Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
A Andr Gaillard
Ni mi grito ni mi fiebre me pertenecen. Esa desintegracin de mis fuerzas
segundas, de esos elementos disimulados del pensamiento y del alma,
concebs acaso su constancia.
Ese algo que est a mitad de camino entre el color de mi atmsfera tpica y
la punta de mi realidad.
Posarme simplemente sobre una verdad clara, es decir, que queda sobre un
solo filo.
Ese problema de la demacracin de mi yo ya no se presenta en su ngulo
nicamente doloroso. Siento que nuevos factores intervienen en la
desnaturalizacin de mi vida y que tengo algo as como una nueva
conciencia de mi ntimo debilitamiento.
Soy hombre por mis manos y mis pies, mi vientre, mi corazn de carne, mi
estmago cuyos nudos me acercan a la putrefaccin de la vida. Me hablan
de palabras, pero no se trata de palabras, se trata de la duracin del espritu.
Esa corteza de palabras que cae, no hay que imaginarse que el alma no est
implicada en ella. Junto al espritu est la vida. est el ser humano en cuyo
crculo ese espritu gira, ligado a l por una multitud de hilos
El hilo que dejo filtrar de la inteligencia que me ocupa y del inconsciente que
me alimenta, descubre hilos cada vez ms sutiles en el seno de su tejido
arborescente. Y es una vida nueva que renace cada vez ms profunda,
elocuente, arraigada.
Jams podr tener alguna precisin esta alma que se ahoga, ya que el
tormento que la mata, la desencarna fibra por fibra, ocurre por debajo del
pensamiento, por debajo de donde puede llegar la lengua, puesto que es la
trabazn misma de lo que la torna y la mantiene espiritualmente
aglomerada, la que se rompe a medida que la vida la convoca a la
constancia de la claridad. Jams habr claridad alguna sobre esa pasin,
sobre esa suerte de martirio cclico y fundamental. Y sin embargo ella vive,
pero con una duracin de eclipses donde lo que huye se mezcla
perpetuamente a lo inmvil, y lo confuso a esa lengua penetrante de una
claridad sin duracin. Esta maldicin es de una gran enseanza para las
profundidades que ella ocupa, pero el mundo no entender su leccin.