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El documento narra una anécdota del obispo Manuel Tovar y su interacción con un estudiante travieso en el seminario de Arequipa a finales del siglo XVIII. El obispo visitaba regularmente el seminario para supervisar la enseñanza y la moralidad de los estudiantes. Un día, al no presentarse el maestro de latín, el obispo tomó su lugar y comenzó a interrogar a los estudiantes, enviando a la esquina a aquellos que se equivocaban. Cuando le tocó el turno a un estudian
El documento narra una anécdota del obispo Manuel Tovar y su interacción con un estudiante travieso en el seminario de Arequipa a finales del siglo XVIII. El obispo visitaba regularmente el seminario para supervisar la enseñanza y la moralidad de los estudiantes. Un día, al no presentarse el maestro de latín, el obispo tomó su lugar y comenzó a interrogar a los estudiantes, enviando a la esquina a aquellos que se equivocaban. Cuando le tocó el turno a un estudian
El documento narra una anécdota del obispo Manuel Tovar y su interacción con un estudiante travieso en el seminario de Arequipa a finales del siglo XVIII. El obispo visitaba regularmente el seminario para supervisar la enseñanza y la moralidad de los estudiantes. Un día, al no presentarse el maestro de latín, el obispo tomó su lugar y comenzó a interrogar a los estudiantes, enviando a la esquina a aquellos que se equivocaban. Cuando le tocó el turno a un estudian
RICARDO PALMA Ven ac, trastuelo, ahora me vas a decir qu es lo que
Al monseor Manuel Tovar murmuras.
El liberal obispo de Arequipa, Chavez de la Rosa, a quien Yo, nada, seor... nada y segua el muchacho gimoteando debe esa ciudad, entre otros beneficios, la fundacin de la y pronunciando a la vez palabras entrecortadas. casa de expsitos, tom gran empeo en el progreso del Tom a capricho el obispo saber lo que el escolar seminario, dndole un vasto y bien meditado plan de murmuraba, y tanto le hurg que, al fin, le dijo el nio: estudios, que aprob el rey, prohibiendo slo que se Lo que hablo entre dientes es que, si su seora ilustrsima enseasen Derecho natural y de gentes. me permitiera, yo tambin le hara una preguntita, y haba Rara era la semana, por los aos de 1796, en que su seora de verse moro para contestrmela de corrido. ilustrsima no hiciese por lo menos una visita al colegio, Picole la curiosidad al buen obispo, y, sonrindose cuidando de que los catedrticos cumpliesen con su deber, ligeramente, respondi: de la moralidad de los escolares y de los arreglos A ver, hijo, pregunta. econmicos. Pues con venia de su seora, y si no es atrevimiento, yo Una maana encontrse con que el maestro de latinidad no quisiera que me dijese cuntos Dominus vobiscum tiene la se haba presentado en su aula, y por consiguiente los misa. muchachos, en plena holganza, andaban haciendo de las El seor Chaves, sin darse de la accin, levant los ojos. suyas. Ah! murmur el nio, pero no tan bajo que no le oyese El seor obispo se propuso remediar la falta, reemplazando el obispo. Tambin l mira al techo. por ese da al profesor titular. La verdad es que a su seora ilustrsima no se le haba Los alumnos haban descuidado por completo aprender la ocurrido hasta ese instante averiguar cuntos Dominus leccin. Nebrija y el Eptome haban sido olvidados. vobiscum tiene la misa. Empez el nuevo catedrtico por declinar a uno musa, Encantolo, y esto era natural, la agudeza de aquel arrapiezo, musoe. El muchacho se equivoc en el acusativo del plural, y que desde ese da le cort, como se dice, el ombligo. el seor Chaves le dijo: Por supuesto que hubo amnista general para los Al rincn! quita calzn! arrinconados. Y ya haba ms de una docena arrinconados, cuando le lleg El obispo se constituy en padre y protector del nio, que era su turno al ms chiquitn y travieso de la clase, uno de esos de una familia pobrsima de bienes, si bien rica en virtudes, y tipos que llamamos revejidos, porque a los sumos le confiri una de las becas del seminario. representaba tener ocho aos, cuando en realidad doblaba el Cuando el seor Chaves de la Rosa, no queriendo transigir nmero. con abusos y fastidiado de luchar sin fruto con su cabildo y Quid est oratio? le interrog el obispo. hasta con las monjas, renunci en 1804 al obispado, llev El nio o conato de hombre alz los ojos al techo ( accin que entre los familiares que le acompaaron a Espaa al involuntariamente practicamos para recordar algo, como si cleriguito del Dominus vobiscum, como cariosamente las vigas del techo fueran un tnico para la memoria) y dej llamaba a su protegido. pasar cinco segundos sin responder. El obispo atribuy el Andando los tiempos, , aquel nio fue uno de los prohombres silencio a ignorancia, y lanz el inapelable fallo: de la independencia, uno de los ms prestigiosos oradores en Al rincn! quita calzn! nuestras asambleas, escritor galano y robusto, habilsimo El chicuelo obedeci, pero rezongando entre dientes algo que poltico, y orgullo del clero peruano. hubo de incomodar a su ilustrsima. Su nombre? Qu! No le han adivinado ustedes? arzobispo de Lima, nacido en Arequipa en Diciembre de 1780 En la bveda de la catedral hay una tumba que guarda los y muerto en Febrero de 1855. restos del que fue Francisco Javier de Luna-Pizarro, vigsimo *Esta tradicin, forma parte del libro "Tradiciones Peruanas" publicado en 1872