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ANTONIO PRIANTE

MUNDO
DEMONIO
Y
FAUSTO

TRAGICOMEDIA FANTÁSTICA

EN

TRES ACTOS

NUEVE JORNADAS

ENTREGA 12
JORNADA NOVENA

LA LUZ DESPIADADA

Fausto y Mefisto aterrizan en Madrid, donde se está gestando un producto


cultural europeo en el que, como parte interesada, deciden participar.
Los enemigos del alma son tres:
Mundo, Demonio y Carne.

Catecismo católico

Un moderno avión comercial surca el cielo del norte de la Península en dirección al


sur. Sentados entre un pasaje al completo, Fausto y Mefisto.

FAUSTO.- ¿Dónde estamos? ¿Qué hace toda esa gente sentada, como dispuesta a
ver un espectáculo?
MEFISTO.- Estamos a bordo de un avión.
FAUSTO.- ¿No era un barco?
MEFISTO.- (hablando despacio, casi silabeando, como dirigiéndose a un niño un
poco torpe) Sí, era una embarcación de recreo que tomamos de un muelle del
Támesis, pero hace un rato, y mientras dormías tan lindamente como sueles hacer en
estas ocasiones, decidí cambiarlo por un avión.
FAUSTO.- En 1889 no existen los aviones...creo.
MEFISTO.- Y crees bien. Pero no estamos en 1889, sino en 2006, segundo año del
pontificado de Benedicto XVI, a quien el de allá arriba guarde por muchos años.
FAUSTO.- ¿Y adónde vamos?
MEFISTO.- A Madrid.
FAUSTO.- ¿Madrid?
MEFISTO.- Sí, en España. Unos grados al sur y al oeste de Barcelona, ¿conoces?
FAUSTO.- ¿Y qué vamos a hacer ahí?
MEFISTO.- Hombre de poca fe...

Pasa una azafata ofreciendo periódicos.

MEFISTO.- Señorita, déme todos los de Madrid.


La azafata le da cuatro periódicos.

MEFISTO.- ¿Cuál es el mejor?


AZAFATA.- Lo siento, señor. No nos está permitido hablar de política con los
clientes. (Se va)
MEFISTO.- Ve tomando nota: preferir un periódico es un acto político. Toma, lee
éste. Yo me ocupo de este otro "La Razón"...un nombre un poco pedante, ¿no te
parece?
FAUSTO.- Imagino que debe propagar ideas racionalistas y volterianas como las del
Barón aquél...
MEFISTO.- Imaginas mal...Fausto, por favor, aún no hemos empezado y ya la estás
cagando, como muy expresivamente se dice por ahí abajo. Haz el favor de ponerte a
estudiar. No quiero que levantes la vista de los periódicos hasta que aterricemos.

El aparato sigue su monótono vuelo mientras sus habitantes leen o dormitan o


contemplan por las mínimas ventanillas las grandes llanuras que se suceden bajo
sus traseros. Fausto y Mefisto siguen enfrascados en la lectura de los periódicos.
De pronto, Mefisto lanza una exclamación en arameo, técnicamente
intranscribible...

FAUSTO.- ¿Qué pasa?


MEFISTO.- Mira, mira qué pone aquí.

Mefisto pasa a Fausto el diario que estaba leyendo, señalándole un titular.

FAUSTO.- (lee) "CINE. UN GRAN PROYECTO EUROPEO. Esta semana


comienza en Madrid el proceso de selección de los principales actores de la película
y serie televisiva MUNDO, DEMONIO Y FAUSTO, que empezará a rodarse en esta
misma ciudad a principios del año próximo. Se trata de una gran coproducción en la
que intervienen capital, equipo técnico y actores de Alemania, Francia, Italia, Reino
Unido y España. No obstante la envergadura del proyecto, cuya realización correrá a
cargo del director italiano Fabrizio Ragno, se ha apostado por caras totalmente
nuevas en la pantalla. El proyecto cuenta con el patrocinio de la EFP (European
Film Promotion). Los preseleccionados para el cásting están convocados para
mañana en los antiguos estudios de Cefisa."
MEFISTO.- ¿Qué te parece?
FAUSTO.- Un sueño. Desde que vi una película siempre he soñado con aparecer en
la pantalla.
MEFISTO.- No me extraña: típico sueño adolescente. Pero te comunico que nadie
ha dicho que los actores hayamos de ser nosotros.
FAUSTO.- ¿Quiénes si no? ¿Quiénes mejor que nosotros mismos para
representarnos? Espero que sabrás arreglarlo.
MEFISTO.- Oye, socio, últimamente te estás pasando (como también dicen por ahí
abajo). Has de saber que yo no soy tu criado, ni tampoco el genio de la linterna. Yo
soy Mefistófeles y represento el poder del mal, que seduce a las criaturas para
arrastrarlas a la perdición...(ni yo me creo eso)...Bueno, lo que sí es cierto es que soy
una potencia subalterna, pero eso sí, muy importante, en el plan general de la
creación y que, en el marco de nuestro contrato, estoy obligado a unas prestaciones
a cambio de unas futuras contraprestaciones tuyas. ¿Está claro?
FAUSTO.- No. Yo sólo quiero hacer la película.
MEFISTO.- (con resignación) Bueno, veremos qué se puede hacer.

Mientras tanto, reunidos en en una sala de los antiguos estudios Cefisa, el


Productor Ejecutivo (Walter), el Director (Fabrizio), la Directora de Reparto
(Isabel), el Guionista (Rafael) y otros.

WALTER - ...y ahora, en mi calidad de delegado de la productora Tito's Films,


quiero daros las gracias por la diligencia y profesionalidad que habéis mostrado en
los trabajos preliminares. Mañana empieza la tarea de selección de los personajes
principales y, si todo va bien, antes de dos meses empezará el rodaje. Los figurantes
y actores de reparto ya están seleccionados, los permisos y demás aspectos legales
están perfectamente cubiertos, los exteriores ya están localizados, como sabéis, en
Leipzig, París, Barcelona, Roma y Londres, los interiores se rodarán en estos
magníficos estudios de tan larga tradición...según me han dicho. ¿Alguna pregunta?
FABRIZIO.- ¿Y los exteriores de Nueva York? Aún no ha quedado claro eso.
WALTER.- ¿Los exteriores de Nueva York? En Madrid, naturalmente, ¿dónde
mejor? Por cierto: noticia de última hora. Contamos con Woody Allen para hacer el
papel de él mismo, as himself. Y además, ha leído el guión, de toda la película, y le
ha parecido genial, (a Rafael) enhorabuena.
RAFAEL.- Natural. No se podía esperar menos de su inteligencia y buen criterio.
ISABEL.- Eso es autobombo, ¡no?
RAFAEL.- Sólo el justo y necesario
ISABEL. - Bueno, yo tengo una pregunta, que son dos. Primero, ¿por qué ese
capricho de que los protagonistas sean caras desconocidas, con lo fácil y
económicamente rentable que hubiese sido recurrir a dos grandes estrellas?
Segundo, a pesar de los contactos mantenidos con el guionista (intercambio de
sonrisas, más o menos forzadas, entre la hablante y el guionista), la verdad es que
todavía no tengo claro la edad qué deben representar los dos protagonistas en cada
momento.
WALTER.- Empiezo por lo segundo: a estas alturas, eso habría de estar
perfectamente resuelto, querida.
ISABEL.- Yo no soy tu querida.
WALTER. - Perdón, sólo era un intento de ser amable.
RAFAEL.- Mal situado en el tiempo y en el espacio.
WALTER.- ¿Cómo?
RAFAEL.- Nada, quiero decir que en cuanto a la edad...
WALTER.- Un momento, que no he acabado. (a Isabel) En cuanto a la edad
aparente de los protagonistas, de Fausto, supongo que te refieres, porque Mefisto
representa siempre la misma, es una cuestión que habrás de resolver de una vez por
todas hablando con el guionista y el director. Respecto a la elección de los actores
principales, no puedo decir nada. No sé si es buena o es mala. Sólo sé que se trata de
una decisión tomada desde arriba de todo y que...no es discutible.
ISABEL.- Pero es que no le veo ningún sentido. Si se tratase de cine de autor, o de
bajo presupuesto. Pero no, es todo lo contrario: una gran superproducción...
FABRIZIO.- Quizá sí tenga algún sentido. Quizá se trate de evitar el estigma con
que la película ha sido marcada antes de nacer. Oíd lo que escribe un crítico de cine:
(leyendo en el periódico que tenía entre las manos) "Al parecer MUNDO,
DEMONIO Y FAUSTO será un europudding más, es decir, uno de esos filmes
europeos, fabricados en régimen de coproducción, que quieren hacer la competencia
a los grandes espectáculos norteamericanos con coartadas generalmente
seudointelectuales. El nombre de la rosa, El perfume son ejemplos..."
WALTER.- Bien, es igual. Lo de menos son las razones. Lo que importa es que se
trata de una decisión i-na-pe-la-ble. (dirigiéndose a Isabel) Así que nos ponemos a
trabajar ¡ya!

Dispersada la reunión, Rafael camina lentamente por la calle, observándolo todo


con curiosidad. De pronto, una voz a sus espaldas.

ISABEL.- ¡Rafael!

Rafael se gira y se encuentra con la amplia sonrisa de la Directora de Reparto.

RAFAEL.- Hola. ¿Seguimos el mismo camino?


ISABEL.- Quizás. ¿Por dónde vives?
RAFAEL.- Muy lejos de aquí.
ISABEL.- ¿No conoces estos barrios?
RAFAEL.- No conozco casi nada de Madrid.
ISABEL.- ¿Nunca has estado en el Parque?
RAFAEL.- No, nunca.
ISABEL.- Pues, mira, entramos por aquí y te lo enseño un poco.
RAFAEL.- ¿Esto es una tregua?
ISABEL.- Para haber tregua, antes ha tenido que haber guerra.
RAFAEL.- ¿Y no la había?
ISABEL.- No, por mi parte no.
RAFAEL.- Mejor así.
ISABEL.- Rafael, te he de confesar una cosa: los guionistas siempre me habéis dado
pena....sí, siempre....no sé por qué...es un trabajo como otro...y sin embargo, me dais
pena, qué quieres que te diga...
RAFAEL.- Gracias por el interés. La verdad es que no te falta razón...y es que
nuestro trabajo suele ser objeto de manipulaciones y trapicheos de todo tipo. Desde
el productor hasta el encargado de las luces, pasando por el director, todo el mundo
se cree con derecho a meter mano en nuestra obra. Menos mal que, en este caso, está
todo bien atado.
ISABEL.- Bueno, pero también has de pensar que una película es un trabajo en
equipo. No se puede comparar la tarea del guionista con la del escritor que va por
libre, como el novelista.
RAFAEL.- No, claro, no se puede....Está bien este parque. Tiene un aire a la vez
romántico y decadente, y como muy...usado.
ISABEL.- ¿Usado? ¡Qué cosas dices!...Oye, ¿qué te parece si nos sentamos en algún
sitio, junto al estanque, por ejemplo, y nos dedicamos a pulir los aspectos técnicos
de los personajes? Piensa que mañana tengo el cásting definitivo.
RAFAEL.- Me parece bien.
ISABEL.- ¡Mi abuela!
RAFAEL.- ¿Pasa algo?
ISABEL.- Hoy cumple cien años, y le prometí que pasaría a verla, aunque fuese un
momento...me había olvidado por completo. (se mira la hora) Entonces ya no
tendremos tiempo de...oye, ¿me acompañas? Así, vamos hablando...
RAFAEL- ¿A ver a tu abuela?
ISABEL.- Sí, te encantará. Es una mujer extraordinaria, está muy lúcida. Se pasa el
día leyendo y cantando canciones de su juventud...cuplés y esas cosas.
RAFAEL.- Pues vale, no todos los días se conoce a una persona de cien años...de
momento.
ISABEL.- Pero pasamos por ahí. Quiero enseñarte algo muy curioso.

Unos pasos en silencio y dan a una plazoleta del parque en cuyo centro hay un
monumento escultórico: representa un ángel, hermoso y musculado y con grandes
alas, en posición de haber sido derribado, tratando de protegerse los ojos de una
supuesta luz despiadada que viene de la alto, y con serpientes que se enroscan por
sus piernas y brazos.

ISABEL.- ¡Mira!
RAFAEL.- Ya veo. No me dirás que es un Miguel Ángel.
ISABEL.- No. Es el Ángel Caído, el único monumento que hay en el mundo
dedicado al Diablo. ¿Qué te parece?
RAFAEL.- No le veo la gracia. Puestos a dedicar, podían haber pensado algo más...
ISABEL.- Más ¿qué?
RAFAEL.- Más...más...
ISABEL.- Ay, ay, que nuestro guionista se queda sin palabras...

El día después. Fausto y Mefisto han salido del Museo del Prado y van caminando
por el Paseo en dirección sur.

MEFISTO.- Qué, qué te ha parecido.


FAUSTO.- Bien.
MEFISTO.- Pero...¿alguna preferencia? ¿Velázquez? ¿Goya? ¿El Bosco?
FAUSTO.- No sé...
MEFISTO.- Oye, ¿te has enterado de algo? ¿Has visto algo?
FAUSTO.- No sé...Es que...estoy tan nervioso...tan...no puedo quitármelo de la
cabeza.
MEFISTO.- ¿La película? ¿Todo eso es por la película? Pues...calma, socio, has de
tener un poco de calma. Piensa que, de momento, ni siquiera tienes el papel. Así que
a ver si te esfuerzas. Ahora todo depende de ti. Mira, ya es la hora. Sigue por ahí,
bordeando el Parque, ya sabes la dirección.
FAUSTO.- ¿No me acompañas?
MEFISTO.- Lo siento, tengo cosas que hacer.

Estudios de Cefisa. Isabel, varios ayudantes, dos cámaras. Isabel está hablando con
un ayudante, cuando se le acerca Fabrizio.

FABRIZIO.- ¿Todo bien?


ISABEL.- Ah, hola. No te esperaba por aquí ahora.
FABRIZIO.- ¿A quién esperabas?
ISABEL.- A Rafael. Pensé que estaría bien que el guionista estuviese presente en el
cásting.
FABRIZIO.- ¿Y el director no?
ISABEL.- Sí, también ¿Por qué no?

Se acerca un ayudante a Isabel y le muestra una carpeta abierta.

AYUDANTE.- Le toca a éste.


ISABEL.- ¿Quién es?
AYUDANTE.- Éste (le señala con el dedo en un papel de la carpeta abierta),
Enrique Faus González.
ISABEL.- No lo recuerdo. ¿Pasó la preselección?
AYUDANTE.- Por supuesto. Si no, no estaría aquí.
ISABEL.- Pues va, adelante.
AYUDANTE.- (en voz alta) ¡Enrique Faus González!

Aparece Fausto. Le indican que se mantenga en el centro del estrado, a igual


distancia de sendas cámaras. Y ahí se planta, en posición erguida y casi desafiante.

ISABEL.- (a Fabrizio) La verdad es que no lo recuerdo de nada. (a Fausto) Ya


sabes el texto, ¿no?, el número uno. Ahora, cuando oigas “acción”, empiezas a
decirlo. Piensa que te estás dirigiendo a una multitud de gente miserable, de
auténticos parias. ¿Preparados? ¡Acción!
FAUSTO.- "¿De dónde habéis salido, criaturas de la noche? Ni en los sueños más
horribles, ni en las pesadillas más espantosas he conocido seres como vosotros.
Lleváis la oscuridad en la mirada, la derrota en el rostro, la condenación en todo el
cuerpo..."

Respondiendo a una extraña sensación en la nuca, Isabel se vuelve para mirar


atrás y se encuentra con la mirada de Rafael, sentado a unos metros de distancia.
Isabel le hace una señal para que se acerque. Rafael va a sentarse al lado de
Isabel, que tiene a su otro lado a Fabrizio. Mientras Fausto sigue recitando, la
conversación se desarrolla en voz muy baja.

RAFAEL.- ¿Qué tal?


ISABEL.- De momento, nada... ¿Qué te parece ése? Muy engolado ¿no?
RAFAEL.- Bueno, el personaje requiere algo así.
ISABEL.- ¿Tú crees?
RAFAEL.- Yo creo, que soy el autor.
ISABEL.- Ya... Pero hay que pensar en el público... Puede resultar... desagradable...
Mira, lo importante es que sea un buen actor... y éste...
RAFAEL.- Este es perfecto.
ISABEL.- ¿Tú crees? (dirigiéndose al otro lado) ¿Tú qué opinas, Fabrizio?
FABRIZIO.- ¿Me preguntas por el tipo ése? Fatal, me parece fatal.
RAFAEL.- Bueno, ¿aquí quién ha de decidir?
ISABEL.- Yo, por supuesto. ¡Chist!
FAUSTO.- "...¿Qué se ha hecho de todo eso? ¿Cómo, cuándo, por qué lo perdisteis
y fuisteis abandonado a esta horrible tiniebla, a este caos de miseria sin sentido?"
ISABEL.- (a Fausto) Vale, ya te llamaremos.

Fausto va a decir algo, pero se le adelanta el Ayudante.

AYUDANTE.- ¿No hacemos el texto dos?


ISABEL.- (de mal humor) No. Esta tarde veremos las pruebas. (a Rafael) Vamos.

Isabel coge del brazo a Rafael y los dos salen del plató y de los estudios sin ni
siquiera acordarse de Fabrizio...

Minutos después, Isabel y Rafael están sentados a la mesa de un restaurante de


barrio ante un plato humeante de lentejas estofadas.

ISABEL.- Es lo mejor. Cuando me siento malhumorada o deprimida, un buen plato


de lentejas. No falla.

Comen en silencio. Cuando han acabado con el plato...

RAFAEL.- ¿Tan mal va la cosa?


ISABEL.- Peor, va mucho peor. Porque lo de Mefisto...ni te cuento...No hay
manera, es que no hay manera. No lo entiendo.
RAFAEL.- ¿Ya has visto las pruebas?
ISABEL.- Una y mil veces. Y no hay manera. Habré de volver a convocar...

Isabel se queda mirando fijamente a Rafael.

RAFAEL.- ¿Pasa algo?


ISABEL.- ¡Eres tú, claro, eres tú!
RAFAEL.- ¡Claro, soy yo!
ISABEL.- ¿Sabes cuándo lo supe? ¿Sabes cuándo lo supe en realidad? No ahora, no.
Qué extraño...ha sido como si... como si no quisiera confesármelo a mí misma. Lo
supe en el Parque, ante el monumento. Sí, claro (no deja de mirarle el rostro
fijamente). Ese rostro tan...interesante (delicadamente, con los dedos índice y pulgar
de cada mano, le mueve la cara para mirarle mejor de perfil), anguloso, enérgico,
esos ojos negros, esa mirada profunda...¡Tú eres Mefisto!
RAFAEL.- ¿Yo?...¿Es una broma?
ISABEL.- Lo supe, lo supe en aquel mismo momento...¿cómo he tardado tanto
en...? Rafael, voy a pedirte un favor, un inmenso favor. ¿Tú has actuado alguna
vez?, ¿tienes práctica como actor, aunque sea poca?
RAFAEL.- Bueno...actuar, actuar...todos actuamos...pero sí, no quiero negarlo.
Empecé estudiando arte dramático, y al principio no me fue nada mal...Hasta salí en
un programa en televisión. Hacía de varios personajes. Era un programa alternativo,
de esos de madrugada...se llamaba Club de Noche, ¿te suena?
ISABEL.- No, pero ya vale. En cine no es muy importante ser buen actor.
RAFAEL.- Oye, ¿qué quieres decir? Yo era...soy un buen actor. Has de saber que
entro y salgo de los personajes como la serpiente de sus camisas...Pero, bueno,
parece que quieres proponerme...
ISABEL.- Que hagas el papel de Mefisto. Por favor, no me digas que no...
RAFAEL.- No te digo que no...ni te digo que sí, de momento. En principio, estoy
por decir que no.
ISABEL.- ¡Por favor!
RAFAEL.- Pero no soy inconmovible...Así, que también puedo decir que sí,
siempre...siempre que tú, por tu parte...me hagas un favor.
ISABEL.- Pídeme lo que quieras. Pero ve con cuidado con lo que pides...que estoy
muy predispuesta a aceptar.
RAFAEL-MEFISTO.- No te preocupes, yo no comercio con cuerpos...
ISABEL.- (¡Vaya!)
MEFISTO.- Estoy dispuesto a hacer de Mefisto... siempre que des a Enrique el
papel de Fausto.
ISABEL.- ¿Enrique? ¿Y ése quién es?
MEFISTO.- Lo acabas de ver en la prueba, en los estudios.
ISABEL.- ¿Aquél? ¿Aquél que hablaba de aquella manera tan relamida...y que
apenas sabía moverse? ¿Lo dices en serio? ¿Pero qué le has visto a ese tipo?
MEFISTO.- A ver, yo soy el guionista, el autor de la historia, yo he creado los
caracteres y sé cómo son por dentro...y sé que ése Enrique...es Fausto.
ISABEL.- Pero si...apenas sabe actuar.
MEFISTO.- En cine no es muy importante ser buen actor, ¿recuerdas? Fabrizio ya
hará con él lo que tenga que hacer...Además, sobran explicaciones. Yo te hago un
favor a ti y tú me haces un favor a mí...¿Hay trato?
ISABEL.- (estrecha con sus manos las manos de Mefisto) Hay trato. Rafael...eres el
mismo Diablo.

El día después. Mefisto, solo, ante el monumento al Ángel Caído. Aparece Fausto,
alegre, eufórico.

FAUSTO.- ¡Me lo han dado! ¡Me lo han dado! ¡Me han dado el papel! ¡Voy a hacer
la película! Y tú dudabas que pudiese pasar el cásting...¿qué te parece, eh, qué te
parece?
MEFISTO.- (melancólico) Bien...
FAUSTO.- ¿Y tú? ¿Cómo está tu asunto? ¿Crees que lo conseguirás también?
MEFISTO.- Creo...
FAUSTO.- ¿Qué te pasa? Estás raro. (se fija en el monumento) ¿Por qué me has
citado aquí?
MEFISTO.- Quería que vieses esto.
FAUSTO.- Ya veo...¿No tuvimos bastante con el Museo?
MEFISTO.- Fausto, crees que algún día será capaz de incorporarse.

Fausto mira ahora con atención la escultura. Parece que regresa de su euforia...
FAUSTO.- ¿De volver a ser quien era, quieres decir?
MEFISTO.- No digo tanto...he dicho de incorporarse...de ser y sentirse un ser
humano como los demás.
FAUSTO.- No creo que eso entre en los planes de su creador.
MEFISTO.- ¿Sabes qué es lo que le retiene en esa absurda postura?
FAUSTO.- Su destino... la voluntad del escultor.
MEFISTO.- No, la luz...esa luz despiadada de la que intenta protegerse con la mano.
Si pudiese sustraerse a ella...
FAUSTO.- Sí, pero...cómo...
MEFISTO.- Si un ángel terrestre se inclinase sobre él, tapándole la luz, le tomase
por las manos y le...Olvídalo...hoy estoy un poco...
FAUSTO.- Un poco raro sí que estás. La verdad es que nunca te había visto así. Si
no fueses quien eres, diría que estás enamorado...
MEFISTO.- No exageremos, socio. Pero la verdad es que...por un momento me he
visto en el otro lado...me he visto como un vulgar ser humano, con sus ilusiones, sus
tristezas, sus sufrimientos. ¿Y sabes qué te digo? Que no es divertido, nada
divertido...es como un castillo de fuegos artificiales que se consume porque sí, por
nada y para nada...Sólo hay una manera de que ese personaje, tan vulgar y tan
extraño, siga tirando con cierta alegría: que asuma todo eso como un juego
divertido, como una farsa que tiene lugar en un plató animado por inocentes luces
artificiales...lejos de la luz verdadera...¡Vamos! ¡Tenemos mucho trabajo por
delante!

Meses después. Tras el previsionado de MUNDO, DEMONIO Y FAUSTO para los


medios de comunicación, tiene lugar una rueda de prensa. Dan la cara el
Productor Ejecutivo (Walter), el Director (Fabrizio) y los dos actores principales:
Enrique (Fausto) y el también guionista Rafael (Mefisto).

WALTER.- Bien, aquí estamos algunos de los principales responsables de lo que


acabáis de ver. No sé si os habrá parecido bien o mal...por el tono de las preguntas lo
sabremos enseguida. Pero creo que todo el mundo estará de acuerdo en que no se
parece a ninguna otra superproducción conocida. Así, que los que tenían preparado
lo del europudding ya se lo pueden ir envainando...También estarán todos de
acuerdo en que la película tiene al menos una virtud: es inteligente. Así que, a
diferencia de las habituales ruedas de prensa cinematográficas, esperamos oir
preguntas inteligentes. Adelante.
PERIODISTA 1.- Walter, ¿crees en realidad que se trata de una obra perfecta?
WALTER.- No estamos aquí para saber lo que yo creo, sino para saber lo que los
agudos críticos y chicos de la prensa piensan de la obra después de haberla visto...y
para aclararles sus dudas, naturalmente.
PERIODISTA 1.- Mi primera duda empieza en saber a qué género responde, dónde
encasillarla.
WALTER.- No hay que encasillarla. No hay que encasillar nada: ésta es la primera
lección de la película.
PERIODISTA 2.- Fabrizio, ¿ha sido difícil dirigir actores noveles para papeles tan
importantes?
FABRIZIO.- No...bueno...al principio (dirige la mirada sonriente hacia Fausto, que
se mantiene serio)..hubo algún problema de adecuación... de comunicación con uno
de ellos.
PERIODISTA 2.- ¿Con quién?
FAUSTO.- Conmigo...se refiere a mí.
FABRIZIO.- Pero pronto se solucionó, gracias a mi labor de...
FAUSTO.- Gracias a que Rafael y yo lo llevamos al buen camino.
FABRIZIO.- Como veis, los dos actores-revelación tienen un extraño sentido del
humor. Eso ha ayudado mucho a la película, lo reconozco.
CRÍTICO .- Fabrizio, formalmente la película deja poco que desear. Y creo que su
mejor virtud es que mantiene un equilibrio que no puede incomodar a nadie, quiero
decir, un equilibrio entre realismo y fantasía, entre humor y seriedad, entre ligereza
y profundidad, entre acción y morosidad...pero hay algo que no queda nada claro,
que queda como en el aire...¿Qué significa en conjunto? ¿Qué nos quiere decir la
película? ¿O es sólo una broma?
FABRIZIO.- Bueno...yo...creo...
WALTER.- Contesto yo. Creía que eso de buscar significado o mensaje estaba un
poco pasado de moda...Bueno, en serio, lo que puedo decir es que en la intención
del grupo productor no entraba lanzar determinado mensaje ético o estético.
Simplemente, se trataba de crear un producto genuinamente europeo y de alta
calidad. Eso es todo. Y creo que se ha conseguido.
CRÍTICO.- Quizás el guionista nos pueda decir algo sobre posibles significados.
Pero antes quiero formularle otra pregunta. Rafael, eres protagonista y guionista, ¿a
qué se debe esa doble función tuya en la película?

Mefisto se queda mirando fijamente a su interpelador, sin pronunciar palabra. Y


así, unos largos segundos.

CRÍTICO.- Quiero decir, si se decidió así por motivos de oportunidad, de economía,


o por estrictas razones artísticas. También me gustaría saber qué fue primero, tu
designación como actor o como guionista. Y también, si hiciste el guión a la medida
de tu personaje, es decir, pensando sobre todo en Mefisto y muy poco o de cualquier
manera en los demás...como así parece. Ah, y también me gustaría saber si la
historia es toda de tu invención o si hay detrás el trabajo de otra persona... de un
gran escritor, por ejemplo.

Otros segundos de silencio. Al final...

MEFISTO.- ¿Esperas respuesta?


CRÍTICO.- Sí, espero respuesta, si puede ser.
MEFISTO.- La respuesta está en el viento y en los demás elementos.
CRÍTICO.- ¿Cómo?
MEFISTO.- Yo os di la vida a todos y yo os la puedo quitar.
PERIODISTA 3.- Rafael, ¿eso son adivinanzas? ¿Te crees muy listo?
MEFISTO.- Mundo, demonio y carne son nuestros enemigos...
PERIODISTA 1.- ¿Te burlas de nosotros? ¿O es el tipo de show que sueles montar
en estas ocasiones?
MEFISTO.- Mundo, demonio y carne, nuestro mayor castigo..
CRÍTICO.- Rafael, si no quieres contestar a nuestras preguntas, ¿para qué estás ahí?
MEFISTO.- (cantando) Al mundo no hago caso
ni al diablo con su pincho
pero lo que es de carne,
me hincho, me hincho.
Mundo, demonio y carne
son nuestros enemigos...
Qué os parece, es un viejo cuplé que oí cantar a la abuela de una amiga mía, y que
no me lo puedo quitar de la cabeza.
PERIODISTA 4.- ¿Está en esa letra el origen de la historia?
MEFISTO.- ¡El origen de la historia! Me alegro de que me haga esa pregunta. Il y a
deux aspects: la historia como epílogo del origen y el origen como prólogo de la
historia. Es lo que diría el profesor Dupêcher, si bien con el debido acompañamiento
erudito. Pero yo os digo: el origen de la historia es el pecado. ¿Alguien sabe qué es
el pecado?... Pecado es el pescado al que se le ha sustraído la ese, como a Dupêcher,
sin ir más lejos, si bien el circunflejo ya nos da alguna pista del delito... Pescado de
la nada para tontear inútilmente por la existencia... Preferir el ser al no ser es el
pecado, corderitas y corderitos míos. Pero una vez aquí, apuntémonos a todos los
banquetes, sin gran respeto por la Historia, todo hay que decirlo, ni por todas sus
carpetas numeradas y demás cadáveres, que para lo que sirven...Así que ¡adelante!,
todos a brincar por las verdes o rojas praderas del instante eterno sin mañana...
CRÍTICO.- (se levanta como para irse) Lo que es yo...ya tengo bastante.
MEFISTO.- Y no sólo tú, estimadísimo crítico. Yo también tengo bastante. Sobre
todo porque no me está saliendo esto tan inspirado como pensaba. Así, que voy a
quitaros la vida que os he dado.
CRÍTICO.- (indignado) ¿Cómo vas a hacer eso, fantasma?
MEFISTO.- ¡Así!

En el avión de la línea Madrid-Barcelona, Fausto y Mefisto.

FAUSTO.- ¿Pero cómo acabó la rueda de prensa?...no consigo recordarlo.


MEFISTO.- Bueno, no tan bien como hubiese querido, pero...no me puedo quejar. Y
¿qué? estás contento ¿no? Dentro de unas horas, estreno mundial en Barcelona.
¡Quién te lo iba a decir!
FAUSTO.- Sí, casi estoy por decir que esta vez has hecho bien tu trabajo, que me
siento realmente sa...
MEFISTO.- ¡No lo digas, por favor! No puedes dejar de ser Fausto. Piensa que
aunque ahora esté a punto de acabarse este ciclo, más adelante podrían reanudarse
las aventuras...Y un Fausto satisfecho nunca puede ser Fausto.
FAUSTO.- De todos modos, permíteme decirte que, gracias a ti, he realizado uno de
mis grandes sueños. Es verdad que es un sueño reciente y que nada tiene que ver
con mis características mítico-históricas, pero no deja de ser para mí menos
importante. Recuerdo como si fuera ahora la primera vez que vi una película. Estaba
con aquella chica, ¿cómo se llamaba?
MEFISTO.- Marga.
FAUSTO.- Sí, había llovido y a la salida las calles estaban mojadas...
MEFISTO.- No sigas socio, que lo recuerdo perfectamente...yo estaba por ahí. Y
hablando de otra cosa, prepárate bien para la ceremonia de esta noche, que habrá
gente muy importante...
FAUSTO.- ¿Directores y productores de todo el mundo?
MEFISTO.- Por supuesto. Pero ahora no pienses que vas a hacer carrera... Y
también estará el presidente del gobierno autónomo, y el alcalde de la ciudad...
FAUSTO.- Ah, lo conocí: el del equipo de fútbol y el grupo de samba, ¿no?
MEFISTO.- No, ése ya no es alcalde. Pero también se le ha invitado: ahora es
ministro del gobierno.
FAUSTO.- Ya...y supongo que enviaste invitaciones a Bernat y Catherine...
MEFISTO.- Sí, claro.
FAUSTO.- ¿Qué sabes de ellos?
MEFISTO.- Bien, están bien. Bernat tuvo una visión y, en cuanto regresó de Roma,
dejó el trabajo del ayuntamiento y ahora se dedica de pleno a la literatura. Acaba de
escribir una novela, rollo Kafka, titulada Paradís. Catherine volvió con Jean-Paul,
viven en la Provenza, ella da clases en la universidad de Montpellier y han adoptado
dos niños etíopes.
FAUSTO.- ¿No pueden tener hijos?
MEFISTO.- Siempre haciendo preguntas desfasadas. ¿No hay manera de que sepas
adaptarte al espíritu de los tiempos?

Sala del cine Coliseum de Barcelona, donde tiene lugar la proyección, en estreno
mundial, de la película MUNDO, DEMONIO Y FAUSTO. La sesión está a punto de
finalizar. Sentados juntos, Fausto y Mefisto contemplan sin pestañear la pantalla.
Fausto toma la mano de Mefisto y se la oprime con fuerza, diciendo en voz baja...

FAUSTO.- ¡Qué feliz soy!


MEFISTO.- ¡Chist!

Como espejo real de lo que ocurre en platea, en la pantalla se ve esa misma escena.
Mefisto aparta con delicadeza la mano de Fausto y, mirando fijamente al público
desde la pantalla...

MEFISTO.- ¿Todavía hay quien lo duda? Fuera de la farsa no hay salvación.

El rostro de Mefisto mirando al público queda fijo en la pantalla y se va


petrificando hasta quedar convertido en un relieve esculpido en piedra, mientras
abajo a la derecha aparece la palabra

FIN

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