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Alejandro Horowice HISTORIA CRITICA DE LA LITERATURA ARGENTINA director de la obra: NOE JITRIK VOLUMEN IIT El brote de los géneros BIBLIO GRAELAS LIBROS, BIBLIOTECAS ¥ LECTORES EN LAS ENCRUCIJADAS DEL PROGRESO. por Graciela Batticuore ‘Ana ils Paras comercial, Bacon Ae Libros, lectuasy lectores hacia 1880 Deri, Police de leased, Madrid Tot, 1998 ao : li : = Ensayo ci sed rionn, Adal Pr plane errieceren phere mn vein hare =, Diarion, México, has. fcdursiras previa por quienes ditannfiminasdeasrre, laa de rte leetireees cece part tara y motvacone vids o dedefables pars ceria, Calls son it repay gues aban uso an mead pogoves que i dedicen dec. panorama nical y quees iso abordar Amino vernp, se rata de ndaga lox contac (y pesto entre esa supuestaconfianzaenlalectura como pric- er aN eg LD otis rh cnony ee ee Ce eastern das este periodo, las cuales muy a menudo describen la lectura como un Hibitopemciwo corrapror dela sensblidad femenina y mascalina No Ia aes pe eects de cores y lecturas que van desde La gran aldea de Lucio V. Lopez (1884) alas ‘anseries de Lucio V. Mansila (1889-1890), pasando por los personajes de Jas novelas de Eugenio Cambaceres (Pot-pourri, 1882; Sin rumbo, 1885; Enlesangr, 887) de Antonio Argsrich (Inocontesocabpable 1888), ean Guts Lyin 189, or gm ere ‘decomesurobiogrfco ques convirisenclitco des iteraur nacional ‘como Juvenilia (1884) de Miguel Cane cen de eatoe casos, SpaeencassonemnaRirionionicatsigcometinsie contamina con pasiones nocivas el corazén de las mujeres envicia a as clases baiaso muestra también cmo los muchachos ricos¢instruidos ‘envilecerse por exceso de dinero y de libros en el interior de suntuosas mansiones (como muestran las paginas de Sin rambo o de orectlve moonetnicmiaelp ‘oun buen maestro instruya (Como sugiere el texto de Cané). Se trataria entonces, Sone See Sey dicey dre: ‘érmino una serie de representaciones que van dela lectura ejemplar y Caleta i nto sneer 3 ier: ticcseas polars (emma ne aac) Fare Secees Ipsos: poo lel slo edonkey cee eee See ee ee eae ee eee See ees Soa Sento ee PA Cer eee ee ae eee cere eta een een ce ee nee ee ees de onli ms reson Sela cn, oo, or emp ae ee eee eee spare res pertrea penn lalecror como a taraldelos pe tsar clevador ara a-bucnalecr”—lrica que habia Ge nero anscars eu cae pari de calquie manera ¢ Iiplorsincachesdeun blink me prd tet eee) Pena ogi Foye Ecce pra ue {tamsor lrcin guela pore autbiogrsc) es ms ben el prego oe et eee te ey ees Petru Ps cine uct aah mot eae eee ee eed oes Con insthaciones cultures de diveso po: no {.] probablemente por no haber seguid el conejo del doctor slguno para aspirar las alas posiiones politcas con que ali én el abo 62 me pronostiabs lun porvenr bilane? La citaiustea la resonante oposicin entre “bros” y “periicos quederde cl comienzo exablecen no slo Trevero tino tambien Medes, {ia del protagonist y alma mater dela tertulia ques leva a cabo en $i casa diariamtnte para decidir puntos acucante dela vida politica y on ells, claro, sus propos intereses personales ara ese conjunto de personas queen la novela repreentan lo que a mediados del 80 son ya “vijas maneras de hacer politica” (os que fe reinen en casa de Medea son todos seguidores de Bartolomé Mitre aque, hacia 1860, aguardan ansiosos el derrocamiento de Justo José de Urquiza, los diaros constituyen la inica escuela posible © mis bien addmisble para un joven que quiere hacer carrera en politica y abrarse tun futuro (¥en este pas los hombres no necestan estudiar nada para llegar alos altos puests(..}. Acostumbre usted al ito [a] que les los diario ya que guatde recortes de los artculos que le interven. A los ‘eine aos Sabri ms que toda su generacin”) De hecho, Medea esta {raneamente en conta del espiita democratizador que leva Mitre a fundar durant su gobierno los colegios nacionales con elfin de abies puertas de acceso al poder de diversos sectors sociales. Com saber leer 5 exer aleanca,asegua esta mujer, mientras vitupera alos jvenes “universarios que florecen como retohios en el interior de sv propio rtd politico, alentados por el lider al que ella y sus amigos apoyan. Neds eniende como un dblidad is faces istada de exe hombre pblico: “Usted ha conocido al general en su mala epoca: desde que ha ‘empezado estudiar ha empezado a degenerat, ha perdido elbrillo desu palabra ylsespontancidad de su esiritay cha envejcido”, leexphica 2 un interlocutor en la tertulia. En suma tal como opina Medea, los libros pueden se Is rina de los politicos yechara perder ala juventad. or no mismo observ op muy malo js Ieuan escolar que ssopov gered Joo, sobsne de ambos y protagonist de pdianeamaaeennies nls escuela, donde lasuertele depaa algunos maestros ecomendaes prs com I suys er lao de don Pio quele enseha astra con pain pero "xn método™ a que sts * Lucio V. Léper, La gan alee. Cosumbres bonarenes, Buenos Aires, Cent “Edu de Améin Latin 1960 46 leeciones no hacen sino sumergieal alumao en la imaginacién novelesca ‘queurdis desde no leyendo a Walter Score, Dumasya Byron y 2 otros franceses como Musser, De Vigny,etéter: “Por las noches lea furtva- mente as novelas de Dumas [.~] y me adormeciaentreviendo la poética figurade Ascaniows oyendo el ruido de las espucas de D'Artagoan”. “El studio me entrstecia, no tena la cabera robusta de mis compaieros, {que mordiany digerian el Vallejo como un manja exquisito”, firma e protagonista, De esta manera la novela expicita una primera, y igi, Aifereniacin entre dos tipos de ectra: una instruetiva y provechoss, Stil para labrars el futuro y la profesign; la otra placentera, emotiva y peligross, porque puede hacer caer al individuo en los abismos de una Imterioidad desconociday sin salida prictca, sta oposicion esti presente en muchas otras novelas dels épocs, por ejemplo en Juvemiia, de Miguel Cané en la que el protagonista también recuerda con melancola los dias de orfandad transcurridos en escuela (tal como sucede con el personae de Lépez, Cané acaba de perder a su padre) y, especialmente, su desenfrenado deleite con los folletines que le trae la madre y él le a hurtadillas por las noches, escondido debajo de la cama y als luz tenue de una vela. También 2 Can¢ la literatura lo aleja en parte del estudio, le absorbe toda su nergiay le impide la concentracién que demandan otras lecturas de splcacion. Sin embargo, a medida que avanza la novela, Cané logra mostrar al lector que al abo de los afos, gracias la influencia de bbuenos maestros (como el célebre Amadeo Jacques, que moderniza In curricula escolar y da vida nueva a las lecciones de historia) y de su propia capacidad para reconvenirse al estudio, fue capaz de hacer desi mismo un hombre “exitoro": abogado, politico, parlamentario, diplomitico,escritor. En cambio, el personaje de Lopez queda preso para siempre de una imagineria romantica que leimpide ver la realidad tal cual es, sobre todo, le impide adaptarse als nuevas reps de con- -vvencia que van pautando ls vertiginosos cambios que se producirén smis tarde en la sociedad. Ena escuela on la cas, Julio no lee para estudiar sino que vive le leetura como si fuera real a tal punto que incluso los epsodios hist «os dla vida nacional los que aise tempranamente como testigo son, ‘vidos de manera fantasiosa y lia, como si estuvieran impregnados halo novelesco aprendido en la literatura. Refiriéndose a su deine ios ee Sense PACED, Julio recuerda los ju junto aun eriado mulato con quien recrea las avanzada dela batalla que acaba de dar Buenaven € lee es interpretado indefectiblemente en clave litrara, El personaie sufre las consecuencias de un tipo de lectura apasionada y romantica, ‘que en esta etapa desu vida se dirime en el juego pero que en el futuro Sseguird guiando la sensbilidad y los pasos del adult. abe acarar que el origen de este mal ene sus races en una lectura inicitica que dejo en él una influencia perdurable:Feanhoc, de Walter Scout, ledo muchas veces durante la nifes. Pero el problema no radica tanto o tan s6lo en la historia leida sno en el modo: Julio lee —o mais bien mira el primer contacto es visual y sensorial— es libro junto al mec ggur ees pr ier yom de que se avecina La tristeza, pero tam stos de earino den padre afectuoso que se sin decielo del hijo al que ama ¥y dejara huérfano, tanto como el escenario de una casa modest, sin Hepes teictapataosaeaeriecaie recreando imagenes lteraris, envuelven de melancoli Ia escena de lectura El recuerdo, claro esti, es imborrable para el pro- ‘agonist, entre otras costs porgue sella el legada mis valioso que este POTS intentions Foal atime peed caiuite kogeteceay Una escenaen acu su sola presencia y ‘contacto isco, st materslidad,sirve de consueo ysustiuto simbslico a naa: betannaeomnnsentvornahcees! i dutta cauetaacomerine ete nosy enema. Los lectoressibartas(y las lectoras) Hombres ylibror nuevos diigian el pensamiento argentino. Lucio V. Loris, Le gran aldes de clegir maridos. Ese es el factor que decide, segun Lopez, los vinculos Seo ane eeereeocoeare seep ieistecasaemestnee einai Eardiceenmmnpenaa oases obese atc Scosaiiealsenmerpr scent: novela de Gustave Droz muy conocida a mediados de siglo: Madame, etn pte detracted eater atanrccrcsegeereat Sociaerciar arse teint Soret taeaeaecha cinemas fasin puede inspira esehombre ques mi mardo?(.]Yoneeesto omrnagecusenet ican albtorah dodo aa cide ral hors le Ge Jul afore ipo ae su tio, invitindolo a convertirse en amantes. El interpreta la propuesta ‘como un efecto directo de la literatura: "Sefior usted est bajo la inluencia dela leetura de Droz”, le advierte. Y con este comentario los ats las novelas queen aparece como ls propor del adul- teri femenino: mientras que Banca ees Dron Dorotes c+ una vorsz lector de os foletines de Ferdndes y Gonslen de Earigue Perez seri, de "ls novelas que ponderan cllsjo en as mujeres" se dela ine por “todas le seoaidades de Ia religion cathe"; Mariano {paeeeproplamente come una letora pero seinsinsa como ta, por SJemplo cuando carer laefoca mirando curio as caricarrar de El Mosquito “por encima del hombro del marido”, finalmente Adela, aque es una ectora ms bien clay refinad,recbe de manos dl que Sei amane un novela de Zola gue anticipay Secde a relon ui tiene U- Une age dao de exe mongruo de Zl No Sale gra he rtp mde Seber pero oe in éste x un hombre que conoce el corkz6n humano, TEU. y sae puede coma eacnemca despues En todos los casos mencionados las lecturas enviciany los libros son ‘yeneno para los corazones sensibleso las almas sin moral: esto es lo que viene a decir gran parte de los novelistasargentinos del 80. nll que respectaespecficamente a las mujeres, bien puede agre- ‘garse que la serie de lectoras alas que aludimos estan en el extremo ‘puesto al de Amalia, In conocida protagonista de la novela de Mlrmol (Amalie 151-1898), gu oder 1870 sige = aia ee eine meter chet shice joaginsdr par ienienin kine - ciénuni esate cited he Nearest si esau ye ce de cortsimo vuelo” que no ofrece demasiado a I intlgenca de los lectores? Lo mismo que Caney Lopes, el autor de esta nota pass revista sobre "sus comienzos” como lector de folletinesfranceses y alerea al, piblico sabre os pligrs de una formacin de est tipo’ En conteaste Eon semejantesreparos, la cxaltacion que se hae de Amalia tiene que ‘er consu valor historico yon el ptrotismo femenino ‘libro yespada 2un tiempo (Is novela) es un recurso del enemigo caido para heir el despotismo poniendo en manos de la mujer argentina el abominable drama dela rani") Cabe recordar queen los primeros capitulo de lnnovelael autor presents ala protagonisa como una letora romantica, asgo que la connota de entrada como Ia pareja idénea de Uno de los, heroes comprometidos en ls hicha conta Rosa La euestion permite corroborar una hipotesis: en lo que va de I historia de Mirmol a 1880, los cambios producides en a represenacin Merrie tore muctan ue siameios desig ayer temor gue desperaba en los letrados a lectura femenina tena que ver toile foriancet la que Codon ataben immer (concrete, on el hecho de que una mujer ssrada y comprometda en la lucha Sntrrorsa pudier verse arrastrada ola 0 con sus hijo, sl exo ola ‘muerte, pata a marrativa del 8 la lectrafemenina dramatza otro mal ‘yan el temoral eompromiso politico de las mujeres y sus consecuen- he olvidar eee de ence areata por vio, dor, Aiea de ard yen dfn el adleio i comapetn del ‘matrimonio y a fanilia, que constiuyen as bases show une ba cee pre eis filosofia con sus amigos: prefierea Leopardi antes que a Schopenhauer). ‘También los hombres tics como los descriptos por Cambaceres (en Sin zumbo) y Garcia Mérou (en Ley socal: enel primer cso, el protagonista sufr las consecuencas de la lectura de Schopenhauer en el segundo, el ‘marido del principal personae femenino lee a whtima novela de Daudet ola Noweelle Revue, mientras su mejor amigo y amante de su mujer ‘enciende el sensuaismo de su imaginacion con George Sand, Alied de Mishepetpherdgsoeias lim ieSecorors Byron) cia. teaubriand, Balzac y otros autores con los que poco a poco se derrumba nel tedio,laapatiayel hati. Esta claro que no so el naturalism en boga, sino el romanticismo —que perdura en el 80—, consttuyen un 0 paralaeducacién moral de los ectores, especialmente cuando se tata de novelas u obras que esaltan el sentimentalismo o la psiologia de os personas. ‘Ast, Lopez utiliza un calficativo muy empleado en su época para ‘nombraratodos esos hombres y mujeres que caen en el vicio de la lite- satura placentera: los nombra, al pasa, como “lectoressibaritas". Una ‘denominacién que sive para reconocer a muchos otros personajes de ‘novelas y, por ende, para conceptualzar Una variante muy temida en 6 80:la de aquellos letores que buscan en los libros tan soo el placer, ta voluproosidad a veees, y casi nunca el aprendizaje til, instractivo, prictico 0 con réito socal Los lectoressibavtas no son necesariamente ‘omanticos pero suelen ser letores de obras romntias y de folletines, 1 leer literatura de mods, como sucede con Dorotea, oencontear aus ‘utores favoritos en los libros de arte, como sucede con los personajes En 0, abarcan un arco amplio de lectores que Ia poesia como de la pornografa, como bien lo uando Argerich relata los primeros aprendizajes por cosas noveleras”). Elector sibarts es casi siempre un voluptuoso por ende, un sujeto reacio ala moral, Este ex, precisamente, el tipo de lector que prima en la conciencia de la época y al que temen los letrados. Conta él planean y programan indices delecuras (habiltadas ¥ prohibidss) los educadores, A excepcion de Sarmiento, que como ‘veremos es el snico defensor del bre ectura (que ineluye las novelas jeualesquiera que sean!, gran parte de os hombres del 80 parece opinar ins bien que erature lo pura agus qu puden dfrencar muy bien fa “buena” dela "mala" ex decir para los que pueden entrar y salir indemnes de sus artficiosos, a veces peligrosos, laberintos que espejan los dela vida real Libros y bibliotecas. Modelos alternativos peateneraenesbaaas secttersiegieaen res mitancias de todas esas ecturas” que perfil ls novelas del 80, tnotr plana que rene tls etoresconfos brs ym propiamest; ten len bloke El meron do sotontrunal en Porponrpce Ciba novel ie ambi ust deb cones i Pompe id tg ca no jvenad que lo encuentra "de ists" en un cas, conversando con lor tnfitonesy tratando de cumplirlo mor posible el rl de “mono de Renctenparesaonen bien Entusiasmar casa paececonocet my Be Siders ronoatenines ope eects senserselo as interlocutor, Noiene mejor rations Ta biblioteca que esté cate a él para leer en vox ‘tae pao en cueston. Grande es lasorpesa cuando, ones del Tibro una y ota vee La escena pone en primer plano dos imagenes prominentes: le biblioteca falsa de libros pintados y la lectura impostada, Es deci un simular y una pose pretendidamentecultas que podemos encontrar también en otras épocas de a vida moderna, porque Fetatan la ambicién de cualquier burgués que se previe de aparentar el saber de los doctos (la sensbildad de los buenos lectores de hteratura, ‘Ahora bien, en la novela de Cambaceres Ia anéedota dea biblioteca {alsa remite aun escenario en el que los libros —como lo ilustraba La gran aldea—habjan comenzado a recuperar en la Argentina un halo de prestigio que evoca el mundo del poder: el relato de Cambaceres ‘td fechado en 1863, plena presidencia de Mitre, quien ademas de ser ‘un politico prominente, historiador, escrito de ficciones,fundador del ‘Colegio Nacional, ese io propietario de una de las mis importantes bibliotecas de laépoca, No debe sozprendernos que sean muchos los que escin dspuestos a copar la pose sustrada del lector con biblioteca en casay también que empiccen& aparece los que sn ser lectores genuinos pretenden simularlo.4 Adem, en los anos ochenta —que es cuando res eseribe este texto—el mundo de los libros y is bibliotecas seve imbuido ya del consabido furor de consumos lujos y derroches aque tambien retrata Lopez en La gran aldea. Lo mismo que sucede con fos objetos de art, las pinturas yen general, el colecionismo propio del “lkimo cuarto del siglo xix y comienzos del xx descripro en el eélebre telato de Wilde, “Vida moderna os libros y ls bibliotecas suntuosas estan al orden del dia. Elconstimo de libros esta en el mismo nivel {que las indumentans y ia moda en general, con laque quieren ataviarse todos los que tienen el dinero para hacerlo. Resultaelocuente y muy ‘oportuna en est sentido, la earacterzacin que hace Argerich de uno de ls personajes principales de s/nocentesy culpables, José Ms {, que cuando ene algo de dinero se compra nductariayHbros (Josée habia mandado confeccionarun trae de yaquet. Dominado por [a fiebre loca de derroche no reparaba en precio para las compras que "al Argent de fines del siglo xx y comienzos del covsmbres dees hombres de ele policy courl x en ‘eonsume comercial de lavesshet aeraiarspaetesiaies: ‘recur iguras del mundo de pote clr para promocions "inom nmagen Cy rt spate ce eee aed ace eee eee orem ate cranes a nei ner ieee de trae eno en ements ‘con ells, los libros que los intelectuaes encuentran mas o menos aptos a {Cusles son las lecturas recomendables?, se preguntan los educado- mats irae ona erer irae ona erer ‘dels reflexiones de entonces, asi coma la pregunta sobre dénde fs ee ecm cel ee sa ‘dadanos. Se trata de una preocupacién que pone en consideracién los erica eck eet eeremeereme tines, también la funcin que éta deberia ejerer en una nacincivilizada Sobre esta cuestin exribe mucho Sarmiento entre la cada del 70 €1 80 sobre eto polemiza con otro hombre prestigiowo del ambien? cultural, Vicente Quesada, que fue director dela Biblioteca Publica de Buenos Aics (Is actal Biblioteca Nacional) entre 1971) 1879 y loge darieun nuevo impulo su organizacin despues de que permanccie- ta largos aos extancada, sin aumentarel caudal de libros ni propiiar ‘ambiente que los expecaistas consideranadecuadoe indispensable para un extablecimiento de ee tipo. Cxestiones todas que Sarmiento ‘aa denunciar con vehemencia al punto de poner enjaque el semido mismo dela insiucin La democratizacién de la lectura Valea pena detenerseen esa polémica que podeadevrse, iene sv ‘oxigen ena pubicaion de un libro de Vicente Quesada, producto de imei ez ene dvr ibe cope ‘un largo recorrido por Europa emprendido algunos ‘hos anes (1972) juno con su hijo Ernesto, quien gua y acompaa ens viaje de estudio. Las bibliotecas de Europa yalgunas de America ‘Latina es titulo de la obra publiada en 1877 cuya edicibnes ina

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