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La exclusión social es el proceso que descalifica a una persona como trabajador en el contexto del capitalismo (Castell: 2001:98).
La exclusión por tanto, no es un estado sino un proceso, no hay una foto fija de este problema social, no hay unos únicos condenados a sufrirla sino que cualquier individuo es frágil ante ella. Robert Castell junto con otros autores, determinaron que hay tres zonas diferenciadas; la zona de integración, la zona de vulnerabilidad y la zona de marginalidad o exclusión.
Autores como Tezanos (2004), afirma que los excluidos son todas aquellas personas que, de alguna manera se encuentran fuera de las oportunidades vitales que definen las conquistas de una ciudadanía social plena en los horizontes de finales de siglo xx. Retomando a Castell, se pude inferir que la información y su particular sociedad, alimenta este proceso; El ascenso del informacionalismo en el cambio de milenio va unido al aumento de la desigualdad y la exclusión en todo el mundo.
Por otro lado y como alimentador de la exclusión; se encuentra la flexibilidad laboral, la cual, según Bauman (2007:137) es una de las máxima políticas y económicas actuales frente al deseo de estabilidad de la época anterior (…) la flexibilidad significa además negación de la seguridad.
Gorz a su vez, auguró una sociedad en la que el trabajo remunerado y asalariado sería cada vez menos importante y menor el colectivo de clase obrera (contrario al pensamiento marxista). Se suma a todo lo anterior según Bauman la falta de cohesión social, con un notorio crecimiento del individualismo.
El documento esboza también causas adicionales como el empleo y la producción; adicionando a todo esto soluciones incompatibles a través de formulación de políticas públicas ideales para el pasado, pero inconvenientes para el presente.
Finalmente, se abordan posibles soluciones, a partir de la reconstrucción del trazado, generando nuevos mecanismos que se adapten a este nuevo escenario, con el desarrollo de políticas públicas participativas, inclusivas y de carácter integral, transversal, coherente, dinámico, sostenible en el tiempo, de proximidad y con implicación social, dada la esencia de la inclusión social.
Titolo originale
El Hanaoudi, A, y Porro, J. (2013). Instrumentos y Procesos de Participación Ciudadana en España y Marruecos. Madrid Dykinson.
La exclusión social es el proceso que descalifica a una persona como trabajador en el contexto del capitalismo (Castell: 2001:98).
La exclusión por tanto, no es un estado sino un proceso, no hay una foto fija de este problema social, no hay unos únicos condenados a sufrirla sino que cualquier individuo es frágil ante ella. Robert Castell junto con otros autores, determinaron que hay tres zonas diferenciadas; la zona de integración, la zona de vulnerabilidad y la zona de marginalidad o exclusión.
Autores como Tezanos (2004), afirma que los excluidos son todas aquellas personas que, de alguna manera se encuentran fuera de las oportunidades vitales que definen las conquistas de una ciudadanía social plena en los horizontes de finales de siglo xx. Retomando a Castell, se pude inferir que la información y su particular sociedad, alimenta este proceso; El ascenso del informacionalismo en el cambio de milenio va unido al aumento de la desigualdad y la exclusión en todo el mundo.
Por otro lado y como alimentador de la exclusión; se encuentra la flexibilidad laboral, la cual, según Bauman (2007:137) es una de las máxima políticas y económicas actuales frente al deseo de estabilidad de la época anterior (…) la flexibilidad significa además negación de la seguridad.
Gorz a su vez, auguró una sociedad en la que el trabajo remunerado y asalariado sería cada vez menos importante y menor el colectivo de clase obrera (contrario al pensamiento marxista). Se suma a todo lo anterior según Bauman la falta de cohesión social, con un notorio crecimiento del individualismo.
El documento esboza también causas adicionales como el empleo y la producción; adicionando a todo esto soluciones incompatibles a través de formulación de políticas públicas ideales para el pasado, pero inconvenientes para el presente.
Finalmente, se abordan posibles soluciones, a partir de la reconstrucción del trazado, generando nuevos mecanismos que se adapten a este nuevo escenario, con el desarrollo de políticas públicas participativas, inclusivas y de carácter integral, transversal, coherente, dinámico, sostenible en el tiempo, de proximidad y con implicación social, dada la esencia de la inclusión social.
La exclusión social es el proceso que descalifica a una persona como trabajador en el contexto del capitalismo (Castell: 2001:98).
La exclusión por tanto, no es un estado sino un proceso, no hay una foto fija de este problema social, no hay unos únicos condenados a sufrirla sino que cualquier individuo es frágil ante ella. Robert Castell junto con otros autores, determinaron que hay tres zonas diferenciadas; la zona de integración, la zona de vulnerabilidad y la zona de marginalidad o exclusión.
Autores como Tezanos (2004), afirma que los excluidos son todas aquellas personas que, de alguna manera se encuentran fuera de las oportunidades vitales que definen las conquistas de una ciudadanía social plena en los horizontes de finales de siglo xx. Retomando a Castell, se pude inferir que la información y su particular sociedad, alimenta este proceso; El ascenso del informacionalismo en el cambio de milenio va unido al aumento de la desigualdad y la exclusión en todo el mundo.
Por otro lado y como alimentador de la exclusión; se encuentra la flexibilidad laboral, la cual, según Bauman (2007:137) es una de las máxima políticas y económicas actuales frente al deseo de estabilidad de la época anterior (…) la flexibilidad significa además negación de la seguridad.
Gorz a su vez, auguró una sociedad en la que el trabajo remunerado y asalariado sería cada vez menos importante y menor el colectivo de clase obrera (contrario al pensamiento marxista). Se suma a todo lo anterior según Bauman la falta de cohesión social, con un notorio crecimiento del individualismo.
El documento esboza también causas adicionales como el empleo y la producción; adicionando a todo esto soluciones incompatibles a través de formulación de políticas públicas ideales para el pasado, pero inconvenientes para el presente.
Finalmente, se abordan posibles soluciones, a partir de la reconstrucción del trazado, generando nuevos mecanismos que se adapten a este nuevo escenario, con el desarrollo de políticas públicas participativas, inclusivas y de carácter integral, transversal, coherente, dinámico, sostenible en el tiempo, de proximidad y con implicación social, dada la esencia de la inclusión social.