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Versin de
Hector Felipe Cruz Corzo
Ilustraciones de
Roberto Piedrasanta
Regreso cansado. Cinco vueltas al monte para traer diez redes de aguacates lo
haban dejado molido y con ganas para nada, era un burrito pardo y dbil, al
que su amo no le permita descansar. Lo trataba muy mal no le tenia la mayor
consideracin. Cuando se detena en el camino bajo la sombra de algn rbol
para recuperar fuerzas perdidas, lo azotaba y no le daba de comer. En estas
condiciones, enflaqueca y se dorma caminando.
Con mucho gusto- le dijo el gato y Dios te lo pagara, pues cada da que pasa,
la vida se me vuelve como un francs tieso.
Ya tenan los pies rajados de tanto caminar, por lo que decidieron descansar
bajo la sombra de un guayacan. El burrito tomo la palabra y dijo:
-yo velaba toda la noche para que los ladrones no entraran a la casa. Pero, en
el da me daba sueo, cabeceaba. Esto incomodaba al hombre. Me deca
perro haragn, sinvergenza, me amarraba y me pateaba dijo el perro.
-yo le pona un huevo todos los das para su desayuno, pero el hombre nunca
estaba conforme. Quera que pusiera diez o veinte huevos cada dia. Me
amarraba y me gritaba: gallina descarada, para un triste huevo que pones,
tanto alboroto haces dijo la gallina.
-y tu que nos puedes contar? le dijo el gato. Yo cazaba ratones, pero un gato
solo puede comerse un par de ratones al da. Por lo que mi dueo se
incomodaba . El quera que yo cazara mucho ratones; cazarlos, si poda pero
comrmelos no. Uno solo debe cazar lo que se puede comer- concluyo el gato.
si pues!-dijeron todos.
y qu haris ahora?.
no sabemos. Por eso venimos a pedirte un consejo,
- con mucho gusto os lo dar, poned atencin: no muy lejos de aqu vive un
pobre hombre trabajador y honrado. Es solitario por estos parajes. Su oficio es
carbonero, pero la gente le hace trampa, por eso no progresa. Sobre su espalda
carga las redes de carbn para llevarlas a vender a la ciudad, por lo que est
muy dbil. Vayan ah, el sabr tratarlos, dganle que yo los mande.
Ellos le sealaron el cuadro, Ciriaco guardo silencio, como si rezara. Luego les
dijo:
Sed bienvenido.
Solo comprendieron que quien los haba auxiliado era San Antonio del Monte
Protector de los Animales.