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Ae DO) TL Le Te iii mented medads ta nj abandons la por ef recuerdo de tw jaa la au Tendo wn bebe. Casal con elector Algjandrg Asc Fon del que ahora ve separada, > madre de ls Miedo Elana ee x expaso de Victoria y pa ‘dre de sus hijos. Ahora vee con Inocenea. Cotzada modelo de Casa Viworia, Mla sin ‘que nadie lo sepa de Vitor, Mase del hijo de Luts Airede. Empleade como uno mis de Casa Viewria, nadie sabe gue es ef ho de la propietara. Pare deo de Costin» spot de Maron. Z “Hija paraliica de Vevoria, enamorada de ‘Dario, _Esthticienne con sueios de ser la esposa 1 Aidan, Compara de paramore de Cristina ‘Comptiora de apartamento de Cristina e Tnocencia, x exradiante wnerslariay sumamente i mide reserve 1: Su pofeston de omBero Io ha convert cas en tun haroe; antigua. novi de Tnoconcia, 56-6082 por ‘compromise con Carmelina. “Sacerdote, Joven contabe de Cara Vetoria,prfundamen- {eenamorado de Elana » buen amigo de Las AQredo. "Gran amiga de Elana esposa maivada de Tale redo, Madre de Angel de Jess, antigua Jet de Victoria, gen eh ober ge eta ema Sa de in Mca de Crit oa prof, deme Fiori nena contr un de Cristina CAPITULO 1 espués del aparatoso accidente que sufri6 tras su acalorada dis- cusién con Luis Alfredo, la per- versa Marion ha perdido el hijo que tanto deseaba. Ha sido un golpe muy duro para ella, un castigo que ha puesto fin a las mentiras contadas a su marido sobre su paternidad, A partir de ahora debera inventar nuevas pa- traiias para retener a Luis Alfredo, | que ya no le pertenece. Este, desde que sabe que Cristina espera un hijo suyo, sélo piensa en la manera de estar a su lado. Se siente muy afectado por todo cuanto ha ocurrido, completamente responsable del accidente de Marion, y no se atreve a presentarse en el hospital. Prefiere ahogar su desespera- cién hablando con Cristina, la tnica mujer a la que ama. Corre a su en | cuentro, pero no esta en su casa, se ha marchado. Zoraida e Inocencia, sus compaiieras de apartamento, no quie- ren desvelarle su paradero porque le prometieron a Cristina que no se lo Luis Alfredo lo com- | dirian a nadie. prende: después de todo Io que le ha hecho padecer es légico que Cristina no quiera verle, Inocencia, enterada del accidente de Marion, aprovecha la ocasion para yer a Alejandro, presentandose en el hospital. Alli se encuentra con Victo- tia, visiblemente afectada por la pérdi da de su nieto. Victoria, al ver a la mujer que ha destruido su matrimonio de nuevo a la caza de su marido, no puede contener su ira. En un arrebato de odio incontrolado la echa a empu- jones de la habitacién, gritandole: «Cémo te atreves a venir aqui.» Ino- cencia, roja de indignacién y rabia, pide a Alejandro que la saque cuanto antes de alli. A muchos kilometros de distancia, ajena por completo a los turbulentos acontecimientos de la capital, Cristina descansa al lado de su buen amigo ‘Adan en Ia casa que éste posce en la playa. Cosigue por unos dias sentirse relajada y tranquila fuera de las pre- mnes del mundo que ha dejado atras. ‘Adan la mima y la colma de atencio- nes, secretamente suspira por ella, aunque sabe que en su corazén sdlo anida el recuerdo de Luis Alfredo y no hay sitio para ningin hombre mas. «Ese nirio de mamd, malcriado y con- sentido, que tanto dario le ha ocasio: nado, no se merece tanto amor», pien- sa Adan constantemente mientras se tortura. coleccionable Ss S Crem Caen Un dafio peor, uno irreparable, es el que sufre Elyana en sus piernas. Ya nunca volvera a caminar y es cons ciente de ello. Ya no es aquella joven- cita despierta y alegre con ganas siem- pre de hacer travesuras; ahora se en-| cuentra sumida en una profunda de- presion, en un agujero negro de desen- canto, que todos lamentan y quisieran remediar. Luis Alfredo ha evitado contarle el accidente de Marion para no aumentar su dolor y su impotencia. Mientras la mira conmovido, Elyana se distrae observando pequefias cosas que antes le pasaban desapercibidas. Algo en su inmaduro ser interior est cambiando. Al otro lado de Ja ciudad, en una pequefia iglesia, todo esta preparado para un feliz acontecimiento. Lino y Carmelina estan a punto de unirse en matrimonio, Como salida de la bruma de su pensamiento, Lino se encuentra con Inocencia, su anterior novia, su inico y verdadero amor. El vanidoso corazén de Inocencia pretende averi- guar si Lino atin la desea. —{Qué haces ti aqui? —le pre- gunta Lino—, {Se te ha perdido tu perrito faldero? —He venido a darte la enhorabue- na por tu boda, jo quiza deberta decir la «enhoramatay? —Di lo que quieras, no me importa ‘ya nada. Y ahora, si me disculpas.. ‘mi novia me esta esperando en el altar. —jLino, espera! —Inocencia se! aferra al fuerte brazo masculino—. Yo| sé que ain me recuerdas y que todavia me quieres, {por qué te casas con esa mujerzuela que no te conviene? {No la Hames asi! —exclama, zafandose de la mano de 1a mujer—. 2¥ ti me preguntas si me conviene? Por lo menos ella no anda metiéndome cuernos con otro. Le prometi a mi madre, en su lecho de muerte, casarme con Carmelina, y eso es lo que voy a hacer ahora mismo, te guste 0 no. ean repite Felizmente repuesta, Cristina regre- sa a Caracas al sentir en su seno las primeras molestias, prefiriendo estar | cerca de la clinica. No sabe todavia la | sorpresa que le depara su vuelta. Vic- toria se presenta en su casa inespera- damente. Est como poseida, obsesio- nada por algo que le atormenta: —Vengo para decirte lo mal que te has portado conmigo y con mi hij Eres una desagradecida; después de todo lo que he hecho por ti, asi me lo pagas. No creas que no sé que tu embarazo sélo es una estratagema para conseguir a mi hijo. Pero estas equivocada, Luis Alfredo nunca seré tayo. Cristina es incapaz de comprender qué le ocurre a su antigua jefa, pero no puede seguir escuchandola. « Victoria, qué estas diciendo? No te compren- do, ivete, por favor! ;Vete! No me encuentro bien: zo, aliviada tras haber escupido su veneno. Pero de pronto algo pasa por su mente: hacia muchos afios dofia Luisa habia pensado lo mismo de ella. Un intenso escalofrio al recordar aquello y una intensa nausea le recorre todo el cuerpo al tiempo que se repro- cha: «{Cémo he podido ser tan cruel?» Por su parte, Elyana, postrada en su cama entre las cuatro paredes de su habitacién, se encuentra mas sola y angustiada que nunca. {Por qué Dario no viene a visitarla? Por primera vez echa de menos a alguien. Poco puede imaginar que Dario la recuerda a cada instante y que pregunta insistentemen- te a Luis Alfredo por su estado. La iiltima vez que hablo con éste le comu- nicé malas noticias: Marcos Ie acusa de robar en la caja y le ha puesto una demanda. Dario, asombrado, decide volver de inmediato. Unos dias mas tarde, de nuevo en la capital, el joven va a visitar a Elyana; los dos se unen en un conmovedor abrazo. Victoria, indignada al ver dentro de su casa a Dario, encarga a Marcos que lo eche, pues ella no quiere verse involucrada directamente. En unos momentos, al ayiso del contable, se persona la poli- cia llevandose a Dario a la prision. Nadie puede salvarlo alli de la rabia incontrolada de los presos de su celda. El joven recibe una brutal paliza como saludo de bienvenida. Ante el asombro de todos, Elyana utiliza la silla de ruedas por primera vez para ir a ver a Dario al hospital. Alli le declara que Ienecesita para salir de la depresion en Ia que esta sumida y se ha dado cuenta que realmente le quiere. Sits eee Otra declaracién, pero esta vez to- talmente diferente, es la que escucha Marion de su marido. Luis Alfredo le comunica su intencién de divorciarse, Marion al oirlo se pone frenética, su- friendo un encendido ataque de celos. de Cristina y negandose a concederle el divorcio. Ademés, culpa a Luis Al- fredo de la pérdida del nifio. Este, despechado, se dirige a ver a Cristina y le confiesa que todavia le sigue que- riendo y que est muy ilsionado ante el nacimiento del nifio. En contra de sus verdaderos sentimientos, Cristina Ie dice que el nifio que esta esperando inicamente le pertenece a ella. El la desprecid para casarse con Marion y ahora no esta dispuesta a olvidar lo que hizo y rehacer su vida con él. En su ciego afan por retener a Luis Alfredo, Marion, que sabe que no podra tener mas hijos, pide a Gonzalo que haga cualquier cosa para impedir que llegue a buen fin el embarazo de Cristina. Pero Gonzalo se niega a ayudarla, por lo que Marion decide hacerlo por su cuenta... De forma imprevista, y con malas intenciones, Marion se presenta en casa de Cristina, Trata de engafiarla diciéndole que tiene algo fuera para ensefiarle y aprovecha la ocasion para tirarla escaleras abajo, dejandola mal- herida. Asustada, huye hacia su casa y pide a Carmen, su criada, que no diga a nadie que se ausent durante toda la mafiana. PROXIMA SEMANA ¢De qué habré sido capaz la perversa Marion? ; Se dard cuen- ta alguien pronto del grave estado de Cristina? ;Lograran, trasla- darla répidamente al hospital? Qué pasard con el nifio que espe- ra Cristina fruto de su amor por Luis Alfredo? ‘Las respuestas a estas incogni- tas las hallard en el préximo TE- LE-INDISCRETA. cara de Casa Vira, mae ar Meenas Caste co ear Alban tec ‘adel que ahora vie Separeda, » madre de Las ‘redo ¥ Bona, ik Ex esposo de Viewria 9 pa “dre de sus hos. Ahora ve son Inocenca. Ceade modes de Casa Vicon basa {que nadie lo ep de Victoria, Madre de he de Luis Tireda. rplnd como ono ms dy Cosa Vicor, mae abe ge Ri de eprops Poe det sepa de "ile parsitica de Vecort,coamorada de Exheticienne con sueos de sr a expose de dene, Capaora d opartamet de Crit ‘Cempatera de apartamento de Cristina ¢ Thecencias er tndiante wnterstaria,smamente tf ile resend. Se pret de mde lh comet cs ct Dart eee ane Fee de et ae Be cafes reece pier cet om demente'a Victoria, megane a contre que aie CoA PT Urk Oo 2 juando Inocencia vuelve del trabajo, se entera de que a Cristina se la han tenido que llevar urgentemente al hos- pital, Justo antes de salir hacia alla, Luis Alfredo llama por teléfono e Inocencia le explica apresuradamente que Cristina esta en el hospital a punto de dar a luz. Tusionado y temeroso a la vez, Luis Allfredo sale corriendo de su casa, pensando s6lo en Cristina. Cuando llega a la espaciosa sala de espera del hospital se encuentra con | ‘Adin, Zora, Inocencia, Lino y el padre | Angel de Jestis discutiendo sobre algo que les tiene preocupados. Luis Alfredo logra coleccionable por fin enterarse de que su amada ha suftido una tremenda caida por las escaleras. An ustiado por la noticia, pide mas explicacio- nes, —Pasé algo extraiio, pero no estamos seguros —le explica Zora—. Lino la encon- 176 en a escalera quejéndose y la trajo en una ambulancia. No sabemos nada mas. Luis Alfredo se siente confuso y acosado | por preguntas a las que no puede responder. | (Quéhacia Crisen las escaleras del rellano? | GEn qué estado la trajeron aqui? {Como se éneuentran ahora ella y el nifio? Sin darse cuenta, se encuentra frente a la sala de partos sumido en sus pensamientos. Adan, dolido por su presencia y cegado por los celos que siente por Luis Alfredo, se le aproxima dispuesto a echarle de all. —Perdona... {a qué has venido? —Me parece que esa pregunta sobra, gno crees? —le contesta irritado, —Cristina no queria que estuvieras aqui. —Ese nifio que ella va a tener es mi hijo... —Tii sabes perfectamente que no tienes derecho a él —Ie replica Adan acalorada- mente, —Tenga o no tenga derecho —Luis Al fredo aprieta los dientes en un gesto de tabia—, nadie va a conseguir que me vaya de agu En la sala de espera se respira un ambien- te tenso, todos estin impacientes por saber el estado de Cristina y su hijo. Finalmente el doctor les anuncia que Cristina se encuen: tra milagrosamente bien y que ha dado a luz una preciosa nifia. Luis Alfredo, con la felicidad reflejada en su rostro, corre a ver a Cristina, pero Adan se lo impide, se siente celoso de su dicha, ya que le hubiera gusta- do ser él el padre de la nifia. Logra conven- cer al doctor de que si entra Luis Alfredo Cristina se pondra nerviosa, tendra un dis gusto, y eso no es lo mas conveniente para luna mujer que acaba de dar a luz. El médico | teda la razén ante la cara de desaprobacion de Luis Alfredo. Después de tanta tension, Zora ¢ Inocen: cia acuden a ver a Cris para saber como se ce encuentra y felicitarla por su feliz. alumbra- miento, —Cris, gests contenta? —{Cémo no voy a estarlo, Zorita? Me siento muy feliz. —Pero hay que ver qué importancia se dio la niftita esta, cémo se demoré en aterri- zar —comenta Inocencia, Estaba muy asustada —confiesa Cris—. Creia que podia pasarle algo. —Nada, seguro que se estaba maquillan- do para salir bien guapa, debe ser coqueta dice Inocencia con su habitual desparpa- jo—. Ya estoy viendo que nos va a salir muy ‘enamoradiza. —jCalla, Inocencia, no empieces con tus tonterias! —Zora se siente molesta—. A esta nifia la vamos a criar con mucha seriedad y mucha decencia. Cristina pregunta por Adan y sus amigas Je cuentan que se ha pasado detras de la Puerta hasta que salio el doctor con la noticia, como si fuera del padre de la criatu- 1a, Inocencia, incapaz de guardar un secre- to, a punto esta de contarle a Cris que también estaba fuera Luis Alfredo, pero una patada en las espinillas de Zora a tiempo remedia que Inocencia se vaya de Ia lengua. Enla sala de recién nacidos Adan vuelve a encontrarse con Luis Alfredo, que no esta dispuesto a marcharse del lado de Cristina y de su hija. —De nuevo yuelvo a encontrarte donde no debes estar. —{De veras?-—Ie contesta Luis Alfredo con evidente mal humor—. z¥ qué puedo decir yo de ti? 10 Adan no sabe qué responder, De pronto | Se encuentra sin argumentos, ~{ Qué tenias tt que hacer —te recrimi- na— en el pasillo de la clinica esperando impaciente y nervioso mientras Cristina da~ ba a luz a «mi hijan? Sarre Cristina piensa el nombre que le va a poner a su hija. Zora e Inocencia, consultan do el santoral, le proponen que la lame Victoria, ‘Al padre Angel de Jesis le parece una gran idea y asi se lo dice a Cris, Intenta convencerla alegando que la coincidencia puede ser una obra de Dios en su intento de borrar el odio y resentimiento que Cristina pueda sentir hacia Victoria. Mientras el padre Angel contempla a Cris con su hija, sete Ilenan los ojos de lagrimas ante la que, en realidad, es su hija y su nieta, Se siente | confundido ante tantos acontecimientos. Poco antes Luis Alfredo le ha pedido que interceda por él ante Cristina, ya que se siente muy desdichado por no tenerlas a su lado. Y mas tarde Adan también le ha pedido otro favor, esta vez rogandole que aconseje a Cris no aceptar que Luis Alfredo visite a la nif, En una fiesta tan intima y tan familiar ‘como es la Nochebuena, Victoria se encuen- tra sola, torturada por sus recuerdos y se pregunta cémo la han podido dejar sola en un dia tan sefialado, «Qué soledad, Dios ‘mio... qué soledad! ;Acaso me merezco esto? : Que mis seres queridos me abando- nen y Se olviden de mi? ; Serd que de verdad yo estoy equivocada? ¢Serd que no supe quererles? Victoria, en Su soledad, recuerda una vez mas las palabras de Berta, su mejor amiga, cuando por la mafiana fue a visitarla para entregarle, con un dia de retraso, su Tegalo de cumpleafios. Berta, apenada de ver a su amiga sola y deprimida, le aconseja que luche por conseguir de nuevo el carifio de Alejandro, Pero Victoria no quiere escu- charla y cambia de tema: —Berta, ¢sabes que Cristal ha dado a luz? —2De veras? :Cudndo? —No sé exactamente, Me lo dijo Ma- rion, que esté desesperada pensando que ahora Luis Alfredo va a dejarla. Tuvo una nia, —Una nifia... Una hija sin padre, igual que aquella que tuviste ni. —{Qué estés buscando, Berta? ;Des- pertar mi compasién? —Tal vez tus remordimientos. —No lo vas a conseguir... Mi deber es proteger a los mios... Y esa muchacha no era mujer para Luis Alfredo. —Lo mismo pensaba de ti aquella sefto- ra que te rechaz6 y te eché a la calle cuando supo que estabas embarazada de su hijo. —No pretendas convertirte en la voz de mi conciencia —dice Victoria indignada. —Ojala un dia oyeras esa voz, Victoria, te haria mucho bien. La vulnerable Marion vive un auténtico calvario interior temiendo que Cristina des- vvele que la causa real de su accidente fue que ella a empujé escaleras abajo. De momento Cristina todavia no ha dicho nada, pero Marion eree que no tardara en saberlo todo | el mundo. Acosada por sus miedos y teme- rosa de que Luis Alfredo llegue en cualquier momento acusandola de intentar asesinar a Cristina, Marion acude a ver a Gonzalo para explicarle todo lo que paso y pueda aconsejarla, —La empujé, Gonzalo. Cuando lega- ‘mos a las escaleras le di un fuerte empujon para que cayera rodando. —Pero jestés totalmente local ; Buena la has armado! —No lo pensé... Lo hice, pero de nada ha servido. Ella ha dado a luz. Tiene una hija, | ¥ por esa mocosa yo voy a perder a Luis Alfredo. —Mas vale que estés preparada. —Tengo miedo, Gonzalo —le abraza aferrandose a su espalda. ;Qué puedo ha- cer? Aconséjame... —Niégaio, es 10 tinico que puedes hacer; aunque te estén matando, niégalo y sigue negando. PROXIMA SEMANA: Cristina ignora que Luis Alfredo | permanecié a su lado en el hospital | mientras nacta su hija. ;Qué ocurriré | cuando se entere? ;Permitiré que vea | alanina? ; Conseguiré Adan que Cris- tina olvide definitivamente a Luis Al- fredo? ¢ Lograra Victoria salvar elma- trimonto de su hijastro con Marion? Se decidird por fin Cristina a desvelar | et secreto de su accidente Se eres madre tor recuerdo des hija al que abondowd Tendp tbc. Casate cx el ctr Aendra Asc oy del que ahora vive separada, » madre de Lats ‘Aveda lana. Ex esporo de Viewria » pa- dre de sus hijo. Ahora vive con Tnocenca. Cotzade modelo de Casa Viewria, Wa sin ‘que nadie lo cepa de Vitoria, Madre del hj de Las open Empl cone ans de Ci Veatch ait peet a Ey pi de fer Padve det hijo de Cie praca dt Pra, enamorda de Exthetcinne con sues de st Ia espasa ae de Cristina ¢ Z Comer de aparaen f reese ome mide eae ‘et heroes antigua. noni de Tnocencla, 56 c05a por 205 Comma Maire de Ange de Jess, antigua jefe ‘de Vitoria quien a ech alsaber que estaba enbara- Sites s Vat mani acca gar serdadera Kas GA PITT UL OO 3: nel apartamento de Cristina se ultiman los preparativos para reci- bir con alegria el afio nuevo. Zorai- da, Inocencia y Cris preparan con esme- ro una gran cena donde no falta de nada. Por supuesto tampoco faltan los mejores amigos de las chicas, el padre Francisco, dofia Purificacion, Adan y el padre Angel de Jesiis estén invitados a Ia fiesta intima. Cristina se siente feliz de tener a su hijita por fin a su lado, va a ser su primer afio nuevo juntas, casi no se lo puede creer, después de todo lo que ha sufrido, después del tremendo susto coleccionable que supuso Ia caida por las escaleras que por poco acaba en tragedia... Cris recuerda todo aquello ante la mirada interrogativa de sus amigas, que ignoran a razén de su repentina tristeza, Cris decide finalmente contarles el verdadero motivo de su extrafio «accidente» pro- vocado por Marion. Zora e Inocencia se quedan petrificadas ante tan inesperada noticia y deciden contarselo a Lino y a Adan en cuanto Cris les dé permiso, pues de momento no quiere estropear la fiesta a sus amigos. . ‘Adan, al conocer Ios malvados pro- pésitos de Marion, no sale de su asom- bro y Ie reprocha a Cris que no se lo hubiera contado antes. Intenta hacerla comprender que debe denunciar a Ma rion por intento de homicidio, con el agravante de premeditacion, pues fue a buscarla a su apartamento; seguramen- te lo tenia planeado premeditadamente. Cristina se niega a aceptar esta posi bilidad, demostrando una vez més su buen corazén. Para ella Marion vino a verla con la intencién de hablarle de Luis Alfredo, pero de repente se le ocu- rrié el disparate de tirarla por las escale- ras, Adan se muestra inflexible e intenta convencerla de que denuncie a Marion; su acto no puede quedar impune. —Pero Cristina, ¢cémo vas a perdo- narla? ¢No piensas en lo que pido haber pasado? Pudisteis morir ui y la nifia. Pero gracias a Dios, ni a ella ni a mi nos pasé nada malo... Dios me dio la felicidad de tener a mi hija, una felict- ‘dad que Marion no tuvo. Entonces pre- (fiero ser generosa y no ensararme con ‘una mujer que puede estar ciega por el dolor. —Esté bien, Cristina, se hard como fi quieras. Pero mantente alerta, por favor, ten cuidado... Esa mujer es un ‘peligro, y si fue capaz de hacer lo que hizo seré capaz también de hacer algo peor... Zora ¢ Inocencia acaban de salir dispuestas a comprar el mejor regalo de Reyes para la pequefia, Cris, que se ha quedado sola en el apartamento, sostie- ne a su hijita en brazos. «Pero qué bella 5, tan delicada y tan buena, es un sol... hasta me deja dormir por las noches.» Interrumpe sus amorosos pensamientos al oir el timbre de la puerta. Acude con la nifia en brazos, creyendo que son sus amigas que se han olvidado algo. Al abrir se lleva una gran sorpresa y reac- ciona cerrando bruscamente la puerta tras de si, sin conseguirlo, porque Luis Alfredo ha logrado pasar. —No me cierres la puerta —dice dolido—. No me dejes fuera de tu casa, Gristina, ni de tu vida. Cristina se debate en su interior entre el amor o el resentimiento hacia el hom- bre que tiene ante ella. {Pero por qué vuelves aqui? ¢ Por qué vienes? ZY todavia me lo preguntas? —la mira muy dulcemente, abrazandola con la mirada—. Vengo por ti y por ella... —Luis Alfredo mira tiernamente a su hija. Cred ey ae acd Cero com ar Pou roots Ee ee Deere cca ina huye hacia el cen- tro del salén, se siente aturdida, no sabe cémo actuar, Deja a la nifia en la cuna, como protegiéndola, —¢Por qué me dices que no? Soy su padre, aunque te duela, aunque te mo- Teste. No puedes negarme el deseo de verla, de quererla, de estar cerca de ella —se lo ha pedido casi suplicando, muy dulcemente. Pero Cristina parece dis- puesta a no dejarse llevar por sus senti- mientos, prefiere afrontar la realidad. —Te lo dije una vez, Luis Alfredo, que la criatura que llevaba en mi vientre era mia, sélo mia, que ti no tenias ningiin derecho sobre ella. —Yo no vine aqui reclamando dere- chos —le dice suavemente—, aunque los tengo. Legalmente los tengo. De acuerdo a las leyes actuales yo puedo reclamar esos derechos. —¢Me estéts amenazando? —Cristi- na trata de contener su rabii —Te lo estoy aclarando, Cristina. Te estoy haciendo comprender que podria apoyarme en esas leyes para ejercer esos derechos. —A menos que yo niegue tu paterni- dad también ante la ley —afirma rotun- damente—. Puedo decir que ti no eres el padre de mi hija, Puedo perfectamen- te. ¥ ahora vete, por favor... Fuiste th quien salié de mi vida. No intentes volver @ entrar en ella —Ie vuelve la espalda y se aferra a la cunita, Marion, una_esposa Rear cetes) Marion continéa con la angustia de no saber hasta cuando callara Cristina. Dispuesta a toda costa a recuperar el amor de su marido, decide ponerse bajo tratamiento ginecolégico para intentar quedar de nuevo embarazada. Su rela- cién con Luis Alfredo es cada dia mas tensa. Casi no se ven, y cuando él llega apenas la mira, no se interesa por ella. Intenta seducirlo de nuevo poniéndose un provocativo salto de cama. Ya en la aleoba, acostados, ella lo besa apasiona- damente intentando despertar su deseo, pero Luis Alfredo la rechaza; no quiere esa clase de acercamiento. Se levanta de la cama de un salto ante la mirada | aténita de Marion, que empieza a sentir- se tremendamente dolida. «Lo siento, Marion», es \o iinico que acierta a decir Luis Alfredo. «La mayor ofensa para una mujer es el desprecio de un hombre, mds siese hombre es su marido —Ma- rion esta fuera de si, se aferra con desesperacién a la almohada—. Soy una mujer hermosa, deseable, cualquier otro desearia poder acariciarme, besar- me, hacerme suya.» Li Alfredo no quiere ofr mas. «Basta, Marion, intenta calmarte. ¢Por qué insistes? Ti: sabes muy bien la situacién que hay entre nosotros dos...» EME eie mecca) Luis Alfredo ya no aguanta mas esa situacién. {Por qué, se pregunta, tiene que permanecer al lado de una mujer a Ja que no ama, mientras que Cristina, su verdadero amor, le necesita? A la mafia na siguiente acude a ver a Victoria para pedirle que no se inmiscuya en sus fela- ciones con Marion. Una vez mas, le insiste que no la quiere. En contra de todos va a divorciarse, Luis Alfredo y su madre mantienen por este motivo una acalorada discusion, —Si, estd muy claro, a ti te fue muy facil abandonar a tu hija —le reprocha, decepcionado, a Victoria—. Pero yo no estoy dispuesto a hacerlo. Como tampo co estoy dispuesto a renunciar a Crist na. —{Cémo te atreves a decir que me fue facil abandonar a mi hija? —Victo- ia, en un tono desgarrador, se confie- sa—. Renuncié a ella porque no tenia recursos para alimentarla, porque esta- ba en la més completa miseria. Tenerla conmigo era exponerla incluso a que muriera. —Esas son excusas, justificaciones, que ti inventas para disculparte, para tener tu conciencia en paz. —No, no invento nada, no se inventa el hambre, la desesperacién. Ti no las conoces, th nunca has carecido de nada. —¢Por qué no acudiste al padre de la nina? ¢ Por qué no le pediste ayuda a 61? Todo hubiera sido preferible a hacer To que hiciste. —EI no lo sabia —Victoria habla trémulamente—. No supo que yo iba a ser madre, no podia socorrerme. No pertenecia a este mundo, estaba casado con Ia Iglesia. _ —El padre Angel... —Victoria se lo confirma con la mirada. ‘Tras la conversacion que ha manteni- do con Victoria, Luis Alfredo va a ver al padre Angel de Jesiis para que le diga dende se encuentra la hija que su madre tuvo antes de casarse. Angel de Jesiis no puede desvelarle nada, ya que al ente- rarse del paradero de su hija en acto de confesi6n sus labios estan sellados. Mientras tanto, Cristina hace una visita a las monjitas del orfelinato donde se crié para ensefiarles a su pequefia (y anunciarles su inminente bautizo). Una de las monjas le dice que su madre la esta buscando y que el padre Angel de Jess la conoce. i PROXIMA SEMANA La confidencia de la monjita ha vuelto a despertar en Cristina las ansias por conocer a su madre. Esta deseando hablar con el padre Angel de Jesiis para, por fin, saber quién es. ; Logrard Cris arrancarle a Angel de Jesis su secreto de confesion? ; Llegaré Luis Alfredo a enterarse a tiempo del bautizo de su hija? 7A quién escogeré Cris como padrino de la nifia? Proptari de Cosa Vicia, madre ator, ‘mated por of eer dem Ma ue abandond ‘eda ahve the sored 9 mae de ‘hats ‘Atredo ¥ Elana. Ex esposo de Viewrla y pa- ‘dre de sus hos. Ahora ve com Inoceneta Cotisada modelo de Casa Vitoria, hija sin ‘uc male lo sepa de Victoria, Madre de i de Lis ‘mip reservada. Su pofestin de bambero Io ha converid cas en i ier pre and Icnla, ta Pot ron Carmatna. ‘Sacerdoe, padre de Cristina. Joven conabie i Cast Vest it nara anya oie de, "Gran amiga de Elana» exposa maivada de ‘Lue Aifede. St; Madre de Angel de Jens, euiga J ‘onbare genes chi el saber ge eta ela de Cristina’ certains soca gence CAPITULO 4: nristina se presenta en el estudio de ‘Adan para proponerle que sea el padrino de su hija. Pretende con este gesto agradecerle lo mucho que ha he- cho por ella durante los meses de emba- razo. Le explica que esta todo prepara- do, pues el padre Angel de Jesiss sera quien bautice a la nifia y dofia Purifica: cién, como tiene la tienda de santos, se encargara de las tarjetas y los recorda- torios. Y por fin, Cristina le pide ilusio nada a Adan que sea el padrino. Pero ‘Adan, que se habia hecho excesivas ilusiones, recibe con mal disimulada sor- presa y desilusién la sincera propuesta de Cristina. «Perdona, pero prefiero que sea otro el padrino.» Cristina, extrafia- da, no acierta a comprender el desprecio de’ Adan. «jCémo es posible que no quieras a la nifia como tu ahijada?» Adan, como queriendo despertar de gol- pe a Cristina de un profundo suefio, la coge fuertemente de los brazos aproxi- mandola hacia si, «Cristina, yo aspiro a otra cosa», y en un subito arrebato de deseo la besa apasionadamente, Tras este intenso gesto de amor, Cristina queda desconcertada y dolida. «Por bud has hecho eso, Adan? ;Por qué has estropeado una cosa tan bella que habia entre nosotros? Nuestra amistad era un sentimiento puro y tan hermoso... Podia apoyarme en él, ahora ya no puedo.» ‘Adan intenta explicarle su impetuoso comportamiento, pero Cristina esta de- masiado dolida para escucharle y no atiende a razones. coleccionable Angel de Jesis y el padre Francisco ultiman en la iglesia los preparativos para el bautizo de la hija de Cristina, Finalmente, los padrinos de la nifia son Lino y Zoraida, que acogen el nombra- miento como un gran honor. La iinica que no ve con buenos ojos el nombra- miento es Carmelina, la esposa de Lino, que siente unos enormes celos de las muchachas. Cristina decide ausentarse un momento para dirigirse al interior de la iglesia a rezarle a Dios para que todo salga bien y cuide siempre de ella y de su nifia, Ai entrar, Cristina distingue a una sefiora mojando sus dedos en Ia pila bautismal. La sefiora no es otra que Victoria, que ultimamente acude fre- cuentemente a la iglesia para rogar a Dios por sus pecados. Cristina se lleva una gran sorpresa al ver a Victoria; no esperaba encontrarla alli, Victoria, impresionada también, le pregunta qué hace en la iglesia. Cristina le contesta timidamente que ha ido a bautizar a su hija. Victoria mira maqui- nalmente a la nifia, sin mostrar ningun tipo de sentimiento, su rostro permane- ce duro y frio. «Asi que ésta es la ninia, la hija de Luis Alfredo. : Qué te propu- siste al tenerla? 3 Cudl fue tu objetivo?» Cristina le contesta con suma dignidad que no pretendi nada, que tuvo a su hija porque Dios se la mando. Victoria esta dispuesta a herir a Cristina y le reprocha el que no evitara su materni- dad con los modernos métodos de que disponen hoy las jévenes, ya que su relacién con Luis Alfredo no iba en serio. «Ahora sé —contesta Cristina— que Luis Alfredo me tomé como una diversién, entonces no lo sabia. Usted me juzga con demasiada severidad, por- que puede tener el orgullo de sentirse respetable, de no haber cometido nunca un pecado de amor.» Estas sinceras palabras de Cristina actian como un afilado pufial en la conciencia de Victo- ria, que contintia atacando, «pero ahora ti tienes a esa hija para ganarle la partida a su esposa, gverdad?» «No voy @usar a mi hija como un arma, no voy a disputarle a Luis Alfredo a esa mu- Jer.» Victoria se enfurece atin mas pen- ‘sando en Inocencia. «Tid eres igual que tu amiga. La otra se llev6 al padre, y ti pretendiste Uevarte al hijo. Queriais apoderaros de todo lo mio, quedaros con mi fortuna, el fruto de mis luchas, de mis sacrificios. Tit, como la otra, eres una interesada y una inmmoral.» Cristi- na, casi llorando, se defiende de las duras palabras de Victoria: «Basta, se- fora, por Dios —grita con un gesto de dolor y rebeldia—, no me ofenda tanto. Debia conmoverla al menos que tengo en mis brazos a mi hijita, un ser inocen- te que lleva en sus venas su misma sangre. ¥ que hasta Dios ha querido que Heve su mismo nombre.» Por primera vez.el rostro de Victoria deja traslucir su enorme sorpresa: «;Qué estas dicien- do?» Cristina no puede contener las lagrimas y le contesta llorando: «Nacié el dia de Santa Victoria, Se va a llamar como usted.» Cristina aprieta contra su pecho a la nifia y se echa a llorar desconsoladamente, mientras Victoria huuye, trastornada por la revelacién de Cristina, En ese preciso instante aparece ines peradamente Luis Alfredo, que ve mar- charse precipitadamente a su madre sin darle tiempo a detenerla. Al fondo ve a Cristina llorando con Ia nifia en brazos y corre a su encuentro, Esta tan fragil y desprotegida que la abraza contra su pecho. Intenta averiguar el motivo de sus lloros, pero Cristina prefiere callar. 0 A «Te ofendi6, ;verdad? Mamé sabe herir muy hondo cuando quiere.» Cristina lo mira y se aparta de su calido abrazo. «Estoy acostumbrada a que me hie ran...» Luis Alfredo la retiene: «Cristi- na, no te apartes de mi, déjame conso- larte, déjame quererte. Permiteme abra- zarte asi, con la nia en tus brazos, aqui, en presencia de Dios, ti y ella, los dos seres que mas quiero en el mundo.» Cristina, por lastima, permite que Luis Alfredo se quede a presenciar el bautizo, Mas tarde Luis Alfredo va ver a su hija al apartamento para llevarlé un regalito de Reyes. Zora duda entre de- jarlo pasar 0 no, pero al final accede, aunque es un gran compromiso para ella, con la condicion de que esté s6lo unos minutos, Cuando Cristina regresa de hacer unas compras él ya se ha ido. Zora le pregunta por su relacién con ‘Adan después del beso. «Conversamos, Zora, y creo que todo va amarchar bien CMe aces ear Tete FR NOT ee en Sa LT Co ae es entre nosotros. Me las arreglaré para mantener a Adin a distancia. Necesito trabajar con él en el estudio, necesito ganar algin dinero en seguida. No ten- 0 ahorros, y ahora con los gastos de la nif...» Marion se queda sola Marion se ha enterado de que Luis Alfredo ha ido a ver ala hija de Cristina, Cuando llega se lo echa en cara, dicién- dole que no puede estar metiéndose en casa de otra mujer siendo su marido. Marion esta cada vez mas trastornada. La consume el dolor y la rabia de saber que ya no podra tener mas hijos y de ver cémo Luis Alfredo se va alejando de ella. Intenta en vano retenerlo, diciéndo- le que Cristina y Adan son amantes desde hace tiempo, que se ven en su estudio fotografico, y que seguramente la nifia es hija de Adan. Luis Alfredo no quiere escucharla, sabe que es capaz de inventar calumnias como ésta, y se va dando un portazo. Marion se echa en la ‘cama llorando, pero se incopora repen- tinamente con un pensamiento rondan- dole la cabeza. Coge las Ilaves del coche y sale apresuradamente de casa. Mientras tanto, las palabras de Ma- rion han surtido efecto en Luis Alfredo, La duda esta anidando en su coraz6n y para convencerse de que no es cierto decide ir a visitar a Adan a su estudio. —Vengo a averiguar algo que necesi- to saber definitivamente. Explicame cual es la relacién que existe entre Cristina y ti. —Pregintaselo a Cristina, yo no ten- go ninguna respuesta que darie. Crees que puedes permitirte el lujo de sentir celos? Eres un hombre casado, zrecuer- das? —Eso es asunto mio y yo sabré cémo debo resolverlo. —Pues me permito recomendarte que tengas cuidado, porque ademéds ni estés casado con una mujer muy peli- grosa, que puede ser capaz de cualquier cosay las consecuencias de lo que hagas | las puede pagar Cristina. | Ante la mirada interrogativa de Luis | Alfredo, Adan le explica todo lo relacio- nado con el accidente, de cSmo Cristina rodé por las escaleras a consecuencia del empujén que le dio Marion, Luis Alfredo se queda petrificado al oir el relato de Adan y piensa que Marion se ha vuelto completamente loca. En el apartamento de Cristina suena el timbre de la puerta, Son Carmelina y | su tia Turca, que vienen a visitar a la | nifia, Cristina aprovecha para pedirles que se queden un momento con la nifia mentras baja a comprar unos pafiales, Ellas se comprometen a cuidar a la pequefia_Al oir sonar el teléfono, Car- melina acude a su apartamento para ver de quién se trata, Es una llamada urgen- te para Turca. Salen corriendo, olvidan- dose de la nifia y dejando ia puerta completamente abierta. Justo en ese momento se presenta Marion, extrafia- daal ver la puerta abierta, entra sigilosa- mente y comprueba que no hay nadie. Se detiene ante la cuna de la nifia; esta | solita. PROXIMO CAPITULO | ¢De qué seré capaz Marion? | | Qué peligros corre la nifia estando sola con ella? ;Llegaré a tiempo Cristina de impedir a Marion que cometa alguna locura con la peque- fia? ¢ Cémo reaccionard Luis Alfre- do, ahora que sabe que estuvo a punto de perder a su hija y a Cristi- na? Todas estas respuestas y mas las encontraré en nuestro proximo coleccionable. Mare de Ange! de Sess, antiga if ee eee “Abad de Crna ue oda prefer ‘mente Vitoria, negindone a contre uit 4 ide Victoria, ca Pit U L.O fia Turca regresa al apartamento de Cristina enojada por la pesada inoportuna lamada telefonica que ha debido atender. Se acerca a la cuna de la nifia hablindole carifiosa- mente: «A ver esa ninita que la dejé solita... Dios mio, ¢y la nia?» La cu- na aparece vacia, ‘Turca la busca por todo el apartamento, pero la pequefia Victoria no se encuentra alli, Marion se la ha Ilevado sin que nadie la haya visto entrar ni salir. A Turca se le agrandan los ojos del enorme susto y del asombro que la invaden por mo- mentos. Carmelina encuentra a su tia lorando nerviosamente, le cuenta co- mo puede lo sucedido. Lino, que llega en esos momentos del trabajo, oye los lamentos de Turca y Carmelina y acu- de presuroso para saber lo que ocurre. Al enterarse de lo ocurrido, trata de hallar una explicacién al misterio, pero aparentemente no la hay. La nina ha desaparecido como por arte de magia. Cristina esta a punto de regresar y dofia Turca esta angustiada, pues pre- yé la tremenda reaccion que tendra al no encontrar a su hija, Cristina ha terminado rapidamente de hacer sus compras pensando cn volver cuanto antes al lado de su nif ta. Pero un inesperado encuentro re- coleccionable trasa su vuelta al apartamento, Luis Alfredo, que ha ido en busca de Cristi- na para conversar con ella, la encuen- tra en el portal a punto de tomar el ascensor. La convence para salir un momento afuera, a algin lugar donde puedan charlar franquilamente. Cristi- na acaba cediendo intrigada por saber qué quiere decirle esta vez Luis Alfre- do. Piensa en la nifia, pero se tranqui- liza convencida de que Turca esta cui- dandola. Salen a la calle y se sientan en el banco de un parque cercano. Luis Alfredo le confiesa que sabe que el accidente fue provocado por Marion y que se siente horrorizado por este hecho y de las consecuencias que pu- do tener. Cristina le contesta sincera- mente que ella ya lo ha olvidado por- que, Seguramente Marion actud estan- fuera de si. Luis Alfredo le comuni- ca su intencion de romper su matrimo- nio, ya no puede seguir por mas tiem- po al lado de Marion. Cristina le hace comprender que se cas6 con ella ante Dios y que juré acompafiarla para bien © para mal hasta el final. Luis Alfredo apela la falta de amor que siente por Marion. «Yo fe amé mucho —le confiesa tristemente Cristina— y tii no supiste apreciar y corresponder @ ese sentimiento cuando todo era ain posible entre nosotros. Me enamoré de ti, por encima de mis principios me entregué a ti, Aquella primera noche en que fui tuya estaba asustada, pero feliz. En aquel momento, en tus bra- z0s, pensé que por mucho que viva en el futuro, ése seria el momento més feliz de mi existencia.» Luis Alfredo le contesta que también para él fue un momento muy especial. «No, ti sdlo estabas pasando un buen rato —Cris- tina lo mira apenada—. A mi sdlo me importaba ser tuya, con todo mi cora~ z6n de muchacha ilusionada y hones- ta, que habia sabido y querido guar- darse para el hombre amado.» Luis Alfredo siente remordimientos. «Cris- tina, déjame enmendar mi error. Déja~ ao gee me resolver las cosas y acercarme a ti —la abraza tiernamente— Vamos a criar a nuestra hija juntos. Permiteme ofrecerle mi amor, mi amparo, mi pro- teccién. No quiero perderos. Por favor, dime que si. Contéstame.» Cristina le contesta trémulamente, a punto de llo- rar: «No puede ser. {No te das cuenta de que ya no puede ser? Luis Alfredo, | déjame ir, por favor...» Luis Alfredo la agarra fuertemente por el brazo, le pregunta si hay otro hombre en su vi- day qué significa para ella Adan. i Cristina le contesta sinceramente: «Adén es alguien que cuando estaba sola y me sentia destrozada y acobar- dada me brindé su ayuda y me dio valor. Alguien que me empujo, que ca- si me arrastré, para que siguiera ade- lante. Deberia amarle...» Luis Alfredo atrae a Cristina hacia su pecho, triun- falmente, ante la tranquilizadora res- puesta. «Atin no le quiero —continia Cristina mirandole a los ojos—, pero quizé Negue a eso, Cuando me cure por completo de la desilusién que ti me causaste y pueda volver a pensar que soy mujer y que necesito un hom- bre» Luis Alfredo la mantiene fuerte- mente cogida. «Me necesitas a mi, me quieres a mi.» Se acerca a su boca y la besa apasionadamente. Cristina se resiste al principio, pero al instante se deja llevar por la intensa fuerza de sus sentimientos. Cuando se repone y con- | sigue desprenderse de los brazos mas- culinos, pide a Luis Alfredo que re- nuncie a su amor, que se olvide de ella y de la nifia. Sale corriendo hacia su casa. Al llegar se encuentra con Lino y Carmelina, que la miran expectan- tes, y al fondo dofia Turca llora con las manos cubriéndole la cara. Cristi- na pregunta qué es lo que ha pasado. Es Lino, finalmente, quien se arma de valor y le cuenta todo lo sucedido, A consecuencia de tan desagradable noti cia, Cristina sufre un momentaneo shock nervioso. Se dirige desesperada hacia la cunita vacia gritando que le devuelvan a su hijita. A medida que pasa el tiempo, la situacion es mas tensa. Poco a poco acuden los amigos de Cris, Zora, Inocencia, Adan, el pa- dre Angel de Jess ya estan a su lado. Incluso Luis Alfredo acude al aparta- mento avisado por su padre del triste suceso. Deciden lamar a la policia. ‘Adan sospecha de Marion y asi se lo hace saber a los agentes. Cristina no se separa del lado de Luis Alfredo. Permanecen abrazados, uno consolan- re orate) ri eee Peres ca do al otro. Adan se siente desplazado y rechazado por Cristina y se sincera con Zora, La muchacha le dice que siente pena de verlo asi y le ofrece su apoyo. Mientras tanto, Victoria, ente- rada por Alejandro de la desaparicion de la nifia, acude personalmente a ver al inspector encargado de solucionar el caso para que agilice las investigacio nes. Las horas pasan lentamente y no se tienen noticias de la pequefia. To- dos estan angustiados y cansados por Ja larga espera, ¢Qué sera de la nifia? Con apenas dos semanas de vida, ne- cesita los cuidados de su madre, gla alimentaran?, la cuidaran’? (Weta eee Marion camina presurosa por las calles, girandose constantemente por miedo a que la estén siguiendo, En su rostro se adivina la mascara de Ia lo- cura, sonrie feliz y su mirada alucina- da se clava en ¢l bebé que lleva en brazos. «Tengo a mi hijo, mi hijo —repite frenéticamente—. No murid, esta vivo, esté vivo. Ahora es mio, es mio.» En su delirio cree que ha recu- perado al hijo que nunca lego a tener a consecuencia del accidente. Comple- tamente trastornada se dirige al apar- tamento de Gonzalo, Este, cuando la ve, le pregunta de dénde ha sacado el bebé. Marion le explica en su locura que es su hijo, que no murid, que la engafiaron, pero que ha conseguido re cuperarlo, Gonzalo, sin comprender aiin, pero temiendo que la accion de Marion pueda traerle complicaciones con la ley, decide lamar a sus padres. Lucrecia y Erasmo se presentan inme- diatamente interrogando a Gonzalo sobre lo sucedido. Gonzalo les apre mia para que saquen cuanto antes a Marion y a la nifia de su apartamento. Lucrecia deduce, apenada, que la nifia que abraza Marion es la hija de Lui Alfredo y que, por tanto, su hija se ha metido en un enorme lio, Convence a su marido de la necesidad de desha- cerse cuanto antes de la nifia para que nadie descubra el delito que ha cometi do Marion, Primero piensa abandonar- Ja en plena calle, a lo que Erasmo se ‘pone tajantemente, Finalmente, Lu erecia se decide por otra malvada ac- cidn: hace que Susana, su leal sirvien- ta, ingrese a la nifia en un orfanato como si ella fuera una madre soltera incapaz de cuidarla. Marion, mientras tanto, se despierta justo cuando Luis Alfredo se presenta para interrogarla. ‘A Marion se le acrecienta la locura al comprobar que ya no tiene al bebé a su lado. Le da un fuerte ataque de nervios y tiene que ser internada ur- gentemente en un hospital. No recuer- da nada, solo tiene una idea fija en su desquiciada mente: le han robado otra vez a su hijo. No recuerda nada mas, En el hospital, el doctor que la atiende confirma su estado de demencia total y. que debera permanecer un largo tiempo internada. Erasmo, hundido por la enfermedad de su hija y acuciado por los remordi- mientos, pide a la incondicional Susa- na que vuelva a la institucién para re- cuperar a la nifia, Susana consigue sa carla después de ser sometida a un Tiguroso cuestionario. Erasmo decide devolver a la nifia en cuanto sea de noche, «Veré de qué forma la puedo devolver sin que Marion se vea impli- cada en este asunto.» @ AVANCE PROXIMO. CAPITULO 2A dénde iré a parar la nifia esta vez? {Qué nuevos peligros le acechan? {Volveré Cristina a ver su hija sana y salva? z Consegui- rd el dolor unir definitivamente a Cristina y a Luis Alfredo? Cono: ca las respuestas en nuestro pro: ‘mo mimero. Harén que disfrute anticipadamente de su serie de te- levision favorita, May oe Age te dete i Vir gle ache ol saber gu xb ember dm Mo ‘ati de Crna qu sprint tra net ee suerte pin sox tre 7 Encargde por eps dsc de Vi CAC Pe TUL: O: 4 6: min el apartamento de Cristina se vive todavia la angustia de_no sa ber el paradero de la pequefia Vic: toria, De pronto alguien lama a la puerta. Zora abre esperanzada, pero se lleva una gran sorpresa al ver que se trata de dofia Luisa, la madre de Angel de Jestis, que quiere hablar con Crist na. Dojia Luisa le dice a Cristina que esta enterada de la desaparicion de la pequefia y le reprocha que la dejara sola para irse a trabajar como modelo, «a explotar tu bellezay. Le dice que es la culpable del rapto de la nifia por no ser lo suficientemente responsable, que no puede tener bajo su cuidado a una criatura inocente y le exige que se la entregue. Cristina esta realmente sor- prendida de la extrafia conducta de do- fia Luisa. No entiende por qué le habla asi, «No tengo que explicarte nada —le amenaza dofia Luisa—, pero desde ahora te lo advierto: tu hija pasaré a mis manos. Seré yo quien me encargue de ella.» Tras pronunciar estas miste- riosas palabras se acerca a la puerta, pasando entre las perplejas muchachas, y se marcha. Las tres amigas se cues- tionan al unisono el significado de tan extrafias palabras. Pero Cristina no es- ta para mas misterios. Esta muy apena da por la desaparicién de su hijita al llevar ya dos dias sin saber nada de ella, Victoria se ha quedado sola en el salon de su casa, Alejandro y Luis Alfredo se han retirado a sus habitacio- nes para descansar un poco. Se encuen- tra tranquila y relajada en el sofa cuan do oye sonar el timbre de la puerta, Acude a abrir, extrafiada de que al- guien les visite a esas intempestivas ho- ras. Al abrir se queda mirando al vacio, alli no hay nadie, De repente repara en algo que hay en la entrada. Victoria se queda petrificada al ver en el suelo una ¥ . ‘th cestita que contiene a una nifia, Trans- curren unos largos segundos hasta que consigue reaccionar. Por fin, al oir el llanto del bebé, logra desvanecer sus confuusos pensamientos y entra a la ni- fia en casa. Deposita la cesta en el soft, se inclina muy lentamente y alza a la nifia en brazos. Se queda mirandola largamente. En un gesto casi incons- ciente oprime a la criatura contra su pecho, Por un momento vive de nuevo los dramaticos momentos en que ella misma tenia una nifiita igual, hace mu- chos afios, a la que tuvo que abandonar también en una cesta en la puerta de un convento. De sibito, comprende que tiene que informar a su hijo del feliz hallazgo y corre gritando a despertar a toda la casa. Cristina deja de llorar, sobresaltada por la llamada del interfono. Acude para saber quién llama desde el portal, Contesta la voz de Luis Alfredo, parece muy excitado. Cristina Io espera en el pasillo, lo ve aparecer con la nifia en brazos. «Es tu hija, aqui la tienes.» Luis Alfredo casi no puede hablar de la emocién. Una vez que todo ha vuelto a la normalidad, el padre Angel de Jesis va a visitar a Victoria. Lo recibe un enfu- recido Alejandro, que hace tan solo unos minutos ha echado intempestiva- Eo G.. afef Se mente al inspector Rosales, encargado por Victoria de investigar la desapari. cién de la nifia. Rosales ha estado bas tante grosero metiéndose en la vida pri- vada del matrimonio. «Seguramente no entenderd mi mal humor, pero si es el confesor de mi esposa debe conocer sus secretos —mira a Victoria—, porque supongo que a él si le habras dicho quién es el primer amor de tu vida, el padre de aquella hija que abandonas- te.» Alejandro insiste al padre Angel para que Ie diga de quien se trata. «¥, bueno, iquién es ese hombre? | Respon- dame!» El padre Angel de Jesus le res. ponde con semblante angustiado: «Esé hombre soy yo.» No es la Unica sorpresa que sobre- salta la vida de Alejandro, Recibe una Mlamada estando en el salon de Victo- ria, Contesta al teléfono confiadamen- te, pero al ofr la voz femenina tan fami- liar para él, surgida del pasado, su ros- tro denota todo el terror que le invade. Cuclga de inmediato el auricular. La misteriosa voz femenina solo ha tenido tiempo de decir una frase: «¢ Sabes quién te habla?» Parece que a Alejan- dro le haya hablado un fantasma. ple ml) Petes Eater Dofia Luisa se presenta en el aparta- mento de las muchachas. Con su habi- tual cardcter, frio y determinado, le dice a Zora que quiere hablar de nuevo con Cristina, «Vengo a llevarme a la nifia.» Zora impide que se acerque a la cunita al tiempo que le explica que Cris no se encuentra en esos momentos. Do- fia Luisa se acerca mas a la cuna ame- nazando con coger a la nifia. Zora se pone delante de Ia cuna protegiéndola. «De nada serviré que traten de impe- dirmelo, Se criaré conmigo.» Zora le recuerda que no tiene ningiin derecho a arrebatarle la nifia a Cris, Dofia Luisa Ie replica convencida que si los tiene. «Los tengo todos. Los de la moral y la decencia. También los de la sangre.» Zora no sale de su asombro al escuchar. tan enigmaticas palabras. Intenta averi- ‘guar algo mas, pero dofia Luisa le ata- ja: «Que su madre vaya a preguntar- ‘mey, empuja a Zoraida dispuesta a co- ger a la nifia, Forcejean las dos. Zora le advierte que si no se va llamara a la policia. Al ver que dofia Luisa sigue forcejeando pide auxilio a gritos. «Lla- ma a quien quieras, yo demostraré ante Ia ley que esta criatura no puede estar en este antro de perdicién.» Zora ve, entre sorprendida y aliviada, a un joven con una maleta entrando por la puerta. Entre los dos consiguen echar a dota Luisa. El joven es Ramén, el hermano de Inocencia. Ha tenido que huir de su pueblo por un lio de faldas. Ademas le persigue un hombre al que debe mucho dinero y pretende que su hermana le solucione el problema. Lino se presta a ayudarle a encontrar trabajo y le ofrece una habitacién de su apartamento para que esté mas confortable. Rams Cnmeicw ners EI padre Angel va a ver a la joven madre y a su hijita. Cristina aprovecha ra dedicarle més tempo a mi hija, pero | no puedo, tengo que seguir luchando, ganando lo necesario para mantenerla —su rostro denota preocupacion—. Los nifios ocasionan tantos gastos. A veces pienso en el dia de mafiana, en su educacién, me gustaria que fuera a un buen colegio.» Angel de Jesis le contes ta tranquilizadoramente qué ain falta mucho para eso. «Pienso mucho en mi situacién de | madre soltera. La presencia de Luis Alfredo..., al verlo a mi lado, déndome su ayuda, fue algo muy grande para mi. Eles si padre, y sélo él podia sentir To mismo que yo en aquellos momentos de angustia.» El padre Angel le pregun- ta adOnde quiere ir a parar. Cristina le | contesta que él sabe como es su forma | de pensar, su respeto a los mandamien- tos de Dios, pero ahora se siente con una gran responsabilidad como madre y tiene que pensar en el futuro de su hija. «Tengo el derecho de ser egoista y de querer darle un hogar, una familia, proteccién,*un padre que me la quiera y ‘me la represente.» El padre Angel le pregunta si ademas de su amor de ma- dre no se est dejando arrastrar por su amor de mujer. «{Por qué no? Tengo que ser sincera con usted, quiero a Luis Alfredo y él me quiere a mi. Es injusto que nosotros sacrifiquemos tantas co- sas por alguien que no merece este sacrificio.» Cristina continia desaho- pandose. «Voy a pensar en mi hija, voy @ pensar en mi. Voy a pensar en Luis Alfredo. Por los tres, yo voy a volver con él.» femal Dario y Eliana van al médico que atiende a la joven para conocer el resul- tado de las radiografias que le tomaron. EI doctor les muestra. una mancha ‘oscura en la imagen. «Este es un cod gulo producido por algin derrame in- terno de cuando se produjo el acciden- te, aqui hay un hematoma que compri- me la médula, Hay que abrir hasta legar al punto indicado para eliminar el congestionamiento. Sélo después de eso se podrd pensar en una posible rehabilitacién.» Dario le pregunta al doctor si la operacién es peligrosa y si los resultados serian positivos. El doc- tor no pucde darles respuestas concre- tas; los médicos, dice, siempre quieren hacer el intento, si es que existe una sola posibilidad entre un millon. Ahora. son Dario y Eliana quienes deben deci- dirlo, «No sé, todo es tan complicado y tan incierto. Tal vez no vale la pena que ‘me someta a esa operaciOn si es que hay tan pocas esperanzas.» Ely ve bas- tante dificil que ocurra un milagro, ya se ha hecho a la idea de pasarse el resto de su vida atada a una silla de ruedas. PROXIMA SEMANA: Volverd dofia Luisa a intentar lleyarse a la pequeria Victoria? {Conseguiré quitarsela a Cristina, ‘como ha prometido? Cristina pare- ce dispuesta a volver con Luis Al- fredo, pero zpodra éste volver a su lado sabiendo que Marion esté en- ferma y que lo necesita? .¢Conse- ‘guird Dario convencer a Eliana para que se someta a la arriesgada ‘operacion? 'No deje de leer nuestro préximo capitulo coleccionable. Proporta de Casa Viera, madre armenia ior el rears de x jal qe abandon Send Be Croat corel scr Aljndr sar, de gn ahore ve ‘para, ) madre de ate Are y Elana "Escapes Vera y padre de at ‘er Ahora rie con Inacenct, otade mal de Cate Vicari, isn qe male 1 spa de Vira: Mare de Ho de Las AU. nea somo exo mis de Case Yura, ade sabe qu eo del ropa Pad del hie de rina» epee de Maron ‘ij parattesdeVicrta, enamered de Dario. “jndra Compaen de apartament de Cristina, cr nv Se Computers de eprtomento de Cra Ime, ‘stadia arvrtari,mimament tia reser ‘Se prfetin de bandera ha meri cat nx re: nv ot ec fr tonprom on Carme Es: Made de Ange de Jeni, ang fe de View. ri. ion eel saber que esa embarsat deNo Beata Crna yee oe prpundonone eV: np des ma ens endo Ne ee art, de excarecr el scr dea hija Cri Se te ‘Mowe po te belse de Vrs «Ita compari oman de noone Hah de past po un ke ft peso tm atin ae ah CA] Pelst Uck 0 «27: lyana, acompafiada de su marido, Da- rio, visita a Cristina para ver a su sobrinita. Se queda prendada de la nifia, descubriendo que guarda un gran parecido con Luis Alfredo. Elyana trata con gran dulzura a Cristina, ofreciéndole su apoyo y comprensién, Se despiden pro- metiéndole que iran a menudo a visitarla. De muevo en casa, Elyana conversa con su madre sobre la posibilidad de someterse a una operacién que logre devolver la vida a sus piernas. Tiene todavia que decidirse y.escuchar la opinién de su marido. Victo- Tia se siente desplazada. «Todo es con él, todo lo consultas con Dario, mi opinién no. cuenta.» Elyana trata de hacerle compren- der que, para bien o para mal, ellos han escogido vivir sus propias vidas, no las que ella les trazd. Victoria se siente herida. ag Crees que la vida que habéis elegido seré 1a mejor? No seas infantil, Elvana. Tanto thi como Luis Alfredo vais directos al fraca- so.» La muchacha reconoce que puede ser asi, pero también que pueden acertar y ser felices. Por lo menos siempre sera lo que ellos escogieron. Elyana, tratando de cam- biar de tema, le cuenta a Victoria que ha estado en casa de Cristina, visitando a la iia, Victoria le reprocha que haya estado en casa de la amante de su padre. Elyana Te aclara que Inocencia no estaba en ese momento y que solo fue por la nifia. «No es como para enorgullecerse —dice Victo ria un poco despectivamente— sabiendo de quién es esa criatura y en las condicio- nes en que nacié.» Elyana, dolida por el desprecio que muestra Victoria, no puede evitar ser dura con ella. «A menos Cristina tuvo el valor de no renunciar a ella. jLo que no hiciste tt, mamé!» Victoria se siente paloecrinnahlo hortorizada ante el cruel comentario de su hija y sale corriendo. Definitivamente sien- te que ha perdido a sus hijos. Alejandro, por su parte, confiesa a su amigo Beltran que todavia’ sigue queriendo a Victoria, Inocencia ha sido solo un escape ante la situacion personal en la que se encontraba. Ahora s6lo suefia con la posibilidad de Tecuperar su amor. Por su parte, Victoria también confiesa | a Berta, su mejor amiga, en una de sus conversaciones intimas, que sigue enamo- rada de Alejandro, pero que se siente inca- paz de perdonarle por lo que le ha hecho. Berta, que ve que su amiga se va hundiendo dia tras dia, le instiga a que intente una reconciliacién, pero Victoria esta profun- damente apagada, sin ganas de nada. Aho- -ta lo unico que desea es ver a Elyana andar de nuevo y recuperar a aquella nifia que abandoné por falta de medios. ‘Adan, tras enterarse que Cristina ha decidido’ rehacer su vida al lado de Luis Alfredo, vive sumido en una profunda de- presion, perdiendo el interés por todo. Zora le visita y trata de alentarle para que no se desmorone. Adan la recibe en su aparta- mento bastante desmejorado y con un ata- que de tos. Zora se siente conmovida y se presta a ayudarlo. «Addn, no puedes estar ‘aqui solo, sin alguien que te atienda, que te haga una sopita caliente.» Comprueba que tiene fiebre y que puede coger una pulmonia, Hace que se meta en la cama y se ponga un pijama, desoyendo las protes. tas de Adan. «Yo no sé por qué demonios uve que enfermar! Porque yo soy un hom- bre saludable, ¢sabes?» Adan, con voz quejumbrosa, como todo hombre cuando enferma, logra asustar a Zora. «Creo que ‘me voy @ morir.» Viéndolo tan indefenso y temblando de escalofrios, Zora corre a sentarse al borde de su cama, junto a él. Zora lo mira dulcemente no sabiendo qué hacer. En un impulso, se abalanza sobre él, abrazandolo muy estrechamente, como co- indolo, dandole calor. «Tranquilo, Adan, yo te cuido.» Dofia Luisa llama por teléfono a Cristi- na amenazandola con arrebatarle a la nifia y alegando unos derechos consanguineos ‘que Cristina no logra entender. Cree que se trata de una locura de la anciana mujer. Desesperada, va a verla personalmente pa- ra que le explique los motivos que la llevan a comportarse de esa manera. Dofia Luisa sigue insistiendo: «Conmigo esa nifia esta- ria mejor, jtienes que cedérmela! El lugar de donde vienes no es el mds indicado para una criatura inocente. Aquéles un antro de vicio.» Doiia Luisa la acosa diciéndole que ira arrebatarsela por las malas, con la ayuda de la ley, si ella no se la cede por las buenas. Cristina le pregunta cémo lovaa conseguir. «Pero, zquién se cree que es?» Dofia Luisa le contesta altiva, casi delirante: «; Esa nifia lleva mi sangre! ;Lle- va mi sangre! Soy su bisabuela.» Tras la confesi6n de dofia Luisa, Cristi- na, muy afectada, reprocha al padre Angel el haberle ocultado durante tanto tiempo la verdadera relacién que existia entre ellos y Ie culpa por haber permitido que su infan- cia transcurriese en la soledad de un orfa- | nato, Cristina lo mira muy amargamente, GQué desilusion, “seor cura”! Encima del abandono en que me dej6, también la ‘mentira, el engario...» Las lagrimas le impi- | den seguir hablando y se dispone a mar- charse cuando Angel de Jesiis le sujeta del brazo: «Hija, déjame explicarte.» Cristina se suelta bruscamente: «{No me llame nun- ca més asil», y se va corriendo. Profundamente consternada, Cristina cuenta a Zora e Inocencia que el padre Angel de Jesis es realmente su padre. Ha perdido la fe y confianza que tenia puestas enély en a Iglesia y decide, repentinamen: te, rehacer su vida al lado de Luis Alfred Ciando éste se entera de la determinacion tomada por su amada, no puede dar créd to a lo que oye y, entusiasmado, prepara los trémites para su divorcio de Marion ‘Mientras tanto, Marion sigue postrada en la cama de un hospital psiquiatrico. Gonzalo la visita creyendo que esta fin- giendo su estado, pero se da cuenta de la gravedad en la que se encuentra cuando ella le pide que le ayude a escapar y a recuperar al nifio que le han arrebatado. Su linica obsesin es recuperar a su hijo y el amor de su esposo. La madre de Marion, por su parte, vien- do en tan lamentable estado a su hija y conociendo la intencion de su yerno de separarse, decide presentarse en casa de Cristina. Le pide que vaya a ver a Marion al hospital y se da cuenta de lo grave de su estado. Apela a su compasion para que no termine de destruirla, pues su curacion depende del amor y los cuidados de Luis Alfredo. Le reprocha duramente el haberse interpuesto entre ella y Luis Alfredo. Cristina decide finalmente visitar a Ma rion y comprueba su lamentable estado mental. Movida por la compasion, le dice a Luis Alfredo que lo ha pensado mejor y que no puede casarse con él. No le desvela la verdadera razén que le ha llevado a ello. Unicamente le engafia diciéndole que se ha comprometido con Adan. Luis Alfredo no sale de su asombro, «Cristina, me quieres decir que te has enamorado de ese hombre? Dimelo claramente, quiero saber la ver- dad.» «Mi vida a ti no te interesa —dice Cristina desafiante—. Lo que haga con ella es asunto mio. Creo que he sido bas- tante clara y no tenemos nada mds que hablar. De manera que te ruego que te vayas.» Luis Alfredo trata una vez mas de razonar con Cristina, pero es imposible. «jVete, Luis Alfredo! j¥ no vuelvas mas! No me busques. Ni a mi ni a la nifia, olvidate de las dos.» En ese momento llega Inocencia, que ve a Luis Alfredo marcharse de mal humor. Le pregunta a Cristina el motivo de su enfado. Le explica que 10 suyo con Luis Alfredo ha terminado definitivamente. Ino- cencia no se lo acaba de creer, piensa que se trata s6lo de una simple pelea entre enamorados. «No, Inocencia, no habré ‘més reconciliaciones y, si vuelve, no le ‘quedardn ganas de hacerlo otra vez.» Ante Ja cara de asombro de Inocencia, Cristina se sincera: «Tengo que evitar de cualquier ‘modo que se me acerque, Inocencia. Tengo que terminar con esta agonia. Lo nuestro no puede ser. Y yo temo flaquear, ser débil... Tengo que conseguir que me odie.» Consternado, Luis Alfredo, de vuelta a casa, comenta con su padre que la repenti- na decision de Cristina de no contraer matrimonio con él tiene que deberse a algo que desconoce. {Ha descubierto por fin Adin los encantos y buenos sentimientos de Zo- raida, la muchachita poca cosa y timi- da? {Se decidiré Alejandro a dejar definitivamente su retacién con Ino- cencia para volver al lado de Victoria? {Conseguiré la trastornada mente de Marién urdir un plan para escaparse del hospital y recuperar al que ella cree su hijo? Todo esto y mas, la préxima semana. pe ee (lee RT oR plc cy al i a ES cece eee a ET on Yh ae Me ae ta find eet an CE crn Wadah ipa Tp. Pat itt eee ek aS ae oe Sopa oh ered ete Serpe in 2 ee. tO at sp ee ‘ipo oe reg i ie tat ‘done a comtarte quien or sa erdadere Rae oer See eee oo ei tees aa SO earner pea CAPITULO 3s dan continua postrado en la cama con mucha fiebre. Afortunada- mente cuenta con los cuidados de Zora, que acude a verlo cada tarde al salir del trabajo. Cuando entra se lo encuentra profundamente dormido y muy sudoroso. Zora se dispone a reco- ger el cuarto, doblando su ropa silencio- samente, muy hacendosa. Cuando ter- mina se queda mirando a Adin muy tiernamente. Se acerca suavemente a su cama, coge una toallita y le seca el sudor de la frente. Lo arropa con cuidado de no despertarle, complacida al sentirlo mejor. En un subito impulso, desconoci- do para ella, le da un rapido besito en Ja mejilla. Luego, como ruborizada por lo que ha hecho, coge su bolso y sale volviéndose para mirar a Adan. Zora descubre en ese momento que esta pro: fundamente enamorada del joven, Es una sensacion nueva para ella. Alejandro le cuenta a su mejor ami. go, Beltran, su nueva preocupacion, Aquella mujer a la que creia muerta y olvidada, Laura, le ha vuelto a molestar. Desaparecio de su vida muchos afios tras, antes de conocer a Victoria. «Me ha llamado dos veces. La corté, le dije que no me siguiera molestando, que no teniamos nada que hablar.» Beltran le pregunta qué es lo que quiere de él esa coleccionable mujer, qué busca, «Pretende que me ocupe de ella —responde Alejandro pensativo—. Reclama cosas a las que | no tiene derecho. Es lo que menos me | esperaba. Crei que habia salido de mi | vida para siempre. Nunca pensé que volveria a saber de ella.» En casa de Alejandro, su hijo Luis | Alfredo en ese momento da vueltas en su mente a una sospecha. Le vienen a la | memoria frases de Cristina, «yo me crié en un asilo, mi madre me abandoné | recién nacida». También las palabras de Alejandro cuando le contd que Victoria tuvo una hija de soltera y la abandond. Suenan en su mente las palabras del inspector Rosales tras ver salir al padre | Angel. «Qué casualidad, el padre de | aquella nia abandonada acaba de salir | de aqui.» Luis Alfredo camina por Ia habitacion muy agitado, pensativo, atando cabos. Sélo cabe una explica- cién ante tanta coincidencia. Victoria aparece en ese momento, viene de visitar a Marion en el psiquiatrico, donde Lu crecia le ha pedido que convenza a Luis Alfredo para que no abandone a su hija. Luis Alfredo, ansioso por descubrir la verdad, pide a su madre que le desvele el lugar exacto donde abandoné a su hijita, Victoria, extrafiada, ante estas inesperadas preguntas, acusa a Luis Al- fredo de querer evadirse del problema de Marion. Luis Alfredo insiste y por fin logra que Victoria se sincere. «Fue en la puerta de una casa.» Luis Alfredo la mira sobrecogido, «Dios mio... Mamé, es increible. Tanto buscar a tu hija. Tanto que has sufrido al no poder en- contrarla, tanto que has luchado por dar con ella, y pensar que la tenias tan cerca de ti. La habias encontrado sélo que no lo sabias.» Victoria lo mira sin entender, muy tensa. Le pide que se explique mejor, «Yo sé quién es ella, mamé —Luis Alfredo habla despacio, con énfasis— Tu hija es Cristina.» Victoria se queda helada, no da crédito a lo que oye. «No, no puede ser. ;Estés loco! ¢De donde sacaste semejante disparate?» Luis Al- fredo le explica a Victoria algo que ella desconocia de Cristina, que se crié huér- fana porque su madre la abandono en un portal, La hace razonar, Victoria niega esa posibilidad, pero la duda hace gue se desespere. «Convéncete, mamd. Es algo tan evidente. Comprendo que la verdad te resulte demasiado dura. Debe ser terrible para ti, ni que tuviste cerca @ tu hija y que tu corazén no supiera reconocerla, Debe ser doloroso —conti niia Luis Alfredo— que tu hija sea quella muchacha a la que un dia echaste a la calle despiadadamente, después de insultarla y maltrataria y luego perseguirla sin descanso, ¢no?» Victoria, enloquecida por estas duras palabras de su hijo, sale huyendo hacia Su cuarto, llorando y pidiendo que la deje en paz. El_padre Angel Cristina, tras acostar a su hijita, oye el timbre de la puerta, Se trata de Angel de Jess que viene a visitarla. Cristina al verlo recuerda lo sucedido y le vuelve todo el dolor y Ia tristeza que siente, pero aun asi, lo deja pasar. El padre Angel de Jestis explica a Cristina la verdadera historia entre su madre y élen la que no hubo pecado alguno, «Quiero contarte como ocurrieron las cosas. Que i sepas toda la verdad, pidiéndote per- dén por mi parte de culpa, y también por Ia culpa que tuvo aquella mujer que fue tu madre. Y que ti puedas perdonarnos alos dos. No quiero verte rebelde, amar- gada, desilusionada.» Tras escuchar las | palabras de Angel de Jesiss, Cristina le pide perdén por las terribles cosas que Ie dijo creyéndolo culpable. «Soy yo, Cristina, quien debe pedirte perdén.» Cristina, emocionada y Hlorosa, le con- testa; «Si Dios le perdond, ¢cémo no voy a hacerlo yo?» El padre Angel se siente dolido porque ha sido el causante del dolor de Cristina y de su actual falta de fe, de que sus convicciones no scan tan fuertes como antes. «No, padre, no pien- se eso. Es verdad que yo tuxe una mala reaccién, pero ya todo pasé. Yo sigo firme en mis creencias, en mi fervor, en ‘mi amor hacia Dios.» El padre Angel; profundamente conmoyido por las pala: bras de su hija, la atrae hacia si y Cristina se echa llorando en sus brazos. RTS CTE WirsKor resect eT ard Ya en su habitacion, Victoria esta ausente, no pudiendo dar crédito a todo Jo que ha sucedido. En su mente ator- mentada se agolpan las preguntas: «gSera verdad? No, no, ;todo esto es una pesadilla! Me esta enganiando. Me resisto a creerlo. Sin embargo...» Victo ria cae en la cuenta de que en su dia no leyé la ficha de Cristina, la guardo sin mirarla. Busca su expediente con deses: peracién, cuando lo encuentra advierte que sus datos coinciden con la version facilitada por su hijo. Todo coincide. En su mente se agolpan los recuerdos. Su estado se transforma en ansiedad cre- - Pee rau merido. Encontrada ciente, tiene que ir a ver a Cristina cuanto antes para contarle que ella es su madre, Apresuradamente coge su bolso | y se dispone a salir de casa, pero enton- | ces se encuentra con Alejandro, que entra en ese momento. Al verla arregla- | da y dispuesta a salir de noche, Alejan- dro, en un ataque de celos, sospecha que se ha citado con un hombre. Asi se lo dice y ademas le prohibe salir a esas horas. Victoria, muy indignada por la ofensa que acaba de recibir, lo niega, contestandole furiosa que él ya no tiene ningun derecho a entrometerse en sus cosas ni a prohibirle nada. Aun asi, Alejandro, fuera de si, la coge del brazo y la acerca fuertemente al sofa, donde hace que Victoria se siente, pidiéndole una explicacion. En ese momento suena | el timbre de la puerta, Alejandro suelta bruscamente a Victoria y se dirige hacia la puerta. «¢ Te vienen a buscar, no? Ya es lo tiltimo.» Abre furioso la puerta y se topa con Laura, que lo apunta con una pistola, fria y calculadoramente, le da dos tiros a bocajarro. Alejandro cae desplomado en el piso, Hlevandose las manos al pecho. Victoria que estaba de espaldas queda aterrorizada y corre al Jado de Alejandro. Ve en la puerta a una mujer que con calma, premeditadamen- te, se acerca al cuerpo tendido en el suelo y Je apunta de nuevo con la pisto- la, Victoria logra apartarla, intentando quitarle el arma, pero Laura se resiste. Forcejean hasta que Victoria consigue quitarle la pistola a aquella desconoci- da, Laura consigue huir sin que Victoria pueda detenerla, pues sus piernas le fallan debido a los nervios. ‘Cuando Luis Alfredo y Dario llegan hasta ella, alarmados por los disparos, se encuentran a Alejandro sangrando en el suelo y a Victoria mirandolo atonita con el arma en la mano, A todas luces ella es la culpable. Rapidamente Alejandro es llevado al hospital mas cercano, donde es operado urgentemente. En todo momento per- manece inconsciente para pasar a un estado de coma profundo, que ni siquie~ ra su hija Elyana, con sus palabras de amor y carifio, consiguen desvanecer. Mientras tanto, Victoria ha ingresado en prision como presunta asesina de su marido. Ella lo niega reiteradamente, explicando que fue una mujer madura a Ia que no habia visto jamas. Pero todo est en su contra. E] arma estaba en su mano, una de las criadas los vio discutir acaloradamente y Alejandro tenia una amantea la que Victoria odiaba, sintién- dose despechada por el abandono de su marido, En otro lugar de la ciudad Laura esta sentada al borde de la cama bebiendo un licor y con el periddico en las manos. Busca en las noticias y lee con sastisfaccién que Alejandro esta al borde de la muerte y que su esposa es Ja presunta autora de los disparos. Por su alcoholizada mirada se cruzan unos destellos de perversa dicha. PROXIMA SEMANA: A pesar de que todas las sospe- chas recaen sobre Victoria, ,podra probar que ella no disparé a su ‘marido? ;Conseguira Alejandro superar el estado de coma en el que se encuentra? ;Cémo reaccionard Inocencia? De qué mas serd capaz la mente trastornada de Laura? Todo esto y mas en nuestro proxi- mo capitulo. Proper de Casa Viera, mre asrmaniad, oe rcsrdo de 9 ue bandon endo Bese ‘Cena con et actor janis dtsrin dt Que ahora oe ‘para, me de Lats Ado Elona, "Be apoe de Vesrin pire de mt ‘Mor. Ahora ve om nce "Coca madlo de Casa Visi, sn que nade itp de Vv Mare del ho de Ae "Emplads come msde Care Viet st sale ee ot Th de a wrt, Pade tM de Ida Se Vcr, namorade de Davis Ene com aon esr eon de Ale “od Compare parame de Cs on de Serer, pate de Citing ‘on conti oo Case Vern, proton onan ‘ado de Elna yb amie de Lt Apedn ‘Gran mie ae Etna} poe mabe de Lats Arete Made de Angel de Jess, aia fe he Yee Bada Con ye oi ee Somaru er nrdadere deat ce wo ra seme trade jor fe beled Vr iara ‘remans de noon Haha dep pr ain Ue aia yt pres pr we maton a etl ee macho ‘nro Von ua de ne CeAcP IT Usk. 0% °9 nocencia, convencida de que Victoria atentd contra Alejandro, va a verla ala prision, La insulta diciéndole que mereceria estar en el infierno por su malvada accion. Victoria trata de expli- carle que ella no fue la que dispard, fue otra mujer. Pero Inocencia no la cree y Je comunica que ya la ha denunciado ante la policia, Victoria, angustiada por no tener noticias sobre su marido, pide al comisario Rosales que la lleve al hospital. Al llegar, Victoria llora de do- lor junto a Alejandro. Lo besa, lo acari- cia, Etinspector Rosales ya no tiene dudas, Victoria no es la culpable, si no, actuaria de otra manera. Victoria sigue acariciandolo dulcemente. «Por favor, Alejandro, dime que vas a vivir. Si pu- dieras oirme y saber cudnto te quiero. Deseo que vivas, aunque seas de otra mujer. O quizé para volvernos a querer volver a ser felices.» Victoria contintia hablando a Alejandro, todavia incons- ciente. Le dice que la culpa es suya por alejarse de él, inmersa en los problemas de Casa Victoria. También se pregunta, mirandole, quién era esa mujer descono- cida que queria matarlo. Victoria tiene que volver a la carcel de mujeres. Todavia no se ha demostra- do su inocencia, Mientras tanto, Alejan- dro se encuentra todavia en estado de coleccionable coma. De pronto, Inocencia, que esta a su lado, grita pidiendo socorro. Alejan- dro se esta muriendo. El doctor acude presuroso consiguiendo salvar a Alejan- dro del abismo de la muerte. Afortuna- damente, su fuerte corazon ha respondi- do a la vida. Muy agotado, pero licido, Alejandro declara que Victoria no le disparé, al saber que ha sido arrestada injustamen- te. Luis Alfredo avisa rapidamente al inspector Rosales para que interrogue a Alejandro. Durante su declaracién ex- plica detalladamente cémo ccurrid to- do, pero no revela Ia identidad de su agresora. Prefiere ocultarla. El inspec- tor le comunica su deber de llegar hasta la culpable y detenerla, sea como sea, Luis Alfredo no comprende el insdlito mutismo de su padre en una cosa tan grave. Victoria queda en libertad inmediata- mente. Todos festejan en la casa la feliz noticia de su vuelta y la recuperacion de nas Conflesa Victoria @ Cristina ante or era Alejandro. Victoria quiere ver a Alejan- dro cuanto antes. Vuelve de nuevo al hospital y se encuentra a Inocencia al lado de Alejandro, cuidandole. Al verla, Inocencia pone en un aprieto a Alejan- dro apremiandole para que se decida entre las dos. Alejando, acorralado, pide que le deje solo con Victoria. Tienen que hablar de lo ocurrido, Inocencia inter- preta la peticion de Alejandro como un triunfo a su favor. Ya solos, Alejandro cuenta a Victoria toda la angustia que Ie invadié al enterarse que estaba en la cércel por un error. Victoria aprovecha para preguntarle quién es la malvada mujer que desea su muerte y qué moti- vos tiene para ello. Pero Alejandro se niega a decir la verdad, incluso a Victo- ria. Le pide que no le pregunte mas. La enigmatica mujer de quien Alejan- dro no quiere hablar, ni denunciaria, se mira asqueada ante el espejo de la pared de su hotel, Laura llena generosamente su copa, ha perdido la cuenta de cuantas eva. Su estado es de total embriaguez. Es su iinica evasion para escapar de sus lacerantes recuerdos, de tiempos lejanos en los que se ve como una famosa actriz aclamada por su pablico. Eran buenos tiempos, tenia fama y un guapo hombre a su lado, también actor, que la amaba con locura. Pero ahora, contemplando- se ante el espejo, se da nauseas, Ha perdido su estupenda figura, su hermoso rostro esta demacrado..., no puede evi- tar llorar desconsoladamente de rabia e impotencia. 8 [ieey WiSeieee ecm em El padre Angel visita a Victoria para )| comunicarle su alegria por su vuelta al hogar. Victoria le explica su desazén al encontrar a Inocencia tan brava por conseguir a toda costa el amor y la compaiiia de Alejandro. Por otra parte, {por qué esa obstinacion en ocultar a su agresora? Victoria concluye que debe ser una mujer muy importante para quererla hasta el punto de no denunciar- la, El padre Angel la consuela diciéndole que todas sus dudas seran desveladas cuando se reconcilie con Dios. Victoria le confiesa que ya se esta acercando a Ja doctrina cristiana. En la oficina todos se quedan extra- fiados al ver a Victoria, Pero ella solo ha vuelto para hablar un momento con su hijo. Comunica a Luis Alfredo que va a ir al apartamento de Cristina para infor- marle que ella es su madre, la que tanto ha buscado. Pregunta a su hijo si quiere acompafiarla, pero Luis Alfredo le dice, prudentemente, que mejor que no, da~ das las actuales circunstancias entre la pareja. El joven advierte a Victoria que no se ilusione pensando en la buena acogida de Cristina. Para ella sera un trauma saber que su madre es la mujer que tanto dafio le ha hecho, expulsando- Ja del trabajo, persiguiéndola para que no encontrara otro, amenazandola ¢ insultandola por su relacion con Luis Alfredo y por tener a la nifia, En fin, Luis Alfredo la previene para que vaya de Cristina. Aun sabiéndolo, Victoria decide irse y arriesgarse antes que vivir un dia mas con la angustia. Victoria llega al apartamento de Cristina, pero ésta no se encuentra, tiene que esperarla durante unos minutos. Al llegar Cristi- na, al verla, se queda aténita. ;Qué hace Victoria en su casa?, se pregunta. «Quiero hablar contigo, hija», le dice Victoria, La joven se queda helada ante el inesperado tratamiento familiar de su antigua jefa. Todavia extrafiada por este insélito hecho, recobra las fuerzas para preguntarle cémo es que no esta en la carcel. Victoria le explica que la han soltado en cuanto hablé Alejandro. Cri- tina se alegra sinceramente por la buena noticia, Cuando Victoria intenta iniciar la explicacion del motivo de su visita, Cristina se le adelanta suponiendo que Ie hablara de su ruptura con Luis Alfre- do ¢ intentando reconciliarle con él. Victoria la calma diciendo que no ha venido por ese motivo. Es otro muy distinto. Cristina la mira atentamente, sin saber de qué se trata, sin comprender por qué la ha llamado hija. Victoria se lo aclara: «Estoy conmovida como ma- dre, pero no en el sentido que ti te imaginas. No es por Luis Alfredo, es por ti» Victoria la mira y se le acerca dulcemente mientras continéa hablan- | do: «Hay mucho que hablar entre noso- preparada a escuchar duros reproches | tras, estamos legando al final de una historia que empez6 hace muchos afios.» Cuando Victoria finaliza el re- cuento de su triste vida de juventud, la muchacha cae™en la cuenta de algo sutilmente esbozado por Victoria, pero no quiere creerlo. «Si, Cristina, aquella nifia eres ti, eres mi hija.» Cristina, tensa, muy sorprendida. «Pero no puede ser...» Le echa en cara qué la abandona- ra siendo tan pequefiita. «Usted me nego como hija. Yo, como madre ahora, no comprendo su accién. Lo siento, pero su arrepentimiento llega tarde, senora.» Victoria intenta desesperadamente convencerla, le suplica que la perdone, pero todo es imposible. Cristina no esta dispuesta a tener compasion de quien no la tuvo con ella. Le pide que se vaya y Victoria sale llena de dolor y pena. Cristina, con un fuerte shock produ- cido por la inesperada noticia, sale a la calle para descargar su dolor llorando en un parque. Sus compaiieras se preo- cupan al no encontrarla en el aparta- mento. Cuando vuelve, a altas horas de Ja noche, les cuenta todo lo ocurrido. A Inocencia le falta tiempo para explicar selo a su amado Alejandro, al dia si- guiente en el hospital. Alejandro apenas puede creer esta nueva revelacién. PROXIMO CAPITULO: gAcabaré Alejandro confesando quién es la verdadera autora de los disparos que casi le cuestan la vi- da? ;Conseguira Cristina perdo- nar a Victoria y reconocerla como madre? ; Se decidird Alejandro por fin entre el amor de Inocencia o de ‘su esposa? ¢ Reprocharé Alejandro @ Victoria que no te contara el Maa de lin y mata prplaarta de Casa Viera ot compra 1 por 10 trata CAPITULO LEJANDRO sigue ocultando la identidad de su agresora. Luis Al- fredo promete al inspector Rosa- les que intentara sacarle la verdad a su padre. Pero ni siquiera-a su hijo quiere desvelarle el misterio. Luis Alfredo se extrafia, «A tf, menos que a nadie. No me preguntes por qué», es su enigmatica respuesta, Laura sale del hotel con su maleta y algunas bolsas, No puede permitirse un alojamiento tan caro, pues cuenta con poco dinero. Se detiene pensativa en un banco de un parque cercano. «Tengo que ‘verlo; tengo que volver a-verlo.» Su obse- sidn la leva, tras dejar sus cosas en otro hotel mas econémico, hasta Ja clinica para ver a Alejandro, Cuando Luis Al- fredo sale de la habitacién de su padre la ve alli, enfrente. Al sentirse observada, Laura sale corriendo, presa del panico. Luis Alfredo la sigue. Ella se mezcla entre la gente que camina por el largo pasillo, pero, finalmente, Luis Alfredo le da alcance. La agarra por los brazos y la pone contra la pared: «i Quién es usted? La he visto otras veces frente a mi casa, dentro de la clinica; ahora, aqui. La he reconocido. ¢ Quién es usted?» Laura le mira azorada. «Soy tu madre.» Luis Al- fredo la suelta, mirandola con cara de espanto. «Disciilpeme, pero mi madre murié hace mucho tiempo.» Laura mue- ve la: cabeza negativamente, con hondo suftimiento. «No, soy yo. Estoy viva. Tit eres mi hijo.» Luis Alfredo no da crédito a sus palabras, la cree enferma mental. coleccionable | Laura le contesta que no esta loca y que | la crea. «Tu padre es Alejandro. Yo lo | lame, ie dije que queria verte, Else nego, | fue muy duro conmigo, me senti desespe- |'rada; por eso traté de matarlo» Luis | Alfredo, sobrecogido, no puede dar cré- dito a lo que oye. Pide a Laura que lo | conduzca hasta su alojamiento y alli le explique su historia. «Le conoci hace | muchos arios. Yo era una actriz famosa, | él todavia no. Nos enamoramos y en | | seguida nos casamos. Pero al poco tiem- po nos dimos cuenta de que nuestro matrimonio era un fracaso. Decidimos separarnos, pero ti ya venias en camino. Entonces ocurrié algo terrible. Me vi envuelta en un delito de sangre. Me con- denaron a ta pena méxima —Laura llora—. ;Desde entonces he estado en la cdrcell» Laura continiia narrando su vida, be- biendo vasos de un fuerte licor que le quema la garganta. «Di a luz ahi. Des- pués de un timpo que me permitieron tenerte, tu padre te reclamé, te aparto de mi lado. Nunca més supe de ti. Cuando sali me apresuré a buscarte.» Luis Alfre- do comprende que su padre le engaié diciéndole que su madre habia muerto. Laura, llorando, Ie dice que es lo tinico que tiene en el mundo, que tiene que ayudarla economicamente, cuidarla y protegerla, Al salir del hotel, Luis Alfre- do se dirige a ver a su padre. Le dice que ya sabe quién le dispard: «Fue mi madre. Una mujer mal vestida, estropeada por la vida, que parece haber resucitado de un mundo de fantasmas.» Alejandro ya no puede callar més; ahora Luis Alfredo lo sabe todo. Le explica su version para que él decida por si mismo y no pueda reprocharle por su largo silencio. «¥o hice lo que crei mejor para ti, hijo, para ahorrarte el dolor y la | vergiienza de muchas cosas que pasaron, | ye las que ti no tenias culpa. Pensé que era lo mejor.» Luis Alfredo contesta | dolido: «Pero gti sabes lo que es negar- ys ‘me a mi madre?» Alejandro le dice que | actud asi porque no queria que conociera | a su madre en Ja cércel, cumpliendo | condena por un crimen, Luis Alfredo | queda extrafiado: «Si, tu madre mat6 a | un hombre. A su amante.» | Mientras conduce su coche, Luis Al- fredo piensa en todo lo sucedido y se pregunta donde ira a parar todo. «Mi | madre le agredié, la policia la busca. Dios mio, empiezo a comprender a Cris- tina, {Qué pesadillal Y ademas, lo de Marion...» / Lucrecia ha regalado un mufieco a | Marion que ella cree su hijo. Lo abraza, Jo mece y le da su carifio. Pero, de pronto, | algo en su quebrada mente ve la luz; recuerda todo lo sucedido, ¢] secuestro, | el nifio en, sus brazos por las calles, la | clinica psiquiatrica; todo vuelve a su mente litcida, «Dios mio, yo estaba loca.» Se abre la puerta de la habitacion, entra Luis Alfredo y ve el terror reflejado en la mirada de su esposa. Ella comprende, se da cuenta de todo lo malo que ha hecho. Luis Alfredo, compadecido, y creyéndo- Joun sintoma de su enfermedad, le habla: «Hay momentos, como éste, en que me siento culpable. Si pudiera sacarte de ese | mundo terrible de tu locura... Sentirme duefio de tomar decisiones; no como aho- ra, que estoy atado a ti, a tu tormento, » me duele ver cémo sufres...» Marion ie sonrie beatificamente y le responde: «Mi amor, yo estoy bien, no te preocupes, que yo estoy bien; yo estoy tranquila.» Luis Alfredo la mira algo extrafiado, la ye levantarse y coger algo: «Mira mi nirto. Esta vivo. Nos han devuelto a nuestro Adan se queda muy sorprendido cuando dofia Purificacion le dice que Victoria es la madre de Cristina. Cuando llega a su apartamento, Vivian le esta esperando, Adan le comunica la noticia y le cuenta la historia de Cristina, agre- gando que esta profundamente enamora- do de ella. Cristina acude a la sesibn de fotos con Adan y éste le presenta a su madre. Vivian les sorprende con una gran noti- cia, ella quiere establecerse en la capital y seguir aqui con su antiguo negocio de modas. Para ello va a comprar las accio. nes en venta de Casa Victoria, pues se ha informado y sabe que estan en la banca- rota. Vivina anuncia a la joven que ahora podra tomar la revancha a su antigua jefa y madre a la vez. Cristina se | queda muy sorprendida, pero rechaza esta proposicién; ella no quiere ir con la venganza por delante. Mientras tanto, Marcos intenta con- vencer en ese momento a Victoria de que tome de nuevo las riendas de su negocio, pues esta en la quiebra. Pero ella no quiere saber nada de su antigua ambi- cién, que la ha levado a una profunda crisis personal, Dario habla con Victoria para que por fin informe a Elyana de la terrible noticia sobre Casa Victoria. El- yana, al saberlo, apoya incondicional- mente a su madre, demostrandole su amor. Aun asi, Victoria sigue justifiean- dose: «Ya no quiero poder, no quiero riquezas. ¢De qué me sirvieron? Le dedi- qué toda mi vida a la empresa y vosotros me lo echasteis en cara; por eso perdi vuestro caririo.» Victoria, reuniendo va- lor, le cuenta a Elyana quién es su herma na. Al conocer que su ansiada hermanita es Cristina, la joven invalida recobra el entusiasmo, gritando de alegria ante tan feliz noticia, Cuando Luis Alfredo, Dario y Berta se disponian a explicarles a los emplea- 5| dos el motivo del cierre de la empresa, Vivian hace acto de presencia precedida por Marcos, Después de una intensa negociacién, la triunfal sefiora, muy se- gura de si misma, consigue comprar el 51 por 100 de las acciones de Casa Victoria, en contra de Luis Alfredo, que solo que- ria vender el 49 por 100. Por tanto, la nueva ama y sefiora de la importante casa de modas sera a partir de ahora Vivian. Victoria tendra que consentir sus ordenes y deseos. Inocencia esta preocupada porque Alejandro le ha dicho que no puede permitirse el lujo del apartamento. Ahora no tiene dinero, ni siquiera ahorrado, porque la crisis de Casa Victoria le ha pillado desprevenido. Inocencia no sabe cual vaa ser ahora su nido de amor. Esta tan sumida en sus tristes pensamientos, que no se da cuenta de la llegada de Zora; al verla, da un salto, asombrada: «Estas guapisima.» Zora no lo duda ni un mo- mento y se va a ver a Adan. El joven, al abrir, se queda de una pieza, Zora, muy ilusionada, le pregunta qué es lo que mira, Adan le contesta que esperaba a su madre, Transcurren unos minutos, que a Zora le parecen eternos, hasta que por fin Adan se da cuenta del cambio de imagen de su amiga. «Zora, yo te encuentro distinta. ¢Te hiciste algo?» Zora le contesta modestamente que se arregl6 un poco y le pregunta si le gusta el cambio. Adan, sin quererlo, mete la pata; «jCaramba, Zora, parece como si te hubieras disfrazado!» Zora se queda un momento en suspenso, pero reacciona saliendo, enfadada, por la puerta. Al llegar a su apartamento se desahoga con Inocencia: «Yo que iba con tantas ilusio- nes, pensando que lo iba a impresio- nar...» Inocencia la anima, prometiéndo- Te que le dara lecciones de seduccion; en | eso, ella es maestra. ] | AVANCEPROXIMA | | SEMANA Parece que los problemas de Luis Alfredo no tienen fin. ; Denunciard ‘a Laura ala policia, sabiendo que es su madre? {Le contaré a Victoria que ha descubierto a su verdadera madre? ¢Esté realmente loca Ma- rién 0 solo finge? ¢Cémo sera su relacion con Vivian, la nueva propie- taria de Casa Victoria? Conozea estas apasionantes res- | puestas en nuestro préximo colec- | cionable. epee Rae nes cen a ‘amie de Elen) pone maida de Laks I nay dt te eee pote niaty crema ei deseo de Vie acne i ple aio ‘efalng ce persepspor wr ato ale pir oer Mai din mr propli deCate Vira emma por i a ‘Repance t mabkn sovte sa) cearada | “W- CAPITULO 11: Luis Alfredo le aguarda una increi ble sorpresa cuando llega al traba- jo. Tras muchas dudas, Cristina st ha decidido finalmente a aceptar la tenta- dora propuesta de Vivian. Va a ser de nuevo la deslumbrante Cristal, la presti- giosa modelo de Casa Victoria. Cristina st muy ilusionada, pero también teme- coleccionable rosa de encontrarse de nuevo con Luis Alfredo. Eso significa verlo a diario, sen- tirlo cerca, trabajar juntos otra vez... :Po- dra resistirlo? En su primer dia de trabajo en la ‘empresa, la sofisticada Vivian toma triun- falmente posesién del despacho de Victo- ria, como le corresponde en su condicion de’ principal accionista. Advierte a Luis Alfredo, a Berta y al administrador, Mar- cos, que ella trae a su propia gente de confianza para tenerla a su lado. El at londrado disefiador, Piero, topa con Lui Alfredo en el pasillo y le cuenta, muy excitado, que se pase por la oficina para conocer a la nueva persona de confianza de Vivian. Luis Alfredo entra en el despa- cho y se queda de una pieza al ver a Cristina, La tensién del momento crece, pero ambos intentan controlarse. Luis Alfredo le pregunta, algo nervioso, qué hace alli. Cristina le contesta que vino a ‘ocupar el puesto de modelo, a lo que éste replica que no se han solicitado nuevas modelos, que debe tratarse de un error. Cristina ‘dice que el error debe ser suyo, ya que no ha venido a solicitar empleo, sino que se lo ha propuesto Vivian. Ella por si sola no hubiera regresado nunca. En ese momento aparece Vivian, contenta de ver a Cristina. La besa y abraza ante la atonita mirada de Luis Alfredo. La nueva jefa anuncia ante todos que Cristi na va.a ser la modelo numero uno y ademas su mano derecha. Muy en su estilo, Adan aparece en ese momento con gran ceremonia, provocando el cruce de miradas entre Luis Alftedd-@ta, ;Qué pinta el fotdgrafo en esto?, se preguntan. Con la misma ceremonialidad Adan besa Ja mano de Vivian, pero.en ningin mo- mento demuestra el vinculo familiar que les une. Tras él se encuentra Marcia, su amiga. Adan la presenta a su madre como la nueva jefe de publicidad, materia en la que es una experta, dice. Al terminar la reunion todos salen del despacho. Como Cristina se queda un poco rezagada, Luis Alfredo aprovecha la breve intimidad para increparle: «Asi que no solamente viniste tt: a meterte en Casa Victoria —le dice muy picado— sino que también lo recomendaste a él.» Cristina le responde que esta muy equivocado. «£/ me recomendé a mi.» Ante la cara de extraiieza de Luis Alfredo, se lo aclara: «Porque da la casualidad que Adén es el hijo de Vivian, ta nueva duefa de Casa Victoria.» Cristina sale impetuosamente y Luis Alfredo se queda aturdido mirando la puerta, Berta se asoma para decirle que va a comer con Victoria para ponerle al corriente de los acontecimientos y aprove. cha para preguntarle qué opina de la agente de confianza» de Vivian. Luis Al- fredo le contesta casi ironico, con amargu- ray rabia: «Pues a mi me parecen impre- sentables. {Estoy furioso! Me molestan todos, pero sobre todo ver a Cristina con ese hombre...» Berta comenta, tranquili zadora, que se trata del fotografo. «Su fotégrafo y quién sabe qué més. Ese hom bre estd ahora en mi lugar. Como lo que era yo cuando Cristina vino por primera vez agui. Es como si me estuviera copian. do. Los celos de Luis Alfredo parece que no van muy desencaminados. Durante el almuerzo, el impetuoso Adan responde a su madre —cuando le sugiere que provo- | que los celos de Cristina con las otras GO, — fi, eZ Zila. modelos para conquistarla—: «No, Vi- vian —dice serio y cefludo—. Yo voy a ‘conquistar a Cristina... Me voy a casar con ella y voy a reconocer a su hijita.» Bret Cod Tnocencia est al lado de Alejandro en su habitacién del hospital. De pronto se abre la puerta y Alejandro se queda pali- do, helado, ante la aparicién de una mujer del pasado, Inocencia pregunta ala desco- nocida quién es y qué desea. La mujer no contesta, s6lo mira intensamente a Ale- jandro. Este pide a la muchacha que se ‘marche, pero como Inocencia insiste en quedarse, tiene que acabar gritandole pa. ra que salga, Una vez solos, Alejandro le pregunta qué demonios esti haciendo alli y, sin darle tiempo a reaccionar, le repro- cha su oscuro pasado, su intento de ma- tarle y le dice que él no le debe nada, y que | por tanto no tiene ningin derecho a recla marle nada. Pero Laura no se deja impre- sionar, le manifiesta su intencion: «Tengo . TH me separaste de él, pero ahora lo he recobrado y no voy a renunciar a él. Es lo tinico que tengo y él tendrd que hacerse cargo de mi.» Aiejandro a llama fa y le dice que Luis Alfredo nunca la ver como una madre; es una extrafia y le advierte que tras su malvada accién ‘de quererle matar, la policia la busca y no pararan hasta que la encuentren, aunque €l no la haya denunciado. «Mérchate igual que como legaste —Ie agarra por los brazos mirandola con rabia—. Si te queda un dtomo de sentimiento no eches sobre Luis Alfredo el escdndalo y la ven- ‘ganza de ese pasado turbio que arrastras» —le hunde los dedos en los brazos—. Piérdete, hiindete de nuevo en la sombra. Vuélvete a morir. {Ti estés muertal» Impresionada, Laura se suelta de él y sale con la mirada fija en Alejandro. En su ultimo dia hospitalizado, Alejan- h Ce eae ae eee Cree a et ee eter GoD Ree Mere ae 2a7 dro recibe a su hijo, Le cuenta la visita de | Laura y Se esfuerza por hacer entender a Luis Alfredo que no tenga lastima de esa mujer, que no se comprometa a ayudarla puesto que no se lo merece. Luis Alfredo | contesta con resignacién: «Si, pero es mi | madre.» Laura, mientras tanto, se las ingenia para llegar hasta el apartamento de Gon- zalo, su viejo amigo. El rival de Alejandro se queda muy sorprendido al verla, como si fuera una aparicion fantasmal; pero ella le dice que, como puede ver, esta muy. viva. Los dos rememoran juntos el pasa do; ella contindole sus desgracias y él tecordando su intenso odio por Alejan- dro. Ambos planean la manera de hacerle el mayor datio posible... eM er Elyana pide a Victoria que vaya a recoger a su padre al hospital, pero Victo- ria se niega alegando que no quiere obli- garle a volver a casa. Finalmente es la propia Ely, en su silla de ruedas y acom- paiiada por el fiel Jacobo, quien se acerca al hospital, Alli se encuentran con Alejan. dro e Inocencia, que se disponian a pedir un taxi para volver al «nidito de amor» de ambos. Ely suplica a su padre que vuelva a casa. Alejandro no lo duda y deja plantada alli a Inocencia. De vuelta a casa, Victoria le recibe friamente ordenan- do al servicio que lo instalen de nuevo en el cuarto de invitados. Ely pide a su padre que abandone a Inocencia. Ante las sipli- cas de su invalida hija, Alejandro acaba prometiendo que no volvera a ver a esa mujer. Pero Inocencia no entiende de fracasos, y mucho menos tratandose de un futuro tan tentador junto a Alejandro; por eso se propone luchar hasta el final para conseguirlo. Asi, sin perder tiempo, se dirige a casa de Victoria dispuesta a llevarse por la fuerza a su hombre. Al llegar se encuentra con Elyana que le pide, entre grandes sollozos y gritando, que se marche y renuncie al amor de su padre, | Alejandro aparece y pregunta qué es lo | cna que sucede, Elyana, llorando como una nifia, le pide que la eche, y Alejandro, conmovido, pide a Inocencia que se mar- che de su casa. A solas con Victoria, Alejandro le pide que olvide el pasado que tanto dafio les esta haciendo. Le asegura que le ha prometido a Ely que dejar a Inocencia, que esta arrepentido. Sélo le pide una oportunidad, pero Victoria le responde serenamente, sin soberbia: «O/- vidalo, Alejandro, jamas volveré a caer en ms brazos.» Alejandro, muy molesto, contesta: «Pues si tii no regresas conmi- 80, Y0 volveré con Inocencia!» Victoria se yergue con impetu y levanta sin vacilar su mano, dandole una tremenda bofetada a Alejandro, sin decir una sola palabra mas. Alejandro la mira, mudo de impresion y da media vuelta para irse. Pero, de repen- te, Victoria, en un gesto de arrepentimien- to, le llama: «Alejandro, por favor, disciil- pame. Me descontrolé. Todo este agobio que me atormenta... jMe voy a volver loca! No debi pegarte, estas enfermo...» Alejan- dro le contesta, con doble sentido: «Si, estoy enfermo, pero eso ati no te importa. 0. si te importa?...» Lejos de alli, en Casa Victoria, Laura se cruza con Cristina y le pregunta dénde puede encontrar el despacho del sefior Luis Alfredo Ascanio. Cristina, algo asus- tada por el aspecto de la mujer, le pregun ta quién desea verlo. «7 Yo soy la madre de Luis Alfredo! | AVANCE PROXIMO CAPITULO: ¢ Conseguiré la soberbia de Vivian despertar la ambicién de Victoria por conseguir de nuevo las riendas de la empresa? {Se reconciliardn definiti- vamente Alejandro y Victoria? Qué pérfidos planes urdirén Gonzalo y ‘Laura contra Alejandro? Volverd él trabajo diario en Casa Victoria a unir a Luis Alfredo y Cristina? ;C6- mo se las arreglara Addn para conse- guir su promesa de casarse con Cris- tina? Desciibralo en nuestro préximo eoe! No se lo pierda! hi Fe rm rt erase semen Boaters oe eek iea eee Beas eae es spam peace ge fe coeas eae AE ‘como uno mas de Cara, Viewria: BLN Brig eeat tare Hija paraitica te Viera, enamoroda de Dario. Peete co trkr Se S e cpr dA eee eae nen comabi te Cat rete toe et a de ee Pe a ag atte Bie comers e xverdnera Nn to ert a Rl Ca te laid port bles de Vicor «tna conga Remon ret ead de Spawn em te Aft, ‘re feral Case Voie Tie pnt hte mgt CA PIEULO. 12: nte la inesperada respuesta de aquella desconocida y descui- dada mujer, Cristina piensa que se trata de una pobre sefiora desqui- ciada y trata de quitarsela de encima dandole una limosna, Laura, muy ofendida, le vuelve a explicar que ella no es ninguna mendiga, sino la verda- dera madre de Luis Alfredo, y por tanto solo acepta dinero de su hijo. Cristina, desconcertada, la toma de nuevo por una demente ¢ insiste en darle el dinero a pesar de que ésta se resiste a cogerlo. En ese momento llega Dario y se encuentra a las muje- res discutiendo. Cristina aprovecha la ocasién para pedirle al joven que atienda a la sefiora, Dario toma a Laura por una mujer que pide limosna y trata de sacarla a la calle. Ella le explica el motivo que la llevé hasta alli, explicandole a Dario que es la madre de Luis Alfredo. Nada de esto conven ce al joven, que advierte, ademas, el estado de embriaguez de a mujer. En cuanto logra desembarazarse de Lau- ra, regresa a su despacho, contandole todo lo sucedido a Luis Alfredo. «Me acabo de encontrar a una mujer que hasta me ha insultado y decia que era tumadre. Es increible que hayan deja- do entrar a una persona en su estado de embriaguez...» Dario calla al ver el rostro angustiado de Luis Alfredo. «Dario, esa mujer verdaderamente de- coleccionable be ser mi madre.» Ante la cara de asombro del joven, Luis Alfredo no tiene mas remedio que contarle toda la verdad, haciéndole prometer que no contara nada ni a Ely nia Victoria. Todavia intranquilo por lo sucedi- do, Luis Alfredo sale del despacho para ver si encuentra a Laura. Pero al salir se detiene para escuchar una | conversacién entre Cristina y el em- pleado encargado del material. Cri na esta comunicando al encargado su intencién de construir un camerino especial donde pueda arreglarse y también disponer de espacio para es- coger sus modelos. Al oir las instruc- ciones de Cristina, Luis Alfredo, furio so, se dirige al empleado: «De sobra sabes que estas cosas jamds se les da curso sin mi autorizacién.» Cristina, indignada, reprende a Luis Alfredo: «Un momento! Yo no tengo por qué aguantar tus rabietas de nirio mal criado. Tengo suficiente autoridad pa- ra disponer lo que yo quiera, asi que si tienes alguna queja, ve a ver a la duefia.» Cristina da media vuelta y se | va dejandole plantado. ‘Un nuevo acontecimiento sucede en Casa Victoria, caldeando mas, si cabe, | los animos de los antiguos empleados incondicionales de Victoria. Vivian ha designado como nuevo gerente gene- ral, en sustitucién del fiel Marcos, a un abogado amigo suyo, Walter Gruber. Laura camina dando traspiés, bo- rracha como de costumbre. Se detienc ante una entrada y se dirige al vigilante apostado en la puerta. Le pregunta por Alejandro Ascanio, pero recibe un empujon como respuesta. El vigilante, muy serio, le dice que no tiene graba- cién ese dia y que se vaya cuanto antes. Laura insiste, pero se queda petrificada al ver a Beltran que se dirige hacia ella. Asustada ante el in- minente encuentro con el mejor amigo de Alejandro, intenta huir, pero Bel- tran la coge por el brazo. Ella logra soltarse y sale corriendo para cruzar la calle sin mirar si vienen coches. Al salir, un coche la atropella haciéndola rodar por el suelo. Laura queda inmé- vil, como muerta. Beltran llama de inmediato a Luis Alfredo, que se presenta rapidamente en el hospital para enterarse de lo sucedido, Cuando llega encuentra a un doctor atendiendo a su madre. «Doctor, ies grave, podria morirse?» El doctor le responde que no es grave y su inconsciencia se debe a su alto grado de embriaguez. «Es primordial recluirla —dice el doctor— para de- sintoxicarla, Si contimia en ese esta- do, agregando mas alcohol a su orga- nismo, el proximo accidente podria ser mortal.» Luis Alfredo comunica a su padre lo sucedido y ambos convienen en Ia necesidad de rechuirla en una clinica privada para alejar las sospe- chas de la policia. «Si ellos hacen averiguaciones descubrirén —explica Alejandro a su hijo— mi pasado con ella. Y ésa es una verdad que nos hundiria a todos.» (Weteuemcie aire Cristina esté muy intranquila por- que la pequefia Victoria est con 40 de fiebre, se desespera sin saber qué ha- cer. Lino se presta para ir a buscar a un médico amigo suyo. El doctor con- firma que la fiebre es debida a una infeccion de garganta y que no tiene mayores consecuencias. Cristina se queda mas tranquila, pero Zora la pone sobreaviso de que su deber es avisar cuanto antes a Luis Alfredo por si empeorara el estado de la nifia, Cristina se resiste a Mamarlo, pero consiente en que lo haga Zora. En ese momento llega Adan; de inmediato es informado por las muchachas del esta- do de la pequefia. Adan se alarma al saberlo, pero todo esta controlado. Cuando le explican que Luis Alfredo est a punto de llegar, avisado por Luis Alfredo se inmiscuya en lo que no debe. Reprocha duramente a Zora por haber llamado a Luis Alfredo. Cristi- na intercede en favor de la joven expli- cando que élla dio su consentimiento. Adan, enamorado, coge las manos de Cristina y se disculpa. «Yo no te culpo, pero no dejo de reconocer que me molesta sobremanera que venga ese tipo, ;Olvidale! Deséchale de tu vida por completo. Sé ti misma —mira serio a Zora— y no te dejes llevar por lo que opinen los demas. Ya va siendo hora de que dirijas tu vida por otro camino. Césate conmigo, Cristina —rmirandola intensamente—. Termi- na de aceptarme para que nos case- a Berries Pore is mos.» Zora les mira tristemente y no puede evitar que gruesas lagrimas co- Tran por su rostro. ies Suena el timbre de la puerta, Adan se apresura a abrir, pero se queda tenso al comprobar que se trata de Luis Alfredo. Este se dirige al interior del salon preguntando qué tiene su hija y como se encuentra, Adan le mira entrar furioso, le pregunta si acaso él es médico para interesarse asi por la nifia, «Soy algo més que eso: jsoy su padre!» Luis Alfredo le aparta brusca- mente y se adentra en el cuarto para ver a su hija. Cuando regresa al salon reprende a Cristina por estar trabajan- do en Casa Victoria en vez de atender debidamente a la nifia, «Esa nifia me pertenece tanto a ti como a mi y no estoy dispuesto a permitir que la aban- dones en manos extrarias para irte a Zora, se pone furioso. No soporta que | flirtear con cuanto fotografo barato se Laura abre la ventana y se asoma, vien- do el vacio. «Soy una vergitenza para mi hijo, no quiero que vuelva a pasar lo de anoche, que él vuelva a encontrarme borracha.» Un empleado del hotel avisa répidamente a los bomberos de que hay una mujer a punto de tirarse, En ese mo- mento estan de guardia Fonseca y Lino, que acuden de inmediato al lugar. Lino, tras mucho hablar con Laura, consigue que baje de la ventana y lo acompane. Laura se echa a Hlorar en sus brazos y Lino, viendo que esta desamparada, de- cide Hlevarla provisionalmente a casa de Cristina, ya que Laura ha manifestado su miedo a la Policia, Mientras Luis Alfredo va a recoger a Laura a la eafeel, dona Lui sa discute duramente con Vietoria y le anuncla que hard todo fo de creerse que esté libre. Luis Alfredo la lleva a una suite de un hotel, donde estard mas cOmoda. Ella se siente de: preciada, porque pensaba que la lleva- rfa a su casa. Luis Alfredo le explica que eso no puede ser y le pide que no beba, le da dinero y le pide que confie en él. Laura, casi llorando, le promete que tratard de hacerlo. Luis Alfredo le dice que le basta con eso. Luis Alfredo le da sus teléfonos por si pasa algo y se dispone a irse cuando Laura le llama. «éNo me vas a dar un beso?» Luis Alfre- do se queda mirdndola con infinita lis- tima, le coge la cara y la besa muy sua- vemente. Laura se lleva la mano ala me- jilla donde él la bes6 y sonrie, Luis Al- fredo regresa a verla por la noche. Ella no lo esperaba y se disculpa con una sonrisa, avergonzada de que la vea con una bata vieja y despeinada. Luis Alfre- do nota que esta ebria, «Para eso utili- zaste el dinero que te dejé?» Laura sc le abraza llorando. Luis Alfredo, en un impulso la abraza y la es- trecha fuertemente contra si, «Dime que no es asi, en mis brazos. Pegado tu cuerpo al mio, tu boca, tan cerca de la mic Cristina, ahogada, queriendo zafarse: «No tienes derecho, idgjamel>. Luis Alfre- do le habla tiernamente: «Quizds no, mi ‘amor, quizas no tenga derecho, pero Cristina, muy seri, le responde, «Si, Adan». En un arrebato de ale- grfa la abraza, casi la alza. «Pero para con- vencerme, tiene que haber algo mas. Esto.» ‘Adan la atrae muy despacio y con ternura para besarla en la boca, En cuanto Legan al apartamento hacen participes a todos de su reciente decisién. Zora les felicita, ocultando como puede su inmensa tristeza. ‘Adan no pierde la ocasién de espetarle a Luis Alfredo su compromiso con Cristina | En cuanto se aleja Adan, Luis Alfredo va en busca de Cristina, «Es verdad eso? —Ia coge el brazo— ZEs verdad que vas a ser la muc | jer de Adan? iContéstamel» Ambos se miran sido muy hdbil y ha sabido envolverte, pero ni | intensamente hasta que Crs le responde: «Si, 10 es verdad, Luis Alfredo, voy a casarme con Adan.» Luis Alfredo, desesperado: «Pero es que no es posible que lo hagas, me niego a ‘aceptario, porque yo te quiero. Déjame volver empezar, déjame reetificar mis errores.» Pero Cristina se mantiene firme: «Nos perdimos el uuno al otro hace tiempo y yo quiero tener se- ‘guridad, tranquilidad. Sé que cuando me case con Adin, tt no volveris a atormentarme con tus stiplicas. A tentarme con tus besos roba- dos y tus caricias.» Luis Alfredo le dice que solo esté huyendo de él. «Quiero terminar con esta angustia. Quiero sentar bases fires so- bre las que pueda sentinne segura, Lo necesi- 10. Por mty por la nia.» Luis Alfredo le su- plica: «Cristina, no lo hagas. Busquemos otro solucién. Mi tinica posibilidad de dicha esta contigo. Mi vida eres ti.» Cristina no cede «Te lo digo sinceramente, Luis Alfredo, yo voy 4 poner todo mi empeno en tratar de ser feliz Te aconsejo que hagas lo mismo. Adopta a ese nifio que quiere Marin. Quigrelo como si fuera tuyo y haz de tu hogar un sitio agrada- bile y lleno de amor para él y para tu esposa Cris se va y Luis Alfredo se queda solo y en- tristecido, apesadumbrado, Vivian empieza a contarle a Cris los pla- nes que tiene para su boda, La abraza di iéndole lo contenta que se siente, siendo vis- ta por Victoria que acaba de entrar. Victo- ria ruega a Cris que no cometa el error de ccasarse con Adan. Vivian se indigna dicién- dole que no diga eso a Cris, «Puedo hacerlo, Vivian, es mi hija» Vivian coge a la mucha- cha del brazo «Ahora lo seni mia, Victoria. Seré la esposa de mi hijo y send mds hija mia que tuya.» éHabré tomado Cristina ta decision correcta eligiendo la seguridad al lado de Adin? iCambiard de opiniin? De qué sera capaz Luis Alfredo para separar ese compromiso? , coleccionable insiste, En ese momento aparece Victo- ria, que coge a Laura separandola de Alejandro, tratando de apaciguarla. La mujer se suelta bruscamente hecha una furia, «/Ti, miserable! —coge de los bra- z0s a Victoria zarandedndola—. Tienes @ mi marido, tiene a mi hijo..» Laura alza la mano para pegatle, pero Alejan- dro la detiene a tiempo de evitarlo. Ella continia insultindo a Victoria: «Te odio! —\e grita—. Yo no tengo nada. Ti lo tienes todo, una casa, un hombre, hi- jos, amor. iTienes amor! —se echa a llo- rar—. Yo estoy sola, soy una fracasada, una borracha. A mi todo el mundo me desprecia, Soy un estorbo, una vergiienza para todos.» Alejandro la suelta, viéndo- Ta vencida. Victoria se sobrepome y pide a su marido que se vaya a acostar, pues quiere quedarse a solas con Laura, A la mafana siguiente, Laura se des- pierta en la habitacién de soltero de Luis Alfredo, sin recordar apenas nada de lo sucedido. Victoria entra trayéndo- Je un café y aspirinas. Luis Alfredo aca- ba de llegar y se une aellas. Laura, aver- gonzada, les pide perdén a los dos por su comportamiento. Mas tarde, a solas con Luis Alfredo, Victoria le dice que Laura puede quedarse a vivir en la casa, pues no estar mejor en ningin otro si- tio. A primera hora de la maiana se han Uevado a Inocencia para operarla. Cris- tina permanece angustiada por fa larga espera cerca del quiréfano, mientras que Zomida y Lino aguardan en la sala le espera. Lino esta muy nervioso, y co- menta a su amiga un negro presenti- miento: «Zora, siendo que Inocencia no volverd nunca a Parque Central» (el blo- = = que de apartamentos). Alejandro se acerca un momento para saber cémo se encuenira la joven v se queda charlan- do con Cristina. Le ‘tice que siente que no se haya arreglado su problema con Lis Alfredo, pero que puede existir un arreglo. Cristina le dice que ya no es po- sible, pues se casa con Adan, «Supongo que para ser la esposa de otro hombre —comenta Alejandro— habris dejado de amar a mi hijo, y, sin embargo, el ver- dadero amor nunca termina.» Cristina le contesta muy serena: «/Sugiere que yo nunca lo quise realmente? A veces el éo- raz6n se equivoca...», dice Alejandro. «Yo quise mucho a Luis Alfredo —dice Cristina—. Lo he querido mas que nadie Serre Ler Ce pred rar eee ea erate Peri aea en el mundo.» Alejandro trata de con: vencerla: «Entonces, écémo puedes per- mitir que todo termine, que todo se pier- da?» Cristina lo aclara: «Hay muchas co- ‘sas que nos separan, los dos hemos crea- do [azos con otros seres y estamos liga- dos a ellos por distintos ‘motivos.» Ale- jandro comenta: «Ha sido cosa de la fa- talidad, éno? O de Dios... Seré que Dios no quiere nuestro amor, le dice, conven- cida, Cristina, Tras la operacién, Inocencia se des- pierta lentamente de la anestesia. Cuan- do por fin abre los ojos, se encuentra a sus amigas llorando de emocién al verla viva. De stbito, Inocencia comprende su estado, y le entra una repentina cri- sis nerviosa, pues esti convencida de que le han estropeado su bonita figura. Lino la ve gritar de desesperacién, y se va llorando de la habitacién, desgarra- do por su suftimiento. Las muchachas intentan calmarla, asegurdndole que s6lo le han extirpado parte maligna, pero nada més; su figura esta intacta. Mientras tanto, los médicos informan a Zoraida que su amiga tendré que so- meterse a un duro tratamiento, pero que su estado es favorable. Todos celebran encantados esta buena noticia. Wee Marién esta desesperada; cada dfa se siente mas acorralada por los caprichos y exigencias de Gonzalo. Luis Alfredo la ha pillado en una mentira cuando intentaba ocultar dénde habfa estado. «sto no pue- de seguir asi», piensa Marin, Egoista- mente, no para de pensar, hasta que en- cuentra una solucion y la pone en prac- tica, Primero lama al centro de adopcio- nes para decirles que el «obstaculo» y See re ae et (Laura) que le impide adoptar un nifio ya no vive en su casa. Luego, por la no- che, y ya acostados, convene a Luis Al fredo para que emprendan un largo viz je, levandose al nifio que les concedan. El joven no le contesta, pero al dia si- guiente comenta a los empleados de «Casa Victoria» que pronto se ird de via- je. «En definitiva —piensa Luis Alfre- do—, es lo mejor que puedo hacer para ol- vidar>s Eso mismo piensa Marién: cuan- do esté lejos, Gonzalo le perderd la pista y la dejara en paz por un tiempo. Después de una reunion en el despa- cho de Vivian, Luis Alfredo se queda solo con Dario. En ese momento llega Adan, para dejar un sobre encima de la mesa, y, al irse, Luis Alfredo Jo llama. «Quiero decirte que estuve viendo a mi hija esta ‘matiana y te advierto que serd ast siem- pre» Adan le contesta con el cinismo ca racteristico en él: «Entiendo, eso es muy propio de ti. Disputarse una criatura como i fuera un trofeo. Usarlo como pretexto ‘para no dejar de una vez tranquila a Cris- tina.» Luis Alfredo se defiende: «Pero es que ella es mi hija. Yo quiero verla crecer, Yo quiero estar presente en los momentos ‘especiales de sti vida.» Adan no claudica: «Claro, y cuando grandecita, Hevarla a tu casa junto a tu mujer trastornada, que un dia la sacé de su cuna y se la robé. iQué buena madrastra va a resultar! La trataré con mucho carifio. Y, ademds, el compa- nerito de juegos de Vicky serd tu hijo adop- tivo, que ni tt mismo sabes quién es...» Luis Alfredo se siente herido con estas duras palabras, mira a Addn como si fue- ra a fulminarlo, pero se queda sin argu- mentos, porque, en el fondo, comprende que tiene algo de corazén, aunque le cueste aceptarlo. «Si i, verdaderamente —apuntilla Adén— amas a Cristina y a Ia nuiia, apdrtate de ellas para siempre. Sal de sus vidas y déjame hacerlas felices a las dos...» Ad&n sale dando un portazo, de- jando a Luis Alfredo reconcomido por la rabia, Mientras tanto, las dos madres de Luis Alfredo, Victoria y Laura, charlan amiga- blemente del pasado. Laura, Ane atenciones y la bondad de Victoria. Sobre todo su empefio en que no se acerque mas a las botellas: «Gracias por ayudarme, con tu apoyo y el de Luis Alfredo voy a volver al centro de alcohélicos anénimos para re- cuperarme del todo» Victoria le explica que también la ayuda para purificarse ella y conseguir el perdén de Cristina, Muy conmovida y con el deseo de correspon- der a su bondad, Laura acude a ver a Cris- tina para convencerla de que perdone a Victoria. «Ella —dice Laura— ha cambia- do mucho, ha tratado de ser mejor, para ‘merecerte. Se esté ganando poco a poco tu perdn» Cristina la mira dulcemente y contesta: «Lo siento, yo no puedo ver a Vie- toria como a una madre. Eso hay que sen- tirlo, y yo no lo siento» iro suceso muy distinto va a cambiar la vida de las muchachas. Creyendo que Lino estarfa toda la noche sofocando un incendio, Carmelina seduce a Ramon y se lo lleva a la cama, Lino entra en su casa sin sospechar nada y los encuentra juntos. El lio que se arma es tremendo... AVANCE PROXIMO CAPITULO Lino expulsaré a Carmelina de su casa, tvolverd con Inocencia, ahora que ella lo | necesita? , gri- ta desesperadamente Lucrecia, PCr eerie esor) En un lujoso restaurante se celebra la despedida de soltera de Cristina, organi- zada por Zoraida, Asisten las modelos de «Cast Victoria», Berta, Vivian ¢ Inocen- cia-y hasta dofta Luisa, pero no Victoria. Es la gran ausente de la fiesta, a la que no ha sido invitada y por lo que se siente tre- mendamente dolida, Esta angustiada por la boda y confusa ante la reconcialiacién con Alejandro. Esta dispuesta a seguir adelante con la demanda de divorcio, atormentada por unos celos sin fundamen- to que siente hacia Laura. Al conocer la intencién de su esposa, Alejandro no lo- gfa emprender este repentino cambio y pide ayuda a Luis Alfredo para que haga recapacitar a Victoria. Recapacitar es Jo que mas necesita Adin en estos momentos de confusién en los que vive inmerso: se va a casar con Cristina queriendo realmente a Zora, iQué locura! Trata de hablar con Zora para comunicarle su decisién de anular la boda, pero la joven no quiere ni pensarlo, Dejémoslo, Adin, no quiero hablar. Pero Adan necesita manifestar su amor: «Yo me he venido enamorando de ti, de tu afin de superacién, de tu inteligencia, tu concep- 0 de la vida, asi tan calladita, tan modes- ta, tan pequenita y, sin embargo, tan gran- de. Todo eso lo he descubiert ahora, ti ya que eres para mi la mujer més hermosa del Universo.» En ese momento suena el tim- bre de la puerta; es Piero, que trae el ves- tido de novia para que Addn tome unas fo- tos. Adin le dice muy serio: «Puedes Ile- varte todo esto, Piero, No habré fotografia, ni tampoco boda.» Piero se queda con la boca abierta de la sorpresa; salva la situa cién Zora diciendo que es una broma de Adan. Al rato llega Cristina y Piero la ins- ta para que pose con el vestido, pero Adin los detiene: «No, no, no hay fotografia —se despide en general— y mirando a Cristi- na Chao! Nos vemos..» En casa de Vi- vian, Adan debe sincerarse con su madre, «Vivian, tt eres mi mejor amiga, tengo que confesarte algo muy grande: Yo no quiero 4@ Cristina, estoy enamorado de Zoraida» La confesién de Adan cae como un autén- tico jarro de agua frfa sobre Vivian, Adin le explica sus motivos. Vivian tiene que re- ren ere ya ‘aunque estuviera enamorada de Luts Allredo de nada servinia ya que el continua casado. conocer que se le ve muy enamorado: «Bueno, tremendo problema, Adan. Y, équé yas a hacer ahora?» El dia de la boda ya ha llegado, todos los invitados estan ner- viosos, Cristina ya luce su vestido blanco y Adan... (Qué ocurrira? AVANCE PROXIMO CAPITULO éSe celebraré la boda? éQué decision fi- nal habré tomado Adan? é1.o habré con- vencido Vivian para que siga adelante con su matrimonio? éSe ird Marién de su casa como ha prometido? éQuedard libre, por ‘fin, Luis Alfredo de su esposa? No se pier- dan la respuesta a estas apasionantes in- cégnitas en nuestro préximo niimero.

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