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LA IGLESIA VETERO CATÓLICA

La Vieja Iglesia católica es una asociación de Iglesias nacionales


autónomas bajo la presidencia del arzobispo de Utrecht.

Las raíces del veterocatolicismo pueden señalarse en los Países Bajos,


en el período posterior a la Reforma, cuando Roma consideraba gran
parte de aquellos países como tierras de misión. Durante una
controversia sobre la deposición del vicario apostólico a comienzos del
siglo XVIII, un pequeño grupo logró obtener la consagración de Cornelius
Steenoven como arzobispo de Utrecht, lo cual confirmó su escisión de
Roma. Después del concilio Vaticano I, algunos grupos de católicos de
Alemania, Suiza y del imperio austro-húngaro, bajo el influjo de algunos
teólogos como Ignaz von DOllinger, protestaron contra las definiciones
del primado y de la infalibilidad del papa. Fueron llamados «viejos
católicos» porque consideraban las doctrinas del Vaticano I como una
innovación. Los congresos celebrados en Múnich ( 1871) y en Colonia
( 1872) los llevaron a la Declaración de Utrecht ( 1889), que unió a todos
los que criticaban el concilio Vaticano I con la comunidad más antigua de
Utrecht. A principios del siglo xx los viejos católicos se unieron a las
«Iglesias polacas nacionales» de Polonia, Estados Unidos y Canadá.

La Declaración de Utrecht se basa en la Iglesia indivisa de los ocho


primeros concilios ecuménicos. Acepta la Escritura y la Tradición como
fuentes de la revelación, aunque no se consideran inspirados los libros
deuterocanónicos del Antiguo Testamento. Reconoce una primacía de
honor al obispo de Roma, pero no el primado de jurisdicción ni la
infalibilidad que afirmó el Vaticano I. Los viejos católicos rechazan las
ideas de un tesoro de méritos, las indulgencias, la veneración de los
santos y las definiciones de la Inmaculada Concepción y de la Asunción
de María. Creen en la presencia real de Cristo en la eucaristía, sin
explicarla en términos de transubstanciación. Se practica la confesión
auricular, pero no se la considera necesaria: no se continuó con el
celibato clerical. La liturgia de los veterocatólicos es bastante parecida a
la de la Iglesia romana católica. Cada diócesis está dirigida por un
obispo, elegido por un sínodo compuesto de clérigos y de laicos, que
decreta los cánones que el obispo pone luego en acto.

Los viejos católicos estuvieron activamente interesados por la unidad de


los cristianos desde sus orígenes, especialmente con los anglicanos y los
ortodoxos. En el Acuerdo de Bonn de 1931, los anglicanos y los viejos
católicos acordaron la intercomunión, sin obligar a la mutua aceptación
de todas las posiciones doctrinales y de todas las prácticas litúrgicas o
devocionales.

Este acuerdo fue seguido de declaraciones conjuntas sobre la


ordenación de las mujeres (1977) y sobre la autoridad en la Iglesia
( 1980). Un Diálogo entre los viejos católicos y los ortodoxos (1975-
1983) llevó a la publicación de Declaraciones comunes sobre la doctrina
de Dios, sobre la cristología y sobre la eclesiología.

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