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Escuela Sabatica Programas

La reverencia en la casa de dios

Servicio de canto

Lectura bíblica
Salmo 46: 10.

Himno de apertura
"Santo, Santo, Santo" (Himnario adventista, n° 70).

Oración
Sugerencia
Elaborar un esquema de alambre o de cartulina que represente un templo, lo suficientemente grande
para que quepa una persona adentro. Preparar, además, seis letreros con los nombres de los
personajes que entrarán al templo. Cada personaje real será representado por un participante. Se
presentará con su letrero, y entrará al lugar que representa la iglesia.
Mensaje de apertura
Buenos días, estamos muy felices de que nos podamos reunir como un solo pueblo ante la presencia
de nuestro Dios. Para el año que pronto comenzará, seguramente tendremos muchos buenos
propósitos para nuestra vida. Uno de ellos podría ser el fortalecer las debilidades que aún se
presentan en nuestra iglesia. Dios estará muy agradecido porque hagamos un esmerado trabajo para
él, porque nos ama y quiere que seamos mejores. Ojalá estemos dispuestos a mejorar en nuestra vida
espiritual.
El programa de hoy tiene como propósito enseñar la reverencia en la casa de Dios. Siéntense todos
¡BIENVENIDOS!

Informe de progreso
(Por la secretaria)
A continuación mencionaremos los blancos que la Escuela Sabática se ha propuesto para este año:
Estudio diario Visitas
Ofrenda Asistencia
Filiales Nuevos miembros
Blanco ofrenda decimotercer sábado
Inversión
(Después de presentados los distintos blancos, va apareciendo cada participante con su letrero, y
entra en el área que representa el templo. Desde allí desarrolla su parte.)
Participante 1: Buenos días, mi nombre es el señor durmiente. Con frecuencia me da sueño en la
iglesia. Por lo general me pierdo la mejor parte de la predicación. No sé que me pasa; creo que no
duermo bien en casa, pero también sé que no es del agrado de Jesús que duerma en la iglesia. Por lo
tanto, no debo estar en esas condiciones en la casa de Dios. Buscaré ayuda para cambiar ¡Oh Di os,
transfórmame! (Sale del templo.)

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Participante 2: Yo me llamo la señora chismosa. Acostumbro averiguar la vida de los miembros de la


iglesia. No me pierdo un chisme y cuando llego a la iglesia me gusta contarlo a mis compañeras de
banco, cuando el predicador está exponiendo su tema. Yo creo que en el fondo no está bien lo que
hago, por eso me voy a buscar la ayuda del Todopoderoso. Sólo él podrá hacerme una nueva criatura.
(Sale del templo.)
Participante 3: Hola, yo soy la señorita llega tarde. Casi nunca llego temprano a la iglesia porque creo
que lo más importante es el sermón. Así que no participo del servicio de canto, ni de la oración. Por
supuesto, tampoco de la Escuela Sabática. Cuando llego me gusta que me miren, que observen como
voy vestida. A veces, distraigo con mi llegada a los demás miembros que llegan temprano, logrando
que estén más pendientes de mí que de Dios. Pero últimamente he comenzado a sentir
remordimiento e intranquilidad. Por favor, ayúdenme a cambiar. (Sale del templo.)
Participante 4: Mi nombre es señor caminata. Me gusta caminar y cuando llego a la iglesia camino de
un lado a otro; me asomo por la puerta de la iglesia, me siento en el banco, escucho un rato y me
levanto porque me fastidia estar sentado; aprovecho y saludo a todos los que me encuentro en los
pasillos, a los que entran, a los que están sentados. Lo mejor es salir a dar un paseo. Les confieso que
me siento mal. ¿Dónde hallaré ayuda para mí? (Sale del templo.)

Informe misionero
Participante 5: Soy el señor lector. Me gusta leer en la iglesia, libros buenos, por supuesto, pero que
no tienen nada que ver con el tema que presenta el predicador. Me gusta investigar; creo que leer es
bueno y se aprende mucho leyendo. No le presto atención a los programas, porque creo que es más
interesante lo que yo pueda aprender leyendo durante el culto. No quiero estar más aquí, me voy.
Trataré de encontrar ayuda de Dios. (Sale de/ templo.)

Parte especial
Participante 6: Mi nombre es la señora risa y masca chicle. Me encanta reírme; a veces los
predicadores dicen chistes buenísimos, y a mí se me ocurren otros en el sermón y se los cuento a los
que están a mi lado; nos reímos mucho. También me gusta mascar chicle. A mis niños les llevo
golosinas para que coman en la iglesia y estén tranquilos, aunque el otro día una diaconisa me dijo
que si les doy dulces a los niños se ponen más alterados; yo creo que sí, porque de todos modos no se
quedan quietos durante el culto. Algunas personas me miran de manera extraña porque mi risa se
escucha en el recinto. Además, a algunos no les parece bien que masque chicle. Dicen que no es señal
de reverencia. Lo mejor es irme para buscar ayuda. (Sale del templo y de la plataforma.)
Repaso de la lección

Palabras finales
Conclusión
(Entran uno a uno los mismos participantes con sus letreros, pero ahora, en la parte de atrás, que
muestran, tienen escrito algo diferente.)
• Señor durmiente = Señor quietud
• Señora chismosa = Señora oración
• Señorita llega tarde = Señorita puntual
• Señor caminata = Señor atento
• Señor lector = Señor cantor
• Señora risa masca chicle = Señora feliz

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Todos dicen a una vez: "En Cristo encontramos fuerza para cambiar. ¡Alabado sea su nombre!"
Director: Apreciados hermanos, Dios desea que seamos reverentes ante su presencia. Para finalizar
les leeré una declaración de Elena de White, que esperamos sea tomada en cuenta por cada uno de
los presentes: "Si el pueblo entra en la casa de culto con genuina reverencia, y tiene presente que
está en presencia del Señor, habrá una dulce elocuencia en el silencio. El cuchicheo, la risa y la charla,
que podrían no ser pe-cado en cualquier otro lugar, no deben tener cabida en la casa donde se adora
a Dios" (Estudios escogidos de los testimonios, p. 202).

Himno final
"Hay un lugar do quiero estar" (Himnario adventista, n° 403).

Oración

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