Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
LA TRISTEZ
-Ten cuidado! -grita otro cochero invisible, con clera-. Nos vas a
atropellar, imbcil! A la derecha!
-Qu hay?
-El seor est de buen humor! -dice Yona con risa forzada-. Mi gorro...
-Palabra de honor!
atipladamente.
Yona agita su ltigo, agita las manos, agita todo el cuerpo. A pesar de
todo, est contento; no est solo. Le rien, le insultan; pero, al menos,
oye voces humanas. Los jvenes gritan, juran, hablan de mujeres. En
un momento que se le antoja oportuno, Yona se vuelve de nuevo
hacia los clientes y dice:
-Si quieres que vaya ms aprisa dale un sopapo -le aconseja uno de
sus camaradas.
-Ji, ji, ji! -re, sin ganas, Yona-. Dios les conserve el buen humor,
seores!
-Yo? !Ji, ji, ji! Qu seores ms alegres! No, no tengo a nadie... Slo
me espera la sepultura... Mi hijo ha muerto; pero a m la muerte no
me quiere. Se ha equivocado, y en lugar de cargar conmigo ha
cargado con mi hijo.
Yona recibe los veinte copecs convenidos y los clientes se apean. Les
sigue con los ojos hasta que desaparecen en un portal.
conversacin.
Pasa otra hora. Se siente muy mal y decide retirarse. Se yergue, agita
el ltigo.
Una hora despus Yona est en su casa, es decir, en una vasta y sucia
habitacin, donde,
-S.
Libros Tauro
http://www.LibrosTauro.com.ar