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Curso: Biología Mención

Módulo Nº 11 Unidad II. Procesos y funciones vitales.

Sistema respiratorio.

Inspiración. Espiración.

Radiografía de tórax en inspiración y espiración forzada.


INTRODUCCIÓN.

Las células requieren continuamente oxígeno (O2) para realizar las reacciones metabólicas que
les permiten captar la energía de las moléculas de los alimentos y producir ATP. Al mismo,
tiempo estas reacciones liberan dióxido de carbono (CO2). El exceso de CO2 produce acidez
que puede ser tóxica para las células, por lo cual debe eliminarse de manera rápida y eficaz.
Los dos sistemas que contribuyen al aporte de O2 y eliminación de CO2 son el cardiovascular y
el respiratorio. Este último realiza el intercambio de gases. La falla de uno u otro altera la
homeostasis al causar la muerte rápida de las células por falta de oxígeno y acumulación de
productos de desecho.

1. RESPIRACIÓN.

El término respiración se usa para referirse a dos procesos totalmente diferentes


(figura 1). Uno describe una etapa del metabolismo celular en la que participa un organelo
citoplasmático denominado mitocondria y que denominaremos respiración celular. El otro
proceso se desarrolla a nivel del sistema respiratorio y consiste en hacer llegar grandes
cantidades de aire hacia las superficies respiratorias ubicadas en los pulmones (alvéolos), a fin
de realizar rápidamente el intercambio gaseoso entre la sangre y el medio ambiente, que es
lo que conocemos como ventilación pulmonar. Esta última consiste fundamentalmente en
movilizar grandes masas de aire hacia los pulmones (inspiración), y de igual manera
movilizar volúmenes de aire hacia el exterior (espiración). En esta guía nos referiremos a la
respiración en el contexto de la ventilación pulmonar.

Figura 1. Relación existente entre la ventilación pulmonar y la respiración celular.

Las funciones del sistema respiratorio son:

9 Intercambio de gases respiratorios (O2 y CO2) entre la atmósfera y la sangre, a nivel de los
alvéolos pulmonares (hematosis).

9 Regulación del grado de acidez sanguínea (pH), mediante la regulación de la


concentración de CO2 en la sangre.

9 Excreción de sustancias volátiles nocivas (cuerpos cetónicos, anestésicos, entre otros).

9 Excreción de H2O, lo que ayuda a la regulación de la temperatura corporal.


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1.1. Ventilación pulmonar.

Las estructuras anatómicas involucradas en la respiración, tal como se han definido, están
divididas funcionalmente en una porción conductora, y otra respiratoria (Figura 2).

Figura 2. Porciones conductora y respiratoria de las vías respiratorias.

La porción conductora está formada por un sistema complejo de vías aéreas que se inicia
en las fosas nasales y que continúan en la faringe, laringe y tráquea (figura 3a). Esta
última se subdivide en dos bronquios principales, derecho e izquierdo, cada uno se vuelve a
subdividir unas 20 veces, con lo que se forman bronquiolos de calibres cada vez menores,
hasta llegar a los bronquiolos terminales. La porción conductora no efectúa el
intercambio gaseoso y es conocido como espacio muerto (unos 150 ml de aire).

Figura 3. Vías respiratorias superiores e inferiores.

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La porción respiratoria la constituyen los bronquiolos respiratorios y los alvéolos, los
que se encuentran al final de la porción conductora (figura 3 b y c). Las paredes alveolares
son muy delgadas, lo que permite un eficiente intercambio (por difusión simple) de gases
(O2 y CO2), proceso denominado hematosis (figura 4). Por lo mismo, al ser estructuras
extremadamente frágiles deben ser mantenidas y protegidas de factores adversos.
Las delgadas paredes que separan a los alvéolos vecinos, presentan poros que proveen
ventilación colateral, importante en la prevención del colapso pulmonar. Cada alvéolo está
recubierto por un epitelio constituido por dos tipos de células:

• los neumocitos tipo I, que constituyen al epitelio respiratorio, y


• los neumocitos tipo II, células secretoras que producen el surfactante pulmonar,
que impide el colapso pulmonar.

Además, es una región altamente colonizada por células de defensa (Ej. Macrófagos), que
evitan las apariciones de infecciones locales.

Figura 4. Hematosis por difusión simple de O2 y CO2 a través de la membrana alvéolo-capilar.

1.2. Mecánica respiratoria.

La ventilación pulmonar es un proceso mecánico por el cual el aire del ambiente es obligado a
entrar a los pulmones (inspiración) y luego, el aire alveolar es obligado a salir de ellos
(espiración). Este proceso permite satisfacer tanto la demanda por oxígeno como la de la
eliminación del anhídrido carbónico, por parte de los tejidos corporales, ya sea durante el
estado de reposo (respiración en reposo) ó el de ejercicio físico (respiración forzada). Sin
embargo, como los pulmones carecen de movimiento propio, el cambio en el volumen
pulmonar se logra cuando ellos, pasivamente, siguen los movimientos que los
músculos respiratorios le imprimen a la caja toráxica, en los que ellos están contenidos.
En la respiración en reposo la inspiración es activa y la espiración es pasiva (Figura 5 y
tabla 1). En cambio en la respiración forzada tanto la inspiración como la espiración son
activas (tabla 2).

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Tabla 1. Respiración en reposo.

Figura 5. Respiración en reposo.

Tabla 2. Respiración forzada.

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1.3. Volúmenes respiratorios.

Cuando respiramos, inspiramos o espiramos unos 500 ml. (1/2 L) de aire, que suele ser
denominado volumen corriente (VC). Durante el ejercicio físico, nuestra respiración se
hace más profunda y más acelerada, lo cual permite ingresar mayor cantidad de aire a
nuestros pulmones. Eventualmente, uno podría inspirar unos 3.300 ml. de aire adicionales a
los 500 ml que solemos inspirar normalmente. Este volumen adicional es conocido como
volumen de reserva inspiratorio (VRI) o volumen complementario. En la situación
opuesta suele ocurrir que de cuando en cuando, espiramos volúmenes de aire mayores a los
500 ml. que hemos inhalado tranquilamente. Piense en un bostezo, usted podría espirar un
volumen de aire que se aproxima a los 2 L., lo que significa que ha espirado un volumen
adicional, al volumen corriente, de 1200 ml. Este volumen adicional es conocido como
volumen de reserva espiratoria (VRE) o volumen suplementario (figura 6).

Después de realizar una inspiración a nuestra máxima capacidad,


El aire que es podríamos llegar a albergar unos 6 L. de aire en nuestros pulmones.
inspirado es Si posteriormente realizásemos una exhalación forzada, podríamos
diferente al aire evacuar unos 4,5 a 5 L. de aire. Este último volumen es nuestra
espirado en lo
capacidad vital y corresponde a la suma de los volúmenes
que respecta a
sus riquezas
corriente, complementario y suplementario, o sea, 500 ml +
porcentuales de 3300 ml + 1200 ml lo que da un total de 5000 ml (5 L). Cierta
oxígeno, dióxido cantidad de volumen de aire siempre permanece alojado en nuestros
de carbono y pulmones, para el caso descrito, correspondería aproximadamente a
agua 1,0 L., y es conocido como volumen residual (VR).
(ver tabla 3).

Figura 6. Volúmenes pulmonares.

Tabla 3. Composición porcentual del aire inspirado y espirado.

Oxigeno Dióxido de carbono Nitrógeno Vapor de agua


(%O2) (%CO2) (%N2)
Aire inspirado 21 0.03 79 Variable
Aire espirado 16 4 79 Muy abundante

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1.4. Intercambio de gases en el pulmón.

El grosor de la membrana respiratoria, formada por la pared del alvéolo y la pared del capilar,
es de aproximadamente 0,1 a 0,4 µm (0,0001 a 0,0004 mm). Los gases respiratorios
(O2 y CO2), son capaces de difundir a favor de sus gradientes de concentración, la que se ve
además favorecida por la gran superficie disponible para tal efecto, se estima en unos 140
metros cuadrados, entre ambos pulmones, una superficie significativamente mayor a la
superficie exterior de nuestro cuerpo (tabla 4). El resultado final de todo ésto es una difusión
neta de oxígeno desde el interior de los alvéolos hacia la sangre y una difusión neta de dióxido
de carbono desde la sangre hacia el interior de los alvéolos (figura 7).

Figura 7. Gases respiratorios en la sangre pulmonar y en aire alveolar.

Tabla 4. Características de la superficie de intercambio de gases a nivel alveolar.

Número de alvéolos Superficie total Superficie de Espesor de la pared Volumen total de


por pulmón estimada en m2 contacto aire- alveolar en µm aire inhalado en
sangre en m2 litros

300.000.000 200 70 0,1 – 0,4 3

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2. REGULACIÓN DE LA RESPIRACIÓN.

La respiración es un proceso finamente regulado que permite cubrir, en todo momento, las
cambiantes demandas metabólicas por parte del organismo en reposo o durante el ejercicio
físico. Sin embargo, a pesar de lo cambiante que pudieran ser las necesidades metabólicas del
organismo, las concentraciones sanguíneas de oxígeno, anhídrido carbónico y de protones, en
todo momento, se mantienen prácticamente inalterables.
La respiración se encuentra regulada por el sistema nervioso mediante un centro
respiratorio presente en el tronco encefálico (figura 8).

2.1. Centro Respiratorio.

Está constituido por varios núcleos neuronales ubicados tanto en el bulbo raquídeo (grupos
respiratorios dorsal y ventral) como en la protuberancia anular (centros neumotáxico y
apnéustico). Mientras los núcleos de bulbo se encargan de dar ritmicidad a la respiración
(ésto es, luego de un movimiento inspiratorio viene otro espiratorio), los de la protuberancia
anular se encargan de cambiar la frecuencia respiratoria (número de inspiraciones por
minuto).

Figura 8. Tronco encefálico y su centro respiratorio.

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2.2 Regulación del ritmo respiratorio.

a) Grupo respiratorio dorsal.

Controla la respiración normal y es estimulado por los impulsos sensitivos que provienen de
quimiorreceptores centrales (ubicados en el bulbo raquídeo), quimiorreceptores periféricos
(ubicados en la pared de las arterias carótidas y aorta), mecanorreceptores pulmonares y
barorreceptores. Como resultado, el grupo respiratorio dorsal inicia los movimientos
inspiratorios (ver figura 9).

Figura 9. Mecánica de la respiración en reposo.

b) Grupo respiratorio ventral.

Controla la respiración forzada (que permite una mayor ventilación pulmonar) al ser
estimulado por el grupo respiratorio dorsal. Como resultado de ello, el grupo respiratorio
ventral inicia los movimientos inspiratorios y espiratorios (ver figura 10).

Figura 10.Mecánica de la respiración forzada.

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2.3. Regulación de la frecuencia respiratoria:

Los centros neumotáxico y apnéustico actúan sobre el centro de la ritmicidad respiratoria del
bulbo raquídeo (grupos respiratorios dorsal y ventral) modificando el tiempo para la
inspiración respiratoria.

Centro neumotáxico:

Su función es limitar el tiempo para la etapa de inspiración originada por el grupo neuronal
dorsal del bulbo raquídeo, de modo que, al generar inspiraciones breves, aumenta la
frecuencia respiratoria.

Centro apnéustico:

Su función es aumentar el tiempo para la etapa de inspiración originada por el grupo neuronal
dorsal del bulbo raquídeo, de modo que, al generar inspiraciones más profundas, disminuye la
frecuencia respiratoria.

a) Regulación sobre el centro respiratorio.

Existe una variedad de mecanismos regulatorios capaces de modificar la función respiratoria,


al actuar sobre el centro respiratorio nervioso del tronco encefálico (figura 11). Sabemos,
desde nuestra experiencia, que tenemos un control voluntario/ involuntario sobre la
respiración (haz la prueba, pero ahogarte voluntariamente por dejar de respirar, NO lo podrás
hacer jamás). Por otra parte, existe un control reflejo del llenado pulmonar, mediado por
mecanorreceptores pulmonares, que impide el excesivo llenado del pulmón. Sin embargo, más
interesante que ellos, es el control químico de la respiración.

Figura 11 .Tipos de controles sobre el centro respiratorio nervioso.

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Control químico de la respiración:

La finalidad última de la respiración es mantener concentraciones sanguíneas adecuadas de


oxígeno, dióxido de carbono y protones para los tejidos corporales. Por ello, no resulta
extraño que la actividad respiratoria responda notablemente a cambios de cada uno de ellos.

Control químico directo:

Este control directo lo ejercen las concentraciones de CO2 y protones sanguíneos al


actuar directamente sobre los quimiorreceptores centrales (ubicados en el bulbo raquídeo),
según lo señala la figura 12.

Figura 12. Control químico directo sobre el centro respiratorio.

Se debe hacer notar que, la concentración de oxígeno sanguíneo ejerce una pobre (o nula)
estimulación de los receptores centrales ubicados en el bulbo raquídeo. Sin embargo, una
brutal caída de la concentración de oxígeno sanguínea, sí sería capaz de estimular a los
quimiorreceptores periféricos aórticos y carotídeos. A menos que esto último suceda, se debe
considerar que el oxígeno NO ejerce un control químico directo sobre la respiración.

b) Regulación de la respiración durante el ejercicio físico.

Durante el ejercicio físico tanto la demanda por oxígeno como la producción de CO2, por parte
de los tejidos, aumentan hasta casi 20 veces, respecto del estado de reposo. Sin embargo
(y ésto es lo importante), la concentración de O2, CO2 y protones, presentes en la sangre, se
mantienen prácticamente sin cambios. Por ello, es difícil responsabilizar a dichos estímulos
químicos de provocar el aumento en la respiración, que se observa durante el ejercicio
físico. Actualmente, se cree que el responsable del aumento de la ventilación pulmonar serían
estímulos nerviosos cerebrales que partiendo de la corteza motora estimularían el centro
respiratorio del tronco encefálico.

2.4. Adaptaciones del organismo al esfuerzo.

Para satisfacer la demanda metabólica durante el ejercicio físico, se producen grandes


cambios fisiológicos que afectan tanto a la mecánica ventilatoria (por estimulación del
centro respiratorio) como a la del sistema cardiovascular (por estimulación del centro
vasomotor). Por una parte, aumenta la frecuencia respiratoria y por otra el aporte sanguíneo
a los órganos en activo metabolismo.
La tabla 5 muestra el flujo sanguíneo en diferentes órganos durante el reposo y durante dos
niveles de actividad física (moderado e intenso).

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Tabla 5. Flujo sanguíneo en diferentes órganos durante el reposo y distintos niveles de actividad física.

Flujo sanguíneo
Órganos
(mL/min.)
Ejercicio
Reposo Ejercicio intenso
moderado
Cerebro 750 750 750
Piel 500 1800 2000
Corazón
750 750 750
(circulación coronaria)
Aparato respiratorio (*) 1300 500 300
Riñones 1000 500 400
Músculos 1100 12500 14000

(*) Se refiere al riego sanguíneo nutricio del pulmón y no al riego sanguíneo funcional
(aquel que realiza hematosis).

Si te fijas bien, algunos órganos reciben mayor aporte sanguíneo durante el ejercicio que
durante el reposo, y otros, en cambio, ven su aporte disminuido. El riego cerebral, cardíaco,
pulmonar y renal permanecen constantes ó, incluso, disminuyen, para, así, derivar un mayor
riego sanguíneo a la piel y los músculos.

2.5. Otras adaptaciones.

El sistema respiratorio está coordinado con el centro vasomotor (controla la función del
sistema circulatorio) por lo tanto al aumentar y al disminuir las necesidades de intercambio
también se acopla el sistema circulatorio para facilitar la ejecución.
El sistema respiratorio también tiene variaciones de actividad no, necesariamente,
respiratoria, es el caso del vómito, en donde se detiene la respiración para evitar que los
fluidos ingresen a los pulmones.
Además las emociones también afectan. Por ejemplo la felicidad aumenta la frecuencia
respiratoria y cardíaca. La tristeza, disminuye la frecuencia cardíaca y respiratoria. Un animal
con una herida tiene una frecuencia respiratoria y cardíaca elevada.

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3. ALGUNAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS.

Asma: Enfermedad que se debe a una reacción de cierre de los bronquios e inflamación de la
mucosa respiratoria. Se caracteriza por aparecer en episodios, en los que hay dificultad
respiratoria, sensación de ahogo, silbidos en el pecho y mucosidad.

Bronquitis: Trastorno en el que se produce una inflamación de la capa mucosa interna de los
bronquios. Suele acompañarse de tos, mucosidad y fiebre. La exposición a sustancias
irritantes (humo, tabaco) suele ser la causa inicial.

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): Trastorno, como bronquitis o


enfisema, en el que hay cierto grado de obstrucción de los conductos respiratorios y, por
consiguiente, aumenta las resistencias de las vías respiratorias.

Neumonía: Es la inflamación del tejido que conforma los pulmones, normalmente por causa
de infección por Neumococos.

Rinitis: Inflamación crónica o aguda de la mucosa nasal.

Tos: Es un reflejo que consiste en una inspiración prolongada y profunda, seguida del cierre
la epiglotis y cuerdas vocales, lo cual produce una espiración de gran fuerza. Esta contracción
muscular provoca un aumento de presión. La salida es taponada y cuando se abre el aire sale
a velocidad muy elevada con el objetivo de sacar cualquier cuerpo extraño.
Puede aparecer como síntoma que acompaña otros procesos o como situación puntual ante un
foco irritante.

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GLOSARIO

Agente tensoactivo: Compleja mezcla de fosfolípidos y lipoproteínas que producen, en los


pulmones, las células alveolares (parietales) de tipo II, mezcla que reduce la tensión
superficial. También se le llama surfactante.

Apnea: Detención del ritmo respiratorio. Una complicación puede ser la muerte súbita del
lactante.

Capacidad pulmonar total: Suma del volumen corriente, más el inspiratorio de reserva, el
espiratorio de reserva y el residual; es de alrededor de 6.000 mL en el adulto promedio.

Capacidad residual funcional: Es la suma del volumen residual más el espiratorio de


reserva; aproximadamente de 2.400 mL.

Capacidad vital: Suma del volumen inspiratorio de reserva, más el corriente y el espiratorio
de reserva; es de aproximadamente 4.800 mL.

Edema pulmonar. Acumulación anormal de líquido intersticial en los espacios tisulares y los
alveolos de los pulmones, debido a un aumento en la permeabilidad capilar pulmonar o en la
presión capilar pulmonar.

Embolia pulmonar (EP). Obstrucción del flujo de sangre hacia el tejido pulmonar causado
por un coágulo sanguíneo o un cuerpo extraño que ocluyen la luz de un vaso arterial
pulmonar.

Enfisema. Trastorno pulmonar con desintegración de las paredes alveolares, lo que genera
espacios aéreos anormalmente grandes y pérdida de la elasticidad pulmonar; por lo regular lo
causa la exposición al humo del cigarrillo.

Espirómetro. Aparato que sirve para medir los volúmenes y las capacidades pulmonares.

Eupnea. Respiración tranquila normal.

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