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TESTIMONIAL:

ANHELO MANTENER SALVOS


A MIS DESCENDIENTES Y LOS DE MI PRÓJIMO
«En ningún lugar del mundo nadie nace destinado
vivir aterrado, cierto: pero, ese sentimiento es
demasiado ruidoso y letal para que lo omitamos»

Por Alberto JIMÉNEZ URE


Las generaciones de escritores libertarios entre los cuales me
incluyo, los nacidos en años posteriores a la II Guerra Mundial,
hemos tenido que asumir (sin pausa) la ineludible defensa de los
Derechos Universales del Ser Humano frente a eso que llamo
«Plaga de Adoctrinados Terroristas»: la cual, lo expreso indignado,
retoñó pese a la derrota del Nacionalsocialismo Alemán que logró
instaurar el padre del Holocausto y tuvo por deplorable propósito
diezmar o esclavizar al mundo (según exigencias y motivaciones de
la expansión nazi/fascista)
Nací durante la segunda mitad del Siglo XX (1952), pero admito que
ya en el curso de mi adolescencia fui proclive a redactar textos que
irritaban a inoculados con el virus del Terrorismo o conversos de
esa bestia que ha mostrado sus fauces en EEUU, Inglaterra y
Francia con ataques genocidas (naciones calificadas como infieles
por los enfermos de «extremismo/radicalismo»)
Mis experiencias en ámbitos académicos temprano me persuadirían
asumir posturas intelectuales contrarias al Terrorismo: en todas las
formas que se presenta en el mundo, y especialmente en mi país
donde ha infaustamente progresado hasta convertir a los
venezolanos en rehenes de criminales con mando sobre tropas
institucionales pero también paramilitares (esbirros) que igual
intimidan y asesinan.
Específicamente en mi país, donde, en la actualidad, todos los
ciudadanos sobrevivimos sometidos al hambre, inasistencia sanitaria
e inseguridad personal, comencé alertar (desde el Año 1992)
respecto al afán por cambiar nuestro estilo republicano de existencia
que exhibían militares confabulados con civiles. Supimos de su letal
urdimbre cuando protagonizaron su primer golpe de estado, el 04 de
Febrero.
Transcurría la última década del Siglo XX y yo publicaba,
emancipado de retorcidos ideales, opiniones contrarias al modelo
encubierto de dictadura que (al cabo) ellos lograrían imponernos
fraudulentamente a los venezolanos.
En más de dos décadas, he recibido amenazas de muerte,
intimidaciones, hostigamientos en calles y establecimientos
comerciales. Las peores anunciaban que secuestrarían y violarían a
mis hijas si yo proseguía con mis críticas filosóficas-políticas
adversas a regímenes de gobierno que (como el que los subyuga) no
ocultan su regusto por el empleo del terrorismo para doblegar
nuestra voluntad de exigir se nos respeten nuestros Derechos
Políticos y Civiles.
Tengo tres hijas que anhelo mantener salvas, pero también a las de
mi prójimo, mediante disertaciones públicas. Nos urge apartarnos de
los peligros que acechan a quienes somos ciudadanos de una
república devastada. La Nación Venezolana está en riesgo de
sucumbir a las intenciones de una casta de bárbaros que fomenta
emprendamos, tozudos, una guerra entre civiles. Ello para luego
reinar encima de millones de cadáveres de personas que nunca
merecieron tantos e ininterrumpidos martirios.
En ningún lugar del mundo nadie nace destinado vivir aterrado,
cierto: pero, ese sentimiento es demasiado ruidoso y letal para que
lo omitamos. El miedo estuvo, está y estará donde grupos de
individuos pretendan esclavizarnos. La Civilización abomina
tiranos, coliseos y gladiadores. Empero, hay una «Plaga de
Adoctrinados Terroristas» que instiga y propicia el genocidio, a
veces por placer y en otras ocasiones por doctrina. Cuanto más daño
nos hacen mayor arrogancia e impunidad pavonean esos
delincuentes con investiduras que violan el Estatuto de Roma
(https://democraciaparticipativa.net/.../4546-estatuto-de-
roma-de-la-corte-penal-interna...)

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