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CAP, 7 —LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLOXIX 245 7,3,3. EL IMPERIALISMO, 7,3,3,1. El nuevo reparto del mundo El perfodo comprendido entre 1875 y 1914 se caracterizé por el hecho de que la mayor parte del mundo ajeno a Europa y al continente americano quedé sometida al gobierno formal o al dominio politico informal de un mimero limitado de paises: Gran Bretafia, Francia. Alemania, Italia, Holan- da, Bélgica, Estados Unidos y Japén. Dos grandes zonas del planeta fueron el escenario del reparto: Africa y el Pacifico. En 1914, el continente africano pertenecia casi en su totalidad a britanicos, franceses, belgas, alemanes, portugueses y, en mucho menor medida, espafioles. Las tinicas excepciones eran Etiopfa, la Reptiblica de Liberia y una parte de Marruecos que resistia el dominio colonial. Bn Asia, por su parte, los principales imperios tradicionales se mantu- vieron independientes, pero las potencias occidentales establecieron alli “zonas de influencia” que liniitaban la soberania de los mismos. Este reparto era la expresién mas clara de la asimetria de poder que se estaba producien- do en el mundo. Los paises “avanzados”, que habjan alcanzado un importan- te grado de industrializacién, establecieron formas de dominacién inéditas respecto de aquellos que no siguieron ¢l mismo camino (0 no lo hicieron con la necesaria celeridad) y se convirtieron en paises “atrasados”, Se consoli- 6 asf a partir de 1880 un sistema de relaciones internacionales que se co- noce con el nombre de “época del imperialismo”. El término “imperialismo” se incorporé al vocabulario politico en el curso de los debates que se desarrollaron en torno a la conquista colonial. Los emperadores y los imperios eran instituciones antiguas, pero el impe- rialismo era un fenémeno nuevo. Nunca han resultado convincentes las posiciones de quienes han intentado negar que se trataba de una novedad en el desarrollo politico y econémico (incluso en algunos casos sostenien- do que era una supervivencia precapitalista). La cuestién central en relacién con la nueva realidad de la hegemonia de Jos paises desarrollados es la discusién que se inicié en esos afios y se pro- Iongé durante mucho tiempo en los ambitos politicos y académicos respecto de las dimensiones econémicas de esta época imperialista. 246 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL 7,3,3,2. Interpretaciones del imperialismo Como se ha analizado, uno de los acontecimientos mds importantes de] siglo XIX es el surgimiento de una economia mundial caracterizada por un notable incremento de los movimientos de capitales y de mercaderias entre los paises desarrollados, y entre éstos y el mundo periférico. La expansidn de la flota mercante y el crecimiento de la red ferroviaria mundial posibili. taron la incorporaciéa de los productos provenientes de las zonas mas atra. sadas del planeta. Por una parte, el incremento del consumo de masas en los paises me- tropolitanos implicé la rpida expansién de la demanda de productos ali- menticios, la que empez6 a ser cubierta por los cereales y la carne prove- nientes de zonas templadas, de tierras fértiles Argentina, Uruguay, el medio oeste norteamericano— en las que se cultivaban a muy bajo costo. Pero, ademés, las nuevas condiciones del comercio mundial transformaron el mercado de productos conocidos incorporando las frutas frescas prove- nientes de las regiones tropicales y subtropicales, y ampliando la oferta de azticar, té, café, cacao, etcétera Ahora bien: zqué relacién existe entre la importancia econémica cre- ciente del mundo periférico para la economia mundial y la acelerada carrera iniciada por los Estados industriales para dividir el mundo en colonias y es- feras de influencia? F1 economista inglés Jouw A. Honson fue el primero en plantear de ma- nera global el tema del imperialismo. Su obra, publicada en 1902 (®), ana- lizé de manera detallada los rasgos de una realidad que, desde su mirada, relacionaba la expansién colonial con el crecimiento del comercio exterior y de las inversiones de capital briténico. Las vinculaciones econémicas con el mundo colonial se originaban en el desequilibrio entre una demanda aco- tada y un ilimitado incremento de la produccién. La exportacién de capita- les pasa a ser el objetivo de los inversionistas que no encontraban posibi- lidades rentables en la metrépoli. Las conquistas coloniales, impulsadas por intereses sectoriales en beneficiarse con estas operaciones —fabricantes de armas, especuladores, exportadores—, han sido, entonces, la consecuencia de esta nueva fase del capitalismo. Por lo tanto, para Hossox, el imperialismo no era un fenémeno intrinse- co al capitalismo, sino una distorsién originada en las ambiciones de una minoria oligérquica que arrastran al resto del pais. De alli que existan so- luciones para resolver el problema: una politica de altos salarios y pleno em- pleo permitiria aumentar el consumo, por lo que no habria necesidad de luchar por mercados extranjeros o dreas de inversion, embarcandose en aventuras colonialistas. (69) Hosson (1981). CAP, 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLOXIX 247 La obra de Hossow es considerada tanto una precursora de la teorfa mar- xista del imperialismo como de la teorfa keynesiana de la ocupacién. En 1910, se publicé en Alemania El capital financiero (""), escrito pot Rupocr Hitreroinc, uno de los principales intelectuales marxistas de la épo- ca. En esa obra por primera vez se enfatizaba la importancia del proceso de concentracién de capitales, que conducia al control de las grandes empre- sas industriales por parte de grupos bancarios y que, por lo tanto, podian ob- tener el maximo rendimiento posible de su capital a expensas de los obre- ros y de los consumidores. Asimismo, la exportacion de capital hacia areas subdesarroliadas permitia aumentar los beneficios como resultado de pri legios y monopolios. Es este esquema, el dominio colonial no esta conectado directamente con las nuevas caracteristicas del capitalismo; aparece cuan- do surgen trabas por parte del pais receptor del préstamo 0 de la inversién productiva; entonces, se requiere la presencia del Estado para eliminar los obstaculos a la penetracién del capital. La aportacion de HireoiG fue fundamental para la aproximacién mar- xista a la cuestién del imperialismo, abriendo el camino a textos como los de Rosa Luxemsurco (*!) y Nicovas Busanw (3) En raz6n de la estatura politica alcanzada por Lewin, su trabajo El impe- rialismo, etapa superior del capitalismo, publicado en 1916 (“), constituye la base de la vision marxista del capitalismo del siglo XX, y el centro de las criticas de quienes niegan de plano la importancia central de los factores econémicos en la expansién colonial. Su definici6n del imperialismo consiste en afirmar que representa la eta pa monopélica del capitalismo, resultado de la evolucién de las contradiccio: nes de éste. Los cinco rasgos que lo caracterizan son: La concentracién de la produccién y el capital hasta el punto de crearse monopolios que desempefian un papel decisivo en la vide econémica. 2. La fusion del capital bancario con el capital industrial, y la creacién sobre esta base, de una oligarquia financiera. 3. La importancia que adquiere Ja exportacién de capitales, desplazan do a la exportacién de mercaderias. 4. La formacién de grandes grupos monopélicos que se reparten el mer cado mundial. (70) Hurerome (1985). (71) Luxeusvaco (1967), (72) Busanes (1971). (73) Lemm (1983). 248 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL 5. La distribucién territorial del mundo entre las mas grandes poten- cias imperialistas. Junto a las explicaciones que enfatizaban las relaciones entre imperia- lismo y economia, en muchos casos destacando la insuficiencia de ésta para dar cuenta del proceso que se inicia en las tiltimas décadas del siglo XIX —por ejemplo, el hecho de que la mayor parte de los capitales exportados por las metrépolis no se dirigié hacia las colonias—, surgieron otros andli- sis que insistieron en la significacién de factores extraeconémicos. Se ha destacado, por una parte, el oportunismo de las clases dominantes, centrado en Ja utilizacién de la politica colonialista como elemento de distraccién que apartara a la sociedad —en particular a las clases trabajadoras— de los pro- blemas sociales internos. También se ha hecho referencia a que el clima in- telectual de la época, fuertemente afectado por el darwinismo social, favo- recié la expansién europea. Los argumentos de la “supremacia de los mejo- res” se aplicaron para justificar el colonialismo. Davin Fietpxouse ("4), uno de los mayores estudiosos del tema, ha resumi- do sus aportaciones sosteniendo que si bien los factores econémicos influ- yeron, en mayor o menor medida, en casi todos los hechos que concluyeron en el establecimiento de situaciones de dominio imperialista, no habia una vinculacién estrecha entre economfa e imperio. Por el contrario, durante mucho tiempo el pensamiento oficial en las altas esferas de la politica eu- ropea sostenia que las cuestiones econémicas internacionales debian resol- verse sin la intervencién directa del Estado. Sin embargo, los problemas creados en la periferia por las empresas europeas, econémicas y de otra in- dole, terminaron adquiriendo una naturaleza politica —por ejemplo, afectan- do los intereses nacionales de Ia metrépoli— transformandose as{ en la ex- plicaci6n tiltima de la anexién. 7,3,4. LA EMIGRACION TRANSOCEANICA Las migraciones internacionales fueron un fenémeno caracteristico del siglo comprendido entre 1815 y 1914. Ciertamente, los movimientos de po- blacién tenfan una larga tradicién en la Europa preindustrial; sobre todo, en el siglo precedente, vastos contingentes de personas se habjan desplazado temporaria y permanentemente dentro de Europa 0 hacia América. Sin embargo, luego del Tratado de Viena, firmado tras el fin de las gue- rras napoleénicas, ¢l movimiento migratorio alcanz niveles cnormes. Aproximadamente 50.000.000 de personas se trasladaron a América en el siglo anterior a la Primera Guerra Mundial. Muchos millones mds se movi- lizaron dentro de las fronteras de Europa, y aun dentro de cada pais, hacia (74) Su obra prineipal es Fietpnovse (1977).

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