alcoholismo Por el padre Miguel ngel padre.miguel.angel@hotmail.com
Una niita se encontraba al costado de una multitud, mientras
su pap testificaba acerca de cmo Jesucristo haba influenciado en l. Explicaba cmo el Seor lo haba salvado y rescatado de su anterior estilo de vida como alcohlico. Entre los presentes haba un desvergonzado que no poda soportar ms or esas tonteras religiosas. Entonces comenz a gritar: - Por qu no se calla y se sienta, anciano? Usted est soando. Pronto, este escptico sinti un tirn en la manga de su saco. Mir hacia abajo y vio una pequea nia. Ella lo mir directo a los ojos y le dijo: - Seor, se es mi pap. Usted dice que mi pap es un soador? Djeme contarle acerca de l. Mi pap era un borracho, y cuando regresaba a casa de noche le pegaba a mi madre. Ella lloraba durante toda la noche... y, seor, no tenamos buena ropa porque mi pap gastaba todo el dinero en bebida. Yo ni siquiera tena zapatos para ir al colegio. Pero mire estos zapatos y mire este vestido. Ahora mi pap tiene un buen trabajo. Luego, sealando al otro lado del camino, dijo: - Ve usted a esa seora sonriendo? sa es mi mam. Ella ya no llora ms por las noches. Ahora canta. Luego vino el golpe de gracia. La nia dijo: - Jess ha cambiado a mi pap. Jess ha cambiado nuestro hogar. Mire, seor, si mi pap est soando, por favor, no lo despierte! No cabe duda de que el alcoholismo ha hecho mucho dao a las familias llenndolos de tristeza y angustia, dejando a muchos en la ms espantosa miseria y exponiendo a los que ya padecen esa enfermedad progresiva y mortal a morir de una congestin alcohlica dejando hurfanos y viudas con un inmenso dolor. Por tal motivo hay que buscar todos los medios posibles para controlar el alcoholismo en hombres y mujeres. El mejor mdico que nos podr ayuda es Jesucristo.