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to/v Bronislaw | Malinowski Una teoria cientifica de la cultura uB Direccién: R.B.A. Proyectos Editoriales, S. A ‘Titulo original: A Scientific Theory of alture and Other Essays. ‘Traduodion: A. R. Cortzar, © Por la presente ediciin: SARPE, 1984, Pedro Teixeira, 8. Madrid ‘Traduecidn cedida por Editorial Sudamericana, S.A Deplsto legal: M24.549-1984, ISBN: 84-7291-6693 (tomo 4 ISBN: 84-7291-559-X (obra completa). Printed in Spain - Impreso en Espaia, TImprime: Altamira, S. A. Bronislaw Malinowski ee Bronislaw Malinowski 1884. E17 de abril nace Bronistaw Malinowski en Cracovia, capital, en aquella época, de la Galitzia austrfaca, Su padre, que murié cuando Mali nowski era todavia un nifio, era uno de los eslavistas ms prestigiosos de la Universidad de Cracovia, y esta- ba especializado en el folklore de Silesia. 1897 De constitucién delicada y con problemas de salud, emprende, junto con su madre, una serie de viajes (que se prolongardn a lo largo de su adolescencia) por pafses del Sur de Europa. 1903 Cursa estucios de flosofia en la, Universidad de Cracovia, a la sazén centro intelectual de la cultura polaca, 1908 Se doctora en filosotfa. Estudios de psicolo- gia y economia en Leipzig. Malinowski, por esta época, es ya un apasionado de la antropologfa. La lectura de La rama dorada, de Frazer, le ha producido un enorme impacto. 1910) Se traslada a Gran Bretaia, Estudiaantropo- Jogia en la London Schoo! of Economies 1913 En este aio da a conocer su primer trabajo antropol6gico: La familia entre los aborige- nes australianos: 1914 Alestallar la Primera Guerra Mundial, Mali nowski, que por su condicién de stibdito aus- trfaco podia ser llamado a filas, se traslada a Nueva Guinea, en la Melanesia. Realiza ali su primer trabajo dle campo entre los indigenas de Mail, | Bronislaw Malinowski 4915 Desde Nueva Guinea se traslada a las islas ‘Trobriand, Alli, en una aldea del distrito de Kiriwina, Malinowski emprende lo que ser4 calificado de trabajo de campo modélico en los anales de la an- tropologia contempordinea. Aprende la lengua de los nativos y vive con ellos, investigando todos los aspectos de su cultura, desde las bases econdmicas hasta los ele- mentos mégicos, pasando por el estudio de las institu ciones sociales y polttcas Malinowski da por concluida su estancia en 1918 Ee Totrind (ue, con intervals, ha dure- do dos aiios desde 1915), 1919 En Gran Bretana, Malinowski casa con Elsie Rosaline Masson, Trabaja en el material re- cogido en las Trobriand. 1922. Fruto de este trabajo son los Angonautas del Pacifico occidental, que le coloca inmediata- mente entre los antropdlogos de primera fila. 926 ‘Tras enseiarantropologia en la Universidad de Londres, se trislada a Estados Unidos. Publica El mizo en la psicologia primitiva y Crimen y costumbre en In sociedad salvaje, monografias que am- plian todavia mas su prestigio.. 19277 Es nombrado profesor de antropologia en la Universidad de Londres. Da a conocer dos nuevos trabajos antropol6gicos: Bl padre en la psicolo- sa primitiva y Sexo y represiOn en la sociedad salvaje. En ellos Malinowski parte de la base de que las teorfas freudianas, en caso de ser incorporadas en el utillaje del antrop6logo, han de ser debidamente contextuades en cada cultura especifica, de acuerdo con la estructura de sus instituciones, 1929. Eneste af sile ala luz la monogratia titula- dda La vida sexual de los salvajes del Noroeste de la Melanesia 1931. Eseribe para la Encyclopaedia of the Social Sciences el articulo que titula «Cultura», el cual contiene un primer eshozo de las teorfas que desa- rrollaré mas tarde 1933, Por esta época, Malinowski centra su interés en la cultura de los paises africanos, Estancia en la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos, donde imparte un curso de antropologfa. Estudia las culturas americanas primitives. 1935 Muere su mujer. Publica un nuevo texto en cl Area de su especialidad: Los jardines del ‘oral y su magia, 1936 Se traslada de nuevo a los Estados Unidos, donde es nombrado doctor honorario por la Universidad de Harvard, Publica los Fundamenios de las creencias y la moral. 1940 Tris haber estado Ia Segunda, Guerra Mundial, Malinowski, que se identifica ple- mmamente con la causa polaca, instala su residencia en los Estados Unidos, donde ejeree como profesor de an- tropologfa en la Universidad de Yale, Nuevo matrimo- nio, esta ver con la pintora Valetta Swann. 194] Junto con su mujer, se traslada a México Malinowski proyecta centrarse en el estudio de las culturas indio-mexicanas, en particular por lo que hace referencia al cambio social. 1942, E116 de mayo, Bronislaw Malinowski muete repentinamente de un ataque al corazén, en New Haven, Connecticut, Bronislaw Malinowski 1944. Péstumamente, Valetta Swann edita Una teo- _rta cienffica de la cultura, la més importante obra teébrica de Malinowski, en la que aparece de for- ma sistemética su concepcidn funcionalista de la cultu- ra, Valetta Swann publica, asimismo, una nueva obra del gran antropdlogo: Libertad y civilizacion. 1945 Sale a la luz una nueva e importante obra postuma, Dinéimica del cambio de la cultura, en la que Malinowski intenta incorporar el cambio cul- tural en el marco de su propia teorfa funcionalista 1948 Todavia un nuevo volumen péstumo viene a ampliar la obra de Malinowski; se trata del conjunto de ensayos reunidos bajo el titulo de Magia ciencia y religion. 1967 A los veinticinco afios de la muerte de Mali- = nowski, se publican los diarios personales que escribié en potaco durante su larga estancia en las islas Trobriand. Su titulo: Un diario en el estricto senti- do del término. ‘ ical Una teorfa cientifica de la cultura Publicada péstumamente en 1944, Una teorta cienifi- ca de la cultura es una de las obras principales de Mali- nowski, dado que en ella se exponen los principios del funcionalismo antropologico, as{ como les posiciones, yetodoldgicas del mismo. Ademés, desde un punto de vista tedrico, es la obra fundamental de Malinowski, por cuanto expresa, mejor que ningin otro texto, lo esencial de su pensamiento. En la presente edicién ‘acompafian a dicha obra dos ensayos: La teorfa funcio- nalista y Sir James Frazer. El primero de ellos, escrito en 1939, es un excelente complemento de Une teoria cientffca de la cultura, pues en él se encuentran defini- dos conceptos tan importantes como el de funcidn y el de institucién (como unidad bisica del andlisis antropo- logico) y aparece ya articulada la teorfa de las necesida- des, El segundo de ellos se escribid a raiz de la muerte, en 1941, del gran antrop6logo James Frazer, y es un homenaje a este autor —cuye lectura decidié al joven Malinowski a dedicarse a la antropologia—, a la vez que un balance critico de su obra. «En la verdadera ciencia», se lee en Una teoria cient- fica de ta cultura, «el hecho es la relaci6n, con tal que sta sea realmente determinada, universal y cientfica- mente definible». Esta idea de que el hecho es la rela~ cidn constituye el punto de partida del pensamiento de Malinowski. De él se deduce que ningin aspecto cultu- Bronislaw Malinowski ral puede llegar a entenderse si se desgaja de los otros aspectos que constituyen una cultura. Ast, por ejemplo, no es posible, para Malinowski, el estudio del sistema de parentesco de una cultura, sia la vez no se interrela- ciona con las bases econdmicas de esta cultura, con st organizacién politica, con sus instituciones sociales, con el entramado juridico que la sustenta, con la religion que la cohesiona, etc/Para Malinowski, la cultura es un todo organico y como-tal ha de ser estudiada Ahora bien, el estudio de este todo orgénico que es la cultura no precisa de ninguna reconstriccién hist6ri- ca de Jos elementos que la constituyen. El origen y la difusién de tales elementos no importan, ya que para Malinowski en toda cultura no existen «rcliquias», esto es, rasgos culturales que sobrevivan del pasado. Todo elemento cultural tiene una funcion, es atily posee un significado (que el antropélogo debe desentraitar), pues de lo contrario habria dejado de existi, Lo impor- tante es descubrir el papel que juega en relacién con los restates elementos de un sistema; oémo infhiye a Estos y c6mo es influido por éstos. «La identidad real de una cultura», habia escrito Malinowski en 1935, en su obra Los jardines del Coral, eparece reposar en la conexién orgénica de todas sus partes, sobre la funcién que tal detlle realiza en el interior de su sistema, sobre Jas relaciones entre el sistema, ef medio y las necesida- des humana». La cultura, por tanto, Gnicamente pue- de set estudiada como totalidad y sinerénicamente, Al “mismo tiempo, y puesto que conforma una realidad tinica, cada cultura debe ser estudiada por sf misma, careciendo de sentido el enfoque comparativo con otras culturas. Aunque hasta aqui se han utilizado indistintamente Jos términos rasgo 0 elemento cultural y detalle, con- viene decir que para Malinowski, pese que a menudo los emplee en muchas de sus obras, la que se desprende de las teorias de Malinowski, al dejar completamente de lado la consideracién de la cultura ‘como proceso sometido al cambio. Bibliograffa De Malinowski Ciencia y costumbre en la sociedad salvaje. Barcelona, Atiel, 1971 La vida sexual de los salvajes del Noroeste de la Melane- sia, Madrid, Javier Morata Ed., 1971 Los argonautas del Pacifico occidental. Barcelona, Pe- ninsula, 1973, Sexo y represién en ta sociedad primitiva, Buenos Aires, Nueva Visidn, 1974 Magia, ciencia y religion y otros ensayos, Barcelona, Ariel, 1975. La cultura», en Kahn, J. S., ed., El concepto de cultue ra: Textos fundamentales, Barcelona, Anagrama, 1975, «Confesiones de ignorancia y fracaso», en Llobera, JR, ed., La antropologia como ciencia, Barcelona, Anagrama, 1975, Los jardines del Coral. Barcelona, Labor, 1977. Bl cultivo de la tierra y tos ritos agricolas en las islas Trobriand. Bateelona, Labor, 1977. Estudios de psicologia primitiva, Barcelona, Paidés- Ibérica, 1981 Bronislaw Malinowski Sobre Malinowski FRAZER, J. G., Prélogo a Los argonautas del Pacifico occidental, Barcelona, Peninsula, 1973. GLUCKMAN, M., «Datos etnogrdficos en la antropolo- sia social inglesa», en Llobera, J. R., ed., La aniro- pologa como ciencia. Barcelona, Anagrama, 1975. KAPLAN, D., y MANNERS, R. A., «Antropologia. Viejos temas y nuevas orientaciones», en Llobera, JR, ed., La antropologia como ciencia, Barcelona, Anagrama, 1975. KUPER, A., Antropologia y antropélogos. La escuela britanica: 1922-1972. Barcelona, Anagrama, 1975. MAIR, L., Introduccién a la antropologia social. Ma- Grid, Alianza Editorial, 1970, MERCIER, P., Historia de Ja antropologia. Barcelona, Peninsula, 1969. nm tora cientfiea deta extra 3 Cariroto 1 LA CULTURA COMO OBJETO DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA La denominacién “estudio del hombre” es ciertamente go presuntuosa, por no decir descabellada, cuando se apli- ‘4 a 1a antropologia académica, tal como se nos presenta hy, Diversas disciplinas, antiguas y recientes, venerables y nuevas, se ocupan también de investigar Ia naturaleza el hombre, sus obras manuales y las relaciones entre los sores humanos/Todas y cada una de ellas pueden reclamar al derecho de ser consideradas como ramas del legitimo "estudio del hombre’ Las més antiguas, desde luego, son ns contribuciones de la filosoffa moral, de la teologfa, de la historia més o menos legendaria y de las interpretaciones: lol viejo derecho y 1a costumbre. Tales aportes pueden ser fasteeacos hasta las culturas que todavia perpettian la edad do piedra; han florecido por cierto en las viejas civilizacio- fies de China y de Ia India, de Asia occidental y de Egipto. Heonomia y derecho, ciencia politica y estética, lingtiistica, arqueologfa y el estudio comparado de las religiones, cons- Ailuye 1a més reciente contribucién al humanismo. Hace lunos dos siglos, la psicologia lamada del alma y més tarde Ia sociologia, es decir, Ia investigacién de Ias relaciones Jumanas, se agregaron a la lista de estudios académicos oficiales. 4 Bronislaw Malinowski La antropotogés, como ciencia del hombre, en sentido amplio, como la més comprensiva disciplina en el huma- nismo, fue la Gltima en Hegar. Ella debié limitar sus alcan- fees y st campo, su contenido y su método lo mejor que pudo. Asimil6 lo que habfa sido dejado de lado y aun tayo que usurpar antiguos materiales que otras ciencias conser vaban. La constituyen ahora disciplinas tales como la pre- historia, el folklore, la antropologia fisica y cultural. Estas se aproximan peligrosamente a otros legitiinos campos de ciencias sociales y naturales: psicologia, historia, arqueolo- fa, sociologia y anatomia, La nueva ciencia nacié bajo el signo del evolucionismo entusiasta, de los métodos antropométricos y de los revela~ ores descubrimientos prehistéricos, No debe asombrar que st interés originatio se haya concentrado alrededor de Ia reconstruceién de los orfgenes humanos, de la’ bisqueda del “eslab6n perdido”, investigando paralelamente en los campos prehist6ricos y en los datos etnogrificos. Conside- rando retrospectivamente las conquistas de la (ltima centu- ria, podriamos ver en elias, no sélo un conjunto de dispu~ tas e intentos de los anticuarios, que abarcaban la erudicién, ‘etnogréfica, mediciones y recuentos de créneos y huesos, y tuna coleccidn de datos sensacionales acerea de nuestros ani- tepasados semi-humanos, Esta estimacién, sin embargo, de- jarfa de lado ciertamente las mejores contribuciones de Precursores en el estudio comparativo de las culturas, como Herbert Spencer y Adolf Bastian, E. B. Tylor y L. H. Mor- gan, Pitt-Rivers y Frederick Ratzel, W. G. Summer y R. §, Steinmetz, E. Durkheim y A. G. Keller. Estos pensa- dores, ast como algunos de sts discipulos, than elaborado gradualmente una teorfa cientifia de la conducta, y han ‘trabajado por una comprensi6n mejor de Ia naturaleza, de Ja sociedad y de la cultura humanas. ‘Asi, cuando trata acerca de la manera cientifica de encarar el “estudio del hombre”, el antropélogo afronta una farea nada ficil, que resulta de apreciable importancia, na works cientfica de ta ultra 2s Dobe definir en qué relacién reciproca se encuentran tas varias ramas de la antropologia. Tiene que determinar la posicién que éste debe ocupar en la amplia fraternidad de Jos estudios humantsticos Esté forzado a reabrir también Js vieja cuesti6n: en qué sentido el humanismo puede sex tiontiico. : / En este ensayo intentaré mostrar que el verdadéro cam= fo de reunién de todas las ramas de la antropologia es el ‘eiudio cientifico de la eultura/Tan pronto como el antro- filogo fisico reconozca que “la raza es Jo que la raza hince", admitirs también que las medidas, tablas clasifi (orias o descripciones de indole fisica no tienen aplicabili- djd alguna, excepto cuando podamos correlacionar el tipo {isico con la facultad ereadora de Ja cultura de una raza. [La tarea del prebistoriador y del arquedlogo es recons~ (ir ta plena realidad viviente de una cultura extinguida ‘gon silo el testimonio parcial de los restos materiales. Por fu parte el etnélogo, que se basa en'la evidencia de las jctuales culturas primitivas 0 evolucionadas, con el objeto dio reconsicuir 1a historia humana desde el punto de vista ya de fa evoluci6n, ya de la difusi6n, puede basar sus argu- Imentos sobre datos cientificos seguros, s6lo en el caso de quo interprete realmente lo que ¢s Ja cultura. Por fin, el eindgrafo no puede hacer observaciones sobre el terreno & nenos que distiaga qué es importante y esencial, y sea asi ‘cupaz de descartar los hechos adventicios y fortuitos. /Por Jo tanto, el aspecto cientifico de todo trabajo antropolégico Feside en la teoria de la cultura, con referencia al método de observacién de campo y al significado de la cultura ‘eomo proceso y como resultado/ En segundo lugar, pienso que si la antropologia puede contribuir a una perspectiva més cientfia de su asunto logitimo, es decir, la cultura, prestaré un servicio indispen- sable a las otras diseiplinas humanisticas. La cultura, por ser el contenido més amplio de la conducta humana, es tan importante para el psicblogo como para el investigador de 26 Bronislaw Malinowski {o social, para el historiador como para el lingitista, Supon- ‘80 que la linglifstica dol futuro, especialmente en relacién Con Ia seméntica, llegar a ser el estudio del lenguaje en el contexto de la cultura. Por otra parte, la economia, ‘en tanto es investigacién acerca de la riqueza y el biencstar, como medio de cambio y produccién, podré hallar ‘til en el futuro no considerar al “hombre econémico” com- Pletamente apartado de otros objetivos y consideraciones, sino basar sus principios y razonamicatos en el sentido del hombre como realmente ¢s, actuante en el medio comple- Jo y pluridimensionaf de los intereses culturales. En verdad, muchas de las modemnas tendencias en economia, llimense “institucional”, “psicolégica” 0 “hist6rica”, no hacen sino complementar las viejas teorfas puramente econdmicas, ‘sonsiderando al “hombre econémico” dentro del conjunto de sus multiples impulsos, intereses y habitos, vale decir, tal como es, modelado por el complejo ambiente, en parte racional y en parte emotivo, de su cultura, También el derecho tiende gradualmente a considerar la ley, no como un mundo especulativo de contenido pro- Pio, sino como uno de los varios sistemas de control social en el. que los gonceptos de motivacidn, valor, coaccién mo- ral y fuerza consuetudinaria deben ser tenidos en cuenta, ademas del aparato formal del c6digo, los tribunales y los alguaciles. Asf, no sélo la antropologia, sino el estudio del hombre en general, comprendiendo todas las ciencias socia- les, todas las nuevas disciplinas, psicol6gica 0 sociolégica- ‘mente orientadas, pueden y deben cooperar en la construc- cin de una base cientifica comin, que deberd ser por fuerza idéntica para los diversos estudios . humanisticos. Ww ort centfica de la cultura 7 Capiruto IL UNA DEFINICION MINIMA DE CIENCIA PARA EL HUMANISTA / ahora por explicar més especificamente por qué y “e See naa aoteee itre todas Jas disciplinas foviles, puede aspirar a contrits ir de manera efectiva a que. sea més cientifico el “estud.» del hombre”. Desearia tstablecer primeramente que el-enfoque-cieatilicono. es desde Tuego el inioo interés o aspiracién en el dominio del Hhumanismo. Tanto los puntos de vista filosGficos o morales, ‘como las inspiraciones estéticas, humanitarias y teol6gicas, fo bien el deseo de conocer e6mo fue el pasado (el cual pro~ voca nuestros sentimientSs de modo que no necesita ser justifieado pero no puede ser contradicho), son motivacio- nes legitimas de las humanidades /La clencia, sin embargo, por fo menos como insirumento, como medio para un fin, able. = Como tata de seals, un verdadero méolo lent fico ha sido inherente a todo trabajo hist6rico, al relato de todas las crénicas, a cualquier tema tratado en derecho, economia o linglstica. No existen cosas tales como la des- ripeién completamente desprovista de teorfa, Toda ex- posicién o razonamiento debe ser expresado con palabras, 6s decir, por medio de conceptos, ya se trate de reconstruir escenas histéricas, se leve a cabo una investigacion de 28 Bronistaw Mains campo en tribus salvajes © en comunidades civilizadas, se analicen estadisticas o se extraigan inferencias de un mon mento arqueolégico o de un hallazgo prehistérico. Cada concepto a su turno es el resultado de una teorfa que declara que algunos hechos determinan el curso de los acontecimientos y otros son accesorios meramente acciden- tales: que las cosas ocurren como ocurren porque determi- nadas personas, el pueblo en general o factores materiales del ambiente las producen. La trillada distinci6n entre dis- Ciplinas nomotéticas ¢ idiogréficas es una artimasia filos6- fica que deberia habér sido climinada hace tiempo ante 1a simple consideracién de lo que significa en el sontido de observar, reconstruir 0 registrar un hecho hist6rico, La causa de todo el trastorno reside en el hecho de que Ja mayorfa dé los principios, generalizaciones y tcorias es- tuvo implicita en Ia reconstrucci6n del historiador y fue naturaleza intuitiva més bien que sistemética. El historiador Aipico y muchos antrop6logos gastan la mayor parte de su energfa teorética y de sus ocios epistemolégicos en refutar el concepto de ley cientifica en los procesos culturales, en erigit comportamientos estancos entre el humanismo y la Ciencia y en proclamar que el historiador o el antropélogo pueden reconstruir el pasado gracias a una vision especifica, 4 clerta intuicién o revelaci6n, en una palabra, que pueden confiar en la gracia de Dios més bien que en cl sistema met6dico de trabajo concienzudo. Como quiera que definamos la palabra efencia segiin cualquier sistema filosdfico 0 epistemol6gico, es claro que aquélia comienza aplicando la observacién previa a ta pre- diecién del futuro, En esi sentido, tanto el-espiritu como Ja realizacién cientifica deben haber existido en Ia con- ducta razonable del hombre, aun en el caso en que se em- barcara en la empresa de crear, construir y desarrollar la cultura. Tomad un arte 0 manualidad primitiva, cualquiera de aquellas con las cuales se inicié probablemente la cultu- Fa, ¥ que, luogo de haber sido desarrollada y remodelada, ns oor elenufica de Ta cutra ~ jermanece desde entonces como su verdadero cimiento: fiir ejemplo, el arte de hacer fuego, de consiruic herra~ fnlentas de madera o de piedra; de edificar viviendas rudi- iwontarias, de usar cuevas para vivir. Qué suposiciones hemos hacer en lo que se refiere a la razonable conducta hombre, a la incorporacién permanente de esta eonduc- nen in corsente tradicional y a apegn de cada generacion saber heredado de sus mayores wr Gino de Tos aricios primitives mis simples y funda- inentales es el de hacer fuego. En este caso, por sobre la ha Hilidad manval del operario, encontramos una definida teo- Hin cientfica incorporada a cada ejecucién y al saber tradi- tional del grupo, Tal tradieiin ha debido defins de manera feneraly abstracta el material y forma de los dos tpos de tnadera usados, asf como los principios del acto, el tipo d movimiento muscular, su velocidad, la captacion de la chis- pay el mantenimiento de la llama. La tradicion se ha con fervado viva, no en los libros ni en teorfas fisicas explicitas; pero presupone dos elementos, el tedrico y el pedag6gico. En primer lugar, ha sido agregada a las habilidades ma- ‘nuales de cada generacin, Ias que, por medio del ejemplo y el precepto, la han ido transmitiendo a los nuevos miem- bros. En segundo término, si el simbolismo primitivo estaba representado por expresiones verbales, por gestos significa- tivos 0 por una accién concreta, tales como instrucciones sobre dénde encontrar y e6mo simacenar los matetiales y producir las cosas, estos simbolismos deben haber estado en tecién, como yo mismo los he visto durante mis investiga- tones de campo. Podemos inferislo asi, porque el resultado final, 0 sea la produceién del fuego, no seria nunca posible, ‘4 menos que los distingos generales acerca del material, Ia actividad y la coordinaciOn se mantenga dentro de las con- diciones necesarias y suficientes para lograr en la préctica tuna operacién exitosa. uisera al mismo tiempo agregar aqut que en el cono- cimiento primitivo interviene aun otro factor. Cuando es- = Bronislaw Malinowski tudiamos los salvajes actuales gue todavia producen fuego Por friccién, que fabrican utensils de piedra y construyen viviendas rudimbntarias, podemos observar que su conducta’ racional, su fidelidad a/los prineipios te6ricos, de acuerdo con los cuales trabajan, y su agudeza técnica, son determi. nados por el deliberado fin que su actividad persigue,/Este fin es un valor en su cultura/ Es algo que aprecian porque satisface uno de sus vitales requerimientos. Es un requisito de su existencia misma. Este sentido del valor impregna todo y pronto llega a estar permanente- mente asociado, tamo a Ia habilidad manual como al co- nocimiento te6rico, La actitud cientifica esta incorporada 8 toda tecnologia primitiva y tambien a las empresas scond- micas y a la organizaciéa social; es aquella confianza en el pasado con miras a a actuacién futura y constituye un factor integral que dobemos suponer ha estado actuando Gesdle los comicnzos mismos de la humanidad, deste que las especies inieiaron su evolucién como homo faber, homo sapiens y homo politicus. Si llega a extinguirse la actitud cientifiea y ta valoracién de ella, aun por solo una gene- acién, en una comunidad primitiva, ésta retrogradaria 2 tun estado animal 0, més probableniente, se extinguiria Por lo tanto,/el hombre primitivo, de acuerdo con su ‘ctitud cientifica, debe aislar los elementos pertinentes del conjunto de los proporcionados por el medio, de Ins casua~ les adaptaciones y de sus experiencias, e incorporarlos en sistemas de relaciones y factores determinantes, El motivo 0 impulso final en todo esto es principalmente la superviven- sia biolbgicay La llama era necesaria para calentarse y coci- ar, para seguridad ¢ iluminaci6n. Algunos utensilios, Ins construcciones y tallados de madera, los tejidos de junco, las embarcaciones, han debido también ser producidos fin de que el hombre viva. Todas estas provechosas activi- dades teenolégicas estuvieron basadas en una teoria en a cual fuerom aislados los factores decisivos, en Ia que se aprecié el valor de la penetracién tedrica y en la que la pre- Ay ora etna deta eutara ar visi6n det resultado se bas6 en exper Aiydosamente formuladas. 7 Hl puato principal que trato de establecer aqui no es {unio que et hombre primitivo tiene su ciencia, sino mais Wen que, en primer término, la_actitud eientifica es tan giuigua como 1a cultura, y Iuego, que la definicién minima tip ciencia se deriva de cualquier actividad practica Si confrontéramos estas conclusiones sobre la naturale~ sade la ciencia, extraidas de nuestros anilisis de los descu- wimientos, invenciones y teorfas det hombre primitivo, con A progreso dela fsica moderua desde Copémico, Gaile, Newton 0 Faraday, hallarfamos los mismos factores dife- Ieaisles que distinguen Ta forma cientfiea de Tos otros podos de pensamiento y conducta humanos, En todos los asos comprobados, en primer término, que han sido aisla- tlos los factores efectivos y pertinentes en un proceso dado, La vigencia y aplicabilidad de estos factores se descubren por la observacion o el experimento que establecen su repe- {icién_ constante, La continua verificacién empitica, ast fjomo el fundamento original de Ia teorfa y la experiencia. fentficas, participan evidentemente de la naturaleza mis- fui de la ciencia. Una teorfa que fracasa debe ser corregida \lescubriendo por qué ha fallado. Por consiguiente, es indis- jjnsable una fertilizacién reeiproca incesante entre la ex- periencia y los principies. La ciencia comienza realmente ‘wuando los principios generales han sido erigidos en testi- monios de los hechos y cuando los problemas pricticos y ls relaciones tedricas de los factores pertinentes son aplica~ dos para manejar la realidad de las acciones humanay La illinicién rafnima de ciencia, por lo tanto, implica invaria- tlomente ta existencia de leyes generales, pero también Ia posterior y no menos importante verificacién del discurso iSmico por la aplicacién practicay . aes re ol eee Ja antropologia deben ser satisfechos. Esta disciplina, por varias razones, ha debido convergir sobre el asunto central del més amplio, ncias anteriores cui= 2 Bronislaw Malinowstf tema de las investigaciones humanisticas, es decir, la cultu: ra. Ademés, la antropologia, especialmente en su moderna’ desarrollo, cuenta en su haber el hecho de que la mayoria de sus adeptos han practicado el trabajo de campo o sea el tipo empirico de investigaciGn. La antropologia debe ser’ quiza la primera de todas las ciencias sociales en establecer su laboratorio junto a su gabinete te6rico. El etndlogo es- udia las realidades de la cultura bajo la mayor vatiedad de condiciones, ambientes, raciales y psicoldgieas. Debemos ser, al mismo tiempo, diestros en el arte de la observacién, en €l trabajo etolégico de campo y exper- tos en la teorfa de la cultura, En la investigacién sobre el terreno y en el anilisis cultural comparativo se aprende que ninguno de estos dos empefios tiene valor alguno a menos que se leven a cabo conjuntamente. Observar significa se- Jeccionar, clasificar, aislar sobre 1a base de la teorfa. Cons- uir una teorfa significa resumir la aplicabilidad de la observaci6n pasada y anticipar la confirmaci6n o la refuta- cin empirica de los problemas teéricos planteados. Asi, desde el punto de vista de los estudios hist6ricos, el antropélogo ha actuado simulténeamente como su propio cronista y como manipulador de las fuentes que él mismo produce, Segiin el criterio de la sociologia moderna, el etn6- Jogo, gracias a su tarea mucho més simple, puede conside- Tar las culturas como un todo y observarlas integralmente través del contacto personal. De este modo, ha proporcio- nado muchas de las sugestiones hacia Ins tendencias real- ‘mente cientificas en la sociologia moderna; y hacia el and- lisis de los fenémenos culturales de nuestros dias y la observacién dicesta, con preferencia a lascémodas reve- laciones intuitives y apodicticas. En el campo del derecho, Ja economia, la politica o la teorla de la religién, el antro- Pélogo despliega la més amplia evidencia intuitiva para In ‘comparacién y la discriminacién, Por eso no es fatil, estéril ni presuntuoso, como podria Parecer, el discutir Ia mancra cientifica de encarar el estudio Vow wortactenifea de ta eulura 3 lel hombre como la contribucién real de la modema y fu- ura antropologia al humanismo en su conjunto. Necesita- nos una teoria de la cultura, de sus procesos y resultados, ilo su determinismo especitico, de sus relaciones con los hiechos bésicos de Ia psicologia y de los fenémenos orgini- 05 del cuerpo humano, y de la dependencia de la sociedad on respecto a su ambiente, Esta teotia uo es, &n modo Alguno, monopolio del antropdlogo. ‘iene, sin embargo, una especial contribuciéa que ha- ver, y esto puede provocar los esfuerzos correspondientes, We parte de los historiadores, socislogos y psicologos empiri- camente dotados, asf como de los investigadores de ua tipo ‘especifico de actividades, ya sean legales, ya econémicas 0 ‘educativas. Este examen algo pedante de la participacién cientifica ‘los estudios sociales no necesita apologia. No cabe duda quo en la crisis presente de nuestra civilizacién hemos. al- eanzado alturas vertiginosas en las ciencias mecénicas y qui- micas, puras y aplicadas, en la teorfa de a materia y en Ja ingenieria mecénicay Pero no tenemos fe ni respeto por las conclusiones de los estudios humanisticos, ni por la va~ Jidez de Ins teorfas sociales/Mucho necesitamos hoy contra- balancear la influencia hipertrofiada de 1a ciencia natural y sus aplicaciones, por una parte, y, por otra, el atraso de la éiencia sociol6gica y la impotencia constante de Ia ingenie- ria social. La ffeil petulancia de muchos humanistas © historiadores en cuanto concierne a la naturaleza cientifica de sus estudios, no ¢s sélo epistemologicamente desprecia- ble, sino en cierto modo inmoral, en el sentido pragmatico, La historia y la sociologia, tanto como la economia y el derecho, deben apoyar sus fundamentos —cuidadosa, cons ciente y deliberadamente— sobre Ia roca del método cien- lifico. La ciencia social debe también profundizar en cl poder del espfritu empleado para controlar el poder mecé- nico, El humanismo no dejara nunca de tener sus elemen- tos artisticos, afectivos y morales. Pero la verdadera esen- 4 Bronislaw Malinowski cia de los piincipios éticos reclama su evidencia y éta puede obteneise s6lo si el principio es tan verdadero con Tespecto a los hechos como indispensables para el sentir miento. Oura razén por Ia cual hemos tratado tan explicitar mente la definicion minima de ciencia, es que, en un campo de investigacién enteramente nuevo, como la cultura, uno de los procedimientos mas peligrosos es tomar de prestado los métodos de una de las més antiguas y mejor afianzadas isciplinas. 2 Las comparaciones organicistas y las metéforas de ins- piraclén mecénica, la ereencia de que contar y medir defi- nen la linea de distincién entre la ciencia y la tarea indtil — todo esto y muchos otros pretextos para pedir prestacios elementos a otras disciplinas ¢ inclinarse a ellas, han hecho. més dafio que bien a la sociologia. Nuestra definicién mi- rnima presupone que la primera tacea de cada ciencia es reconocer su legitimo contenido. Debe tender hacia mé- todos de verdatera identiicacién 0 al aislamiento de los factores determinantes del proceso. Esto significa nada me- ‘nos que el establecimiento de leyes generales y de conceptos que tales leyes incorporan. Lo cual implica, por lo tan- to, que todo principio tedrico debe ser trasladable a un miétodo de observacién y, ademfs, que en Ia observacién se siguen cuidadosamente las lineas del andlisis conceptual. Por fin, en todo esto la sugerencia derivada de los proble- mas précticos, que pertenecen tegitimamente a la antropo- logfa (tales como policia colonial, labor de los misioneros, dificultades de los contactos de cultura y transculturacién), 3 un constante correctivo de las teorias gonerales: ow wort clenafca deta eutura Ey Carfruto TIL CONCEPTOS Y METODOS DE LA ANTROPOLOGIA Una historia de Ja antropologfa, aun siendo breve, es- tarfa fuera de lugar en este ensayo, Una competente y com- prensiva exposicién de todas Ins curiosidades, investigacio- fies y teorias acerca de los pueblos exéticos y culturas remotas, no ha sido escrita todavia, No hay duda de que, para tal historia, se encontrarfan fuentes de inspiracién no s6lo cientifcas, sino también sensacionales, en los escritos de Herodoto y de Ticito, on los relatos de Marco Polo, de los viajeros espaiioles y portugueses y, més tarde, en los descubridores y misioneros de los siglos xvir y xvitt, La influencia de esta ampliacién del horizonte iumanistico sobre algunos enciclopedistas franceses, merece especial meneién, Las desctipciones de Bougainville y de algunos de los jesuitas franceses influyeron en la teorfa del “hombre na- tural” (Noble Savage) ¢ inspiraron a Rousseau y a Montes- quien, en cuyos escritos hallamos ya dos fuentes de cardcter fantropoldgico: cl considerar 1a vida primitiva como un mo- delo para el hombre civilizado, y la critica de la civilizacién © Haddon, Prepare subg Foe cmt ace Uh Spa heeoeie eae J sie ie Pes ar Mae 36 Bronislaw Malinowski al trazar su paralelisimo con el estado salvaje, Encontramos también alff la aspiracién cientifica a comprender la cultura como una unidad, a través de Ia comparacién de sus varie dades, Montesquieu y Oliver Goldsmith fueron quiz los primeros que intentaton una comprensién critica mAs pro- funda de la cultura circundante relacionéndola con civiliza- ciones exéticas. /La antropologia modema se inicia con 1a concepeién evolucionista’ En este sentido fue en gran medida inspirada por el éxito de tas interpretaciones darwinianas del desarro- Ilo biolégico, por el “deseo de establecer fecundas relacio~ ‘nes entre hallazgos prehist6ricos y datos etnogrificos. El ‘evolucionismo est hoy ya fuera de moda, No obstante, sus principales conclusiones son todavia, no s6lo vélidas, sino indispensables, tanto para el investigndor de campo como para el te6rico. El concepto de los origenes pudo haber sido {nterpretado de manera menos imaginativa y més cientfica, pero nuestro interés en seguir el rastro de cualquier mani- festacion de Ja vida humana hasta sus formas més simples, siguo tan legitimo e indispensable para la plena compren- sién de Ja cultura como lo era eni los tiempos de Boucher de Perthes y J. C. Prichard. Creo que finalmente aceptare~ ‘mos Ia interpretacién de que los “origenes” no son sino la naturaleza esencial de una institucién como el matrimonio © la familia, la nacién o el estado, Ia congregacién religio- sa o la organizacién de la brujerfa. El concepto de “etapa” permanece tan valida como el de los “origenes”. Deberfamos, sin embargo, hacer un ¢s- ‘quema eyolucionista de los sucesivos estratos del desenvol- vvimiento, ya sea de modo muy general, ya valido solamente para cierlas regiones y bajo condiciones determinadas. ‘A pesar de todo, el principio general del anélisis evolucio- nista sigue en pie, En definitiva, ciertas formas preceden a otras; organizaciones tecnolégicas como Ias implfcitas en las expresiones “Fdad de piedra”, “de bronce” 0 “de hietro"; los distintos niveles del clan o de Ta gens; los grupos numé Una eorta cenufica de ta cultura ” floamente pequetios y poco dispersos en contraposicién con Js instalaciones urbanas o semiurbanas, deben ser encara- dos desde el punto de vista evolucionista en toda correcta Wescripeién de una especial cultura, asf como en cualquier ontativa teGrica de comparacién o relevamiento. El evolucionismo ha sufrido un eclipse temporario de- hido al ataque de los difusionistas extremos o Ias'liamadas eycuelas “historicistas?, Para una visién clara y equilibrada del problema remi- Airia al lector al articulo correspondiente de la Encyclopae- dia of social sciences, escrito por A. A. Doldenweiser. El ‘eyolucionismo es ahora el credo antropoldgico plenamente. ficeptado en la UniGn Soviética, forma en la cual, desde uogo, deja de ser cientifica, y ha sido revivido en los Es- lucios Unidos, en forma racioaal, por algunos j6venes inves- ligadores, especialmente A. Lesser y L. White. La otra tendencia dominante en Ja antigua antropologia, pone énfasis en la difusiOn/es decir, en el proceso en virtud dol cual una cultura adopta, 0 toma en préstamo de otra, fersos recursos, utensilios, instituciones o creencias/ La difusién como proceso cultural es tan verdadera ¢ inataca- ble como la evolucién: Parece cierto que no puede hacerse distinci6n alguna entre ambas, Los partidarios de una es- quela, sin embargo, a despecho de su actitud algo intran- sigente y hostil hacia la otra, han enfocado el problema del desarrollo cultural desde diferentes dngulos y han contri buido a su esclarccimiento independientemente. El verdade- to mérito de la escuela difusionista consiste en su mayor conerecién, en st sentido histérico més profundo y sobre odo en su consideraci6n de las influencias ambientes y seogrificas. Si tomamos las obras de Ritter o de Ratzel, quienes probablemente podrian ser considerados como pre~ cursores de este movimiento, encontramos que la enmienda al més antiguo evolucionismo consiste en considerar los procesos histéricos del contexto mundial. El punto de vista iantropogeogréfico implica, por una parte, la eonsideracién 38 de cada cultura dentro de su ambiente natural. Pero, como’ método, exige también el planteamiento de los problema culturales con referencia a un mapa de la distribucién de Jas Culturas, teniendo en cuenta sus partes componentes. En la medida en que una ciencia gana terreno cuando se des- Plaza dentro de otro sistema de determinantes, este mo- Vimiento ha. prestado grandes servicios a la antropologi © ’ La divisién entre evolucionismo y difusionismo (y cada uuno de ellos, desde luego, contiene un cieito nimero de escuelas parciales y opiniones divergentes), se presenta to- Si acaso estamos equivocudos sobre este punto, creemos que Ia nueve décimas partes de la antropologta y la historia de la cultura actuales cometen también el mismo error respecta de este stipuesto fundamental, si bien generalmente inexpres sado; y en este caso, se impone una investigacién general sobre este punto.. Yo estoy profundamente convencido de que hay una equivocacién fundamental en cualquier tontativa de sislar 1, Danio de Jos times de te tople oramnala 0 veniso. comiy. Lat pees Eleneales a'unaismento Ino usd por 1a ater et, Sonu Sit, eV ton eh co Y's itha!caven an glemint9 dicen anh ‘ert coruberaion ‘un po dete Cente de ihn, EN ete inn. dot elemenion! el arzo\ puta. atolar pelt y park smal, oma vid, AMI He eneuenira el boasmo an confesisn en clots seta erie 2, Este, supeesio parece subyacer on ta gba de lavetinadores dem sei i ave ct Boa Rss, i Sati, Wns Groeten Sch 56 Bronislaw Malino Carfruto TV {QUE ES CULTURA? Como punto de partida seré bueno tener una visién a vista de péjaro de la cultura en sus varias manifestaciones, Es ella evidentemente el conjunto integral constituido pot los utensilios y bienes de los consumidores, por el cuerpo de normas que rige los diversos grupos sociales, por lag ideas y artesanfas, ereencias y costumbres. Ya considere- mos una muy simple y primitiva cultura o una extremada- mente compleja y desarrotlada, estaremos en presencia de tun vasto aparato, en parte material, en parte humano y en parte espiritual, con el que el hombre es capaz de superat los concretos, espectficos problemas que lo enfrentan. Estos problemas surgen del hecho de tener el hombre un cuerpo sujeto a varias necesidades orgénicas, y de vivir en un ame biente natural que es su mejor amigo, pues lo provee de Jas materias primas para sus artefactos, aunque es también. ppeligroso enemigo, en el sentido de que abriga muchas, fuerzas hostiles. : En este enunciado, por cierto contingente y desprovisto, de pretensién, que mas adelante sera desarrollado parte pot parte, queda implicito, en primer Iugar, que la teorfa de la cultura debe basarse en. los hechos biclégicos. Los seres numanos constituyen una especie animal. Estén sujetos a Jas condiciones elementales que deben ser cumplidas para, er tora clentea de ta cultura 7 {ww los individuos puedan sobrevivir, subsist la raza y los ‘igonismos sin excepcién ser mantenidos en condiciones de Wwlividad. Por otra parte, con todo cl equipo de artefactos, on su aptitud para producirlo y valoratlo, el hombre crea Wi ambiente sccundario, No hay en fo dicho nada nuevo, y Jieniciones similares de la cultura han sido expuestas con figouencia. No obstante, extraeremos una o dos conclusio- (ies adicionales En primer lugar, es claro que la satisfacci6a de las nece- Aillides organicas o bésicas cel hombre y de la raza repre- fonta una serie mfnima de condiciones impuestas en cada ultura. Los problemas planteados por las necesidades nu- Iulivas, reproductivas ¢ higiénicas del hombre, deben ser jaueltos, y lo son mediante la construceién de tn nuevo Ainbiente, artificial o secundario. Este ambiente, que es ni més ni menos ta cultura mi inn, debe ser reproducido, conservaclo y administrado per~ anentemente, Esto produce lo que puede denominarse, ‘cl sentido més general de la expresiGn, un nuevo nivel Wo vida, dependiente del plano cultural de la comunidad, ilel medio fisico y de la eficiencia del grupo. Un nivel cul- ural de vida significa, a su vez, que nuevas necesidades fiparecen y nuevos imperativos © determinantes son i purstos a In conducta humana. Desde luego, Ia tradicin (ltural necesita ser transmitida de cada generacién a la fbsiguiente. Métodos y mecanismos de cardcter educativo ‘xisten en toda cultura, El orden y Ia ley deben ser conser- fdos, desde que la cooperacién es Ia esencia de toda con- quista cultural, En cada comunidad es menester que existan, Aisposiciones para sancionar la costumibre y las normas, jens y legales, El substrato material de fa cultura requiere fer renovado y mantenido en condiciones de uso, En conse- ‘vencia, son indispensables algunas formas de organi feondmica aun en las culturns mas primitivas. Asi pues, el hombre tiene, primero y ante todo, que sa- Aislacer las necesidades de su organismio. Debe tomar Las 6 Bronislaw Malinowshl § Uae worta elena de ta eulura 2 El andlisis cientifico de la cultura, por el contrario, pue- ‘Jp mostrar otro sistema de realidades que también se con- forma a leyes gencrales, yen consccuencia puede ser usado ‘somo guia para cl trabajo de campo, como medio de iden WfcaciGn de realidaties culturales y como base de conduc~ sin social. El andlisis ast bosquejado, con ¢l que-intenta- ios definir la relacién entre un comportamiento: cultural ¥ na necesidad humana, bésica o derivada, puede ser enominado funcional. La funcién no admite ser definida sino como ta sat Jnceién de necesidades por medio de una actividad en 1a ual los seres humanos cooperan, san utensilios y consu- en mercancfas, Aun esta simple definicién implica otro [Wincipio con el eual podemos integrar concretamente cual- quier fase del comportamiento cultural. Este concepto esen- Ws el de organizacién. Con el propésito de lograr cual- jwier objetivo o alcanzar un fin, los hombres deben organi- Jarse, Como lo mostraremos mas adelante, la organizacién inplica un esquema o estructura muy definidos, cuyos prin- fipiles factores son universales en tanto que son aplicables Ji fodos los grupos organizados, los cuales a su turno, en su forma tipica, son también universales en toda la extensién {lel género humano. Propongo que llamemos a tales unidades de la organiza- Win humana con el término institucién, antiguo ya pero no Alompre definido con claridad ni usado convenientemente, iste concepto implica un acuerdo sobre una serie de valo- fs tradicionales alrededor de los que se congregan los eres humanos. Esto significa también que esos seres man- {lenen una definida relacién, ya entre si, ya con una parte {specifica de su ambiente natural o artificial. De acuerdo fon lo estatuido por su tradicional propésito o mandato, hedeciendo las normas espectficas de su asociacién, tra~ iajando con el equipo material que manipulan, los hombres: ficliian juntos y asf satisfacen algunos de sus deseos, mar- feado al mismo tiempo su impronta en el medio circun- providencias y desarrollar actividades para alimentarse, of Ientarse, guarecerse, vestirse y protegerse del frio, del vient9) y de la intemperie. Esté forzado a defenderse y organizary para tal defensa contra los enemigos y peligros externoy Ya sean fisicos, ya animales o humanos, Todos estos proble: imas primatios son soluctonados por los individuos con he- ramientas, mediante la organizacién en grupos coopera: vos y también por el desarrollo del conocimiento y wn sentido del valor y de ta moral. Intentaremos mostrar que puede concebirse una teorld segiin la cual las riécesidades basicas y su satisfaccién cul: tural se ligan con nuevas necesidades culturales derivadas {y que éstas imponen al hombre y a Ta sociedad un tipo se cundario de determinismo. Estaremos en condiciones de distinguir entre los imperativos instrumentales —que surgen’ de tipos de actividad como el econémico, el normativo, ¢ educacional y el politico— y los integrativos. Entre étok anotaremos el conocimiento, Ia religién y Ia magia. Pocire- ‘mos relacionar directamente las actividades artisticas y re creativas con ciertas caracterfsticas fisiol6gicas del organi mo humano, y ciertos modos de accién concertada y ereen: cias mégicas, industriales y religiosas. Si esto andlisis nos rovela que, tomando una culturs individual como un conjunto coherente, logramos estableces un némero de determinantes generales a los cuales aquélla debe conformarse, podremos precisar una serie de proposie ciones predictivas como gufas para la investigacién de campo, como modelos para los modelos comparativos y como medidas comunes en el proceso de adaptacion y cambio cultural, Desde este punto de vista 1a cultura no nos pareceré una “taracea de harapos y retazos”, como ha sido. deserita hace muy poco por uno o dos competentes antro- pologos. Estaremos en condiciones de rechazar Ia opinién de que “no puede hallarse una medida comin para los fendmenos culturales” y la de que “las leyes de los proce: sos cullurales son vagas, insfpidas e indtiles”, precisa, més conereta y mAs convincente, Pero por el mov ‘mento deseo principalmente insistit en que, a menos que antropélogo y st colega el humanista se pongan de acuerda en aislar algo definido en Ia conereta realidad cultural nunca existiré una ciencia de la civilizaci6n. Por to tanto si conseguimos tal acuerdo, si podemos desarrollar alguno} principios de accién institucional universalmente validos, hhabremos echado una vez més los cimientos eientificos par nuestras. indagaciones empiricas y tedricas. ‘Desde Inego, ninguno de estos dos esquemas de anélisis significa que todas las culturas son iguales, ni tampoco que el estudioso debe interesarse por las identidades o similitue ddes mas que por las desemejanzas. Yo opino, sin embargo, que con el fin de comprender las divergencias, es indispen: sable una clara y comtin medida de comparacién. Ademés, ser posible demostrar que Ia mayoria de las diferencias frecucntemente atribuidas al “genio” espectfico, nacional 4 tribal (y esto no s6lo en la teorfa del nacionalsocialismo) constituyen la razin de ser de instituciones organizadas en torno a alguna necesidad o valor sumamente especializados Fenémenos tales como Ia caza de cabezas, extravagantes silos fonerarios, formas de inhumacién y précticas magicas, pueden ser mejor interpretadlos como elaboracién local de tendencias e ideas esencialmente humanas, pero en tales ‘casos hipertrofiadas. ‘Nuestros dos tipos de andlisis, funcional e institucional, nos permitirin definir Ia cultura més conereta, precisa y- exhaustivamente. La cultura es un compuesto integral de institueiones, en parte aut6nomas y en parte coordinadas, Estd constituida por una serie de principios tales como la comunidad de sangre a través de Ia descendencia; Ia conti- ‘glided en el espacio, relacionada con Ia cooperacién; Las actividades especializadas; y el Gltimo, pero no menos im~ portante principio del uso del poder en Ia organizacién po- Iitica. Cada cultura alcanza su plenitud y autoeficiencia Vive oor clenafiea de a cultura o for el hecho de satisfacer el conjunto de necesidades bisi- J \istrumentales © integrativas. Por lo tanto, sugerir, ‘ile fecientememte se ha intentado, que cada cultura abar- {4 abl un pequefio segmento de su émbito potencial, ¢s Frulleslmente erréneo, por Io menos en uno de los sentidos, Ai traziramos el esquema de todas las manifestaciones h fis culturas del mundo, encontrarfamos natufalmente Wlnentos tales como canibalismo, caza de cabezas, “cova- lw", “‘potlach”, “kula", cremacién, momificacién yuna Wali serie de minuciosas excentricidades. Mesde este punto de vista, ninguna cultura abarca, como ‘ obivio, todas las especificas rarezas y extravagancias de Jie demds. Y hasta considero que este enfoque es esencial- Jwite anticientfico, Fracasa, ante todo, en la definicién de lim que deben ser considerados como reales y significativos wnentos de cultura. Falla también en el sentido de que, comparando algu- ius de estos rasgos sislados, aparentemente exéticos, con uc costumbres u ordenamientos culturales de otras socieda- thes, no llega a proporcionamos guia alguna valedera, En fwilidad, podremos mostrar que algunas manifestaciones ie parceen muy extraflas a primera vista, estdn en esencia fiparentadas: con clementos culturales universal y funda- jiontalmente humanos; y esto se comprobard si se explican ¥ describen en términos familiares aquellas costumibres ebtica Serd desde luego necesario introducit el factor tiempo, decir, el cambio social. Trataremos de mostrar que todos ns procesos de evolucién o difusién ocurren principalmente ujo la forma de cambio institucional. Sea como invencidn, fi como un fenmeno de difusién, un dispositive téenico fe incorpora a un sistema de conducta organizada ya esta- Wecido y procuce gradualmente un remocelaco completo ile la institucién de que se trate, Por otra parte, desde el Junto de vista de nuestro andlisis funcional, demostraremos. {We ningGn invento o verdadera revolucién, ningén cambio oe Bronislaw Maino social o intelectual ocurren jamés sin que hayan sido das necesidades nuevas; y asf las invenciones en 10s ea de la técnica, el conocimiento o la creencia, se van inc rando al proceso cultural de una institucién. Este breve esquema, que es como un bosquejo para anilisis subsiguiente, mas minucioso, indica que la antro Togia cientifica se basa en una teorfa de las institucion esto es, en el andlisis concteto de las unidades tipicas una organizacién. Como teorfa de las necesidades bist ¥¥ de los imperativos instrumentales e integradores derivid de aquéllas, 1a antropologia nos proporciona el andlis funcional, el que nos permite definir tanto Ia forma com él significado de un utensilio 9 de una idea consuetudinatit Como so ve fécilmente, tal concepcién cientifica no padi ppor alto o niega en modo alguno la validez de las investiga ciones evolucionistas o histéricas, Simplemente les suminif tra una base cientifica Ve eer clentica de ta cutura 8 CarfruLo V ‘TEORIA DE LA CONDUCTA ORGANIZADA, | rasgo esencial de Ja cultura tal como a vivimos ‘4perimentamos, como la podemos observar cientificamen- p65 la organizaci6n de los seres humanos en grupos per fMinentes. Tales hechos estn relacionados por cierto acuer- 1, por leyes 0 .costumbres tradicionales, por algo que Goitesponde al contrato social de Rousseau. Los vemos Hempre cooperando dentro de un determinado émbito HiWlcrial: un sector de ambiente geogréfico reservado para Wi ¥s0, un equipo de herramientas y artefactos, una por- Win de riqueza que tes pertenece por derecho. En esa Woperacién. ellos siguen tanto las reglas tkenicas de su witus” o profesién, las normas sociales de etiqueta y con- iileraciones consuetudinarias, como las costumbres religio- WW, jucidicas y morales que informan su conducta, Es Mompre posible también definir y determinar sociolégica- femle qué efecto producen las actividades de un grupo Jjumano asf organizado, qué necesidedes satistacen, qué Wvicios presta cada uno a sf mismo y a la comunidad en Wi conjunio. Serd bueno hacer aceptable esta general asercién por Iiidio de una breve referencia empitica. Consideremos pri- Mero bajo qué condiciones la iniciativa privada llega a ser W hecho cultural. La inyencién de un nuevo recurso tec~ 6 Bronislaw Malinowski su mente, el mundo habria sido mAs feliz ya su vez la cien= cia de Ja cultura librada de uno de sus ms monstruosog si bien mas esclarecidos ejemplos, de cémo la iniciativa pri- vada, cayendo en suclo fértil, puede conducir al desastre y a Ja matanza universales, al hambre y a la corrupeién Podrfamos hacer exposiciones similares en diferente tond! acerca de los descubrimientos de Isaac Newton, de lay obras de Shakespeare, de las ideas de Mahoma o San Fran cisco y aun sobre el mismo fundador de la Cristiandad Nia la historia, ni a la sociologia, ni a la antropologia coneiernen aquello que ocurre en Ia mente de un indivie duo, pero permanece en ella cualquiera sea el caudal de: genio, visi6n, inspiracién © malignidad que pudiera ence: rrar/De alli el principio general desarrollado, segin ol cual 1a ciencia de 1a conducta humana comienza cuando Gta se organiza’ Hay, sin embargo, tipos de actividades concertadas, que no son debidos al desenvolvimiento de una iniciativa individual dentro del movimiento hist6rico donde aquéllas se cumplen. Todo ser humano nace en el seno de una fami- Tia, una religion, un sistema de conocimiento, y con fre- cuencia en un estrato social 0 bajo una constitucién politica que, habiendo probablemente cxistido desde antiguo, no son modificados ni alterados durante su existencia, Séanos permitido, por lo tanto, complementar nuestro anéliss, precedente y mirar a nuestro alrededor, observar nuestras propias actividades en un dfa de trabajo o en Ia historia de una vida/ Comprobaremos una vez més que dondequie- ray en todo acio concreto el individuo puede satisfacer sus intereses 0 necesidades y llevar a cabo cualquier accién s6lo dentro de los grupos organizados y por medio de Ia organizacién de las actividades! Considerad yuestra propia existencia 0 Ia de cualquiera de vuestros amigos o relacio- nes. Bl individuo duerme y se despierta en su casa, en un hotel, en un campamento o en alguna “institucién”, sea ella Sing Sing, un monasterio o ¢l internado de wn colegio. ye leon centfion de la extra o (ula uno de éstos representa un sistema de actividades jyanizadas y coordinadas en el cual se prestan y reciben Hvicios; en el que se proves de un abrigo material con finimo 0 méximo “confort”; donde se vive a costa de iguien o se pagn por ello; que redne un grupo organizado ‘i personas que lo administran, y que esté sometido a una forle de reglas, més 0 menos codificadas, que los dcupantes shoben seguir La organizacién de todas y cada tna de estas institucio- ws, ya sean de mera residencia, doméstica 0 correcionales, ‘oid basada en una ley constitucional, en un conjunto de Yyilores y convenios,"Cada una de ellas satisface una serie de necesidades de los integrantes y de la sociedad en gene- fal y cumple de este modo una ftineién/ A menos que se {pate de nn monasterio o de Sing Sing, el individuo, después lc despertarse, realiza las indisponsables actividades higié~ fieas y abluciones, toma su desayuno y sale. Se dirige Inego fl lugar de sus negocios, compra algo o pregona sus mer- ‘gunoias © sus ideas en alguna de las formas de venta, En. Jodos los casos sus actividades estén determinadas por su folicidn con agin asunto comercial o industrial, con wna fscuela o institucién religiosa, con una asociacién politica organizacién recreativa en las cuales ¢s autoridad 0 subordinado. Si examindramos 1a conducta diaria de cual- Wuier individuo, varén o mujer, joven 0 viejo, rico 0 pobre, Hllariamos que todas las fases de su existencia deben rela~ onarse con uno u otro de los sistemas de actividades or- jnizadas on los que puede ser subdividida nuestra culen- i, & la cual aquéllos, en su conjunto, constituyen, Hogar negocio, residencia y hospital, club y escuela, comité po- ico e iglesia, en todas partes hallamos un lugar, un grupo, ‘yn conjunto de normas, reglas de técnica, un estatuto y una funcion. Un anilisis més profundo mostrarfa, ademés, que en ida caso tenemos un fundamento muy claro y definido en ‘estudio del ambiente material, con los objetos especificos Bronislaw Matinovnl que te pertenecen, como los edificios, el equipo y el capil incorporado a una instituci6n, Hallarfamos. también q para formarnos tna idea clara de via elub atlético o de wi laboratorio cientifico, de una iglesia o un museo, deberti mos estar familiarizados con las reglas lcgales, téonicas administrativas que coordinan las actividades de los miemi bros. El personal que corre con el funcionamiento de cual: quiera de las insttuciones recién mencionadas, debe ser 80 metido al andlisis como un grupo organizado. Esto signifs ea que debemos esfablecer la jerarquia, la division de furs ciones y el “status” legal de cada miembro, 2s{ como st relacién con los otros. Las reglas o normas, sin. embargo, son expresadas invariablemente como una definicién de lt conducta ideal. El examen de este ides! con referencia a lq realidad presente es una de las tarcas més importantes del antropélogo 0 del sociblogo dedicado al trabajo cientfca de campo, Por eso hemes distinguido siempre en nuestra anélisis, clara y explicitamente, las reglas 0 normas, de las actividades, La organizacién de cada uno, de Ios sistemas de estat ‘itimas, implica también aceptar ciertos valores y leyes fundamentales. Se trata siempre del ordenamiento de ciet= tas personas para un propésito determinado, que llas mismas aceptan y que la comunidad reconoce. Aun supo: niiendo que consideriramos un banda de criminales, ve- riamos que ellos tienen también su propia Tey, la cual define sus objetivos y propdsitos, ef tanto que Ia sociedad, espe= cialmente por medio de sus Grganos legales, califica tal corganizacién como criminal, esto es, peligrosa, y como algo que debe ser deseubierto, desarraigaclo y sometido a casts Bo. Asi, una vez més, se ve claro que el cuerpo de normas constitutivas, esto es, el objetivo u arientacién del grupo, y la funcién, 0 sea el resultado integral de las actividades, deben ser claramente distinguidos. Las normas constitu vvas representan 1a idea de la institucién, tal eomo es con Ve recite det eaten @ por sus miembros y definida por la comunidad, La Wn, en cambio, es el papel que la misma institucién dentro del esquema total de Ja cultura, segtin resulta, nvestigacién sociolégica en un grupo eyolucionado 4 pinitivo. Win resumen, si quisiéramos describir ta existesicia indi- ‘Wilial en nuestra propia civilizacién o en cualquier otra, ‘Wheriamos ligar estas actividades con el esquema social de 14 vila organizada, es decir, con el sistema de instituciones ‘en tal cultura prevaleciera. Una vez. masé la mejor descripcién de cualquier cultura (deminos de concreta realidad, consistirs en precisar y ‘Wiallzar todas Ias instituciones en virtud de las cuales se Misidera organizadac ‘Aiimito que este tipo de enfoque sociol6gico ha sido loado, aunque por lo comin algo implicitamente, por Joriadores y especialistas en economia, en politica y en ‘rlis otras ramas de la ciencia social, en sus valoraciones Wp culturas y sociedades. El historiador trata frecuente- Wioale acerca de las instituciones politicas. Al economista foiciemnen, desde Iuego, las instituciones organizadas para Wj produccién, el tréfico y el consumo de los bienes. Aque- lls que se interesan por la historia de Ia ciencia o de In Wigion y nos oftecen andlisis comparativos de sistemas ile conocimiento o de creencia, tratan también en primer Jimino, con mis o menos éxito, acerca de los fenémenos ilslcondcimiento y de la fe del hombre, considerados como ldades organizadas. No obstante, con referencia a 10 Wwe sc llama habitualmente aspectos espirituales de la civi- Jimicién, y desde el punto de vista de la organizacién social, ie sensato y sustancial enfoque no ha sido siempre reco~ ocido. LLas historias del pensamiento filoséfico, de la ideo- Joplin politica, de los descubrimientos o de Ia ereacién artis- fica han descuidado con frecuencia el hecho de que qulquier forma de inspiracidn individual puede tMegar a Sonstituir plenamente una realidad en la cultura, s6lo en 2 Bronistaw Matinowill | hy ova clofica def eutara m ‘yn las clases, los grupos de edad y los clanes torémicos. 14 descripcién de cada uno de estos complejos adquiriré “puifeact6n y resultars comprensible s6lo si relacionamos “+ ojganizacién de Ia sociedad con st ambiente material; si eres registrar el cédigo de reglas de cada grupo y, SO- (odio, mostrar eémo los natives Io derivan de-algunos Wiieipios generates que tienen siempre el antecedente lo- Wiulavio, histérico © mitolégico de una antigua revelacién ‘Wiginasia. Vincunlado tos tipos generales de actividad y 4 efectos en ta vida total, podriamos apreciar la funcién W Gada sistema de actividades organizadas, y as{ mostrar Hie concurren para proveer a los nativos de alimento y Vlenda, de adiestramiento y de orden de sistemas orienta- ‘ihies dentro de su ambiente, y por fin de ercencias, gracias ‘lis cuales estos pueblos logran por sf mismos armonia Hi ol destino general de su vida. El que estudie las altas 0 Wilk primitivas civilizaciones de la gran peninsula asidtica Wp lw India, deberia analizar el sistema de castas en rela- iN con el brahamanismo, y consideraria los monasterios ‘io una consecuencia de los dogmas de la fe budista. Por iiiio de Ia obscrvaci6n de las comunidades aldeanas, de Ive artesanfas, de tos mercados y de las empresas industria- Ws Hegariamos progresivamente a comprender y a sor sapices de explicar cémo estos nativos derivan sts regime wae vida de los recursos naturales circundantes. Asi, tanto en las comunidades primitivas como en las Willlzadas, vemos primero y ante todo que cualquier ac- Hin humana efectiva encamina a Ia condueta organizada/ Fmienzamos a percibir que ésta puede ser sometida a W) definido esquema analitico, El tipo de tales institu- Hones 0 aspectos aistados de Ia conducta organizada yeionta ciertas similitudes fundamemtales a través del am- mbito de las variaciones culturales, Podemos ahora, ira parte, definic explicita, casi diagramaticamente, el de institucién, que supongo es la legitima unidad ible en el andlisis cultural. 1 caso de que sea capaz de captar a opinién publica ua grupo, dotar a la inspiracién de medios materiales pa expresause e integrar de este modo una institucién. El economista, por otra parte, se inclina con frecuen ‘a menéspreciar la circunstancia de que, si bien e5 cer que los sistemas de produccién y de la propiedad dete nan incuestionablemente el nivel de las manifestaciones la vida humana, son a su tumno determinados por form! de conocimiento y de ética. En otras palabras, la extre posicién macxista, que consideraria 1a organizacién econ mica como el determinante supremo de Ia cultura, subestimar dos puntos cardinales del anilisis aqui oftecid fen primer término, el concepto de normas constitutiv fn Virtud de las cuales encontramos que todo sistema produccién depende del conocimiento, del nivel de vi (definido a su vez por una serie de factores culturales) del orden legal y politico; en segundo lugar, el de funcién, por el cual comprobamos que a distribuci y consumo de los bienes dependen tanto del cardcter total de una cultura como de 1a produccién misma. En otro ‘términos, el andlisis aqui propugnado destacaria decididay mente que en el campo de cualquier disciplina sociol6gi deben practicarse considerable ntimero de trasplantes rocos con otros aspectos de 1a realidad social, a fin de eliminar los supuestos y buscar las primeras 0 verfdici causes, ‘Suponiendo que paséramos de nuestra propia cultura ‘otra menos conocida o més exética, hallerfamos exacti= mente las mismas condiciones. La civilizacién china dificre de Ia nuestra en Ia organizacién de ta vida familiar y con respecto al culto de los antepasades; en la disposicién de sus ciudades y su estructura municipal; en la vigencia del sistema de clan y, por lo tanto, también en el ordenamiento) econémico y politico del pais. Estudiando una tribu aus traliana, conoceriamos los peque'ios grupos familiares, Tas hordas en las cuales las familias se agrupan, el matrimonio Capituto VI LAS UNIDADES CONCRETAS, AISLABLES EN LA CONDUCTA ORGANIZADA Con el objeto de hacer el andlisis subsiguiente mas de nido y més Util, tanto en el trabajo de campo como en Wi teorfa, sera mejor representarlo en forma de diagrama, pari dar una definicién clara de los varios conceptos que hemof_ inferido de él, y complementarlo con una lista, tan nutri y concreta como sea posible, de los tipos de validez univer: sal. El concepto que hemos venido elaborandofés el de wil: sistema organizado de actividades tendentes a un fin) He: ‘mos establecido en primer término que los seres humanoy forman parte de grupos tradicionales desde su nacimiento © por incorporacién posterior. Y también que, en cicrtay ‘casos, ellos organizan o instituyen dichos grupos. Definiré el cuerpo de normas constitutivas de una institucién como ¢ sistema de valores para cuyo logro los seres humanos s¢ organizan o se incorporan a organizaciones existentes. Deo finiré el elemento humano de la institucién como el grupo regulado por precisos principios de autoridad, divisin de funciones y distribucién de privilegios y deberes. Constitw. yen las reglas 0 normas de una institucién, las destrezay loa ora cient de te cultura a Wenleas adquiridas, los h&bitos, los preceptos legales 0 Wanlamientos éticos que son aceptados por los miembros i ellos impuestos. Resulta claro, tal vez, que tanto la or- sapleacién de las personas como la naturaleza de las reglas Sejuidas estén definidamente relacionadas con aquellas nor- Jas constitutivas, En cierto modo ambos términoé: el con- jio humano y las reglas, derivan y dependen de'su co ‘olin. normativa. Un hecho importante ha sido corroborado @ lo largo de \iestro andlisis: toda organizacién esta invariablemente ba~ ua sobre la {ntima correspondencia con el ambiente ma- Jovial que Ia circunda, Ninguna institucion esté suspendida fi) l aire © flota de manera vaga © indefinida a través del espacio. “Todas descansan sobre un substrato material, esto €s, i un reservado sector de elementos ambientes, constituido, ase, ierunesoe y también una porcién de bene- que se actecientan como resultado de las actividades wonicertadas. Organizado sobre la base de un cuerpo de nor- is, setuando de acuerdo con la cooperacién social, si- uiendo las reglas de su ocupacién especifica, usando y Hlsponiendo de un equipo material, el grupo se empeia ea | cumplimiento de sus actividades. Ja distincién entre actividades » reglas ¢s clara y pre- , Las primeras dependen de la destreza, del poder, de la Honesidad, de la buena intencidn de los miembros. Ellas Jivariablemente se desvian de las roglas, que representan el ‘Winplimiento~ideal, no necesariamente su. realidad. Por ‘ira parte, las actividades estén incorporadas a la conducta ‘yoneteta en tanto que las reglas con frecuencia se manifies- {in slo en preceptos, textos y regulaciones. Por fin, noso- Ios hemos introducido et concepto de funcidn, esto es, el Jesultado integral de actividades organizadas, distinguible f consiguiente del cuerpo de normas, vale decir, del ob- livo, de fin nuevo 0 tradicional que se tiende a lograr. La Mistincién es esencial. Bronislaw Matinowshi WWM ora centfiew de la exluira B CUERPO DE NORMAS fs tandlisis de esta indole es no s6lo posible, sino indi 4 ble: Sostenemos aqui que 1a instituciin es la verda- ELEMENTO HUMANO — REGLAS 4) unidad del andlisis cultural. Afirmamos también que + + Wullard incorrecto cualquier otro tipo de discusién o Se Hiejosteacin que s6lo considere rasgos aislados, 0 com KER ones lejos que no sean los que integran la estructurd institu- onal ‘ Funct on el objeto de demostrar més acabadamente aunque $ois existe en todas las culturas y en cada una de sus ma~ Wiestuciones, seré mejor suministrar primero otra amplia ero importante generalizacion. Sostengo que, si bien ins= HWiielones tales como Ia familia, el estado, el grupo de edad |i congregacién xeligiosa varian de una a otra cultura, J e0 algunos casos, dentro de le misma, ¢s posible formular Wi lista de tipos 0 clases representatives de todas las cul- Wins, En otras palabras, sostendria que Ia facilia y el tipo We sotividades basado en un permanente contrato matri- Wonial en el cual la reproduccién, la edueacién y In coope- Wwelin Goméstica son los intereses dominantes, puede ser Woysiderado como un rasgo de cultura universal. Intentemos Jormular esa lista, Puede ser concebida como uaa guia Wil para cualquier investigador de campo que parte para Wis rea civilizada o salvaje no estudiada previamente ¢ Jienta rastrear, observar y registrar todos los tipos impor- Ijntes de conducta organizada. Una tal lista serfa asimismo iil medida en la investigacién comparativa, ya se oriente i ¢l sentido evolucionista, ya en el difusionista o histérico. Constituiria también ta prueba de que, en cierto sentido, fui cultura debe basar el fundamento de toda concreta y ‘pjyanizada combinacién intencional de seres humanos, en los grupos de actividades establecidos. Con el propésito de redactar esa lista, serfa lo mejor ‘sonsiderar 1os prineipios generales que ligan a los seres hu- fianos entre si y los amalaman en grupos permanentes. Ane todo, tenemos, desde luego, el hecho de la reprodux {i6n. En todas las sociedades humanas, Ja reproduccién, es El precedente dliagrama proporciona una conereta ‘mnemotécnica ilustracién de este asunto. No debe ser con siderado como un mistico “eidos” o un talisman mégico Es meramente un modo de relacionar, compendiadamenté, los resultados de nuestro andlisis y de fijar en la memoria Ja relacién entie los varios puntos que hemos considerado separadamente en nuestra exposicién. Pretende también mostrar con abscluta nitidez que todo tipo de actividad efectiva debe organizarse de una sola y determinada manera, en virtud de Ia cual Megue a estabill: zarse culturalmente, esto es, a incorporarse @ la herencit cultural de un grupo. i Los resultados de nuestro andtisis, sin embargo, ‘al ‘como estén representados en el diagrama, son decididamen- te ambiciosos. Parte cl diagrama de las siguientes proposi- ciones: /eada institucién, 0 sea un tipo organizado de actividad, tiene una estructtra definida/Con el propésito de observar, comprender, describir y hablar te6ricamente acerca de una institucién, es necesario analizarla de Ia ma- rnera aqu{ indicada y s6lo de esta manera. Esto es aplicable al trabajo de campo y a cualquier estudio comparativo centre diferentes culturas, a los problemas de antropologla aplicada y sociologia, y en verdad a cualquier enfoque cientifico, en materias en las cuales ta cultura es el asunto principal Ningin elemento, “rasgo”, costumbre o idea pue- de sor definida, a menos que se la ubique dentro de su ‘manificsto y verdadero marco institucional) Insistimos en % Bronistow Malinowski decir, Ia relacién entre marido y mujer, y entre padres € hijos, conduce a la formacién de grupos pequetios, pero ct extremo importantes. Podemos en consecuencia hablar def principio integrativo de la reproduecién o del parentesca ya se trate de relaciones consanguineas 0 matrimoniales’ Bajo este encabezamiento, deberiamos anotar instituciones tales como la familia, incluyendo el contrato de matrimonio, las reglas de fiiaciOn y las leyes que tigen la vida domés tica. Los lazos de paternidad, la vinculacién reciproca entit padres ¢ hijos, tienden siempre a extenderse y conducen j Ia formacién de mis extensos grupos de parientes. Estn éstos constituidos por aglomeraciones de familias simples bajo a autoridad de un patriarca y Uegan hasii formar los llamados grupos de parentesco, designados ably ‘tualmente por términos como clan, sib, gens o atria, Como) es bien sabido, hay buen némero de distingos entre des cendientes matrilineales y patrilincales, matrimonios matri 0 ‘patrilocales, el sistema dual y el de clanes poligimicos, ely cétera. A despecho de las varias controversias acerca de Jos “orfgenes” del matrimonio y de 1a familia, de la real significacién del clan y de los sistemas clasificatorios de ‘parentesco, en sus manifestaciones lingiisticas o de cual quier clase, el hecho indudable es que ningdn competent investigador de campo puede estudiar una tribu sin haberse familiarizado muy bien con Ia teor‘a general de Ta vida fae miliar primitiva, la ley de descendencia y I formacién de: més extensos grupos de parientes. Podrfamos, por lo tanto, anotar en una especie de condensado resumen, que bajo el principio de la reproduccién como integrador social debe: ser estudiada Ia ley del matrimonio, de 4a filiacién y del arentesco, asi como todas stis consecuiencias con respect a la estructura social. Otro principio general de agrupamiento es el de Ia pro- ximidad y contigiiidad. La esencia de 1a vida social es ta cooperacién, Los individuos pueden intercambiar servicios, trabajar juntos y confiar en complementarse reciprocamente Woe oor cenifca de la cutara ‘sojiin las tareas y las aptitudes, cuando estén uno al aleance Jie otro. ¥ @ la inyersa, quienes son vecinos préximos de- ion llcgar a cierto acuerdo respecto de buen nimero de Wintos, como de marcar sus derechos de residencia y el liso de los objetos de interés y utilidad gonerales. Algunas ‘yeees deben ellos actuar conjuntamente, cuando algin peli- (TERIOR near Himio ¢s obvio, el més pequefio grupo de vecindad es el Nogirefio, de modo que esta serie se inicia con la misma Vjutitucidn a que acabamos de referirnos mas arriba. Ade- fils, encontramos invariablemente algunas formas de orga- fimeln que comprenden cierto niimero de familias y otras Widades de parentesco. Bil grupo local puede ser una horda némada, una aldea selentaria, un pucblo pequeio o simplemente el conjunto {Wp villorrios o habitaciones dispersas. Desde que, como fies to hemos sefialado, hay evidentes ventajas en Ta orga~ Wmcién, en tanto que 1a falta de ella es inconcebible, pues iipjria una serie de candentes cuestiones sin resolver, es Weinpre posible determinar la institucién que podriamos \ienominar municipio o grupo local en el mas amplio senti- iio del término. El principio de la propineuidad, como el Wiel parentesco, puede ser extendido varios grados. En este fo con mucha mayor latitud, y de acuerdo con Ia situa- fidn, podriamos hablar de &reas, distritos, provincias, en fonjunto o aisladamente, siempre que tuviéramos en cuenta ie los consideramos como instituciones en tanto que estén, fyganizados. La més amplia de estas unidades territoriales tle cooperacién potencial, intercambio de servicios y comu- lad de intereses, seria Ia tribu en el sentido cultural de We palabra. Otro principio natural de distincién y de integracion fii relacionado con Ja anatomia y ta fisiologfa humanas, Hos seres humanos difieren entre sf en cuanto al sexo, la find, y, mucho menos significativamente, desde el punto ile vista de ciertos estigmas innatos, deficiencias 0 condicio- 78 Bronstaw Malinonsh| Mi Mora clentfica de ke cara 3 wilsticas, se basa en este princlpio. Aqui también tenemos Wi tipo de fenémeno institucional que puede hallarse, al Hienos en sus formas rudimentarias, aun entre los pueblos: {Wiis primitivos, pero que se manifesta a lo largo de todas is elupas evolutivas, siendo tan evidente en nuestra propia Wilura como entre los polinesios 0 los negros del Africa ‘egdental. En este caso, como en el sistema de grupos de fwlad arriba mencionado, encontramos con frecuencia un fislema de ritos de iniciacién, a veces una funcién econé- Jijoa acessoria, ya estrictamente secreta®y misteriosa, ya Munifiesta y pablica. El quinto principio integrative, de gran importancia, lo se desarrolla con ta evolucién del género humano, es el a habilidad profesional, el aprendizaje y In prelacién. Fiste es, evidentemente, un principio mucho menos es- fico, porque Ias distinciones en lo que respecta al tra- jo, al adiestramiento, a la diferenciaciOn de actividades lipicas,-varian m4s de una cultura a otra, que los distingos Wsados en Ins necesidades reproductivas o territoriales. No. )stante, hallamos invariablemente en todas las culturas Wytitueiones relacionadas con Ia produecién, distribucién y fonisimo de alimentos y otros bienes. Encontramos, ast, fonjuntos cooperativos entre los mas simples recolectores tly limentos, entre los cazadores, pescadores y agricultores. Hiallamos congregaciones mégicas y religiosas como el clan Jotémico, el grupo de parentesco aglutinado por el culto del wolepasado comin, y la tribu en conjunto o las subdivisio- fies que adoran a una divinidad natural, Con frecuencia los Migos y brujos se organizan en grupos profesionales, ya en realidad, ya en ta creencia tradicional de la tribu. Resulta claro que, a medida que la cultura. progresa, Js varias y especificas tareas funcionales se diferencian jiadualmente y se incorporan a una institucién determina- Aly, La educacién debe existir aun entre los més primitivos; rigor, debi6 haber estado presente desde los origenes jhismos de Ia humanidad, como toda transmisién tradicio- nes patologicas, Dondequiera que se establezca una orgs izacién que agrupe a los verones con exclusion de 1as mujeres, podemos decir que existen grupos institucionalizay dos que se basan en el sexo. Esto ocurre habitualmente como resultado de otras actividades, Aun en tas tribus pil mitivas hay una division colectiva de funciones entre home bres y mujeres, S6lo muy raramente, como, por ejemplo, el algunas tribus australianas, encontramos una neta division entre clanes totémicos masculinos y femeninos. Més fre: ‘cuentemente, la organizacion basada en cl sexo esti vine Jada con otro sistema que mencionaremos més adelante! cl de los grupos de edad. Este fenémeno esta ampliamente difundido y, en cierto sentido, es universal. Se manifiesta desde 1a cultura més primitiva hasta nucs= tra moderna eivilizacion occidental, en cl sentido de que determinan ciertas ctapas de la vida humana a las cualey corresponden periodos como la infancia y, en cierto grado, la mocedad, de completa dependencia del medio social, de aprendizaje y ejercitacién; ol de Ia adolescencia, entre It ‘madurez sexual y el matrimonio; el de la plena participa: cién en Ja vida del grupo y finalmente el lapso de la sence tud. Este tltimo se asocia ya con tna gran influencia ef) Jos asuntos de Ia tribu o del estado, lo cual se design ‘con el término de gerontocracia, de sentido etnogréficos 0 | vya significa simplemente que @ los ancianos y ancianas s€ les permite vegetar, al margen virtualmente de la acti corriente de la vida colectiva, En algunas culturas, anor= rmalidades fisicas y mentales, como la inversién sexual y las tendencias epilépticas o histéricas, constituyen la base de tuna organizacién en grupos, conectada unas veces con ¢l shamanismo y que da lugar, en otros casos, a fa formaciéa de castas proscriptas, El principio de asociacién, esto es, ol agrupamiento vor luntario por iniciativa individual, debe ser distinguido de los otros ya enumeracdos. La participacién en sociedades se= cretas, en clubs, en equipos recreativos o en fraternidades wo Bronislaw Malinowshl nal de técnieas, ideas y valores. Pero la educaciOn esti incorporada a la familia, al grupo local, a la asociacién’ de jugadores, a los grupos de edad y a los gremios de ar= tesanos donde el novicio recibe su ensefianza. Instituciones especiales para adoctrinamiento de la juventud, como es: cutelas, colegios y universidades, son unas de las mds nue- vas conquistas del hombre. De Ja misma manera, ol verda- dero conocimiento y hasta la ciencia estin presentes en Jas més tempranas étapas de la culture, pero Ia investiga: ign organizada se institucionaliza sélo en los altos niveles Ge su desenvolvimiento. Y 10 mismo ocurre con tas leyes, y la produccién industrial, las instituciones caritativas y las profesiones como la medicina, el profesorado, el comercio y Ja ingenieria. En los grados culturales muy bajos, fos rudimentarios ‘grupos econémicos, mégico-religiosos, artisticos y recrea- tivos dependen de las primitives formas de especializacién, El distingo basado en el “status” y el rango, ta forma- ci6n de clases y castas, no se presentan en los grados eultu~ sales muy primitivos; pero aparecen con el desenvolvimiento de la riqueze, del poder militar, de la conquista y, por to tanto, con la estratificacién étnica. En este tltimo sentido podrfamos haber introdueido 1 principio racial como. uno, de los que pueden llegar a institucionalizarse; tal el caso de las castas de la India, las dos o tres socicdades estratifi cadas del Sudén y del Africa oriental y, en cierto grado, Jas varias discriminaciones raciales y demés medidas en. nuestra propia sociedad. Si quisiéramos ahora averiguar oémo y en virtud de qué principios estas varias instituciones se integran en conjt tos definidos y auténomos, deberfamos hacer una impor- ante distincién, El panorama ctnogréfico del mundo de~ ‘muestra que en todos Jos continentes hay limites bien definidos que separan, unas de otras, las entidades cultura- Jes que los antropélogos llamamos tribus. En este sentido, Ja unidad de estos grupos, geogrificamente definidos, con- Ui wort clentfica de la cultura al sisle en Ia homogeneidad de fa cultura. Dentro de Tos limites ‘ip la tribu, el imperio de la misma cultura se extiende de {ip extremo al otro. Sus miembros hablan todos el mismo jiloma, aceptan la misma tradicién en la mitologia y en cl leiecho consuctudinario, en los valores econdmicos y en los: [wincipios morales. Con esto, corre paralela una stmejanza ile técnicas y herramientas, de gustos y bienes destinados a los consumidores. Eilos tuchan, cazan, pescan y cultivan el ielo con el mismo tipo de utensilics y armas; se casan de suerdo con idéntica ley de matrimonio y filiacién. De este iodo, los miembros de tal grupo pueden comunicarse por uedio de la palabra; intereambiar servicios y movilizarse [oddos para una empresa comin. Podemos dejar pendiente la cuestién de si es posible gonsiderar como instituciones estos grupos culturalmente \inificados (Ios cuales, en realidad, son el prototipo o ante- fedente de Ta nacién en el sentido moderno). Es probable- Jnonte mejor describir la nacién, primitiva 0 civilizada, co- fio un todo integrado por instituciones, en parte auténomas, Jero también interdependientes. En este sentido, nacionali- tad significa unidad en ta cultur Hay, sin embargo, otro principio de integracién hasta hora omitido, Me refiero al de autoridad en ] amplio sen- {ido det término. Autoridad significa el privilegio y el deber de tomar ecisiones, de resolver en casos de disputa o desacuerdo y lambién de poder hacer respetar por la fuerza tales deci- siones. La autoridad es la verdadera esencia de Ia organiza~ iGn social, Por lo tanto, no puede estar ausente de nin- guna organizacién institucional aislada. No obstante, hay stituciones cuya cohesién se logra principalmente por 1 uso de fa fuerza efectiva. Podemos definirlas como ins- lituciones politicas, y hablar de un coeficiente © porcién politica determinada, en la familia, 1a municipalidad, 1a provincia 0 hasta los grupos econémicos o religiosos. La im= Portancia real de este principio comienza, sin embargo, con 2 el desarrollo de las organizaciones militares y con su inter: vencién en el ataque y la defensa. La tribu como unidad cultural existié probablemente mucho antes de que Ia trib politica legara a organizarse sobre el principio de la fuerza, Entre los aborigenes australianos 0 entre pucblos tales como Jos vedas, los fueguinos, los pigmeos y los andamaneses, no podemos hablar de organizacién politica de 1a tribu desde que ésta no existe, En algunas comunidades algo més des arrolladas, en Melanesia y entre los habitantes de Oceanii que hablan el polinesio, el grupo politico o estado originario se halla habitualmeiite asociado con la subdivisin de la tris bu. En una etapa mAs avanzada, ambas unidades coincide ¥y entonces podemos hablar del prototipo del estado-nacién, Dondequiera que esto ocurra, seré bueno trazar la dis- tincién entre 1a tribu como unidad cultural y como organs La Gitima es una forma de institucién que debe ser definida en todos los aspectos en los cuales hemos analizado el concepto y que representamos en el diagrama, Y serfa siempre importante destacar muy bien hasta qué punto coincide 0 no con el grupo cultural Seré conveniente resumir este andlisis en una breve zacién polttic lista: ‘Lista pe Tipos UNIVERSALES DE INSTITUCIONES Principio de integracién 1, Reproduccién (Vincutlos de sangre de- finidos por un contrato legal de matrimonio y extendidos Inego por un principio de filiacién es- pecificamente determi- nado en el'esquema ge nealégico,) Bronislow Malinowski Tipos de instituciones La familia, considerada como el grupo doméstico de pa: dres ¢ hijos. Organizacién del _noviazgo, La definicién legal y orga: nizaci6n del matrimonio co- ‘mo contrato que une dos ine dividuos y emparenta dos grupos. Un teorta cientfica de la cultura Principio de integractén 2, Tertitorio (Comunidad de intere- ses debidos a ta proximidad Ja contiglidad y 1a po- sibilidad de coopera in.) Principio biol6gico. (istinciones debidas al sexo, a la edad y a los ‘stigmas y s{ntomias cor porales.) 3 Tipos de instituctones El grupo doméstico extendi- do y su organizacion legal, econdmica y religiosa. Grupos de patientes, vincula~ dos por el principio. unilate- ral de Ia descendentia, El clan, matri o patrilineal. EL sistema de clanes empa- rentados. Los grupos municipales de ‘yecindad, como la horda né- mada, la vagabunda banda focal, el pueblo, el conjunto de aldcinelas 0 habitaciones, Ja ciudad, la vrbe. El distri- to, In provincia, Ja tribu (Che. n. 7) Primitivo grupo sexual to- temico. Organizaciones basadas_ en diferencias sexuales fisiol6gi- cas © anatémicas. ‘Organizaciones debidas a la division sexual de funciones y actividades. Grupos y grados de edad siempre que estén organiza- En las organizaciones.primi- tivas, organizaciones de anor- ‘males, degenerados mentales, epilépticos (relacionadas fre- ‘euentemente con ideas reli- giosas 0 miégicas); en los au Principio de integracién 4, Asociaciones volunta- tas, 5. Ocupaciones y profe- siones. (La organizacién de los seres humanos segiin sus actividades especia Tizadas de acuerdo con el interés 0 propésito comin y para la ejerci- tacién de sus especiales aptitudes.) Bronislaw Malinowski Tipos de instituclones altos niveles de cultura ins- tituciones para enfermos, in- sanos, defectuosos congéni- tos. Primitivas sociedades.secre- tas, clubs, equipos recreati- vos y sociedades artisticas, En los altos niveles de cul- tura, los clubs, sociedades: benéfieas y de ayuda mutua, logias, asociaciones volunta- ris para recreo, educacién moral o realizacién de un propésito comin, En un nivel primitivo, princi- palmente magos, brujos, sha manes y sacerdotes; también sremios de artesanos y equi pos evondmicos. En las civitizaciones més des- arrolladas, los. innumerables oficios, gremios y grupos for- de la medicina, el derecho, 1a ensefianza, el ministerio sa- cerdotal. ‘También instituciones espe- cificas para el ejercicio or ganizado de la ensefianza (escuelas, colegios, universi- dades); para Ia investigacién (laboratorios, academias, ins- Wp torte cienfice deta ewlura Principio de integracién 6, Rango y “status” 7. Principio inclusivo (La integracién por co- munidad de cultura 0 poder politico.) Tipos de instituciones titutos); para la administra- de justicia (euerpos le- tislativos, tribumales, fuerza policial); para Ja defensa y Ja agresién (@jército, mari- na, fuerza aérea); para la religion (parroquias, sectas, iglesias). Estados y 6rdenes de noble- za, clero, burguesfa; campe- sinos, siervos, esclavos. El sistema de castas, Estratificacién éiniea, esto es, distingos raciales cul- turales en civilizaciones pri- mitivas 0 desarrolladas. La tribu como unidad cultu- ral correspondiente a 1a na- cionalidad en niveles més ele~ vados. El sub-grupo cultural de lo- calizacion geografica 0 de conjuntos enclavados (mino- ras extranjeras, ghettos, gi- tanos). La unidad politica que pue~ de comprender parte de la tr bu, su totalidad y aun ineluir varias subdivisiones cultura- les. El distingo entre tribu- naci6n y_tribu-estado como organizacién politica es fun- damental % Bronson Malnowll Wyant de de aera 2” Esta lista resume el asunto del presente capitulo. Com), se ve, es una exposicién basada completamente en cl sentidd, coma, ¢ indica que/en toda cultura se han de hallar ciertoy ‘tipos de organizacién: Desde el punto de vista de Ia obsete vaci6n etnogréfica, esta lista tiene un valor preliminat para el estudiante, en el sentido de que induce al investi- gador a contestar positiva o negativamente una serie de ‘cuestiones que deben plantearse con claridad si se desea Ie: gar ala cardoterizacién de una cultura no estudiada todavia Seria bueno quizés insistir una yez més en Ja importan: cia teérica de esta listgf Establece, ante todo, en Ia column de la izquierda, que la reprodueci6n, la distribucién territo- rial, las distinciones fisioldgicas y profesionales producen de= finidos tipos de agrupamiento, cada uno de los cuales tient li misma estructura general que hemos expuesto en nuestid concepto de institucioa. Afiema también que las asociacio nes voluntarias, bajo Ia forma de sociedades secretas, clubs 1 otras agrupsciones deliberadas, tienen existencia univers sal, y que el modo de integraci6n del grapo cooperative ds amplio, basado en la homogeneidad cultural y el podet politico, es esencial para nuestro.conocimiento de una co- ‘munidad, Los encabezamientos de esta primera columna enue: ran una serie de problemas universales que son resueltos en cada cultura de modo algo diferente Y es la solucién de es« tos problemas, vale decir, 1a funci6n de los varios tipos ins titucionales, lo que conduce a un primario determinismo, Bsto, sin embargo, debe ser més desatrollado. Es claro que mientras 1a reproducci6n representa un detetminante fun= damental en cada sociedad; el principio basado en el terri- totio es formal ¢ indica sélo que, dados ciertos intereses vitales que deben ser satisfechos en comtin, ¢s indispensable lun asiento espacial, puesto que las personas deben estar tunas al aleance de las otras para cooperar entre sf. Sin em argo, debemos estudiar mas profndamente fos vitales in- tereses que ligan a un grupo con el territorio que ocupa, ‘Awnprenderemos también con més nitidez cémo nacen los Uijelivos especificos de las diversas ocupaciones y de qué Wanera ellas se relacionan con los requerimientos bésicos Wu vida humana y Ia existencia del grupo. Bn una palabra, se requiere una exposici6n més com- lei de nuestra teorfa de las necesidades fundamentales, Wp In derivacién de los intereses culturales y de los deter~ Winantes ambientes, sociolégicos y téenicos de toda con- Weta colectiva basada en la cooperacién, Sélo después de Wi detallado examen de estos problemas, a través del cual clarificaré el concepto de funcién, estaremos en condi- ones de tornar a la lista anterior y demostrar més convin= eulemente que nuestros tipos institucionales no son arbi- Wivios ni ficticios, sino que representan realidades clara- Monte definibles. Wi ote cientifica de ta eutara 9 + Al mismo tiempo hemos apuntado también que cultura, ‘gyno obra del hombre y como medio a través de los cuales ‘Tigi sus fines (un medio que le permite vivir, establecer Ji) nivel de seguridad, “confort” y prosperidads que le pro- ma poder y lo pone en condiciones de crear bisnes y Wilotes més allé de su realidad animal y orgénita), que fillca, decimos, en razén de todo esto, debe ser ehtendida \0 Un medio para un fin, es decir, instrumental o fun- lmente. Por lo tanto, si ambas aserciones son correctas, podre- ios dar una definicién més clara de los conceptos de for- Wh, de fncién y de las relaciones entre ambos. ‘Ao largo de nuestro andlisis, hemos visto que el hom- Jue taodifica et medio natural en que vive/Hemos sostenido Wie ningin sistema organizado de actividades es posible sin Jia base fisica y sin un equipo de instcumentos/ Seria po- ible demostrar que ninguna fase distintiva de cualquier Wlividad humana se produce sin el uso de objetos, herra- jlentas, mercancfas; en resumen, sin la intervencién de ele- Wientos de Ia cultura material. Al mismo tiempo, no hay ‘elividad humana, individual o colectiva, que podamos con Wilorar como puramente fisioldgica, es decir, “natural”, o mo ogulada. Hasta la respiraciOn, las secreciones internas, la di- eve yy la circulacién se producen dentro del ambiente arti- Jal en condiciones culturalmente determinadas. Los proce- Ws fisioldgicos del cuerpo humano son afectados por 1a watilacién, por Ia rotina y 1a calidad de los fenémenos nu- Witvos, por las condiciones de seguridad o peligro, de satis- Iyecion 0 ansiedad, de temor o esperanza. A su turno, fnciones tales como la respiracién, la excrecién, la diges- {iin y las secreciones glandulares afectan a la cultura mas 0 yenos directamente y provocan el nacimiento de sistemas “qulturales referentes al alma humana, a la brujeria 0 a con- fepciones metatisicas/ Hay una constante interaccién entre # organismo y el medio secundario dentro del cual vive; decir, 1a cultura/En una palabra, los seres humanos viven Capiruto VIL ANALISIS FUNCIONAL DE LA CULTURA Es claro que para lograr una conformidad con nuesll definicién de Ia ciencia seré nevesario responder a un ci nnfimero de cuestiones, planteadas, més que resueltas, eM anilisis que precede. Tanto en el concepto de institucii como en el aserto de que cada cultura debe ser analizalt de acuerdo con tales instituciones y también de que t Jas culturas tienen como principal factor comin una set de tipos institucionales, va ya implicito un cierto nimely de generalizaciones o leyes cientificas de los procesos y resultados. 7 Lo que todavia necesita aclararse es 1a relacién en forma y funcién; Hemos insistido en que toda teoria ci tifica debe partir de y conducir a la observacion, Debe inductiva y verificable por la experiencia¢ En otras palabra es menester que se refiera a experiencias humanas suse tibles do ser definidas, y que se manifiesten pablicamentt| es decir, que scan accesibles a cualquier observador; ql ‘sean peri6dicas, y en consccuencia impregnadas de gene! zaciones inductivas en virtud de las cuales puedan ser pre dichas, Todo esto significa que, en dltimo anslisis, toll proposicién de antropologia cientifica debe referirse 0 fe némenos susceptibles de ser definidos por la forma, en ‘més objetivo sentido del término. % Broniew Melionsll Ub Worle ini det ultra a Witliva de lo que, provisionalmente, podrfamos considerar Wie 1a porcién espiritual de la cultura, indicanclo, al mis- We Aismpo, la funcidn ce 1a idea, ta creeneia, el valor y Wiieipio. moral. Resulta probablemente claro ahora, que el problema ftamos enearando aqui y tratando de resolver con la correcci6n, quizds hasta con pedanteria, es el proble- {ondamental de toda ciencia: el de establecer 1a identi- de sus fendmenes, ‘Quien esté familiacizado con las controversias.histéri- Jus, sociol6gicas 0 antropol6zicas, no puede negar que este ioblema atin espera solucién y que la ciencia de la cultura Jyoce todavia de verdaderos eriterios identifcativos (vale Weir, eriterios respecto de qué y eémo observar, qué com= Jiinr y cémo demostrarlo y por fin qué huellas rastrear Wil evolucién y 1a difusién), En el caso de 1a antropologia iy wna escuela cuyos miembros basan la mayor parte de Wis investigaciones sobre y alrededor del concepto de cul- Jn heliotitica. Quienes rechazan estas teorfas negariin de jo que ta cultura heliolitica es una realidad que pueda mntificarse en cualquier parte del mundo. Discutirén ta Mlentificacién demostrada con referencia a los monumentos Jwogaliticos, 1a organizacién dual, el simbolo de la trompa i clefante, la interpretacién del simbolismo sexual de Tes onchas usadas como monedas, y, en definitiva, todas las Jeilidades postuladas. Dentro de la escuela funcionatista misma, para tomar Jin cjemplo més proximo, hay dispuetas sobre si la principal fuplicacién funcional debe referitse al hecho de la ‘‘densi- ‘hid social”, a la solidaridad det grupo, a st su integracién. Wa fenémenos tales como Ia euforia y la disforia, que una orriente funcionalista considera inidentficables y otra per~ fgetamente reales. Mientras muchos antropélogos estin de acuerdo en que familia, por lo menos, es una verdadera unidad cultural que puede ser identificada y rastreada universalmente, en e acuerdo con normas, costumbres, tradiciones y replas son el resultado de una interaccién entre los procesos ory nnicos, la actividad del hombre y el reacondi¢ionamiento su ambiente,/Tenemos aquf, por consiguiente, otro inl sgrante importantisimo de la realidad cultural: si lo Namie Mos noma o costumbre, HAbio o mas, Vfolkay” © ui poco importa. Por simple razén de simplicidad usaré término costumbre para abarcar todas las formas tradiclte nalmente reguladas y “standardizadas” de la conductiy {Cémo podemos definir este concepto a fin de destacal claramente su forma, facilitar en eonsecuencia su enfoqi fent{fico y relacionar Iuego esta forma con su funcidal La cultura, sin embargo, incluye también algunos ele: ‘mentos que permanecen aparentemente intangibles, fuert Gel aleance de la observacion directa, y cuya forma ni cuyy fanci6n resultan muy evidentes. Nos teferimos, por lo eo: min, a ideas y valores, a intereses y creencias; analizamoy ‘motivos en los cuentos populares y concepciones dogmét: cas en las investigaciones sobre 1a magia o la religi6n. 22 qué sentido podemos hablar de forma cuando encaramos li ‘exeencia en tin Dios 0 el concepto de mana o 1a tendencii hacia el animismo, el preanimismo o el totemismo? ‘Algunos socidlogos parten de la base del acuerdo colec tivo, de una sociedad hipostitica, considerada como “el set moral objetivo, que impone su yoluntad sobre sus miem- bros”, Es claro, sin embargo, que no puede ser objetivo lo que no es accesible a la observacién. Muchos iavestigndores ‘que se ocupan del andlisis de la magia o la religién, del co» nocimiento primitivo o la mitologia, se satisfacen con la descripcién en términos de psicologia individual introspec- tiva. En esto no es posible obtener tna decisién final entre ‘una teorfa y otra, enire un supuesto o conclusion y el contrario, apelando a la observacién, desde que obviamente sobre aquellos asuntos no podemos observar los procesos ‘mentales ni del salvaje ni do persona alguna. Tenemos, por Jo tanto, una vex més, Ia tarea de definir 1a concepeién 2 Pronto Matos) Wi wort cen de acura ze toda lo oxtensién del género humano, hay no pocos discuten Ia existencia de esta institucin, Muchos anu Jogos estan convencidos de que el totemismo existe. A. Goldenweiser, en un brillante ensayo publicado en 1910, cual, en mi sentir, constituye un jalén en el desarrollo, ‘método antropol6gico, ponfa en tela de juicio 1a identidal del totemismo. En otros términos, desafiaba a quienes criben acerca de este fenémeno a que trazaran sus origenth su desenvolvimiento y st difusién para probar que tanll en la observacién, como en la teoria podemos consider al totemismo como una legitima realidad. / Asi, Ia tarea de establecer los criterios idemificativay, por una parte en la teorfa y en el trabajo de campo, pil otra, es quiz la contribucién més importante en el sentid de hacer cientifico el estudio del hombre! Permitasen abordar esta cucstién desde el problema elemental del ity vvestigador en campaiia. Cuando él por primera vez estable ce su residencia en el pueblo cuya cultura desea conocd registrar y presentar al mundo, encara desde luego el. pia ‘blema de qué significa identificar un hecho cultural, desl que, evidentemente, identificar es lo mismo que comprell det. Nosotros comprendemos la condueta de otra persons cuando podemos dar razén de sus motivaciones, sus impuly 805, sus costumbres, es decir, su total reaccién ante las com diciones en que se encuentra, Si acudimos a la psicologta ite trospectiva y decimos que comprender significa las ideath: ficacién de los procesos mentales, o si, a fuer de conductiy tas, afiemamos que reacciona ante el estimulo integral de ly situacién en un sentido para nosotros familiar, de acuerd ‘con nuestras propias experiencias, no se modifica profit damente la explicacién. Finalmente, y como un principio’ metodolégico en el trabajo de campo, yo insistirfa. en I concepcién conductista porque esto nos permitiria describit Tiechos que pueden ser observados. Se mantiene como ven dad, sin embargo, que en Ia préctica corriente ¢ intuitivi seaceionamos y respondemos a la conducta de os otros | ives el mecanisme de nuestro propia introspeeci6n. ‘qui surge, inmédiatamente, un principio muy sim- iy pero con mucha frecuencia desdenudo. Las acciones, los Wilenamientos materiales y los medios de comunicacién “Wile son mas directamente significantes y comprensibles, J) aquellos vinculados con tas necesidades orginicas del ombre, con las emociones y con los medios précticos de Wilsfucer esas necesidades. Cuando los incividuos comen 0 Vescansan, cuando sienten atraccién reciproca o se com= mneten en el noviazgo, cuando se calientan junto al fuego, men en una tarima, acarrean alimentos y agua para Wieparar una comida, no nos hallamos perplejos, no tene= Jus dificultad en proporcionar una relacién clara o poner Weabo de lo que realmente ocurre a miembros de culturas Iforentes. El resultado infeliz.de este hecho basic es que 1 antropélogos han seguido a sus inexpertos predecesores Jhan descuidado un poco estas fases elementales de 1a Ulstencia humana, por cierto no sensacionales, pero tam- ico carentes de problemas. Y aun es evidente que una WheceiGn de las particularidades exéticas, lamativas y ex lindas, divergentes de la tendencia universal de la conducta Jman2, no es en si misma una seleccién cientifica, porque [yj mais ordinarias satisfacciones de las nccesidades elemen- Wes son muy importantes para toda conducta organizada. Huubiera sido féeil mostrar que el historiador también Wa como base de su reconstruccién el argumento fsiolé- “ho de que “no sélo de pan vive el hombre, aunque sf Ppeostnest ce pan; quo todos ls eros y, probe mente, también otras erganizaciones mayores, se mantie~ Wn gracias al esi6mago; que, en resumen, como en el “wento famoso, ta historia puede ser expresada en la frase Tells viven, aman, mueren”. Primun vivere, deinde phi Syophari; el principio de que puede mantenerse callado al Jisblo con la sabia distribuci6n de pan y circo; el com= Ppiender, por fin,que hay un sistema de necesidades, al- ‘pines fondamentales, otras tal vez artificislmente desa- 94 Bronistaw Mating ora ciomfea de la cultura = rrolladas, pero que reclaman satisfaceién por igual; fin, todas estas frases y principios constituyen el ac del historiador para una disereta aunque intuitiva reco trucci6ny Resulta claro, me parece, que cualquier tc de la cultura debe partir de las necesidades organicas hombre, y si logra relacionar las mas complejas ¢ indirea pero quizé més imperativas necesidades, del tipo de las Tamamos espirituales o econémicas, nos habré propo dad y contradicci6n en las costumbres enterratorias Is ideas escatol6gicas, forman otro gran conjunto de ios de comportamiento eulturalmente determinados, que patecen, a primera vista, extrafios ¢ incomprensibles. ‘estos casos, sin duda, tratamos con feuémeaos en los se produce inevitablemente una fuerte reacci6n emo- Wonil, Todo cuanto se relaciona con la nutticién, ol sexo fH ciclo de la vida, incluyendo ef nacimiento, desarrollo, nado una seric de leyes generales que tanto necesitamos | jiurez y muerte, est4 invariablemente acompaiado de _una cabal teorfa cientifica. ‘Miurbios fisiologicos en el cuerpo y en el sistema nervioso {Cuindo el antropdlogo, el erudito tebrico, el socidlogl] J quienes participan y de sus acomparantes, ‘6 el historiador consideran que es necesario proporcioil| /Esio nos sugiere una vez mas que si queremos encarar tuna explicacion basada en hipétesis, en ambiciosas recon’) § inconvenientes y complejidades de los modos de com- trveciones 0 en stpuestos psicoldgicos? famiento culturales, debemos relacionarlos con los pro- Desde luego, cuando Ia conducta humana comienza § ios orgGnicos del cuerpo humano y con’ aquellas fases parecer extrafia, alejada de nuestras propias necesidades §) Whcomitantes de la conducta que lamamos deseo o im- costumbres y cuando, en resumen, los hombres cesan Uh} jul, emocién o disturbio fisiolégica, y que, por una razén ‘comportarse como los demas scres humanos y mantiche§| Jotra, deben ser regulados y coordinados por el conjunto pricticas como la “‘couvade”, la caza de cabezas, el coli] i elementos de la cultura,’ Hel cuero cabelludo, la adoracién- de un t6tem, de un ant) Hay un punto que se reflere a la compresibilidad su- pasado 0 de un dios extrafio, Es caracteristico que much wiicial que dejamos de lado en esta parte de nuestra ex- de estas costumbres pertenecen al campo de la magia o di) Waici6n. Existe, como es obvio, un gran seetor de la con- In religidn, y son debidas, 0 asi lo parecen, a deficiencilficta humana que debe ser espeeificamente conocido por ‘en Ia raz6n 0 el entendimiento primitivos. En cuanto menif finvestigador de campo y presentado al lector compren- directamente orginica sea la necesidad a la cual a conduellf vo: es el espectfico simbolismo de toda cultura, el len- humana se refiera, més probablemente engendra aquelli jaje en primer término. Esto se relaciona directamente con fenémenos que han proporcionado la mayor suma de iJ problema que ya hemos planteado, a saber, el de definir terial para la especulacién antropol6gica. Pero esto es vel fincién simbélica de un objeto, wn gesto, un sonido ar- dad s6lo en parte. Aun con referencia a la comida, al somijiulado, refirigndolos a la teorfa general de las necesidades y al crecimiento y decadencia. del cuerpo humano, exislifjsu satisfaccién cultural. tun buen niimero de exdticos y extraiios tipos de conduc El canibalismo y los alimentos “tabi”; el matrimonio Jas. costumbres de parentesco; los eelos sexuales hipert) fiados 0 la aparente falta completa de ellos; los términa lasificatorios del parentesco y su desacuerdo con la p temidad fisiolégica; finalmente, el extraordinario férragy Won score centficn de ka eultra 9” ¥ {a reproduccién, Podemos también definir el concepto de Hiecesidades basicas como las condiciones ambientes y bio- igicas que deden cumplirse para 1a supervivencia del in- dividuo y del grupo. En realidad, la supervivencia de ambos fequiere ef mantenimiento de un mfnimo de salud y energia Vital para la realizacién de tareas culturales, ast.como el IMimero indispensable de miembros que evite la despobla- én gradual. Hemos indicado ya que el concepto de necesidad es fmeramente Ia primera aproximacién al conocimiento de Ia gondveta humana organizada ‘Mas de una vez se ha sugerido que ni la necesidad mas simple, ni la funcién fisioldgica més independiente de las jnfluencias del medio, pueden ser consideradas como total- mente inalterables ante la accidn de la cultura. Por el con~ nario, hay ciertas actividades biolégicamente determinadas: x los elementos fisicos del ambiente y por la anatomia limana, que estén incorporadas, de modo invariable, a foxlo tipo de civilizacién. Presentaré esto en forma de diagrama, En la tabla que gue se registra una serie de sccwencias vitales, Cada una We elas ha sido analizada en una concatenacién tripartita Ye fases. Hay un impulso que es primariamente determina- lo por ¢! estado fisiol6gico del organismo, por ejemplo, el ue se producirfa si Ja respiracion fuera temporariamente suprimida. Todos sabemos qué significa esto por experien- ia personal. BI fisiologo puede definirlo desde el punto de Sista de los procesos bioguimicos de los tojidos, de Ia fun- fin circulatoria, de la estructura de los pulmones y de los procesos de oxidacién det carbono, El impulso o apetito felacionado con la funcién digestiva puede también ser sexplicado en términos psicol6gicos formulados de acuerdo son nuestra introspeccién o personal experiencia. Objetiva- mente, sin embargo, al dictista o al especializado en proce- sos digestivos. Un texto sobre la fisiologia del sexo puede lefinir este apetito instintivo refiriéndolo a is anatomia y CapiruLo VIL {QUE ES LA NATURALEZA HUMANA? (Fundamentos biolégieos de Ia cultura) Debemos basar nuestra teorfa de la cultura en el hechi de que todos los seres humanos pertenecen a una especlt animal. Fl hombre como organismo debe exist bajo cot! Giciones tales, que no s6lo aseguren su supervivencia, sin fque le permitan un metabolismo normal y saludable. Nil ‘guna cultura puede subsistir si no son reemplazados, reguli continuadamente, los miembros desaparecidos del grup De lo contrario, como es obvio, la cultura pereceria py Ja extincién progresiva de aquél. Ciertas condiciones mb rnimas se imponen asia todos los grupos de seres humanoy ¥ a los organismos individuales que los constituyen, Pode mos definir 1a expresi6n “naturaleza humana” como df hecho de que todos los hombres deben comer, respirar, dot tir, procrear y eliminar sustancias superfiuas de su ory ‘nismo, dondequiera que vivan y cualquiera sea el tipo di civilizacién a que pertenezcan. ‘Por naturaleza humana entendemos, en consccuencit el determinismo biolégico que se impone sobre toda civil ‘zacion y todos los individuos que las constituyen, debido a rnecesario cumplimiento de funciones corporales como. respiracién, el suefio, el reposo, la nutricién, la excreci Meno AMIN rot len dea eatara io 98 Bronte! jomnolencia; con el impulso a moverse a fin de ejercitar SERIE PERMANENTE INCORPORADA A TODAS LAS CULTURA n : Misculos y nervios; con la tendencia a evitar los peligros (A) Impulso— ——(B) Acto~ ©) Satisfaccion \ ireetos del organismo, como el golpe o la caida a un pre= Respiracién Inspiracién de Eliminaci6n de] fipicio o desde una altura. La tendencia a apartar el dolor ‘oxigeno CO: de los, % quizés un impulso general relacionado con Ia evitacion tejidos Wel peligro. Hambre Ingestién de Saciedad En Ja segunda columna hemos anotado el acto fitiol6gico aliens Wve correspondo a cada impulso. Este es quizés el menos 5 Satisfaccién Wiriable de la serie en relaci6n con las influencias 0 moti- Sed ara i tones utara, EI inspira tie o tomar alimentos; 4 Acto sexual; cl sueiio, el reposo, la miccién o Ia defeca- Apetito sexual Cépula Dei aS AMET fcnGracce que pueden ser dear tOa Tce A toe Fatiga Reposo Restauracién de Pia, la fisiologfa, In bioquimica y 1a fsica. zo sates Mis correctamente dirfamos, tal yez, que de cada uno aay lle es0s procesos puede darse una definicién minima en tér- ee finos anatémicos 0 fisioldgicos objetivos, aunque inter Vieilia Actividad, Satisfaccién de | \engan ciertas modificaciones eulturales. Ja fatiga En la dltima columna anotamos los resultados de las ac~ Somnolencia Suefio Despertar con res J idades fisioldgicas en su relaci6n con el impulso origina- novadas iio. Una vez més hallamos aqut que, a través de las activi- energfas thes registradas en la columna del eentro, se produce un Pee icci ~ Alivio de la fimbio en el cuerpo humano que determina en los tejidos ccuavcical ers alccten tensién, fiuy definidas condiciones, que son sentidas introspectiva~ = : lajamniento ab») MeMe como alivio, consuelo, satisfaceién, Desde el punto ere eter tena aera fi vita de Is condueta observabe, tendriamos que defini | como equilibrio organico, como una vuelta a las acti- ‘Temor ‘Huida del peligro Sosiego YWdades normales, por ejemplo, en Ia respiracién; 0 como Dolor Evitaci6n por _—_-Retomno al estado” Hd acto de tornar a cumplir las tareas comunes, segdin ocu= medio de un normal fie con Ia evacuacién, En el caso del impulso sexual, en- Sontramos el estado que psicblogos y fisidlogos denominan Jeneralmente detumescencia, Debe advertirse, sin embargo, que en este caso ta cb- fila, es decir, Ia satisfaccién esencial del instinto, y la tem- ria saciedad de ambos organismos, es, bajo ciertas con- fiones, s6lo el punto de partida de otro proceso biol6gico fundamental importancia. En efecto, el acoplamiento en- acto elective fisiologia de In reproduccién. El mismo se vincula eviden- temente con la fatiga, que es un impulso a detener, durante al tiempo necesario, 1a actividad nerviosa y muscular; con Jas presiones vejigales e intestinales y acaso también con la 100 Bronisaw Maltowaht Ui ora cence deta cuura 10h flonados con la produccién, la distribucién y el consumo W los alimentos, ef asunto que concierne al dietista y al f- Wologo de la nutricién est fundamentalmente ligado con Al trabajo antropoldgico. El especialista es nutricion puede lublecer, eu términos de proteinas, carbohidratos, sales hlnerales y vitaminas, la dicta éptima para el manteni- fplento del organismo humano en estado de buen salud, isla alimentacién ideal, sin embargo, debe ser estableci- iin con respecto a una cultura dada, Porque lo 6ptimo es definible s6lo en relacién con el quantum” de trabajo, muscular y nervioso, con la com- ns de las tareas, con la terisién potencial y los es- lerzos requeridos por una determinada configuracién cul- ral de los individuos. Al mismo tiempo, la f6rmula ideal fWeetada por un dietista no tiene importancia tedrica ni ractica, a menos que se relacione con los recursos del me- Mio y con el sistema de produccién y posibilidades de dis- gendra la gravidez en uno de los dos participantes y se pro» duce entonces una compleja serie de fendmenos en virtud dt Jos cuales un nuevo organismo nace a la vida, primero den to del cuerpo materno, separadamente luego del nacimien to; se inicia asf, en el desarrollo ontogénico, una nueva eit: a, parcialmente autGnoma, El proceso del crecimiento, ini trauterino e individual, es también um echo biolégico, 280+ ciado con una gran variedad de impulsos y necesidades, y debe ser tenido en cuenta como un determinante biolégion de la cultura, No obstante, no podemos poner el desatrolly bajo el encabezamiento de un impolso, aunque implique uk serie de impulsos adicionales especialmente en 1a infancis y se relacione con la aparicién de otros en diferentes perloy dos del crecimiento. Este ‘iltimo ser considerado brevemente cuando defi ramos la relacién entre impulso y necesidad Este capitulo tiende a establecer el significado de la ex presién “naturaleza humana” Hemos mostrado que el Je | \ibicién.t {erminismo biol6gico impone en la condueta del hombse | Estoy resumiendo aquf el tipo de estudio con el cual ieitos ciclos invariables que deben ser incorporades a tod | ituve vinculado durante varios aitos en el Instituto inter= cultura, refinada o primitiva, simple o compleja. Hemos des: | wicional de lenguas y culturas africanas, Cuando se reclu~ tacado el hecho de que ocurren siempre y que su concaté | Jan obreros africanos para empresas de tipo europeo, como nacién es tan permanente ¢ invariable como el minimum) | finas, plantaciones 6 factorias, se comprucba.habitual- de cardcter fisiolégico contenido en cada una de las fases J Mente que los trabajadores estén desnutridos con respecto Estas series vitales tripartitas son indispensables para It | fos esfuerzos que deben hacer para cl cumplimicnto de sus supervivencia del organismo, y, en cuanto atafie al acid J Mircas, Ha sido confirmado también, por investigaciones es sexual y a Ta gravider, para la continuaciéa de la especié | piciales en varias tribus del Aftica, que bajo el régimen Es claro que los aspectos anatémicos, biolégicos y fisios J Ye los nucvos esfuerzos exigidos por el cambio de cultura no son los que conciemen primordialmente a la cicncia d | gy general, se hace inadecuada su racién alimenticia, que Ta cultura. Pero para quien en ella se especializa, es necesis J fia en cl pasado suficiente. Ast, aun en antropologla préc- rio apoyarse en estas bases esencialmente fisiol6gicas. Pol J (lea y aplicada, el andlisis aqui propuesto ha pasado del razones tedricas y précticas la antropologia, como teor‘a de J jlano de simple “desideratum” al de investigacin concreta. Ta cultura, debe establecer tna cooperacién més estrecht | La importancia teérica del problema hubiera conduc con aquellas ciencias naturales que pueden proporcionarnos J fio, sin embargo, al bidlogo y al investigador de Ia cultu- la respuesta especifica a nuestros problemas. Asf, por ejems plo, en el estudio de los diversos'sistemas econémicos relie los sabre este proba ore, Maras gare te problema A. , hard, Maree hod Bronislaw Molinowstl | he tora cienfea de la cutwra 103 ra a un intereambio de preguntas y respuestas levementt distinto, Serfa de la mayor importancia para nuestro estudio ‘comparativo de la conducta humana organizada, el apren: det de quienes estudian anatomfa y fisiologia comparadas Jas condiciones ambientales correspondientes a establecet Jos limites dentro de los cuales los orgenismos humanoy ‘mantionen disposicin satisfactoria para el trabajo, teniendd fen cuenta el consumo de alimentos, Ia proporcién de oxints no, ol grado de temperatura y de la humedad atmostérica @ de la que acta directamente sobre la piel; en una palabra Jas condiciones minimas del ambiente fisico comp: cl crecimiento, el metabolismo, la proteccién contra los mis eroorganismos y Ie. reproduccion suficiente, Sobre este iiltimo punto, por ejemplo el grave proble: ma de Ja depopulacién, la extincién més o menos répida de flgunas razas y culturas primitivas y la supervivencia de ‘otras, son cuestiones que la antropologfa cientifica no pues de eludir. En este sentido, simples estudios ginecolbgicos @ teorfas puramente fisiol6gicas no serfan suficientes. Las relaciones entre el organismo total y especialmente los fe= fnémenos nerviosos, con-Ia “voluntad de vivir” y la “vou untad de reproducirse”, constituyen un asunto que ha sida puesto sobre el tapete por investigadores tales como G. Hi Lane, Fox Pitt, Rivers y algunos pocos especialistas en antropologia fisica, pero que espera todavia solucién. En fo que respecta a nuestro andlisis, s6lo necesitamos dejar establecido que las series viteles resumidas en las ta ‘blas procedentes deben ser definidas en primer término des de el punto de vista biol6aico. Se relacionan con la cults 1, primordialmente, a través de Ja “re-definicin” de los impulses y también por el hecho dle que la satisfaccién de ‘un impulso, o, en los términos con que To expresarian alas nos conductistas, del ‘‘refuerzo de una tendencia”, es un factor psicolézico y fisioléaico constante, que controla In conducta humana & lo largo de Ja vasta serie de activida: des tradicionalmente determinadas, Podremos comprobar que la totalidad de amplias Greas de actividades cultura- tbs muy complejas y diferenciadas, tanto en niveles primi- livos como muy desarroliados, estén siempre més © me- 0s directamente relacionadas con las series vitales que an~ Jes enumeramos. Esto, desde luego, no ¢s una idea nueva. Yin realidad, uno o dos de los més inffuyentes sistemas de Wosofia de'la cultura o de interpretacién general ide 1a fonducta humana, desde el punto. de vista de un principio Yominante, han clegido una u otra de nuestras series vita- les y han tratado de mostrar que es el principal motor de fa humanidad, Fi sistema marxista parte de la base de que la serie: Jambre-alimento-sacielad es la base ‘ltima de toda mo- iivaci6n humana. La interpretacién materialista de 1a histo~ fia presta énfasis on parte a la cultura material, esto es a la fiqueza, especialmente en su fase productiva, Sigmund Fircud y sus discipulos convierten el impulso que nosotros Jomos registrado modestamente como apetito sexual en Algo as{ como un concepto metatfisico de Ia Ibido e intentan tiplicar muchos aspectos de la organizacién social, la ideo- Jogia y hasta los intereses econdmicos, por las fijaciones in- fantiles de las tendencias de la libido. En este proceso in- fluyen las funciones del colon y de la vejiga, y reducen ast fl principal motor de la humanidad a los fendmenos que curren precisamente por debajo de Ja cintura humana. Sin fmbargo, queda en pic el hecho de que el organismo es qnatémica y fisiolégicamente diferenciado y debe aceptarse, for lo tanto, la autonomia de los diversos impulsos. Cada jino de ellos determina un tipo espeeifico de accién y cada ferie vital es en gran medida independiente de las demés. En cuanto al problema de la forma y la funci6n, es, sin luda, posible definirlo a esta altura de nuestro andl Cava una de las series vitales tiene su forma determina- ia, Cada una puede ser considerada desde el punto de fista de 1a anatomfa, In fisiologta y la fisica. La exposicién fninima, hecha en términos de ciencia natural, de To que Ia & worteclemifiea de ta eltura 105 ia Brontaw Manon conducta humana debe ser (inducida por un impulso y tefl dente a una satisfacci6n) equivale a definir la forma de vi serie vital. La funci6n, en cambio, es primordialmente pam cl fisiolégo Ja relacién entre las condiciones del organisiil antes del acto y el cambio producido, conducente al estade normal de satisfaecién y equilibrio. La funcién, en este aspecto més simple y bisico de It conducta humana, puede ser definida como Ta satisfaceldi de un impulso orgénico por medio del acto apropiad Como es obvio, forma y funcién estén inextricablemeni® relacionadas. Es imposible tratar acerca de una sin tenet en cuenta Ja otra. En Ia respiracién, por ejemplo, la “for ma, cn euanto se refiere al cuerpo humano, podria apate ‘cet como Ia inspiracién del aire. Pero si la atmésfera cit ‘cundante tiene insuficiencia de oxfgeno o esté cargada eal monéxido 0 cuslguier otro gas venenoso, el efecto sexy muy diferente que si se sspirara aire puro. :Podrfamoy decir entonces que la misma forma presenta diferente fume cidn? Desde luego, no. Al definir la forma, hemos conside: rado, 0 meramente el acto medular de la serie vital, sind también la condicién originaria del organismo, el ambienlt ffsico y el resultado tiltimo del acto, desde el punto de vi de fo que ocurre al organismo en su interacei6n con tos fae tores ambientes. Cuando algén gas venenoso llega a Toh pulmones, la forma del proceso microfisiolégico es evidel- temente distinto del producido por la oxidacién, En otra palabras, tendriamos aqui una diferencia en Ia funcién, porque én su conjunto la forma del proceso ha cambindy, La forma aqui, en lo que respecta a la conducta extern) representarfa, no al organismo que respira durante wi cierto tiempo y aleanza luego el estado de satisfaccién nore ‘mal, debida a la renovaci6n del oxigeno en los tejidos, sino al estado de colapso, radicalmente distinto en relacién con la actividad total y Ia condicién de los tejidos. Podrfamoy decir que In manera de encarar la forma corresponde al ‘método de observacién y documentacién al considerar Un erie vital, mientras que ta funcién significa reconsidetar to Bip a Soatdo, deste el puno do vs do Ios principe ilficos tomados de la fisica, 1a bioquimica y Ia anatomfa, Yale decir, del andlisis completo de los fenémenos orgéni- Hos y ambientes, Es legitimo distinguir ambos conceptos ilesde que corresponden a métocos diversos de obsecvaciOn ¥y de procedimientos operatives. . Es imposible omitir cualquiera de los dos en el anélisis ile la conducta humana, tal como esta expresada en cual- Aiwiera de las sevies vitales enumeradas en nuestra tabla. El antrop6logo que ha estudiado los impulsos, no s6lo fn la definicién minima proporcionada por la fisiea y 1a bjologia, sino en tas fases de la conducta orgénica incorpo- fida a Ja cultura, deberd “redefinir” los dos conceptos de forma y funci6n, y ambos adquirirdn para él una compleji- hd nueva, asi como valor y utilided acaso no tan evidentes or si mismos. 106 Bronisaw Malixowsh _ Carfruto 1X DERIVACION DE LAS NECESIDADES CULTURALES Hasta aqui hemos visto que Ia naturaleza humana inie pone sobre todas las formas de la conducta, hasta la mis compleja y organizada, un cierto determinismo. Este cons siste en un mimero de series vitales, indispensables para li marcha saludable del organismo y de la comunidad en con~ junto, las cuales deben ser incorporadas a todo sistema tra- dicional de cxistencia organizada, Estas series vitales cons: tituyen puntos cristalizados con respecto a los procesos y productos culturales, y a los complejos ordenamientos que se van formando en toro de cada serie, Hemos visto tam: bbién que los conceptos de forma y funcién han sido ya Vital como mero hecho definidos con referencia a una & orginico. ‘Pasamos ahora a considerar 6mo los impulsos, las ac= tividades y las satisfacciones ocurren de hecho dentro de ‘un determinado marco cultural. En cuanto al impulso, 5 claro que en toda sociedad humana cada uno es remode- ado por la tradicién, En su forma dindmica el impulso aparece como una motivaci6n, que aquélla también modi- fica, forma y determina. Los fendmenos respiratorios, por ejemplo, se producen dentrorde espactos cerrados, en una, casa, uta mina, una eueva o una fébrica, Podriamos decir Una rortacienifica de ta cultura 107 ue hay wna relacién entre la necesidad de oxfgeno en los. fWlmones y In de proteceién integral durante el suefio, el abajo o las reuniones sociales. Las exigencias de tempera~ ura y ventilacién deben ser cumplidas por medio de dis- ositivos culturales. En estos casos se produce cierta adap- {ucion tradicional o hébito del organismo. Es bien sabido el echo de que, aun en culturas curopeas, la preferencia por 6) aire puro en contraposicién con el grado de temperatura, fio es idéntica en Inglaterra, Alemania, Italia o Rusia. Otra. complicacién en este simple impulso de aspirar aire para HIenar los pulmones con oxigeno es debida a la circunstan- ‘in de que los érganos de ta respiracién son también, en tierta medida, Organos del Ienguaje, EL adecuado ajuste de Ia respiracién profunda a las exi- encias de Ja oratoria pablica, al recitado de f6rmulas mé- ficas y al canto, constituye otro dominio en el cual la fespiraci6n differe del mero acto fisiolégico. La interaccién. tnire las creencias, mégicas o religiosas, relacionadas con’ Ja etiqueta y la respiracién, proporcionarfan otro co-deter~ ninante del fendmeno fisiolégico, en culturas donde la ex- halacién del aliento, especialmente en locales cerrados, es eonsiderada como peligrosa, descortés © nociva, micntras ‘que la profunda y ruidosa inspiracién del aire es un signo de respeto o sumision. El determinante cultural cs un hecho familiar en cuanto se refiere al hambre 0 apetito, es decir, a 1a disposicién para comer. Li nnisible, éticos sociales respecto de Ia calidad, ordenacién material y pre~ paraci6n de la comid momento y el tipo de apetito, todos estos aspectos pueden ser cjempiificados considerando nuestra propia civilizacién, desde las reglas’y principios de los judios, mahometanos, brahamanes o shintofstas, hasta cualquiera de las culturas primitivas, El apetito sexval, satisfecho siempre ¢ inyariable- mente dentro de ciertos limites, est rodeado por lus més ciones sobre qué es considerado sabroso, ad- os tabties magicos, religiosos, higiénicos y la rutina habitual que establece el ie Brontstaw Matinowihl | aorta ciefca det cutura 10) estrictas prohibiciones, como las del incesto, las abstinenciiy ppasajeras y los votos de castidad, temporarios o permaneil {es. El celibato blimina —por lo menos como exigensit ideal— las relaciones sexuales en ciertas minorfas que inte: fgran una cultura. Desde luego, nunca se presenta com egla permanente para el conjunto de una comunidad. La forma espectfica en Ja cual cl impulso sexual puede sali facerse, es profundamente modificado por cortes anatOm cos (circuncisi6n, infibulacién, clitoritomfa, laceracioncs ell el pecho, los pies .o la cara); el atractivo objeto sexual esté afectado por el rango y In posiciGn econémica; el cum: plimiento del impulso erético implica Ia deseabilidad pet sonal de otra persona, como individuo y como miembro del grupo. Serla igualmente fécil demostrar que la fatign, It sommolencia, 1a sed y a vigilia son determinadas por (ae: tores culturales tales como el cumplimicnto del deber, | turgencia de la tarea y el ritmo establecido de las actividiy des, Factores similares afectan también, evidentemente, lal ppresiones vejigales ¢ intestinales y los impulsos de miedy y dolor. En cuanto al padecimiento, en verdad, parecerlt que los més invariables elementos de la historia cultural y de los datos etnogréficos, prueban que la resistencia puedt ser casi indefinidamente acrecentada por cambios en el sity tema nervioso central, provocados por el entusiasmo reli: gioso, el herofsmo patri6tico o 1a ejemplar determinaciét puritans, En definitiva, serfa ocioso desatender el hecho de que el impulso que conduce al acto fisiol6gico més simple est por una parte, plasmado y determinado por Ia tradiciény J, por otra, es inevitable en la vida, porque esté ademiy determinado por las necesidades fisiol6gicas. Vemos tam bign por qué, considerados bajo dadas condiciones de cul tura, no pueden existir impulsos pura y simplemente fisioy épicos. La respiracion tiene algo que debe ser relacionada on Ia articulacién vocal, con el confinamiento de variay personas dentro del mismo espacio y con actividades en Iay ‘Wiles el aire es afectado por gases nocivos o venenosos, La ‘oynida, bajo condiciones de cultura, no es el mero acto de Whar mano de los recursos naturales del medio, sino un Jieto en virtud del cual los hombres comparten un alimento [Moparado que, por regla general, ha sido acumulado y al- jiMeenado durante cierto tiempo y que, invariablenjonto, es Wresultado de una distintiva actividad organizada'del gru- fi aun cuando ello ocurra en la forma més simple del re~ foleeci6n. Comer en comiin implica condiciones en cuanto a Wintidsd, hébito y manera, y asf se derivan una serie de Joglas de comensalfa. El acoplamiento en Ia especie humana Wi es un acto que pueda efectuarse dondequiera y como ra, sin considerar los sentimientos y reacciones de los is. Su realizacién en ptiblico es, de hecho, extremada~ Hente rara, y ocurre s6lo como una desviacién de las nov lis de ta sociedad, como una forma de perversién sexual, {), muy raramente, como parte del complejo de ceremonias Yhigicas © religiosas. En tales casos, se convierte més Wen en 1a realizacién cultural de un hecho fisiol6gico {ive en la satisfaccién, biolégicamente determinada, de un Mero impulso. El acto de descansar y de dormir, la acti- Yilad muscular © nerviosa y el alivio del insomnio, exigen ialmente un marco especifico, un conjunto de objetos ‘Materiales y especiales condiciones arregladas y permitidas | Jor la comunidad. Tanto en la més simple como en la més Sompleja cultura, la micci6n y la defecacién se cumplen Vnjo condiciones muy especiales y estén rodeadas por un {igido sistema de reglas. Muchos primitivos, por razones Jigicas o temor a la brujerfa, asf como por sus ideas acer- fii ce los peligros que emanan de los excrementos humanos, Unponen estrictas normas de secreto y aislamiento que en- fontramos hasta en la civilizada Europa. En todos estos fasos vemos eémo el acto mismo, es decir, el centro de Ia ferie vital, es también regulado, definido y asf modificado for la cultura Lo mismo ocurre, desde Iuego, en Ja tercera fase de la , He Bronsaw Matron WW works concede ta cultura nm serie, que es la de Ia satisfaccién. fsta no puedo ser dell nida, por cierto, en términos de fisiologia, aunque sea Ii fisiologfa la que nos proporcione la definicién minima, La saciedad es indudablemente una condiciéa del organismd umano. Pero un aborigen de Australia que ha satisfech ‘su hambre comiendo por error su animal totémico; un jue io ortodoxo que, por desventura, ha comido puezco; Mt brscmAn obligudo a ingerir carne de vaca, manifestarlan sintomas de naturaleza fisioldgica, como el vémito, desarre: ‘los digestivos y manifestaciones de la enfermedad que s¢ considera especificamente el castigo para los casos de vio» Jacién de la norma. El goco logrado con un acto sexu ‘con ol que se ha quebrantado un tabi de incesto 0 s¢ hit ‘cometido adulterio o infringido los votos sagrados de cay tidad, produce también un efecto determinado por los var lores culturales. Esto prueba que en los aspectos culturales de la con ducta no debemos olvidar la biologia, pero que no debe: mos eonsiderarnos satisfechos con sélo el determinismo bios 16gico. Con respecto a la respiraci6n, podriamos mencional la creencia muy extendida del “efluvio maligno” o atmés: fera peligrosa, tipificada en ta expresi6n italiana mal aria, que se refiere, por 1o general, no a verdaderas sustanciay volitiles, sino a eategorfas culturalmente determinadas, que producen, sin embargo, resultados patolégices. ‘Vemos, por lo tanto, que la escueta, simple considera: cin fisiol6gica incorporada a nuestra tabla de series vita- les es punto de partida necesario, pero no es suficients ‘cuando consideramos ¢1 modo en que cl hombre satisface sus urgencias corporales bajo condiciones de cultura, En primer lugar, es claro que, tomando un grupo organizada en su conjunto, es decir, al mismo tiempo 1a eultura y las personas que Ia ejercen, debemos tener en cuenta cada st= tie vital, relaciondndola con el individuo, con el grupo of ‘ganizado, los valores tradicionales, las normas, les creencias y también el ambiente artificial en el cual son satisfechos Ij mayor parte de los impulsos, Preferimos omitit el eon- ‘plo de motivacién en un anélisis de ta cultura, a me- is que convengamos en usarlo de manera distinta de ‘Ih psicélogos animalistas y fisidlogos. Desde que es pre~ fwible que una diferenciaci6n conceptual tenga su corre- IMiva distincién terminolégica, hablaremos de aqui én ade- linie de motivo, entendiendo por ello el impulso, tal como elo encuentra en la realidad, actuando dentro de una cul- la dada. Debemos, por consiguiente, formular de nuevo fuestro concepto de este minimo fisiol6gico, vale decir, los nites dentro de los cuales las motivaciones fisiolégicas feden ser remodeladas de modo que ellas no conduz- fan a degenerar el orgenismo 0 a la depopulacién de los fhlembros de una cultura. Como opuesto a motivo, por otra frie, hablamos de necesidades. Usaremos este término, Jp con referencia a un orgenismo individual, sino més bien #/e comunidad y a su cultura en conjunto. Entiendo por necesidad, entonces, cl sistema de con Isiones que se manifiestan en el organismo humano, en el Jjarco cultural y en Ja relacién de ambos con el ambiente Ihc, y que es suficiente y necesario para la supervivencia WM eripo y del organismo. Una necesidad, por lo tanto, es na limitada serie de hechos. Los habitos y sus motivacio- Ws, las reacciones adquiridas y los fundamentos de la or- Jmizacién, deben ordenarse para permitir que sean satisfe= has las necesidades basicas. El concepto, en consecuencia, surgird més claro cuan~ Jo lo discutamos directa y concretamente y fornmulemos la Jibla de necesidades que s6lo de modo indirecto correspon- de a nuestra lista de impulsos. m Bronislay Malinowshl || Ui Weoriacienfia de la culura 1B Jos factores ambientes y con la interaccién entre el organis- ‘no y el mundo externo, interaccién culturalmente trabada, ‘Apirecen aqui condensados varios de los impulsos que ha Jilamos consignado separadamente en la tabla anterior. Tan- (0 li provision de alimentos sélidos © Ifquidos, como los Juocesos de excrecién, por los cuales el individuo ftecuenta umbiente exterior, estin determinados por el metabolismo. No obsiante, en este caso no nos referimos tanto al impulso Jel hambre, al de la inspiraci6n del aire o a la sensacién de sed, De lo que estamos tratando ahora es de que, si conside- fumos fa comunidad como un conjunto, todo organismo, en. Jjeneral, requiere ciertas condiciones que le garanticen 1a Jrovisign de clementos materiales, el cumplimiento de tas funciones digestivas y los dispositivos sanitarios para los Jwocesos finales. Del mismo modo, cuando pasamos a la reproduccidn, jo nos referimos al impulso individual del sexo y a su Wmplimiento cn algiin caso particular. Significamos.sim- jlemente que la reproduccién debe producirse en la propor- fn necesaria para Menar los claros producidos en la comu- nidad, El breve tftulo bienestar corporal se refiere al grado de Caviruro X NECESIDADES BASICAS Y¥ SUS CONCOMI- TANTES CULTURALES La siguiente tabla de necesidades basicas y sus concor mitantes culturales, hia sido trazada con miras a la simpli cidad, Su plan se aproxima a lo vulgar. Pero desde que ef s6lo un cuadro sinéptico, desarroliaremos cada encabezie miento mas ampliamente a fin de proveet de una definici ‘a cada uno de esos titulos taquigraficos. (A) (B) Neceidmes|Plsio “Cononsianes courage nm teers Se usaiad ¥ sien 1. Metabolismo 1. Abasto ‘gual debe permitir que procesos fisiol6gicos como la circula~ 2. Reproduceién 2. Parentesco i6n, la digestién, las secreciones internas y el metabolismo 3, Bienestar corporal 3. Abrigo. fpucdan cumplirse en un sentido puramente fisico, Proba- 4. Seguridad 4, Proteccién blemente Ia temperatura es el elemento més significative, 5. Movimiento: 5. Actividades desde que la exposicién al viento y a la intemperie, a la 6. Crecimiento 6. Ejercitacion lluvia, a ta nieve o a la sequedad continua, acta en gran 7, Salud 7. Higicne incdida, a través de los elementos de ta temperatura, sobre: organismo, La seguridad se refiere a Ia prevencién de dafios corpo- tales por accidentes mecinicos, ataques de animales o de ftros hombres. Resulta claro que, desde el punto de vista lel impulso, estuvimos empefiados, en nuestra precedente El titulo metabolismo signifiea que los procesos de in: gestion de alimentos, digestién con sus correspondiente secreciones, absorcién de sustancias mutritivas y expulsid de excrementos estin relacionados de distintas manecas as Bronistew Molino wikh cexposicion, en relacionar los tipos de reaccién individual cow exposicién o el padecimiento. Ahora puntualizados que bajo condiciones en las cuales la mayoria de los organismos no estén protegidos de los dafios corporales, la cultura y el grupo humano correspondiente no podrian sobrevivir. El epfgrafe movimienio expresa que la actividad es tan necesaria al organismo como indispensable a la cultura distingo entre nuestra referencia anterior al impulso mise cular y nervioso y la definiciOn de la necesidad, como aqul se expone, aparece glara. En cl caso presente, estamos trav tando de las condiciones generales bajo las que un grupo de personas vive y coopera, y en virtud de las cuales la mayoria de los miembros, en alguna circunstancia, y todos en cierto ‘momento, deben obtener algdn fin por medio de ta activi- dad y Ia iniciativa, Bl apartado crecimiento o desarrollo, que fue tratado en nuestra lista de impulsos, tiene aquf su Tugar legftimo. Quie= re decir lo siguiente: desde que los seres humanos durante su infancia dependen de sus mayores; desde que la madu- rez ¢3 un lento y gradual proceso, y Ia edad senil, en of ‘hombre més que én cualquiera otra especie, deja al individuo indefenso, los fendmenos de crecimiento, madurez. y deci dencia imponen a la cultura muy generates pero definidas condiciones. En otras palabras: ningin grupo podrfa sobre= vivir ni subsistir su cultura, si el infante, inmediatamente después del nacimiento, quedara librado a sus propios re= ‘cursos, como en el caso de muchas especies animales. Finalmente, hemos agregado aqu{ la salud como una general necesidad biol6gica. Es dudoso, sin embargo, que este encabezamiento pueda mantenerse. Fs obvio que la salud se refiere a todos los otros epfgrafes, con exclusién quizd del segundo, y, aun en ese caso, la proteccién de los Procesos reproductives de posibles peligros externos cons- tituye uno de los procedimientos higignicos. En realidad, definida Ia salud en términos generales y positivos, impor- taria tanto como el mantenimiento del organismo en con- Uw eortaclentfcn de la cultura as Wliciones normales en cuanto se refiere @ sus aptitudes para li indispensable produccién de energia. Lo que justifica {ive hayamos reservado un encabezamiento independiente ( que la salud desmejora y debe ser recuperada. Desde el Jomento que todos los otros epigrafes son positivos, el tér~ jnino “enfermedad” no seria apropiado, puesto qhe no es lina necesidad bioldgica determinada por su concomitante. in cambio, si se lee como “cura o slivio de la enfermedad (0 de condiciones patologicas” resulta probablemente justi- fieado, en el sentido de que impone ciertas condiciones limi~ {ativas a las sociedades humanas y da lugar a manifestacio- jes culturalmente organizadas. Las dos columnas de muestra lista deben leerse conside- yando cada par de encabezamientos horizontales como inse~ jrablemente unidos. El verdadero sentido de nuestro con- gepto de necesidad implica su correlacién directa con el goncomitante que recibe de la cultura. Cuando consideramos cualquier cultura que no esté en fotado de decadencia o desintegracién completa, sino en su {lesarrollo normal, hallamos que la necesidad y su concomi- lante estén directamente relacionados y se corresponden no on otro. Las necesidades de alimento, bebida y oxigeno no fon jamés fuerzas aisladas que impulsan al individuo o al grupo en su conjunto a una ciega bisqueda de alimento, ‘agua u oxigeno; ni tampoco los hombres Hevan consigo de lo a otro lado sus necesidades de bienestar corporal, de movimiento o de seguridad. Los seres humanos, bajo sus tondiciones de cultura, despiertan ya con apetito matinal bien dispuesto, y también con un desayuno que los aguarda f que esté listo para ser preparado. Ambas cosas, ¢l apetito y su satisfacci6a, se producen simulténeamente en la habi- tual rutina de la vida. Salvo accidentes excepcionales, el Organismo mantiene el grado necesario de temperatura gra~ cias a la ropa con la cual se protege, a Ta templada habita- ¢idn 0 a la estufa de la vivienda y, por fin, hasta por medio de caminatas, carreras u otra actividad. Es cierto que el 6 Bronisiaw Malinowstl Wns wortacienfica deta exltura ur organismo se adapta, de modo que en el dominio de cad nceesidad especifica se desarrollan ciertos hibitos; y, dentrd de una organizacién cultural, estos habitos encuentran si tisfacciones rutinariamente organizadas. Este es el punto en el cual el estudio de la conducta hit mana se aparta definitivamente det mero determinismo bio I6gico. Ya lo hemos puesto en claro sefialando que, dent de cada serie vital, el impulso es remodelado o codeterm): nado por influencias culturales. Como antrop6logos, est ‘mos interesados en primer término por la manera en que se desarrollan, particrido det impulso orginico primario, lok condicionados concomitantes del gusto y del apetito, de It atraccién sexual, de las formas de adomo relacionadas cot el bienestar fisico, etc, ‘Nos interesamos también por ia manera en que se 6s: tructuran los varios concomitantes culturales. Veremos qué no son en modo alguno simples. Con el objeto de proveer It ‘constante corriente de sustancias nutritivas, vestidos, mate: riales de edificacién, construcciones, armas y herramientas, las culturas no deben simplemente producit artefactos, sino que tienen también que desarrollar,téenicas, esto es ,accione} reguladas, valores y formas de la organizacién social. Seri mejor, probablemente, considerar uno por uno los varioy ‘concomitantes culturales indicados en ta segunda columns) ¥y ver que representan como detalles de organizacién y e: ‘uctura cultural. 1. Abasto. Partiendo de la base de la necesidad de hutsirse, hallaremos que los seres humanos comen y beben no gracias a exelusivos recursos de la naturaleza, ni tampoca en completo aislamiento, ni, en fin, por simples exigenci anatGmicas 0 fisiol6gicas, Ya nos volvamos hacia los mis primitives, como una tribu de aborigenes australianos 0 lun pequefio grupo de fueguinos, ya hacia una comunidad curopea o americana notablemente civilizada, hallaremog siempre actos de comensalia. Con frecuencia los individuos comen juntos en una estera comtin o en tn sector de terreno Juervado para ese fin, rodean el hogar, s¢ sientan en torno Hina mesa 6 se congregan en el bar. En todos los casos Jubemos que la comida ha sido ya preparada, es decir, ele~ jila, cocinada y puesta en sazin, Se usan ciertos utensilios in comer, se observan actitudes en la mesa y asf las con- Jones sociales del acto aparecen claramente definidas. Se~ J posible mostrar que en toda sociedad humana, y con Jpspecto a cualquier individuo, el acto de comer se cumple sientro de una institucién determinada: puede ser Ia familia, i) ¢stablecimiento comercial o wn hotel. Siempre ¢s un lugar fio, con una organizacién para proveerse de los alimentos, WMeparados o decidir las oportunidades de su consumo. A eees la cocina funciona separadamente, aun en las comu- ilades primitivas, v. gr., en los casos en que los alimentos ‘on cocinados en el hogar y servidos en la residencia de los Jjombres o en el club de tas mujeres. ‘A veces el Ingar donde los alimentos son almacenados % un establecimiento mercantil 0 comunal, Pero aun la onsferencia al consumidor de las sustancias alimentici J producidas, se hace invariablemente por medio de una ferie més 0 menos complicada de sistemas de actividades, es svir, de instituciones. En nuestra propia cultura, puede jourrir que se les cocine a miles de millas de distancia, foino en el easo del salmén, que es envasado en Alaska, 018 Jingosta, en Afiica del Sur, o el cangrejo en el Japsn, y le- in por fin, a través de varias etapas en Ta vasta serie comer- fial, al consumidor, que puede abrir Ia lata en un “picnic” 0 fonter solo el contenido. Aun este acto se hace posible gra- thos a Ia muy complicada cadena de empresas destinadas a Ii preparaciin y distribucién de alimentos, con las cuales sel acto esta evidentemente estabonado. Es menos dificil demostrar que tanto ta preparacién ‘mo la distribucién de los viveres son sistemas organizados Je actividad que forman parte del abastecimiento local o Jacional. Con mucha frecuencia el estado 0 el grupo inter- fionen, en la medida en que las grandes empresas son con troladas, sujetas @ impuestos y ocasionalmente hasta org izadas. Por otra parte, existen condiciones culturales 9 Jas cuales la produccién, distribucién, preparacién y com sumo de los alimentos se llevan a cabo dentro de la misitit institucién, la familia, por ejemplo. Tal es el caso aun oh Jas culturas muy adelantadas, cuando una granja distan\ depende principalmente de sus propies productos para lt mayor paite de sus necesidades, por lo menos en cuanto i) suistento se refiere. Es bastante notable que esto resulta me nos verdad con respecto a muchas comunidades agricola) primitivas, donde Ya ayuda mutua y el intercambio de se Vicios y mercancfas son necesarias con frecuencia, debid precisamente a las rudimentarias téenicas usadas. ‘Vemos ya que el concomitante cultural de la necesida © necesidades impuestas por el metabolismo consiste en ult serie de instituciones. De las enumeradas aqui, pocas rclacionan exclusivamente con la nutricién. Al mismo tiem po, Ia estructura misma de la familia y del hogar, hace i, dispensable que sca el grupo el marco predominante pail los process de consumo y, como regia general, tambich de preparacién de los alimentos. Si reflexionamos sobre ey tos hechos, veremos claro que, bajo condiciones en las cu les la alimentacién depende de Ia accién efectiva de uly cadena de actividades preparatorias e instituciones ligadas ‘entre sf, cualquier factor que perturbara este encadenamiciy to de alguna manera, afectaria también la satisfaccién Jf quella necesidad, Asf, todas tas condiciones de las cule) depende la actividad regular de la serie, Megan a ser tan ne: cesarias, tan indispensables para el cumplimiento det avi bbiol6gico, como el llevar Ia comida a la boca, masticar, sit livar, tragar y digeric. En una comunidad en la cual ta densidad de la poblay i6n ha alcanzado un grado tal que es preciso un abastech miento muy complejo y bien organizado, todos los factorey ‘que determinan su funcionamiento son igualmente importans tes para lograr el efecto diltimo. En una tribu que Meve una We sorta ctenifica de ta eulrra n9 ‘Wistoncia imprevisora, la complejidad es menor, pero la Mlicchez es tanto o més grande, puesto que no hay exce- ‘Mele ni esperanza de una ayuda suplementaria y las reser~ ‘a culturales deben actuar efectiva y persistentemente, vale stir, bajo el pleno determinismo de sus factores constituti= Jos Vemos entonces cémo Ia verdadera eficacia del conco- WiMante cultural, el hecho mismo de que provea a los seres Jiwmnanos de més variadas clases de alimentos y los haga més laptables y digeribles a través de su preparsci6n culinaria, {igo su precio imponiendo nuevas limitaciones y requeri- lontos a la conducta humana. Los métodos de produccién, Jiples © complejos, demandan incrementos agricolas, ar- fis para Ia caza, redes, cereos de cafias y trampas pata la Pesca Los métodos para preservar y almacenar los alimentos y Weinarlos, requieren evidentemente sities suplementarios. iy resumen, la serie total de los procesos englobados aqui Jon el término de abastecimiento, carga en la cuenta de [is necesidades derivadas, pero indispensable, un extenso Hinido de utensilios materiales, dispositives y méquinas. Talos a su vez deben ser renovados en la medida en que se Werioran o desgastan. Se puede ver que una de Ins con- Weuencias inevitables que se infieren de Ia practica del jprovisionamiento organizado, es que impone un suple- Jynto de constantes actividades productivas, tanto en la eservacién de los viveres como en la fabricacién de las Jiramientas para las tareas de producirlos y_proveertos. Sobre todo ésto, desde que, como hemos visto, la potacién se realiza gracias a una organizacién determina- Wh, tenemos aqui otro elemento: el de las replas minimas We conducta y las sanciones necesarias para mantener el iden, Ia ley y la costumbre del grupo, que deben ser esta- dos y conservados a fin de que la cadena total de ac- JWvidedes marche fécilmente, Cada etapa parcial en el pro ‘0 de provisién de los alimentos, est regulada, desde que planta Ia semilla se cobra la presa hasta que se muer- 6 Bronislaw Malinowal den, mastican e ingicren. Normas de conducta referentey a fa técnica de cada actividad particular, disposiciones le gales que definen la propiedad en su aspecto contributiviy reglas que atafien a Ia rogulacion del apetito, al reparto ef) porciones del producto preparado y a Tas maneras de com Sumir la comida, son tan indispensables para el sistem como sus funciones materiales. En verdad, no pueden sti ppararse unas de las otras. Un objeto, ya sea una olla o ti azadén, un plato o una hornalla, slebe ser habil, recta y euidadosamente manipulado, desde que esto es con frecuetl> ccia importante, no s6lo desde el punto de vista de la mera Vi teora ciematfica de te eur Ri WHlento humano y animal esta, sin duda, biolégicamente Jelerminada como la necesidad de reproduccién misma, La ‘intura humana necesita la proteccién de los padres por ip periodo mucho més targo que los retofios de los anima- ts y hasta de los antropoides superiores. Por lo tanto, no. fiadria subsistir una cultura en Ia que et acto de la repro- luccidn, es decir, la cépula, la gravidez y cl alumbramien- Jp, no estuviera ligado con el hecho legalmente establecido ile la paternidad, sea ia relacién por la cual el padre y Ta juadre deben velar por los nifios durante un largo perfodo Jy, & su voz, obtener ciertos beneficios de sus cuidados y ilesvelos. Ya hemos analizado las varias instituciones que téenica, sino también de las normas éticas © consuetudl narias, Una nueva dimensién, le de la conducta prescriptsy aparece esi como una necesidad derivada, o imperativo cul tural, que debe conservarse en vigencia dentro de cali ‘grupo humano. Si indagaramos los medios en virtud de los cuales li ‘conducta regulada aparece y se sustenta, los encontrarity ‘mos en dos procesos: el del adiestramiento y el de la auto: ridad. Los sistemas educativos, la inculcaci6n gradual de pricticas, nociones, costumbres y principios éticos, debel existir en toda cultura, Sin la enseitanza, el trabajo perso ral en todas y cada una de las instituciones no posria sel mantenido cuando los miembros més viejos son descartay dos por causa de muerte, edad o falta de aptitud para com perar, y deben ser reemplazados por nuevos individuos. I fortalecimiento de las roglas, asf como el poder que acti detris de toda educacién, implica el elemento de coercidn ‘0 autoridad. Podemos definirlo como la dimensién politic que nunca falta en ninguna cultura, y constituye el cuarie imperativo instrumental, junto con la educacién, Ia econo: mia y el mecanismo juridico. 2. Parentesco. Bajo este breve titulo consideramot Jos procesos procreativos que, en las culturas humanas, C0: rresponden al ayuntamiento y fases reproductivas de Ii vida animal. La distincién més importante entre el aparety sorresponden al prolongado ciclo de la reproduccién, En muchas comunidades el noviazgo mismo es una ins~ liiucién © se practica como parte de otra, En algunas cul- (ras primitivas encontramos ciertos dispositivos mate Jes como el club o casa de los hombres solteros y los ba- frios de nifias casaderas; en ambos casos existen reglas: ilefinidas de vida comunal, autoridad o supervisién interna, son arreglos especiales para dormir, comer y realizar acti- vidades conjuntas. En relacién con esto, hay ocasiones para Jos encuentros individuales y regodeos entre nifias y mu- Whachos. Hay eédigos de comportamiento claramente defi- fidos y limites a 1a libertad con respecto a una pareja o a Ih relacién entre varios pretendientes. Todas estas regula iones se orientan definidamente hacia un posible contrato ilo matrimonio entre dos novios. Los jévenes se relacionan linos con otros, tienen oportunidad de sondear la respee- liva capacidad para el trabajo, las cualidades del compa- fierismo, y, con mucha frecuencia, las caracteristicas fisio- Iigicas relacionadas con el acceso directo, En otras cultu- fas el cortejamiento se leva a cabo en la casa dela moza 0 for especiales convenios entre las familias. Se organiza Mempre en un sistema institucional eonereto 0 es el resul- fado de la relacién entre otros ya organizados, como la {amilia, los acuerdos entre pueblos, las danzas estacionales, ia Bovis Malinowsh las fiestas y carnestolendas. Por todo esto, considerariamoy que en la deseripcién inteligente y eficaz que hiciera un et- n6grafo, estarfa incluida una referencia al patrimonio m: terial y a los aspectos personales relacionados con cl “stax tus”, la organizacion y la riqueza, asf como a las reglas que rigen las actividades y las sanciones, es decir, a la autoridad que vigila el cumplimiento de los principos éticos y juridi eos y mantiene las normas cercmoniales de los actos. El contrato de matrimonio establece una familia inde Pendiente, ya sea que la pareja recién casada continée vie viendo en el hogar de los padres de la joven o con Ja fami: Jia del novio. Su incorporacién esté netamente determint- da en cuanto al lugar, las actividades, las reglas de con- ducta y Ia sumisién a la autoridad. El aspecto privado de Ja vida conyugal debe ser siempre claramente establecido, La cooperation econdmica puede circundar el hogar y la ‘casa recién establecidos 0 puede constituir un agregada fundamental a otros existentes. En cualquier caso, el nueva equeilo grupo es ya el nicleo de wna institucién que debe ser definida mediante el andlisis de su ambiente fisico, de las reglas concretamente expresadas, de la relacién entre Jos recién casados y sus respectivis familias, y de su “sta- tts” juridico, econémico y social. Desde Iuego el nuevo grupo, aun antes de que la repro- duccién sobrevenga, no permanece aislado, sino en estre= cha relaci6n con las casas paternas, a comunidad local y, hhasta con el conjunto més amptio del grupo. El acto de la boda ast como cl “status” de connubium son asuntos de interés piblico, porque constituyen una relacién legal. Has- ta Ias fases més intimas de la existencia se convierten inme~ dintamente en un tema de interés social, desde el momento que la mayoria de sus actos son tradicionalmente definidos Por Ia ley consuetudinaria, las personas intervinentes, a ética_y la creencia religiosa. Con el proceso del embarazo y el nacimiento, el matei- monio se transforma en patemnidad y maternidad. Y esto Woe torte cient de a cultura 3 Jwinea se reduce a lo puramente privado 0 fisiolégico, En cto un conjunto de reglas de conducta se hacen aplica- os 1a mujer grivida y a su marido, Por to comin, aqué- is son validadas por ereencias que se refieren al bienestar ilol nuevo ser, y, desde que la comunidad entera y en par {ieular tos parientes y parientas estén interesados en el he- tho del nacimiento y en el aumento del ntimero de miem- Ios, las costumbres establecidas y las reglas éticas que igen In. gravider y los primeros periodos de In maternidad on asuntos de interés piblico. No es necesario entrar aqui en el amplio campo de Ta piternidad y los vinculos derivados de parenteseo. Es claro ue éstos son, por una parte, resultado y consecuencia del Jjroceso fundamental de la reproduceién biolégica; y por Fira, son notablemente remodelados por el sistema legal de (lsseendencia, los antepasados miticos y los conceptos juri- ilcos que definen unidades como la familia extensa, el gru- fo de parentesco y el clan. Particulares interpretaciones {jadicionates del proceso mismo del embarazo y del alum- ramiento, agregan a los factores biol6icos, influencias que proceden del mundo de los muertos, del ambiente natural ¥ de lx interaccién de los otros miembros del grupo, y fransforman, mediante la educacién y la ensefianza, las fuerzas innatas de la maternidad y ta paternidad en muy Jpartados pero poderosos vinculés de solidaridad social. En todo esto, es obvio que el estudioso de Ta cultura lebe una vez més relacionar Ia fisiologia y la psicologia de la reprodueci6n con el medio fisico en el cual la cultura amplaza y confina el curso de los procesos. La base ¢co~ omica del noviazgo, del matrimonio y la paternidad, es Indispensable para comprender e6mo Ia fisiologa se trans- forma en conocimiento, creencia y vinculos sociales. Es flaro que bajo el término econdmico abarcamos ordena- Inientos materiales, técnicas, procesos de produccién, act- mulaciOn y uso de la riqueza, actos de consumo y elemen- tos de valor. Las reglas legales definen amplios sectores m4 Bron Man rT Fn tora cine deta euura ns de los procesos econémicos, pero al mismo tiempo prey ceriben formas de matrimonio, establecen las condicion de su validez, declaran sus efectos en cuanto respecta & |i descendencia y requicren, por lo tanto, ser formuladas col toda precisién, En otros términos, debemos informarnoy acerea de cémo se formulan las reglas del derecho consi ‘udinario, del galanteo, del matrimonio, de la fliacién y di parentesco extenso; dénde aquéllas se aplican corriente: mente y dénde suscitan dificultades y complicaciones, y ¢ modo en que se ejercitan a través de la coercién o de It ereencia. Es tan obvio que el elemento educativo penctrs muy profundamente en las relaciones paternas, que no requieren profusos argumentos. En resumen, podemos decir, ante todo, que las reaccio: nes culturales a la necesidad de propagacion requieren ef) consecuencia un andlisis sustancial de las instituciones que Jas componen, desde el noviazgo hasta el mis lejano parei tesco diferenciado en el grupo social. Desde que todas es tas instituciones estan trabadas, no puede considerarse sit tisfactorio ningén estudio etnogréfico, ni tampoco exposi: cién tebrica alguna, que no describa y analice plenamente este vinewlo, asi como cada institucién en particular. He ‘mos demostrado que por sobre los determinantes biol6gi cos —en su minima forma de serie vital de atraccién, aco: plamiento, fecundacién, preitez parto— intervienen, con toda la fuerza de un determinismo cultural ineluctable, los elementos econdmicos, educativos, legales y politicos. He: mos indicado, ademés, bien es cierto que como simple tentativa, que los elementos de Ia tradici6n del gcupo rela~ cionados con el conocimiento, la ereencia y el valor moral, aparecen como poderosos factores sin los cuales el sist de parentesco no puede comprenderse, porque tales factores psicoligicos y simbdticos juegan un papel vital en Ia cons: titucin del sistema. 3. Abrigo como concomitante de bienestar corporal Si s6lo penséramos en los elementos usados por los indi- Viduos para asegurar al cuerpo su Gptima temperatura, fomo la ropa, el fuego y-los locales cerrados; o atendiéra~ hos solamente a su aseo corporal, a las abluciones con jyua, los retretes lejanes y apartados o al empleo de disol- Yonies quimicos como las sustancias alcalinas, no acerta~ flamos @ encontrar, bajo este encabezamiento, nuevos con- fomitantes institucionalizados. Pero, también en eéte caso, sta que recordemos que los seres humanos no buscan Jefugio de manera azarosa cuando una réfaga de viento jovoca un aguacero; cuando la temperatura asciende ja sibitamente, © cuando alguien, empapado por una Jnmersién o por Ia lluvia, necesita calentarse en una eueva en una casa, Niel hombre primitivo ni cl civilizado esperan necesitar sbrigo para echar mano de una piel, un cuero o una manta. Todos estos elementos de bienestar fisico, son usados ruti- fiariamente como parte de la vida organizada, Refugio, ‘gradable temperatura, dispositivos para el asco personal, fjueden ser hallados dentro de la casa. La indumentaria, sencilla o complicada, es producida por el grupo familiar hajo cl régimen de la economia doméstica; 0 bien, donde ‘iste la divisi6n de funciones, por fabricas o estableci- tos organizados. Las instituciones santaries pueden ser piiblicas o privadas, y en consecuencia, formar parte de la vivienda 0, como elemento pablico, integrar el municipio, ¢l grupo local o la horda. En todos los casos confirmarfamos que necesitamos inguirir acerca de la producciéa organi- ‘ada; de Ia incorporacién de ciertos objetos materiales al cuerpo de una instituci6n; de las normas de conducta, pro- fiedad, aseo y de los tabiies mAgico-religiosos; del tipo dle tducacién practicado por el grupo en el ctial tales habitos se han implantado y conservado. Y puesto que nos refe- Fimos a la econducta en ta que la regulacién colectiva y tra- dicional tiende a restringir, 0 al menos a modificar y nivelar cl impulso natural, y las leyes de Ta propiedad a establecer tuna limitacién de ese derecho, alguna autoridad debe exis- 126 Bronistaw Molinowlt | Wis teorta ciewtfica de ta cultura RB ‘edio det argumento de la violencia corporal directa, es frecuente y en modo alguno extendido. En nuestra icing dirfamos que la autoridad politica reside pri fiuriamente en pequefs instituciones tales como la famil | tielan o el grupo municipal, El desarrollo de las insttucio- gs militares individuales se produce probablemente en un jrado de evolucién muy posterior. Lo que aqui nos’ interesa Jnte todo es que la proteccién organizada bajo Ia forma de Jistencia, ya a las fuerzas naturales, ya a los seres huma. os 0 a los animales, aparece invariablemente instituciona- Jinnda. En otras palabras, tendriamos que estudiar, en cada ‘iso, la instalackén material, el equipo de artefactos, el sis feina de normas, la organizacién del elemento humano y ta {tlacién de tales grupos con la necesidad biol6gica de Ia wutopreservacién y con las técnicas econdmicas, jurfdicas, ‘ducacionales y politicas empleadas, También aqui, la con- flanza en 1a ayuda, tanto como el temor al peligro, son ha- fitualmente “re-interpretados” por la tradici6n, tanto pri- fnitiva como evolucionada, ya en forma de conocimiento flentifico fundamentado, ya como creencia mitolégica 0 Jersonal o en el sentido de responsabilidad por los manda- Jos y seres sobrenaturales. 5, Actividades. El organismo humano, normal y des- fansado necesita movimiento. Este es un imperative muy = impuesto a la civilizaci6n por Ia naturaleza humana, in primer término, el satisfacer esta necesidad se determina {5encialmente por el hecho de que, sin actividad muscular J definida orientacién del sistema nervioso, el hombre no Jealizn cosa alguna. Ast, los sistemas de actividades corpo- files relacionadas con a ceonomia, la organizacién politica ‘Jb exploracién de lo citeundante, el contacto con otras Komunidades, estén vinculados con las tensiones muscula- its individuales y su excedente de energia nerviosa. En Jegundo término, son todos instrumentales, es decir, enca- Jpinados a la satisfacci6n de otras necesidades. En conse- cia, estén organizados y pueden, por lo tanto, ser des- tic para imponer sanciones, castigar les contravenciones mantener asi el orden y la marcha regular de la conduc organizada. ~ 4, Proteccién. La organizacién de la defensa conitt Jos peligros naturales o los cataclismos, contra los alaquey de los animales o de Ia violencia humana, implican evidew temente instituciones tales como la casa, el municipio, @ clan, el grupo de edad y Ia tribu. Intervienen aqui doy importantes consideraciones, La profesién consiste con fie cuencia en prever-y planear. El construir casas sobre pil) tes, plantados, ya en tierra s6lida, ya en lagunas poco pit fundas o en los lagos; el crigit empalizadas o paredes; of escoger sitio apropiado para prevenir las marejadas, |t erupeién volcdnica o los terremotos; toda esta salvaguardit preventiva debe ser relacionada con la necesidad biol6giet de seguridad y su concomitante cultural de proteccién. Uni ‘yez més el factor econdmico interviene en forma clara y des finida en tos prineipios de seleccién, construccién y mane nimiento, técnicamente planeados y cooperativamente 6) ccutados. Aparece evidente la transferencia de las reglas te nicas al campo de Tas leyes que rigen In conducta, a propi dad y el poder. EI adiestramiento significa que 1a joven ge neraci6n debe ser preparada, ilustrada y aconsej Si consideramos la proteceién contra Jos enemigos hi ‘manos o los animales peligrosos, encontramos el motivo principal que impele al hombre, primitivo 0 civilizado, ‘onganizar sus fuerzas armadas para la resistencia y In agre: sién. En ciertos tipos de “habitat” y bajo condiciones muy’ ‘elementales de vida, donde Ia densidad de la poblacién muy baja, resulta también insignificante ta necesidad de ‘una organizaci6n armada. Se reduce, por lo general, a hhecho de que cada varén tenga algunos simples instr mentos para defenderse de los ataques y para Hevarlos 4 ‘cabo por su parte, De acuerdo con la informacién etnogn fica a mano, parece probable que el elemento politico, esto ¢s, el recurso de fortalecer el propio punto de vista por

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