' Suicidio
E. Baca Garcia
E. J. Aguilar Garcfa-tturrospe
Conceptualizacién
del fenédmeno suicida
Seren tne SE
1
introducci6n histérica
1
En Iineas generales, el suicidio se ha considerado universal-
mente una «mala forma de morir» (1). En perfodos de tiempo
coneretos algunas culturas han permitido,e incluso demandado,
lacto de quitarse uno mismo la vida por cuestiones de honor; es-
tas muertes eran investidas de un halo tragieo e incluso heroico.
En la Grecia clasica, en general, el suicidio era perseguido. Al-
sgunas escuela filos6ficas como los estoicos, epitireos y los cini
0s lo justifcaban como forma de escapar al sufrimiento fisico 0
moral (1,2). En Roma, al igual que en Atenas, se instituyeron
twibunales que tras escuchar las razones de los eandidatos, auto-
Fizaban o1no el suicidio. Al margen de suicidio honorable o he-
roico, se seguia la tradiciOn platénica que consideraba el suicido
como una agresién contra a sociedad y reconocia, por otro lado,
ta eximente del suicidio insanus et uriosus, como resultado de un
trastorno mental (3, 4),
Lamisma tolerancia social entre las clases altas que demostra-
ban Grecia y Roma ante el suicidio practicado para evitar la des
ventura, por motivos de honor o purgar una derrota militar, se
‘observaba en el mundo oriental, donde solia practicarse por mo-
tivos de honor militar (seppuku o harakii, en el Japén feudal or-
denado pot el comandante vencido) o familiar (suttee, inmola-
ion dela vidas durante el funeral del marido, ena Inde, Egip-
to, China y Escandinavia) (4).
La cultura cristiana, mientras fue perseguida, ensalz6 el mar-
tirio. A partir dl siglo 1v se opuso explicitamente al sucidio, al
‘gual que el judaismo (escrituras talmiidicas) el budismo, el hin-
Agresividad
disrinuida
‘Acoholismo,
fumar, fie
abuso ‘Conducta suica
e sustancias,
aio cerebral
figurags-1/
Modelo de conducta suicida
DeWann yes (18
Por otto lado, la conducta suicida dela victima no es sancio-
nable penalmente en Espafa si bien si se sancionan diversas con-
dluctas relacionadas con el sucidio. El artculo 143 del Cédigo Pe-
ral vigente hace referencia al homicidio-suicidio, la inducci6n al
suicidio y el auxilio al suicidio. Conviene destacar que muchos
sucidios asistidos se solicitan tras un tratamiento médico y psi-
‘quidtrico inadecuado y que esta drea ofrece, por consiguiente,
sgrandes posibilidades en cuanto a prevencién del suicidio (20),
‘Tambien puede ser preciso determinar la posible imputabilidad y
responsabilidad por parte del sujeto suicida en aquellas conductas
enlas que se derive un daft terceros, Se evaluari el caso de for
‘ma individual y teniendo en cuenta la gravedad psicopatol6gica,
(tras situaciones relevantes desde el punto de vista ético y legal
son los suicidios ampliados, los suicidios colectivos y los equiva-
Tentes suicidas. A pesar dela frecuente imprevisibilidad del suici-
io a nivel individual, también pueden derivarse responsabilida-
des penales para los profesionales sanitarios en los casos de im-
pericia y negligencia. Puede aparecer imprudencia sie profesio-
nal sanitario no puede demostrar que su préctica fue buena con
Jos medios de que disponia. Situaciones conflictivas en el campo
civil incluyen las indemnizaciones a través de seguros de vida yla
validez de los testamentos. Por tiltimo, recordar que el articulo
11448 | Tratado de Peiquitia
763 dela Ley de Enjuiciamiento Civil regula los internamientos
involuntarios con fines terapéuticos y nos permite as recurtira
ellos en casos de riesgo suicida clevado,
Epidemiologia
ee ee DCE eae
'
ideacién suicida y tentativa de suicidio
1
La prevalencia de a ideacidn suicda es dificil de establecer
aunque parece estar cerca del 10 9, 0 ligeramente por encima
(21), parala poblacion general. Importantes dificltades metodo-
Jogicas explicn la gran varabildad de los datos que s coinciden
en una mayor prevalencia en mujeres.
Seacepta que las tentativas de suicidia son de 10 a 40 veces
mis frecuentes que el uicidio consumado y que la incidencia es
yor en las mujeres yen los j6venes. La Oficina Regional Buro-
peadela OMS consigui6 aportar los primeros datos fables sobre
Ja prevalencia de a tentatva de suicidio en Buropa através de un
estudio multicéntrco (22) La tasa media global, estancarizada
por edaces fue de 186/100.000 en las mujeres de 136/100,000
en los hombres, Las mujeres presentaban las mayores tasas en el
grupo de edad de 15-24 afios ylos hombres en el de 25-34 anos.
La proporcién hombre:mujer global fue de 1:15, algo menor de
Io esperado,
1
1
suicidio consumado
1
Las estalistcas de suicidios consumados mas aceptadas per-
tenecen ala base de datos dela OMS, aunque probablemente no
reflejen su dimensi6n ral Las efras mis altas de los paises dispo-
niles se encuentran en Europa, en especial en ls pases del Este
Espatia tiene una tasa intermedia, de 13,1 por cada 100.000 habi-
{antes/aio en hombresy 4,2 en mujeres, segtin datos de 1997. Las
tasas son més altas para los hombres salvo alguna raraexcepcién
‘como China. Si bien ls tasa desuicidioaumentan con laedad, el
-nimero total de suicidios es mayor entre os j6venes y personas
de edad media en ambos sexos,
Los métodos empleados varian notablemente en las distintas
regiones yen funcion de las distintascaracteristicas demogrficas,
con una tendenciaa un uso de métodos més violentos yletales
en los sulcidios consumados que en las tentativas
1
l
factores de riesgo
1
factores biolégicos
1
Los factores de riesgo psicosacials, si bien poseen una alta
sensiblidad (23) y son capaces de definir el riesgo tedrico de que
tun paciente comets un suicidio, tienen baja especificidad y nopueden identificar qué pacientes van a realizarlo (24). Esto moti-
‘v6 el que se desarrollase una investigacin biolégica para encon-
‘rar parimetros biol6gicos que ayudasen a su evaluacion y pro-
néstico. Bunney y Fawcett (1965) fueron los primeros en propo-
ner un marcador biol6gico al estudiar la concentracién de 17-hi-
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