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ENTREVISTA

Ángel
“A algunos
Teruel:
les molestaba
que saliera peinado de la plaza”
“El día quince me fui a Vista Alegre. Esta plaza me merece especial predilección. Carabanchel me acogió siempre con ca-
riño en aquellos años en que por fas o por nefas no pude hacer el paseíllo en Madrid. Ese día toreaba Ángel Teruel. El anun-
cio decía que empezaba por donde acababan las figuras, y pensando que dos años seguidos había matado yo solo tam-
bién seis toros, quise ver si el anuncio era cierto. No oculto mi satisfacción de haberme decidido por la ‘Alegre Chata’. Al
ver la soltura, la facilidad y la intuición con que andaba el chaval, sentí una verdadera alegría. (…) Me sorprendió que un
muchacho tan joven conozca tan bien el toreo y lo practique con tanta limpieza. (…) Todo su quehacer con esa difícil fa-
cilidad, que es patrimonio raro de raros artistas, me hizo salir de Vista Alegre bajo la impresión de haber visto a un tore-
ro para muchos años y con grandes posibilidades”. Blanco y Negro, Antonio Bienvenida, mayo de 1967

Texto: José Ignacio de la Serna Miró


Fotos: Botán

Pregunta | Aunque nació en el madrileño


barrio de Embajadores, su historia tauri-
na arranca en la torerísima calle Ferraz.
Respuesta | El ambiente que de niño respiré
en casa influyó mucho en mi vocación de to-
rero. Ten en cuenta que mi hermano Pepe fue
matador de toros y esa circunstancia fue de-
terminante para mí. Luego, mi padre tenía un
negocio en la calle Ferraz, un tiovivo, y allí co-
nocí a los hijos de mis primeros apoderados,
Pepe y Domingo Dominguín. Vivían enfrente
y nos hicimos íntimos amigos. A Peloncho y
a Dominguito les dejaba montar en los caba-
llitos a condición de que ellos me dejaran el
capote y la muleta. Ese era el trato.

¿Eran dos criaturas inocentes o sabía


que sus padres estaban vinculados al
mundo del toro?
Lo sabía, lo sabía…Yo ya tenía mi bolina de que-
rer ser torero, así que conocía perfectamente
de qué iba la vaina. Íbamos juntos a los toros
a Vista Alegre, la plaza situada en Carabanchel
que entonces regentaban sus padres. Recuer-
do que la primera vez que me puse delante te-
nía sólo ocho años. Fue en casa de Mariano
García de Lora, en Vaciamadrid. Se sortearon
tres becerritas, una para cada uno. Peloncho
y Dominguito aparecieron impecablemente
vestidos de corto. Y yo con unos pantaloncitos
vaqueros.... No hace falta que te diga que es-
tos ni se pusieron delante. Después, según me
dijeron los Dominguín estuve fenomenal.

¿Y luego?
Mi madrina era María Rosa Salgado, actriz de cine
y mujer de Pepe Dominguín. Y como práctica-

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mente me había criado en su casa, era encanta- él aprendí la técnica del arte de torear, el saber
dora conmigo. A espaldas de su marido hablaba estar en la plaza, el gusto por los detalles, la co-
con los ganaderos para que me dieran cuartel y locación… “Angelito, tienes unas cualidades es-
así poder torear. Hasta ese punto me quería. n la feria tupendas para ser torero”, decía. También
tuve la suerte de tratar a Domingo Ortega, pero
Y el señor Dominguín viéndolas venir…
Pepe se enteró tiempo después (risas). Hasta
del 75 le dije el de Borox era diferente. Tenía otro carácter,
era más reservón. Un hombre de campo, cha-
que un buen día mi madrina le preguntó con
sorna: “¿Pepe, no estabais buscando un tore-
a Paco Camino: pado a la antigua. Desgraciadamente estuve pre-
sente el día que una becerra mató a Antonio en
ro?, pues lo tenéis enfrente”. Mi primera no- casa de Amelia Pérez-Tabernero. Esas cosas se
villada sin picadores la toreé en Vista Alegre,
«Maestro, le quedan a uno grabadas para siempre.
el 19 de mayo de 1966, en el certamen La Opor-
tunidad, que organizaban ellos. Tenía dieciséis le brindo este ¿Le afectó su muerte?
años. Los novillos fueron de Agapito Blanco y Mucho, me afectó mucho. Ten en cuenta que
toreamos esa tarde Jacobo Belmonte, Currito, toro porque me yo era un chaval. Pero aquello fue un accidente.
que luego lo mató un toro en la sierra de Ma- Recuerdo que aquel tentadero se organizó para
drid, uno que le llamaban el Pelos, y yo. Tras he puesto que un empresario amigo de la familia llamado
aquella primera novillada Pepe y Domingo de- Fernando Graña viera la actuación de su so-
cidieron apoderarme en serio. El niño del tio- cachondo brino Miguel, hijo de Ángel Luis, que andaba
vivo podía ser torero. con la idea de ser torero. La muerte de Anto-
viéndole torear»” nio fue una tragedia para todos.
¿Qué sucede de los ocho a los dieciséis
años en que debuta sin caballos? Lamentablemente también presenció la
Entrenaba a diario y estudiaba, pero poco, por- muerte de otro compañero, la del bande-
que no llegué a terminar el Bachillerato. Me rillero Manuel Leyton El Coli, el 15 de agos-
quedé en tercero. No era buen estudiante y mi to de 1964 en Madrid.
ilusión estaba en ser torero. En cuanto surgía Aquello fue tremendo... Esa tarde toreaba mi
la ocasión me escapaba del colegio a la Casa hermano y yo me encontraba en un tendido
de Campo a torear de salón. Sin picadores in- de la plaza con mi tío Antonio. Un novillo de
tervine en seis novilladas, en La Oportunidad, Ángel Rodríguez de Arce formó un barullo en
y luego sumé dieciocho más. Al año siguien- el tercio de varas y al salir de naja del caballo
te, en 1967 debuté con caballos en Fuengiro- se lo llevó por delante, con tan mala fortuna
la y toreé veinte tardes. Pero antes de tomar la que le pegó una cornada mortal en el pecho.
alternativa en Burgos me encerré en solitario Inmediatemante bajé del tendido a la barre-
con seis novillos de Garzón en Carabanchel. ra y al verlo pasar camino de la enfermería con
Fue todo un éxito. los ojos vueltos, en blanco… Se me vino el mun-
do encima. A los pocos minutos por la mega-
¿De quién fue la idea? fonía de la plaza anunciaron que la corrida
Mía y de mis apoderados. Decían que delante quedaba suspendida por el fallecimiento de El
del novillo se me veía demasiado fácil y que la Coli. ¡Fue horrible! Me impresionó de tal ma-
gente no me daba importancia, que con el toro nera que me fui a casa y no me levanté de la
luciría mucho más. Al principio me sorprendió cama en tres meses. No podía moverme. Sufrí
la idea. Por eso me anuncié en solitario, para un shock emocional que me dejó el nervio cia-
ver si era capaz. Después del triunfo de Vista Ale- tico paralizado. También me impresionó la
gre se disiparon todas mis dudas. Sabía que es- muerte de Paquirri y la de mi ahijado José Cu-
taba preparado. Aquel triunfo me dio una in- Sí, es curioso, sobre todo porque con Antonio bero Yiyo.
mensa seguridad. Cuando tomé la alternativa Bienvenida tuve una relación entrañable.
tan sólo llevaba seis meses como novillero. ¿Cómo era su relación con Luis Miguel Do-
Me parece admirable la capacidad del minguín?
Ese año del 67 Antonio Bienvenida, que du- maestro para vislumbrar las cualidades in- Luis Miguel estaba al margen de todo. Apenas
rante un tiempo estuvo alejado de los rue- natas de un torero en ciernes: facilidad, in- trate con él. No me dio cuartel, la verdad. Lo
dos, colaboró con el semanario Blanco y tuición, limpieza en la ejecución de las único que hizo fue coger un capote para echar-
Negro en calidad de crítico taurino. La cró- suertes, conocimiento del toreo… me una mano cuando maté algunos toros a
nica que figura al comienzo de esta en- Es que Antonio además de ser un grandioso puerta cerrada antes de la alternativa. Eso fue
trevista corresponde precisamente a su en- profesional era un aficionado excepcional. todo. Pero no me dio ni un consejo.
cerrona en solitario. ¿La conocía? Porque se puede ser muy buen torero y luego
No, no la conocía. ¡Es preciosa! Oye, ¡qué cosa más no ser buen aficionado. Yo he conocido a más ¿Le molestaba su actitud?
bonita! Y más sabiendo de donde viene. Ahora de uno. Pues sí, porque no entendía el motivo. Él era
que lo pienso, sabía que Antonio estuvo cola- una figura consagrada y yo un chaval que em-
borando con el semanario Blanco y Negro, pero En el plano personal ¿cómo era Bienvenida? pezaba. Además ya estaba retirado. Celosillo
no que hubiera escrito la crónica esa tarde. Era un hombre afectuoso y comunicativo. ha sido siempre y vanidoso más todavía. Qui-
Todo un señor. Le conocí gracias a mis apode- zás por ahí fueran los tiros. Pero también por
Pues resulta sorprendente que hayan te- rados, que por aquel entonces también apo- eso fue una gran figura del toreo. Sin embargo
nido que pasar nada menos que cuarenta deraban al maestro. Antonio me llevó mucho Ordóñez me dio cancha. Toreamos juntos
y tres años para leerla… a tentar al campo cuando yo era becerrista y con treinta tardes.

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ENTREVISTA

Cuando llegó a figura, ¿se comportó de la La imagen de Teruel, desde sus comienzos,
misma forma con los que empezaban? era la de una figura del toreo…
De ninguna manera. Cuando empezaba, al- Me gustaba sentirme torero desde que me ves-
gunos toreros veteranos para equivocarte te tía y siempre me he preocupado de cuidar al
aconsejaban que te pusieras por un pitón sa- máximo los detalles, como corresponde a un
biendo que ese no era el lado bueno del toro. artista.
Un día tentando de chaval con Ordóñez, que
como ya he dicho me dio cuartel de matador, Algunos le criticaban aquel miramiento,
me senté ignorante sobre un capote fuera del decían que era ‘relamido’…
burladero mientras el maestro toreaba. Yo te- En este país somos muy envidiosos. Al prin-
nía los ojos llenos de admiración pero Anto- cipio queremos crear al ídolo pero una vez cre-
nio, lleno de resabios, fue tirando de la vaca ado nos complace derrumbarlo. Andaba por
poco a poco hasta que me la echó encima. la plaza con garbo, con torería, con gusto, sa-
“Para que no te vuelvas a sentar cuando torea bía entrar y salir de la cara del toro... En el fon-
un torero”, me soltó. do lo que de verdad me criticaban era que po-
día con el toro sin necesidad de enseñar los ti-
Había que andar con pies de plomo… rantes. Estaba por encima de las circunstan-
Había que atarse bien los machos. Yo era no- cias y nunca me vieron con el agua al cuello.
villero y ellos figuras consagradas, así que no Y eso a muchos les jodía. Aunque en ocasiones
entendía las razones que originaban aquella esa facilidad y ese mimo por cuidar los deta-
actitud. Con el paso del tiempo pienso que lles fuese hasta cierto punto contraproducente,
aquellos toreros cuando veían que alguien te- también es cierto que fue creando mi propia
nía posibilidades tomaban sus precauciones. personalidad. A la mayoría les molestaba que
saliera de la plaza peinao, joder. ¡Ni que fue-
Sin apenas tiempo de presentarse en Ma- ra a apagar un fuego!
drid y Sevilla, tomó la alternativa en Bur-
gos de manos de El Viti, en festejo televi- Le llamaban el ‘chulo’ de Embajadores.
sado, y cortó tres orejas y un rabo. (Risas) Porque iba mu estirao y mu derecho, en
Ese año acabé la temporada con cuarenta co- la plaza y en la calle. La gente por norma ge-
rridas de toros. Dos años más tarde, en 1969 neral es abogada de pobres. Fuera de la plaza
confirmé el doctorado en la feria de San Isi- los toreros han perdido la personalidad. Y para
dro y abrí la Puerta Grande después de cortar ser torero lo primero es parecerlo.
tres orejas a un lote de Atanasio Fernández.
Cuando llegué al túnel de cuadrillas estaban Tres años después de salir dos veces a hom-
serias hasta las mulillas. Pocos días después bros de Las Ventas de manera consecuti-

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volví a salir a hombros al cortar dos orejas a va se retira. ¿Cuáles fueron las causas?
un toro de Pilar Fernández Cobaleda. A par- Estaba atorao y tuve que parar. En el toreo lle-
tir de ahí me instalé en la cima del toreo, al ga un momento en el que el cuerpo y la men-
lado de figuras tan emblemáticas como Or- te dicen basta. Al año siguiente reaparecí, pero uchos
dóñez, El Viti, El Cordobés, Puerta… Tenía en 1982 de nuevo dejé de torear por los mis-
diecisiete años. Pero en Madrid había que mos motivos. Dos años más tarde cuajé en Ma- piensan que
apretarse bien. A mí me miraban hasta cómo drid uno de los toros que mejor he toreado en
llevaba el lazo de las zapatillas. Para triunfar mi vida, de Alonso Moreno. Le corté una ore- cuando un torero
en esa plaza hay que estar por encima de la ja con mucha fuerza, aunque me pidieron las
suerte. dos. Después de alejarte de los ruedos es no exterioriza su
muy difícil volver a ponerte en primera fila,
Para lograr todo eso en tan poco tiempo y yo era capaz. sufrimiento está
hay que tener el toreo metido en la cabeza.
Nací torero y en poquísimo tiempo asimilé la ¿A qué se dedicó durante su primera re- birlongueando”
profesión. tirada?
Me encerré en el campo, en esta finca, a des-
Decían de Teruel que empezaba por don- conectar, a respirar. Y también me casé con la pañolas. Pero fue poco tiempo. Sólo he tra-
de acababan las figuras… que fue mi mujer, Lidia Dominguín, hija de bajado un mes en toda mi vida.
Poseía esa difícil facilidad de la que hablaba Bien- Pochola. Lidia me dio moral y seguridad en mí
venida. La frase “empieza por donde acaban las mismo. Se había criado entre toreros y cono- ¡Pues me parece mucho!
figuras” fue idea de Alfredo Portolés, ilustre pe- cía este mundo. Mucho no, ¡muchísimo! (Carcajadas).
riodista, amigo y gran aficionado que entonces
llevaba el tema publicitario de todas las plazas Fuera de la plaza, ¿era caprichoso? ¿Y las mujeres…?
que regentaban los Dominguín. Tras mi debut ¡Muchísimo! Me permití cosas que no había po- Digamos que he sido afortunado.
con caballos Alfredo me regaló una billetera de dido tener de pequeño. En mi casa nunca pa-
piel preciosa, con una inscripción: “Ángel, samos hambre, porque he tenido unos padres Tras su primera reaparición, en 1975 y 76
consérvala, la vas a necesitar. Tiene fuelle”. que trabajaron como locos para salir adelan- vuelve a salir por la Puerta Grande de Las
te, pero sí necesidad. De chaval, antes de de- Ventas durante la feria de San Isidro.
¿Y cómo andaba de ‘fuelle’ Teruel? butar sin caballos tuve que ponerme a traba- Mi vuelta a los ruedos levantó una gran ex-
Con el justo para ponerme delante del toro. jar, de botones, en la empresa Cristalerías Es- pectación. Amueblé las ideas, renové mi men-

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toy convencido de que el valor de los toreros
se va por el agujero de las cornadas.

En Sevilla toreó veintinueve tardes.


Creo que pocos toreros castellanos han tore-
ado ese número de tardes. ¡Sevilla me fasci-
naba!

¿Más que Madrid?


Madrid es la cátedra, pero Sevilla es el templo
del toreo.

La última tarde que toreó en Las Ventas, el


1 de junio de 1984, un toro de Álvaro Domecq
le pegó una cornada entrando en el burla-
dero, sin darle siquiera el primer capotazo.
Me cogió por exceso de confianza. Salí a pa-
rarlo, pero se me vino cruzado y decidí espe-
rar y meterme en el burladero, con mucha sua-
vidad. Era lo más inteligente. Pero una vez den-
tro el hijo puta metió todo el pitón por la tro-
nera y me sacó afuera. Cuando está para uno
te cogen hasta en el burladero. Poco después
me pegaron otra cornada en Plasencia y lue-
go otra en Mont-de-Marsan y una más en Bur-
gos. Esa temporada me zurraron fuerte los to-
ros. Lógicamente estas circunstancias condi-
cionan el devenir de un torero. Sin embargo
andaba seguro y centrado, por tanto son co-
sas del destino. Es curioso pero cuando un toro
me encandilaba me partía el morro, porque
siempre que me han dado una ostia ha sido
para desfigurarme la cara. Dije adiós a mi pro-
fesión en Guijuelo aunque poco después José
Camará me ofreció una exclusiva. Pero sufrí
te y triunfé por todo lo alto. Si se me hubiera tardes y he cortado diecisiete orejas. Por la Puer- un grave accidente de tráfico y todo se fue al
ido un pie… El 22 de mayo del 75 salí a hom- ta Grande he salido en cuatro ocasiones. traste. Además algunos querían ponerme la
bros junto a Paco Camino, que esa tarde in- zancadilla. Había cumplido treinta y cinco
mortalizó al famoso sobrero de El Jaral de la Además de fino y elegante ha sido un to- años. ¡Pero bicho malo nunca muere! (Risas).
Mira. Fue la vez que más despacio y templado rero largo y poderoso pero, ¿cambiaba de A esas alturas los hijos también tiran mucho.
he visto torear a Camino. Le cortó las dos ore- mentalidad cuando se veía anunciado Cuando dejé de torear sentí una enorme nos-
jas. Yo le había cortado una al primero, de Bal- con una dura? talgia. Pero lo he superado, gracias a mi fa-
tasar Ibán, y pensé que después de ver torear Para nada. Era el mismo torero. Eso sí, ¡cuan- milia, a mis hijos y a mis nietos. Estoy contento
de aquella manera estaba obligado a brindarle do llegaba al patio de caballos estaba hasta las conmigo mismo.
un toro. Saqué a Camino al tercio, y le dije: mismísimas trancas! Aunque ya he dicho
“Maestro, le brindo la muerte de este toro por- que corté una oreja, la verdad es que no he te- En 1969 protagonizó la película Sangre en
que me he puesto cachondo viéndole torear”. nido suerte con los toros de Miura en Madrid. el ruedo, dirigida por Rafael Gil.
Pero, chico, a la gente le gustaba verme con el Fue una experiencia bonita y enriquecedora.
¿Así, como suena? malo. Con el bueno algunos me tildaban de ex- El reparto era fantástico, así que no me costó
Así, por la patilla. cesivamente fácil, injustamente, porque la pro- echarme p’alante. Me lo propuso mi madrina
fesión iba por dentro. Pero como desprendía María Rosa. Me hicieron unas pruebas y die-
¿Y cómo reaccionó Camino? armonía y despaciosidad… Querían ver cómo ron el visto bueno. Allí conocí, entre otros, a
Esbozó esa sonrisilla suya tan característica. me esforzaba. ese fenómeno que era Paco Rabal. ¡Qué tío más
cojonudo! “Hijo, de aquí en adelante voy a dar-
¿Y en el 76? En pocas palabras: querían verle sufrir. te cada vez que te vea diez duros”. Y cuando
Además de cortar tres orejas la segunda tarde, ¡Exacto! Deseaban verme roto. Muchos pien- me lo cruzaba en algún sitio, le decía: “Papi,
en la última le corté otra a uno de Miura, que san, equivocadamente, que cuando un torero papi, mis diez duros”. Paco se reía con ganas
pudieron ser dos si no se me va la espada un no exterioriza su sufrimiento delante del y me contestaba: “Toma, prenda”. Rodamos
poquito. En Madrid he matado corridas de Miu- toro es que está birlongueando. Pero lo mío no la película en los intervalos de mis viajes a
ra, Pablo Romero, Cuadri, Alonso Moreno, era una pose, algo artificial, fingido o busca- America. Recuerdo que me ayudó mucho la
Guardiola… Lo hacía voluntariamente, porque do. Era natural. Era mi forma de sentir el to- protagonista, Cristina Galbó, que era moní-
una figura tiene que tener estos gestos. En aque- reo. Mi madre me parió así de chulo. sima. Con ella repasaba el guión.
lla época me apoderaba don Manuel Chopera
y también él me animaba a que hiciera estas co- ¿Le pegaron los toros? ¿Repasaron bien…?
sas. En Las Ventas he toreado treinta y cuatro Hombre, claro, aquí no se escapa ni el gato. Es- ¡Lo repasamos todo! (Carcajadas)

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