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el despensamiento sentimental

ignacio lewkowicz
http://www.estudiolwz.com.ar/protoWeb/lwz03/arg/Despensamiento030901.pdf

Hay toda una serie de dimensiones prácticas de la vida que los dispositivos modernos,
instituidos o críticos, dejaron librados a los sentimientos. En esa institución el sentimiento es
una cosa opuesta al pensamiento y a la vez más eficaz que el pensamiento en ese terreno.
Según el mito burgués del amor, la selección de cónyuge dependía de los sentimientos de los
contrayentes que debían estar enamorados. El amor era un misterio. Por supuesto, estaban
los saberes tradicionales sobre el buen esposo y la buena esposa que limitaban, condicionaba
o pesaban desde las generaciones anteriores o las generaciones actuales imponiéndoles una
serie de criterios. Por supuesto, contra esos criterios se levantaban las generaciones actuales
diciendo que todas esas condiciones que las generaciones previas le suponían al amor no eran
las condiciones actuales y al amor era razón suficiente. Toda la novelística romántica es la
historia de los triunfos y los fracasos del amor frente a las convenciones sociales pues, se
sabe, las convenciones sociales eran pura estupidez, que nada venía a agregar a la pasión
actual.

Cuando el psicoanálisis vuelve inconsciente el saber, entonces tenemos en una estructura por
fuera de cualquier saber social la determinación del cónyuge. En el fondo está el sexo, en el
fondo está el objeto, en el fondo las identificaciones y en la composición de esos dos,
determinados -insisto- por motivos inconscientes, se verá hasta dónde la elección ha sido
buena. La elección es correcta si se ajusta a las determinaciones.

Lo cierto es que cualquiera que quiera casarse se encuentra desprovisto de cualquier atisbo
de saber o discurso o criterio para la selección de compañero para afrontar la vida. No creo
que haya un saber tradicional sobre esto, lo que si creo es que es terreno de pensamiento y
no de saber, terreno de pensamiento y no de conocimiento. Pensar la pareja, pensar el amor,
pensar las formas de asociación para afrontar la dureza de la vida es un terreno efectivo de
pensamiento en el cual el mito del amor como puro sentimiento causa estragos. Quizás
ninguna decisión tan decisiva como elegir compañero. Quizás ninguna decisión esté
socialmente más desamparada de discurso, de criterio –o, incluso, de investidura de
pensamiento– como la selección de compañero. Otro tanto sucede también con la amistad y
otras relaciones que se conciben como basadas en sentimiento, sin que percibamos hasta qué
punto son prácticas y requieren de una elaboración perpetua de pensamiento y teorización.

El progresismo del sentimiento hoy es acaso el obstáculo primordial para la producción de


prácticas cotidianas. El mito del sentimiento es quizás la vía ideológicamente más legitimada
de producción de superfluos.

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