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DERROTANDO EL MIEDO (Devocional 008)

Devocional Semanal (No. 008, Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria).

DERROTANDO EL MIEDO
Despus de estas cosas vino la palabra de Jehov a Abram en
visin, diciendo: No temas, yo soy tu escudo, y tu galardn
ser sobremanera grande Gn. 15:1.
La frase Despus de stas cosas nos hace mirar atrs Qu haba
sucedido? En el captulo anterior Abram haba enfrentado a quienes
haban secuestrado a su sobrino Lot, familia y bienes. La batalla haba
sido intensa, pero finalmente Dios le dio la victoria sobre sus enemigos
(eran cuatro reyes cananeos).

Inmediatamente despus Dios habla a Abram y lo primero que le dice es:


No temas. Frase que frecuentemente us (y usa) el Seor para hablar
a sus hijos y siervos, por ejemplo se lo dijo al profeta Jeremas, a
Geden, a Josu el conquistador, a Pablo el apstol, y hoy a nosotros.
Aqu se lo dice a Abram, pues seguramente tema las represalias de los
reyes cananeos que haba derrotado, o tema su futuro, o quedarse sin
hijo (ver Gn. 15:2-3), pero Dios que conoce el corazn de Abram, le
habla fortaleciendo su fe...

Dios le explica a Abram porque no debe temer: yo soy tu escudo, algo


as como: aunque no tengas ejrcitos como ellos, yo soy tu ejercito o
aunque no tengas corona como ellos, yo soy tu corona y poder. La
palabra escudo aqu, viene de un trmino hebreo que adems traduce:
defensa, proteccin, arma. Esto era Dios para Abram (y tambin para
nosotros, pues tambin es nuestro Dios y l no cambia).

Ahora el Seor le hace una promesa: tu galardn ser sobremanera


grande. Al observar las Escrituras vemos que Dios anima a sus hijos
(ejemplo que los padres debemos imitar), y lo hace de diversas maneras,
en ste caso promete un gran galardn que traducido del hebreo
significa: multiplicacin de la recompensa, gran salario.

En el vrs. 18 Dios hace un pacto con Abram, diciendo: a tu


descendencia dar esta tierra, y podemos concluir entonces que las
bendiciones, galardones, y recompensas que el Seor enva, no slo son
para nosotros sino tambin para nuestra descendencia.

Reflexin final: Dios es nuestro escudo, nuestra fortaleza, por tanto


debemos desechar el miedo, porque Dios est al tanto de todo,
recordemos que uno de sus nombres es Jehov de los ejrcitos.
Continuemos en el camino de Su propsito, sin desmayar, l ha
prometido bendecir. Adelante, los que avanzan son los que llegan a la
meta.

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