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La lectura se caracteriza porque es una práctica constante en la etapa escolar, así

como también en la universitaria, además se afirma que es el medio para la


adquisición de conocimientos que enriquece nuestra visión de la realidad, aumenta
nuestro pensamiento y facilita la capacidad de expresión.

La lectura es uno de los caminos de aprendizaje que tiene todo estudiante,


desempeñando un rol significativo en la actividad del trabajo cognitivo.
Contreras (2005), señala que leer comprensivamente es interpretar e inferir lo que
plantea el autor en cada una de sus ideas expresadas en su texto. Sin embargo, el
significado que se pueda construir puede variar significativamente en cada persona
debido a los múltiples factores que intervienen en el proceso lector, que va desde el
conocimiento o desconocimiento del tema, experiencias previas o la falta de
competencias y destrezas básicas de la lectura.

En la comprensión de un texto se hallan implicadas toda una gama de operaciones y


habilidades intelectuales que traerán como resultado la captación de la organización del
texto, según la multiplicidad de significados que puede llegar a interpretar el lector.

Alliende y Condemarín (2002), definen dos tipos de lectores:


El competente y el deficiente.
Competente: presenta diversas experiencias que le permiten ingresar al mundo del
conocimiento que se encuentra en los libros.
Deficiente: no puede procesar directamente el significado, procesando en mayor medida
la información aprendida por la vía auditiva, lo que tiende al fracaso en disciplinas que
requieran lectura.

El Ministerio de Educación de Chile (MINEDUC), plantea que la comprensión lectora


se debe potenciar desde edades tempranas, teniendo como objetivo la formación de
lectores expertos en la construcción de significados a partir de un texto leído, mediante
una comprensión profunda y activa, capaces de utilizar la lectura como un medio
fundamental para el desarrollo del pensamiento.
De esta manera se espera que cualquier estudiante al egresar de enseñanza media logre
leer comprensivamente variados tipos de textos de carácter analítico y reflexivo.

Es el año 2002, el MINEDUC dispuso realizar una evaluación para medir las
habilidades implicadas en la lectura, en la cual se consideraron a jóvenes de 15 años.
Dicha evaluación se realizó por la UNESCO, por medio del Programa Internacional
para la Evaluación de la Educación (PISA). Los resultados de ésta, arrojaron que de un
total de 38 países, se obtuvo el lugar 35, revelando que el 20% de los estudiantes
alcanza el nivel básico de lectura

Test de Cloze
El cloze es una técnica para evaluar la comprensión lectora o el dominio que presenta el
estudiante frente a un material de lectura (Alliende y Condemarín, 2002).

Considerando las características de la comprensión lectora, Condemarín y Milicic


(1994), aseguran que una técnica efectiva para evaluarla- que sigue siendo utilizada por
expertos en esta área- es la de Cloze, originalmente creada como un medio para evaluar
la comprensibilidad de textos escritos.
Actualmente, en forma progresiva, está siendo divulgado, aplicado e investigado, para
dar la posibilidad de utilizarlo en la evaluación y en la instrucción de mecanismos
psicolingüísticos que operan en la comprensión del lenguaje escrito.

El procedimiento cloze es una óptima medida que se conoce para evaluar los procesos
esenciales de la lectura (anticipación, inferencia, juicio y resolución de problemas), por
ello, resulta particularmente efectivo para detectar las dificultades del estudiante,
promover su advertencia metacognitiva de las mismas y emprender acciones de
“reparación”.

¿En qué consiste?:


El cloze estándar, consiste en un texto al que se le ha suprimido una palabra cada cinco,
dejando intactas la primera y la última oración. Por su parte, otros autores como
González (1998), señala que las palabras omitidas son las diez primeras y las diez
últimas del texto, a fin de que el lector “llene” los blancos.

Así mismo, Difabio (2008), menciona que es una técnica eficaz, tanto desde el punto de
vista práctico, ya que, es fácil de confeccionar, aplicar y calificar, como del empírico, en
razón del alto índice de correlación positiva que evidencia con la evaluación del
desempeño académico.

Desde el punto de vista teórico, cuatro marcos conceptuales complementarios explican


los procesos explorados por el cloze:

En la propuesta originaria de Taylor (citado en Difabio, 2008), el test de cloze se define


por el principio de cierre gestáltico (closure) de la Psicología de la forma, el cual se
refiere a completar mentalmente un patrón familiar inconcluso. Debido a esta razón, el
lector tiende a “cerrar” las percepciones incompletas mediante el conocimiento previo,
la inferencia y la expectativa intuitiva.

Por otra parte, como segundo marco conceptual, se encuentra la teoría sistémica, la que
según Difabio (2008), se relaciona con el concepto de entropía o incertidumbre creada
por la falta de organización de un sistema, que se opone al concepto de redundancia, el
que señala que un buen lector es capaz de leer la información distribuida en el texto y
por ello puede inferir los términos suprimidos.

En tercer lugar, se vincula con el análisis del discurso, que para Moreira (1998), es el
lector quien requiere movilizar todos sus recursos lingüísticos, implicando el uso de la
lengua como un todo integrado y potenciando la creatividad del lenguaje en un proceso
de composición de carácter convergente.

Finalmente, Condemarín y Milicic (1988) señalan que el Cloze posee una estrecha
relación con el enfoque psicolingüístico, el que caracteriza a la lectura como un proceso
interactivo entre el procesamiento de los datos aportados por el texto y la anticipación
que realiza el lector.
En consecuencia, la generación de predicciones incrementan las habilidades para
obtener información de la lectura, logrando completar, palabras omitidas, a partir del
conocimiento previo, conocimiento lingüístico (claves fonográficas, semánticas,
sintácticas, y de las restricciones del lenguaje) y de la redundancia textual.

El desempeño en este proceso interactivo moviliza la conciencia lingüística o


metalingüística, exigiendo la regulación metacognitiva de la tarea. Asimismo, la
motivación y el interés apoyan los subprocesos mencionados puesto que, sostienen la
atención necesaria para el procesamiento de las claves textuales.

Condemarín y Milicic (1988), plantean que para interpretar los resultados, la práctica
corriente es convertir los puntajes en niveles funcionales de lectura, estos son:
Nivel independiente, para el cual se necesita obtener el 75% de las respuestas
correctas, alude a que el estudiante lea con fluidez, precisión y comprenda la mayor
parte del texto.

En el nivel Independiente:
Utilizan destrezas lectoras como muestreo, predicción, anticipación, inferencia,
confirmación, autocorrección y autorregulación.
Además, sus destrezas cognitivas y lingüísticas son enriquecidas a través de la lectura,
leyendo todo tipo de texto y con una comprensión mayor al leer que al escuchar.

El nivel instruccional:
Se debe obtener entre el 44 y 74% de las respuestas correctas.
Corresponde al estudiante que realiza una lectura medianamente fluida, producto de la
presencia de algunas dificultades en el reconocimiento de palabras. Si bien, el lector
capta el contenido y su estructura, evidencia algunas fallas en la comprensión, debido a
que las destrezas integrativas (visual, auditivo y verbal) están en proceso de
automatizarse, al igual que las semánticas y sintácticas.

El nivel de Frustración,:
Cuando se obtiene menos del 43% de las respuestas correctas, implica que el estudiante
presente numerosos errores en el reconocimiento de palabras y la comprensión sea
ciertamente deficiente, producto que las destrezas lectoras utilizadas son de tipo visual.

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