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Globalizacién y Sociedades Rurales 17-18 Cuadernos Agrarios nueva época México, 1999 Politica alimentaria global Philip MeMichae? ‘Traducci6n de Robero Diego? Introduccion {A principios de los aos noventa, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, estimaba que los paises asiaticos de Pacifico absor- bberian dos tercios de los mis de 3 mil millones de dlares de incremento en Ta demanda global de las exportacio- nes de productos agropecuarios para aio 200. Las importaciones norte- * Profesor dela Universidad de Cornel, Ithaca, Nueva York "Profesor dl Departament de Produccion Economica de la Universidad Auténoma echimikce, México DF ELUSDA repota 3 lanes (iin es su miller de alone enleastelo) asin dl Paco centabiie po 47 por cient del crecimiento des exprtacnes de lee EUA de 1991 1997, Aunque recientemen- teen el esprit dea cs ranera ait «a la imprtcones det plaz han dec cdo. mango de la rs, de cuniuier ma nea, trade reforms merce que van 3 tmpulsarasexportaconesnorexmercin en ellergo plaza Mirza tana el USDA hace «ido $2100 millones de ares enc ala Importcitndeprodocnoreamencans pot parte de Coren del Su, Talandia, Malai, Indonesia y las Filipinas para mantener Ia orareneara reese tes gropecuatosausalires Martha Groves, "Asia's Woes Taking a Bite Out of US. Food Exports. ",7 mar 195, americanas de estos paises seran ass- tidas con un subsidio de mil millones de délares para los exportadores por parte del Programa para el Mcjora- miento de las Exportaciones de los BUA (US Export Enhancement Progra). Una parte de este lucrative mercado {amucho del cual se reiere a carne de bovino enltada y alimentos procesa- dos vendidos a Corea del Sur y a Taiwan) incliratrigo y maiz en gra no demandado po Indonesia, Malasia ys Filipinas. El USDA predecia: En ausencia de agresivas y sosteni- das versiones eninfraestructura y Ja decreciente competitividad de la produccién de mata la Filipinas podria converti en importador re- gular de maiz para finales dela dé- ‘ada .. maiz norteamericano po- dria capturar una importante por- ‘ign de este mercado en expansion. Bajo las condiciones del acuerdo agropecuario dela Ronda de Uruguay de 1994, las proyecciones de a OECD than preicho que ls exportaciones de rmaiz norteamericano reducirén los precios de maiz en los mercado loca- lesen un20 por cient paraeaio 2000 Esta reduccion en precios internos de ‘maiz vaa poner en riesgo a medio mi- 9 ‘Texpeuciss: EL Nuevo Ono ALIMENTARIO INTERNACIONAL on de famitins campesinas con reduc- ciones en su ingreso de un15 porcien- to. De acuerdo a Kevin Watkins, esta situacién va a tener un alto costo so- ial reflejado en la reducin del gasto en educacion la dependencia cecien- te en el trata infantil, el deterioro ‘utricional,y la cada vez mayor part- cpacign de la mujer en el mercado de trabajo fuera del hogar con el objeto de ‘compensar la caida enel poder adqui- sitivo de las familias. En forma com- parativa, el subsidio promedio a los agricultores de EU y alos comercian- tes de grano es a grandes rasgos 100 veces el ingreso de un agricultor ‘maicero de Mindanao, Watkins remar- ca que en el mundo rea, distinto al ‘mundo imaginario habitado por co- ‘merciantes libres, la sobrevivencia en Jos mercados agropecuarios depende menos de las ventajas comparativas ‘que el acceso comparativo als subsi- dios. ‘Tomando encuenta que el gobier- no ilipino considera alos acuerdos de Ja Ronda de Uruguay como un instra- _mento de efcienciaeconémica, sin m= portar su transferenciaimplicita de so- berania conrelacion ala politica nacio- nalalimentaria hacia una organizacion ‘mundial de comercio en Ginebra que norinde cuentasa nadie, Watkins con- cluye que: haciendo a un ado las lega- lidades ilusoras, los acuerdos de la Ronda de Uruguay llevan el sello de tun elaborado fraude. Estos requieren {que los paises en desarrollo abran sus smercadosalimentaros enel nombre de Jos principio del litre mercado, al mis- 'mo tiempo que permiten que los Esta- dos Unidos y la Unién Europea (UE) 10 protejan sus sistemas agropecuarios y sus exportaciones subsidiadas’ La estratagema de la Ronda Uru- ‘guay ha sido institucionalizada en la recientemente formada Organizacion “Mundial de Comercio (OMC). Esta or- ganizacin preside! intentomisgran- deporalcanzarlahomologacion delas protecciones politicas, sociales y me- ddioambientales en nombre dela ef ciencia y de los principios del ibre mercado, No obstante, tal y como el caso ilutrado arriba indica, el campo de juego no esta ivelado porque les EUA y la UE mantienen subsidios in- dicectos agropecuaris al separar los «costo agropecuarios de los precios de las mercancias (promoviendo un dun- ping en las exportaciones agrope- cuarias), asi como a través de apoyos extensivos en infraestructura. Al cexternalizar estos subsidios, las expor- taciones dels USA y la UE compiten, ‘con precios bajos arffcales enel mer- ‘ado internacional. En términos del mercado, entonces, las agriculturas de los paises del Sur aparecen como rela- tivamenteineficientes. Al privilegiar a los precios del mercado como criterio cde compettividad agropecuaria, la e- {6ricade libre mercadojustifica de esta manera el uso de medios institu- cionaes para extender el mercado de Jos agronegocios a expensas de los pe- quefos agrcultore en todo el mundo. La vision de la homologacion de los mercados representa el perverso legado del proyecto neoliberal que * Kevin Watkin, "Free Trade and Farm Fallacies: From the Urugeay Round to the Worl Food Summit, 1986, pp. 24425. POUTICA AUMENTARIA GLOBAL emergi6 en los aos setenta,inicial- mente como un dscurso hegeménico de las reglas del mercado y cada vez sas como una politica coercitva des- plegada para instituconalizarlasconel fin de prevenirunretrocesoen este sen- tido, La insttucionalizacién nici con las politicas para manga la deuda de Jos aos ochenta, cuando las elites po- Itcas de los ptses del Tercer Mundo se sometieronaausteros programas de {juste estructural En ls afios noven- ‘a, la institucionalizactn de las reglas del mercadoha sido generalizadaa tra- és de regimenes internacionales, tales ‘como la OMC yl proliferantes acer dos de libre comercio® Tal y como se argumenta en este trabajo, el imperialism de los agro- negocios es integral al uso coeritvo de mecanismos institucionales para ‘monopolizar el control de aagrcultu- 1a mundial y los fujosalimentaios. Sirve fundamentalmente a ls intere- ses del sector corporativo y @ una mi- noria global de 600 miles deconsu- rmidores afiuentes, concentrados prin- cipalmente en el corazén triadico dela ‘economia mundial (Europa Occidental, Norteamérica y Japon) Tal ycomo ve- remos, las relacioneshistoricas de pro- dduccién y consumo de iimentos ana ‘scala mundial han sido siempre tanto ppaliticas como geo-politcas. El siguien- {e relato historic siti la geo-poitica de alimentos, e interpreta el proceso ‘mediante el cual los EUA han asumi- do una estrategia de granero (bre- ‘Php MeMiche“DevelopmentandSo- cil Change: A Global Perspective” 1396 adbasket) global y han visualizado institucionalizar su poder alimentario corporativoa través del actual régimen de libre comercio. Agricultura y capitalism: de agro- colonialism al agro-industralismo ‘Mucho de nuestro entendimiento po- Iitico econdmico de las relaciones de poder globales inclayendo el fendme- no del desarrllo y subdesarrollo, pro- viene de una concepcion binaria del mundo expresada en el concepto dela dlivisin internacional del trabajo. En cesta representacion de la historia del capitalismo mundial, €: mando metro- politano oeuropeo se especilizs en la industria, mientras que el mundo pe- riférco, ono europea, seespecializaba cela producciin de materias primas y de alimentos. El desarrollo vino a ser entendido como el proceso para supe- rar esta divisi, al tiempo que los pat- ses del Tercer Mundo patrocinaban el desarrollo de sectores domésticos in-

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