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Sistema respiratorio.
Inspiración. Espiración.
Las células requieren continuamente oxígeno (O2) para realizar las reacciones metabólicas que
les permiten captar la energía de las moléculas de los alimentos y producir ATP. Al mismo,
tiempo estas reacciones liberan dióxido de carbono (CO2). El exceso de CO2 produce acidez
que puede ser tóxica para las células, por lo cual debe eliminarse de manera rápida y eficaz.
Los dos sistemas que contribuyen al aporte de O2 y eliminación de CO2 son el cardiovascular y
el respiratorio. Este último realiza el intercambio de gases. La falla de uno u otro altera la
homeostasis al causar la muerte rápida de las células por falta de oxígeno y acumulación de
productos de desecho.
1. RESPIRACIÓN.
9 Intercambio de gases respiratorios (O2 y CO2) entre la atmósfera y la sangre, a nivel de los
alvéolos pulmonares (hematosis).
Las estructuras anatómicas involucradas en la respiración, tal como se han definido, están
divididas funcionalmente en una porción conductora, y otra respiratoria (Figura 2).
La porción conductora está formada por un sistema complejo de vías aéreas que se inicia
en las fosas nasales y que continúan en la faringe, laringe y tráquea (figura 3a). Esta
última se subdivide en dos bronquios principales, derecho e izquierdo, cada uno se vuelve a
subdividir unas 20 veces, con lo que se forman bronquiolos de calibres cada vez menores,
hasta llegar a los bronquiolos terminales. La porción conductora no efectúa el
intercambio gaseoso y es conocido como espacio muerto (unos 150 ml de aire).
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La porción respiratoria la constituyen los bronquiolos respiratorios y los alvéolos, los
que se encuentran al final de la porción conductora (figura 3 b y c). Las paredes alveolares
son muy delgadas, lo que permite un eficiente intercambio (por difusión simple) de gases
(O2 y CO2), proceso denominado hematosis (figura 4). Por lo mismo, al ser estructuras
extremadamente frágiles deben ser mantenidas y protegidas de factores adversos.
Las delgadas paredes que separan a los alvéolos vecinos, presentan poros que proveen
ventilación colateral, importante en la prevención del colapso pulmonar. Cada alvéolo está
recubierto por un epitelio constituido por dos tipos de células:
Además, es una región altamente colonizada por células de defensa (Ej. Macrófagos), que
evitan las apariciones de infecciones locales.
La ventilación pulmonar es un proceso mecánico por el cual el aire del ambiente es obligado a
entrar a los pulmones (inspiración) y luego, el aire alveolar es obligado a salir de ellos
(espiración). Este proceso permite satisfacer tanto la demanda por oxígeno como la de la
eliminación del anhídrido carbónico, por parte de los tejidos corporales, ya sea durante el
estado de reposo (respiración en reposo) ó el de ejercicio físico (respiración forzada). Sin
embargo, como los pulmones carecen de movimiento propio, el cambio en el volumen
pulmonar se logra cuando ellos, pasivamente, siguen los movimientos que los
músculos respiratorios le imprimen a la caja toráxica, en los que ellos están contenidos.
En la respiración en reposo la inspiración es activa y la espiración es pasiva (Figura 5 y
tabla 1). En cambio en la respiración forzada tanto la inspiración como la espiración son
activas (tabla 2).
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Tabla 1. Respiración en reposo.
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1.3. Volúmenes respiratorios.
Cuando respiramos, inspiramos o espiramos unos 500 ml. (1/2 L) de aire, que suele ser
denominado volumen corriente (VC). Durante el ejercicio físico, nuestra respiración se
hace más profunda y más acelerada, lo cual permite ingresar mayor cantidad de aire a
nuestros pulmones. Eventualmente, uno podría inspirar unos 3.300 ml. de aire adicionales a
los 500 ml que solemos inspirar normalmente. Este volumen adicional es conocido como
volumen de reserva inspiratorio (VRI) o volumen complementario. En la situación
opuesta suele ocurrir que de cuando en cuando, espiramos volúmenes de aire mayores a los
500 ml. que hemos inhalado tranquilamente. Piense en un bostezo, usted podría espirar un
volumen de aire que se aproxima a los 2 L., lo que significa que ha espirado un volumen
adicional, al volumen corriente, de 1200 ml. Este volumen adicional es conocido como
volumen de reserva espiratoria (VRE) o volumen suplementario (figura 6).
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1.4. Intercambio de gases en el pulmón.
El grosor de la membrana respiratoria, formada por la pared del alvéolo y la pared del capilar,
es de aproximadamente 0,1 a 0,4 µm (0,0001 a 0,0004 mm). Los gases respiratorios
(O2 y CO2), son capaces de difundir a favor de sus gradientes de concentración, la que se ve
además favorecida por la gran superficie disponible para tal efecto, se estima en unos 140
metros cuadrados, entre ambos pulmones, una superficie significativamente mayor a la
superficie exterior de nuestro cuerpo (tabla 4). El resultado final de todo ésto es una difusión
neta de oxígeno desde el interior de los alvéolos hacia la sangre y una difusión neta de dióxido
de carbono desde la sangre hacia el interior de los alvéolos (figura 7).
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2. REGULACIÓN DE LA RESPIRACIÓN.
La respiración es un proceso finamente regulado que permite cubrir, en todo momento, las
cambiantes demandas metabólicas por parte del organismo en reposo o durante el ejercicio
físico. Sin embargo, a pesar de lo cambiante que pudieran ser las necesidades metabólicas del
organismo, las concentraciones sanguíneas de oxígeno, anhídrido carbónico y de protones, en
todo momento, se mantienen prácticamente inalterables.
La respiración se encuentra regulada por el sistema nervioso mediante un centro
respiratorio presente en el tronco encefálico (figura 8).
Está constituido por varios núcleos neuronales ubicados tanto en el bulbo raquídeo (grupos
respiratorios dorsal y ventral) como en la protuberancia anular (centros neumotáxico y
apnéustico). Mientras los núcleos de bulbo se encargan de dar ritmicidad a la respiración
(ésto es, luego de un movimiento inspiratorio viene otro espiratorio), los de la protuberancia
anular se encargan de cambiar la frecuencia respiratoria (número de inspiraciones por
minuto).
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2.2 Regulación del ritmo respiratorio.
Controla la respiración normal y es estimulado por los impulsos sensitivos que provienen de
quimiorreceptores centrales (ubicados en el bulbo raquídeo), quimiorreceptores periféricos
(ubicados en la pared de las arterias carótidas y aorta), mecanorreceptores pulmonares y
barorreceptores. Como resultado, el grupo respiratorio dorsal inicia los movimientos
inspiratorios (ver figura 9).
Controla la respiración forzada (que permite una mayor ventilación pulmonar) al ser
estimulado por el grupo respiratorio dorsal. Como resultado de ello, el grupo respiratorio
ventral inicia los movimientos inspiratorios y espiratorios (ver figura 10).
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2.3. Regulación de la frecuencia respiratoria:
Los centros neumotáxico y apnéustico actúan sobre el centro de la ritmicidad respiratoria del
bulbo raquídeo (grupos respiratorios dorsal y ventral) modificando el tiempo para la
inspiración respiratoria.
Centro neumotáxico:
Su función es limitar el tiempo para la etapa de inspiración originada por el grupo neuronal
dorsal del bulbo raquídeo, de modo que, al generar inspiraciones breves, aumenta la
frecuencia respiratoria.
Centro apnéustico:
Su función es aumentar el tiempo para la etapa de inspiración originada por el grupo neuronal
dorsal del bulbo raquídeo, de modo que, al generar inspiraciones más profundas, disminuye la
frecuencia respiratoria.
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Control químico de la respiración:
Se debe hacer notar que, la concentración de oxígeno sanguíneo ejerce una pobre (o nula)
estimulación de los receptores centrales ubicados en el bulbo raquídeo. Sin embargo, una
brutal caída de la concentración de oxígeno sanguínea, sí sería capaz de estimular a los
quimiorreceptores periféricos aórticos y carotídeos. A menos que esto último suceda, se debe
considerar que el oxígeno NO ejerce un control químico directo sobre la respiración.
Durante el ejercicio físico tanto la demanda por oxígeno como la producción de CO2, por parte
de los tejidos, aumentan hasta casi 20 veces, respecto del estado de reposo. Sin embargo
(y ésto es lo importante), la concentración de O2, CO2 y protones, presentes en la sangre, se
mantienen prácticamente sin cambios. Por ello, es difícil responsabilizar a dichos estímulos
químicos de provocar el aumento en la respiración, que se observa durante el ejercicio
físico. Actualmente, se cree que el responsable del aumento de la ventilación pulmonar serían
estímulos nerviosos cerebrales que partiendo de la corteza motora estimularían el centro
respiratorio del tronco encefálico.
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Tabla 5. Flujo sanguíneo en diferentes órganos durante el reposo y distintos niveles de actividad física.
Flujo sanguíneo
Órganos
(mL/min.)
Ejercicio
Reposo Ejercicio intenso
moderado
Cerebro 750 750 750
Piel 500 1800 2000
Corazón
750 750 750
(circulación coronaria)
Aparato respiratorio (*) 1300 500 300
Riñones 1000 500 400
Músculos 1100 12500 14000
(*) Se refiere al riego sanguíneo nutricio del pulmón y no al riego sanguíneo funcional
(aquel que realiza hematosis).
Si te fijas bien, algunos órganos reciben mayor aporte sanguíneo durante el ejercicio que
durante el reposo, y otros, en cambio, ven su aporte disminuido. El riego cerebral, cardíaco,
pulmonar y renal permanecen constantes ó, incluso, disminuyen, para, así, derivar un mayor
riego sanguíneo a la piel y los músculos.
El sistema respiratorio está coordinado con el centro vasomotor (controla la función del
sistema circulatorio) por lo tanto al aumentar y al disminuir las necesidades de intercambio
también se acopla el sistema circulatorio para facilitar la ejecución.
El sistema respiratorio también tiene variaciones de actividad no, necesariamente,
respiratoria, es el caso del vómito, en donde se detiene la respiración para evitar que los
fluidos ingresen a los pulmones.
Además las emociones también afectan. Por ejemplo la felicidad aumenta la frecuencia
respiratoria y cardíaca. La tristeza, disminuye la frecuencia cardíaca y respiratoria. Un animal
con una herida tiene una frecuencia respiratoria y cardíaca elevada.
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3. ALGUNAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS.
Asma: Enfermedad que se debe a una reacción de cierre de los bronquios e inflamación de la
mucosa respiratoria. Se caracteriza por aparecer en episodios, en los que hay dificultad
respiratoria, sensación de ahogo, silbidos en el pecho y mucosidad.
Bronquitis: Trastorno en el que se produce una inflamación de la capa mucosa interna de los
bronquios. Suele acompañarse de tos, mucosidad y fiebre. La exposición a sustancias
irritantes (humo, tabaco) suele ser la causa inicial.
Neumonía: Es la inflamación del tejido que conforma los pulmones, normalmente por causa
de infección por Neumococos.
Tos: Es un reflejo que consiste en una inspiración prolongada y profunda, seguida del cierre
la epiglotis y cuerdas vocales, lo cual produce una espiración de gran fuerza. Esta contracción
muscular provoca un aumento de presión. La salida es taponada y cuando se abre el aire sale
a velocidad muy elevada con el objetivo de sacar cualquier cuerpo extraño.
Puede aparecer como síntoma que acompaña otros procesos o como situación puntual ante un
foco irritante.
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GLOSARIO
Apnea: Detención del ritmo respiratorio. Una complicación puede ser la muerte súbita del
lactante.
Capacidad pulmonar total: Suma del volumen corriente, más el inspiratorio de reserva, el
espiratorio de reserva y el residual; es de alrededor de 6.000 mL en el adulto promedio.
Capacidad vital: Suma del volumen inspiratorio de reserva, más el corriente y el espiratorio
de reserva; es de aproximadamente 4.800 mL.
Edema pulmonar. Acumulación anormal de líquido intersticial en los espacios tisulares y los
alveolos de los pulmones, debido a un aumento en la permeabilidad capilar pulmonar o en la
presión capilar pulmonar.
Embolia pulmonar (EP). Obstrucción del flujo de sangre hacia el tejido pulmonar causado
por un coágulo sanguíneo o un cuerpo extraño que ocluyen la luz de un vaso arterial
pulmonar.
Enfisema. Trastorno pulmonar con desintegración de las paredes alveolares, lo que genera
espacios aéreos anormalmente grandes y pérdida de la elasticidad pulmonar; por lo regular lo
causa la exposición al humo del cigarrillo.
Espirómetro. Aparato que sirve para medir los volúmenes y las capacidades pulmonares.
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