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La frontera de la vejez
El envejecimiento no es una enfermedad sino un destino. A partir de
los treinta y cinco aos, el tejido se vuelve cada vez menos terso, la
piel se aja, los movimientos se hacen cada vez ms pesados. Nadie
conoce muy bien el por qu de este proceso. El envejecimiento es un
desarrollo que abarca la totalidad del cuerpo y de psique. Por poner
un ejemplo, con el tiempo se pierden millones de clulas nerviosas sin
que estas puedan ser restituidas. Entre los treinta y los setenta la
masa muscular disminuye ms del 25 por ciento.
A partir de los cuarenta, la sustitucin sea disminuye porque los
huesos ya no son capaces de asimilar el calcio como antes. La
capacidad de bombeo del corazn disminuye significativamente y ni
siquiera las defensas del sistema inmunolgico se libran del
envejecimiento: su capacidad puede disminuir casi en un ochenta por
ciento. sa es la causa por la que, para las personas mayores, una
gripe puede ser peligrosa. El reloj de la vejez no para de contar el
transcurso del tiempo, mientras los rayos X en infrarrojos daan
desde afuera la qumica de nuestras clulas. La muerte de la clula
ya est programada por la herencia gentica: dado que envejecemos,
el destino gentico existe. Y es que cada especie celular posee, segn
la teora de programas, unas expectativas de vida especficas: de ah
que los ratones domsticos slo pueden vivir cuatro aos mientras los
elefantes alcanzan los setenta. Las investigaciones del famoso
cientfico Leona Hayflick han dado como resultado que las clulas
humanas pueden dividirse no ms de cincuenta veces. Ese tope es
absoluto.
Basndonos en ese dato, se puede llegar a una edad mxima de 120
aos.