Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Por Dios! Ya casi haba olvidado lo fuerte que eres, Juan Proctor! Me
amabas entonces y me amas ahora. Una bestia puede decir bestialidades.
Pero nunca tan bestiales. Soy sensible al calor, Juan, y el tuyo me ha
arrastrado hasta mi ventana y te he visto mirando hacia arriba, ardiendo en
tu soledad. O es que lo he soado? Vas a decirme que no has mirado
hacia mi ventana? Quiero a Juan Proctor, el que interrumpi mi sueo y
abri los ojos de mi corazn! Yo no saba lo hipcrita que era Salem, ni me
daba cuenta de las mentiras que me enseaban todas esas mujeres beatas
y sus aliados esposos. Y ahora pretendes que me arranque esa luz de los
ojos. No lo har, no puedo! Me amaste, Juan Proctor, y por ms pecado
que sea, an me amas! Juan, piedad...; ten piedad de m!
Bailes. nada ms. Nada sopa... y lentejas, creo, y... Nada...; salt un
sapito muy pequeo...
(ahora da un paso atrs como temiendo que algo se lance hacia abajo en
cualquier momento): Oh, por favor, Mara! No bajes. (retrocediendo ms,
los ojos an fijos hacia arriba): Por favor, no me daes! (sealando hacia
arriba): Las alas! Sus alas se abren! Mara, por favor, no, no...! Cuidado!
Se lanza hacia nosotros!
Apagn.