según la hipótesis mencionada, el diálogo oral sirve de base para la narración, y el aprendizaje
de la narración sirve de base para el desarrollo de la explicación y la argumentación.
Recientes investigaciones sobre la adquisición de los discursos (Dolz, Pasquier y Bronckart, 1993)
han servido para contradecir esta concepción sobre la progresión del aprendizaje en el campo del
lenguaje escrito. Cada tipo de texto presenta elementos característicos que exigen un aprendizaje
específico. Por ello, resulta bastante improbable que los alumnos desarrollen sus capacidades
argumentativas trabajando sólo sobre características típicas del discurso narrativo.

Un nuevo planteamiento
La experiencia didáctica muestra claramente, como se ha dicho anteriormente, que el
desarrollo de la lectura y de la escritura exige un tratamiento diversificado. Cada tipo de texto
presenta unas dificultades específicas. Por ello parece claro que los textos de opinión deben
estar presentes en los primeros niveles de enseñanza, insistiendo siempre en la interacción de
las actividades de expresión oral, lectura y escritura.
Los niños, como ya se ha visto, desde muy temprano argumentan en sus diálogos con otros;
ello hace suponer que lo que más dificulta su dominio de la argumentación escrita es que
deben representar de manera previa y autónoma la finalidad y el destinatario de su mensaje.
Por ello, puede resultar conveniente partir de la creación de situaciones de comunicación
variadas (discusión improvisada sobre un tema, entrevista, debate, exposición...) para enseñar
la argumentación oral desde la observación de este tipo de textos y el ejercicio con ellos. La
expresión oral en el tema de la argumentación (y también en otros campos) debe ser objeto
de enseñanza específica para asegurar la confianza en las situaciones de comunicación y el
dominio de éstas.
El texto argumentativo trata idealmente de argumentos integrados de manera conveniente
según ciertos lazos de unión que no son fáciles de identificar pues carecen de referencia
exterior. Esta referencia exterior es muy importante en los primeros niveles; gracias a ella el
relato resulta más accesible pues hace referencia a acciones y personajes, esto es, a un campo
de experiencia cercano al alumno, y puede servir de plataforma para trabajar las estrategias
argumentativas. A esta conclusión llega Bassart (1995), quien afirma: «Puede resultar
interesante empezar la iniciación a la argumentación escrita en la escuela primaria a través
del diálogo escrito». Esta forma de proceder aporta las siguientes ventajas:
• Los alumnos pueden encontrar ciertos aspectos argumentativos conocidos en los relatos
que ponen a varios personajes en escena.
• Permite ciertas alternancias entre lo oral y lo escrito.
• Facilita el trabajo con textos que pueden proporcionar discusiones orales.
• Da lugar a que se aborde la contraargumentación, pues el diálogo argumentativo escrito
obliga a reconocer y tener en cuenta varios puntos de vista distintos sobre un tema.
En cualquier caso al enfrentar al alumno al diálogo escrito hay que realizar actividades que se
basen en una interacción lectura-escritura. «La escritura permite a los alumnos tomar
conciencia de ciertas dimensiones ligüístico-discursivas que no siempre son tomadas en
cuenta por los lectores precarios [...] y que, por ello, constituyen un obstáculo para la
comprensión de un texto» (Dolz, 1995).
Dolz (1995), que defiende claramente la enseñanza precoz de la argumentación, señala que
deben ser tenidos en cuenta seis elementos para realizar una trabajo sistemático en ese
campo:
• Las situaciones de argumentación.
• La estructura de los argumentos.
• Las operaciones específicas de argumentación (apoyo, negación, negociación).
• Las estrategias y los procedimientos retóricos básicos.
• Las marcas y recursos lingüísticos propios del discurso argumentativo.
• La planificación global del texto argumentativo.
LA ARGUMENTACIÓN EN SANTILLANA

Planteamiento teórico
De los estudios teóricos citados se desprende que es conveniente abordar la enseñanza precoz
de la argumentación y que esta enseñanza no conlleva dificultades insuperables siempre que
se aborde bajo las siguientes condiciones:
• Tener en cuenta las capacidades argumentativas de los alumnos.
• Seleccionar contenidos de enseñanza apropiados a los alumnos.
• Establecer una progresión coherente.
• Proponer actividades pedagógicas que resulten interesantes para los alumnos.
En consonancia con esta línea de pensamiento que se ha espuesto, Editorial Santillana aborda
la enseñanza de la argumentación desde los primeros niveles educativos partiendo de las
siguientes premisas:
• El alumno tiene una capacidad casi innata para argumentar. Desde edades muy tempranas
el niño da razones. Se observa que no tiene problemas para argumentar en los diálogos
«cara a cara»; en ellos responde perfectamente a los estímulos.
• El alumno tiene la dificultad de concebir la argumentación monologal desde el punto de
vista dialógico previendo las ideas del destinatario.
• La enseñanza de la argumentación debe abordarse mediante la interacción entre las
actividades de expresión oral, lectura y escritura.
En consecuencia, la propuesta de Editorial Santillana para trabajar la argumentación tiene
dos vías de desarrollo:
• El programa de expresión oral en el que se proponen situaciones en las que el alumno tiene
que dar razón de sus opiniones.
• Los programas de lectura y escritura en los que se propone en principio el trabajo con
textos narrativos que ofrecen situaciones de argumentación para que el alumno se ejercite
en la comprensión y uso de aspectos argumentativos.

Programación: objetivos
El trabajo con la argumentación en Santillana se organiza en tres etapas:
1º. Etapa de iniciación.
2º. Etapa de desarrollo.
3º. Etapa de consolidación.
A continuación se exponen los objetivos de cada etapa.

■ Etapa de iniciación al trabajo con la argumentación

Comprende los cursos de 3º, 4º, 5º y 6º de Educación Primaria.


En esta primera etapa el alumno adquiere habilidades que necesitará para la posterior
producción de textos argumentativos. En ella se persiguen los siguientes objetivos:
• Reconocer opiniones distintas.
• Definir el punto de vista propio.
• Juzgar quién lleva razón.
• Identificar razones.
• Identificar al destinatario.
• Refutar la opinión ajena.
• Matizar la opinión ajena.
• Ponerse en el lugar del otro.
• Reconocer los papeles de oponente y moderador.
• Prever contraargumentos.
El trabajo se orienta básicamente en dos direcciones:
• Se proponen situaciones de comunicación en las que el alumno debe producir discursos
argumentativos orales.
• Se propone la lectura y el análisis de textos dialogados escritos y de algún texto argu-
mentativo sencillo, como campo de aprendizaje de destrezas argumentativas.

■ Etapa de desarrollo en el aprendizaje de la argumentación


Comprende el primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria.
En esta etapa se desarrolla fundamentalmente la teoría del texto. Se trata de que el alumno
conozca los distintos tipos de textos, especialmente sus estructuras y las características que
los definen. Se presentan textos de distintas clases para su observación y análisis, y se ejercita
al alumno en las técnicas ligadas a cada tipo de texto. Se introduce al alumno en situaciones
de argumentación escrita (por ejemplo, la reclamación) para que formalice los saberes.
Los objetivos de esta etapa son los siguientes:
• Definir el propósito de la argumentación.
• Utilizar correctamente distintos tipos de argumentos.
• Adaptar los argumentos al destinatario.
• Emplear argumentos que apelen a los sentimientos.
• Diferenciar los hechos ciertos de las opiniones que se exponen en un texto.
• Reconocer el propósito y las ideas que se presentan en los anuncios publicitarios.
• Formular reclamaciones razonadas.
• Elaborar artículos de opinión sobre un tema.
• Diseñar anuncios publicitarios.

■ Etapa de consolidación de los conocimientos


y habilidades adquiridos sobre la argumentación
Comprende el segundo ciclo de Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato.
En esta etapa se trabaja directamente sobre textos argumentativos orales y escritos, se utilizan
las técnicas adecuadas para su planteamiento y planificación, se emplean los distintos tipos de
argumentos y se crean distintos tipos de textos argumentativos.
Los objetivos que se persiguen son los siguientes:
• Analizar y definir previamente la situación de argumentación.
• Planificar los medios para una argumentación.
• Formular claramente la tesis que se pretende defender.
• Apoyar los argumentos con datos objetivos.
• Diferenciar argumentos de tópicos.
• Emplear distintas técnicas persuasivas.
• Practicar la contraargumentación empleando técnicas de concesión y refutación.
• Elaborar estructuradamente distintos tipos de textos argumentativos.
• Elaborar mensajes publicitarios para distintos medios de comunicación.
• Analizar lingüísticamente distintos textos argumentativos.
En Educación Secundaria Obligatoria se profundiza en las técnicas y procedimientos argu-
mentativos y se realiza una conceptualización de la argumentación y sus estructuras; mientras
que en Bachillerato se profundiza en el análisis de los elementos argumentativos presentes en
el discurso científico, periodístico y publicitario.
METODOLOGÍA Y CONTENIDOS

Principios metodológicos y didácticos


■ Planteamiento

Editorial Santillana dedica en toda la Educación Secundaria una atención preferente a la argu-
mentación y al texto argumentativo. Se trata de dotar a los alumnos de un sistema que les
permite trabajar ese tipo de texto. Para ello se siguen estos pasos:
1.º Conocer la teoría del texto argumentativo. Este primer paso se concreta en el conocimiento
de las estructuras que permiten la organización textual argumentativa, así como en las
marcas y otras características que definen dicha organización.
2.º Formalizar la teoría en conceptos y observarla directamente a través de la lectura de textos
argumentativos y del análisis de los mismos.
3.º Aplicar los conocimientos adquiridos a la producción oral y escrita de textos argumentativos.

■ Secuenciación de los contenidos

En el siguiente cuadro se expone la secuenciación de los contenidos que Editorial Santillana


sigue para el trabajo con la argumentación y el texto argumentativo.

EDUCACIÓN PRIMARIA E. S. O. (Primer ciclo)

Técnicas y procedimientos Conceptos


– Deducción de una idea a partir de otra. – Estructura básica de la argumentación.
– Identificación de razones. – El debate.
– Exposición de razones. – El coloquio y la exposición de las propias
– Refutación de la opinión ajena. opiniones.
– Matización de la opinión ajena. – Las reclamaciones.
– Expresión de causas y consecuencias. – La publicidad. Los elementos de la publi-
– Puesta en el lugar de otro. cidad.
– Reconocimiento de los papeles de opo- – La propaganda y sus características.
nente y de moderador.
– Previsión de contraargumentos. Técnicas y procedimientos
– Establecimiento del tema de la argumen-
tación.
– Expresión de las propias ideas de manera
razonada.
– Búsqueda y ordenación de argumentos.
– Reconocimiento de opiniones distintas.
– Utilización de distintos tipos de argu-
mentos.
– Reconocimiento de los distintos papeles
en un debate.
– Formulación de reclamaciones.
– Combinación de palabra e imagen.
– Reconocimiento de la finalidad y las ideas
de los anuncios publicitarios.
– Diseño de anuncios publicitarios.
– Empleo de argumentos que apelen a los
sentimientos.
E. S. O. (Segundo ciclo) BACHILLERATO

Conceptos Conceptos
– Concepto y elementos de la argumenta- – El discurso argumentativo.
ción. – El lenguaje científico. Aspectos argu-
– Tipos de argumentación y clases de argu- mentativos en el lenguaje científico.
mentos. – El discurso periodístico de opinión.
– El texto argumentativo y su estructura. – Organización del texto periodístico de
– La lógica argumentativa. Errores en la ar- opinión.
gumentación. – El estilo de los textos periodísticos de
– La argumentación en los medios de co- opinión.
municación. – La comunicación publicitaria.
– Los géneros periodísticos de carácter – El lenguaje de la persuasión publicitaria.
argumentativo: el artículo de fondo y el
editorial.
Técnicas y procedimientos
– El lenguaje publicitario.
– El texto publicitario. – Reconocimiento de la organización de
– El debate. Estructura del debate. textos argumentativos.
– El discurso. Partes de discurso. – Reconocimiento de las funciones de los
enunciados en la argumentación: tesis,
– La instancia. Estructura de la instancia.
argumentos, contraargumentos, conce-
– La reclamación. Estructura de la reclama- siones.
ción.
– Identificación de los marcadores argu-
mentativos.
Técnicas y procedimientos – Reconocimiento de distintos tipos de ar-
– Definición de la situación de la argumen- gumentaciones y de argumentos.
tación. – Reconocimiento de la organización de las
– Definición del propósito que determina la ideas en textos argumentativos.
argumentación. – Realización de esquemas de textos argu-
– Planificación de los medios de la argu- mentativos.
mentación. – Análisis de textos científicos de carácter
– Formulación de la tesis y los argumentos. argumentativo.
– Elaboración de distintos tipos de argu- – Análisis de textos periodísticos de carácter
mentos. argumentativo.
– Selección de argumentos. – Análisis de textos publicitarios.
– Empleo de argumentos adaptados al des- – Comentario crítico de las ideas expuestas
tinatario. en textos argumentativos.
– Exposición de los argumentos de forma
ordenada.
– Empleo de técnicas persuasivas.
– Diseño de anuncios publicitarios.
– Elaboración de campañas publicitarias
para distintos medios.
– Contraargumentación.
– Razonamiento por inducción.
– Análisis de causas.
– Razonamiento mediante analogía.
– Redacción de instancias, reclamaciones y
recursos.
EL TRABAJO CON EL TEXTO ARGUMENTATIVO

Las siguientes páginas corresponden a la unidad 6 del libro de segundo curso de Educación
Secundaria Obligatoria de Editorial Santillana.

Ficha técnica. Presenta diferentes


técnicas para argumentar.

Justificar opi-
niones con ar-
gumentos.

Actividades
de expresión.

Dramatizar una situación de


argumentación.

Analizar la situación comunicativa en que se


produce una argumentación. Reconocer el
propósito que motiva una argumentación.
Actividades de composición. Proponen la
elaboración de textos escritos en los que
se pongan en práctica los conocimientos
teóricos, siguiendo los pasos o modelos
que se proponen en la propia actividad.

Diferenciar los
hechos de las
opiniones. Jus-
tificar las opi-
niones con ar-
gumentos.

Formular re-
clamaciones
razonadas.

Planificar una
argumentación
y redactar el
texto argumen-
tativo corres-
pondiente.

Taller de creación. Constituye una actividad


de composición de carácter lúdico creativo
que el alumno debe realizar completa con sus
medios.
OTROS MODELOS

Montserrat Castelló y Carles Monereo (1996) han desarrollado un modelo que se pro-
pone enseñar estrategias que permitan gestionar y regular las operaciones cognitivas que el
escritor lleva a cabo a lo largo del proceso de composición.
Para ello proponen tres secuencias de enseñanza-aprendizaje de estrategias para la composición
de textos argumentativos escritos. Pretenden que el alumno interiorice las estrategias que se
proponen y que son definidas a partir del uso diferencial que puede hacerse de los procesos de
escritura. El alumno debe por tanto aprender a componer un texto, conceptualizar la escritura y
el conocimiento, y controlar y regular el propio proceso de composición.
Proponen la utilización de las denominadas «hojas de pensamiento» que inciden en acti-
vidades mentales diferentes y promueven procesos de composición más o menos complejos.

Dolz (1993) presenta secuencias didácticas para la enseñanza de la argumentación que se


organizarían del siguiente modo:
• En una primera fase el profesor propone y discute en clase un proyecto de escritura. Los
alumnos producen entonces un primer texto que sirve de base para negociar un «contrato
didáctico»: el profesor explica los objetivos y se compromete con los alumnos a desarrollar
una determinada secuencia de enseñanza.
• En una segunda fase los alumnos deben realizar una serie de talleres, cada uno de los cuales
supone actividades diversas: debates, análisis y observación de textos, ejercicios de pro-
ducción simplificada, ejercicios sobre expresiones características de la argumentación, etc.
• En la tercera fase, gracias a lo aprendido en los talleres de escritura, los alumnos revisan y
reescriben los textos primeros o escriben otro texto distinto. Esto permite al alumno tomar
conciencia de lo aprendido.

Jany Cotteron (1995) comparte la misma organización de las secuencias didácticas pro-
puesta por Joaquim Dolz.
Los talleres de aprendizaje que propone intentan dar respuesta a problemas de lectura y
escritura que los alumnos encuentran. Estos talleres incluyen contenidos de enseñanza de la
argumentación relativos a los tres niveles de operaciones que intervienen en la producción o
comprensión de un texto:
• La situación de argumentación.
• La organización del texto argumentativo.
• La redacción del texto.
Cada texto supone un intercambio constante de estas operaciones. Por razones de eficacia
pedagógica Cotteron opta por trabajar por separado los objetivos de escritura.
Los contenidos de enseñanza no se tratan por niveles (por ejemplo, la situación de argumen-
tación en un curso, los argumentos en otro, el esquema argumentativo en otro, etc.). El texto
argumentativo necesita unas capacidades argumentativas comunes y no sucesivas. Se propone
el tratamiento inicial de todas las nociones relativas al discurso argumentativo de forma no
reflexiva; posteriormente se irán precisando y desarrollando según las capacidades de los
alumnos.
PARA SABER MÁS

BASSART, D. G. (1995) «Elementos para una didáctica de la argumentación en la escuela


primaria», en Comunicación, Lenguaje y Educación, 25, págs. 41-50. Artículo de síntesis en el
que se aclaran algunas nociones básicas como las de discurso y texto argumentativo, y la
noción de argumento; se abordan algunos de los problemas complejos que intervienen en
la producción y comprensión de textos argumentativos y se discute la pertinencia didáctica
del esquema textual argumentativo para resolver dichos problemas.
CAMPS, A. (1995) «Aprender a escribir textos argumentativos: características dialógicas de la
argumentación escrita», en Comunicación, Lenguaje y Educación, 25, págs. 51-63. En este
estudio se insiste en el carácter dialógico de la argumentación escrita que se pone de
manifiesto sobre todo en la contraargumentación, uno de los aspectos que más dificultades
presenta en la comprensión y en la producción de textos argumentativos.
CAMPS, A., y DOLZ, J. (1995) «Introducción. Enseñar a argumentar: un desafío para la escuela
actual», en Comunicación, Lenguaje y Educación, 25, págs. 5-8. Abordan la importancia de
la argumentación desde aspectos no puramente lingüísticos sino sociales, psicológicos y
culturales.
CASTELLÓ, M., y MONEREO, C. (1996) «Un estudio empírico sobre la enseñanza y el apren-
dizaje de estrategias para la composición escrita de textos argumentativos», en Infancia y
aprendizaje, 74, págs. 39-55. Este trabajo trata sobre la posibilidad de enseñar estrategias
que permitan gestionar y regular las operaciones cognitivas que tienen lugar en el proceso
de composición de textos argumentativos escritos. Los autores presentan tres secuencias de
enseñanza-aprendizaje de dichas estrategias.
COTTERON, J. (1995) «¿Secuencias didácticas para enseñar a argumentar en la escuela pri-
maria?», en Comunicación, Lenguaje y Educación, 25, págs. 79-94. La autora analiza los as-
pectos del discurso argumentativo que pueden ser abordados desde la escuela primaria, y
explicita cómo pueden integrarse en una secuencia didáctica. Propone numerosos ejemplos
de actividades y ejercicios.
DOLZ, J. (1993) «La argumentación», en Cuadernos de Pedagogía, Monográfico Leer y escribir,
216, págs. 68-70. Expone con mucha claridad el concepto de argumentación como práctica
verbal y las razones para una enseñanza precoz de la misma, apoyándose en una serie de
experiencias didácticas. Los otros dos artículos de este autor insisten en sus planteamientos
y precisan algunas de sus teorías basándose en experiencias didácticas.
—(1994) «La interacción de las actividades orales y escritas en la enseñanza de la argu-
mentación», en Comunicación, Lenguaje y Educación, 23, págs. 17-27. El autor plantea la
enseñanza de la argumentación oral a partir de la observación, manipulación y reflexión de
las características lingüísticas y discursivas del texto argumentativo.
—(1995) «Escribir textos argumentativos para mejorar su comprensión», en Comunicación,
Lenguaje y Educación, 25, págs.65-77. Trata la relación entre la escritura y la lectura a pro-
pósito de la influencia que manifiesta la enseñanza de la primera sobre la segunda en el tipo
de discurso argumentativo.
D OLZ, J., P ASQUIER, A., y B RONCKART, J.-P. (1993) «La adquisición de los discursos:
¿competencia emergente o aprendizaje de diversas capacidades verbales?», en Actas de las
Jornadas sobre la enseñanza de las lenguas en la EOI, Castellón de la Plana. Presenta
investigaciones actuales sobre el tema de la adquisición de los discursos.
PERELMAN, CH., y OLBRECHT-TYTECHA, L. (1989) Tratado de argumentación (La nueva
retórica), Gredos, Madrid. Es un libro básico para entender las posturas sobre la argu-
mentación. Recoge las ideas fundamentales de la «nouvelle rhétorique». El tratado parte de
las posturas de la retórica tradicional, pero va más allá y estudia los medios discursivos en
textos impresos de diversos tipos que sirven para obtener la adhesión. Para Perelman, la
teoría de la argumentación complementa la teoría de la demostración de la lógica formal
moderna. El campo de trabajo que propone es el de la técnica que utiliza el lenguaje para
persuadir y convencer.

Potrebbero piacerti anche