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SOY ESPEJO Y ME REFLEJO

Por: Juan Sebastián Ramírez Navas

SERMÓN

TEXTO
¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le
das importancia a la viga que está en el tuyo? Mateo 7:3

TEMA
Juzga con juicio justo

INTRODUCCIÓN

Cuando era niño, mis padres me llevaron a vivir a Las lajas, duran-
te un año y medio viví en ese lugar y una de las cosas que me
llamaban la atención era los insultos que los niños se proferían
cuando estaban enojados. Existían insultos de todo tipo, unos,
para mi parecer, muy fuertes y otros muy blandos. De ellos el que
a mi me parecía más grande que todos era chocolate, que era el
insulto que le decían a un niño negrito, y ese insulto hacía que este
peladito se enoje tanto que tire piedras y grite desesperadamen-
te…

En esa época mis papas me enviaron a pasar vacaciones en la


casa de mi abuelita en Ambato, una ciudad del Ecuador. Lo intere-
sante de esas vacaciones fueron los nuevos insultos que aprendí:
“…que tu mamá la gorda…”, “…mi cuchillito si corta y el tuyo no
corta…”, “…soy espejo y me reflejo…”, insultos que para mi corta
edad eran muy grandes y con los que yo contestaría a los niños del
pueblito donde vivía, cuando la oportunidad lo amerite.

soy espejo y me reflejo

En estos días vino a mi mente este recuerdo, sobre todo daba


vueltas en mi cabeza esa frase,”soy espejo y me reflejo”, y quise
tomarla como título para este sermón. Además, pensé que si Dios
me la recordaba era por algo especial. Entonces comencé a orar
para que Papito Dios me revelara que era lo que Él quería hablar-
nos. Y me llevó a un pasaje muy interesante:
PRÉDICA
"¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo y
no le das importancia a la viga que tienes en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Hermano, déjame
sacarte la astilla del ojo', cuando tú mismo no te das cuenta
de la viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu
propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la asti-
lla del ojo de tu hermano. Lucas 6:41-42

Al leer este pasaje quise profundizar más en él y clame para que el


Espíritu Santo me regalara una perla para compartir con mis her-
manos en este día, algo nuevo para todos nosotros, pastos verdes
para este hermoso día.

DESARROLLO DEL BOSQUEJO

En este sermón tocaré cuatro grandes puntos.

1. El ojo humano… ¿un espejo? Lucas 11:34-35

Leamos, por favor, Lucas 11:34-35

Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, to-


do tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser
estará en la oscuridad. Asegúrate de que la luz que crees
tener no sea oscuridad.

Cuando leímos el pasaje de Lucas 6:41-42, el Señor nos hablaba y


nos decía que no miremos la astilla que tiene nuestro hermano en
su ojo, y leyendo Lucas 11:34-35 Él nos dice que los ojos son
lámparas del cuerpo. Pero además, los ojos son espejos.

Cuando era pequeño disfrutaba mucho cuando mi papá me llevaba


al Play Land Park, una ciudad de hierro que llegaba una vez al año
a la ciudad, era muy divertido compartir con mi papá la oportunidad
de subirnos en todos los juegos. Y el que más me llamaba la aten-
ción, era una casa de espejos en las imágenes que se veían en los
espejos eran totalmente irreales, unas grandes o muy pequeñas,
otras muy anchas o muy delgadas. Al pasar los años, llegue a la
universidad y tuve la oportunidad de aprender porque se producía
este fenómeno tan especial, porque se distorsionaban las imáge-
nes en esos espejos. Y ahí también aprendí que el ojo es un
espejo.

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PRÉDICA

Fig. 1. Espejos convexos

Por favor mire a su vecino y contemple la imagen que se forma en


el ojo de su vecino… ¿Es la suya?, claro que es la suya. El ojo es
un espejo esférico o convexo, similar a los espejos que se obser-
van en las unidades, con los cuales los celadores chequean quien
se acerca o se aleja; se observan espejos de este tipo en los su-
permercados, con los cuales la seguridad controla la posible
existencia de ladrones; también en los buses, los conductores tiene
espejos de este tipo para observar quien entra o sale.

Así que el ojo es un espejo.

Cuida esos hermoso espejos

Siguiendo con el tema. Comprobamos que podemos reflejarnos en


nuestros ojos.

2. Astilla contra viga. Mateo 7:3

"¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo,


y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? Mateo
7:3

Ahora hablemos de la astilla y de la viga. Una astilla es algo pe-


queño, que cuando se nos clava en un dedo nos produce
muchísimo dolor, cosa que no sucede con una viga, la cual nunca
podrá clavarse en un dedo, debido a su tamaño.

Pero, ¿por qué nuestro Señor habla de astilla contra viga?, me


preguntaba ¿acaso, si me hermano tiene una astilla en su ojo ésta
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PRÉDICA
no le producirá tanto fastidio que él sólo buscará sacarla?. Enton-
ces el Espíritu Santo, me recordaba nuevamente la frase “soy
espejo y me reflejo”.

Los espejos convexos tiene la característica especial de proyectar


una imagen reducida o más pequeña que la realidad.

Fig. 2. Espejos convexos

Por favor, vuelva a ver el ojo de su hermano, y observe que su


imagen es pequeña, usted puede observar todo su rostro en el ojo
de su hermano. Es con ese conocimiento que el Señor quiere rega-
larnos una perla en este día.

toma la perla

Cuando usted coloca una viga frente a un espejo convexo la ob-


serva como una pequeña astilla.

Fig. 3. Espejos convexos

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PRÉDICA

3. Mis vigas y tus astillas Mateo 7:4

¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Déjame sacarte la


astilla del ojo', cuando ahí tienes una viga en el tuyo? Mateo
7:4

¿A qué se refiere la Palabra al hablarme de viga y de astilla? Pues


a mi pecado, mi error, mi falla, esa es mi viga.

Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmorali-


dad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio,
discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, secta-
rismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les
advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-21

¿Cuál es tu viga?

Vigas hay de toda clase, unas más grandes y otras más pequeñas,
pero al fin todas vigas. Y nadie esta exento de tener su viga.

Regresando a nuestra perla. Cuando usted coloca una viga frente


a un espejo convexo la observa como una pequeña astilla. Cuando
usted coloca su viga frente al ojo de su hermano la observa como
una pequeña astilla.

4. ¡Hipócrita!. Mateo 7:5

¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces


verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu herma-
no. Mateo 7:5

Cuando le permitimos a Dios obrar en nosotros Él actúa de una


forma gloriosa y muy especial, nos rearguye y nos permite ver
nuestra viga. El Espíritu Santo comienza a hablar a nuestra con-
ciencia y ésta se enciende como una alarma, más molestosa que
las alarmas que se disparan en las madrugadas y no paran de
sonar hasta la mañana cuando su dueño se despierta y se da
cuenta que es su carro el que sonaba.

¿tu alarma esta sonando?

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PRÉDICA

El proceso para sacar la viga no es fácil, requiere seguir el camino


que siguen los adictos,

1) Hay que reconocer que somos poseedores de la viga


2) Hay que confesar al Señor que tenemos esa viga en nues-
tras vidas
3) Tenemos que pedir perdón por mantener por tanto tiempo
esas vigas en nuestro ojo
4) Debemos soltar la viga y hacer METANOIA, girar 180º y
no volver a recoger la viga que soltamos, porque ella se
consumirá con el fuego del Espíritu Santo. y,
5) Tenemos que comprometernos con Dios a caminar en san-
tidad.

Pero la dificultad de este proceso radica en que muchas veces la


hipocresía no nos permite dar el primer paso, nos impide reconocer
que hemos fallado y que somos dueños de tremenda viga.

Mientras digerimos este alimento que se puso un poco duro, regre-


semos a nuestra perla. Cuando usted coloca una viga frente a un
espejo convexo la observa como una pequeña astilla. Cuando
usted coloca su viga frente al ojo de su hermano la observa como
una pequeña astilla. Cuando usted quita su viga de su ojo, se lleva
una sorpresa, nunca existió una astilla en el ojo de su hermano,
era el reflejo de su viga.

No era tu astilla era mi viga

Si juzgó por la astilla que observó, perdón tendrá


que pedir hoy.

CONCLUSIÓN

Dios es tan misericordioso que Él no asolea los trapos sucios para


que todos los vean y nos juzguen, Él permite que la viga sea ob-
servada primero por su dueño y por Él, y nos rearguye para que la
saquemos de nuestra vida. Si usted insiste en tenerla en su vida,
corre el riesgo de que otros se enteren de su viga y comiencen a
juzgarlo.

No deje pasar el tiempo, si ha comenzado a notar astillas en ojos


ajenos es porque tiene una viga que sacar del suyo
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BIBLIOGRAFÍA

(1) Biblia NVI


(2) Imágenes www.google.com.co

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