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'Gusec aa Centro EC Boliviano de Estudios de la Comunicacién TEXTOS DE - PIVULGACION COMUNICACION MASIVA Recorrido hacia el pensamiento de Michel de Certeau Erick R. Torrico Villanueva BEC Centro Intrdisciplinario Boliviano de Estudos de la Comanicaién TEXTOS DE DIVULGACION 7 La “microfisica de las practicas cotidianas” y la recepcidn de la comunicacién masiva Recorrido hacia el pensamiento de Michel de Certeau Erick R, Torrico Villanueva La Paz, marzo de 2000 Pubjicacin del Cento Interdscplnaio Boviano de Estusins dela Comuricacn (Coordnaion Eto: Karna Herrera M. Diseto de iter ytapa: Daiel QuenalataE. (© Erick Torco Vilanveva Primera edi, marzo de 2000, cieec ‘al 691-2) sa8880 - 720882 Fax (91-2) 710714 malt: erera@zupernet Depésto Legal: 4-2-22700 LaPaz-- Boia Presentacion Las miradas investigativas en comunicacién, y en el campo gene- ral de las ciencias sociales, se vuelean hoy, con mayor empefio, a escudifiar los sensibles telidos de la cotidianidad, como trama que absorbe toda la vida en sociedad y en la que dificilmente se puede no observar la presencia de la comunicacién en sus varios niveles y formas, pero en particular de aquella llamada masiva. El sentido dado a la propuesta es que no pueden encontrarse lo social, lo hist6rico, lo politico, lo cultural y lo comunicacional por fuera de este espacio-tiempo, y que las marcas de las rutinas y los rituales diarios, que constituyen la existencia de los actores individuales y colectivos, configuran a y son configurados, a la ‘vez, por estas dimensiones. Las reflexiones de Agnes Heller, Antonio Gramsci, Michel Foucault, Pierre Bourdieu y, centralmente, de Michel de Certeau, representan el racimo intelectual que hace norte en el replanteamiento de la relacién entre estructuras y practicas 0, en specifica, entre sociedad e individuo, El binatismo y_determinismo causal de uno sobre el otro son ‘abandonados para ensayar propuestas dialécticas que, sin olvidar ‘el peso de las estructuras y sin caer en autonomias individuales falsas, recuperan el campo de accién de la experiencia de los sujetos y, asimismo, su grado de incidencia y réplica a lo estructural. Pero el panorama presentado por la revisién de Erick Torrico pretende, en cuestién, dibujar este mapa teGrico en tomno a las aportaciones del francés de Certeau y a su recuperacién teérica en el campo comunicacional por la via de los estudios culturales y de recepcién. Estos enfoques, asumidos con vigor en el contexto latinoa- mericano en los titimos afios, han despertado a la recepcién y los consumos culturales como zonas de actividad, donde se (‘e)procesan los sentidos y signficaciones desde distintas claves yy variables de mediacién. No obstante, a través de la exaltacién de una receptividad y capacidad dinémica de las audiencias, algunos estudios han caido en la anulacién de las determinaciones ‘econémicas y politica y, porlo tanto, han regresado a postulaciones vvacfas y entrampadas en si mismas, sin planteamientos crticos al ‘orden de cosas. En la lectura de Michel de Certeau y en su andlisis en el que incorpora a la comunicacién como lugar estratégico, se encuentra, por el contrario, una explictacién de las relaciones de poder a través, de la reapropiacién de sentidos y signficados mediante los distintos sos de los productos -material/simbolicos- que se dan entre los lamados practicantes. Ante las estrategias productivas se erigen técticas practicantes que son muestra, por lo general, de espacios de no acatamiento 0 antidisciplina, opuestos al orden prefigurado. Laulilizacién creadora, la fabricacién propia, las diferencias en las operaciones de uso promueven una relacién de fuerzas en donde, jugando en campo ajeno, con las regias impuestas por “el otro", se tiene la posibilidad de alterar en microespacios el orden y el sentido constituidos. Queda, no obstante, abierta la reflexion para cuestionar el margen de probabilidades que existe para cconstituir, sobre la base de estas experiencias de desincorporacién, un otro juego, con reglas distintas y relaciones inversas. Estas son las pistas ofrecidas en el presente texto, las que brindan la oportunidad de introducimos en el tema y trabajar sobre £61, Asimismo, el autor antecede las reflexiones con un repaso a los enfoques tradicionales en comunicacién y sus bases tedricas que mantuvieron, por un lado, la parcelacién de los elementos del proceso comunicacional y el privilegio analitico de una parte de éstos, y, por el otro, el espiritu efectolégico en el Ambito de la recepcién que tanto la investigacién administrativa como critica, ‘es0 si con propuestas politicas contrarias, supieron plantar en el ‘campo de los estudios comunicacionales. La resefia prosigue con la puntualizacién de los progresivos cambios experimentados a través de los trabajos de Lazarsfeld y Menzel, Klapper, Katz y Schramm, entre otros, para empezar a desmiiificar el absoluto poder de los medios masivos y observar ‘aquel que mantenia el plano oculto de la recepeién. Asi también ‘existen apuntes sobre las aportaciones de los Estudios Cutturales ‘que plantearon el reconocimiento de la practica de lecturas distintas yy de una polisemia en los mensajes que resistia los efectos directos ‘einmediatos en las audiencias. Los textos y sus muiltiples maneras de ser comprendidos por la existencia de diferentes contextos culturales, estos tltimos como dispositivos e instrumentos que incidian en la variablidad de la interpretacion y utlizacién de los ‘mensajes, fueron el nudo de preocupaciones de esta corriente teérica. EiCentro Interdisciplinario Boliviano de Estudios de Ja Comunicacién, una vez mas, con la serie TEXTOS DE DIVULGACION, pretende llegar hasta ustedes con aspectos claves y puntuales para incidir en la reflexién y el debate de ternas ‘comunicacionales, y asi también inspirariniciativas de investigacién en el campo. Esperamos, pues, que la publicacién que tiene en ‘sus manos pueda alimentar este propésito. Karina Herrera Miller Directora CIBEC “Lo cotdiano se inventa con mil maneras de cazar furtivamente”. Michel de Certeau, 1980 Introduccién La propuesta que hace Michel de Certeau (1995!) en sentido de ‘esbozar los elementos de una teoria de las précticas cotidianas, que vaya mas alla de las concepciones acerca de que éstas son el lugar de las resistencias 0, al contrario, de las inercias estructurales, constituye una base sumamente dtl -que, por lo demas, ya estd siendo empleada en el marco de los Estudios Culturales y del enfoque ‘e6rico sobre las mediaciones- para reemprender la comprensién de los procesos de la comunicacién masiva’ Los estudios, las conceptualizaciones y os disefios metodolégicos respecto de tales procesos estuvieron predominantemente caracterizados por dos perspectivas contrapuestas pero igualmente absolutizadoras. La primera, la de la tradicién estadounidense inspirada en el funcionalismo sociol6gico, desde sus inicios definio a Ja comunicacién como una relacién unilateral necesariamente mediada por tecnologias de alcance masivo y que era capaz de moldear ios pensamientos y comportamientos de quienes se ‘encontraban en el polo de los destinatarios; y la segunda, vinculada més bien a las elaboraciones de la Teoria Critica sobre ia industria ‘cultural y que también recogié las ideas de Marx y Engels respecto de la ideologfa y el control de los “medios de produccion espiritual” Porla clase dominant, asi como hallé renovados fundamentos -en ‘21 caso latinoamericano- en algunas interpretaciones de la Teoria de la Dependencia, también concibi6 a los medios masivos como todopoderosos aunque, a diferencia de la vertiente anterior, les ‘agregé un compromiso abierto o velado con los intereses de la dominacion y el imperialismo. ‘Ambos puntos de vista, como se puede advertir, convergieron en tuna sobrevaloracién del poder mass-medidtico, 10 que les llev6 a coincidir en que quienes se encontraban del otro lado, esto es, los individuos, los grupos o las clases cuyo papel en el proceso de la ‘comunicacién masiva se circunscribia al ambito de la recepcion, carecian incluso de la mas minima posibilidad de accion y razonamiento auténomos. Ei peso dela estructura era visto, asi, como decisivo. La cotidianidad, en este caso, quedaba reducida a un ‘espacio de reproduccion mecéinica, rutinaria yacritica de las “6rdenes” provenientes de los medios. "Se puede consular a este respeco la fundamental reset rica de Matin Barbero (1998) sobre ls ils del eat tro ae des reas ene clu, pobioy mas. 10 Es cierto, sin embargo, que se present6 asimismo, desde la izquierda, una lectura de los hechos que lleg6 a sobredimensionar los niveles de conciencia y de conviccién revolucionaria con que ‘presuntamente se exponian a los contenidos de la prensa, la radio, ‘el cine 0 la televisin los individuos de los sectores populares, es decir, de aquellos (semi)proletarizados. De ahi nacié la linea ‘contestataria de la comunicacién alterativa y popular, que buscaba ‘convert el campo comunicacional en una arena de confrontacién radical entre dominadores y dominados al igual que crear espacios ‘de autogestién incontaminada®. Otra vez, entonces, la cuestién del poder subsumié lo que realmente interesaba conocer y trabajar ~ ‘estratégicamente: el fenémeno de la comunicacién masiva y la | interaccién de medios y receptores mediada no apenas por las tecnologias 0 las ideologias sino -y quizé principalmente- por las | culturas. of En eltrayecto de esas circunstancias, los andlisisylas discusiones ‘sobre la materia empezaron a nultrirse de contribuciones desarrolladas fen otras areas ~como la sociologia, la filosofia, la antropologia y las Ciencias politicas:, a la par de que continuo la feflexién acerca de la ‘naturaleza y los “limites” del objeto de la disciplina comunicacional. Poco a poco, por tanto, irumpieron en el altamente ideologizado ‘campo de la especialidad elementos cuestionadores y motivadores ‘como la “microfisica del poder foucauitiana que no se pregunta por el ser del poder sino por sus mecanismos cuadriculadores de la cotidianidad o como el planteamiento bourdiano sobre el “conocimiento praxiolégico” que aspira a relacionar en términos dialécticos las estructuras objetivas y las disposiciones individuales ‘estructuradas, cada cual modificando a su manera las concepciones previas relativas a la omnipotencia mass-mediatica. Los Estudios Culturales impulsados por critics bri Richard Hoggart® inauguraron, a su vez, otros examenes orientados a entender los usos populares de los bienes simbdlicos industriales. Asi, el sujeto el receptor, para lo que aca preocupa- volvié a ‘tener mayor o menor presencia en el proceso comunicacional masivo ¥ Por supuesto, la cuestion de la cultura entré en escena. En esa misma vertiente, pero més recientemente, fueron introducidas en el debate las aportaciones hechas por el pensador e investigador francés Michel de Certeau (1925-85) en torno a la distincién sustancial entre “usuarios” y “consumidores” culturales, al * Vase Matar (1985), en epee end pare, dedi los "Nucros paloma” > te estudno de elo examin’ en un re plea e 957(The Uses of ite) las compli reliocs extents ent acon y clu industrials en a perspec ‘elas cer uta tin Igual que respecto de que las practicas de uso deben ser pensadas ‘como tacticas enfrentadas a estrategias de control y, ademas, como tuna “otra produccién’. De todas formas, tal vezlo que de Certeau ofrece como propuesta interpretativa se halla entre lo mas relevante y pertinente para la investigacién y la teorizacion de uno de los componentes mas ppolémicos de los procesos masivos de comunicacién, la recepcién, considerado normalmente como el polo de la pasividad, el conformismo y la simple reproduccién. Si se entiende que hoy casi nadie en ningin lugar queda al ‘margen de la comunicacién masiva y que, en consecuencia, ésta es consubstancial a la cotidianidad, resulta valido ensayar un andlisis de las relaciones entre esa forma prevaleciente de la comunicacién Y la vida cotidiana tanto como de aquellas otras, mas bien internas el proceso comunicacional, que vinculan a medios con receptores. La revision, para el efecto, de las elaboraciones diversas de Agnes Heller, Michel Foucauit y Pierre Bourdieu, asf como de algunas de las principales ideas de las tradiciones funcionalista y critica en el ‘campo de la comunicacién masiva, proporcionaré una base suficiente para presentar en este trabajo el modelo interpretativo formulado or de Certeau junto alas caractersticas de su aplicacién al examen de la recepcién. u 2 COTIDIANIDAD Y COMUNICACION MASIVA Fue en el curso del siglo XX que los medios de comunicacién masiva, len especial con el desarrollo tecnolégico y la amplia difusién de la ra- dio la television ~que se sumaron a los mas antiguos periodismo impreso y cine-, penetraron por completo el mundo de la cotidianidad, ‘Seguramente tanto como el terreno de lo publco, sirviéndoles incluso de punto de transito reciproco y, por ende, de interrelacion, Silo cotidiano refiere a lo que la gente hace todos los dias, a sus rutinas familiares, laborales, de instruccién y de distracci6n, a sus teritorios de reproduccién individual y social, a su “habitualidad’, esa dimensin espacio-temporal de las vivencias particulares no es hoy pensable fuera de la presencia y la accion de los mass-media. ‘Todos los sitios y niveles en que se desenvuelve la vida diaria son lugares de exposicién a esos medios, que se han convertido en ‘componentes de la institucionalidad social: de la familia, la escuela, el trabajo y la diversion. Asi, lo mass-mediético, que existe como un “afuera” respecto de {a cotidianidad, funciona al mismo tiempo siendo parte del ‘adentro", conformandolo, tanto en sentido de ser uno de sus elementos Cconstitutives como de incidir en su propia configuracién. Y ese fuerte vineulo de los medios con los publicos, es decir, con quienes se exponen a los mensajes y contenidos puestos en circulacion por ‘aquéllos, fue y es atin una de las preocupaciones centrales de la investigacion y la teoria comunicacionales, pues se entiende que ‘algunas consecuencias debe tener. Los efectos atraen las miradas Ese fue precisamente el tema que originé los estudios especia- lizados fruto de los cuales nacié una disciplina que no logra alcanzar tuna clara delimitacién debido a que su objeto de estudio -el proceso de la. comunicacién- atraviesa todas las esferas de lo societal (0, si ‘Se quiere, esta mas bien atravesado por ellas) ‘Ala propuesta de una “teoria matemética de la informacién" ‘por el ingeniero de telecomunicaciones Claude Shannon ‘en 1949 y cuyo interés era asegurar la elicacia de la transmision del mensaje con el minimo gasto de energia y sin ruidos, se agregaron los abordajes psicologicos y politicos de Paul Lazarsfeld y Harold LLasswell, respectivamente, el primero concentrado en las reacciones. de los pablicos ante los medios y sus contenidos y el segundo en la. “comunicacién eficiente”*, aswel, uc exaticio ueeconsiderato un panda sac en Comanicaién Ko. ice quten gu cna quiny eon qt ele) expert que un pos ened omni, ‘operates finns xis ast) det, osname oporutiaes ge aeten a posi eal des omnia des panes qa compone borat dees ‘omponeas Ge hsocedad en can adr unseat eto, erin Selisgado soca (tore, 193-68. 13 4 De ese modo, la concepcién ‘matemtica” que privlegié el caracter unilineal del proceso -y con ello al emisor y al medio técnico-, fue ‘complementada con la busqueda del conocimiento del impacto dela ‘emision (de sus efectos) y con los esfuerzos para medirio. Tales asgos son los definitorios de la llamada tradicién empirica, que en ‘sus comienzos llegé incluso al extremo de atribuir alos mass-media tun poder omnimodo sobre sus audiencias*, ‘Semejanzas en Ia posicién critica Mientras eso acontecia en el lado administrativo’, en el de los, criticos las cosas, en términos de parémetros explicativos, no eran muy diferentes. Lo que predominaba en este otro terreno era el entendimiento de los medios masivos como una institucién homogénea y Lnilateraimente influyente al servicio de la explotacién y la dominacién capitalistas pero también, cuando menos en el caso de Viadimir | Lenin, utiles en potencia para la confrontacién ideolégica, la transformacién revolucionaria y la consolidacién socialista. Las principales elaboraciones mas concretas sobre el particular corresponden a los representantes de la Escuela de Frankfurt, que ‘cuestionaron a partir del concepto de “industria cultura” la producei6n y distrivucion estandarizadas de bienes culturales masivos calificados ‘como cosificadores y dafiinos’. Los supuestos negativos de la Teoria Critica fueron aplicados ‘més tarde en la “teoria del imperialismo cultural’, que enfatiza el andlisis de los aspectos estructurales y contextuales ~econémicos y politicos, basicamente- que condicionan los procesos de ‘comunicacién masiva (la propiedad de los medios, la orientacién ideol6gica de los contenidos, la intencionalidad de las emisiones, la ‘gic de la produccién y distribucién de los mensajes y sus soportes, etc.) y que, inclusive, legarian a determinarlos. tra vez, por tanto, los mass-media aparecen bajo una consideracién que los hace todopoderosos frente a las masas*, ‘aunque subordinados a los intereses del gran capital * Halo de a'r agit pesuponia que kn ett pa deuce de esi concen in rept (De ie 918 , "Tan sparse, reno america pcos omnes el cot, pad ase dtr sans poltsocenica * sine mses ds conepn fa ron a por Teor Amo y Ma ener en 97; par cla inane cues sent en sn Tai kemio “ma cance “dl eo ssa combats ps ne mpgs spa inaeeeas,creaesSe conc ropa capa de gut fc ee CAMBIOS EN LA PERCEPCION CLASICA Elinicial esquema mecanicista y fundado en la légica conductista, del estimulo-respuesta (punto de vista que, como se cijo, era compar- tido por los eriticos) fue paulatinamente modificado; no obstante, ‘nunca dejé de tener vigencia.. Los modelos analiticos incorporaron nuevas variables a la ‘comprensién de lo que antes, en materia de efectos de la comunica- ‘cién masiva, en el empirismo se consideraba practicamente una imposicion desde los medios. Durante las décadas de 1940 a 1960 Elihu Katz examiné los proceses de intermediacion en la fusion de ideas y précticas nuevas, P. Lazarsteld y Herbert Menzel introdujeron el tema de los liderazgos de opinién “como mediadores entre los medios y los receptores- y generaron la “eoria de los dos pasos” que contempla dos fujos de transmisin: el det ‘medio al lider y el del lider al receptor, y otros autores como Eleanor ‘Maccoby aportaron elementos de juicio acerca dela disposicion subjetiva de los receptores para adoptar 0 no valores o conductas presentados porlos medios, os cuales coadyuvaron a larelatvizacién de las creencias previas en la omnipotencia mass-mediatice?. En esa misma linea, Joseph T. Klapper sostuvo que “En general, la comunicacién colectiva reafirma las actitudes, gustos y predisposiciones existentes y las tendencias del comportamiento de los miembros de los pablicos perceptores, incluyendo aquellas que favorecen el cambio. Rara vez sirven por si solos para crear una ‘metamorfosis” (Schramm, 1965:62), mientras el propio Wilbur ‘Schramm concluyé en que los medios pueden influir en algunas per- sonas, algunas veces y sobre algunos temas", ‘Tal vez el hito mas importante de este recorrido, ya en el decenio de 1970, estuvo marcado por la formulacién de la *hipétesis de usos y gratificaciones’, que invirté el supuesto funcionalista tradicional de {que los medios respondian a determinadas necesidades socialmente establecidas y planted que mas bien satistacen las de los miembros particulares de las audiencias, que tienen plena conciencia de ellas", ‘© sea que de la pregunta “,qué le hacen los medios a la gente?” se pasé a la de “,qué hace la gente con los medios”. Todo lo precedente impuls6 una cierta flexibilizacién de los ‘supuestos de los estudios de efectos mas, en verdad, sin conseguir alterarios sustancialmente. * Etaoin ns avetiacones erie ela cone emplia est ben efejata cnlasconfrencie de soy Ober ures qu ome Shr (1965) Get (997-119). " Sobee eso puede consular cl Cp. X del bode Our (1982713), Is 16 Lavariacion, aunque desde otros puntos de mira, fects asimismo ‘al campo crtico. Probablemente la influencia mas significativa en esta materia proving de los conceptos de Antonio Gramsci sobre el “Estado ampliado” (coercién + consenso) y los “medios de 7) hegemonia’, Pese a que los marsisas tradicionales se resistieron a 7‘ aceptar la estrategia de la reforma intelectual y la guerra de Posiciones, lo cierto es que después de las ideas gramscianas ya no resultaba posible entender de la acostumbrada forma vertical la politica, la ideologia, la comunicacién masiva ni sus medios, como tampoco lo popular, caracterizado en el pensamiento de Gramsci no por una colocacién estructural sino por su uso. Gramsci ayudé a pensar lo mass-mediético también en pro de las clases subaltemas y las acciones contra-hegeménicas posibles. " Manoarber, a ete propo, dle de Grams “algo nom hese ea pretar stench tama: que no toda aun Jeo epeminio pro sbateno ex igo esis «moe mero echiz oles de essen, que no todo logue ene ‘ea! son valores de ‘ise domme, pues hay cous qu vinendo deals respendn os gas qu mo so as de oman (1998102105), LO COTIDIANO RECUPERADO Los acercamientos convencionales a la comunicacién masiva nunca habian tematizado de modo especifico ni sistematico la Cotidianidad, ya que en la préctica la reducian a punto de “legada" {de los mensajes de los medios y, dado que no contemplaban ninguna actividad consciente de parte de ios receptores, no se vieron inducidos { examinar la cuestion salvo, de forma colateral, en la ya sefialada “hip6tesis de usos y gratiicaciones” que si reconocié en los miembros. de los puiblicos mass-mediaticos una capacidad de seleccién de los ccontenidos y unas posibilidades de utiizacién de los mismos en funcién de sus correspondientes necesidades, pero sin que ello ‘supusiera algun proyecto social o unas practicas determinadas, Por eso la contribucién de Gramsci cobré especial importanci ya que dio margen a otro entendimiento de los juegos estratégicos {ue se desarrollan en el seno de la sociedad civil (en lo cotidiano, se podria decir y, consiguientemente, mostré las fisuras y alternativas, los rechazos y las complicidades inter-clasistas, que hacian mds | adecuado hablar de construccién de la hegemonia que de reproduccién mecdinica de la dominacién. Otro paso clave en esa nueva comprensién, en ese “desbloquec" desde e! marxismo como dice Martin-Barbero (1998) con relacion a Gramsci, estuvo representado por las reflexiones de la hingara Agnes: Heller sobre la vida cotidiana. Heller identifica esa vida cotidiana, mas alla de la esfera del trabajo, como el ocus dela transtormacién revolucionara, pr cuanto Seales ahi donde se hac a historia, razén pola quo, siondola ~) esencia dela vida socal ocotdiano no se o puede diferenciar de lo No cotidiano. "La vida cotdiana no esta ‘fuera’ de laistoria, sino en {al ‘centro’ del acaecer histéico: es la verdadera ‘esencia’ de la) ‘sustancia social’, afirma (1985:42). Para esta autora, la cotidianidad atinge a “todo e! hombre" (el “hombre entero”, que no se divide para vivri) “de todos los hombres”. Por eso constituye tanto el lugar de la reproduccién social como el de la autorreproduccién individual", Elindividuo es e! hombre que, a la vez de ser alguien particular, despliega las potencialidades del .género humano, de lo especifico. Sin embargo, "La vida cotidiana © Hee expla que “Pa ques miembros sigue de una sok putin repr la propia sockda es peso quesereproduncan asmsmos eno qu iedvos (aia ona (54 conju de es acidades que carn i eproticiomes prices creo de a ‘osbiadglotaly permanente dea reproduc socal No hay sodnd Que ped xin ‘produced pul Yao fay hombre pare gu ped ex pop "nods sce fy pes, nt vida coda: sin la wo hy soe (198), 7 16 Lavariacion, aunque desde otros puntos de mira, fects asimismo ‘al campo crtico. Probablemente la influencia mas significativa en esta materia proving de los conceptos de Antonio Gramsci sobre el “Estado ampliado” (coercién + consenso) y los “medios de 7) hegemonia’, Pese a que los marsisas tradicionales se resistieron a 7‘ aceptar la estrategia de la reforma intelectual y la guerra de Posiciones, lo cierto es que después de las ideas gramscianas ya no resultaba posible entender de la acostumbrada forma vertical la politica, la ideologia, la comunicacién masiva ni sus medios, como tampoco lo popular, caracterizado en el pensamiento de Gramsci no por una colocacién estructural sino por su uso. Gramsci ayudé a pensar lo mass-mediético también en pro de las clases subaltemas y las acciones contra-hegeménicas posibles. " Manoarber, a ete propo, dle de Grams “algo nom hese ea pretar stench tama: que no toda aun Jeo epeminio pro sbateno ex igo esis «moe mero echiz oles de essen, que no todo logue ene ‘ea! son valores de ‘ise domme, pues hay cous qu vinendo deals respendn os gas qu mo so as de oman (1998102105), LO COTIDIANO RECUPERADO Los acercamientos convencionales a la comunicacién masiva nunca habian tematizado de modo especifico ni sistematico la Cotidianidad, ya que en la préctica la reducian a punto de “legada" {de los mensajes de los medios y, dado que no contemplaban ninguna actividad consciente de parte de ios receptores, no se vieron inducidos { examinar la cuestion salvo, de forma colateral, en la ya sefialada “hip6tesis de usos y gratiicaciones” que si reconocié en los miembros. de los puiblicos mass-mediaticos una capacidad de seleccién de los ccontenidos y unas posibilidades de utiizacién de los mismos en funcién de sus correspondientes necesidades, pero sin que ello ‘supusiera algun proyecto social o unas practicas determinadas, Por eso la contribucién de Gramsci cobré especial importanci ya que dio margen a otro entendimiento de los juegos estratégicos {ue se desarrollan en el seno de la sociedad civil (en lo cotidiano, se podria decir y, consiguientemente, mostré las fisuras y alternativas, los rechazos y las complicidades inter-clasistas, que hacian mds | adecuado hablar de construccién de la hegemonia que de reproduccién mecdinica de la dominacién. Otro paso clave en esa nueva comprensién, en ese “desbloquec" desde e! marxismo como dice Martin-Barbero (1998) con relacion a Gramsci, estuvo representado por las reflexiones de la hingara Agnes: Heller sobre la vida cotidiana. Heller identifica esa vida cotidiana, mas alla de la esfera del trabajo, como el ocus dela transtormacién revolucionara, pr cuanto Seales ahi donde se hac a historia, razén pola quo, siondola ~) esencia dela vida socal ocotdiano no se o puede diferenciar de lo No cotidiano. "La vida cotdiana no esta ‘fuera’ de laistoria, sino en {al ‘centro’ del acaecer histéico: es la verdadera ‘esencia’ de la) ‘sustancia social’, afirma (1985:42). Para esta autora, la cotidianidad atinge a “todo e! hombre" (el “hombre entero”, que no se divide para vivri) “de todos los hombres”. Por eso constituye tanto el lugar de la reproduccién social como el de la autorreproduccién individual", Elindividuo es e! hombre que, a la vez de ser alguien particular, despliega las potencialidades del .género humano, de lo especifico. Sin embargo, "La vida cotidiana © Hee expla que “Pa ques miembros sigue de una sok putin repr la propia sockda es peso quesereproduncan asmsmos eno qu iedvos (aia ona (54 conju de es acidades que carn i eproticiomes prices creo de a ‘osbiadglotaly permanente dea reproduc socal No hay sodnd Que ped xin ‘produced pul Yao fay hombre pare gu ped ex pop "nods sce fy pes, nt vida coda: sin la wo hy soe (198), 7 18 , de todas las esferas de la realidad, la que mas se presta a la extrafacién” (:63), esto es, a la separacién de ser (particular) y ‘esoncia (especticidad), lo que es producto de las circunstancias ‘sociales que origina la estructura econdmica, en especial la capitalista, ‘que “ha exacerbado hasta el extremo esta contradiccién” (66). Queda, pues, de manifesto el determinismo estructural sobre la cotidianidad en el pensamiento de esta autora, lo que la lleva a plantear el objetivo de la "humanizacién de la vida cotidiana’, de su “reestructuraciGn’, que no esta divorciado de aquel otro, mayor y primero, que implica la superacién revolucionaria del modo do produccién capitalista™. No obstante de que Hellerno abordé en concreto la problematica de la comunicacién masiva, es dable asumir que su convocatoria a ‘eectuar una “critica de la vida y del pensamiento cotidianos” no s6lo 5 ul para pensar las vinculaciones entre procesos de mass- mediacion, estructura y vida cotidiana sino, ademas, las posibiidades de hacerlo desde la éptica de una utopia de transformacién capaz también de revolucionar lo cotidiano, lo receptivo, para lo que aca interesa. Hay que recordar, empero, que el cambio dela cotdianidad presupone el estructural "sum verdad indcuble como lado, muchas ers, abaya que pra Mana rerfucin no edi al problema etm el poder por el pokarado eoluonato Ass (os, estas dea cust “lo qu iso aba la boii nega de propiedad ead 9 ea hos conn pei procs aque crc como abbots (ela propiedad prada, es dec como labo de alee” (19883). o> EL PODER DESDE EL OTRO LADO ‘Como se puede advertir por los antecedentes anotados, las condiciones para admitir otras perspectivas ~casualmente europeas todas- en el estudio de la comunicacién masiva no sélo que estaban dadas sino que iban en aumento. Una de tales perspectivas fue la “analitica del poder” de Michel Foucault, que dej6 de preocuparse por la naturaleza, el origen y los detentadores del poder para mas bien trabajar en el desmontaje de los dispositives'® que, en todos los puntos de la sociedad, operan en el disciplinamiento, ‘marcando los cuerpos', para hacer funcionar las dominaciones. Una idea central de este fésofo francés expresa lo siguiente: “El poder, €90 no existe. Quiero decir esto: la idea de que hay en un sitio ado, 0 emanando de un punto dado, algo que es un poder, me parece reposar sobre un anglisis falseado y que, en todo caso, no. da Cuenta de un nero considerable de fenémenos. El poder consiste en realidad en unas relaciones, un haz mas o menos organizado, mas omenos piramidalizado, més o menos coordinado de relaciones” (Foucault, 1983:188).. Esa bisqueda destinada a comprender el poder en acto fue mucho més alla que las de Gramsci y Heller en su percepcisn deo cotidiano respecto de lo estructural. Puede decirse que provocé un cambio de fondo al concentrarse en ia “*mecénica’ del poder, de ese que segtin €l autor se tee en todos los rincones y niveles de ia vida diaria y que esté sometido a los vaivenes de las fuerzas que se correlacionan. Foucault prefiere hablar por eso de “situaciones estratégicas de Poder’ En la sociedad hay resistencias y el poder se ejerce de una manera, poliforme y heterotopica para vencerlas, ahi donde se presentan; ‘esto, como es evidente, abre la opcién de que la interaccion de fuerzas d6 resultados no siempre favorables para la sujecién deseada. Pero ademds de esa puesta en duda de cualquier poder ‘considerado monolltico, vertical y exclusivamente emisivo, el angulo de mira foucaultiano ofrece dos elementos complementarios ~aprovechables en el examen de la recepcién de lo mass-medidtico la existencia no de una dominacién, frrea, homogénea, sino de varias, inestables, y la consiguiente pluralizacion de las posibilidades de constitucién de los sujetos en base a juegos de fuerzas. 1 Fenclk emer po Go as combinacnes de formas de sje con esque de ‘conncmient es ec ests derelaones eer que sistent nos eres So ‘stents po el, TS Fecal ampoco aha epeccamente soe eta mater, as seas son apeables 2 a 19 20 Elnuevo reconocimiento dela capacidad del actor-atribuible entre otras influencias a la de Foucault- generé posiciones que, tanto en ‘sociologia como en el estudio de la comunicacién masiva, condujeron una exaltacién de la resistencia y el poder antagénicos a las determinaciones estructurales. Se pasé, asi, del énfasis en el polo de los dominadores (0 emisores y medios) al que se puso en el otro, ‘1 de los dominados (0 receptores). Y es justamente en la discusién planteada por esa incorrecta disyuntiva’” que hace su ingreso la “sociologia de la practica’ del francés Pierre Bourdieu, dirgida retrabajar ‘la cuestion de la mediacién entre el agente social y la sociedad” (Ortiz, 19838). ‘Bourdieu cuestiona tanto el “conocimiento objetivsta’, que prioriza las estructuras, como el “conocimiento fenomenolégico”, que privilegia la experiencia primera del mundo social, y opta por un tercer tipo de ‘conocimiento, el “praxiolégico” que, conservandolas, espera superar las adquisiciones del objetivista, pues *..tiene como objeto no solamente el sistema de las relaciones objetivas que el modo de ‘conocimiento objetivista construye, sino también las relaciones: dialécticas entre esas estructuras y las disposiciones estructuradas ‘en las cuales ellas se actualizan y que tienden a reproducirlas, esto , el doble proceso de interiorizacién de la exterioridad y de cexteriorizacin de la interioridad" (Bourdieu, en Oriz:47). Esa formula para escapar del ‘ealismo dea estructura’, encriterio del autor, consiste en “ir del opus operatum al modus operandi’, es decir, de la estructura al habitus", ya que sélo entonces es factible cconstruir una teoria “del mado de engendramiento de las précticas™ (80). Se tiene, entonces, unos esquemas generativos" que dan lugar «fos habitus, los que a su vez, aparte de reproducir alos primeros, dan lugar alas practicas y a las representaciones. Niel Fiche cancenzaa ot separa como ef “nario de ect e ‘aris del ye espectranete (Satelit 96995) hima bee bien Ss coments tres exe eared de Gara Canin (1980) Qu adem refere aon apres de eure "Leshan foo como “stema de dapexcones dubs enki esucraas rolupuss fincas como estocursetcturane ex e como pip generar} ‘Stucturae de as pictcs dels repesenaones que pen cbjeranent- plan “regu snser prof dela cheney ejetrmente aps fa sin supe Mitenc concen dels esl domino expe dea operaciones neces pa ema ecectranente orgs in ser prac de anon dew pete” (4, ° Exo exquema on engenindo orbs condones ei, acne os ‘scr ches que se espreden de abs erode de fermacn sc. Es de advert que, aunque Bourdieu pretendiainicialmente poner en evidencia las capacidades de creacién e invencién (0 sea la Potencialidadtransformadora de las practicas) del agente social con el concepto de habitus, al final ellas dejaron de ser tomadas en cuenta, lo que consttuye una clara limitacion pro-estructural(y se ra, por tanto, pro-objtvsta) en la teoria bourdiana. Garefa Cancin ‘ice a este respecte: ‘Pese a que Bourdieu reconoce esta diferencia entre habitus y précticas, se centra mas en el primero que en las ‘segundas. Al reducir su teoria social casi exclusivamente a los procesos de reproduccién, no distingue entre las practicas (como ¢*jecucién o reinterpretacién del habitus) y la praxis (ransformacién do la conducta para la transformacién de las estructuras objetivas). No examina, por eso, cémo el habitus puede variar segin el proyecto Teproductorotransformador de diferentes clases y grupos" (Prélogo ‘Bourdieu, 1990:38). ‘Lo novedoso de la propuesta, sin embargo, radica en el papel que Bourdieu asigna a la situacién en que ocurre la realizacién che ef Cp. de O poder smb (199), ques refer ns dee conepo anol decomp 21 22 EN POS DEL PODER PERDIDO Con antecedentes en la década de 1950, como el ya citado libro. cde Hoggarr o el mas famoso atin de Raymond Wiliams’, la corriente de los Estudios Culturales alcanz6 su mayor desarrollo 20 afios después cuando se consolidé el Center for Contemporary Studies de la Universidad de Birmingham fundado por Hoggart en 1964. Lo inicialmente definitorio de este proyecto investigativo era ‘examinar las diversas “lecturas’ que es dable encontrar en los receptores de mensajes masivos y otros productos culturales y que | semen deen sand oases eae fad Alrespecto, este autor sostiene que “La ‘fabricacién’ por descubrir ‘8s una produccién, una poistica®, pero oculta, porque se disemit ‘enlas regiones definidas y ocupadas por los sistemas de ‘producci (televisada, urbanistica, comercial, etoétera) y porque la extension cada vez mds totalitaria de estos sistemas ya no deja a los ‘consumidores’ un espacio donde identiticar lo que hacen de los productos. A una produccién racionalizada, tan expansionista como centralizada, ruidosa y espectacular, corresponde otra produccién, calificada de ‘consumo’: ésta es astuta, se encuentra dispersa pero se insinda en todas partes, silenciosa y casi invisible, pues no se sefiala con productos propios sino en las manevas de emplear los productos impuestos por el orden econémico dominante” (19958:XLIII de la Introduccién general). Entendiendo que tales “maneras de hacer” -operaciones fragmentarias y multformes que implican “un arte de combinar indisociable de un arte de utiizar’- deben responder a una “l6gica”, de Certeau plantea que “ya no se trata de precisar cémo la violencia del orden se transforma en tecnologia disciplinaria, sino de exhumar las formas subrepticias que adquiere la creatividad dispersa, tactica y artesanal de grupos o individuos atrapados en lo sucesivo dentro de las redes de la ‘vigilancia” ( :XLV), al igual que se trata de ‘earacterizar los modelos de accién en funcién de los que se desenvuelven los usuarios. {Asi, el punto de vista metodolégico sugerido por el autor es el de Un Fanalisis polemol6gico de la cultura" que reconozca las “técticas del consumo" que representan las practicas cotidianas en medio de los campos de fuerzas donde el contlicto se da entre practicantes con ingenio y dispositivos de produccién sostenidos por estrategias. Para ello, asimismo, toma como categoria central ala lectura, como actividad, como “produccién silenciosa", como ocupacién por el receptor del espacio del emisor, como “construccion de frases propias ‘con un vocabulatio y una sintaxis recibidos”. La pregunta investigativa clave es, por ende, la relativa a lo que “fabrica” el “consumidor”, a sus operaciones de empleo del repertorio ‘masivo, alo que le convierte, con as limitaciones del caso, en "autor". Tacticas vs. estrategias: la “microfisica de las practicas” Siel hecho es que lo que produce un practicante no acaba de ser tun producto sino un “valerse de", una serie de ‘précticas furtivas” ‘expresadas en “artes de hacer’, en formas de usar lo ya producido, ‘el esquema inicial que de Certeau formula para abordar tal cuestion ‘se basa en la diferenciacién ~confrontacién y correlacién al mismo ® al go pass eas can, 7 28 tiompo- entre estrategias (del “productor’) y tdcticas (de los “consumidores’), vistas como “lugares” desde los que se actia, lugar propio y bajo control en el primer caso; lugar reactivo en el lugar del ‘tro, en el segundo, “Llamo estrategia—dice de Certeau-al célculo (0a la manipulacién) de as relaciones de fuerzas que se hace posible desde que un sujeto de voluntad y de poder (una empresa, un ejéreito, una ciudad, una instituci6n cientifica) resulta aislable” ( :42), y aclara que “Las ‘estrategias son pues acciones que, gracias al principio de un lugar ‘de poder (la propiedad de un lugar propio), elaboran lugares te6ricos (sistemas y discursos totalizadores) capaces de articular un conjunto de lugares fisicos donde se reparten las fuerzas. Las estrategias ‘combinan estos tres tipos de lugares, y tienden a dominar a unos ‘con otros” (:45). YY respecto de la téctica anota que es “la accién calculada que determina la ausencia de un lugar propio. Por tanto ninguna cién de la exterioridad le proporciona una condicién de ‘autonomia. La tactica no tiene més lugar que el del otro. Ademés, debe actuar con el terreno que le impone y organiza la ley de una fuerza extrafia”(:43), aftade que ‘Las tActicas son procedimientos ue valen por la pertinencia que dan al tiempo: en las circunstancias ue el instante preciso de una intervencién transforma en situacion favorable, en la repidez de movimientos que cambian la organizacion del espacio, en las relaciones entre momentos sucesivos de una ‘jugarreta’, en los cruzamientos posibles de duraciones y de ritmos helerogéneos, etcétera.”(:45). Las estrategias se fundan en la administracién del espacio; las ‘dcticas en la de los no lugares y de kairos, la ocasién. En consecuencia, y apelando a una cierta analogia con las ideas. de Foucault, es dable caracterizara este enfoque sobre la cotidianidad ‘como una “microfisica de las practicas”, que al admitir la Politicidad de las tActicas piensa las practicas cotidianas como s¢jetcicio de microrresistoncias y micro-ibertades, pero a la vez de {formas que producen ‘sacudidas (..) en los cimientos del poder’. La intencién de de Certeau~o afirma él mismo-no es llegar a Constituir una “semistica general de las practicas”, sino “sugerir algunas maneras de pensar las practicas cotidianas de los ‘consumidores, al suponer de entrada que son de tipo téctico. Habitar, circular, hablar, leer, caminar 0 cocinar, todas esas actividades pparecen corresponder a las caracteristicas de astucias y sorpresas {oticas: buenas pasadas del ‘débil’ en el orden construido por el ‘fuerte’, arte de hacer jugadas en el campo del otro, astucia de cazadores, capacidades maniobreras y polimorfismo, hallazgos jubilosos, posticos y guerreros” (:46). Algo de Gramsci y Heller; poco de Foucault, nada de Bourdieu En las elaboraciones de Michel de Certeau se puede hallar algin rastro del pensamiento gramsciano y del de Heller. La comprensién del émbito de Io cotidiano como un campo de relacién de fuerzas y de despliegues estratégico-técticos, capaz de abrir boquetes y generar alternativas en la presuntamente monoltica dominacién, es una evidencia de lo primero; la valoracion de la

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