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El ideal del yo, segn Freud, es el sustituto del narcisismo perdido de la infancia, y sobre l
recae ahora el amor a s mismo, de tal modo que el narcisismo aparece desplazado a este
nuevo yo ideal que, como el infantil, se encuentra en posesin de todas las perfecciones
valiosas. En un primer momento, Freud no distingue entre yo ideal e ideal del yo. Pero s es
importante aclarar que cuando Lacan se refiere al yo ideal, se trata de ese que se origina
en la imagen especular del estadio del espejo; es esa promesa de sntesis futura hacia la cual
tiende el yo, la ilusin de unidad que est en la base del yo. El yo ideal siempre acompaa
al yo en un intento incesante por recobrar, dice Freud, ese original narcisismo infantil.
Formado en la identificacin primaria, el yo ideal desempea un papel como fuente de
todas las identificaciones secundarias. Entonces, mientras que el yo ideal tiene un estatuto
imaginario en Lacan, el ideal del yo tendr un estatuto simblico: es una introyeccin
simblica, es un significante que opera como ideal y que le sirve al sujeto para orientar su
posicin sexual en el orden simblico: llegar a ser hombre o mujer.
Este ideal del yo se forma de la influencia crtica de los padres, ahora agenciada por las
voces, y a la que en el curso del tiempo se sumaron los educadores, los maestros y, como
enjambre indeterminado e inabarcable, todas las otras personas del medio (los prjimos, la
opinin pblica) (Freud, 1914). Este es el comienzo, en Freud, de la elaboracin que lo
llevar a introducir el concepto de supery a partir de 1920.
https://bernaltieneunblog.wordpress.com/2012/12/21/359-el-ideal-del-yo-
origen-del-superyo/