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María y la Iglesia están íntimamente unidas, ya que ambas son madres de Cristo. María es modelo e imagen de la Iglesia, pues en su seno comenzó la historia de salvación y engendró a Cristo, cabeza de la Iglesia. Al igual que María concibió a Cristo de manera virginal, la Iglesia también concibe espiritualmente a los creyentes mediante el bautismo. María y la Iglesia comparten la maternidad sobre los fieles y guían a los creyentes a crecer en su relación con Cristo hasta
Descrizione originale:
Síntesis del libro María y la Iglesia de Hugo Ranher que trata sobre los dogmas marianos desde dos ángulos: María como la nueva Eva y María y la Iglesia, de quien María es imagen perfecta.
María y la Iglesia están íntimamente unidas, ya que ambas son madres de Cristo. María es modelo e imagen de la Iglesia, pues en su seno comenzó la historia de salvación y engendró a Cristo, cabeza de la Iglesia. Al igual que María concibió a Cristo de manera virginal, la Iglesia también concibe espiritualmente a los creyentes mediante el bautismo. María y la Iglesia comparten la maternidad sobre los fieles y guían a los creyentes a crecer en su relación con Cristo hasta
María y la Iglesia están íntimamente unidas, ya que ambas son madres de Cristo. María es modelo e imagen de la Iglesia, pues en su seno comenzó la historia de salvación y engendró a Cristo, cabeza de la Iglesia. Al igual que María concibió a Cristo de manera virginal, la Iglesia también concibe espiritualmente a los creyentes mediante el bautismo. María y la Iglesia comparten la maternidad sobre los fieles y guían a los creyentes a crecer en su relación con Cristo hasta
Mara es la Madre de Dios, este es el misterio bblico y dogmtico central de
la Virgen Mara que descubre a la vez la esencia misma de la Iglesia y es que ambas estn tan ntimamente unidas que a la Iglesia se le descubre en Mara y a Mara en la Iglesia. En el vientre de Mara comienza la historia de la Iglesia, ella es la tierra de la Iglesia que, como lo deca Po XII, ha llegado ya a la consumacin celestial, es decir, en Mara ya ha comenzado lo que la Iglesia an espera: la glorificacin del Cuerpo de Cristo. Mara y la Iglesia son una nica madre y sin embargo dos, la primera ha engendrado la cabeza del cuerpo, mientras que la segunda, mediante el bautismo y la penitencia ha regalado el cuerpo a la cabeza, cada una y ambas son la madre de Cristo, es por ello que, como principio eclesiolgico, todo lo que se dice de una puede decirse de la otra. El Cristo que Mara da a luz y que la Iglesia regala es uno mismo, la primera form su cuerpo y la segunda nacin de su costado y lo que se refiere a la primera se cumple en la segunda. Mara, la virginal Madre de Jess, es modelo, tipo, figura, compendio y de cierta forma resumen de la Iglesia Madre, es la Madre de los vivientes, en ella comenz la nueva creacin de la vida divina corrompida en la primera Eva, mientras que ella es la nueva Eva que, prefigurada por la primera, ha engendrado el nuevo linaje de Dios, pues en la encarnacin del Verbo, objetivo nico del plan salvador de Dios, est el principio de la divinizacin del gnero humano y la confirmacin de la Iglesia; Mara, la Madre de Dios, es quien aplasta la cabeza de la serpiente. A esto se debe que el Antiguo Testamento posea un carcter tipolgico, es una prefiguracin de Cristo y de su Cuerpo; as, Adn es figura del nuevo, del Hombre-Dios y la misma Mara es figura de lo futuro, pues con su s ha cerrado definitivamente el AT y en su seno comenz el NT. Mara contuvo en su seno a la Iglesia futura, ella fue la tierra bendecida donde se encarn el rbol de la Vida, as mismo la Iglesia ha sido bendecida por Dios como tierra santa, como un nuevo Paraso que da a comer de los frutos de ese rbol. Mara, desde el primer momento de su existencia y en virtud de la futura muerte redentora de su Hijo estuvo exenta de toda mancha de pecado, ella posey desde el principio la gracia santificante de la filiacin divina, es Inmaculada, y por ello es tambin modelo y compendio de la Iglesia futura purificada por el bautismo, ambas son una Virgen inmaculada, pues este es el final feliz de la obra de la Redencin al que la Iglesia est destinada: a triunfar sobre satans al final de los tiempos. Esta obra que inicio en Mara corporalmente y continua en la Iglesia de manera espiritual hace referencia a la vida interior de cada bautizado en Cristo, pues nosotros mismos somos miembros de la Iglesia, en quienes debe realizarse la purificacin perfecta y alcanzar la gracia por obra del Espritu Santo y mediante la sangre de Cristo. En vista de su dignidad Mara deba concebir al Salvador del mundo siendo virgen y an, permanecer virgen durante y despus del parto segn la disposicin divina, lo cual es un misterio de nuestra fe contenido en la Escritura y en la tradicin apostlica, ella es la Virgen que desecho la desobediencia de Eva con su fe. Este misterio que est tambin contenido en el de la Iglesia de la que hemos nacido, la cual est desposada con Cristo y mantiene intacta su fe en l, pero la falsificacin de la doctrina es adulterio contra el Esposo, sin embargo, la Iglesia se conserva intacta en la integridad de la fe, la esperanza y la caridad, virginidad que debe estar presente en el espritu de todos los fieles a ejemplo de la madre en la que hemos renacido: la Iglesia a la cual Cristo hizo semejante a su Madre, as, la Mara engendr al nico y la Iglesia engendra a muchos que por medio de Cristo y en l son un solo cuerpo. En el hecho de ser Madre del Verbo es que radican todas las gracias de Mara y as mismo, puede decirse de la Iglesia, la cual es tambin verdadera Madre, que como Mara, representacin personal de la Iglesia, ha concebido, del agua y por obra del Espritu Santo el Cuerpo Mstico de Cristo con quien la Cabeza constituye una misma y nica persona: el Cristo total y an ms, la Iglesia engendra al Logos en el corazn de cada creyente y sufre dolores de parto hasta que Cristo sea formado y alumbrado en todos y cada uno. La Iglesia es el gran seno materno que por la fuerza del Espritu Santo engendra y da a luz a para la eternidad a los miembros del Cuerpo de Cristo. Por ser la Madre de Dios, Mara guarda una especial relacin con todos los hombres, ella es Madre de todos los creyentes, pues ella engendr a Cristo, de quien nosotros formamos parte, nuevamente, Mara es modelo de la Iglesia en su maternidad respecto de los redimidos, pues tambin ella es Madre de Cristo, tambin ella engendra y alumbra todos los das hijos para Dios y miembros de Cristo en el Espritu Santo. En el s de Mara se encuentra el origen de la Iglesia. La concepcin del Verbo es el origen de la Iglesia, cuya historia de principio a fin, ya se ha consumado en el Corazn de Mara, Madre de los creyentes, ella en las Bodas de Can intercedi para que su Hijo obrara el milagro y ms an, ella siempre est diciendo en virtud de su maternidad sobre todos los pueblos Ya no tienen vino, pues ella siempre est con nosotros, la Madre Iglesia. Jess, estando en la Cruz entrega a Mara a Juan como su Madre y a este como su hijo, este misterio se refiere tambin a la Iglesia, a ella fue dada Mara como Madre, pues la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, de quien Mara es Madre. En la maternidad de todos los creyentes se cumple el ms profundo misterio mariano de la Iglesia. La vida sobrenatural comenz para nosotros en la fuente bautismal con la recepcin del santo bautismo, ah la Madre Iglesia nos regener, nos recre, renacimos a la vida de los hijos de Dios, este misterio de la Iglesia se relaciona tambin con el nacimiento de Dios de la Virgen Mara, pues el mismo bautismo es efecto de la Encarnacin, nuestro nacimiento es imitacin del nacimiento de Cristo de la Virgen por obra del Espritu que fecund su vientre, pues la Iglesia tambin da a luz a los miembros de Cristo por obra de este mismo Espritu que fecunda el agua de la fuente bautismal. Mara es el comienzo de nuestra gracia bautismal, lo que sucedi en Mara, el nacimiento de la Cabeza, se completa en la Iglesia, el nacimiento por el bautismo de los miembros del Cuerpo. En la gracia bautismal tiene su origen todo desarrollo de la vida espiritual que nos asemeja cada vez ms a Cristo, es por ello que no hay desarrollo que no se relacione con este renacimiento del seno de la Iglesia, por el que a su vez Cristo ha nacido en el corazn del creyente. Mara, en cuanto Madre de Cristo, es tambin quien cuida y genera continuamente nuestra vida virtuosa, el crecimiento de nuestro corazn, ella es quien ha cumplido de manera perfecta la voluntad del Padre y su fiat resuena en el corazn de todos los que, como ella, tambin cumplan su voluntad en el seguimiento de Cristo, por medio de lo cual Cristo mismo renace en nuestros corazones y puede crecer en ellos hasta la madurez, as el alma se convierte en Madre de Cristo de manera que lo que sucedi en la concepcin virginal de Mara, se cumple tambin de manera espiritual en cada alma que lleva una vida pura: todo el que hace la voluntad de mi Padre del cielo, se es madre para M. Mara y la Iglesia, tambin aqu, son consideradas como una nica cosa y la misma Iglesia se convierte en Mara que alumbra a Cristo en cada alma y cada una en el corazn del prjimo, es pues la Iglesia la verdadera Mara de la historia, aunque escondida bajo el velo de la imperfeccin propia de este mundo, la cual an no se ha transfigurado, pero en ella crece Cristo hasta la gloria eterna. La vida es un fatigoso caminar, es andar hacia la muerte, esto mismo sucede en el destino de la Iglesia como en la vida del cristiano, pues es una imitacin de Cristo que va al encuentro de su muerte en la cruz, aqu tambin Mara nos ilumina, ella es la Mujer fuerte al pie de la cruz. En esta relacin de Mara y la Iglesia se revela un nuevo aspecto, su fuerza interior en la vida terrena, pues solo la que sigue fielmente a Cristo hasta la cruz, puede luego llegar al gozo de la resurreccin; esta fortaleza de Mara y la Iglesia debe cumplirse tambin en nosotros que por el bautismo nos hemos convertido en Mara y en la Iglesia. El amor de Mara es ms fuerte que la muerte, trajo al mundo a Cristo para redimirnos mediante su muerte y la Iglesia tambin contina derramando la sangre de Cristo en los altares, pues en su muerte se edifica su cuerpo. En Mara y la Iglesia el mundo se ha hecho rico, Mara trajo al mundo la Riqueza y la Iglesia la distribuye sacramentalmente edificando a Cristo no sin dolores de parto por los hijos que concibe del Espritu, ella es tambin la Mujer fuerte que desprecia el mundo por fidelidad a Cristo y nosotros mimos, miembros de la Iglesia y del Cuerpo de Cristo, almas que somos a una Mara e Iglesia por haber renacido en Cristo, quien ha renacido a la vez en nuestro corazn, tambin nosotros debemos ser esa Mujer fuerte que sigue fielmente a Jess de Nazaret al Glgota, pues solo en la vida cotidiana es que se forma el rostro de nuestra eternidad. En la irrupcin del Espritu Santo en Pentecosts, comienzo de la Iglesia, encontramos al centro a Mara a la espera del Espritu, ella toma parte en el nacimiento del Cuerpo Mstico de su Hijo, pero esto ya antes haba comenzado en su corazn, en efecto, en el momento de la Encarnacin vino al corazn creyente de Mara la gracia del Espritu Santo, de manera que su corazn es el origen de la transfiguracin de Pentecosts. Mara primero concibi a Cristo en su corazn y solo luego en su cuerpo, por ello podemos decir con toda certeza que la Iglesia ha sido engendrada en Mara o no es ella la Madre de Cristo cuyo cuerpo es la Iglesia? Mara es pues smbolo de la nueva Iglesia, portadora y custodia de la palabra divina que ya antes mara guard en su corazn. Mara se ha transformado en una persona celestial y terrena a la vez, en esto se asemeja tambin la Iglesia a Mara, cuya historia terrena es ya tambin un misterio celestial, la imagen de Apocalipsis de la mujer vestida de sol y sin embargo presa de los dolores de parto, se refiere precisamente a la Iglesia-Mara que ya ha entrado en la gloria de Dios y con todo an camina hacia su perfeccin. La mujer revestida de sol es la Iglesia revestida del Verbo con cuyo poder se hace madre engendradora del Cuerpo de Cristo y como tal es Madre de Cristo, y desde el nacimiento de Cristo de Mara, sucede lentamente en ella la glorificacin de la raza de Adn: el nacimiento del Cristo mstico. La mujer revestida de sol no solo es gloriosa, sino tambin terrena, sigue engendrando con dolor, la Iglesia contina sufriendo en la tierra. La Iglesia tiene por imagen a la luna que es iluminada por la luz del sol, pero cuya oscuridad representa al sufrimiento y a la muerte por los que ha de pasar a la vida en Cristo, cuya luz la ha de iluminar por siempre, esto es lo que significa que la mujer revestida de sol tenga la luna bajo sus pies y el mismo cristiano lo experimenta, vive el sufrimiento de la formacin de la imagen de Cristo en su corazn, pero en los ltimos das la Mujer, la Iglesia, llegar a la victoria y aplastar finalmente la cabeza de la serpiente. En Mara ya se ha cumplido la glorificacin que an no llega a su plenitud en la Iglesia. Por ltimo, en la asuncin de la Virgen Mara a los cielos, cumplimiento anticipado de la glorificacin de la carne, la Iglesia ilustra su propio y ltimo misterio, pues en ello se transparenta la suerte que tocar a la Iglesia entera y que ahora es solo una promesa: la victoria sobre Satn y la restitucin de la vida transfigurada que Eva perdi en el Paraso, en Mara, gracias a la sangre del Redentor que ella misma prepar, se ha cumplido ya definitivamente, pero para la Iglesia es una prefiguracin de lo que a ella misma acontecer, aunque hay que decir que ya desde ahora, de cierta manera, la Iglesia est ya glorificada en el sentido de que el da ltimo y el juicio ya estn presentes, pero an no est glorificada, est sufriendo y expuesta a peligros, el cuerpo de Cristo an no est terminado, sino que se encuentra la Iglesia, cuerpo de Cristo en un estado de regeneracin al perfecto amor de Dios, amor con que la Virgen intercede desde el cielo para completar el Cuerpo. En Mara se cumpli lo que est concedido tambin a nosotros que participamos de la misma naturaleza que ella.