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Traduccioin de MARIA TERESA POYRAZIAN La semiologia por Pierre Guiraud Coloma CAPITULO V: LOS CODIGOS SOCIALES 1, Los siaNos 109 2. Los copicos 118 CONCLUSION: MITOLOGIAS DE NUESTRO. TIEMPO 127 LA SEMIOLOGIA La semiologia es la ciencia que estudia los sistemas de signos: lenguas, codigos, sefiala- ciones, etc, De acuerdo con esta definicién, la lengua’ seria una parte de la semiologia. En realidad, se coincide generalmente en recono- cer al lenguaje un status privilegiado y aut6- nomo que permite definir a la semiologia co- mo “el estudio de los sistemas de signos no linguisticos”, definicién que adoptaremos aqui? La semiologia fue concebida por Ferdinand de Saussure como “la ciencia que estudia la vida_de los signos en el seno de la vida so- cial”, Este es el texto, frecuentemente citado: “La lengua es un sistema de signos que expresan ideas, y por eso comparable a la escritura, al alfabeto de los. sordomudos, a los ritos simbélicos, a las for- mas de cortesia, a las sefiales militares, ete., etc. S6lo que es el més importante de todos esos sistemas. Se puede, pues, concebir una ciencia que estudie Ia vida de los’ signos en el seno de la vida social, Tal ciencia seria parte de la psicologia social, y por con- siguiente de la psicolog(a general. Nosotros la llamare- mos semiologia (del griego semefon ‘signo’). Ella nos ensefiaré en qué consisten los signos y cuales son las 3 No dene confundirse la semiologfa asi definida con la semiologia médica que es un estudio de los sintomas e indicios naturales (cf, infra, p. 38) a través de los cuales se manifiestan las enfermedades. leyes que los gobiernan. Puesto que todavia no exis- te, no se puede decir qué es lo que ella sera; pero tiene derecho a la existencia, y su lugar esta deter. minado de antemano. La lingiifstica no es més que luna parte de esia ciencia general. Las leyes que la semiologia descubra serén aplicables a Ja lingiifstica, y asi_es como la lingiifstica se encontraré ligada a un dominio bien definido en el conjunto de los hechos humanos?”, Por esa misma época, el norteamericano Ch. S. Peirce concibe también una teoria general de los signos bajo el nombre de semidtica: “La logiea en su sentido general es, creo haberlo de- mostrado, solamente otra palabra que designa a la semidtica, una doctrina quasi neceseria 0 formal de los signos. Al describir a la doctrina como “quasi necesaria”” 6 formal, tengo en cuenta que observamos los caracteres de tales signos como podemos, y a par- tir de dichas observaciones, por un proceso que no me niego a lamar Abstraccién, somos inducidos a juicios eminentemente necesarios, relatives a lo que deben ser los caracteres de los signos utilizados por la inteligencia cientifica”>. Saussure destaca_la_funcién social del_signo, Peirce su funcion logica. Pero los dos aspectos estan estrechamente vinculados y los términos semiologta y semidtica denominan en la ac- tualidad una misma disciplina, utilizando los europeos el primer término y los anglosajones 2 Ferdinand de Saussure, Cours de lingiistique géne- vale, Payot, Paris, 1949, p. 38. [Hay ed. esp.: Curso de lingitistica general, Losada, Buenos Aires, 1945, p, 60] 3 Charles 8. Peirce, Philosophical writings, p. 98. el segundo*. Vemos asi como ya a principios de este siglo es concebida una teoria general de los signos. | Desde sus comienzos, esta teorfa fue objeto de estudio sobre todo por parte de los 16- gicos, bajo el nombre de semantica general: Recién muy tardiamente el programa de Saussure comenzd a entrar en vias de reali- zacion, al punto de que en 1964, Roland Bar- thes puede presentar sus Elementos de seruio- logia destacando que: “Como la Semiologia no ha sido ain edificada, es comprensible que no exista ningiin manual acerca de este método de anilisis; mas atin: en razon de su carfcter extensivo (puesto que sera la ciencia de to- dos los sistemas de signos), 1a semiologia no podra ser tratada didécticamente hasta que esos sistemas ha- yan sido reconstituidos empfricamente’ . En esas condiciones, se hace evidente Jo aven- turado de nugstra empresa. En realidad, no hay coincidencias en lo que respecta al domi- nio de nuestra ciencia, Algunos, los més pru- dentes, sdlo la consideran como un estudio de 4 No debe confundinse,semiologia, semidtica (“es Ludio general de los signos”, especialmente no lingtts- ticos) y semana (estudio ‘del sentido de los signif cantes lingilisticos). Zn cuanto a la semasiologra (pala bra que también pertenece a la terminologia linguistic 2), @ el estudio del sentido de las palabras por oposi- ion a la onomatiolegia 0 estudio de los nombres que ueden adoptar las palabras designadas. Desgraciada- Tnente, esta terminologia ests muy’ lejos de ser acepta da por todos. . 3 Roland Barthes, Eléments de aémiologie, en Com munications NO 4, [Hay ed. esp.: Elementos de semio- logia, en Comunicaciones/la semiologia, Tiempo Con- temporéneo, Buenos Aires, 1970, p. 17.] los sistemas de comunicaciones por medio de sefiales no. lingiifsticas. Otros, con Saussure, extienden la nocién de signo’y de cddigo a formas de comunicaciones sociales tales como los ritos, ceremonias, formulas de cortesfa, etc. Finalmente, hay quienes consideran que las artes y las literaturas son modos de comu- nicacién basados en el empleo de sistemas de signos, derivados también de una teoria gene- ral del signo. Estos tres aspectos de la semio- logia son los que consideraremos aqui. Pero evidentemente es posible argumentar, con toda razén, que hay muchos otros tipos de comunicacién, y que son parte también de una semiologia (0 de una semidtica): la co- municacién animal (zoosemiética), la comuni- cacién de las maquinas (cibernética), la comu- nicacion de las células vivas (bidnica). Los limites de la presente obra no nos per- mitieron abordar el conjunto de esos proble- mas, Nos hemos limitado a los tres primeros, Por lo tanto, encontraremos aqui, luego de una observacion general sobre la naturaleza, la forma y la funcion de los signos, tres capitu- los consagrados respectivamente a los signos cientificos y técnicos, a los signos sociales y a los estéticos. Pero sobre estos problemas que conocemos tan poco, un manual es una em- presa muy dificultosa. Las ideas aqui “expues- tas” —es decir arriesgadas~ no pretenden defi- nir una disciplina ain tan errética. Agreguemos, para finalizar, que reciente- mente fue creada una Association Internatio- nale pour les Etudes Sémiotiques que edita una revista titulada Semiotica y una serie de obras sobre el tema. CAPITULO I FUNCIONES Y “MEDIA” La funcién del signo consiste en comunicar ideas por medio de mensajes. Esta operacion implica un objeto, una cosa de la que se ha- bla o referente, signos y por lo tanto un od- digo, un medio de transmisién y, evidente- mente, un destinador* y un destinatario. A partir de un esquema tomaco de la teo- ria de las eomunicaciones y desde entonces clasico, Roman Jakobson define seis funciones lingiiisticas, y su anélisis —mutatis mutandis— Codigo Medium Medium Emisor Mensaje Receptor Referente es valido para todos los modos de comuni- cacién, Por otra parte, el problema de las funciones esta vinculado al del medio de co- municacién, vehiculo del mensaje o —adoptan- do una terminologia de moda en la actuali- dad— medium. * En francés destinateur. Segin Jakobson, el locutor, ‘el sujeto de la enunciacion (Essais de_linguistique générale, chap. XI. Editions de Minuit, Paris, 1963). (N. del 'T.) WI I. LAS FUNCIONES 1. La funcién referencial es la base de toda comunicacion, Define las relaciones entre el mensaje y el objeto al que hace referencia. Su problema fundamental reside en formular, a propésito del referente, una informacion ver- dadera, es decir objetiva, observable y verifi- cable. Es el objeto de la logica y de las diversas ciencias que son cédigos cuya funcién esencial consiste en evitar toda confusion entre el sig- no y la cosa, entre el mensaje y la realidad codificada (cf. infra p. 36). 2, La funcién emotiva define las relaciones entre el mensaje y el emisor. Cuando nosotros comunicamos —por medio del habla 0 de cualquier otro modo de signifi- cacién—, emitimos ideas relativas a la natura. leza del referente (0 sea la funcién referen- cial), pero también podemos expresar nuestra actitud con respecto a ese objeto: bueno o malo, bello o feo, deseable o detestable, res- petable 0 ridiculo, Pero no debemos confundir la manifes- tacion espontanea de las emociones, del cardc- ter, del origen social, etc. que slo son indi- cios naturales, con la utilizacién que se puede hacer de ellos con el objeto de comunicar (cf infra, p. 33). La funcién referencial y la funcién emotiva son las bases a la vez complementarias y con- currentes de la comunicacién. Por eso con frecuencia hablamos de la “doble funcién del lenguaje”: una es cognoscitiva y objetiva, la otra afectiva y subjetiva. Suponen tipos’ de 12 codificacion muy diferentes, tenienao la se- gunda su origen en las variaciones estilisticas y en las connotaciones (cf. infra, p. 41). El objeto de un codigo cientifico consiste en neutralizar esas variantes y esos valores connotativos mientras que los cédigos esté- ticos los actualizan y desarrollan. 3. La funcién connotativa 0 conminativa defi- ne las relaciones entre e! mensaje y el recep- tor, pues toda comunicacion tiene por objeto obtener una reaccin de este iltimo. La conminacién puede dirigirse ya sea a la inteligencia 0 a la afectividad del receptor, y encontramos, en este nivel, la misma distin- cién objetivo-subjetivo, cognoscitive-afectivo que opone a la funcién referencial con la fun- cién emotiva, Del primer caso derivan todos los cédigos de sefializacién, los programas operatives (trabajo, téctica militar, etc.) que tienen por objeto organizar la accién en co- min, Del segundo caso provienen los cédigos sociales y estéticos que tienen como objetivo movilizar la participacién del receptor. Esta funcién ha adquirido una gran importancia con la publicidad, en la cual el contenido re- ferencial del mensaje desaparece ante los sig- nos que apuntan a una motivacién del desti- natario, ya sea condicionandolo por repeticion © desencadenando reacciones afectivas suh- conscientes. 4, La funcién poética o estética es definida por Roman Jakobson como la relacién del mensaje consigo mismo. Es la funcién estética por excelencia: en las artes, el referente es el mensaje que deja de ser el instrumento de la comunicacién para convertirse en su objeto. 13 Las artes y las literaturas crean mensajes- objetos que, en tanto que objetos y mas alla de los signos inmediatos que los sustentan, son portadores de su propia significacién y pertenecen a una semiologia particular: estili- zacion, hipéstasis del significante, simboliza- cion, etc. 5. La funcién fitica* tiene por objeto afir- mar, mantener o detener la comunicacién. dJakobson distingue con ese nombre a los signos “que sirven esencialmente para estable- cer, prolongar o interrumpir la comunicacion, para verificar si el circuito funciona (‘Hola, éme escucha usted?’), para atraer la atencion del interlocutor o asegurarse de que no de- caiga (‘gme esta escuchando?’ 0, en estilo shakespeareano: “Présteme usted oido”, y en el otro extremo del hilo: ‘mm, mm! ’). * Hacia 1920, Bronislav Malinowski, estudiando los problemas del significado en las lenguas. “‘primitivas™, circunscribié un cierto tipo de uso lingulistico earacteri: zado por desempenat una funcion de aproximacion, contacto y familtaridad entre los hablantes, al que defi. nid como comunién fatica. Cuaranta anos después y Genizo ide un’ contexto. teérico. muy. distito,“Romait Jakobson, investigando la ubicaciOn precisa de la fun- cion poética dentro de la variedad de funciones del lenguaje, se vio evado a estudiar tanto los factores constitulivos de todo proceso linguistico como las fun- ciones lingiiisticas correspondientes a esos factores. Determin6 asi que al factor “contacto” del proceso lingiiistico, correspondia una funcion “‘fatica” que con- sistia en asegurar fa fluidez del circuito de la comunica- cin, La mision de los mensajes pertinentes es, en este caso, la_de “‘establecer, prolongar o interrumpir la co- municacion, verificar si el circuito funciona (‘ Hola! gme escucha?’), atraer la atencién del inerlocutor 0 asegurarse de que no ha decaido (jDigame! ;Me esté gscuchando, yen el otro extreme de, is linea iHm-hm!")". Cf, R. Jakobson, Hssais de Linguistiqu générale cit., p. 217, (N, del T.) me Th Esta acentuacién del contacto —la funcién fatica, en términos de Malinowsky— puede dar lugar a un profuso intercambio de formas ritualizadas, es decir a didlogos enteros cuyo Gnico objeto es prolongar la conversacién"’s. La funcién fatica desempefia un papel muy importante en todos los modos de comunién (cf. infra p. 49): ritos, solemnidades, ceremo- nias, discursos, arengas; conversaciones familia- res, amorosas, donde el contenido de la co- municacién tiene menos importancia que el hecho de la presencia y de la reafirmacion de adhesién_al_ grupo. Se repiten las mismas palabras, los mismos gestos, se cuentan las mismas historias, lo que Ja torna una comunicacién absurda, insopor- iable para la persona extraia pero euforica para el sujeto que “participa”, para el que “se siente aludido” y que se vuelve penosa a partir del momento en que ese sujeto se apar- ta de ella. EI referente del mensaje fatico es la propia comunicacién, as{ como el referente del men- saje poético ‘es el propio mensaje y el del mensaje emotivo, el emisor. 6. La funcién metalingiiistica tiene por objeto definir el sentido de los signos que corren el riesgo de no ser comprendidos por el recep- tor. Por ejemplo, ponemos una palabra entre comillas y precisamos: “semiologia, en el sen- tido médico del término”, De ese modo, la funcién metalingiifstica remite el signo al 'cé- digo del cual extrae su significacion. 6 Roman Jakobson, Essais de lingidistique générale 7 surrealista, cubista, ete. De la funcion metalingis J cid guistica procede tam- bién Ja eleccién del vehiculo, del medium ty marco de un cuadro, la tapa de un’ lite soit a ei ynaturaleza del cédigo. Con frecuencis ,titulo de una obra de arte te > ms al c6digo adoptado cntenidy det cédigo. ogComprender y sentir. Las diversas funcio. » tal_como acaban de ser definidas, con Sencurtentes. Se_las “encuentra mezcladgs on clones en un mismo infra los media), En ese sentido referenciales (objetiva, cognosci. cin : Siva) son caracteristieas " Ubietva, expre- Constituyen los dos grandes modos de la trpresion semiolégica que se oponen antiti. gamente, de manera que la nocion de une Goble funcién del lenguaje” puede “exten derse a todos los modos de significa efecto, comprender alma, constituyen Io 16 hir a la emocién como una incapacidad de comprender: el amor, el dolor, la sorpresa, el miedo, ete., inhiben 'a la inteligencia que no comprende lo que le sucede. El artista, el poeta son incapaces de explicar su arte, del mismo modo que no podemos explicar por qué nos sentidos conmovidos por la curva de un hombro, una frase tonta, un reflejo en el agua La_comprensién se ejerce sobre el objeto y la emocion sobre él sujeto. Pero comprender, “relacionar”, intelligere, “‘reunir” significa so- bre todo una organizacién, un ordenamiento de las sensaciones percibidas, mientras que la emocién es un desorden y una conmocion de los sentidos. Por lo tanto, se trata de dos modos de percepcién —y consecuentemente de significa- cién— totalmente opuestos, a raiz de lo cual los caracteres del signo légico y del signo ex- presivo se oponen término por término? Signo légico _ Signo expresivo Convencional Natural Arbitrario Motivado Homolégico ——Analégico Objetivo Subjetivo Racional Afectivo Abstracto Concreto General Singular ‘Transitivo Inmanente Selectivo Total Légicamente, se trata de tendencias, siendo sas propiedades relativas, pues el signo es, 7 Cf. el capitulo siguiente, 18 nicion de lo que nosotros apr 8 8 al mos cada vez como ya se ver cional”’, mds o m todos modos, grandes modos Jas ciencias y las artos, Jos sgt’, & causa del rechazo existente entre a = Signos ‘Sgicos y la emocién por una parte Joe re 10s signos expresivos y la comprenace Peri ere, 08 modes semiolégicos del een periemag, intelectual no influyen sobre Ieee fectiva, € inversamente. Este D e | . Est ee form tan dificil y precario el estedie na pCO de Tos fendinenos afectivos ate fy Cl erPititu se halla totalmente imposibili- clini: y estructurar, es decir de “comprender”, tér Pasi > términos 5 dessa tales como pasién, En la definicién 4 mds 0 menos “conven. pero de de dos de conciencia, el Vi taro, de la filosofia de Lalande’ aot, fencia no puede ser definida. Podemos A hendemos clara- Y prosigue el filésofo: “Lo que re las en una red de relaciones objetivas sino el hacernos experimentar frente a una imitacion de la realidad, Esta oposicion muy marcada entre la expe- riencia objetiva y la experiencia subjetiva, en- tre la inteligencia y la afectividad, entre el saber y el sentir, entre las ciencias y las artes, es la principal caracteristica de nuestra cultura “cientifica” mientras que el pensamiento “po- pular” o “arcaico” tiende a confundir los dos planos. Las “ciencias” antiguas tales como la medi- cina o la alquimia, son “artes” en la medida en que su objeto es mal “comprendido”. La ciencia invade progresivamente el dominio de las artes mientras éstas se extienden sobre el inconsciente. La astronomia recluye a la as- trologia en el campo de la adivinacién, y las artes desplazadas del dominio invadido ‘por la ciencia ganan terrenos atin virgenes. En este marco, que opone los cédigos logi- cos y tecnologicos a los modos de expresién afectivos y poéticos, se evidencia el caracter mixto y ambiguo de los codigos de la vida social en este vasto dominio que abarca en la actualidad el término todavia ambicioso y prematuro de “‘ciencias humanas”. 8, Sentido e informacion. Hay tres tipos de cédigos segin si los signos se encuentran en 19 una relacion 16g © de interseceié tiva), taxonémic: (© significativa), La funeién de un te avoria de Is a listin tive hhay relacin entre Jos ee an gue no oo labs bertinentes, Sa. EI sistema lexical, nen una relacién de vez sentido e en el que los ¢ € los signos tie- ree jimterseccion, implica a la rmacion: las hojas son por plirpu- aquél en el ‘cesariamente alquier cosa, n_cOdigo, es socializado, ntenido de’ in la redundancia (c que las hojas 5 verdes, holes sor Suanto mas si més ) restringido, inversamente. Aho formacién de un fan Uinica y ne el que seran cu; ignificante es wy estructurado, 20 pérdida de informacién) que es su corola- rio son propiedades objetivas y mensurables. Cuanto mas fuerte es la redundancia, la co- municacién sera més significante, cerrada, so- cializada y codificada, Cuanto mas débil,es, la comunicacién seri _mas_informante, abierta, individualizada y descodificada. Desde este punto de vista, podemos considerar que nues- tras ciencias y técnicas dependen de sistemas da vez més codificados y nuestras artes de sistemas cada vez ms descodificados. Esta estructuracién o ‘“‘codificacién” del sis- tema plantea el problema de las relaciones del receptor con la comunicacién desde el doble punto de vista del mensaje y del emisor 9. Atencién y participacion. El receptor que recibe un mensaje debe descodificarlo, es de cir reconstruir su sentido a partir de signos cada uno de los cuales contiene elementos de ese sentido, es decir indicaciones relativas a las relaciones de cada signo con los otros. De ese modo, un rompecabeza es un men- saje cuyo sentido (la imagen) reconstruimos ubicando las diferentes piezas en sus respec- vas posiciones por medio de las indicacio- nes de lineas, colores, figuras que esas piezas contienen. Cuanto mas numerosas y_precisas sean las indicaciones, mas facil sera la cons- truccion. Por eso es dificil reconstruir un rompecabeza cuyas piezas estén poco diferen- ciadas. Pero un rompecabeza dificil es mas in- teresante en la medida en que es mayor la atencién del jugador en la reconstruccion (es decir en la descodificacién y en la interpreta cién). Por esa misma razén, una actividad progr: mada con demasiado rigor —un trabajo en 21 cadena, por ejemplo, o una ensefianza muy acelerada— pierden interés. Lo mismo ocurre con aquellas artes en que una retérica estereo. tipada torna la interpretacién demasiado evi. dente y de todo mensaje muy codificado en el cual la redundancia relaja la atencion y el interés del receptor, Pero esta nocién de “interés” del receptor debe ser precisada. La atencién, tal como aca, bamos de definirla, mide el interés del recep. tor por el referente, objeto del mensaje: inte. rés de orden intelectual que tiene su origen en el placer que encuentra en interpretarlo re- constituyéndolo, Muy distinto es el “interés” puramente afectivo que el receptor experimenta al estar en comunicacion con el emisor y en el cual, por el contrario, Ja atencién intelectual es muy débil. Ese es el caso de la comunicacion amorosa que es puramente fatica (cf. supra p.14) y en la cual Ins palabras, los gestos, tos comportamientos no tienen otro objetivo que afirmar y mantener una comunicacion que da a los participantes la sensacion de vi- vir al unfsono, de ser “uno solo”. Esta comunién entre los participantes ad- quiere una gran importancia en las formas co. lectivas de la comunicacién: espectaculos, dis. cursos, “ceremonizs yeligiosas, politicas, ete. Tos cantos, las danzas, las marchas tienen por objeto movilizar a los participantes al uniso. no, al mismo paso, al mismo ritmo, y su con. tenido sémico es secundario, La arenga poli. tica o militar contiene poca informacién ¢ indudablemente es preciso que contenga lo menos posible pues su objetivo es reunir a los Participantes alrededor de un jefe, de un ideal comin, 22 De la _comunién (afectiva) se pasara a la colaboracién (practica) que es una coordina- cion y una sincronizacién del trabajo _en_co- min y que postula también una eodifearion y una socializacion del mensaje a expensas de bu cc de informacion. ei6n intelectual) con la comunién (atectiva) © la colaboracion (practica), En realidad, los dos comportamientos son inversamente pro: porcionales. La comunion (y la colaboracién) postulan un aflojamiento de la atencién y po- seen, por lo tanto, sistemas de codificacin ntinémieos. II, LOS “MEDIA” ajo el nombre de medium, la semiologia an- Gosajona designa los diferentes “medios” de comunicacion: el libro, la radio, el cine, la moda. Un medium implica, por lo tanto, una sustaneia del signc* y un soporte o vehicuio de esa sustancia. Y es evidente que la natura- Jeza, la estructura y la funcién del codigo es- tan estrechamente’ vinculadas al medium y que ése es también el caso de las diferentes funciones que acabamos de describir. Mas ade- lante haremos un breve inventario de los prin- cipales media y de su sistema de codificacion. is “materia”, un “‘sopor- 8 Seria mis exacto decir una un “sopor- te", pugs con el nombre de sustanca I lingifstien mo- derna distingue las propiedades Inkrinsecas del signif cante y del significado. Desde este punio, de vista los sonidos o, 'm, constituyen Ia sustancia del significante homme hombre y la “masculinidad”, la sustancia significado correspondiente. 23 Ahora expondremos algunos problemas genera les que plantea la aparicién de nuevos media en nuestra cultura. Al respecto, diremos algu. ras palabras sobre las ideas de Marshall McLuhan’, Segiin McLuhan, los media son extensiones de nuestros sentidos y de nuestras funciones: a rueda es una extension del pie, la escritura una extension de la vista, el vestido una ex. tension de la piel, los circuitos electronicos una extension del sistema nervioso central etc. Modifican —y con frecuencia perturban— nuestras relaciones con el mundo circundante. Ahora bien, esta relacion entre el hombre y su medio (incluidos los otros hombres) es mu. cho mas importante en si misma que sis efectos inmediatos y su producto. Asi, pode. mos admitir sin esfuerzo que en la industria. lizacion mediante la mecanizacién del trabajo lo importante no reside tanto en el producto Ge ese trabajo (autos, heladeras, \ubos de pas. ta dentifrica, etc.) sino en la naturaleza mis. ma del trabajo: parcelizacién de la tarea, ale. Jamiento del trabajador de toda iniciativa y Poder de decisién. Igualmente, en la televi. sion, Ios programas y diferentes’ contenidos no son nada en comparacién con los modos de saber totalmente nuevos que ella implica. Lo importante consiste no tanto en las informa. ciones que el auditor —y en particular el ni. ho~ recibe sino en el modo de recepcién que transforma totalmente su relacion. con tos media tradicionales que son el libro, la escue. a, el museo. El mensaje televisado tiene su 2G, Marshall MeLuhan, Understanding media: the extensions of man, New York, 1964, 24 ia finalidad que no reside tanto en su Contenido referencia como en la Telacibp del receptor sensorial con el referente. Segin la dramética formula del autor: “El medium “" Todor ‘coincidiremos con MeLuhen en que la eseritura, Tuego Ia imprenta, la, prensa y ahora la television han transformado nuestra cultura. Quizés algunos no estén de acer con un andlisis que puede ser considerado un poco superficial, es decir discutible, Pero menos dicho andlisis tiene el mérito de recu- perar problemas que hasia ahora sélo, apare- cian anexados a las polémicas de los filésofo: iticos. Motunen divite a los media en hot ¥ cool “calientes” y “frios”, palabras que estan refe- vidas a lo que, en términos téenieos, se_ desig na por Ja “temperatura” de Ja informacion 0, en fotografia, por, la “definicion” de la ima gen. En un mensaje dado, cuanto mayor es humero de elementos de_informacién, més densa es la sustancia informante, més caliente es el_mensaje, ¢_inversamente, No debe con- fundirse esta temperatura del mensaje con su contenido referencial: un mensaje es mis 0 menos caliente en Ia, medida en que propor- cigna més © menos_elementos de, descodificn cion para un significado, dado, cualquier sea ia riqueza o la pobreza de ese ado. Picts es caliente y una careatone Hip. Une in film cinematogr 1 eum imagen televisada fria en la medida = que el mimero de puntos que, componen la imagen es débil, El minué o el vals son ox lientes en la medida en que sus, figuras estén dadas por el cédigo, mientras que el twist a frio, El habla es mas fria que la escritur 25 1a escritura ideo, ta alfabética. A la temperatura del mensaje esta vinculada la “participacién° del receptor, que debe interpretar el mensaje y, en consecuencia, tra- tar de encontrar los elementos de informacion que le faltan. En un mensaje caliente el sen- tido esta dado por el emisor, en un mensaje frio esté dado (en mayor o' menor medida) por el receptor que se encuentra, por ello, implicado en la comunicacién. Asi, el progra. ma de una cadena de montaje que es particu. larmente caliente, proporciona al obrero toda la informacion necesaria para su trabajo y lo priva de toda posibilidad de eleccién, decision Y “participacién”, en oposicién al sistema de instrucciones, de reglas, de recetas de una téc- nica artesanal fra, Desde ese punto de vista, la ciencia es caliente y las artes son frias Nuestra cultura occidental es caliente y las culturas “primitivas” o “subdesarrolladas” son frfas, La vida urbana es caliente, la vida ris- tica fria. Segiin McLuhan, estamos pasando de una cultura caliente a ‘una cultura fria, a raiz de una mutacién de los media del libro por la television, de la mecanizacién por la automati- zacion, de las artes figurativas por las artes no figurativas, ete. Esto tiene como corolario una “participacién” del individuo y un nuevo tipo de sociedad que, en ciertos aspectos, se empa- renta con la vida tribal de las culturas frias, En lo que nos concierne, sin embargo, ma. grafica mas fria que la escritu- 10 La “‘participacién”, tal como la concibe McLuhan, esta relacionada con lo que anteriormente hemos deno- minado, la atencién, 26 lizaremos Ja oposicién establecida por Me Luhan entre nuestra cultura occidental moder- na de tipo hot y las culturas arcaicas cool. nivlogicamente, tenemos dos tipos de expe- riencia: inteligible y afectiva, experiencias que no son asimilables sino, muy por el contrario, inversamente proporcionales (cf. supra, Pin comsecuencia, y segin nuestro crierio, en una cultura hay’ una telacion inversa entre | saber y la afectividad. Ademas, debe distin- quirse lo’ individual y lo colectivo: lo indivi- dual define nuestras diferencias, 10 colectivo nuestras similitudes con los demés. Los dos dominios son una vez mas inversamente pro- porcionales, puesto que es evidente que cuan- to mas diferentes somos, menos nos asemeja- mos. Segin este doble criterio, el campo se- miolégico de nuestra experiencia puede divi- dirse de acuerdo con el siguiente esquema: Intelecto _Afectivided Diferencias | Descodificacion individvcles | | | Atoneién Ccoxiticain = | comunién cae L_* Calaboracién Ciencias Artes Cuanto més codificado y socializado es el saber, la experiencia afectiva tiende a indivi- dualizarse en mayor medida. En ese marco, nuestra cultura aparece como un recalenta- miento de la experiencia intelectual. La aten- 27 cion individual es cada vex mis restringida y la imiciativa creadora cada vez mas pobre. No €s que el individuo sea menos inteligente sino que su saber le es proporcionado cada vez mas por los cédigos: ciencias, programas, ete, En consecuencia, la experiencia afectiva esté cada vez més descodificada, es decir mas di- versificada, mas rica y abundante, pero. sin embargo desprovista de sentido. Aunque inte- grado en el plano del saber, el hombre mo. derno se encuentra “desorientado” en el del deseo. Eso es lo que expresa la semiologia de nuestras arles. En efecto, las artes no figurati- vas (y por lo tanto designificadas) representan una experiencia afectiva descodificada y deso- Cializada. Son artes realistas, En cuanto a las artes ““ngenuas”, “arcaicas”, “populares” que adoptan las formas estereotipadas que son las artes de masas (westerns, historietas, novelas Policiales, canciones, etc.) no son artes sino entretenimientos. Tienen una funcion simbi lica cuyo objetivo es representar situaciones afectivas, deseos, rigurosamente codificados e investidos de una significacion de la que pre- cisamente carecen en Ia vida real El mismo anilisis es aplicable a nuestros juegos, que son representaciones mimadas de Ja accién individual o social (cf. infra p. 122) ¥_que también son de dos tipos: “realistas” y “simbélicas”. A una accién altamente sociali. zada_corresponden juegos rigurosamente codi- ficados, lo que es una caracteristica de la ma. yoria de los deportes modernos, incluso de los juegos de sociedad como el bridge y el ajedrez. Consecuentemente, la desindividualiza- cién de la accion y la frustracion resultante son compensadas con nuestras diversiones que reintroducen la libertad y la iniciativa indivi. 28 en nuestra vida bajo la forma de hob- ties, jardineria, viajes, danza, etc. Los verbos jugar "y entretenerse traducen esta oposicién Hay correspondencia entre las dos funciones estéticas y las dos funciones hidicas (represen- tacion realista y compensacién simbélica), pe- ro la relacion es invertida en la medida en que las primeras significan la experiencia afec- iva y las segundas la experiencia practica ra- cionalizada. A una experiencia estética (afec- tiva) individualizada corresponden artes de re- presentaci6n, no figurativas, débilmente estruc- turadas y diversiones estéticas, rigurosamente codificadas, pean ie que esas artes tienen una signi- ficacién muy diferente en las dos culturas. En un arte muy codificado como el de nuestra Edad Media, el “realismo” refleja la vida mientras que lo fantéstico y lo maravilloso re- presentan el suefic. En un arte descodificado como es el nuestro, esta relacién es invertida el arte “abstracto” refleja nuestra vida afecti- va real mientras que el romance sentimental, la comedia de boulevard, la novela popular simbolizan nuestros deseos, Lo mismo ocurre con los cédigos sociales: cuando son restricti- vos reflejan un estado real de la sociedad, de sus valores y de sus jerarquias, pero una vez liberados, s6lo son la manifestacién de un de- seo de poder, de un deseo de aparentar. Finalmente, el mismo anélisis se aplica ¢ los cédigos de la vida social individual (insig nias, uniformes, protocolos) 0 colectiva (ritos fiestas, ceremonias). Nuestra sociedad moderne se caracteriza por una alta estructuracién eco- némica basada en una gran diversidad y espe. cializacion de las actividades, a lo que corres ponde, consecuentemente, una destruccion de 29 los cédigos sociales. Los cédigos econémicos y los cédigos sociales estan en esa misma rela. cién inversamente proporcional que opone los codigos lagicos y los cédigos afectivos. Cuan- to més codificada es la actividad prdctica, el marco social de esta actividad esta thds desco- dificado. La estructuracién social compensa una desestructuracion econdmica, y el déficit del ser engendra una inflacién de la aparien- cia, Es notable cémo las funciones poco dife- renciadas en sus actividades practicas se man- tienen mas adheridas a los signos sociales que las identifican: el uniforme hace al general, al presidente del tribunal, al_arzobispo, al emba- Jador, al académico 0 ‘al faquir birmano. Pero Para el ingeniero, el médico, el arquitecto, es distinto. En la medida en que la medicina se convierte en una ciencia altamente codificada Y especializada, los médicos abandonan su sombrero puntingudo, Los profesores vacilan todavia, Observamos asi la correspondencia existente entre los diversos cédigos y sus modos y gra- dos de codificacion. La estructuracién del sa- ber implica la de los juegos y la de los cédi- Bos econémicos y tecnoldgicos y, en conse- cuencia, una desestructuracion de las artes, de las diversiones, de los cddigos sociales. El con- junto esta gestado por un cédigo perceptivo, definido por la relacién complementaria y an. titética entre el cédigo afectivo y el cddigo intelectivo. El conjunto de esas estructuras forma un sistema cultural en el que todo se relaciona y toda modificacién de la estructura pereeptiva (intelecto-afecto) —es decir el mo- do de percepcién de la realidad— implica una nueva estructuracién del sistema en su. conjun- 30 to. Por eso se halla invertido en las culturas “areaicas”, donde la relacién entre la expe- riencia infelectiva y la experiencia afectiva es diferente. En la medida en que la aparicién de nuevos media modifica esta relacién, coin- cidiremos facilmente con McLuhan en que constituyen la clave de todo el sistema cul- tural. Pero estos problemas ain no son bien co- nocidos y el lector tiene el derecho de dudar de sintesis tan ambiciosas y prematuras. Nues tro objetivo aqui fue demostrar la importan- cia, en realidad la primacia de los fenomenos semiolgicos, comprobando que toda cultura se define como un sistema (0 més exactamen- te un conjunto de sistemas) de comunicacin. ar

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