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Uno tras otro, los estudios realizados en este sentido indican que el 80% de los
empleados adquieren su know-how laboral informalmente. La alternativa se plantea
en cómo adquirir este conocimiento. Sin embargo, y pese a ser tan importante, el
aprendizaje informal no aparece en el radar corporativo. Nadie tiene presupuesto
asignado con este fin, pero las organizaciones que fallan a la hora de consolidarlo
dejan grandes sumas de dinero sobre la mesa. En la era de conocimiento, es
irresponsable desatender el principal medio para crear, compartir y adquirir capital
intelectual.
El cambio acelerado
Los profesionales de la era del conocimiento exigen respeto por lo que ellos son y
suelen crecer cuando tienen la libertad para decidir cómo harán lo que sus jefes le
piden (quienes deberían poner en claro sus expectativas y luego salirse del camino).
Tanto el aprendizaje informal como el formal son los puntos finales de una
continuidad. Desarrollar una instancia de aprendizaje formal sería como subirse a
un autobús, donde el chofer decide la dirección hacia la cual avanzar y los
pasajeros deben permanecer allí hasta que termine el recorrido. En cambio, el
aprendizaje informal es como montar una bicicleta, donde el ciclista escoge el
destino, la velocidad y la ruta, pudiendo tomar desvíos en cualquier momento,
pararse para admirar el paisaje o ir al baño.
El aprendizaje informal sucede fuera del aula. En él no hay ningún plan de estudios
ni certificado de realización. Continúa todo el tiempo, e incluye cuestiones como
intentar y fallar, preguntarle al vecino, leer un libro, o mirar televisión. El
aprendizaje informal se da de la misma manera en la que nosotros aprendemos
sobre la vida. Es exactamente la forma en cómo tenemos sentido de las cosas.
El aprendizaje formal es ideal para los principiantes. Es útil tener un poco de ayuda
y guía al comienzo, y, volviendo al ejemplo del autobús, saber el destino hacia el
cual se avanza. Los departamentos de capacitación son muy talentosos en la tarea
de preparar y desarrollar líneas de recorrido para la capacitación formal.
El aprendizaje informal -lo que hacen los ciclistas- es muy apropiado para quienes
ya tienen un conocimiento del territorio que van a transitar y quieren los tips
necesarios para circular por nuevos atajos y avanzar sobre la esencia de las
temáticas a abordar. Fundamentalmente, ellos quieren tapar los agujeros de su
conocimiento y no se sentarán a esperar que un autobús los lleve a destino. Al
contrario de lo que ocurre en el aprendizaje formal, los departamentos de
capacitación no consagran muchos esfuerzos para ayudar a los “ciclistas”.
Aquí está la ironía: los ciclistas son las personas con mejores desempeños. Un 5%
de incremento en sus actuaciones siempre es significativo para la organización,
mientras que un incremento del 5% en las actuaciones de los principiantes no llega
a registrarse en las operaciones de la compañía. Por lo que al desestimarse el
aprendizaje informal, cuando invierten en formación, muchas corporaciones están
gastando la mayoría de su dinero dónde obtendrán menos beneficios de
desempeños.
Dentro de cada organización formal hay una organización informal que trabaja a
través de una serie indocumentada de relaciones personales y profesionales. Es una
entidad viviente con mente propia. La organización informal es una comunidad de
personas que opera de acuerdo a las reglas generales de vida: la empresa puede
influir sobre ella pero no puede controlarla. Luego, las redes organizacionales
pueden analizar las interacciones que se producen en la organización informal,
permitiendo ver cómo las personas actúan recíprocamente frente a potenciales
oportunidades y problemáticas concretas.
Los aprendices informales escogen cómo y qué aprenden. Al fin de cuentas, ellos
son los únicos que saben lo que ya saben. Además, el autoaprendizaje es menos
costoso y más oportuno que la alternativa formal.
5. Cinco años después de que acuñé el término "e-Learning", nosotros estábamos
viviendo en un e-mundo dónde las redes facilitaban el aprendizaje desde la
virtualidad. Ya es trivial señalar la "e" no importa y que es el aprendizaje lo que
cuenta. En lo personal pienso que el aprendizaje no cuenta para mucho, lo que es
importante es lo que resulta del aprendizaje.
Las personas no saben lo que les gusta, les gusta lo que conocen. Por ejemplo,
muchos asumen que la formación presencial es la mejor manera de enseñar y que
el aprendizaje en línea es inherentemente inferior. Ellos buscan iniciativas en línea
para apoyar la experiencia presencial. Pero el paradigma está cambiando, y muchas
organizaciones ya piensan que el apoyo presencial puede complementar a la
capacitación online.
6. Hace más de diez años, la mayoría de los ejecutivos comerciales no vieron otro
valor para Internet que la posibilidad de acceder a comunicaciones más baratas. La
revista CIO, en diciembre de 1994, propuso tímidamente no loar el futuro del
comercio electrónico ni entusiasmarse con la creación de una gran red nacional que,
como Godot, quizás nunca se materializara.