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799799997999 9997997997979999999I9IIIII (he ea porate: Laer, Cee To cha he pata gman al tn: iy ee, Toe, Ca Giallo fr uta Eee Hae al has ay eae Bisby mpm hyo “login The a mer Pfr nd Hae Rei Sed eter meses Buts resend cn ta ey Bans (0199 Nao by (©1972 ia Fn Mon Ngee 1, Cl Plc, Méses, DE ‘sr itiotpa com me (0205 For cancion Spgs y de edn Ete faa ogae SOS =e sagas a wastes See lysines ope dec, tag me pio rs Se bata se oy ie ysnen est Sara fo El encuentro analitico La transferencia y la relacién humana Mario Jacoby Misi © 2005 Contenido Prefcio Iuroduci stn 1 Blencasnto anal. ~ Panto de vista de Freud sobre a tanafesencis 1a contbeldn de CG. Jung, jemple de un caso. BL Transferencia p contravansfirencia ET modelo junguiano laf la ransfereccia en los suction “Teanefereni,idesidad yproyeesign, “valor terpéutico dels contatansferenea. 10 Naresano ytanferenca 1a taneerenca epeculr. 1a tensferenciaieslzante 1a wansforencia sional y a wansferencia delete IN. La wrnfeencia ya rlacin luma. EL Yolo y el Yo: dos sctiudes. Sepaacin y objetvidad - a 15 23 25 31 baaa 6 Ee 74 ge 108 40s 110 CO0o0C0 a jelererelerelelolelerelare 0 oO 5 o Oo Oo a & ° ° 9 2999999 > i) 999999990 29 2II oe) ) VL rela haan el ani ivén versus sila La teansferenci Ia interpretacin de los sueios Las ricesanqutpicas de la wansfereneia a contratansferenciay la relacién Yo-TS. Vi La conaansfrencia y las necsiades del anata La capacdad que iene el anata para extablecer ua elacin Yo-TE 10s honoratos a necesidad de taner bio nivel terapéico 1a erisided el podery In posesividad, VIL Bl amor eric en ef andi, load tines angus Biblio, 128 m4 136 140 ast 11 154 168 165 a8 185 191 oR CNQ $3 SP TEES imagen alguimica de la cvieno 0 uni de opuestos. Resin Philo sophoram, 1580. Prefacio 4Serd nbcesatio otto Libro més sobre la transferenca, sobre todo sise toma en cuenta la abundancia del material ya exis- tentet Creo que lo es, porque la mayor parte de los textos sobre la transferencia han sido escritos por anaistas de la escuela de pensamiento freudiano y concebidos dentro del marco de las teorias y técnices psicoanalticas, por tanto estén destinados Fundamentalmente para los profesionales ‘que conocen y dominan el tema. Ademés, en la obra de ‘estos expecialstas se describe el fenémeno de la transferen- «ia por medio de una temminologia centifica muy abstracta Si bien aprecio sus trabajos, los propios psicoanalstas freu- dianos han confesado tener menos interés en describ la ‘experiencia de la transferencia que en explicarla en términos de una teorla metapsicolégica global; y os terapeutas profe- sionales pueden beneficiarse de estas investigaciones sin que por ello tengan que aceptaf todos los supuestos testicos de {os que pacten. ‘Lo que me interesa abordar aqut, sin embargo, son las cexperiencias humanas reales que forman parte de la vida psi- uica “los sentirnientos,suftimientos, pasiones y frustracio- nes y la forma en gue éstos se manifiestan en el encuentro anatftco, Lo que deseo, y espero lograr, esque tanto os pro- COOCdOCOCOOCOOGONG .O00000 oo C0008 .0000E 999999977 IIIIIII227III7IIIIIIII2I2®ID® DD {esionales de la psicologia como las personas instruidas que son legas en el tema puedan captar verdaderamente el Impacto que tienen los fenémenos lamados transferencia y contratransferencia sobre las personas que estén en terapia. ‘Mi objetivo, por consiguiente, es comunicar al lector la forma en que se pueden experimentar y sentir las interac- ciones que se dan entre el paciente y el analsta ~0, cuando menos, como a menudo las he experimentado yo. Me inte resan tanto los problemas cotidianos de la préctica analitica, ‘como los aspectos que se derivan de esa dimensién profun- do, arquetipica que fue descubierta por Cari G,Jung-y que rebasan las cuestiones “banales® que surgen en las relaciones personales. Este material fue presentado originalmente bajo la forma de una serie de conferencias y se ha conservado ef estilo y tono no académico del mismo. Lo que se pretende ro es proporcionar una serie de técnicas sobre “oSmo tratar los problemas derivados dela transferencia”, ni tampoco dar tun resumen general de la diferentes teorias que se han ela- bborado sobre el tema dentro de la pcologia profunda, ino nds bien que sirva para desarrollar una mayor sensibilidad para percibir las suilezes psicol6gicas que estén involucra- das en todo encuentro humano, y, especialmente, aquellas ue se dan en la relacin intima que se establece en el curso del andlisis, ‘Quiero agradecer a mié pacientes por haberme permiti- do publicar su material, Por cuestiones de discrecin, todos Jos detalles de tipo personal que no son relevantes han sido omitidos © altrados. También quiero agradecer a los candi- datos al entrenamiento del Instituto Jung de Zurich y a los Pals 2 rniumerosos auditorios de profesionales de Brasil, Alemania, Istael y os Estados Unidos, ya que las respuestas estimulan- tes y motivadoras de reflexién que han dado a mis confe- rencias y seminatios me han ayudado siempre a aclarar mis ideas, Estoy particularmente agradecido con Eleanor Matter, por baber editado mi manuscrito con sensibilidad y erapatia, Introduccion La relacion psicol6gica que se establece entee analista y paciente -tan importante para cualquier acivided de tipo terapéutico—ha sido rlativamente descuidada en la préctica yen literatura de los analistas junguianos. Una excepeida sobresaliente la constituye el trabajo realizado por la eseue- la de psicologa anaitca de Londres que sea inepirado en la obra de Michael Fordham, ena que el interés eliico se ha concentado casi exelusivamente en la observacin ¢ inter pretacin de la llamada Transferencia y Contratransfe- rencia* También se cuenta con las investigaciones sobre la ‘uansferencia gue fueron publicadas por analists junguianos en Beilin a principio de los afios setenta? Pero, en general puede decirse que los junguianos se muestran més interesa- dos en el material que proviene del inconsciente (cae son Jos suelo, dibujos, et.) que en las interelaciones que se dan entre el analista y el paciente "ease Michael Fordham, "Notes on the Tianserenc’, en M, Fordham al, Technique i Jungian Analysis, También pueden consularse Fordham, junguiae Psychetherapy y Kennet Lambert, Analysis, Ret, ad individuation ‘iéanse [os ensayos de R. Blomeyer y Hans Dieckmann, “Die Xonstellerung der Gegentbersagung beim Aufreten atchetypscher Trume JOOGCNOODODOOONOHOCOODOOO00D00000 1000000 799997 II9II2IIIID? »29 ) y399I999 999999 6 sao come wun num Eeto puede deberse en parte al hecho de que Jung ‘mismo parecié minimizar la importancia de la transferencia después de su ruptura con Freud en 1912. Muchas de sus afirmaciones pazecerfan mostrar que no consideraba impor- ‘ante la tansferencia. La mayor parte de dichas afrmaciones aparecen en las conferencias que imparti6 en la Clinica “Tavistock de Londres en 1985, donde afirmé que: La tanaferenca sempre es un obstculo, nnca una vena. Se logra curar a pesar dela transference, no gracias a ell ‘La transferenciano tiene nada que ver con el proceso decura- cién...Sino ae da, tanto mejor. Elmaterial ae obiene de eual- quier manere, No es la transferencie lo que permite que el paciente exponga su material se puede obtener todo el mate- Fal que se desea de los suefios. Todo lo que ex necesario emerge de ls suchios* ‘Aqui Jung claramente se excede en sus comentarios, como puede apreciase en los puntos de vista més mesura- des que expuso posteriormente. De hecho, veremos que, & ‘veces la transferencia sf influye los suefios -si no su conte- rido, al menos la forma como es interpretado e integrado su mensaje Los comentarios que hizo Jung en,las conferencias “Tavistock deben ubicarse en el contexto en que fueron formt- {ados. Lo que él deseaba era continvar con le discusién del ‘material onitco y sus amplificaciones; pero el pGblico que ‘habfa ido a escuchar sus conferencies estaba compuesto fun- damentalmente por médicos que deseaban conocer sus pun~ ‘Yung, The Tavistock Lectures" en The Symbolic Lif The Coleaed Works (cw en lo sucesivo), vol. 18, pardgrafos 349, 351. Estas conte reocies se publiczon también en Analytical Psycho, Is Theory and Prac, Pantheon Books, Nueva York, 1968) Irie v tos de vista sobre la transferencia, Podemos percibir una ‘mente, dindole un sentido demasiado personal, no lo tess- 16 y abancond la prctica psicoanalitca” Freud continu estudiando ef fensmeno de Ia transfe- Tenia y cada vez se convencié més de que era neesania para obtener la curacién psicoanalitica, que ere la forma como él denominaba su terapia. Fl psicoandlisis no era el traamien- to ms adecuado par los pacientes incapaces de establecer tuna relacién transferencial. Las formas de neurosis que ten san a generar reacciones de transferencia cuando se les atendia eran Ia isteria de conversa, las fobs y las neuro- sis compulsives. Por consiguiente estas formas de neurosis ran susceptbles de ser tratadas mediante el psicoandlisis dlésico y Freud las llamé neurosis de transferencia, Freud consideraba que la condicién indispensable para un tratamiento exitoso era que el paciete transfirera el ana- lista todas sus expectativasinfaniles reprimidas tanto las de ipo amozoso, como las de agesién odio. Por otra pate, parecia ser que era precisamente la transferencia la que, segiin Freud, saboteaba una curaciéa répida; a neurosis ort ginal se tansfocmabs durante el andisis en un nuevo tipo de neurosis, que denominé neurosis de transferencia, En otras palabras el paciente quedaba lgedo al analst y esta depen: dencia podria liberarlo de asumir su responsabilidad. El Paciente se vive como un infante amado por el analista, sobre el eual proyecta una de las iguras pacentales~padte & ‘madre, ¢ inconscientemente no quiere abandonar esta dependencia, Curarse de su neurosis significa al mismo tiempo renunciar a esta dependencia, por lo que, incons- ‘Ems Jones, Sigmund Freud: Life and Wor, wo. p-247.Tiadci6a al spac: Vida yobvade Sigmund Fred, Anagram, Barcelona Pas de i fade ne » cientemente se niega a mejorar, De esta manera, la transfe- rencia puede provocar que surjan resistencias que se oponen al proceso curative, Qué fue lo que Freud recomendé que hiciera el anals- ta para enfrentar esta situaciGn’ SS ; Eee vow aot Jung, “The Peychology of the Teaneference, CH, yal. 16, pargrafos 422y siglents, ° ° ° ° o ° ° ° 5 ° oO 3 3 ol OF c. o: ° ° Q ° ) 992999999 297997999299799999929999999999 configuraciones transferenciales que se pueden establecer ‘entre paciente y analista, sean o no de sexo opuesto.* Este modelo resulta til para deserbirlo que sucede tpi- » 9999929999999 27992927999999992999999 56 sane yoown anne meu por concluia ls obra de su vida. Todas estas conextones son ‘mpresionantes, pero la sofane las desconceta ‘Mis atin, en el suefo, una de Jas chicas reeponde “algo relacionado con lis y Osiris, y sa et, al parece Ie respues- ta comecta, La pacente asocié posterionmente a Isis y Osis con a obra de Mozart, “a flauta mégica™™ Lo interesante es ‘que Mozary, después de Bach, es el compositor que més me agrada. “La flauta mégics" se relaciona bésicamente con la derrota del poder dele diosa cscura Io que constinia el pro- blema central de esta pacente. Erich Neumann publicé una interpretacion psiolégica muy interesante sobre este Ubreto de Mazar. Como ya se mencioné antes, yo eonsideré la sine tomatnogia «historia personal de eta mujer bajo la perpec- tiva de un trabajo de Neumann sobre ls aberaciones que se presentan en la relacién primaris, por lo que este aur siezne pre estaba presente en mi mente cuando tataba con la paciea- te. En “La flauta gic’, la Reina dela Noche quiere uilizara shia Paming par asesina a Sarasto, que el sacerote de Jn}uz, conel fin de adquitc as! dominio sobre el creulo soar sa venganza infemal!” la que herve en su corazén, yes el tema de um aria famosa de esta pera. Peto por el amor tan grande que siente Pamina pore principe Tamino, quien antes de unire a ela tiene que salir trunfante de las pruebas del fuego y lagu, la doncella se libera del poder queeerce sobre ella su vengativa made yes iniciada ene culo de Isis y Osi. ‘MI paciente, por supuest, desconocia toda esta infor ‘macién; para ello tinico que tenia importanca era que en tl sueo yo no I escogia a ela, sino ala joven que sabia algo “Buich Neumann, “Zu Mozart Zauberite en Zar Paycholge des Weibichen faye esos ct 2 sobre Isis y Osits,o se, a que conoce la respuesta correc- ta, Para ella esto comprobaba mi rechazo. Fero si contem- plamos el suefio a nivel subjetivo, la chica que sabe algo sobre Isis y Osiris representa tna parte de ela misma, y éste ‘ra un aspecto que en realidad la paciente proyectaba en su hermana, que era artists, y despertaba la envidia y admira- ‘ign de esta joven porque era bella y talentosa. Por estas sazones, mi paciente siempre habia vivido a su sombra, Sin ‘embargo, el sueiorevelaba que esta *hermana® también era parte suye; esa parte artista ¢ imaginative ya habia estable- ‘ido contacto conmigo. Este suefio me conmovié profundamente, pues muy bien hubiera podido sofiarlo mismo que a pacient. El tema del suefio realmente me interesaba, no s6lo por la relaci6n establecida con ella, sino en términos generales. De hecho, el sueho nos perteneefa a ambos, aun cuando ella en ese momento todavia no estaba en condiciones de comprender su impacto. ;Cémo pudo ser posible que ellaruviera ese sueBo en particular? Mi especolacién es que tuvo que nacet de nuestra érea del inconsciente comiin. Yo no habia toma- do conciencia de hasta qué punto el destino de esta mujer re habia afectado psiquicaments; independientemente de que el sueko fuera suyo 0 mio, lo relevante era que contenta ‘un mensaje profundo y significativo que, desde luego, yo pude comprender mejor que ella en ese momento, y el coal sme proporcioné una guia intema para el anlisis, Resulta evidente que este sueio no hubiera emergido si Ja mujer no hubiera estado en analisis conmigo, como tam- bién es obvio que ella deseaba profundamente complacerme {y que a aceptaa; sin embargo, lo més asombroso es que se haya dado esta sintonia ps{quica entre nosotros. Como diria cualquier analista junguiano, el encuentro analitico provocé aque ee constlara este suefo. Y esta constelacién significa sin dude, que ella tuvo este suefio no sélo por complacerme, ya que esto seria interpretarlo reductivamente. Debia conside- zat que el suefio expresaba aspectos de ella misma que esta- ban despertando como producto de la relacién establecida entre ambos, De hecho, éste fue un suefio inicial cuyo con- tenido fue comprendiéndose lentamente durante el trans- curso del andlisis. ‘Transferencia, identidad y proyeccién La seccin precedente ilustra con claridad lo que puede suce- der como resultado de la conexi6n inconsciente que se esta- blece entre el analiseay el paciente (linea b nel diagrama de la pigina 43). A diferencia de la comunicacién de indole consciente que se establece entre los dos egos (linea 2), la conexién o vinculo inconsciente indica que existe un estado de identidad en que las dos partes se fusionan, En el contexto del andisis, a esta relaciOn o vinculo se le llama transferencia-contratransferencia, pero cualquier ‘ineulo emocional intenso involucra este estado de fusion «que Jung denomina participation mystique,* en el que la otra persona forma parte de uno mismo y viceverse. El deseo sexual que busca unirse a otra persona (para convertise en. ‘una sola came", como dice la Biblia), representaria el aspec- to isco concreto de esta experiencia, que lustra la necesidad “Véase Jung, “Definicines", en Prcelogial Tips, cy vl. 6, part alo 781, Trane eiady pein 2 primordial del ser humano de Fosionarse con otra persona. El momento del orgesmo, cuando se experiments en forma total conlleva una pérdida de control por paste del egoy, por. ‘onsiguiente, una pérdida temporal de identidad. Es por ello ‘que, tras ciertos sintornas, como la impotencia y la frgidez, lecuentemente lo que existe e5 una sensacién de ansiedad sot In perspective de renunciar al control del ego, de perder la propia identidad, de fusionarse y quedar a merced del compare En las relaciones esencialmente sanas de cualquier in- dole -y a menudo también en el andliss, los tonos afect- vos asociados con este tipo de identificacién resultan placenteros. Sin embargo, también es factible observar cémo en kas parejas que establecen Iszos emocionales my inten- 0s, e objetivo aparente es el de la destruccim mutua, Esto se conoce tradicionalmente como una relacién “de amor odio". Edward Albee, en su obra sQuién teme a Virginia ‘Woolf, aporta una descripcién sorprendente de este tipo de vineulo Conozco un matrimonio, por ejemplo, en el que pare- era que los cényuges sedan a a tare de toreurarse palqu camente; cualquier observador extzafi a Ia relacién que fuese objetivo diria que la tinica manera de sesolver esta situacidn seria el divorcio, Pero ocure que s el espoeo viaja “por negocios, aunque sea por dos dias lo cual no es fre- ‘cuente-, llama por teléfono a su mujer para comentade en tono de queja lo solo que se siente sin ella, que no pasa la roche a gusto si no esté a su lado. En cierta ocasién, la espo- 52 se quejé de que ya no podia continua viviendo con este hombre y quiso pasar unos dias leos de é. Se le presenté la 999993979999299999999999929939999999999 o no cone meio stn ‘oportunidad de tomarse unas vacaciones en el sur de Suiza; a pesar de hallarse con buenos amigos, la mafiana siguien- te de su aribo se meti6 en cama 2 lorar porque su mazido no estaba ah y lo exteafiaba demasiado, De la misma manera, hay amistades de tipo destructive entre personas del mismo sexo, o relaciones de negocios ‘excesivamente competitives que involucran lazos emocio- rales intensos entre personas que se odian. De hecho, pate-

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