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Avanzada MACROECONOMIA AVANZADA Tercera edicién David Romer Universidad de California, Berkeley Traductor Gloria Trinidad a MADRID « BOGOTA - BUENOS AIRES « CARACAS « GUATEMALA - LISBOA + MEXICO NUEVA YORK - PANAMA - SAN JUAN - SANTIAGO » SAO PAULO = JCKLAND + HAMBURGO + LONDRES « MILAN MONTREAL + NUEVA DELHI - PARIS. SAN FRANCISCO SIDNEY + SINGAPUR « SAN LUIS « TOKIO - TORONTO Introduccion Capitulo 1 Capitulo 2 Capitulo 3 Capitulo 4 Capitulo 5 Capitulo 6 Capitulo 7 Capitulo 8 Capitulo 9 Capitulo 10 Capitulo 11 RESUMEN DE CONTENIDO El modelo de crecimiento de Solow Modelos de horizonte temporal infinito y de generaciones solapadas La nueva teoria del crecimiento La teoria del ciclo econémico real Las teorias tradicionales keynesianas sobre las fluctuaciones economicas Fundamentos microeconémicos del ajuste nominal incompleto El consumo La inversion El desempleo La inflacion y la politica monetaria EL déficit presupuestario y la politica fiscal Referencias bibliograficas indices 50 102 176 225 275 353 392 445 509 573 635 667 CONTENIDO Aplicaciones empiricas xvii Prologo a la tercera edicion xix Introduccion 1 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW 6 11 Algunos hechos basicos sobre el crecimiento econdmico 6 1.2 Supuestos de partida 10 13. El funcionamiento del modelo 15 14 Los efectos de un cambio en Ja tasa de ahorro 18 1.5 Implicaciones cuantitativas 23 1.6 El modelo de Solow y las cuestiones principales de la teoria del crecimiento 7 1.7 Aplicaciones empiricas 30 1.8 El medio ambiente y el crecimiento econdmico 38 Problemas 46 Capitulo 2 MODELOS DE HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y DE GENERACIONES SOLAPADAS 50 Parte A EL MODELO DE RAMSEY-CASS-KOOPMANS 50 2.1 Supuestos de partida 50 2.2. El comportamiento de los hogares y de las empresas 52 23. Fl funcionamiento de la economia 58 24 Fl bienestar 64 2.5 La senda de crecimiento sostenido 65 2.6 Los efectos de una disminucién en la tasa de descucnto 66 2.7 Los efectos del gasto publico 72 xi xii CONTENIDO Parte B 28 29 2.10 241 212 ulo Parte A 3.1 3.2 3.3 3.4 3.6 3.7 Parte B 3.8 3.9 3.10 3.11 3.12 Capitulo 4a 42 4.3 44 45 4.6 EL MODELO DE DIAMOND Supuestos de partida El comportamiento de los hogares El funcionamiento de la economia La posibilidad de ineficiencia dinamica EL Estado en el modelo de Diamond Problemas 3. LA NUEVA TEORIA DEL CRECIMIENTO MODELOS DE I+D Marco general y supuestos de partida EI modelo en ausencia de capital El caso general La naturaleza del conocimiento y los factores determinantes de la asignacién de recursos a 1+D El ahorro endégeno en ios modelos de acumulacién de conocimiento: un ejemplo Los modelos de acamulacién de conocimiento y los temas centrales de la teoria del crecimiento Una aplicacién empirica: el crecimiento de la poblacién y el cambio tecnolégico desde el aio 1000000 a. C LAS DIFERENCIAS EN EL NIVEL DE RENTA DE LOS PAISES. La ampliaci6n del modelo de Solow: la inclusion del capital humano Una aplicacién empirica: la exp internacionales en los nivel Las infraestructuras sociales Ln modelo de produccién, proteccién y depredacién Diferencias en las tasas de crecimiento cacion de las diferencias de renta Problemas 4 — TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL Introduccién: algunos hechos basicos sobre las fluctuaciones econémicas Teorias sobre las fluctuaciones de Ja economia Un modelo basico de ciclo econdmaco real El comportamiento de los hogares Una variante del modelo Resolucién de la versién general det modelo 78 78 80 82 89 93 95, 102 103 103 105 1 uy 135 140 146 168 176 176 181 183 185 190 196 47 48 49 4.10 CONTENIDO Implicaciones Una aplicacion empsrica: 1a persistencia de las fluctuaciones en él nivel de produccién Una aplicacién empirica: calibracién de un modelo de ciclo econémico real Ampliaciones y limitaciones del modelo Problemas Capitulo 5 LAS TEORIAS TRADICIONALES KEYNESIANAS SOBRE LAS FLUCTUACIONES ECONOMICAS La demanda agregada La economia abierta Supuestos alternativos sobre la rigidez de salarios y precios La relacin de intercambio entre la produccién y Ia inflacién Una aplicacién empirica: el dinero y la produccién Una aplicacién empirica: comportamiento ciclico de los salarios reales Problemas Capitulo 6 © FUNDAMENTOS MICROECONOMICOS Parte A 61 6.2 6.3 Parte B Parte C 6.8 6.9 6.10 DEL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO EL MODELO DE INFORMACION IMPERFECTA DE LUCAS La hipétesis de informacion perfecta La hipdtesis de informacién imperfecta Implicaciones y limitaciones LA ECONOMIA NEOKEYNESIANA. Un modelo de competencia imperfecta y fijacién de precios ¢Son suficientes las fricciones pequehas? La rigidez real Modelos de fallos en la coordinacion y teorias reales no walrasianas LOS MODELOS NEOKEYNESIANOS DINAMICOS Y EL AJUSTE ESCALONADO DE PRECIOS Estructura de los modelos neokeynesianos dinamicos Precios predeterminados Precios fijos xiii 211 214 220 225 226 235 245 255 262 268. 271 276 277 280 284 289 290 295 299 308 315 316 322 325, xiv CONTENIDO. 6.11 6.12 6.13 El modelo de Caplin-Spulber Aplicaciones empiricas El modelo de Mankiw-Reis Problemas Capitulo 7 EL CONSUMO 7A 72 7.3 74 75 7.6 Consumo en condiciones de certidumbre: la hipétesis de la renta permanente Fl consumo en condiciones de incertidumbre: la hipstesis del paseo aleatorio Aplicacién empirica: dos contrastaciones de la hipétesis del pasco aleatorio del consumo Fl ahorro y cl tipo de interés Consumo y activos de riesgo Mas alla de la hipotesis de la renta permanente Problemas Capitulo 8 LA INVERSION 8.1 8.2 8.3 84 8.5 8.6 8.7 8.8 8.9 8.10 La inversién y el coste del capital Un modelo de inversion con costes de ajuste La q de Tobin Anilisis del modelo Implicaciones Una aplicacién empirica: q y Ja inversién Los efectos de la incertidumbre Costes de ajuste quebrados y fijas Las imperfecciones de los mercados financieros Aplicacién empirica: el flujo de caja y la inversion Problemas Capitulo9 EL DESEMPLEO 91 9.2 9.3 94 9.5 9.6 97 98 99 Introduccién: teorias sobre el desempleo Un modelo general de salarios de eficiencia Una versién més general del modelo E1 modelo Shapiro Stiglitz Los contratos implicitos Los modelos de trabajadores internos y externos La histéresis Los modelos de busqueda y emparejamiento Aplicaciones empiricas Problemas 332 335 340 347 353 354 359 363 368 372 377 387 392 393 396 401 403 406 413 46 420 424 435, 440 445 445, 447 453 457 470 475 479 484 493, 502 CONTENIDO xv Capitulo 10 LA INFLACION Y LA POLITICA MONETARIA 509 10.1 La inflacién, el crecimiento de la oferta monetaria y los tipos de interés 510 10.2 La politica monetaria y la estructura temporal de los tipos de interés 515 10.3 La incoherencia dindmica de la politica econdmica de control de ta inflacion 519 16.4 Como tratar el problema de !a incoherencia dinamica 524 10.5 Qué puede conseguirse a través de la politica econdmica? 534 10.6 Las reglas sobre el tipo de interés y la aplicacién de la politica econémica 539 10.7 Un modelo para analizar las reglas sobre el tipo de interés 547 10.8 Sefioreaje e inflacion 552 10.9 Los costes de la inflacién 562 Problemas 567 Capitulo 11 EL DEFICIT PRESUPUESTARIO Y LA POLITICA FISCAL 573 11.1 La restriccion presupuestaria del Estado 574 11.2 El resultado de la equivalencia ricardiana 581 11.3. La cquivalencia ricardiana en la practica 583 114 Elajuste impositivo 587 115 Teorias de politica econémica sobre el déficit presupuestario 594 11.6 La acumulaci6n estratégica de deuda 597 11.7 Laestabilizacién retardada 607 11.8 Una aplicacién empirica: la politica y los déficit en los passes industrializados 613 11.9 Los costes del déficit 619 11.10 Un modelo de crisis crediticia 623 Problemas 629 Referencias bibliograficas 635 indice de autores 667 indice de materias 675 Secci6n 1.7 Secci6n 2.7 Seccion 2.11 Secci6n 3.7 Seccion 3.9. Seccién 3.10 Seccién 4.8 Seccién 4.9 Seccién 5.5 Seccién 5.6 Seccién 6.3 Seccion 6.12 Seccion 7.1 Secci6n 7.3 gens a t on 9.9 APLICACIONES EMPiRICAS La contabilidad del crecimiento Convergencia E] ahorro e inversién La guerra y los tipos de interés reales éSon las economias modernas dindamicamente eficientes? Crecimiento de la poblacién y cambio tecnoligico desde el aio 1000000 a. C. La explicacion de las diferencias internacionales en los niveles de renta Geografia, colonialismo y desarrollo econémico Ta persistencia de las fluctuaciones en el nivel de produccion Calibracién de un modelo de ciclo econdmico real El dinero y la produccién El comportamiento ciclico de los salarios reales Evidencia internacional sobre la relacién produccién-inflacion Evidencia experimental sobre juegos de fallos en la coordinacién La inflacion media y la relacién de intercambio entre produccién e inflacién Pruebas microeconémicas del ajuste de precios La inercia de la inflaci6n Cémo interpretar las funciones estimadas de consumo El test de Mankiw y Campbell basado en datos agregados E] test de Shea a partir de datos de los hogares El misterio de la prima de las acciones Los limites de crédito y el endeudamiento gy la inversion FI flujo de caja y la inversion Efectos contractivos sobre el nivel empleo Diferencias salariales intersectoriales Lo que dicen las encuestas sobre las causas de la rigidez salarial xvii 92 129 140 152 206 2 262 268 XViii APLICACIONES EMPIRICAS Seccién 10.2 Seccion 10.4 Secci6n 11.1 Seccién 11,8 La respuesta de la estructura temporal ante un cambio en el objetivo de tipos de interés de los fondos federales La independencia del banco central y la inflaci6n Esta la politica fiscal estadounidense sobre una senda sostenible? La politica y los déficit on los paises industrializados 578 613 La macrocconomia es el estudio de la economia en su conjunte y aborda, por tanto, algunas de las cuestiones mas relevantes de ia economia: por qué algunos passes son ricos y otros pobres; qué causas explican el crecimiento de un pais; qué factores se hallan cn el origen de las recesiones y los auges econdmicos; por qué existe el desem- pleo y qué determina su magnitud; cudles son las fuentes de la inflacién, 0 cémo afectan las politicas puiblicas al nivel de produccién, el desempleo, la inflacién o el crecimiento econdmico. Este es el tipo de cuestiones que conforman el objeto propio de la macroeconomia libro es una introduccién avanzada al estudio de la macroeconomia y examina las principales teorias que se han formulado sobre los temas mas importantes de la macroeconomia. Su intencidn es, por un lado, proporcionar una visién de conjunto a los estudiantes que con é! concluyen el estudio de la macroeconomia, y por otro, servir de iniciacién a aquellos otros que han de pasar a cursos més avanzados 0 a la investigaciGn en los campos de la macrocconomia o de la teorfa monetaria. El libro adopta un enfoque amplio de los contenidos objeto de fa macrocconomia. Una parte sustancial del mismo esta dedicada al tema del crecimiento econdmico, aun cuando contiene distintos capitulos que tratan exclusivamente de la tasa natural de desempleo, la inflacion y el déficit presupuestario. Cada parte dedica un apartado a describir y debatir los problemas esenciales y las teorias en conflicto. En todo mo- mento he pretendido vincular los contenidos a aspectos relevantes de Ja realidad. Hacemos amplio uso de [as téenicas y los modelos, pero entendiendo siempre que se rata de instrumentos para entender mejor ciertas cuestiones importantes y no meros ines en si mismos. Los tres primeros capitulos del libro tratan sobre el crecimiento econdmico. El indlisis se centra en dos cuestiones fundamentales: por qué algunas economias son miucho més ricas que otras y qué causas se hailan detras del enorme incremento que nan experimentado las rentas reales a lo largo de la historia. El Capitulo | esta clecti- zado al modelo de crecimiento de Solow, que es la referencia basica de ia mayoria de os andlisis sobre el crecimiento. El modelo de Solow considera el pragreso tecnolé- zico como un dato ¢ investiga los efectos de la distribucion de ia produccién entre consumo é inversién en la acumulacion del capital y el crecimiento econdmico. El =pitulo presenta y analiza el modelo para a continuacién valorar hasta qué punto ~os sive para responder a los interrogantes principales sobre el crecimiento 1 2 INTRODUCCION El Capitulo 2 relaja la hipstesis de Solow de que la tasa de ahorro es exdgena y fija y se centra en dos modelos: uno en el que cl ntimero de hogares de la economia €8 fijo (e] modelo de Ramsey) y uno en el que no lo es (el modelo de Diamond). El Capitulo 3 presenta la nueva teorfa del crecimiento econémico. La primera parte investiga cuales son las fuentes de acumulacin del conocimiento, c6mo se asignan los recursos destinados a dicha acumulacion y cudles son los efectos de la misma sobre el crecimiento econémico. La segunda parte trata especificamente de jas causas que pueden explicar las enormes diferencias en la renta media de los paises. Las fluctuaciones econdémicas en el corto plazo (es decir, los cambios de un aio para otro, o de un trimestre a otro, del empleo, el desempleo y el nivel de produc- cién) se estudian en los Capitados 4 a 6. El Capitulo 4 analiza algunos modelos que tratan de explicar estas fluctuaciones donde se presume que no existen imperfeccio- nes, externalidades o mercados inexistentes y donde Ja economia sdlo estd expuesta a perturbaciones de naturaleza real. Nuestra presentacion de la teoria de Jos ciclos econdmicos reales comprende un modelo bdsico cuyo funcionamiento es bastante sencillo y uno més sofisticado que incorpora algunos rasgos adicionales sobre las fluctuaciones econémicas. Los Capitulos 5 y 6 se centran en los modelos de corte keynesiano sobre las fluc- tuaciones econdmicas. Estos modelos se basan en la lentitud de los ajustes nominales de precios y salarios y hacen hincapié tanto en las perturbaciones reales como en las de naturaleza monetaria. El Capitulo 5 parte de la premisa de que los ajustes en la economia no se producen de forma automatica y estudia sus consecuencias y las formas que pueden adoptar. El Capétulo 6, por su parte, analiza una cuestin funda- mental: cuales son las causas de que los salarios nominales y los precios no se ajusten inmediatamente en respuesta a una perturbacidn. El capitulo repasa el modelo de informacién imperfecta de Lucas, teorias neokeynesianas estaticas sobre las peque- fas frieciones en el proceso de fijacién de precios y los modelos neokeynesianos di- namicos sobre el ajuste rigido de los precios. El andlisis llevado a cabo en los seis primeros capitulos sugiere que el comporta miento cel consumo y de {a inversién es esencial para explicar tanto el crecimiento como Jas fluctuaciones econdmicas. Asi, pues, los Capitulos 7 y 8 examinan en mayor detalle los factores determinantes del consumo y de la inversion. En ambos capitulos, el andlisis parte de un modelo basico y estudia luego visiones alternativas de la cues- tin. En el caso del consumo, cl modelo basico utilizado es el de la hipotesis de la renta vital permanente; en el caso de la inversién, la teoria de la q. El Capitulo 9 se ocupa cel mercado laboral, en particular de cuales son los facto- res que determinan la tasa natural de desempleo de una economia. El capitulo estu- dia, asimismo, la influencia de las fluctuaciones de la demanda de trabajo en los sa- Jarios reales y el nivel de empleo. Las teorias analizadas en este capitulo son basicamente la teoria de los salarios de eficiencia, las teortas de contratos y trabaja- dores externos e internos y los modelos de btisqueda y emparejamiento. Los dos tiltimos capitulos estan dedicados a la politica macroeconomica. El Capi- tulo 10 investiga {a politica monetaria y la inflacién. En primer término, se explica la importancia del crecimiento monetario como factor causante de inflacién, pero a través del andlisis de los efectos dei crecimiento de la masa moncetaria sobre Ja infla- iNTRODUCCION 3 cién, los tipos de interés y el stock real de dinero. A continuacién, el capitulo estudia dos causas posibles de aceleracién del crecimiento monetario: la relacién de inter- cambio a corto plazo entre el nivel de produccién y la inflacién y la necesidad del estado de apelar a la creacién de moneda como fuente de ingresos. Una parte signi- ficativa de este capitulo trata de los aspectos relativos a la aplicacién de la politica monetaria y al diseito de las reglas de politica monetaria. EI Capitulo 11 se acupa de la politica fiscal y el déficit presupuestario. La prime- ra parte del capitulo describe la restriccién presupuestaria del Estado y analiza dos visiones basicas sobre del déficit ptiblico: la equivalencia ricardiana y el ajuste impo- sitivo. El resto del capitulo esta dedicado en su mayor parte a estudiar las diversas teorias sobre las causas del déficit, ofreciendo asi una introduccién al empleo de los conceptos econdmicos para el estudio de la politica '. La macroeconomia es una disciplina tanto tedrica como empirica. Por eso com- plementamos la presentacidn de las diversas teorias con ejemplos de investigaciones empiricas pertinentes. No obstante, los apartados empfricos no tienen por objeto menos atin en este caso que en el de las secciones tedricas) ofrecer un panorama exhaustivo de la literatura disponible ni ensefiar el uso de las técnicas econométricas, ino ilustrar algunas de las posibles formas de aplicar y contrastar empiricamente las rias macroecondémicas. La presentacién de este material es fundamentalmente intuitiva y no presupone en el Jector un conocimiento de econometria que vaya mas A de cierta familiaridad general con las regresiones. En los pocos casos en que es rosible hacerlo con naturalidad, el material empirico incluye una exposicién de las leas subyacentes a las téenicas econométricas més avanzadas. Cada capitulo se cierra con un conjunto de problemas que van desde variaciones zelativamente sencillas de las ideas presentadas en el texto a elaboraciones que abor Zn nuevas cuestiones de importancia. Asi, pues, los problemas sirven tanto para que ‘os lectores refuercen su comprensién de Jo tratade como para presentar de manera isa ampliaciones significativas de las ideas expuestas en el capitulo’. El hecho de que el libro sea una introduceién avenzada a la macroeconomia tiene s consecuencias fundamentales, La primera es que para presentar y analizar las =.versas teorias el texto recurre a diversos modelos formales. Un modelo identifica = aspecto particular de la realidad y estudia sus efectos aisladamente; asi, pues, un cs odelo nos permite ver claramente las relaciones existentes entre las diversas bles de la economia y cudles son sus efectos. Asi, pues, un modelo nos permi izar de forma rigurosa hasta qué punto las teorias propuestas pueden o no a» capitulos del libro son en gran medida independientes entre si. Las secciones dedicadas al to y a las fluctuaciones son casi por completo auténomas (aunque cl Capitulo 4 se basa hasta 2.>, resto en la Parte A del Capitulo 2}. Asimismo, existe una considerable independencia entre los + gue componen cada seccidn. La nueva teoria del crecimiento (Capitulo 3) puede tratarse antes ~: .o de los modelos de Ramsey y Diamond (Capitulo 2), y los modelos keynesianos (Capitulos 5 y 1 sen estudiarse antes 0 después de Ia tooria del ciclo econémico real (Capitulo 4). Por ultimo, los “>> _imos capitulos son en gran medida autinomos (aungue e} Capitulo 7 se basa ligeramente en el 2.e1 9 ligeramente en el 6 y el 10 ligeramente en el 5) “oy Rohaly ha preparadio un manual de soluciones para los profesores que estén utilizanco el 4 INTRODUCCION responder a cicrtas preguntas y ver si de esas teorfas pueden extraerse otras pre dicciones. Este libro contiene, literalmente, decenas de modelos. La principal raz6n de se- mejante abundancia es que son muchas las cuestiones que nos interesan. Y ciertas variables econémicas que pueden ser fundamentales para estudiar un tema puedert ser irrelevantes en otro. Es evidente, por ejempio, que el dinero es un factor determi- nante de la inflacion, pero no del crecimiento a largo plazo, de modo que incorporar el dinero en modelos de crecimiento no haria mas que oscurecer eb andlisis. Asi que en lugar de pretender crear un tnico modelo para analizar todas las cuestiones abor- dadas, el libro desarrolla numerosos modelos individuales Una segunda razén por la que recurrimos a tantos modelos distintos es que mu- chas de las preguntas que nos vamos a plantear han recibido muy distintas respues- tas. En estos casos, el Jibro presenta las opiniones que gozan de mayor aceptacién y examina sus puntos fuertes y sus debilidades. Como cada teoria hace hincapié en aspectos diferentes de la economia, resulta nuevamente mas esclarecedor estudiar modelos distintos que construir un modelo que incorpore todos los aspectos en los que ponen el acento las diversas teorias, La segunda consecuencia del nivel avanzado de este libro es que se supone que el lector tiene una cierta formacién matematica y econémica. Las mateméaticas brin- dan formas concisas de expresar ideas y herramientas poderosas para analizarlas, De ahf que prescntemos y analicemos los modelos matematicamente. EI principal baga- je matematico necesario para leer este libro consiste en una comprensién cabal del andlisis matematico univariante y un conocimiento introductorio del andlisis mate ‘© multivariante. Usamos con relativa libertad herramientas tales como funcio- nes, logaritmos, derivadas y derivadas parciales, maximizacién sujeta a restricciones y aproximaciones por medio de series de Taylor. También damos por sentado un conocimiento de las nociones basicas de la probabilidad (variables aleatorias, medias, varianzas, covarianva e independencia de variables). No es necesaria ninguna formacién matemitica més alld de ese nivel. En contados lugares utilizamos herramientas mas avanzadas (por ejemplo, ecuaciones diferencia les simples, cdlculo de variaciones y programacién dinémica), pero las explicamos a medida que las usamos. De hecho, puesto que para seguir el estudio y la investiga- cién en macroeconomia es esencial el uso de técnicas matematicas, en ocasiones analizamos los modelos con mayor detenimiento de lo que seria necesario si sola- mente quisiéramos ilustrar el uso de un modelo en particular. Respecto de la economia, el libro presupone una formacién en microeconomia de nivel medio y que el lector esta familiarizado con conceptos como Ja maximizacion de beneficios y de utilidades, la oferta y Ia demanda, el equilibrio, la eficiencia y las propiedades de los equilibrios competitivos respecto del bienestar. En cuanto a la macroeconomiia en si, apenas es necesario un conacimiento preliminar reducido. Pero aquellos lectores que tengan con este libro su primer encuentro con la macroecono- mia hallaran probablemente dificiles algunos conceptos y términos y el ritmo les parecerd rapido (especialmente en el Capitulo 5). A lectores podria serles pro- vechoso repasar un texto intermedio de macroeconomia antes de comenzar este libro © bien estudiar un libro de esas caracteristicas a la par que éste INTRODUCCION 5 Ei libro esta orientado a cursos de macroeconomia del primer ato del posgrado, pero también puede utilizarse en cursos de posgrado mas avanzados y (ya sea por si -olo 9 junto a un texte de nivel intermedio) en escuelas profesionales y programas anzados de pregrado, con estudiantes que tengan una sélida formacién matemé- @ y econémica. También puede servir a los economistas y otras personas que tra- ajen en areas ajenas a la macroeconomia como una presentacién general de esta materia, Capitulo ] EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW 1.1 Algunos hechos basicos sobre el crecimiento econdmico Los tiltimos siglos han sido testigos de un crecimiento de los niveles de vida en los paises industrializados que dificilmente hubieran podido imaginar nuestros antepa- sados. Aunque las comparaciones en este campo son complejas, datos mas fiables de que disponemos sugieren que la renta real media en Estados Unidos y Europa occi- dental es hoy entre diez y treinta veces superior a la de hace un siglo, y entre cincuen- ta y trescientas veces mayor a la de hace dos? Ademiés, el crecimiento mundial no ha sido ni mucho menos lineal, sino que ha aumentado de forma continua durante las tiltimas centurias: la tasa media de cre- cimiento en los paises industrializados durante el siglo xx fue superior a la del si- glo xix, y la de éste mayor que la del siglo xvi. En los albores de la revoluci6n indus- trial, ademés, la renta media, incluida la de los paises ms ricos, se hallaba sdlo ligeramente por encima de los niveles de subsistencia. Estos datos parecen sugerir que durante los siglos anteriores a la revoluci6n industrial el crecimiento medio de- bié de ser extremadamente lento. Una excepcién importante a esta pauta general de crecimiento sostenido es la Hamada desaceleracién del crecimiento de la productividad. Desde los primeros afios de la década de los setenta hasta mitad de la década de los noventa, el crecimiento anual de la produccién por persona se ha mantenido un punto porcentual por debajo de su nivel anterior en Estados Unidos y en otros paises industrializados. Aunque los datos correspondientes a los tiltimos anos del decenio de los noventa parecen sugerir un * Maddison (2003) presenta y analiza algunos datos basicos sobre la evolucién de la renta real en los Liltimos sighos. Muchas de las diidas que planean sobre el verdadero alcance del crecimiento en el largo plazo tienen que ver no con la evolucién de los niveles nominales de renta, sino con los indices de precios adecuados para traducir dichas magnitudes en estimaciones fiables sobre la renta teal. Ponderar factores tales como los cambios cualitativos o la introduccidn de nuevos tipos de bienes es dificil tanto desde el punto de vista conceptual como practico, y los indices de precios convencionales no resultan apropiados para ello, Para una discusién de estos problemas y un analisis de los defectos de los indices de precios convencionales, véanse Nordhaus (1997) y Boskin, Dulberger, Gordon, Griliches y Jorgenson (1998). 6 1.1 Algunos hechos basicos sobre el crecimiento econdmico 7 repunte de Ja productividad, al menos en Estados Unidos, es dificil determinar cuan- to durara este repunte y cémo se extender. Existen, asimismo, enormes diferencias en los niveles de vida de los distintos paises. La renta real media en Estados Unidos, Alemania y Japén, por ejemplo, es alrededor de veinte veces mayor que la de Bangladesh 0 Kenia’. Sin embargo, las diferencias internacionales tampoco son inmutables. El crecimiento econémico de cada uno de los paises difiere considerablemente del crecimiento mundial medio, lo que significa que existen frecuentes variaciones en las rentas relativas de los paises. Los cambios mas Mamativos en la renta relativa son los Ilamados milagros de cre- cimiento y desastres de crecimiento. Los milagros son episodios en los que el crecimien- to econdémico de un pais supera con creces la media mundial durante un perfodo prolongado, y su principal consecuencia es que el pais escala rapidamente posiciones en la distribucién mundial de la renta. Japon desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta alrededor de 1990 y los nuevos paises industrializados (NPI) del sud- este asiatico (Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong) a partir de aproximada- mente 1960 son ejemplos destacados de este fenémeno. La renta media de los NPI, por ejemplo, ha crecido a una tasa media anual superior al 5 por 100 desde 1960, triplicandose en relacion con la de Estados Unidos. Los desastres de crecimiento son episodios durante los cuales el crecimiento de un pais se sittia por debajo del crecimiento mundial medio. Argentina y muchos de los paises del Africa subsahariana constituyen dos ilustraciones muy distintas de este fenémeno. En 1900, la renta media de Argentina era sdlo ligeramente inferior a la de los paises mas ricos, y el pais parecia destinado a convertirse en uno de los grandes paises industrializados. Sin embargo, su evolucién a lo largo del siglo xx resulté ser muy distinta y en la actualidad se sittia aproximadamente en la mitad de la distribucién mundial. Los paises africanos subsaharianos, como Chad, Ghana y Mozambique, han sido histricamente muy pobres y no han logrado experimentar un crecimiento sostenido de sus rentas medias. En consecuencia, su renta se ha man- tenido cercana a los niveles de subsistencia mientras la renta media mundial crecia de manera constante. Otros paises exhiben pautas de crecimiento mas dificiles de describir. Costa de Marfil, por ejemplo, era considerada en la década de los setenta un modelo de creci- miento para Africa: entre 1960 y 1978, la renta real per capita crecié a una tasa media anual del 3,5 por 100. Sin embargo, su renta media se redujo en un tercio durante el siguiente decenio. La tasa de crecimiento de México, por poner otro ejemplo, fue extraordinariamente elevada durante las décadas de los afios sesenta y setenta, nega tiva durante los ochenta y de nuevo muy alta (con una breve pero fuerte cesura a mitad de los noventa) desde entonces. Las diferencias de renta entre los paises se han ampliado durante los ultimos si- glos. El hecho de que la renta media de los paises mas ricos estuviera prdxima al 2 La comparacién internacional de niveles de renta dista mucho de ser un ejercicio sencillo, pero resulta menos compleja que las comparaciones intertemporales. La fuente principal de datos interna- cionales de renta son las Pen World Tables. La pagina web del National Bureau of Economic Research (http:/howw.nberorg) describe la informacién que éstas contienen, asi como los tiltimos datos dispo- nibles. 8 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW umbral de subsistencia a comienzos de la revolucién industrial sugiere que la disper- sion de la renta media mundial era entonces mucho menor que ahora (Pritchett, 1997). Durante las tiltimas décadas, sin embargo, no parece haber existido una ten- dencia clara ni hacia una mayor convergencia ni hacia una mayor divergencia. Las enormes diferencias en los niveles de vida a lo largo del tiempo y entre los distintos paises tiene consecuencias de primer orden en el bienestar de las poblacio- nes y estén directamente relacionadas con las importantes diferencias existentes en alimentacion, tasa de alfabetizacién, mortalidad infantil, esperanza de vida y otros indicadores de bienestar. Ademés, la influencia que tiene el crecimiento a largo plazo sobre los niveles de bienestar desplaza los posibles efectos de las fluctuaciones a corto plazo en los que la macroeconomia suele centrar su atencidn. En el curso de una recesi6n corriente, por ejemplo, la renta real por persona en Estados Unidos, dismi- nuye sdlo en un pequeio porcentaje en relacion con su tendencia normal. La desace- leracion del crecimiento de la productividad, por el contrario, ha reducido la renta real per capita en este pais en un 25 por 100 en relacion con el nivel que hubiera al- canzado de no haberse producido tal desaceleracién. Otros ejemplos resultan atin més sorprendentes: si la renta real por persona en Bangladesh continuara creciendo a la misma tasa del 1,4 por 100 a la que lo ha hecho desde la Segunda Guerra Mun- dial, el pais tardaria mas de doscientos anos en alcanzar el nivel actual de Estados Unidos; si creciese a una tasa del 3 por 100, tardaria menos de cien afios, y si llegara a crecer al 5 por 100, como lo han hecho los NPI, sélo precisaria de sesenta aitos. Como ha dicho Robert Lucas (1988), «cuando uno empieza a pensar [en el crecimien- to econémico], le resulta dificil pensar en otra cosa». Los tres primeros capitulos de este libro estén dedicados al crecimiento econémi- co. Analizaremos varios modelos de crecimiento distintos. Aunque estudiaremos su funcionamiento con bastante detalle, nuestro objetivo final es entender las aportacio- nes que hace cada uno de ellos a la comprensi6n del crecimiento econémico mundial y de las diferencias internacionales en los niveles de renta. De hecho, el objetivo ul- timo de toda investigacion sobre crecimiento es determinar qué posibilidades existen de elevar el crecimiento global o de aproximar los niveles de vida de los paises mas pobres al de los paises mas ricos. EI presente capitulo se centra en el modelo que los economistas han utilizado tradicionalmente para estudiar estas cuestiones: el modelo de crecimiento de Solow, que constituye el punto de partida de casi todos los andlisis que versan sobre creci- miento®. Incluso aquellos modelos que se apartan sustancialmente del de Solow re- sultan mas faciles de entender cuando se les compara con él. Por tanto, su estudio es esencial para entender el resto de las teorias sobre crecimiento econémico. La conclusién principal del modelo de Solow es que la acumulacién de capital fisico no es suficiente para explicar ni el enorme crecimiento de la produccion per capita que ha tenido lugar en el tiempo ni las vastas diferencias geograficas existen- tes. En concreto, supongamos que la acumulacién de capital influye sobre el nivel de produccién a través del mecanismo convencional de su contribucién directa al pro- ceso productivo por la cual recibe una remuneracién equivalente a su productividad > El modelo de Solow (a veces conocido como modelo de Solow-Swan) fue desarrollado por Robert Solow (Solow, 1956) y T. W. Swan (Swan, 1956). 1.1 Algunos hechos basicos sobre el crecimiento econdmico 9 marginal. Si esto fuera asi, el modelo de Solow implicaria que las diferencias en las rentas reales que estamos tratando de explicar son demasiado grandes para ser ex- plicadas por diferencias en los insumos de capital. El modelo trata otros posibles factores determinantes de estas diferencias como exdgenos y, por tanto, no explicados por el modelo (como el progreso técnico) o bien simplemente los obvia (en el caso de las externalidades positivas del capital, por ejemplo). Por tanto, para dar una res- puesta a los interrogantes fundamentales de la teoria del crecimiento tenemos que ir mas alla del modelo de Solow. Los Capitulos 2 y 3 estén dedicados precisamente a ampliar y corregir el modelo de Solow. E] Capitulo 2 analiza cuales son los factores determinantes del ahorro y la inversion. El modelo de Solow no contempla la posibilidad de optimizacién, sino que se limita a considerar la tasa de ahorro como una variable exdgena y constante. El Capitulo 2 presenta dos modelos en que la tasa de ahorro es endégena y puede variar a lo largo del tiempo. En el primero de ellos, las decisiones de ahorro y consumo son adoptadas por un numero fijo de hogares que actiia en un horizonte temporal infini- to. Enel segundo, corresponde a una serie de generaciones solapadas de hogares que acttian en horizontes temporales finitos. La relajaci6n de la hipétesis de una tasa de ahorro constante que mantiene Solow tiene tres ventajas. La primera y més importante para estudiar la cuesti6n del creci- miento econémico es que demuestra que las conclusiones que se derivan del modelo de Solow sobre los temas centrales de] crecimiento econémico no depende de su hi- pétesis sobre la tasa de ahorro. La segunda es que nos permite analizar las cuestiones relacionadas con el bienestar. Un modelo que especifica directamente ciertas relacio- nes entre variables agregadas no proporciona ningtin criterio para evaluar si deter- minados resultados son mejores 0 peores que otros: si los individuos no aparecen incorporados en el modelo, es imposible decidir qué resultados son beneficiosos 0 perjudiciales para ellos. Los modelos de horizonte infinito y generaciones solapadas se basan en el comportamiento individual y, por tanto, pueden servirnos para anali- zar las cuestiones relacionadas con el bienestar. Por ultimo, este tipo de modelos puede ser utilizado para estudiar otras muchas cuestiones econémicas no rela- cionadas con el crecimiento y constituyen, por tanto, una valiosa herramienta ana- litica. En el Capitulo 3 investigamos algunas desviaciones més relevantes respecto al modelo de Solow. Los modelos que en él presentamos proporcionan, a diferencia de los del Capitulo 2, respuestas diferentes a las del modelo de Solow a los temas cen- trales de la teoria del crecimiento. La primera parte del capitulo se aparta del trata- miento del progreso téenico como variable exdgena que propone Solow y supone, por el contrario, que aquél es consecuencia de la asignaci6n de recursos a las nuevas tecnologias. Analizaremos qué implicaciones tiene este progreso técnico endégeno para el crecimiento econdémico y qué factores explican la asignacién de recursos a activi- dades innovadoras. La conclusion principal de este andlisis es que el progreso técnico endégeno es con toda seguridad esencial para explicar el crecimiento mundial, pero tiene proba- blemente poco que ver con las diferencias internacionales observadas en los niveles de renta. Por esta raz6n, la segunda parte del capitulo se centra especificamente en tales diferencias, cuya comprension requiere que tengamos en cuenta dos factores 10 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW que fueron dejados de lado en el anilisis precedente: las diferencias en la dotacién no s6lo de capital fisico, sino también de capital humano, y las diferencias de produc- tividad no derivadas de diferencias en el estado de la tecnologia. Nuestro examen analiza hasta qué punto estos factores contribuyen a explicar las enormes diferencias internacionales en las rentas medias y cudles son las razones por las que las dotacio- nes de estos factores difieren. Pasemos ahora a analizar el modelo de Solow. 1.2 Supuestos de partida Los factores y la produccion El modelo de Solow gira en tomo a cuatro variables: la produccién (¥), el capital (K), el trabajo (L) y la «tecnologia» o la «eficacia del trabajo» (A). La economia dispone, en cualquier periodo dado, de ciertas dotaciones de capital, trabajo y tecnologia que se combinan en el proceso de produccién. La funcién de produccién adopta la forma Y(t) = (K(A), A(OL() (1.1) donde el subindice ¢ denota el tiempo. Obsérvese que el tiempo no aparece directamente en la funcién, sino que lo hace a través de K, Ly A, lo que quiere decir que el nivel de produccién varia en el tiempo s6lo si Io hacen los factores que la determinan. En particular, si existe progreso técni- co, el volumen de produccién que se obtiene a partir de unos recursos dados de ca- pital y trabajo se incrementa a lo largo del tiempo sélo si aumenta la tecnologia. Obsérvese, ademas, que A y L aparecen en la funcién de produccién en forma de producto. AL es el denominado trabajo efectivo, y el progreso técnico asi incorporado es conocido como aumentador de trabajo 0 neutral en el sentido de Harrod’, Esta manera de introducir A en la funcién de produccién, junto con los restantes supuestos del modelo, implica que la ratio capital-produccién, K/Y, se estabiliza al cabo de un cierto tiempo. Los datos reales no muestran ninguna tendencia clara de la relacién capital-producto en el largo plazo, ni ascendente ni descendente. Ademés, formular el modelo de manera que esta ratio sea finalmente constante simplifica sobremanera el andlisis. En definitiva, suponer que A multiplica a L resulta muy ventajoso. Los supuestos bésicos del modelo de Solow ataften a las propiedades de la funcién de produccién y a la evolucién en el tiempo de los tres factores productivos (capital, trabajo y tecnologia). Las secciones que siguen se centran en estos dos aspectos. Supuestos relacionados con la funcién de produccion Por lo que se refiere a la funcin de produccién, Ia hipstesis basica del modelo es que ésta exhibe rendimientos constantes a escala en sus dos factores: capital y trabajo la tecnologia se presenta en la forma Y = F(AK, L), el progreso técnico es aumentador de capital. Si se presenta como Y = AF(K, L), se dice que es neutral en el sentido de Hicks, 1.2. Supuestos de partida i efectivo. Esto significa que si se duplica la cantidad de capital y de trabajo efectivo (por ejemplo, doblar K y L manteniendo constante A), el nivel de produccién también se duplica. Mas en general, si multiplicamos ambos argumentos por una constante positiva c, el nivel de produccién se multiplica por ese mismo factor: F(cK, cAL) = cF(K, AL) para todoc 20 (4.2) Esta hipétesis resulta de la combinacién de dos supuestos. El primero de ellos es que la economia es lo suficientemente grande como para que las ganancias derivadas de la especializacion se hayan agotado ya. En una economia muy pequefia, las posi- bilidades de una mayor especializacién implican normalmente que la produccién aumente en mayor proporcion que las cantidades incrementadas de capital y trabajo. El modelo de Solow supone, sin embargo, que la economia esta lo suficientemente desarrollada como para que, si duplicamos las cantidades de trabajo y capital, los nuevos factores se exploten basicamente de la misma forma que los ya existentes y el nivel de produccién simplemente se duplique. El segundo supuesto es que los factores productivos que no son el capital, el tra- bajo y la tecnologia, y en particular la tierra y los recursos naturales, son relativamen- te irrelevantes. De no ser asi, un aumento de las cantidades de capital y trabajo po- dria provocar un incremento menor que proporcional de la produccién. En la practica, sin embargo, como veremos en la Seccién 1.8, no parece que la escasez de recursos naturales constituya una restriccién importante para el crecimiento econ mico, de modo que la hipétesis de rendimientos constantes del capital y el trabajo parece razonable. El supuesto de rendimientos constantes a escala nos permite operar con una fun- cion de produccion en forma intensiva. Si establecemos que c = 1/AL en Ja ecua- ci6n (1.2), la funcién de produccién queda de la siguiente forma: K ) 1 Fl—ij= F(K, AL) 13) Gi / AL ( ) a3) En esta expresion, K/AL es la cantidad de capital por unidad de trabajo efectivo y F(K, AL)/AL es Y/AL, es decir, el producto por unidad de trabajo efectivo. Si defini- mos k = K/AL,y = Y/AL y f(k) = F(k, 1), podemos reescribir (1.3) como yf (14) Es decir, podemos expresar la produccién por unidad de trabajo efectivo como una funcién del capital por unidad de trabajo efectivo. Estas dos nuevas variables, k e y, no nos importan por si mismas, sino como ins- trumentos para entender el comportamiento de las variables que nos interesan. Como tendremos ocasién de comprobar, es mas facil analizar el modelo partiendo de k que examinando directamente el comportamiento de los dos argumentos de la funcién de produccién, K y AL. Asi, por ejemplo, analizaremos el comportamiento de la produccién por trabajador, Y/L, expresando ésta como A(Y/AL) 0 como Af(K) y determinando luego el comportamiento de A y de k. 12 Capitulo | EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW fk) GRAFICO 1.1 Ejemplo de una funcion de produccion Para entender de forma intuitiva qué hay tras la ecuacién (1.4), imaginemos nues- tra economia hipotética dividida en AL economias de menor tamafo, cada una de las cuales dispone de 1 unidad de trabajo efectivo y K/AL unidades de capital. Dado que la funcién de produccién exhibe rendimientos constantes a escala, cada una de estas economias produce una fraccién 1/AL de lo que produciria la economia indivisa de mayor tamajio. Por consiguiente, el volumen de produccién por unidad de traba- jo efectivo depende exclusivamente de la cantidad de capital por unidad de tra- bajo efectivo y no del tamaiio total de la economia. Esto es lo que expresa matemati- camente la ecuacién (1.4). El modelo supone que la forma intensiva de la funcin de produccién, f(), satis- face que f(0) = 0, f'(k) > 0 y Fk) < 0°. Como F(K, AL) es igual a ALf (K/AL), la pro- ductividad marginal del capital, 0F(K, AL)/@K, es igual a AL (K/AL)(1/AL), que es simplemente f (&). Por tanto, en el supuesto de que f(K) sea positivo y f”(K) sea nega- tivo implica que la productividad marginal del capital es positiva, pero que disminuye a medida que la cantidad de capital (por unidad de trabajo efectivo) aumenta. Se su- pone, ademas, que f(*) satisface las condiciones de Inada (Inada, 1964): lim, 9 f'(k) = y lim,..... f(&) = 0. Estas condiciones (mas fuertes de las que necesitamos para obtener los resultados principales del modelo) nos dicen que la productividad marginal del capital es elevada cuando el stock de capital es lo suficientemente pequefio y que se vuelve muy pequefia a medida que éste aumenta, y su justificacién estriba en que * F(*)y f(#) denotan, respectivamente, la primera y segunda derivadas de f (¢). 1.2 Supuestos de partida 13 permiten garantizar que la evolucién de la economia no sea divergente. El Grafico 1.1 muestra una funcién de produccin que satisface /"(*) > 0 y f"(#) <0 y las condicio- nes de Inada. Un ejemplo concreto de funcién de produccion es la funcién Cobb-Douglas: F(K, AL) = K“(AL)'~¢, O 0. Llamare- mos k* a ese punto en que inversién efectiva e inversién de reposicién son iguales. E] Grafico 1.3 resume toda esta informaci6n en forma de un diagrama de fases que representa k como funcién de k. Si inicialmente k es menor que k*, la inversion reali- zada es superior a la de reposicién, de modo que k es positiva (es decir, k esta cre- ciendo). Sik es mayor que k*, kes negativa. Finalmente, sik y k* son iguales, k es igual a cero. Por tanto, independiientemente de cual sea su posicién inicial, & converge hacia k*"”. GRAFICO 1.3 El diagrama de fases de k en el modelo de Solow 1 Si kes inicialmente cero, permanecerd asi. En lo que sigue, ignoramos esta posibilidad. 18 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW La senda de crecimiento sostenido Dado que k converge hacia k*, es légico preguntarse qué sucede con las variables del modelo cuando estas variables se igualan. Por definicién, el trabajo y la tecnologia crecen a una tasa 11 y g, respectivamente. El stock de capital, K, es igual a Alk, y como el valor constante de k es k*, la tasa de crecimiento de K es n + g (es decir, K/K es igual an +g). Como tanto el capital como el trabajo efectivo aumentan a una tasa 11 + g, nuestra hipotesis de rendimientos constantes implica que la produccién, Y, aumenta a esa misma tasa. Por ultimo, el capital por trabajador, K/L, y la produccion por tra- bajador, Y/L, crecen a una tasa g. Asi, pues, el modelo de Solow supone que, independientemente de cudl sea su punto de partida, la economia converge hacia una senda de crecimiento sostenido, esto es, una situacién en la que todas y cada una de las variables del modelo crecen a una tasa constante. En este estado estacionario, la tasa de crecimiento de la produccion por trabajador depende exclusivamente de la tasa de crecimiento del progreso técnico”. 1.4 Los efectos de un cambio en la tasa de ahorro La tasa de ahorro del modelo de Solow es probablemente el parémetro més facilmen- te manipulable por la politica econémica. La divisin del gasto publico entre consu- mo e inversion, la distribucién de los ingresos pablicos entre ingresos tributarios y deuda y el tratamiento fiscal del ahorro y la inversion contribuyen a determinar qué porcentaje de produccién se destina a la inversién. Asi, pues, es légico que nos de- tengamos a estudiar qué efectos podria tener un cambio en la tasa de ahorro. En aras de la concrecién, supondremos que tratamos con una economia tipo Solow que se encuentra en su estado estacionario y donde s esta aumentando de forma per- manente. Ademds de demostrar cuales son las principales implicaciones de nuestro modelo en relacin al ahorro, este ejercicio nos permitira ilustrar las propiedades del modelo cuando la economia no se encuentre sobre la senda de crecimiento sostenido. Los efectos sobre la produccion Tal y como muestra el Gréfico 1.4, el incremento de s desplaza hacia arriba la curva de inversion realizada, de modo que k* aumenta. Sin embargo, k no alcanza inmedia- ™ La senda de crecimiento sostenido del modelo de Solow describe bastante bien la evolucién gene- ral de la economia de Estados Unidos y otros grandes paises industrializados en el siglo pasado. Las tasas de crecimiento del trabajo, el capital y la producci6n se han mantenido aproximadamente constantes. Las del capital y el producto han sido similares (de modo que el producto per cépita ha sido aproximadamen- te constante) y mayores que la tasa de crecimiento del trabajo (de modo que tanto la produccién por trabajador como el capital por trabajador han aumentado). Esto parece confirmar que estas economias siguen el modelo de Solow a lo largo de sus sendas de crecimiento sostenido. Jones (2002a) sostiene, sin embargo, que los factores subyacentes que explican el nivel de renta alcanzado en dicho estado estacio- nario no han sido ni mucho menos constantes y que el parecido entre el comportamiento real y el te6rico es engaftoso, Volveremos sobre este tema en la Seccién 3.3. 1.4 Los efectos de un cambio en la tasa de ahorro 19 (n+ g+0)k Syurvofl) Saumofk) Inversién realizada por unidad de trabajo efectivo Pa k Zuevo Ke 0 GRAFICO 1.4 Los efectos de un aumento en la tasa de ahorro sobre la inversion tamente el nuevo valor de k*. En un primer momento, k es igual al valor original de k*, y en dicho punto, la inversi6n realizada es mayor que la de reposicién (es decir, se estén dedicando a la inversién més recursos que los que son necesarios para man- tener constante k), de manera que k es positiva. Esto explica que k comience a aumen- tar y que siga haciéndolo hasta alcanzar el nuevo valor de k*, a partir del cual se mantiene constante. Los tres primeros paneles del Grafico 1.5 recogen estos resultados. fy denota la duracién del incremento en la tasa de ahorro. Por definicién, s aumenta en fy y per- manece después constante. Y puesto que el aumento de s provoca que la inversion efectiva supere a la inversién de reposicién en una cuantia estrictamente positiva, & pasa de cero a un valor estrictamente positivo. k aumenta paulatinamente desde el valor original de k* hasta el nuevo valor y k disminuye gradualmente hasta volver a cero”, Como es de suponer, estamos particularmente interesados en el comportamiento de la produccién por trabajador, Y/L. Y/L es igual a Af(k). Cuando k es constante, Y/L crece a una tasa g, la tasa de crecimiento de A. Cuando k comienza a aumen- tar, Y/L también lo hace, tanto porque A como k aumentan, y su tasa de crecimien- to es mayor que g. Sin embargo, cuando k alcanza el nuevo valor de k*, el crecimiento de Y/L pasa a depender de nuevo exclusivamente del comportamiento de A, de manera que su tasa de crecimiento vuelve a ser igual a g. Por tanto, un incremento permanente de la tasa de ahorro genera un incremento temporal en el crecimiento de la ratio produccién por trabajador: aunque k aumenta durante un determinado pe- riodo, finalmente llega a un punto en el que todo el ahorto adicional es destinado en su totalidad a mantener ese mayor nivel de k. °? Si el incremento de la tasa de ahorro es lo suficientemente alto, kaumenta temporalmente después de t, antes de comenzar a disminuir nuevamente hacia cero. 20 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW Tasa de crecimiento de ¥/L \ g In(V/L) GRAFICO 1.5. Los efectos de un aumento en la tasa de ahorro 1.4 Los efectos de un cambio en la tasa de ahorro 21 Los paneles cuatro y cinco del grafico muestran cémo reacciona la ratio produc- cién por trabajador ante un incremento de la tasa de ahorro. La tase de crecimiento de esta ratio, que es inicialmente g, se eleva en fp para regresar después a su valor inicial. Esto significa que la produccién por trabajador comienza a crecer por encima de su valor estacionario original y se sitia finalmente sobre una senda paralela, pero por encima de la original”. En definitiva, un cambio en la tasa de ahorro tiene un efecto nivel, pero no un efecto crecimiento: altera la senda de crecimiento sostenido de la economia y, por tanto, Ia ratio produccion por trabajador, pero no afecta a su tasa de crecimiento en el nue- vo estado estacionario. De hecho, en el modelo de Solow s6lo los cambios en la tasa de progreso técnico tienen efectos crecimiento. Todos los restantes tienen exclusiva- mente efectos nivel. Los efectos sobre el consumo Si introducimos a las economias domésticas en el modelo, el bienestar no depende ya de la produccién, sino del consumo: la inversion es simplemente un factor que determina la produccién futura. Por tanto, para analizar cierto tipo de cuestiones, es mas importante el consumo que la produccion. El consumo por unidad de trabajo efectivo es igual a la produccién por unidad de trabajo efectivo, f(k), multiplicada por el porcentaje de produccion que se destina al consumo, 1 —s. Asi, pues, como s varia de forma discontinua en fy y k no, el con- sumo por unidad de trabajo efectivo se desplaza inicialmente hacia abajo. A conti- nuaci6n el consumo aumenta a medida que k aumenta y s permanece elevada. El ultimo panel del Grafico 1.5 muestra estos desarrollos. Sin embargo, no esta claro que el consumo final sea mayor que el que existia antes del incremento de s. Si Ilamamos c* al consumo por unidad de trabajo efectivo en el estado estacionario, c* es igual al producto por unidad de trabajo efectivo, f(k), menos la inversién por unidad de trabajo efectivo, sf(k*). Sobre la senda de crecimien- to sostenido, la inversi6n realizada es igual a la inversion de reposicién, (n + g + 0)k*. Por consiguiente, ct = f(t) - (1 + g + OR (1.19) K* depende de s y de los restantes parémettos del modelo, n, ¢ y 6, de modo que podemos escribir k* = k*(s, n, g, 6). Por tanto, la ecuacién anterior implica: act (5, 11, @ 8 2 Lp, ¢,0)—(n tg + 0) LEMS) as as (1.20) © Dado que la tasa de crecimiento de una variable cualquiera es igual a la derivada de su logaritmo con respecto al tiempo, los graficos expresados en logaritmos son mas faciles de interpretar que los ex- presados en niveles. Por ejemplo, si la tasa de crecimiento de una variable es constante, la representacion de su logaritmo como funciGn del tiempo es una linea recta. Esta es la raz6n por la que el Grifico 15 re- coge el logaritmo de la ratio produccién por trabajador y no su valor real. 22 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW fk) & E (neg+dyk 238 suf) eee Ae re eh gs: k fe 3 32 (n+ g+0yk 5g Bo 32 a4 28 k f(b) (n+ g+dyk | sft) Ky k GRAFICO 1.6 Produccién, inversion y consumo en el estado estacionario Sabemos ya que cuando s aumenta, k* también lo hace. Por tanto, la influencia de este aumento sobre la evolucién del consumo en el largo plazo dependerd de si f'(k") (el producto marginal del capital) es mayor 0 menor que 1 + g + 6. Intuitivamente, cuando k aumenta, la inversién (por unidad de trabajo efectiva) debe aumentar en n+ g + 6 multiplicado por la variacién de k si queremos mantener dicho aumento. 1.5 Implicaciones cuantitativas 23 Sif (k*) es menor que n + g + d, el producto adicional que se obtiene gracias al au- mento de k no resulta suficiente para mantener el nuevo stock de capital, en cuyo caso el consumo debe disminuir; si, por el contrario, f’(k*) es mayor que n + g + 6, el con- sumo se eleva. (F(k*) puede ser mayor o menor que nt + g + 6. Ambas posibilidades aparecen re- flejadas en el Grafico 1.6. El grafico recoge no sélo (n + ¢ + O)k y sf(h), si f(k). Como en el estado estacionario el consumo es igual a la produc inversién de reposicién (véase [1.19]), c* es la distancia entre f(k) y (m + g + d)k cuan- do k = k*. El grafico muestra como se comporta c* con tres valores diferentes de s (y, por tanto, de k*). En la parte superior del grafico, s y, por tanto, k* son elevados yf'(k*) es menor que 1 +g +6, de modo que el crecimiento de la tasa de ahorro pro- voca una disminucién en el consumo incluso sobre la nueva senda de crecimiento. En la parte intermedia, s y k* son bajos, f(k*) es mayor que » + g + 6 y un aumento de s eleva el consumo en el largo plazo. Finalmente, en la parte inferior del grafico, el valor de s provoca que f'(k*) sea exactamente igual an +g +6 (es decir, las curvas f(k) y (1 + ¢ + 0)k son paralelas en k = k*). En este caso, una variacion marginal en s no afecta al consumo en el largo plazo y el consumo alcanza su maximo nivel posible en algtin punto intermedio entre las dos sendas de crecimiento. Este valor de k* recibe el nombre de la regla de oro del stock de capital, que examinaremos con mayor detalle en el Capitulo 2. Una de las cuestiones que trataremos es si la regla de oro del stock de capital es de hecho una situacién deseable y en qué circunstancias es posible que el ahorro endégeno y el stock de capital converjan en una economia descentralizada. Por supuesto, en el modelo de Solow, donde el ahorro es exégeno, hay tantas razones para que el stock de capital en el estado estacionario sea igual al correspondiente a la regla de oro como para que adopte cualquier otro valor. 1.5 Implicaciones cuantitativas A menudo Jo que nos interesa no son s6lo las implicaciones cualitativas de un mode- lo, sino también sus predicciones cuantitativas. Poco importa, por ejemplo, que los efectos sobre el crecimiento de una economia de un aumento moderado de s sean temporales si se prolongan durante varios siglos. En la mayoria de los modelos, incluido el que ahora nos ocupa, la obtencién de resultados cuantitativos precisos exige especificar formas funcionales y valores para los parametros, asi como analizar numéricamente el modelo. Sin embargo, en mu- “ros casos podemos aprender bastantes cosas simplemente estudiando la evolucién de} modelo hacia el equilibrio en el largo plazo, y esto es lo que vamos a hacer aqui. Los efectos sobre la produccion en el largo plazo El efecto de un incremento del ahorro sobre la produccién a largo plazo viene dado por pga) EO as 6) (1.21) 24 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW donde y* = f(k*) es el volumen de produccién por unidad efectiva de trabajo en el estado estacionario. Por tanto, para conocer dy*/ ds debemos hallar primero ak*/as. Recordemos a este propésito que k* aparece definido por la condicién f = 0; por tan- to, k* satisface Sf(k*(s, 1, g, 6) = (1 + g + d)K%(s, 0, g, 0) (1.22) La ecuacién (1.22) se cumple para todos los valores de s (y de n, ¢ y 6). Asi, pues, las detivadas de los dos lados de la ecuacién con respecto a $ son iguales ": ru +f) = (4940) (1.23) donde hemos omitido, por simplificar, los argumentos de k*, Podemos reorganizar la expresién que hemos obtenido del siguiente modo: oe fe) (1.24) as (ng +d)-F &) Sustituyendo ahora (1.24) en la ecuacién (1.21), tenemos que af FUN) (1.25) as (n+ ¢+0)-f' (R) Para interpretar nuestra nueva expresién, podemos operar dos cambios. En primer lugar, podemos convertirla en una elasticidad simplemente multiplicando los dos lados de la ecuacién por s/y*. En segundo lugar, podemos recurrir al hecho de que sf(k*) = (a + g + 0)k* para reemplazar s. De este modo tendriamos: a a LONE) yas f®) (n+ g+0)-SK) _ (n+. g + OK) SRM + g +8) = (n+ g + ORF (Y/R KPENV SO) eP RY /A) (1.26) ™ Este método se conoce con el nombre de diferenciacién implicite. Aunque k* no aparece explicita- mente expresado en funcién de s, n, ¢ y 6, la ecuacion (1.22) sf que determina como depende k* de estas variables, Por tanto, podemos derivar la ecuacién con respecto a s y despejar ak*/s. °® En la seccidn anterior vimos que un aumento de s eleva k*, Para comprobar que esto es también lo que implica la ecuacién (1.24), obsérvese que it + ¢ + 4 es la pendiente de la curva de inversién de repo- sicion y que sf (k*) es la pendiente de la inversi6n realizada en el punto k*. Como la curva de inversion de reposicion es en este punto més inclinada que la de la inversi6n realizada (véase Grafico 1.2), el deno- minador de (1.24) es positivo y, por tanto, ak*/as > 0. 1.5. Implicaciones cuantitativas 25 Si ke’(k*)/f(k*) es la elasticidad de la produccién con respecto al capital en k denotamos a esta expresion por cx(k*), tenemos say __ a(t) (1.27) ye as Tak) Si los mercados son competitives y no hay externalidades, el capital recibe como remuneracién su producto marginal. Como la produccion es ALf(k) y k es igual a K/AL, el producto marginal del capital, 8Y/dK, es ALF (O[1/(AL)] 0 simplemente Ff (k). Por consiguiente, si el capital recibe como remuneracion una cuantia equivalen- te a su producto marginal, la remuneracion total del capital (por unidad de trabajo efectivo) en el estado estacionario seria k*f’(k*). Y si esto es asi, la participacién del capital en la produccién total en el estado estacionario es k*f(k")/f(k") 0 a(k").- En la mayorfa de los paises, la participacién relativa del capital es aproximada- mente un tercio. Si empleamos este dato como estimacién de ax(k*), la elasticidad de la produccién con respecto a la tasa de ahorro seria alrededor de un medio. Esto quiere decir, por ejemplo, que si Ja tasa de ahorro aumenta un 10 por 100 (de un 20 a un 22 por 100 de la produccién, por ejemplo), la produccién por trabajador en el largo plazo aumenta aproximadamente un 5 por 100 en relacién con el valor que hubiera tenido de no haberse producido tal cambio; un aumento del 50 por 100 en s, por el contrario, s6lo incrementaria y* en un 22 por 100. Asi, pues, las variaciones de s, aun cuando son sustanciales, afectan s6lo moderadamente al valor de la produc- cin en el estado estacionario. Intuitivamente, un valor bajo de a;(k*) hace que los efectos de Ja tasa de ahorro sobre la produccién sean menores por dos razones. En primer lugar, porque supone que la pendiente de la curva de inversion realizada, sf(k), comienza a decrecer muy pronto, de modo que un desplazamiento de la curva hacia arriba hace variar su in- terseccién con la curva de inversién de reposicién relativamente poco. Y en segundo lugar, porque cuando «,(k*) es pequeito, los efectos sobre y* de un cambio en k* son modestos. El ritmo de la convergencia En la practica, lo que nos interesa no son sélo los efectos potenciales de un cambio (por ejemplo, de una variacién en la tasa de ahorro), sino también la rapidez con que éstos se producen. De nuevo, un anélisis del equilibrio a largo plazo nos proporciona una buena aproximacién a la cuestién. Nos centraremos, por simplicidad, en el andlisis de k y no en y. Nuestro propési- to, pues, consiste en determinar a qué ritmo se acerca k ak* . Sabemos que k depende de k: recordemos que la ecuacién principal del modelo es k = sf(k) (n +.¢ + O)k (véa- se [1.18}). Por tanto, podemos escribir k = k(k). Cuando k es igual a k*, k es cero. Por tanto, una aproximacién de Taylor de primer orden de k(k) alrededor de k = k* arroja: (1.28) 26 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW Es decir, & es aproximadamente igual al producto de la diferencia entre k y k* y la derivada de k con respecto a k en k = k*. Si Iamamos 4 a —ok(K)/dk|, .., podemos reescribir asi la ecuacion (1.28): K(t) = -A[K(t) — ke} (1.29) Como k es positiva cuando k es ligeramente menor que k* y negativa cuando es ligeramente mayor, —dk(k) /dk\x - ;« es negativa, o lo que es lo mismo, A es positiva. La ecuacién (1.29) implica que en las proximidades de la senda de crecimiento sostenido, k se acerca hacia k* a una velocidad aproximadamente proporcional a la distancia que le separa de k*. Asi, pues, la tasa de crecimiento de k(t) — k* es aproxi- madamente constante e igual a ~/. Esto significa que Kt) = + o"[k(0) =] (1.30) donde (0) es el valor inicial de k. Obsérvese que la ecuacién (1.30) se deduce del hecho de que el sistema es estable (esto es, de que k converge hacia k*) y de que he- mos linealizado la ecuacion de k alrededor de k = k*. Queda todavia hallar 2, y aqui es donde entran en el andlisis las peculiaridades del modelo. Si diferenciamos la expresion (1.18) de & con respecto a k y evaluamos la expresién resultante en k = k*, obtenemos sf) - (a+ ¢+6)] = (n+g+6)-sf'(k) (4g + OTR) a =[l-ax(k)In + ¢ +0) (1.31) =(n+g¢+0)- donde la tercera linea recurre de nuevo al hecho de que sf(k") = (n + ¢ + 6)k* para sustituir as y la tiltima linea utiliza la definicién de ay. Por tanto, k converge ha- cia su valor estacionario a una tasa [1 - ax(k")](n + g + 4). Ademés, es posible de- mostrar que y se aproxima a y* a la misma tasa a la que k tiende a k*. Es decir, que yt) - yy ~ yO) - yw". Podemos examinar la ecuaci6n (1.31) para comprobar a qué velocidad tienden las economias reales hacia sts respectivos estados estacionarios. Generalmente, n+ g+6 se sitia en torno al 6 por 100 anual (la suma, por ejemplo, de una tasa del 1 0 2 por 100 de crecimiento de la poblacién, del 1 0 2 por 100 de crecimiento de la produccion por trabajador y de un 3 0 4 por 100 de depreciacién). Si la participacién del capital es aproximadamente de un tercio, (1 - «)(11 + g + 6) se sittia alrededor del 4 por 100. Esto implica que k e y varian alrededor de un 4 por 100 de la distancia que les sepa- % Vease el Problema 1.11 nto 27 1.6 El modelo de Solow y las cuestiones principales de la teoria del crecit ra de k* ¢ y* cada aito y que tardan alrededor de diecisiete aftos en aleanzar la mitad de sus respectivos valores estacionarios”. Asi, pues, en nuestro ejemplo de un incre- mento del 10 por 100 en Ja tasa de ahorto, la produccién estaria un 0,04 (5 %) = 0,2 por 100 por encima de su anterior nivel tras el primer aiio; un 0,5 (5 %) = 2,5 por 100 después de diecisiete aitos, y tenderfa asintéticamente a situarse un 5 por 100 por encima de la senda anterior. Por consiguiente, los efectos de una variacién sustancial en la tasa de ahorro no sélo son relativamente modestos, sino que tardan bastante tiempo en producirse™*. 1.6 El modelo de Solow y las cuestiones principales de la teoria del crecimiento El modelo de Solow identifica dos posibles causas de variacién (tanto en el tiempo como entre paises) de la produccion por trabajador: las diferencias en el stock de ca- pital por trabajador (K/L) y las diferencias en la eficacia del trabajo (A). Hemos visto, sin embargo, que sélo el aumento de la eficacia del trabajo puede explicar el creci- miento permanente de la produccién por trabajador y que, salvo en casos excepcio- nales, los efectos de un cambio en el stock de capital por trabajador son mas bien modestos. Por tanto, sdlo las diferencias en la eficacia del trabajo pueden dar cuenta de las vastas diferencias en el nivel de renta que existen entre paises y a lo largo del tiempo. En concreto, la conclusién principal del modelo de Solow es que, si los ren- dimientos del capital en el mercado constituyen una aproximacién razonable a su contribucién al proceso productivo, las diferencias en acumulacién de capital fisico no permiten explicar una parte sustancial del crecimiento econémico mundial o de las diferencias internacionales en el nivel de renta. Hay dos maneras de ver que el modelo de Solow no permite explicar las diferen- cias de renta a partir de la acumulacién de capital: una directa y otra indirecta. El procedimiento directo exige examinar las diferencias existentes en la cantidad de capi- tal por trabajador. Supongamos que queremos explicar una diferencia en un factor X en la produccién por trabajador de dos economias distintas. Si la diferencia en la produccién por trabajador es de un factor X, el logaritmo de esta diferencia es In X. Una variable (en este caso, y - y*) cuya tasa de crecimiento sea constante y negativa tarda aproxi- madamente un valor igual a 70 dividido entre su tasa de crecimiento en reducirse a la mitad de su valor (del mismo modo, el tiempo que tarda en doblarse una variable con una tasa de crecimiento positiva es aproximadamente 70 dividido entre dicha tasa). Asi, pues, en nuestro caso, el periodo que transcurre es aproximadamente 70/(4 por 100/aiio), es decir, alrededor de diecisiete afios. En concreto, el periodo que tarda en reducirse a la mitad, (es la solucién ae" = 0,5, donde J es la tasa de disminucién. Si tomamos logaritmos en ambos lados, t* = -In(0,5)/A = 0,69/A. '8 Hemos derivado estos resultados de una aproximacién de Taylor alrededor del estado estacionatio. Formalmente, por tanto, s6lo podemos confiar en ellos en un entorno arbitrariamente pequetio del estado estacionario. La cuestién de en qué medida las aproximaciones de Taylor permiten obtener buenas pre- dicciones en el caso de cambios discretos no tiene una respuesta general. En un modelo de Solow con funciones de produccién convencionales y variaciones moderadas en el valor de los parémetros (como los que hemos considerado aqui), las series de Taylor son bastante fidedignas. 28 Capitulo | EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW Y puesto que la elasticidad de la produccién por trabajador con respecto al capital por trabajador es c, la diferencia en el logaritmo del capital por trabajador es (In X)/cg; es decir, la diferencia en el capital por trabajador sera de un factor e!*%)/% 9 XV", La produccion por trabajador en los principales paises industrializados es hoy aproximadamente diez veces mayor de lo que lo era hace cien aftos y de lo que lo es hoy en los paises pobres. Por tanto, los valores de X que nos interesan son aquellos que se hallan proximos a 10 lo que, de acuerdo con nuestro andli diferencia de 10'“** en el capital por trabajador. Esto significa a, =}, un factor de 1.000. Pero incluso con una participacién del capital del 50 por 100, un valor muy superior al que sugieren los datos disponibles, la diferencia deberia ser de un factor de 100. No existen datos que permitan avalar semejantes diferencias en los stocks de ca- pital. La ratio capital-produccién se ha mantenido mas 0 menos constante en el tiem- po, de modo que el stock de capital por trabajador es en los paises industrializados aproximadamente diez veces mayor de lo que era hace un siglo, y no cien o mil veces mayor. Asimismo, aunque la ratio varia algo entre los distintos paises, las diferencias existentes no son demasiado grandes: la relacin, por ejemplo, es de dos a tres veces mayor en las economias industrializadas que en los paises pobres, lo que significa que el capital por trabajador es «s6lo> un 20 0 30 por 100 mayor. En definitiva, las diferencias en el stock de capital por trabajador son mucho menores que las que se- rian necesarias para explicar las grandes diferencias que observamos en la produc- cidn por trabajador. Indirectamente, podemos comprobar la incapacidad del modelo para explicar las diferencias observables en la produccin por trabajador a partir de la dotacién de capital de cada economia observando la tasa de rendimiento del capital (Lucas, 1990). Si los mercados fueran competitivos, la tasa de rendimiento del capital seria igual a su productividad marginal, f(k), menos la depreciacién, 6. Supongamos que la fun- cidn de produccién es del tipo Cobb-Douglas (véase ecuacién [1.5]), cuya forma inten- siva es f(k) = kK’. Con esta funcién de produccién, la elasticidad de la produccién con respecto al capital es simplemente a, y la productividad marginal del capital seria: fk) = ak} = aye" We (1.32) La ecuacién (1.32) implica que la elasticidad de la productividad marginal del capital con respecto a la produccién es ~ (1 ~ @)/a. Si a = !, una produccisn por trabajador diez veces mayor causada por una mayor dotacién de capital en la economia impli- caria una productividad marginal del capital cien veces mayor, lo cual, dado que la tasa de rendimiento del capital es f'(K) — 6, deberia traducirse en diferencias atin ma- yores en esta variable. De nuevo, sin embargo, los datos no parecen corroborar que existan tales diferen- cias en la tasa de rendimiento del capital. Las estimaciones directas del rendimiento de los activos financieros, por ejemplo, sugieren que la variacién en el tiempo y entre pafses es mas bien moderada. Podemos aprender mucho sobre las diferencias inter- nacionales observando simplemente hacia qué paises se dirige la inversi6n. Si la tasa de rendimiento fuera diez o cien veces mayor en los paises pobres, los propietarios de capital tendrian un enorme incentivo para localizar alli sus inversiones; semejan- 1.6 El modelo de Solow y las cuestiones principales de la teoria del crecimiento 29 tes diferencias compensarian sobradamente otros factores como las imperfecciones de los mercados financieros, la politica fiscal 0 el temor a las expropiaciones y debe- riamos poder observar elevados flujos de capital desde los paises ricos hacia los mas pobres. Sin embargo, estos flujos no existen'®. Asi, pues, las diferencias en el stock de capital fisico por trabajador no bastan para explicar las diferencias observables en la produccién por trabajador, al menos si con- sideramos la rentabilidad del capital como un indicador aceptable de la contribucion de este factor a la produccién. La segunda fuente posible de variacién del producto por trabajador en el modelo de Solow es la eficacia del trabajo. Para explicar las diferencias en los niveles de vida a partir de esta variable no es preciso que existan grandes diferencias en la dotacién de capital ni en su tasa de rendimiento. En el estado estacionario, por ejemplo, el capital crece a Ja misma tasa que la produccién y la productividad marginal del ca- pital, f(A), es constante. E] tratamiento que hace Solow de la eficacia del trabajo, sin embargo, es muy incompleto. Para empezar, el modelo presume de exdgeno en el crecimiento de la eficacia del trabajo: es decir, el comportamiento de la variable que es considerada la fuerza propulsora del crecimiento econémico se considera dado. Por tanto, no exageramos si decimos que hemos estado modelizando el crecimiento dandolo por supuesto. Y lo que es mas importante, el modelo no describe qué es eso de la «efica- cia del trabajo». La variable no es sino un cajén de sastre de todos aquellos factores distintos del capital y el trabajo que pueden influir sobre el nivel de produccién. Asi, pues, tenemos que empezar por tratar de definir qué es la eficacia del trabajo y qué factores pueden hacer que varie. Una interpretacién natural de esta variable consiste en identificarla con el nivel de conocimientos abstractos. En este caso, para entender el crecimiento econdmico global, habria que analizar la evolucién en el tiempo del stock de conocimientos; y para explicar las diferencias internacionales de renta, tendriamos que analizar por qué las empresas de determinados paises tienen un acceso mis facil al conocimien- to que las de otros paises y qué razones explican que esos conocimientos no sean répidamente transferidos a los paises mas pobres. Hay otras interpretaciones posibles de A: podria ser la educacién y las cualifica- ciones de la fuerza de trabajo, el grado de definicién de los derechos de propiedad, Ja calidad de las infraestructuras, las actitudes culturales en relaci6n a la iniciativa empresarial y el trabajo y demas factores, o podria consistir en una combinacién de diversas fuerzas. En todo caso, por cada posible interpretacién que propusiéramos, tendriamos que analizar de qué modo afecta al nivel de produccién, cémo evolucio- na en el tiempo y por qué difiere en distintas partes del mundo. ® Bsta conclusién podria no ser cierta si considerésemos una funcién de produccién en la que la productividad marginal del capital disminuyese menos a medida que k aumenta dle lo que lo hace en una fancién Cobb-Douglas. Este enfoque presenta dos inconvenientes. En primer lugar, en la medida en que implica que la productividad marginal del capital es similar en los paises mas pobres y en los mas ricos, supone que la participacién del capital es mucho mayor en éstos. En segundo lugar, una funcién de este tipo supone que los salarios reales en los paises ricos son sélo ligeramente superiores a los de los paises pobres. Ambas predicciones parecen contradecir abiertamente los hechos. 30 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW Una alternativa distinta es considerar la posibilidad de que el capital desempefie un papel més importante del que le concede el modelo de Solow. Si la nocién de capital comprende algo mas que el capital fisico 0 si éste genera externalidades posi- tivas, entonces la tasa de rendimiento del capital no resulta un indicador apropiado de la importancia de este factor en el proceso productivo. En este caso, las estimacio- nes que hemos realizado serian erroneas y podriamos recuperar la hipotesis de la relevancia de las diferencias en la dotacién de capital para explicar las diferencias en el nivel de vida. El Capitulo 3 desarrolla estos enfoques alternativos de las cuestiones centrales de la teoria del crecimiento. 1.7 Aplicaciones empiricas La contabilidad del crecimiento Muchas veces lo que nos interesa es conocer cuales han sido los factores determinan- tes del crecimiento econémico. Es decir, a menudo lo que queremos saber qué parte del crecimiento experimentado durante un determinado periodo se debe al aumento de los diversos factores de produccién y cual debe atribuirse a la intervencién de otras fuerzas. La contabilidad del crecimiento, de la que fueron pioneros Abramovitz (1956) y Solow (1957), proporciona un método para resolver esta cuestién. Para ver cémo se aplica la contabilidad del crecimiento, consideremos de nuevo Ia funcion de produccién Y(#) = F(K(H), A()L(t)). Esta funcin implica que ao av) 5H L(t) + aA) A(t) (1.33) dY/aL y dY¥/dA denotan, respectivamente, [AY /d(AL)]A y [8Y/a(AL)L. Si dividimos ambos lados de la expresién entre Y(t) y reescribimos los términos del lado derecho, obtenemos YO _ KD AD KD, LE) aM) LE | AW) AYO AW Yo Ye) aK) Ko YO ALO LO “Vw @AW AD 3s = a(t) —— + a,(t) — + RE oe oie (e) En esta ecuacién, a(t) es la elasticidad de la produccién con respecto al trabajo en el periodo f, a(t) sigue representando la elasticidad de la producci6n con respecto al capital y R(t) = [A()/Y@|aY(t)/2AW)][A@)/A()]. Restando de ambos lados de la ecuacién L(1)/L(t) y utilizando el hecho de que c(f) + ax(t) = 1 (véase el Proble- ma 1.9), obtenemos la tasa de crecimiento de la producci6n por trabajador: YO _ ip _ Ky) io you) lee - ua +RO os) 1.7. Aplicaciones empiricas 31 Las tasas de crecimiento de Y, K y L son faciles de estimar a partir de esta expre- sin. Por otro lado, sabemos que si el capital recibe como remuneracién su producti- vidad marginal, podemos calcular axa partir de los datos sobre la participacién del capital en la renta total. R(#), por su parte, puede estimarse como el residuo de la expresién (1.35). Asi, pues, la ecuacién (1.35) nos proporciona un modo de descom- poner el crecimiento de la produccién por trabajador en la contribucién del cre- cimiento del capital por trabajador y un término remanente, el llamado residuo de Solow. El residuo de Solow es interpretado a veces como una medida de la contribu- cién del progreso técnico al crecimiento de la produccién; sin embargo, como mues- tra el desarrollo que hemos realizado, lo que en realidad refleja es la contribucién de todas las restantes fuentes del crecimiento econdmico a excepcién de la que hace el capital a través de su rendimiento privado. Este marco basico puede ampliarse de varias maneras. Las variantes mas frecuen- tes consisten en considerar varios tipos de capital y de trabajo y en ponderar los cambios en la calidad de los factores productivos. Pero es posible introducir ajustes mas complejos: si existe evidencia de que hay informacién imperfecta, por ejemplo, es posible intentar ajustar los datos sobre las participaciones relativas para obtener una mejor estimacidn de la elasticidad de la produccién con respecto a los distintos factores. La contabilidad del crecimiento s6lo estudia los factores que son determinantes directos del crecimiento econémico; su objetivo es analizar en qué medida la acumu- lacion de los distintos factores, las mejoras en la calidad de éstos y otros factores contribuyen al crecimiento, dejando de lado el problema mas complejo de qué causas se hallan tras la evolucién de los mismos. Una manera de comprobar que la contabi- lidad del crecimiento no alcanza a las fuentes subyacentes del crecimiento econédmico es considerar qué sucederia si la aplicésemos a una economia como la que describe el modelo de Solow que se encontrara en su senda de crecimiento sostenido. Sabemos que en estas condiciones el crecimiento se origina exclusivamente a partir del creci- miento de A. Ahora bien, en este caso (tal y como el Problema 1.13 le pide al lector que demuestre y explique), la contabilidad del crecimiento se limita a atribuir una fraccién 1 - a(k*) del crecimiento al residuo y una fraccién @x(k*) a la acumulaci6n. de capital. A pesar de esta deficiencia, la contabilidad del crecimiento ha sido aplicada a una amplia gama de cuestiones. Ha desempeiiado un papel primordial, por ejemplo, en el reciente debate acerca del extraordinario crecimiento de los nuevos paises indus- trializados del este de Asia. Young (1995) ha utilizado una detallada contabilidad del crecimiento para afirmar que el mayor crecimiento de estos paises en relacién con el resto del mundo se basa casi exclusivamente en los elevados niveles de inversién, una creciente participacién de la fuerza de trabajo y la mejor calidad (en términos de educacién) de sus trabajadores y no a un rapido progreso técnico 0 a otras fuerzas que pudieran afectar al residuo de Solow. Esta conclusién sugiere que si otros paises desean reproducir los éxitos de los NPI, basta con que incentiven la acumulacién de capital fisico y humano y un mayor empleo de los recursos y no enfrentarse a Ja atin mas dificil tarea de hallar un modo de obtener mayores niveles de produccién para un conjunto dado de factores de produccién. Desde esta perspectiva, las politicas emprendidas por los NPI en relacién con el comercio, la regulacion y otros asuntos 32 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW similares han sido importantes s6lo en la medida en que han influido en la acumu- laci6n y el empleo de os factores de produccién. Hsieh (2002), sin embargo, observa que es posible hacer contabilidad del creci- miento examinando no tanto las cantidades como el rendimiento de los factores. Si la acumulacién de capital, por ejemplo, fuera la causa de un rapido crecimiento, de- beriamos poder observar una caida importante del rendimiento asociado a este factor © un aumento notable de la participacién del capital (0 una combinacién de ambos). Utilizando esta forma de contabilidad, Hsieh concluye que el residuo desempena un papel bastante mas relevante. Pero Young (1998) discrepa del andlisis de Hsieh y argumenta que los datos empiricos disponibles sobre el rendimiento de los factores corroboran de hecho sus conclusiones originales. La contabilidad del crecimiento también ha sido aplicada muy a menudo para estudiar los fendmenos de la desaceleracion de la productividad (es decir, la caida en la tasa de crecimiento de la producci6n por hora de trabajo que han venido experi- mentando Estados Unidos y otros paises industrializados desde los primeros afios de la década de los setenta) y el repunte de la productividad (esto es, la recuperacién del crecimiento de la productividad iniciada en Estados Unidos a mediados de los noventa hasta alcanzar niveles cercanos a los existentes antes de la desaceleraci6n). Las investigaciones centradas en el repunte de la productividad y basadas en la con- tabilidad del crecimiento sugieren que la causa principal de la recuperacién se halla en los ordenadores y otras tecnologias de la informacién (véase, por ejemplo, Oliner y Sichel, 2002). Hasta mediados de los noventa, el rapido progreso en el campo de la informatica y la introduccién de los ordenadores en muchos sectores econdmicos parecen haber tenido una escasa influencia en la produccién agregada. Esto se expli- ca, por una parte, porque aunque el uso de ordenadores se estaba extendiendo con rapidez, su peso en el stock de capital global era atin modesto. Y por otra, porque la adopcion de nuevas tecnologias suponia unos considerables costes de ajuste. Desde mediados de los noventa, sin embargo, los ordenadores y otras tecnologias de la in- formacién han tenido efectos considerables en la productividad agregada. En la actualidad, el uso de los ordenadores se esta extendiendo y su peso en el stock de capital es ya significativo. De manera que es probable que, aunque el progre- so tecnolégico en este campo pueda ser menor que el que sugieren las extraordinarias tasas de las ultimas décadas, la introduccién de nuevas mejoras y la difusién de las tecnologias de la informacién sigan contribuyendo al crecimiento de la productivi- dad agregada durante algunos afos. Como seftalan Oliner y Sichel, casi todos los investigadores que han estudiado en profundidad esta cuestion piensan que lo mas probable es que el repunte de la productividad en Estados Unidos pueda mantener- se al menos durante los tiltimos cinco o diez afios. Sin embargo, predecir la evolucion de la productividad es una tarea dificil, asi que no sabemos realmente cual ser el resultado final™. ® Esta sencilla tesis, que atribuye el crecimiento de la productividad a las tecnologias de la informa- cién, tiene, sin embargo, un punto débil: en otros paises industrializados este repunte no se ha producido. La explicacién mas probable de este hecho est muy relacionada con la observacién de que la adopcién de nuevas tecnologfas acarrea importantes costes de ajuste. Desde esta perspectiva, la introduccién de los ordenadores y de la tecnologia de la informacién hace que la productividad aumente de forma sustancial 1.7 Aplicaciones empiricas 33 Convergencia Una de las cuestiones que més interés ha suscitado en la literatura empirica sobre el crecimiento es si los paises pobres tienden a crecer mas r4pidamente que los ricos. xisten al menos tres razones que podrian justificar semejante convergencia. En pri mer lugar, el modelo de Solow predice que los paises convergen hacia un estado estacionario; asi, pues, en la medida en que las diferencias en la produccién por tra- bajador se explican por qué los paises se encuentran en diferentes puntos sobre sus respectivas sendas de crecimiento, es légico imaginar que en algun momento los paises mas pobres den alcance a los més ricos. En segundo lugar, el modelo de Solow implica que la tasa de rendimiento del capital es menor en aquellos paises que dis- ponen de un mayor capital por trabajador; de ser asi, el capital tendria un incentivo para desplazarse de los paises més ricos a los mas pobres, lo que de nuevo hace ve- rosimil la convergencia. Por ultimo, si la difusion de los nuevos conocimientos tec- nologicos es desigual, es posible que las diferencias internacionales en los niveles de renta se deban a que algunos paises no estan explotando las mejores técnicas dispo- nibles. Estas diferencias tenderfan a reducirse a medida que los paises mas pobres tuvieran acceso a las técnicas mas innovadoras. Baumol (1986) ha estudiado la convergencia, entre 1870 y 1979, de los dieciséis paises industrializados de los que Maddison (1982) ofrece datos. Baumol estima una regresion del crecimiento de la produccién durante el periodo mencionado a partir de una constante y una renta inicial del tipo m{(2) | - nf(2) | aatb (2) | +e; (1.36) En esta expresi6n, In(Y/N) es el logaritmo de la renta per capita, ¢ el término de error y el subindice i se refiere a los paises comprendidos en la muestra”. Si existiera con- vergencia, b seria negativo: es decir, los paises con niveles iniciales de renta superio- res experimentarian un menor crecimiento econémico. Si b fuera igual a -1, la con- vergencia seria perfecta: una renta inicial mayor reduciria por término medio el crecimiento en una relacién de uno a uno, de manera que la producci6n per capita del aio 1979 no estaria correlacionada con su valor en 1870; por el contrario, si b fuera cero, el crecimiento econémico no estaria correlacionado con el valor de la ren- ta inicial y, por tanto, no existiria convergencia. Los resultados obtenidos por Baumol indican que sélo en el caso de que venga acompafada de cambios importantes en la formaciGn de los trabajacores, la composicién de la fuerza de trabajo empresarial y la organizaciGn de la empresa. Por consiguiente, en aquellos paises en que las empresas carecen de la capacidiad necesaria para introducir estos cambios (bien debido a la normativa estatal vigente, bien a la propia cultura empresarial), la revolucién en el campo de las tecnologias de la informacién ha tenido por el momento una escasa influencia en la marcha de la economia (véanse, por ejemplo, Breshnahan, Brynjolfsson y Hitt, 2002, y Basu, Fernald, Oulton y Sriniva- san, 2003). ® Baumol considera la produccién por trabajador, no la produccién per capita. Esta eleccién tiene una influencia menor sobre los resultados 34 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW Ll Land 2847 22 [(5) eal R? = 0,87; s.e.e. = 0,15 (1.37) donde el ntimero que figura entre paréntesis (0,094) es el error estandar del coeficien- te de regresion. El Gréfico 1.7 muestra el diagrama de dispersion correspondiente a esta regresion. La regresion sugiere una convergencia casi perfecta. El valor estimado de b es practicamente igual a -1 y la estimacin resulta bastante precisa: el intervalo de con- fianza de dos errores est4ndar es (0,81, 1,18). En esta muestra, la renta per capita actual de un pais casi no aparece correlacionada con su renta de hace un siglo. DeLong (1988) demuestra, sin embargo, que el resultado obtenido por Baumol es en buena medida espuireo por dos razones. En primer lugar, esta el llamado proble- ma de la seleccidn de la muestra, Los datos hist6ricos se reconstruyen de forma retros- pectiva y los paises para los que disponemos de series mas largas suelen ser los que hoy gozan de mayor desarrollo. Por tanto, los paises que no eran ricos hace un siglo se encuentran en la muestra sélo si su crecimiento a lo largo de los tltimos cien alos ha sido rapido. Por el contrario, aquellos paises que se encontraban entre los mas ricos hace un siglo suelen estar incluidos en la muestra aun cuando su crecimiento posterior haya sido moderado. De ahi que lo mas probable es que observemos que el ritmo de crecimiento de los paises mas pobres de la muestra es mayor que el de los mas ricos, aunque no semejante tendencia sea cierta por término medio. Un manera sencilla de eliminar este sesgo es elegir Ia muestra en funcién de un ctiterio que no esté basado en la variable que tratamos de explicar, en este caso el crecimiento a lo largo del periodo 1870-1979. La ausencia de datos hace imposible «0b 5 28 Zz. 26 SE OE gs 24 gS 2G 22 Noruega™ Canada és + Estados Unidos zg 20 h < Dinamarca a ‘rancia as 8 Italia* Suiza 22 1st Paises Bajos * Neéigica & + & al Reino Unido 3.8 Australia 56 58 60 62 64 66 68 70 7.2 7A 76 Logaritmo de la renta per capita en 1870 GRAFICO 1.7 Renta inicial y crecimiento econdmico posterior en la muestra de Baumol (tomado de DeLong, 1988; con autorizacién) 1.7 Aplicaciones empiricas 35 incluir a todos los paises del mundo. Por consiguiente, DeLong sélo analiza los pai- ses que eran més ricos en 1870. En concreto, su muestra comprende todos aquellos paises cuya renta es al menos igual a la renta del segundo pais mas pobre de la mues- tra utilizada por Baumol, esto es, Finlandia. Este criterio le leva a aadir siete paises a la lista original de Baumol (Alemania del Este, Argentina, Chile, Irlanda, Nueva Zelanda, Portugal y Espaiia) y a omitir uno (Jap6n)”. El Grafico 1.8 muestra el diagrama de dispersién de la muestra corregida. La in- clusion de nuevos paises debilita considerablemente la hipotesis de la convergencia. La regresin genera ahora una estimacién de b de -0,566, con un error estandar de 0,144. Asi, pues, cuando tenemos en cuenta el sesgo del procedimiento seguido por Baumol, desaparece aproximadamente la mitad de la convergencia que resultaba de sus predicciones. El segundo problema identificado por DeLong es el error de medicién, es decir, el hecho de que las estimaciones de la renta real per capita de 1870 son imprecisas. El error de medicién introduce un nuevo sesgo en los resultados sobre convergencia. Cuando la renta de 1870 esta sobrestimada, el crecimiento econémico entre 1870 y 1979 resulta subestimado en idéntica proporcién, y lo contrario sucede cuando se subestima el nivel de renta correspondiente al periodo inicial. Por tanto, el crecimien- to estimado suele ser menor en aquellos paises cuya renta inicial estimada es mas elevada, aunque no haya relacién alguna entre el crecimiento verdadero y la renta inicial verdadera. 26 ok 24 +* §S 22 ve Ee + ‘2 = 20F Alemania del Este +” oo gg tsp Espaiia 4 + 2 B16 Irlanda + + —e Chile* ‘ *Nueva Zelanda ce id we™ Portugal + * BE Argentina FZ 12 3 + 10, 60 62 64 66 68 70 72 74 76 Logaritmo de la renta per cépita en 1870 GRAFICO 1.8 Renta inicial y crecimiento econdmico posterior en la muestra ampliada (tomado de DeLong, 1988; con autorizacion) Debido a que el ntimero de paises que eran mas ricos que Japén en 1870 es clevado, no es posible incluir a todos aquellos que fueran al menos tan ricos como Japén. Ademés, hay que tener en cuenta el hecho de que muchas de las fronteras nacionales no se encontraban atin delimitadas. DeLong opta por trabajar con las fronteras de 1979, de modo que sus estimaciones se refieren a la renta media de 1870 de las regiones geogréficas definidas por las fronteras de 1979, 36 Capitulo | EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW DeLong propone, por consiguiente, el siguiente modelo: LS) ool LS (Ban wl(s) ssl olf +H (4.39) donde In[(Y/N);s70]* es el valor verdadero del logaritmo de la renta per capita del afio 1870 y In|[(Y/N),s7a] es el valor estimado. Supondremos que ¢ yu no estan corre lacionadas entre si ni con In[(¥/N)is70)*. Desgraciadamente, no es posible estimar este modelo empleando tinicamente datos de In[(Y/N) is] y Inf(V/N)js79]- El problema es que existen diferentes hipotesis que proporcionan idénticas predicciones sobre los datos. Imaginemos, por ejemplo, que descubriésemos que el crecimiento estimado esta negativamente relacionado con la renta inicial estimada. Esto es exactamente lo que uno esperaria si el error de me- dicién fuera irrelevante y existiera convergencia real o si el error de medicin fuera importante y no existiera convergencia real. Formalmente, el modelo no esta deter- minado. DeLong argumenta, sin embargo, que al menos tenemos una idea aproximada sobre el grado de fiabilidad de los datos de 1870; por tanto, podemos saber qué va- lores son razonables para la desviacién estandar del error de medicion. Por ejemplo, 6, = 0,01 implica que hemos estimado la renta inicial con un error medio del 1 por 100, es decir, un valor inverosimilmente bajo. Del mismo modo, o,, = 0,50 (un error medio del 50 por 100) parece demasiado elevado. DeLong muestra que, si fijamos un valor de o,, es posible estimar los restantes parimetros. Incluso un error estandar bajo puede tener una influencia sustancial en los resul- tados. Para la muestra corregida, el valor estimado de b se convierte en 0 (no existe tendencia hacia la convergencia) si a, ~ 0,15 y en 1 (lo que indica una enorme diver- gencia) si o, ~ 0,20. Asi, pues, un error estindar plausible elimina todo 0 casi todo lo que queda de las estimaciones de convergencia de Baumol. También podemos analizar la convergencia para distintas muestras de paises y diferentes periodos. El Grafico 1.9 es un diagrama de dispersion de la convergencia si- milar al de los dos graficos precedentes que abarca a casi todos los paises del mundo no comunista durante el periodo 1960-2000. Como podemos observar, es dificil ha- blar de convergencia. Sobre este tema volveremos en la Secci6n 3.12. +bin +e i (1.38) El ahorro y la inversion Supongamos un mundo en el que cada pais puede ser descrito mediante el modelo de Solow y donde todos los paises poseen la misma cantidad de capital por unidad de trabajo efectivo. Imaginemos ahora que la tasa de ahorro aumenta en uno de los paises. Si todo el ahorro adicional generado se destinase a proyectos de inversion nacionales, la productividad marginal del capital en este pais disminuiria en relacién 1.7. Aplicaciones empi x & 2 5 1,0 ta (1960-2000) Variacién del logaritmo de la renta per capil 5 6 7 8 9 10 Logaritmo de la renta per cépita en 1960 (cotizacién internacional de 1996) GRAFICO 1.9 Renta inicial y crecimiento econémico posterior en el periodo de posguerra a los restantes paises y sus ciudadanos tendrian incentivos para invertir en el exterior Por tanto, si no existen barreras a los movimientos de capital, el ahorro asociado a un aumento en la tasa de ahorro en un pais determinado no sera canalizado hacia inver- siones nacionales, sino que se repartir en areas del mundo y no tendré repercusiones especiales en el nivel de inversion de aquel pais. En definitiva, si no existen obstacu- los para el libre flujo de capitales, no hay razén para esperar que los paises mas ahorradores sean también los que mas inviertan Feldstein y Horioka (1980) han estudiado la relacidn entre las tasas de ahorro e inversion. En contra de lo que sugiere la teoria que acabamos de describir, sus resul- tados parecen indicar que ambas tasas se encuentran estrechamente correlacionadas, En concreto, los autores realizan una regresion para veintitin paises industrializados de la participacion media de la inversi6n en el PIB durante el periodo 1960-1974 res: pecto a una constante y a la participacién media del ahorro en el PIB en ese mismo periodo. Los resultados son: 1). s 2 (2) = 0,035 + 0,887 (5). R=091 (1.40) * (0,018) (0,074). "' donde una vez més los ntimeros que aparecen entre paréntesis representan los erro- res esténdar. El ejercicio, por tanto, lejos de confirmar que no existe asociacién algu- na entre el ahorro y la inversién, parece sugerir una telacién de uno a uno. Existen varias explicaciones posibles de los resultados obtenidos por Feldstein y Horioka. Una posibilidad, avanzada por los propios autores, es que existen conside- rables barreras a Jos movimientos de capital, de manera que las diferencias en los 38 Capitulo | EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW niveles de ahorro e inversion de los diferentes paises si que aparecen asociadas a diferencias en las tasas de rendimiento. Sin embargo, no disponemos de demasiados datos que corroboren estas diferencias en las tasas de rendimiento. Una segunda posibilidad es que existen variables subyacentes que influyen tanto sobre el ahorro como sobre la inversion. Unos tipos impositivos elevados, por ejem- plo, pueden reducir ambas variables (Barro, Mankiw y Sala-i-Martin, 1995). Igual- mente, los paises cuyos ciudadanos tienen tasas de descuento bajas y, por tanto, altas tasas de ahorro pueden proporcionar un clima favorable para las inversiones sin que esto tenga que estar relacionado exclusivamente con el volumen de ahorro; podria ocurrir, por ejemplo, que en estos paises la capacidad de los trabajadores de organi- zar sindicatos esté limitada. Por tiltimo, la estrecha asociacién entre el ahorro y la inversién podria deberse a la practica de ciertas politicas puiblicas que viniese a compensar aquellos factores que provocan diferencias entre estas dos variables. Las autoridades pueden ser reacias a que exista una brecha importante entre el ahorro y la inversi6n: al fin y al cabo, una diferencia de este tipo debe ir acompaitada de un elevado déficit comercial (si la in- version es mayor que el ahorro) o de un elevado superavit comercial (si el ahorro supera a la inversion). Si las fuerzas econdmicas provocan un desequilibrio impor- tante entre el ahorro y la inversién, el Estado puede optar por ajustar su propio ahorro o por modificar el tratamiento fiscal del ahorro o de la inversion con el fin de salvar la diferencia. Helliwell (1998) concluye que la correlacién ahorro-inversion es mucho menos evidente si comparamos regiones dentro de un mismo pais que si comparamos entre distintos paises. Esto es sin duda coherente con la hipétesis de que los gobiernos de los paises toman medidas para impedir que puedan existir grandes desequilibrios entre el ahorro agregado y la inversién agregada, pero que dichos equilibrios pueden surgir si dicha intervencién no se produce. En definitiva, la relacion entre ahorro e inversion es muy distinta a la que predice nuestro modelo mas simple. Lo mas probable, sin embargo, es que las diferencias existentes no se deban a desviaciones esenciales respecto al modelo (como, por ejem- plo, la existencia de importantes barreras ala movilidad del capital), sino a razones menos fundamentales (como la presencia de fuerzas subyacentes que afectan a am- bas variables). 1.8 El medio ambiente y el crecimiento econdomico Los recursos naturales, la contaminaci6n y otros aspectos relacionados con el medio ambiente no aparecen en el modelo de Solow. Sin embargo, al menos desde que Mal- thus (1798) expusiera su clasica tesis, muchos economistas piensan que estos factores son determinantes para las posibilidades de crecimiento de una economia en el largo plazo. La dotacién de petroleo y otros recursos naturales, por ejemplo, es escasa, y esto significa que cualquier pretensién de embarcarse en una senda de crecimiento continuado de la produccién terminara por agotar dichos recursos y reducir el nivel de produccion. Asimismo, la oferta fija de tierra puede convertirse en un freno al 1.8 El medio ambiente y el crecimiento economico 39 crecimiento. Y una produccién en continuo aumento puede generar un nivel de con- taminaci6n perpetuamente creciente que ponga fin al proceso de crecimiento”, a seccidn esta dedicada a estudiar como pueden afectar este tipo de restriccio- nes al crecimiento a largo plazo. Al analizar estas cuestiones, es importante distinguir entre aquellos recursos naturales sobre los que existen derechos de propiedad bien definidos (en concreto, los recursos naturales y la tierra) y aquellos otros sobre los que tales derechos son inexistentes (como el agua 0 el aire no contaminados). La existencia de derechos de propiedad sobre un determinado recurso tiene dos importantes consecuencias. En primer lugar, los mercados proporcionan en este caso valiosas sefiales sobre como deberia explotarse este bien. Imaginemos, por ejem- plo, que los mejores datos de que disponemos sugiriesen que la escasez de petro- leo constituira en algtin futuro proximo una importante limitacién a nuestra capa- cidad de producir. Esto significaria que es probable que el precio del petréleo sea elevado en el futuro, lo que a su vez supone que los propietarios de este recurso no estaran dispuestos a venderlo barato hoy. Por tanto, el precio actual del petréleo aumentard y sus usuarios procurarén no despilfarrarlo, En definitiva, la prediccion sobre la carestia futura del petréleo no justificaria una intervencién ptiblica por- que la situacion, aunque desafortunada, recibiria una respuesta por parte del mer- cado. La segunda implicacién que se deriva de la existencia de derechos de propiedad es que el precio del recurso puede servir para conocer su importancia en el proceso productivo. Asi, por ejemplo, si la futura carestia de petrdleo hace que aumente su precio actual, los economistas pueden inferir a partir de la mejor evidencia dispo- nible la importancia relativa de este bien sin necesidad de verificarla por otros medios. Cuando los derechos de propiedad sobre los recursos naturales no se hallan bien definidos, la explotacién del bien genera externalidades. Las empresas, por ejemplo, pueden contaminar sin tener que compensar a los individuos perjudicados por sus actividades. En este supuesto, la intervencién del Estado esta justificada. Ademis, al no existir un precio de mercado que pueda servir como indicador facil de la impor- tancia relativa del bien, los economistas interesados en las cuestiones medioambien- tales tienen que tratar de evaluar esa importancia por si mismos. Empezaremos analizando aquellos recursos naturales que son objeto de intercam- bio en los mercados, primero a través de un modelo basico y luego incorporando a éste una importante matizacion. Por ultimo, centraremos nuestra atencién en aque- Hos recursos para los que no existe un mercado que funcione bien. La tierra y los recursos naturales: un caso representativo En este epigrafe ampliamos nuestro anélisis para incluir los recursos naturales y la tierra. Para simplificar el andlisis, seguiremos basdndonos en una funcién de produc- cién del tipo Cobb-Douglas. La funcién de produccién (1.1) se convierte ahora en: ® Una exposicién muy influyente de estas preocupaciones es la de Meadows, Meadows, Randers y Behrens (1972). 40 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW YE) = KORY TULANE? -? a>0, B>0, y>0, a+Bty<1 (141) En esta expresi6n, R denota los recursos naturales empleados en el proceso produc- tivo y T la superficie de tierra. El comportamiento del capital, del trabajo y de la eficiencia del trabajo es el mis- mio que el que hemos visto hasta ahora: K() = 8Y(f) - 6K(), L(t) = nL) y AW = gA(0- Los nuevos supuestos se refieren a los recursos naturales y la tierra. Como la super- ficie de tierra es fija, la cantidad que se emplea en el proceso de produccidn no pue- de variar en el largo plazo. Por tanto, suponemos que TW =0 (1.42) Del mismo modo, el hecho de que la dotacion de recursos naturales sea fija y que dichos recursos se empleen en el proceso productivo implica que sus cantidades deben disminuir en algtin momento. Asi, pues, aunque lo que la historia ha presen- ciado hasta el momento es un aumento continuo en la explotacién de los recursos, supondremos que R(t) =-bR(), b>0 (1.43) La incorpotacién de estos dos nuevos factores a la funcién de produccién implica que K/AL ya no converge hacia un valor determinado, asi que para analizar el com- portamiento de esta economia no podemos seguir centrandonos, como haciamos antes, en la evolucion de esta ratio, En estas circunstancias, una estrategia titil con- siste en preguntarse si existira o no un estado estacionario, y en caso de existir, cual sera la tasa de crecimiento de las distintas variables econémicas en dicho estado. Por definicién, la tasa de crecimiento de A, L, R y T es constante. Por tanto, lo tni- co que necesitamos para que exista un estado estacionario es que K e Y crezcan tam- bién a una tasa constante. La ecuacién de movimiento del capital, K(t) = sY(#) - OK(#), implica que la tasa de crecimiento de K es KYO _ (1.44) Kit) Ki) Por tanto, para que la tasa de crecimiento de K sea constante, Y/K también debe ser constante. Es decir, las tasas de crecimiento de Y y de K tienen que ser iguales. Para descubrir cuando sucede esto, acudimos a la funcién de produccién (1.41). Tomando logaritmos en ambos lados de la expresion, tenemos In Y(t) =a INnK() +B INR) +y NTH + 1-a-f-PllnA@ + In LO] (1.45) Podemos ahora derivar con respecto al tiempo ambos lados de esta expresin. Sir- viéndonos del hecho de que la derivada con respecto al tiempo del logaritmo de una variable es igual a la tasa de crecimiento de dicha variable, obtenemos Sy(t) = agk(t) + Bgalt) + ygr(t) + (L-a-B -ylgalt) + gl] (1.46) 1.8 El medio ambiente y el crecimiento economico 41 donde gy representa la tasa de crecimiento de X. Las tasas de crecimiento de R, T, A y L son, respectivamente, -b, 0, ¢ y 1. Por consiguiente, podemos reescribir (1.46) de forma simplificada como Sr) = agg(t) + Bb + (1-a -B -y\(n + g) (1.47) Podemos ahora utilizar el resultado obtenido anteriormente sobre la necesidad de que gy y gx sean iguales en el estado estacionario. Si dejamos que gx = gy en la ecua- cidn (1.47) y despejamos gy, tenemos que (L-a@ -B-y)(n + 3) ~ pb (1.48) 1-a@ gy donde gy? representa la tasa de crecimiento de Y en el estado estacionario. Aeste andlisis le queda atin un punto por resolver: no hemos determinado toda- via sila economia tiende finalmente hacia un estado estacionario. Por (1.47) sabemos que si el valor de gj es mayor que el que cortesponde a su estado estacionario, el de gy lo sera también (aunque en menor proporcidn). Asi, pues, si gx supera su valor estacionario, Y/K estara disminuyendo. La ecuacién (1.44), por su parte, nos dice que gx es igual a s(Y/K) - 6. Asi, pues, cuando Y/K disminuye, gx también lo hace. En definitiva, gx estar disminuyendo siempre que su valor sea superior a su valor estacionario; del mismo modo, gx estara aumentando si es menor que su correspon- diente valor estacionario. En definitiva, ¢, converge hacia su valor estacionario y, por tanto, la economia también lo hace”. La ecuacién (1.48) implica que la tasa de crecimiento de la produccién por traba- jador en el estado estacionario es: ay si” _ (l-a-B-yn+g)- pb _ l-a@ (1.49) (l-@-f-vg-pb- B+ yn l-a@ La ecuacién (1.49) muestra que, en el estado estacionario, el crecimiento de la renta por trabajador, ¢/#, puede ser positivo o negativo. Es decir, la escasez de tierra y recursos naturales puede hacer (si bien no necesariamente) que la produccién por trabajador termine disminuyendo. Las cantidades decrecientes de recursos y tierra % Este analisis pasa por alto un cierto matiz, Si (1 ~ a ~f ~ y(n + g) + (1 @)d ~ Bb es negativo, la condicién gy = g2” solo se cumpliria en caso de que Y/K fuese negativo. Y la afirmacién de que Y/K esté disminuyendo cuando gy es inferior a gx no es verdad si Y/K es cero 0 negativo. En este caso, si (1 =a ~B~ 7) + g) + (1-296 ~ fb es negativo, la economia no converge hacia el estado estacionario descrito en el texto, sino hacia una situacién en la que ¥/K = 0 y ‘Ahora bien, para cualesquiera valores razonables de los parametros, (I~ a ~ B -7)(n + g) + (1-6 ~ fb es positivo. Por consiguiente, esta complicacién no es relevante. 42 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW por trabajador limitan el crecimiento econémico, pero el progreso técnico lo estimula. Y si el estimulo generado por el progreso técnico es mas fuerte que las restricciones impuestas por los recursos, entonces es posible que la produccién por trabajador aumente de forma sostenida. Esto es precisamente lo que ha sucedido durante los uiltimos siglos. Una estimaci6n ilustrativa En la historia reciente, las ventajas del progreso técnico han compensado los incon- venientes derivados de la escasez de los recursos naturales y la tierra. Lo que no conocemos es el alcance de esta restriccién, que podria ser, por ejemplo, lo suficien- temente importante como para que una pequefia desaceleracién de! progreso técnico Hevase a un crecimiento negativo de la renta por trabajador. La escasez relativa de recursos reduce el crecimiento econémico al hacer que la cantidad de recursos naturales y tierra por trabajador disminuya. Asi, pues, como Nordhaus (1992) plantea, si queremos conocer la influencia de estas limitaciones sobre el crecimiento, debemos preguntarnos cémo seria éste si los recursos por tra~ bajador fueran constantes. En particular, supongamos una economia idéntica a la que acabamos de analizar, excepto que los supuestos T(t) = 0 y R(t) = -bR(t) sean ahora reemplazados por T(t) = nT) y R(t) = nR(). En esta economia hipotética, los recursos naturales no estan limitados y crecen a medida que la poblacién aumenta, Un anali- sis similar al que utilizamos para derivar la ecuacién (1.49) nos muestra que el creci- miento de la produccién por trabajador en el estado estacionario de esta economia seria 1G -e-p-yg (1.50) ma a El «freno de crecimiento» impuesto por la escasez relativa de los recursos natura- les es la diferencia entre este crecimiento hipotético y el crecimiento que tiene lugar cuando dichos recursos son limitados, es decir: Freno = 879, - 8) 1-a-B-y)g-[(1-a~-B ~y)g~fb- B+ yn] l-a (1.51) _ Ps Bay 1 a Asi, pues, el freno de crecimiento es mayor cuanto mayores son la participacién de los recursos (8) y la tierra (7), la tasa a la que disminuye el uso de los recursos (b), la tasa de crecimiento de la poblacién (1) y la participacién del capital (a). ® Véase el Problema 1.15. jiento economico 43 1.8 El medio ambiente y el cre Es posible cuantificar la magnitud de este freno. Dado que los recursos y la tierra se intercambian en los mercados, podemos echar mano de los datos de renta dispo- nibles para estimar su importancia relativa en la produccion (es decir, para estimar 3 y ). Como Nordhaus (1992) sefiala, estos datos sugieren que el valor de f + 7 es aproximadamente 0,2. Nordhaus ha utilizado una version algo mas compleja del marco que hemos presentado aqui para estimar el freno de crecimiento. Su estima- cién sugiere que este freno es de 0,0024 0, dicho en otras palabras, de alrededor de una cuarta parte de punto porcentual al afi. Segtin él, sélo una cuarta parte de este freno aproximadamente se explica por la existencia de una oferta limitada de tierra El resto se explicaria sobre todo, segi sus estimaciones, por la escasez de recursos energéticos. En definitiviva, lo que estos datos indican es que el freno al crecimiento que su- pone la existencia de unos recursos ambientales limitados, aunque no es insignifican- te, tampoco es determinante. Ademés, el hecho de que el crecimiento de la renta por trabajador haya sido muy superior a una cuarta parte de punto porcentual al aio sugiere que la escasez de recursos y de tierra tendrfa que ser muy notable para que aquella variable empezase a disminuir. Un caso mas complejo El stock de tierra est dado y la explotacién de los recursos naturales tiene que dismi- nuir en algtin momento. Por tanto, aunque los avances tecnolégicos han permitido compensar estas restricciones en los tltimos siglos, es razonable pensar que en algtin momento futuro puedan convertirse en un freno a nuestra capacidad de produc- cin. La razén por la que esto no sucede en nuestro modelo es que utilizamos una funcién de produccién Cobb-Douglas. Con una funcién de este tipo, una determina- da variacién porcentual en A genera siempre una variacién idéntica del nivel de produccién independientemente de cudn elevado sea A en relacién con R y con T, de modo que el progreso tecnolgico siempre puede compensar una posible reduccion de R/Ly T/L. Esta, sin embargo, no es una propiedad comuin a todas las funciones de produc- cion. Con una funcidn del tipo Cobb-Douglas, la elasticidad de sustitucién entre los factores es igual a 1. Pero si la elasticidad es menor que 1, la participacién en el pro- ducto de aquellos factores cuya dotacién esta decreciendo aumenta paulatinamente en el tiempo. Intuitivamente, a medida que la funcién se asemeja més a la hipotesis de Leontief, los factores que son cada vez més escasos cobran una importancia ma- yor. Exactamente lo contrario sucede cuando la elasticidad es mayor que 1: la parti- cipacion en la produccién de aquellos factores cuya dotacién es decreciente va dis- minuyendo. De nuevo, es facil entender por qué de un modo intuitivo: los factores productivos mas abundantes aumentan su peso relative a medida que la funcién de produccién se vuelve lineal. En términos de nuestro anterior anilisis, esto significa que si no nos limitamos al caso Cobb-Douglas, las participaciones de la ecuacion (1.51) dejan de ser constantes para convertirse en dependientes de las proporciones factoriales. Y si la elasticidad 44 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW de sustitucién es menor que 1, la participacin de los recursos naturales en la pro- duccién total aumenta (y, por tanto, también lo hace el freno al crecimiento). De he- cho, en este caso, la participacién en la renta de aquellos factores que menos crecen se acerca a 1 y el freno al crecimiento tiende a b +n. Es decir, la renta por trabajador disminuye asintéticamente a una tasa igual ab + 1, la misma tasa a la que disminuye el uso de los recursos por trabajador. Esta hipotesis sustenta nuestra apocaliptica previsién de que en el largo plazo una oferta fija de recursos naturales acaba condu- ciendo a una caida sostenida del nivel de renta. De hecho, sin embargo, el reconocimiento de que el proceso de produccién no tiene por qué ser del tipo Cobb-Douglas no deberfa aumentar nuestra estimacién sobre la importancia de la escasez de los recursos, sino més bien reducirla. La razon es que la participacién relativa de los recursos naturales y la tierra no es creciente, sino decreciente. Podemos expresar la participacién relativa de la tierra como el pre- cio real de alquiler multiplicado por el cociente entre la tierra y la produccién total. EI precio de alquiler de la tierra no muestra ninguna tendencia clara y la ratio tierra/ PIB ha disminuido de forma constante; por consiguiente, la participacion de la tierra en el producto total ha ido reduciéndose. Del mismo modo, el precio de los recursos naturales ha caido moderadamente, al igual que su relacién con el PIB y, por tanto, su participacién relativa en la renta. Y unas participaciones decrecientes de estos dos factores productivos implican también un menor freno al crecimiento. EI hecho de que las participaciones relativas de los recursos y la tierra hayan venido disminuyendo a pesar de que estos factores son cada vez mas escasos indica que la elasticidad de sustitucién entre éstos y los restantes factores debe ser superior a la unidad. A primera vista, esto resulta sorprendente. Si pensamos en términos de bienes concretos (libros, por ejemplo), es posible que las posibilidades de sustitucion no sean demasiado amplias. Pero si tenemos en cuenta que lo que la gente valora no son los bienes por si mismos, sino por los servicios que prestan (el almacenamiento de informacién, por ejemplo), la idea de que pueden existir bienes sustitutivos resul- ta més verosimil. La informacién puede almacenarse no s6lo por medio de libros, sino mediante la tradicién oral, planchas de piedra, microfilmes, cintas de video o discos. Estos distintos medios de almacenamiento emplean capital, recursos, tierra y trabajo en muy diferentes proporciones. Asi, pues, la economia es capaz de responder a una escasez creciente de los recursos naturales acudiendo a procedimientos de al- macenamiento de informacién que empleen dichos recursos de forma menos inten- siva. La contaminacion La desaparicin progresiva de los recursos naturales y de la cantidad de tierra por trabajador no son los tinicos problemas medicambientales que pueden limitar el crecimiento econémico. Los procesos productivos también generan contaminacién y la contaminacién reduce el nivel de produccién si dicha produccién se mide adecua- damente. Es decir, si los datos que manejamos sobre produccién real tuvieran en cuenta todos los bienes y servicios que se producen a precios que reflejaran sus efec- tos sobre la utilidad, la contaminacién apareceria como un precio negativo. De hecho, 1.8 El medio ambiente y el crecimiento econémico 45 la contaminacién podria incluso llegar a reducir las estimaciones convencionales de produccién: el calentamiento del planeta, por ejemplo, puede incidir directamente en el volumen de produccién a través de su influencia sobre el nivel de los océanos 0 sobre las condiciones climaticas. La teoria econémica no nos proporciona raz6n alguna para ser optimistas sobre las consecuencias de la contaminacién. Dado que quienes contaminan no suelen su- frir los costes de su actividad, los mercados no regulados generan niveles de conta- minacién excesivamente elevados. Igualmente, nada hay que pueda impedir una catastrofe medioambiental en este tipo de mercados. Imaginemos, por ejemplo, que un determinado nivel de contaminacién pudiera provocar un drdstico cambio repen- tino en las condiciones climaticas. Como los efectos de la contaminacién son exter- nos, No existe un mecanismo de mercado que pueda impedir que la contaminacién alcance ese nivel, ni tan siquiera un precio de mercado asociado a un medio ambien- te limpio que nos pueda advertir de que los ciudadanos bien informados estan con- vencidos de la inminencia de una catastrofe. La teoria ofrece una solucién sencilla al problema de la contaminacién que con- siste simplemente en estimar el valor monetario de la externalidad negativa y gravar la actividad contaminante en la misma proporcién. De este modo, los costes privados y los costes sociales de la actividad se igualarian y el resultado seria un nivel de con- taminacién socialmente dptimo”*. Pero aunque describir la solucién Optima al problema de la contaminacién es fa- cil, sigue siendo necesario conocer la gravedad de los problemas que este fenémeno plantea. Para completar nuestro andlisis, deberfamos saber en qué medida puede la contaminacién retrasar el crecimiento econémico si no se aplican medidas correctoras adecuadas. En términos de politica econdémica, se trataria de determinar cual es el gtavamen apropiado para las actividades contaminantes 0, en caso de no poder es- tablecerse un impuesto especifico, conocer si las ventajas asociadas a una solucion de caracter regulador compensarian sus costes. Por tiltimo, y por lo que respecta al comportamiento individual, querriamos saber qué esfuerzo deberia hacer una perso- na que se preocupa por el bienestar de los demas para reducir su propia actividad contaminante. Puesto que no existen aqui precios de mercado que puedan ser utilizados como referencias validas, los economistas interesados en este problema deben acudir a la evidencia cientifica. En el caso del calentamiento del planeta, por ejemplo, una esti- maci6n razonable parece sugerir que, si no se interviene de manera contundente, la temperatura media se elevard tres grados centigrados durante el periodo 1990-2050, lo que podria desencadenar distintos efectos climaticos de alcance global (Nordhaus, 1992). Los economistas pueden contribuir a estimar las consecuencias de tales cam- bios sobre el bienestar. A titulo de ilustracién, los expertos agricolas han Ilegado a estimar el efecto probable del calentamiento sobre la capacidad de los agricultores es- tadounidenses para mantener sus actuales cosechas; la conclusion principal de sus estudios es que el proceso de cambio influiré significativamente y de un modo nega- Alternativamente, podriamos determinar ese nivel de contaminacién socialmente 6ptimo y subas- tar un numero de permisos de contaminacién que hicieran posible dicho nivel. Weitzman (1974) presenta un anélisis clasico de la disyuntiva entre el control de precios y el control de cantidades. 46 Capitulo | EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW tivo sobre dicha capacidad. Mendelsohn, Nordhaus y Shaw (1994), sin embargo, han. sefialado que los agricultores pueden responder a estos cambios modificando el tipo de cultivo o incluso dedicando sus tierras a otros usos. Los autores concluyen que, una vez tenidas en cuenta estas posibilidades de sustitucion, el efecto total del calen- tamiento del planeta sobre los agricultores estadounidenses es mas bien modesto y podria ser incluso positivo (véase también Deschenes y Greenstone, 2004). Después de examinar diversas formas en que el calentamiento global podria afec- tar al bienestar, Nordhaus (1991) concluye que una estimacion razonable es que el efecto global de este proceso sobre el bienestar podria ser ligeramente negativo hacia el afio 2050 (el equivalente a una disminucién del PIB de uno a dos puntos porcen- tuales), lo que equivaldria a una disminucién del crecimiento anual medio durante dicho periodo de tan sélo 0,03 puntos porcentuales. No es de extraiiar que Nordhaus afirme que la adopcién de medidas drasticas para combatir el calentamiento global, tales como las destinadas a reducir las emisiones de gases invernadero en un 50 por 100 0 mas, seria mucho més perjudicial que la mera pasividad con respecto a este problema. Empleando un procedimiento similar, Nordhaus (1992) concluye que los costes de bienestar de otros tipos de contaminacién son mayores que los derivados del ca- lentamiento del planeta, si bien también son limitados: sus estimaciones sugieren que podrian reducir el crecimiento anual medio en aproximadamente 0,04 puntos porcen- tuales. Es posible, claro esté, que este repaso de la evidencia cientifica o este intento por estimar los costes de la contaminacién en términos de bienestar no sea correcto. Asi- mismo, las conclusiones podrian variar considerablemente si considerasemos hori- zontes temporales més largos que los cincuenta a cien aftos normalmente examina- dos en este tipo de estudios. Pero el hecho es que muchos economistas que han investigado a fondo las cuestiones medioambientales, incluidos aquellos que inicial- mente simpatizaban con estas preocupaciones, han concluido que la influencia de los problemas medioambientales sobre el crecimiento econémico es como mucho mode- rada”’, Problemas 1.1. Propiedades basicas de las tasas de crecimiento. Sirvase del hecho de que la tasa de crecimiento de una variable es igual a la derivada de su logaritmo con respecto al tiempo para demostrar que: 4) La tasa de crecimiento del producto de dos variables es igual a la suma de sus respectivas tasas de crecimiento. Es decir, si Z(t) = X(MY(), entonces Z(!)/Z() = = 1XO/XO) + (YO/YO)- ® Esto no significa que las cuestiones medioambientales sean siempre irrelevantes para el crecimien- to a largo plazo. Brander y Taylor (1998) demuestran de forma convincente que la isla de Pascua sufrié un desastre medioambiental del tipo de los que anticiparon los malthusianos en algiin momento entre su primer poblamiento, alrededor del aio 400, y la Hegada de los europeos en el siglo xvi. ¥ argumentan que otras sociedades primitivas pudieron también sufrir desastres similares. 1.2. 13. 14. 15. 1.6. Problemas 47 b) La tasa de crecimiento del cociente entre dos variables es igual a la diferencia de sus tasas de crecimiento. Es decir, si Z(!) = X()/Y(8, entonces Z(8)/Z(t) = [X()/X()} ~ [YO/YO) c) Si Z(t) = X(#)", entonces Z()/Zit) = eX(t)/ X(t). Suponga que la tasa de crecimiento de una determinada variable, X, es constante e igual a @ > 0 desde el periodo 0 hasta fy, disminuye hasta 0 en f,, aumenta gradualmente de 0 aa entre f, y fy y permanece constante e igual aa tras f, a) Represente en un gréfico la tasa de crecimiento de X en funcién del tiempo. b) Represente en otro grafico In X en funcién del tiempo. Describa como afectan (si lo hacen) los siguientes acontecimientos a las curvas de inver~ sién realizada e inversién de reposicién en nuestra representacién basica del modelo de Solow: @) Una disminucién de Ia tasa de depreciaci6n. b) Un incremento de la tasa de progreso técnico. c) Unaumento de la participacién del capital, a, en el marco de una funcién de produc- cién Cobb-Douglas, f(k) = k". d) Unincremento de la produccién por unidad de trabajo efectivo para un stock de capi- tal dado debido a un mayor esfuerzo de los trabajadores. Suponga una economia en estado estacionario en la que existe el progreso técnico, pero donde la poblacién no crece. Supongamos que tiene Iugar un incremento puntual del ntimero de trabajadores. a) .Qué sucederia con el nivel de produccién por unidad de trabajo efectivo tras dicho aumento? ;Aumenta, se reduce o permanece constante? Explique por qué. b) Tras la variacién inicial (suponiendo que tenga lugar) del nivel de produccién por unidad de trabajo efectiv que provoca la aparicin de nuevos trabajadores, se pro- duce algtin otro cambio en aquella variable? Suponiendo que si, ;qué ocurre entonces con el nivel de produccién por unidad de trabajo efectivo, aumenta o disminuye? Razone su respuesta. 2) eComo es el nivel de produccién por unidad efectiva de trabajo cuando la economia vuelve sobre la senda de crecimiento sostenido: mayor, menor o igual al que existia antes de producirse el cambio? Por qué? Suponga que la funcién de produccién es de tipo Cobb-Douglas. 4) Halle las expresiones correspondientes a k*, y* y c* como funciones de los parémetros del modelo s, 1,3, gy a. b) @Cudl es el valor de la regla de oro de k? ©) 0, p-n-(1-0)g>0 (2.2) Esta forma funcional, conocida como utilidad con aversién relativa al riesgo constante (0 ARRC), es necesaria para que la economia converja hacia un estado estacionario. La raz6n de esta denominacidn es que el coeficiente de aversién relativa al riesgo [que se define como -Cu’"(C)/1'(C)] de esta funcion de utilidad es 0 y, por tanto, es independiente de C. Como el modelo presupone la ausencia de incertidumbre, la actitud de las econo- mias domésticas ante el riesgo no tiene una relevancia directa. Sin embargo, @ deter- ' Podemos expresar también la utilidad como [” ¢? 'u(C())dt, donde’ = p-n. Dado que L(t) = L(0). esta expresién es igual a la que aparece en la ecuacién (2.1), dividida por L(0)/H, y, por tanto, sus impl caciones por lo que se refiere al comportamiento de los hogares son las mismas. 52 Capitulo 2. HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS mina también la disposicion de los hogares a la sustituci6n intertemporal del consu- mo: cuanto menor es 6, més lentamente disminuye la utilidad marginal a medida que el consumo aumenta y, por tanto, mas dispuesta est la economia doméstica a per- mitir variaciones temporales de su nivel de consumo. Si @ esta préxima a cero, por ejemplo, la utilidad seria casi funcién lineal de C, de modo que la economia domés- tica esta dispuesta a aceptar notables fluctuaciones en su nivel de consumo para be- neficiarse de pequenas diferencias entre la tasa de descuento y la tasa de rendimien- to de su ahorro. En concreto, es posible probar que la elasticidad de la sustitucién intertemporal del consumo es 1/67. Hay otras tres caracteristicas de la funcién de utilidad instantanea que merece la pena destacar. En primer lugar, C!~’ aumenia con C cuando @ < 1, pero disminuye si@ > 1; por tanto, si dividimos C'~? entre 1 - @ garantizamos que la utilidad margi- nal del consumo sea positiva con independencia del valor de 0. En segundo lugar, en el supuesto especial de que @ > 1, la funcién de utilidad instantanea adopta la forma simple de In C, un caso que a menudo resulta muy util’. Y, por tiltimo, el supuesto de que p ~ n - (1 - )g > 0 garantiza que la utilidad a lo largo del ciclo vital no sea divergente: si esta condicién no se cumpliera, la utilidad podria ser infinita y el pro- blema de su maximizacién no tendria una solucién definida‘, 2.2 El comportamiento de los hogares y de las empresas Las empresas El comportamiento de las empresas es relativamente simple. En cada perfodo, las empresas emplean determinadas cantidades de capital y trabajo, remuneran a los factores en funcién de su productividad marginal y venden la produccién obtenida. Dado que la funcién de produccién presenta rendimientos constantes a escala y que la economia es competitiva, los beneficios de las empresas son nulos. Como ya sefalamos en el Capitulo 1, la productividad marginal del capital, aF(K, AL)/oK, es f'(K), donde f(#) es la forma intensiva de la funcién de produccién. Como los mercados son competitivos, la remuneracién del factor capital es igual a su producto marginal; y como no existe depreciacién, la tasa real de rendimiento del capital es igual a su remuneracién por unidad de tiempo. Por tanto, el tipo de inte- real en el perfodo t es r(t) =f (k(t) (2.3) ? Véase el Problema 2.2 > Para comprobarlo, restamos primero 1/(1 ~6) de la funcién de utilidad. Como esta operacién sélo cambia la funcién de utilidad en una constante, el comportamiento de las economias domésticas no se ve alterado. A continuacién tomamos el limite cuando 6 tiende a 1 utilizando la regla de L’Hépital. El resul- tado que obtenemos es In C. * Phelps (1966a) analiza cémo interpretar los modelos de crecimiento cuando las economias domés- ticas pueden obtener niveles infinitos de utilidad. 2.2. El comportamiento de los hogares y de las empresas 53 La productividad marginal del trabajo es aF(K, AL)/aL, que es igual a AdF(K, AL)/@AL. En términos de f(#), podemos expresarla como Alf(k) ~ kf (K)]°. Asi, pues, el salario real en el periodo ¢ es Wt) = A(OIF(K(D) — KF RO) (2.4) Y, por tanto, el salario por unidad de trabajo efectivo es w(t) = f(R(D) ~ RFR) (25) La restriccién presupuestaria de las economias domésticas Para el hogar representativo, el comportamiento de r y de w es un dato. Su restriccion presupuestaria implica que el valor presente de su consumo a lo largo del ciclo vital no puede exceder su riqueza inicial mas el valor presente de su renta laboral a lo largo del ciclo vital. Para expresar formalmente esta restriccién, debemos tener en cuenta que r puede variar a lo largo del tiempo. Con el fin de incorporar este hecho, definiremos R(t) como {!_,r(r)dt. Una unidad del bien producido invertida en el pe- riodo 0 produce ce unidades del bien en f; de manera equivalente, el valor de una unidad de produccién en el periodo f, medido en términos de la produccién del pe- riodo 0, es e*. $i, por ejemplo, el valor de 7 es constante e igual a 7, R(#) es simple- mente 7? y el valor presente de una unidad de produccién en ¢ seria e"', En términos generales, c*” muestra los efectos de componer el interés de forma continua a lo largo del periodo [0, f] Como el hogar consta de L(#)/H miembros, su renta laboral en f es W(f)L(1)/H y su gasto en consumo es C(t)L(f)/H. La riqueza inicial es 1/H de la riqueza total exis- tente en el periodo 0, 0 sea, K(0)/H. Por consiguiente, la restriccién presupuestaria del hogar es i oro) LO a KO , | ero Oa (26) 20 HH Si H En muchos casos es dificil calcular las integrales que aparecen en esta expresi6n. Afortunadamente, podemos expresar la restriccién presupuestaria en términos del comportamiento en el limite de los activos de capital de los hogates; incluso en los casos en que no es posible resolver las integrales de la ecuacién (2.6), es posible, por lo general, describir el comportamiento de la economia en el limite. Para ver como podemos expresar la restriccién presupuestaria de esta manera, es necesario agrupar todos los términos de la ecuacién (2.6) en el mismo lado y combinar las dos integra- les. De esta operaci6n resulta: K(0) —+ ° e Ri _ Lp, H fe IW) ~ C(I Fat 2 0 (27) > Véase el Problema 1.9. 54 Capitulo 2. HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS Podemos escribir la integral desde f = 0 hasta = en forma de limite, de modo que la ecuacién (2.7) es equivalente a: K ° L tin o + [. e SOLW(A) = core a 20 (2.8) Obsérvese, ademas, que los activos de capital del hogar en el periodo s son: K(s) K(0) I . - nip EO) == = eR). AO) -RO TW) - Cit dt (2.9) H Hho [wy Or (2.9) Para poder interpretar la ecuacién (2.9) hay que tener en cuenta que e“'K(0)/H es la contribucion de la riqueza inicial del hogar a su nivel de riqueza en el periodo s. El ahorro de esta economia doméstica en el periodo f es [W(#) — C(NIL(@®)/H (cuyo valor puede ser negativo). La expresién c®)-%” muestra, pues, cémo varia el nivel de ahorro entre f y La expresién (2.9) es equivalente a la expresién que figura entre corchetes en (2.8) multiplicada por e®), Por tanto, podemos escribir la restriccién presupuestaria sim- plemente como K(s) lim 8°) 20 (2.10) Asi expresada, la restricci6n presupuestaria nos indica que, en el limite, el valor ac- tual de los activos de un hogar no puede ser negativo. La ecuaci6n (2.10) es conocida como la condicién prohibidora de juegos de Ponzi. Un juego de Ponzi es una situacién en la que un agente emite deuda y difiere constante- mente su pago; es decir, el emisor siempre consigue los fondos necesarios para can- celar la deuda en el momento en que ésta vence emitiendo nueva deuda. Esta situa- cidn permite que el valor actual del consumo vital del deudor sea mayor que el valor actual de los recursos de los que dispondré a lo largo de su vida. Al imponer las restricciones presupuestarias expresadas en (2.6) 0 (2.10) estamos descartando la posibilidad de que esto pueda ocurrir®. El problema de maximizacion de las economias domésticas El objetivo de una economia doméstica representativa es hacer maxima su utilidad a lo largo del ciclo vital sometida a su restriccion presupuestaria. Al igual que sucedia © Este andlisis deja un cabo suelto: hemos supuesto, pero no probado, que las economias domésticas deben satisfacer la condicién prohibidora de juegos de Ponzi, Pero dado que en este modelo el ntimero de hogares es finito, este supuesto es correcto. Una economia doméstica puede embarcarse en un juego de Ponzi sélo si existe al menos otra cuyo valor actual del consumo a Jo largo del ciclo vital sea estricta- mente menor que el valor actual de su riqueza a lo largo del ciclo vital. Como la utilidad marginal del consumo es siempre positiva, ningtin hogar estarfa dispuesto a aceptar esto. Pero en los modelas con un nuimero infinito de hogares, como en el modelo de generaciones solapadas que analizamos en la Parte B de este capitulo, los juegos de Ponzi pueden darse en algunas circunstancias. Volveremos sobre este pun- toen la Secci6n 11.1. 2.2 El comportamiento de los hogares y de las empresas 55 con el modelo de Solow, es mas sencillo trabajar con variables normalizadas por la cantidad de trabajo efectivo, para lo cual necesitamos expresar tanto la funcién obje- tivo como la restriccién presupuestaria en términos de consumo y rentas laborales por unidad de trabajo efectivo. Empecemos por fa funcidn objetivo. Si definimos c(t) como el consumo por uni- dad de trabajo efectivo, entonces C(#), el consumo por trabajador, es igual a A(/)c(t). La utilidad instantanea de la economia doméstica (ecuacién [2.2}) seria, por tanto: cy? AcE >% = Hoe" Ftc)? 1 ato c(t)'~? 1-0 1-0 6 = Ay 1-0 eM) Si sustituimos (2.11) y el hecho de que L(t) = L(0)e"" en la funcién objetivo de la eco- nomia doméstica, de (2.1)-(2.2) obtenemos: ect? LE) = rot u [ ood dt =f eae UO 0} A (2.12) -» LO) I “ 7 (py? = A(o'~? sgl =Oelgnt di (0) H Seen” 1-8 net? =B | ot Da ro «1-8 donde B = A(0)'~°L(0)/H y B =p ~ 2 ~ (1 ~ 8g. Por (2.2) sabemos que f se supone positivo ‘Veamos ahora la restriccién presupuestaria (ecuacion [2.6]). El consumo total del hogar en el periodo t, C(#)L(t)/H, es igual al consumo por unidad efectiva de trabajo, c(t), multiplicado por Ja cantidad de trabajo efectivo de que dispone el hogar, A()L()/H. Del mismo modo, su renta laboral total en { es igual al salario recibido por unidad de trabajo efectivo, w(t), multiplicado por A()L(t)/H. Y su capital inicial es igual al capital por unidad de trabajo efectivo en el periodo 0, k(0), por A(0)L(0)/H. De modo que podemos reescribir (2.6) de la siguiente manera: Le ca (AOE at < AO, “fe eR (LO a4 (2.13) 10 bo A(HL(#) es igual a A(0)L(0)e"" *®". Si sustituimos esta expresién en (2.13) y dividimos ambos lados de la ecuacién por A(0)L(0)/H tenemos: I eRMC(H)O + Md < K(O) + i eo (thel"* dt (2.14) 0 1-0 56 Capitulo 2. HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS. Por ultimo, como K(s) es proporcional a k(s)e""**", podemos reescribir la versién sin posibilidad de juego de Ponzi de la restriccién presupuestaria, (2.10), como lime Re" *8%K(s) 20 (2.15) El comportamiento de las economias domésticas El problema al que se enfrenta la economia doméstica consiste en escoger la serie de valores de c(#) que maximicen su utilidad a lo largo del ciclo vital, (2.12), respetando la restriccién presupuestaria, (2.14). Aunque esto implica elegir un valor de c en cada momento (mas que optar por un conjunto finito de variables, como ocurre en los problemas tradicionales de maximizacién), para resolver este problema podemos recurrir a los procedimientos convencionales de maximizacién. Como la utilidad marginal del consumo es siempre positiva, el hogar satisface su restriccién presu- puestaria con una igualdad. Asi, pues, podemos utilizar la funcién objetivo, (2.12), y la restriccién presupuestaria, (2.14), para formular el lagrangiano: eye L=B / en OT ay wo = «1-8 (2.16) +a [xo + I eR M+ Mo (that -{ e wees eco] ' =0 10 La economia doméstica elige ¢ en cada periodo; es decir, escoge un mimero infinito de c(t). La condicién de primer orden para cada uno de los c(!) es” BoP c(t)? = Aer RO olt +30 2.17) Las ecuaciones (2.17) y (2.14) reflejan, respectivamente, el comportamiento y la res- triccién presupuestaria de los hogares. Para comprobar cuéles son las implicaciones de (2.17) con respecto al consumo, tenemos primero que tomar logaritmos a ambos lados de la ecuaci6n: qi mh B-AL—dlne()=In2- RO + (r+ ght = Ind | r)dr+(n+g)t (2.18) ° ” Este paso es ligeramente informal. La dificultad estriba en que los términos que aparecen en (2.17) son de orden dt en (2.16), lo que significa que su contribucién al lagrangiano es infinitesimal. Existen varios procedimientos mas formales de resolver esta cuestién, que no consisten en simplemente «hacer desapa- recer» los distintos dé (que es lo que nosotros hacemos en [2.17}). Podriamos, por ejemplo, modelizar el comportamiento del hogar como si éste eligiera el nivel de consumo a lo largo de intervalos finitos [0, Af), [at, 2A8), [2A¢, 3,9), ..., con el requisito de que su consumo se ha de mantener constante dentro de cada intervalo, y luego calcular el limite cuando At se aproxima a cero; el resultado de aplicar este método es precisamente (2.17). Otra posibilidad consiste en utilizar el célculo de variaciones (véase la nota 13, al final de la Seccién 2.4). Pero en el caso que nos ocupa, el método del célculo de variaciones se reduce simple- mente al método que hemos empleado aqui. Es decir, en este caso, el célculo de variaciones no haria mas que brindar una justificacién formal para el procedimiento de eliminar las dt en la ecuacion (2.17). 2.2 El comportamiento de los hogares y de las empresas 57 donde la segunda linea utiliza la definicién de R(t) como {'_,r(t)dt. Obsérvese ahora que como los dos Jados de la ecuacién (2.18) son iguales en cada ¢, sus respectivas derivadas con respecto al tiempo han de ser también iguales. Esta condicién pode- mos expresarla como ) ~p- 0 = 8) + (n+ 9) (2.19) cf) En ella hemos acudido nuevamente al hecho de que la derivada con respecto al tiem- po del logaritmo de una variable es igual a su tasa de crecimiento. Si despejamos en (2.19) e(t)/c(t), tenemos eW) _r®)-n-g-B _r)-p -6g 2.20) c(t) 6 6 cuya segunda linea utiliza la definicion de f como p ~~ (1-4)g. Para poder interpretar (2.20) debemos fijamos en que como C(#) (el consumo por trabajador, no el consumo por unidad de trabajo efectivo) es igual a c(!)A(®), la tasa de crecimiento de C viene dada por: CH) _ AW eH _ =p - 08 _r)-p (2.2: cy Aw ay @ 0 (2.21) donde la segunda linea utiliza la ecuacién (2.20). Esta condicién nos dice que el con- sumo por trabajador crece en tanto en cuanto [a tasa real de rendimiento sea mayor que la tasa a la que los hogares descuentan su consumo futuro y disminuye en caso contrario. Cuanto menor sea 6 (esto es, cuanto menor sea el cambio en la utilidad marginal provocado por una variacién del consumo), mayor sera la reaccién del consumo ante una modificacién de esa diferencia entre el tipo de interés real y la tasa de descuent La ecuaci6n (2.20) es conocida como la ecwacién de Euler para este problema de maximizaci6n. Una forma mas intuitiva de llegar a (2.20) es pensar en el consumo en dos perfodos consecutivos®. Supongamos, en concreto, un hogar que en el pe- riodo t reduce su nivel de consumo, ¢, en una cantidad pequena (formalmente, infinitesimal), Ac, invierte el ahorro asf generado durante un corto (de nuevo, infi- nitesimal) periodo At y finalmente consume el rendimiento obtenido en t + Af. Pre- sumiremos que tanto el consumo como los actives de capital de las economias domésticas no varian en ningtin momento, salvo en f y en f + At. Si su comporta- miento es optimizador, el efecto marginal de este cambio en su utilidad a lo largo del ciclo vital deberia ser cero. Por (2.12) sabemos que la utilidad marginal de c(t) es Be*c(t)*. Por consiguiente, el cambio conlleva un coste, en términos de utilidad, igual a Be*c(t)*Ac. Dado que la tasa de rendimiento instantanea es r(t), en el pe- riodo f + At el consumo puede aumentar en el" -"~s! Ac, Del mismo modo, como * La interpretacién intuitiva de la ecuacién de Euler es mucho mas sencilla en contextos temporales diseretos que en los continuos. Véase, a este propésito, la Seccién 2.9. 58 Capitulo 2. HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS c crece a una tasa ¢(#)/c(#), podemos escribir c(t + At) como e()e"/"l, de modo que la utilidad marginal de c(t + At) es Be™!' Me(E + AB = BEM * Mfc (eelO/Ol-4, Por consiguiente, para que el comportamiento del consumo en el tiempo haga maxima la utilidad, deberia satisfacer BePc(ty Ac = Bort * ANfc(tyeleN/AOI PAI)" BAe (2.22) Si dividimos esta expresion entre Be'c(t) “Ac y tomamos logaritmos, tenemos. pat ~0 ar + [r() - ng] At =0 (2.23) Por uiltimo, al dividir entre At y reorganizar los términos, obtenemos la ecuacién de Euler expresada en (2.20). Dicho de forma intuitiva, lo que hace la ecuacién de Euler es describir como debe comportarse ca lo largo del tiempo, dado un cierto (0): sic no se comporta de acuer- do a lo indicado en la ecuacién (2.20), el hogar podria redistribuir su consumo y maximizar asi su utilidad a lo largo del ciclo vital sin necesidad de alterar el valor actual descontado de su gasto total. Por su parte, la eleccién de c(0) viene determina- da por la condicién de que el valor actual del consumo a lo largo del ciclo vital debe ser igual a la suma de la riqueza inicial y del valor actual de la renta futura. $i el valor elegido de c(0) es demasiado bajo, el gasto en consumo a lo largo de la senda que satisface (2.20) no agota los recursos totales del hogar a lo largo del ciclo vital, de modo que seria posible un mayor nivel de consumo; si, por el contrario, c(0) es exce- sivamente alto, el gasto en consumo superaria dichos recursos, de modo que la senda no serfa practicable”. 2.3 El funcionamiento de la economia La manera més sencilla de describir el comportamiento de la economia es analizar qué sucede con las variables c y k. EI comportamiento de c Como los hogares son idénticos entre si, la ecuacién (2.20) describe la evolucién de c no sélo para uno de ellos en particular, sino en el conjunto de la economia. Como r(t) = f'(K(O), podemos reescribir dicha ecuacién como: eW) _ FRO) -p - og c(t) (2.24) ° De forma explicita, la ecuacién (2.20) implica que c(t) = e(0)e*” - * %/, Io que supone que ce * Me(E) = c(Ojel"’ = ON * = 91°, Por tanto, c(0) viene determinado por el hecho de que (0) | kt) Gr-0i"Gt debe ser igual al lado derecho de la restriccién presupuestaria, (2.14). 2.3. El funcionamiento de la economia 59 c é=0 (>9) <0) e k GRAFICO 2.1 El comportamiento de ¢ Por tanto, ¢ es cero cuando f'{k) es igual a p + Ag. Llamemos k* a este nivel de k. Cuando k es mayor que k*, f'(k) es menor que p + @g, de manera que é es negativo; y cuando k es menor que k*, é es positivo. Esta informacién aparece reflejada en el Grafico 2.1. Las flechas muestran la direccién del movimiento de c: aumentando si k < k* y disminuyendo si k > k*. La curva é = 0 en el punto en que k = k* indica que c es constante para este nivel de k". El comportamiento de k Al igual que en el modelo de Solow, k es igual a la inversién efectiva menos la inver- sin de reposicién. Como estamos suponiendo que no existe depreciacién, la inver- sin de reposicién es simplemente (it + 9)k. La inversion efectiva, por su parte, es la produccién menos el consumo, f(k) ~ c. Ast, pues, K(B) = fK(E)) — c(t) — (2 + gK(P) (2.25) Para un determinado nivel de k, el valor de c para el que k = 0 viene dado por f(&) — (1 + g)k. En términos del Grafico 1.6 (Capitulo 1), k es cero cuando el consumo es igual a la diferencia entre la curva de produccién efectiva y la curva de la inversion de reposicion. Este valor de c aumenta a medida que lo hace k hasta que f'(k) =n +g © Obsérvese que (2.24) implica que cuando ¢ es igual a cero, ¢ también lo es. Es decir, é es también igual a cero a lo largo del eje horizontal del diagrama. Pero como en equilibrio ¢ nunca es igual a cero, esto no es relevante para analizar el modelo. 60 Capitulo 2. HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS «=o GRAFICO 2.2 El comportamiento de k (el nivel de Ja regla de oro de k) y disminuye a partir de este punto. Alli donde c supera el nivel en el que k = 0, k disminuye; cuando c es menor que ese nivel, k au- menta. Cuando k es lo suficientemente elevado, la inversi6n de reposicién es mayor que la produccién total, de manera que k es negativo para cualquier valor positive de c. Esta informaci6n aparece resumida en el Grafico 2.2, en donde las flechas mues- tran la direccién en que k se mueve. EI diagrama de fases El Grafico 2.3 combina la informacién contenida en los dos graficos anteriores. Las flechas muestran ahora la direccién del movimiento de c y k. A la izquierda de la curva en que é = 0, por ejemplo, ¢ es positivo y & es negativo; por tanto, c esté au- mentando y k disminuyendo, y de ahi que las flechas sefalen hacia arriba y hacia la izquierda. Las flechas situadas en las restantes secciones del diagrama estan basadas en un razonamiento similar. En las curvas en que ¢ = 0 y & = 0, s6lo una de estas variables, ¢ o k, esta experimentando cambios. Por ejemplo, en la parte de la curva = 0 que se encuentra por encima de la curva en que k = 0, c es constante y k estd disminuyendo, por lo que la flecha sefala hacia la izquierda. Por tiltimo, en él punto E tanto € como k son iguales a cero, de manera que no hay movimiento alguno a partir de este punto”. " Hay otros des puntos donde c y k son constantes. El primero es el origen de coordenadas: si la economfa parte de una situacién en la que no existe capital ni consumo, sigue asi. El segundo es el punto en que la curva f = 0 se cruza con el eje de abscisas. En este punto, toda la produccién se destina a man- tener k, de modo que ¢ = 0 y f(k) = (1 + g)k. Como un cambio en el nivel de consumo de cero a cualquier cantidad positiva viola la condicién de optimizacion temporal de las economias domésticas, (2.24), si la 2.3. El funcionamiento de la economia 61 GRAFICO 2.3 El comportamiento de c y de k La representacién contenida en el Grafico 2.3 presupone que k* (el nivel de k para el que ¢ = 0) es menor que el valor de k correspondiente a la regla de oro (el valor de k asociado a la cima de la curva k = 0). Para ver por qué, recordemos que k* vie- ne definido por f (k*) = p + @g y que el valor de k de la regla de oro se define como F(kgo) = n+ g. Como f''(k) es negativa, k* es menor que kgo si, y sélo si, p + Og es mayor que 11 + g. Esto equivale a p ~ 1" ~ (1 - )g > 0, expresién que hemos supuesto que se satisface como condicién para que la utilidad vital no sea divergente (véa- se [2.2)). Por tanto, k* se encuentra a la izquierda de la cima de la curva k = 0. EI valor inicial de c El Gréfico 2.3 muestra cémo deben evolucionar ¢ y k para que la condicién de opti- mizacién intertemporal de los hogares (ecuacién [2.24}) y la ecuacién que relaciona el cambio en k con el nivel de produccién y de consumo (ecuacidén [2.25}) se cumplan, dados los niveles iniciales de c y k. El valor inicial de k esta dado; pero hay que determi- nar el valor inicial de c. El Grafico 2.4 trata de esta cuestién. Supondremos, por concrecién, que k(0) es menor que k*. El grafico muestra la trayectoria seguida por c y k para distintos valo- res iniciales de c. Si c(0) se encuentra por encima de la curva k = 0, por ejemplo, en el punto A, é es positivo y k es negativo, de modo que la economia se desplaza hacia arriba y hacia la izquierda en el grafico. Si el valor inicial de (0) es tal que k es cero economia se encuentra en este punto debe permanecer en él para que se satisfagan (2.24) y (2.25). Pero como veremos en seguida, la economia no se encuentra nunca en este punto. 62 Capitulo 2 HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS ¢ é=0 KO) k GRAFICO 2.4 EI comportamiento de cy k para diversos valores iniciales de ¢ en la situaci6n inicial (punto B), la economia comienza moviéndose directamente hacia arriba en el espacio (k, ¢); a partir de ahi, ¢ es mayor que cero y k menor que cero, de modo que una vez mas la economia se desplaza hacia arriba y hacia la iz~ quierda. Si la economia empieza ligeramente por debajo de la curva k = 0 (punto C), el valor de £ es inicialmente positivo, pero pequefo (puesto que & es una funcién continua de c), y el de ¢ es, de nuevo, positivo. Por tanto, en este caso la economia se desplaza hacia arriba y ligeramente hacia la derecha, aunque después de cruzar la curva k = 0, k se vuelve negativo y la economia regresa a una senda en Ja que ¢ au- menta y k disminuye. El punto D muestra un caso en que el consumo inicial es extremadamente bajo. En este caso, tanto ¢ como k son inicialmente positivos. De (2.24) se deduce que ¢ es proporcional a c, por lo que cuando c es pequefto, ¢ también lo es. Por consiguiente, el valor de c permanece bajo y la economia termina cruzando la curva ¢ = 0. Después de este punto, ¢ se vuelve negativo y k contintia siendo positivo, de modo que la economia comienza a moverse hacia abajo y hacia Ja derecha. Las derivadas ¢ y & son funciones continuas de c y k. Por tanto, existe algun punto entre los puntos C y D (el punto F en el grafico) para el que, a ese nivel inicial de c, la economia converge hacia la estabilidad (hacia el punto E). Cualquier nivel de consumo por encima de este nivel implica que la curva k = 0 es interceptada antes de alcanzar la curva ¢ = 0, de modo que la economia acaba en una senda don- de el consumo se encuentra perpetuamente aumentando y el capital disminuyendo. Y cualquier nivel por debajo implica que la curva ¢ = 0 es alcanzada antes y que la economia termina embarcdndose en una senda en que el consumo disminuye y el capital aumenta permanentemente. Pero si el consumo equivale exactamente a ese 2.3. El funcionamiento de la economia 63 nivel critico, la economia converge al punto en el que tanto c como k son cons- tantes. Todas las posibles trayectorias que acabamos de describir satisfacen las ecuacio- nes (2.24) y (2.25). Sin embargo, no hemos impuesto atin la condicién de que los hogares deben satisfacer su restriccion presupuestaria ni de que el stock de capital de la economia no puede ser negativo. Estas condiciones serdn las que finalmente deter- minen cual va a ser la trayectoria que efectivamente va a definir el comportamiento de la economia. Si la econom{a empieza en algiin punto por encima de F, c es elevado y se halla creciendo. En consecuencia, la ecuacién de movimiento de k, (2.25), implica que k acaba siendo igual a cero. Para que las ecuaciones (2.24) y (2.25) se cumplan, c debe continuar creciendo y k debe volverse negativo. Pero esto es algo que no puede su- ceder: dado que el nivel de produccién es cero cuando k es igual a cero, c tiene tam- bién que ser cero en algtin momento. Esto significa que los hogares no satisfacen su condicién de optimizacién intertemporal, (2.24). Podemos descartar, pues, los com- portamientos que acabamos de describir. Para eliminar los casos en los que la economia parte de algiin punto debajo de F acudiremos a la restriccién presupuestaria expresada en términos del comportamiento enel limite de los activos de capital, es decir, a la ecuacion (2.15): lim... e"""* K(s) 20. Si la economia comienza en un punto como D, k acaba por situarse por encima del valor que corresponde a la regla de oro del capital. A partir de ese momento, el tipo de interés real, ff), es menor que" + g, de modo que eK)" +8 aumenta. Como k también esta creciendo, la expresién e*e"" ***k(s) es divergente. Por consiguiente, lim, . ee" +8 k(s) es infinito. Sabemos por la ecuacidn (2.15) que esto equivale a decir que el valor presente de la renta vital de la economia doméstica es infinitamen- te mayor que el valor presente de su consumo vital. Por tanto, las economias dom ticas podrian aumentar su consumo en cada periodo y alcanzar asi un nivel mayor de utilidad. En definitiva, los hogares no estén maximizando su utilidad, por lo que esta situacién no puede constituir un equilibrio. Por ultimo, si la economia comienza en un punto como F, k converge hacia k* y, por tanto, r converge hacia f'(k*) = p + Ag. Al final del proceso, pues, e*e*8* dis- minuye a una tasa p — 1 — (1 - 0)g = 8 > 0, de manera que lim, ., «el * %*k(s) es cero. Por tanto, el sendero que empieza en F es el tinico posible. El sendero de silla Aunque nuestro andlisis ha girado en tomo a un tinico valor de k, se puede aplicar a la generalidad de los casos. Para cualquier nivel inicial positivo de k existe un nivel tinico de ¢ que es coherente con la optimizacién intertemporal por parte de los hoga- res, la evolucién del stock de capital, la restriccién presupuestaria de las economias domésticas y la condicién de que k no sea negative. La funcién que nos proporciona este valor inicial de c en términos de k es conocida como el sendero de silla y aparece representada en el Grafico 2.5. Para cualquier valor inicial de k, el valor inicial de debe estar situado sobre el sendero de silla. La economia se desplaza entonces a lo largo del mismo hasta alcanzar el punto E. 64 Capitulo 2 HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS & : k GRAFICO 2.5 El sendero de silla 2.4 El bienestar Es l6gico preguntarse en qué medida el equilibrio en esta economia es un resultado deseable. La respuesta a esta pregunta es sencilla. El primer teorema del bienestar de la microeconomia nos dice que si los mercados son competitivos y completos y no exis- ten externalidades (y si el ntimero de agentes es finito), el equilibrio descentralizado es eficiente en el sentido de Pareto: es decir, es imposible mejorar la situacién de ninguno de los agentes sin provocar que algtin otro empeore. Como nuestro modelo cumple las condiciones del primer teorema del bienestar, el equilibrio debe ser efi- ciente en el sentido de Pareto. Y como todas las economias domésticas tienen el mismo nivel de utilidad, esto implica que el equilibrio descentralizado genera el mayor nivel de utilidad posible de entre todas las asignaciones que suponen un mis- mo tratamiento para los hogares. Analicemos, para mejor entender esta afirmacién, el problema al que se enfrenta- ria un planificador social que pudiera decidir cual debe ser en cada instante la distri- bucién de la producci6n entre consumo e inversién y cuyo objetivo fuera hacer maxima la utilidad vital de una economia doméstica representativa. Este problema es idéntico al que se enfrentan los hogares individuales con la tinica diferencia de que el planificador en cuestién, en lugar de considerar dados w y r, tiene en cuenta el hecho de que estas variables dependen del comportamiento de k, que a su vez viene determinado por la ecuacién (2.25). Podemos utilizar de nuevo el argumento intuitivo sobre el comportamiento del consumo en periodos consecutivos que ya empleamos para deducir las ecuacio- nes (2.20) y (2.24): reducir ¢ en una cuantia Ac en el periodo t e invertir los recursos 2.5. La senda de crecimiento sostenido 65 asi obtenidos permite al planificador incrementar ¢ en ef “e * 'Ac en el perio do! + Af?, Asi, pues, el comportamiento de c(#) en el sendero elegido por el planifi- cador debe satisfacer la ecuacién (2.24). Y como la ecuacién (2.25), que describe la evolucién de k, refleja el estado de la tecnologia y no las preferencias, el planificador social debe someterse también a ella. Por tiltimo, al igual que ocurria con el problema de optimizacién de las economias domésticas, podemos descartar desde un principio aquellos senderos que implican que el stock de capital se vuelve negativo, porque no son factibles, y los que suponen que el consumo tiende a cero, porque no maximizan la utilidad de los hogares. En definitiva, la solucién del problema del planificador social implica que el valor inicial de c debe venir dado por el valor correspondiente al sendero de silla y que ¢ y k deben desplazarse a lo largo de tal sendero. Es decir, el equilibrio competitive hace maximo el bienestar de la economia doméstica representativa®. 2.5 La senda de crecimiento sostenido Propiedades de la senda de crecimiento sostenido Una vez alcanzado el punto E, el comportamiento de la economia es idéntico al de la ‘economia en estado estacionario que describe Solow. El capital, la produccién y el con- sumo por unidad de trabajo efectivo son constantes. Y puesto que tanto y como c son constantes, la tasa de ahorro, (y ~ ¢)/y, también lo es. El stock de capital total, la pro- duccién agregada y el consumo total crecen a una tasa n + g. Y el capital por trabajador, la produccién por trabajador y el consumo por trabajador aumentan a una tasa ¢. Por consiguiente, las implicaciones centrales del modelo de Solow en lo que se refiere a las fuerzas que rigen el crecimiento econdmico no dependen de su hipotesis sobre la estabilidad de la tasa de ahorro. Incluso cuando convertimos el ahorro en una variable endégena, el aumento de la eficiencia del trabajo sigue siendo la tinica fuente posible de crecimiento de la produccién por trabajador. Y como la funcién de produc- cin es similar a la del modelo de Solow, podriamos repetir los cdlculos de la Sec- cién 1.6 para demostrar que las diferencias en el nivel de produccién por trabajador solo pueden explicarse a partir de diferencias en la cantidad de capital por trabajador cuando éstas, 0 las que existen en las tasas de rentabilidad del capital, son enormes. ® Obsérvese que este cambio afecta a r y a w durante el (breve) intervalo que va de fat + At. r dis- minuye en una cuantia igual a f'"(k) multiplicado por el cambio experimentado por k, mientras que wv aumenta en -f'(K)k multiplicado por la variacidn de k, Pero el efecto de estos cambios sobre la renta total (por unidad de trabajo efectivo), que viene determinado por el cambio en w més k multiplicado por el cambio en r, es cero. Es decir, como la remuneracién del capital es igual a su producto marginal, los pagos totales al factor trabajo y al capital previamente existente siguen siendo iguales al anterior nivel de pro- duccién (de nuevo, por unidad efectiva de trabajo). Esta no es sino una derivacién especifica del resulta- ‘do mas general seguin el cual, en competencia perfecta, las externalidades pecuniarias (es decir, las exter nalidades que operan a través de los precios) se compensan entre si. ® La solucién formal del problema del planificador social exige recurtir al célculo de variaciones. Blanchard y Fischer (1989, pags. 38-43) presentan una enunciacién y una solucién formales del problema. Una introduccién al célculo de variaciones puede leerse en la Seccién 8.2.0 en Kamien y Schwartz (1991), Dixit (1990, Capitulo 10) u Obsteld (1992). 66 Capitulo 2. HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS La senda de crecimiento sostenido y la regla de oro del capital La tinica diferencia destacada entre la senda de crecimiento sostenido del modelo de Solow y la del modelo de Ramsey-Cass-Koopmans es que en este tiltimo no es posi- ble una senda de crecimiento sostenido con un stock de capital superior al nivel de la regia de oro. En el modelo de Solow, una tasa de ahorro lo suficientemente elevada puede hacer que la economia alcance un estado estacionario en el que existen siem- pre alternativas practicables para elevar el nivel de consumo. Por el contrario, en el modelo de Ramsey-Cass-Koopmans, el ahorro depende de! comportamiento de unos hogares cuya utilidad es funcién de su nivel consumo, y se presupone que no existen externalidades. Aqui, pues, una senda en la que siempre sea posible alcanzar un mayor nivel de consumo no puede representar un equilibrio; si la economia se en- contrara en una senda como ésta, los hogares reducirian inmediatamente su nivel de ahorro para beneficiarse de dicha posibilidad. El diagrama de fases ilustra lo que acabamos de decir. Volvamos un momento al Grafico 2.5. Si el stock de capital inicial se halla por encima del nivel correspondiente a la regla de oro (es decir, si k(0) es superior al valor de k asociado a Ia cima de la curva k = 0), el consumo inicial se encuentra por encima del nivel que se necesita para que k se mantenga constante; por tanto, k es negativo y k se aproxima paulatinamen- te a k*, que est por debajo del nivel de la regla de oro. Finalmente, el hecho de que k* sea inferior al nivel de la regla de oro del capital implica que la economia no converge hacia el estado estacionario que genera el maxi- mo nivel sostenible de c. La idea que se halla detras de este resultado se nos aparece de manera atin mas clara en el caso de que g sea igual a cero, es decir, cuando no hay crecimiento alguno a largo plazo del consumo ni de la produccién por trabajador. En este caso, k* aparece definido por f’(k*) = p (véase [2.24]) y kyo por f'(kgo) = ny nues- tro supuesto de que p ~ 1 ~ (1 ~ 8)g > 0 se reduce ap > 2. Como k* es menor que kyo, un incremento del ahorro en e! punto en que k = k* hace que el consumo por trabaja- dor aumente por encima de su nivel anterior y se mantenga en el nuevo nivel (véase la Seccién 1.4). Pero como los hogares valoran més el consumo presente que el futuro, los beneficios derivados de ese incremento permanente en el consumo tienen un li- mite: a partir de un punto determinado (en concreto, cuando k se hace mayor que k*), la relacion entre el sacrificio temporal a corto plazo y la ganancia permanente a largo plazo es lo suficientemente desfavorable como para aceptar que ese sacrificio reduz- ca la utilidad vital en vez de aumentarla. Por tanto, k converge hacia un valor inferior al de la regia de oro. ¥ dado que k* es el nivel optimo de k hacia el que la economia puede converger, recibe el nombre de regla de oro modificada del stock de capital. 2.6 Los efectos de una disminucion en la tasa de descuento Imaginemos una economia hipotética del tipo Ramsey-Cass-Koopmans que se en- cuentra en su senda de crecimiento sostenido y supongamos ahora que la tasa de descuento, p, disminuye. Dado que p es el parémetro que determina las preferencias 2.6 Los efectos de una disminucion en la tasa de descuento 67 de los hogares con respecto al consumo presente y futuro, este cambio es lo mas pa~ recido que hay a un incremento en la tasa de ahorro en el modelo de Solow. Puesto que la distribucion de la produccin entre consumo e inversién depende de la decision de unas economias domésticas que miran hacia el futuro, tenemos que especificar si este cambio es previsto o imprevisto. Si el cambio es previsto, los hoga- res pueden modificar su comportamiento antes de que tenga lugar. Por tanto, nos centraremos en el supuesto més simple, que es aquel en que el cambio tiene lugar de manera imprevista: es decir, los hogares estdn optimizando suponiendo que su tasa de descuento no va a cambiar y la economia se halla en su correspondiente estado estacionario. En un momento determinado, los hogares descubren de repente que sus pteferencias han cambiado y que han pasado a descontar su utilidad futura a una tasa inferior a la que solian hacerlo" Efectos cualitativos Como la evolucién de k depende del estado de la tecnologia y no de las preferencias, p aparece en la ecuacion de é, pero no en la de k. Esto implica que las variaciones de p s6lo producen efectos sobre la curva ¢ = 0. Recordemos en este punto la ecua- cin (2.24): e(8)/c(t) = [f Kt) — p - g]/8. Por consiguiente, el valor de k cuando ¢ es igual a cero aparece definido por f'(k") = p + Og. Dado que f'’(*) es negativa, esto significa que una disminucion de p eleva k*, asi que la curva ¢ = 0 se desplaza hacia Ia derecha. El Grafico 2.6 muestra estos movimientos. En el momento en que p varia, el valor de k (el stock de capital por unidad de trabajo efectivo) viene dado por la evolucin pasada de la economia y no puede ex- perimentar un cambio discontinuo. En concreto, el valor de k en ei momento del cambio es igual al valor de k* en el anterior estado estacionario. Por el contrario, ¢ (la tasa de consumo presente de los hogares) puede desplazarse de modo discontinuo como consecuencia de este cambio. Nuestro anilisis del comportamiento de esta economia permite deducir facilmen- te qué es lo que va a suceder: en el momento del cambio, c se desplaza inmediata- mente hacia abajo de modo que la economia pasa a situarse sobre el nuevo sendero de silla (punto A en el Grafico 2.6)". A partir de este punto ¢ y k comienzan a elevar- se paulatinamente hasta alcanzar sus nuevos valores estacionarios por encima de los valores que les correspondian en la senda de crecimiento sostenido original. Asi, pues, los efectos de una disminucién en la tasa de descuento son similares a los efectos que tiene el incremento de la tasa de ahorro en el modelo de Solow cuan- do el stock de capital esta por debajo del nivel de la regla de oro. En ambos casos, kaumenta gradualmente hasta un nuevo valor, superior al original, y en ambos ¢ disminuye en un principio para después alcanzar un nivel superior al inicial. Por ¥ La Seccién 2.7 y los Problemas 2.10 y 2.11 contienen ejemplos de cémo pueden analizarse cambios previstos. 1S Puesto que suponemos que el cambio en cuestidn es imprevisto, la variacién discontinua de ¢ no implica que el comportamiento de los hogares no sea optimizador. Su comportamiento original era el optimo dada Ja informacién de la que disponian, y el recorte de ¢ es la respuesta Optima a la noticia de que p ha disminuido. 68 Capitulo 2 HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS Mungo Kyurvo k GRAFICO 2.6 Los efectos de una disminucion en la tasa de descuento tanto, tal y como sucede en el modelo de Solow cuando la tasa de ahorro aumenta, una reduccion permanente de la tasa de descuento eleva temporalmente la tasa de crecimiento del capital por trabajador y la produccion por trabajador. La tinica dife- rencia que existe entre ambos escenarios es que, en el supuesto de una caida en la tasa de descuento, el porcentaje de produccion que se destina al ahorro no es, por norma general, constante durante el proceso de ajuste. La tasa de ajuste y la pendiente del sendero de silla Las ecuaciones (2.24) y (2.25) describen ¢(¢) y k(f) como funciones de c(#) y K(f). Una manera titil de analizar sus efectos cuantitativos sobre el comportamiento de la eco- nomia consiste en sustituir estas ecuaciones no lineales por aproximaciones lineales alrededor del estado estacionario. Asi, pues, una aproximacion de Taylor de primer orden de (2.24) y (2.25) alrededor de k = k*, c = c* nos permite escribir: ae a re . = ike] + (2.26) ok ak ke tk-b] + [c= 27, ag HT + ace @2) donde a¢/ak, d¢/ de, ak/ak y dk/Ac han sido estimadas en k = k*, c= c*. Nuestra estra- tegia consiste en tratar (2.26) y (2.27) como si fueran las expresiones exactas y analizar el comportamiento del sistema resultante'®. % Una introduccién mas formal al anélisis de sistemas de ecuaciones diferenciales (como [2.26] y [2.27]) puede leerse en Simon y Blume (1994, Capitulo 25). 2.6 Los efectos de una disminucion en la tasa de descuento 69 Es util definir ¢ = c—c* y k= k-—k*, Dado que tanto c* como k* son constantes, é es igual a¢ y kes igual a k. Por tanto, podemos reescribir (2.26) y (2.27) como: +X (2.28) ac ok ~e 2.29) oe (2.29) (De nuevo, las derivadas correspondientes han sido estimadas en k = K*, ¢ = ct.) Re- cordemos que ¢ = {[f (k) ~ p ~ Ag1/Alc (ecuacion [2.24]). Si utilizamos esta expresién para calcular las derivadas de (2.28) y evaluarlas en k = k*, c = c*, obtenemos: ae fe; (2.30) @ Del mismo modo, la ecuacién (2.25) nos dice que k = f(k) — ¢ - (n + g)k. Podemos va- lernos de esta expresién para estimar las derivadas de (2.29), con lo que obtenemos: kx @)- (n+ Qk-e = [(p + 03) —(n + glk-¢ (2.31) = pk-é donde la segunda linea se sirve del hecho de que (2.24) implica que f'(k*) = p + 8g y la tercera linea utiliza la definicion de 8 como p ~ nt ~ (1 - 8)g. Dividiendo ahora am- bos lados de la ecuacién (2.30) entre ¢ y ambos lados de la ecuaci6n (2.31) entre f tenemos las tasas de crecimiento de ¢ y k: é feet k c 6 (2.32) c “B-| (2.33) Las ecuaciones (2.32) y (2.33) implican que las tasas de crecimiento de ¢ y F de- penden exclusivamente de la ratio entre ¢ y k Teniendo en cuenta este dato, veamos qué sucede si los valores de ¢ y kson tales que estas dos variables se encuentran dis- minuyendo a la misma tasa (es decir, que é/¢ = k/i). Este hecho significa que la ratio entre ¢ y kno varia y, por tanto, que sus respectivas tasas de crecimiento tampoco lo hacen. Es decir, si c~ ct y k~ k*se encuentran inicialmente disminuyendo a la misma tasa, continuaran haciéndolo a esa tasa. En términos de nuestro grafico, la economia se desplaza a lo largo de una linea recta desde un punto en que ¢ y kse hallan dismi- nuyendo a una misma tasa y hasta (k*, c*) en una trayectoria en la que la distancia respecto a (k*, c*) se reduce a una tasa constante. Llamemos y a é/é. La ecuacién (2.32) implica que: Efe Oo ow (2.34) 70 Capitulo 2. HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS Por tanto, de la expresién (2.33) se deduce que la condicién de igualdad entre k/k y é/ees: (2.35) o expresado de otra forma, 0 (2.36) fee 6 we put que es una ecuacién cuadratica con una sola ineégnita, 4, cuyas soluciones son: BH (P= 4f leer /op* 2 (2.37) “ Llamaremos #4; y 42 a estos dos valores de w Si 1 es positivo, ¢ y Festan creciendo; es decir, en lugar de desplazarse por una linea recta hacia (k*, c*), la economia se esta alejando de este punto sobre una Ii- nea recta. Por tanto, para que la economia converja hacia (K*, c*), « tiene que ser ne- gativo. Un examen de la ecuacién (2.37) muestra que sdlo uno de los posibles valores de yz, en concreto (B — [6 - 4f”(k*)c*/0]'}/2, es negativo. Llamemos 1; a este va- lor de 4. La ecuacién (2.34) (con 11 = 41) nos dice, pues, qué relacién debe guardar ¢ con k para que ambas variables se hallen disminuyendo a una tasa igual a 4). En el Grafico 2.7 aparece representada la linea sobre la que la economia se des- plaza gradualmente hacia (k*, c*), denominada AA. Esta linea no es sino el sendero de silla de nuestro sistema lineal. El grafico muestra, asimismo, Ja linea sobre la que la economia se aparta directamente de (K*, c’), que lamaremos BB. Si los valores iniciales de c(0) y (0) pertenecieran a esta linea, las ecuaciones (2.32) y (2.33) impli- carian que ¢ y kcrecerian de forma constante a una tasa 4t)"”. Dado que f”'(*) es ne- gativa, la ecuacion (2.34) implica que la relacion entre ¢ y Kes de signo opuesto a 1. Por consiguiente, la pendiente del sendero de silla AA es positiva y la de la linea BB es negativa. Asi, pues, la forma lineal de las ecuaciones de ¢ y de k nos permite caracterizar el comportamiento de la economia en términos de los pardmetros del modelo. En el perfodo 0, c debe saltar hasta c* + [f”(k*)c*/(@,)|(k - k*). A continuacion, ¢ y k convergen hacia sus correspondientes valores estacionarios a una tasa 11); es decir, K(t) = K* + e""[k(0) — F*] y c(t) = c* + e%"[c(0) -c*]. La velocidad del ajuste Para entender qué implica la ecuaci6n (2.37) en relacién con la velocidad de conver- gencia hacia la senda de crecimiento sostenido, examinemos nuestro habitual ejem- plo de una funcion de produccién del tipo Cobb-Douglas, f(&) = K‘, que implica que ¥ Por supuesto, no es posible que el valor inicial de (k, ¢) se halle sobre la linea BB. Tal y como vimos en la Seccién 2.3, si asi fuera, kacabaria siendo negativo o los hogares acumularian un patrimonio infinito, 2.6 Los efectos de una disminuci6n en la tasa de descuento 71 GRAFICO 2.7 El diagrama de fases en su version lineal F(R) = ale ~ 1)k**-, Como en la senda de crecimiento sostenido el consumo es igual a la produccién menos la inversidn de reposici6n, esto quiere decir que el consumo por unidad de trabajo efectivo, c*, es igual a k*" — (1 + g)k*. Asi, pues, en este caso podemos expresar fr, como 1 4 un m= (6 - {e = ne DRO = (n+ ox} ) (2.38) Recordemos que en la senda de crecimiento sostenido, f(k) es igual a p + Og (véase la ecuacion [2.24]). En el supuesto de una funcién de produccién Cobb-Douglas, esto es equivalente a ak**~! = p + Og 0 bien k* = [(p + 68)/a]'/“~». Si sustituimos esta expresién en la ecuacién (2.38) y hacemos algunas manipulaciones algebraicas de rutina, obtenemos: » 41-a@ m me (5-[e-2"0+ oop + a¢-ctn + gi} ) (2.39) 2 La ecuacién (2.39) expresa la tasa de ajuste en términos de los parametros subyacen- tes del modelo. Para hacernos una idea de las magnitudes de las que estamos hablando, supon- gamos que « = 4, p = 4%, 1 = 2%, ¢ = 1% y @ = 1. Es posible demostrar que estos valores paramétricos implican que en la senda de crecimiento sostenido el tipo de interés real es del 5 por 100 y la tasa de ahorro del 20 por 100. Y como f se define como p ~~ (1 -0)g, de dichos valores se deduce que 6 = 2%. Asi, pues, por la ecua- ci6n (2.38) (0 por la [2.39]), sabemos que 1; ~ -5,4%. En este caso, pues, el ajuste es 72 Capitulo 2. HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS bastante rapido; por comparacién, en el modelo de Solow, estos mismos valores de a, ny g (y,al igual que aqui, en ausencia de depreciacion) suponen una velocidad de ajusie del 2 por 100 anual (véase la ecuaci6n [1.31]). La raz6n de esta diferencia es que en nuestro ejemplo la tasa de ahorro es mayor que s* cuando k es menor que k* ¢ inferior a s* en caso contrario, mientras que en el modelo de Solow se presume que ses constante. 2.7 Los efectos del gasto publico Hasta el momento hemos prescindido en nuestro modelo del sector ptblico. Sin em- bargo, las economias actuales dedican sus recursos no sélo a la inversion y al consu- mo privado, sino también a usos ptiblicos. En Estados Unidos, por ejemplo, el gasto ptblico representa alrededor del 20 por 100 del producto total, y en muchas econo- mias esta cifta es notablemente superior. Por tanto, es l6gico que ampliemos nuestro modelo para incluir al sector ptiblico. La incorporacion del sector publico al modelo Imaginemos que el Estado compra bienes a una tasa G(t) por unidad de trabajo efec- tivo y por unidad de tiempo y supongamos que este gasto no afecta a la utilidad que se deriva del consumo privado (lo que es posible siempre que el Estado decida des- tinar los bienes adquiridos a actividades que no incidan en absoluto sobre la utilidad o si la utilidad total es igual a la suma de la utilidad derivada del consumo privado y la utilidad derivada de los bienes ptiblicos). Supondremos también que el gasto publico no tiene repercusién alguna sobre la produccién futura, es decir, que el gasto se destina al consumo publico y no a la inversién publica. El gasto estatal se financia a través de impuestos de cuota fija cuya cuantia es G(!) por unidad de trabajo efecti- vo y por unidad de tiempo, de manera que el presupuesto siempre se halla en equi- librio. En el Capitulo 11 tendremos ocasién de analizar la financiacion a través del déficit, aunque, como veremos, en este modelo la eleccién de una u otra forma de financiacién no tiene repercusiones sobre las variables relevantes. Por tanto, la tinica raz6n por la que suponemos que el gasto ptiblico se financia a través de impuestos recaudados en el mismo periodo es porque sirve para simplificar la presentaci6n. La inversién, por su parte, es la diferencia entre la produccion total y la suma del consumo privado y el gasto publico. Asi, pues, la ecuacién de movimiento de k, (2.25), es ahora R(t) = FARCE) — c(t) — G®) — (n+ g)K(t) (2.40) Un valor mas elevado de G desplaza hacia abajo la curva k = 0: para que el valor de k pueda mantenerse constante, cuanto mayor sea el gasto ptiblico, menor deber ser el gasto del sector privado. Por hipotesis, las preferencias de los hogares ({2.1]-[2.2] 0 [2.12]) son las mismas. Y dado que la ecuacion de Euler ([2.20] 0 [2.24]) se deriva de dichas preferencias sin imponer la restriccién presupuestaria de los hogares, también esta expresién sigue 2.7. Los efectos del gasto puiblico 73 siendo la misma de antes. No obstante, los impuestos que sirven para financiar el gasto publico si que afectan a la restriccién presupuestaria de los hogares. En concre- to, (2.14) se convierte ahora en I RM E(t) eM 9 dE < K(0) “| NOfzw(t) — G(E)]e"* dt (2.41) 1-0 i) Un razonamiento similar al que hemos empleado antes muestra que esta ecuacién es equivalente a la que hemos utilizado hasta ahora para describir el comportamiento en el limite de k (ecuacién [2.15]).. Los efectos de las variaciones permanentes y temporales en el gasto publico Para comprender las implicaciones de este modelo, supongamos que la economia se encuentra sobre la senda de crecimiento sostenido, con G(t) constante en un nivel igual a G,, y que tiene lugar un incremento imprevisto y permanente de G, que pasa al nivel Gy. Sabemos por la ecuacién (2.40) que este aumento del gasto desplaza hacia abajo la curva f = 0 en una cuantia igual al incremento de G. Como el gasto public no afecta a la ecuacién de Euler, el aumento no afecta a la curva ¢ = 0. Todo esto aparece recogido en el Grafico 2.8". Sabemos que, en respuesta a este cambio, c debe desplazarse de manera que la economia pase a encontrarse en un nuevo sendero de silla. Si no, tal y como veiamos GRAFICO 2.8 Los efectos de un aumento permanente del gasto pu! © Suponemos que G,, no es tan grande que f sea negativo cuando c = 0. Es decir, suponemos que la nuova interseccién de las curvas = 0 y ¢= 0 se da en un lugar en el que ¢ es positivo. Si no fuera asi, la politica del gobierno no seria factible. Incluso si c fuera siempre igual a cero, & seria negativo y, tarde o temprano, la producci6n por unidad de trabajo efectivo seria menor que Gy, 74 Capitulo 2, HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS antes, el capital se volveria negativo en un momento determinado o bien los hogares acumularian una riqueza infinita. En este caso, la forma que adopta el ajuste es muy sencilla: ¢ disminuye en una cuantia igual a la del aumento de G y la economia pasa inmediatamente a encontrarse en su nueva senda de crecimiento sostenido. Para com- prender esto de un modo intuitivo, piénsese que un incremento permanente en el gasto publico y en los impuestos que lo financian reduce la riqueza de los hogares a lo largo de su ciclo vital, de modo que el consumo reacciona disminuyendo inmediata- mente. Y como el aumento del gasto y de los impuestos es de naturaleza permanente, los hogares no tienen la posibilidad de ajustar su pauta temporal de consumo y elevar asi su nivel de utilidad. Por consiguiente, la magnitud del descenso en el nivel de consumo es igual a la cuantia completa del aumento experimentado por el gasto pti- blico, mientras que el stock de capital y los tipos de interés permanecen inalterados. Una manera ms tradicional de modelizar el comportamiento del consumo supo- ne que el consumo s6lo depende de la renta actual disponible y que varia cuando lo hace ésta, aunque en una proporcién inferior. Recordemos, por ejemplo, que el mo- delo de Solow asume que el consumo es simplemente una fraccién 1 —s de la renta actual. Esta aproximacién implica que el consumo disminuye menos de lo que au- menta el gasto publico. Por consiguiente, el gasto puiblico desplaza a la inversion, de modo que el stock de capital comienza a decrecer y el tipo de interés a aumentar. Este enfoque, sin embargo, presupone que los hogares se dejan guiar por reglas mecéni cas; si esto no fuera asi, si los individuos optimizan su consumo intertemporal, el gasto ptiblico no afecta a la inversion. Un supuesto mas complicado es cuando lo que se produce es un incremento im- previsto en G, que se espera sea temporal. Supondremos, por simplificar, que se co- noce con certeza la fecha en que el gasto dejaré de aumentar. En este caso, ¢ no se reduce en la misma cuantia en que G ha aumentado, G,; ~ G,. Para ver por qué, ob- sérvese que, si lo hiciera, el consumo se desplazaria hacia arriba de forma discontinua en el momento en que el gasto publico regresase al nivel G,, de modo que la utilidad marginal disminuiria también de forma discontinua. Pero como el regreso de G a G; esta previsto, también lo estaria la discontinuidad de la utilidad marginal, lo cual no puede representar una situacién optima desde el punto de vista de los hogares. Mientras el gasto publico es elevado, el valor de & lo determina la ecuacién de la acumulacién del capital, (2.40), con G = G,;; una vez. que G regresa a su anterior valor Gy corresponde la misma ecuacién, pero con G = G,. En ambos casos, el comporta- miento de c lo determina la ecuacién de Euler, (2.24), y esta variable no puede ex- perimentar un cambio discontinuo cuando G vuelve a ser igual a G,. Estos hechos determinan lo que ocurre en el momento en que aumenta G: Ia variable ¢ debe pasar inmediatamente a un valor tal que con la evolucién que implica (2.40) cuando G = Gy (y la ecuacion [2.24]) la economia Iegara al sendero de silla anterior exactamen- te cuando G regrese a su nivel inicial. A partir de ahi, la economia se desplazara a lo largo de ese sendero de silla en direccién a Ja antigua senda de crecimiento sos- tenido”. " Igual que en el ejemplo previo, como el cambio inicial de G es imprevisto, las discontinuidades en el consumo y en la utilidad marginal que se dan en ese punto no implican que los hogares no estén opti- mizando. Véase la nota 15. 2.7. Los efectos del gasto publico 75 El Grafico 2.9 ilustra lo que acabamos de decir. El panel ¢ muestra un ejemplo en el que el aumento de G es relativamente duradero. En este caso, la disminucién de c es casi equivalente a la cuantia del aumento de G. Pero a medida que se aproxima el regreso de G a G;, los hogares aumentan su consumo y reducen sus activos de capi- tal, anticipandose a la caida de G. Puesto que r = f'(K), podemos deducir el comportamiento de r a partir del de k. El tipo de interés aumenta gradualmente durante el periodo en el que el gasto ptiblico es elevado para luego regresar a su nivel inicial. Esto aparece representado en el panel b; ty simboliza el momento del aumento de G y f, el momento en que el gasto puiblico regresa al valor inicial. Finalmente, el panel c muestra el supuesto de un aumento efimero de G. En este caso, los hogares cambian su nivel de consumo relativamente poco y optan por pagar de sus ahorros la mayor parte del aumento transitorio de los impuestos. Puesto que KH) preg fo ty Tiempo ©) GRAFICO 2.9 Los efectos de un aumento temporal del gasto publico 76 Capitulo 2 HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y GENERACIONES SOLAPADAS la elevacién del gasto ptiblico es breve, sus efectos sobre el stock de capital y sobre el tipo de interés real son modestos. Obsérvese que, una vez més, suponer que las economias domésticas tienen un comportamiento previsor nos facilita entender mecanismos que el enfoque tradicional (que supone que el consumo sélo depende de la renta actual disponible) no nos permi- tirfa ver, ya que con este enfoque la duracién del aumento del gasto publico es irrele- vante. Pero pensar que los hogares no son previsores y que no tienen en cuenta la pro- bable evoluci6n futura del gasto publico y de los impuestos es dificilmente verosimil. Una aplicacion empirica: la guerra y los tipos de interés reales Este andlisis sugiere que un aumento temporal del gasto piiblico eleva el tipo de in- terés real, mientras que un incremento de naturaleza permanente no lo hace. Intuiti- vamente, cuando el gasto ptiblico aumenta de forma transitoria, las economias do- mésticas prevén que su nivel de consumo futuro sera mayor que el actual. Para que estén dispuestas a aceptar esto, el tipo de interés real debe ser elevado. Por otra par- te, cuando la elevacién del gasto ptiblico es permanente, el consumo actual de los hogares es bajo y se prevé que siga siéndolo. De modo que en esta situacién no hace falta ningiin cambio del tipo de interés real para que los hogares acepten la reduccién presente de su consumo. Las guerras representan un ejemplo natural de periodos en los que el gasto pa- blico se eleva de forma transitoria. Nuestro anilisis permite predecir que durante una guerra el tipo de interés real ha de ser elevado. Para verificar esta prediccion, Barro (1987) examina la evolucién del gasto militar y de los tipos de interés en el Reino Unido entre 1729 y 1918. La mayor dificultad con que se tropieza es que no dispone de informacién sobre el tipo de interés real a corto plazo, sino unicamente sobre los tipos de interés nominales a largo plazo. Pero a grandes rasgos, el tipo de interés a largo plazo deberia ser igual a una media ponderada de los tipos de interés espera- dos a corto plazo”. En vista de que nuestro anilisis implica que un aumento transi- torio del gasto ptiblico cleva el tipo de interés a corto plazo durante un periodo prolongado, también se deduce de él que ese mismo aumento elevara el tipo de in- terés a largo plazo. Asimismo, puesto que los incrementos permanentes no tienen efecto alguno sobre el tipo de interés a corto plazo, tampoco lo tendran sobre el tipo de interés a largo plazo. Ademés, el tipo de interés real equivale al tipo nominal me- nos la inflacién esperada; asi que deberiamos corregir el tipo nominal para tener en cuenta los cambios en la inflacién esperada. Sin embargo, Barro no halla prueba al- guna de que a lo largo del periodo muestral analizado la inflacién esperada haya experimentado cambios sistemdticos; de modo que los datos con los que trabaja son (cuando menos) compatibles con la posibilidad de que las variaciones del tipo de interés nominal representen cambios en el tipo de interés real. El Grafico 2.10 presenta el gasto militar britanico en porcentaje del PNB (respecto del promedio de la serie para la totalidad de la muestra) y el tipo de interés a largo * Vease la Seccién 10.2.

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