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INTRODUCCION Como he indicado en la introduccién, en este capitule me propongo rea- liza una evaluacién general del estado de la cuestidn de lo «post-colonial mediante el examen de los diferentes modos en los que el término se ha conceptualizado y utilizado en varias disciplinas asi como en diversos enfo- » ques analiticos y criticos. Ein su articulo The Scramble for Post-Colonialism, el critico canadiense Stephen Slemon (1994: 16-17) propone la descripcion ‘siguiente del «post-colonialismo», ‘Post-colonialism’, as it is now used in its various fields, de-scribes [sic] a semarkably heterogeneous set of subject positions, professional fields, and cri- ical enterprises. It has been used as a way of ordering a critique of totalising forms of Western historicism; as a portmanteau term fora retooled notion of ‘class’, as a subset of both postmodernism and post-strueturalism (and con- versely, as the condition from which those two structures of cultural logic and cultural critique themselves are seen to emerge); as the name for a condition of nativist longing in post-independence national groupings; as a cultural mar- ker of non-residency for a Third World intellectual cadre; as the inevitable underside of a fractured and ambivalent discourse of colonialist power; as an oppositional form of tre with the term—as the name for a category of ‘literary’ activity which sprang from a new and welcome political energy going on within what used to be called ‘Commonwealth’ literary studies. ling practice'; and-—and this was my first encounter He optado por cilar integramente este parrafo en su idioma original por- que recapitula el estado de la cuestion del «post-colonialismos, ¥ expone en lineas generales las diversas y —al mismo tiempo— problematicas mane- ras en las que el término se ha conceptualizado, Come puede deducirse de | esta exposicién, el «post-colonialismoe se usa para designar simultdneamente | 28 Los ESTUDIOS POST-COLONTALES: UNA INTRODUCCION CRITICA una critica al historicismo occidental; un concepto replanteado de «clases; una derivaci6n tanto del postmodernismo como del postestructuralismo, al igual que una condicién que los posibilita; un anhelo nacionalista pos- terior a la independencia; una descripcién de la condicién de didspora de los intelectuales del Tercer Mundo; una interacci6n discursiva con el poder colonialista; un enfoque combativo de la lectura, y una categoria dentro de Ja actividad literaria. En sintesis, lo «post-colonial», tal como se presenta aqui, presupone un concepto heterogéneo cuyo gran alcance conceptual puede comprender diversas practicas y condiciones asi como diferentes enfoques metodoldgicos e ideoldgicos. Robert Young (2001) explica esta heterogeneidad conceptual afirmando que el postcolonialismo no ¢s una teoria unitaria que adopte una sola pers- pectiva o posicién. Mas bien se trata de un discurso tedrico curiosamente fragmentado ¢ hibrido que refleja las formas cambiantes del objeto central de su experiencia analitica y reflexiona sobre ellas, es decir «se trata de la interaccién cultural conflictivas’ (Young, 2001: 69). Viendo la misma cues- tién desde una perspectiva institucional, Stephen Slemon (1994) oftece otra explicacién de la difusién conceptual de lo «post-colonial». Afirma que ésta se debe a la tendencia obvia a concebir el post-colonialismo princi- palmente como «un objeto de deseo para la practica eritica: como un talis- man reluciente que tiene en si mismo el poder de conferir la legitimidad politica a unas formas especificas de la labor institucionalizada» (Slemon, 1994: 17). Es decir, la difusién conceptual de lo «post-colonials se atribuye principalmente a una «lucha institucionals® que esta teniendo lugar den- tro de la teoria critica literaria y cultural contempordnea, donde se ven practicas tanto criticas como docentes bien diferenciadas —e incluso hos- tiles metodologicamente— que compiten entre si para dotarse de una base ® Debido a la falla de traducciones en espaiiol dé la gran parte de las obras y articulos en os que se basa este libro, voy a sugerir en lo sucesivo traducciones personales en espafiol de las cilas que menciono a le large de este trabajo. Por lo tanto, a menas que se inidique lo contratio, todas las tradueciones al castellano seran mias. Cabria recordar que a veces 0 sfc lograr una traduccion bella y fiel debido a 1a falta de una terminologia post-colonial enespaiiol y de diccionarios especializados, * Cabria notar que Slemon usa en este contexto la palabra inglesa scramble, que inme- diatamente evoca la frase «Scramble for Africas (Lucha por Africa) que a su vez simboliza cl reparto colonial europeo de Africa durante y después de la Conferencia de Berlin (1884- 1895). Como explica en otra parte, el spast-oolonialismos denota metaforicamente «una rona ‘geogrifica que en la actualidad se esti repartiendo metodologias eriticas que buscan for- mas de control absoluto sobre este terreno» (Slemon, 1994: 25). rosrOLoMALs: ts EepO‘DELA CURTIN Be A as i e ica fundamentada en el «post-colonialismo», para analizar criticamen- ~~ “te sus distintos «imperios» y promover politicas locales emancipadoras y “: de cardcter institucional. = Aparte de las explicaciones de la heterogencidad conceptual del tér- qino en cuestién, una pregunta pertinente que pedria plantearse aqui es ja'siguiente: zcs todavia posible conccbir ¢l«post-colonialismo» como un indicador de una practica critica y categoria analitica dotada de herra- “mientas conceptuales identificables y de aplicaciones practicas, por muy diversas que puedan ser? De hecho, ésta es una cuestion importante que este libro se propone abordar. Aunque la versién de Slemon acerea de la lucha por lo «post-colonial» y de las causas que dan lugar a la misma, toda- wia precisa ser matizada, sin embargo ev-dencia en gran medida la pro- plematica que caracteriza a los estudios post-coloniales en general. Dicha problematica no consiste solo en cuestiones terminolégicas, sino también —y quizis mas significativamente— en diferentes contextos teéricos y posi- vioneés irreconciliables tanto politica como ideolégicamente desde las cua- Jes se plantean y abordan aquellas cuestiones, Ademas, su descripcién del spost-colonialismo» podria servir como trasfondo util pata examinar las incesantes discusiones acerca de la prop.xnaturaleza, ambito ¥ signifi- eado. politico de Io «post-colonial», Los cantornos de esas controversias pueden deducirse de la extensa bibliografia transdisciplinar que se ha publicado durante las wltimas dos o mas décadas sobre lo «post-colonial» y sus asociaciones tematicas. REVISION DE ALGUNA BIBLIOGRAFIA RELE NTE SOBRE #10 POST-COLONIAL® A fin de exponer los temas principales de estas continuas controvers sobre Ja definicion y el alcance de lo «post-colonial» y muy particularmente para abordar el estado de la cuestion en Io relativo a su conceptualizacion, procederé en este capitulo a presentar una revision de alguna bibliografia que ha influido significativamente en la discusién y teorizacién de este término.’ E] propdsite de esta revisién es analizar criticamente una parte ? Cabria destacar que desde la fecha de la tealizaciém de la tesis doctoral, en la que se basa este trabajo, han sido publicados varios libros y articulos sobre los estudios past-colo- niales coma, por ejemplo, Fostealontal Studies and Beyond editado par Ania Loomba, Suvir Kaul, Matti Bunzl, Antoinette Burton y Jed Esty (New Delhi, Permanent Black, 2008) y Carn bridge Companion to Postcolonial Literary Studies (Cambridge UP, 2004), entre otros. En suma, 30 Los ESTUDIOS POSTOOLONIALES: UNA INTRODUCCISN GRETICA significativa del cuerpo teérico publicado, el cual incluye libros y articu- Jos relevantes para la discusién de la naturaleza y el ambito de lo «post- colonial» en general. Dado el amplio trabajo multidisciplinar que se ha publicado hasta ahora acerca de los estudios post-coloniales y la teoria y literatura post-colonial, él repaso no pretende ser exhaustive, En cambio, se centrara cn ciertos textos importantes, sobre todo en la medida en que ‘sus teorizaciones de lo «post-colonial (elaboradas desde varias disciplinas y orientaciones tedricas) contribuyen a arrojar luz sobre la génesis y el desa- rrollo del concepto en una o mas de sus diversas configuraciones tedricas y practicas, Estas incluyen, en general, una amplia gama de trabajos teéri- cos cuyo tema principal trata de conceptes como «la literatura post-colo- nial», «el post-colonialismos, «la teoria post-colonial», «la critica post-colonial» y «los estudios post-colonialess, sicndo estos conceptos indicadores de pric- ticas criticas y creativas aparentemente diferentes auque todos tienen en lo spost-colonials su comin denominador, E) objetivo de la revision ¢s triple: en frimer lugat intentaré sefialar los enfoques generales a la hora de conceptualizar do past-colonialy;én segum>, do lugar, trataré de resumir y evaluar criticamente las principales premisas y argumentos de las formulaciones que se proponen; y, én tercer lugah iden- tificaré en esas formulaciones posibles lagunas que quedarian por abordar desde el punto de vista de las preacupaciones metodolégicas que expongo en este libro. Desde el punto de vista metodologico, la revision seguira una Aproximacién principalmente cronolégica, aunque pueda complementarse Con un enfoque tematico. La meta de esta aproximacién cronalégico-tema- tica seria desvelar, cuando sea posible, la evolucién conceptual de do post- colonial» ¢ identificar los posibles puntos de encuentro entre sus distintas concepciones y practicas. Obviamente, un repaso potencialmente comple- to del estado de la cuestién de cualquier campo de estudio, como es el caso aqui de lo «post-colonials, precisa tener en cuenta no solo las opiniones de sus adalides, sino también las de sus criticos, Por esa razon, en esta revi- sién presentaré también Jas criticas que se han dirigido contra la propia categoria «post-colonial» y sus aplicaciones analiticas. En resumen, lo que me proponge realizar en la diseusién de toda esta bibliografia, ademas de establecer un marco teérice para este libro en su conjunto, es identificar las principales areas de investigacion que se han explorado anteriormen- estos trabajos vienen profundizando en muchas de las temétioas relacionadas con los estu- dios post-coloniales, que he tratado en la presente revision de algunas bibliografias rele- vantes a lo post-colonial. 3 arrey término ‘post-colonial’ |...] para referirnos a todas las eulluras la colonizacion hhoy en dia. Esto se debe al he een que existe una continuidad de preo- - eupacéones alo largo del proceso historico iniciado por la agresin imperial rirse aa naeva critica transculeural que ha surgido en los iiltimos afios asi + como el discurso a través del que se ha constitatito. Esta es de algin modo la definicién canénica de 16 post-colonial que ‘proponen los autorés australianos Bill Ashcroft, Gareth Griffiths y Helen “Piffin (1989: 1; énfasis agregados) en su libro-ampliamente difundido,® The Empire Writes Back: Theory and Practice in Post-Colonial Literatures, - publicado en 1989. Harish ‘Trivedi sugiere que esta definicién se ha divul- gado con amplitud y «ahora ¢s probablenicnte la descripcion definitiva del “ambito y los parimetros de lo post-coloniale (Trivedi y Mukherjee, 1996: 234; énfasis en el original). En su introduceién al libro, los autores afirman que su trabajo trata prin- cipalmente del mundo tal y como existe y ha existido «durante y después del periodo de la dominacisn imperial europea y sus consecuencias en las literaturas contempordneas» (Ashcraft ef ai., 1989: 1). De acuerdo con este Tazonamiento, proponen que las literaturas de los paises .africanos, de Aus- tralia, Bangladesh, Canada, los paises caribefios, la India, Malasia, Malta, Nueva Zelanda, Pakistan, Singapur, las Islas del Pacifico del Sur y Sri Lan- ka son todas literaturas post-coloniales. Tan n sosticnen, aunque de manera discutible, que la literatura de los‘teuu Ueberia pertenecer a esta categoria a pesar de que generalmente nose ha reconocido como tal debi- do a la posicion actual de poder de este pats y al papel neocolonizador que ha desempefiado. De este modo concluyen que (Ashcroft et al., 1989: 2), ® En su introduccién a Los Estudios Posteolontales, la pagina web de Emory Untversity (htp://vrww.emory.edu/ENGLISH/Babri“Intra.html} sefiala que «la popularidad creciente del término spostcoloniale dentro del mundo académico fixe consolida por la aparicion en 1989 del libro The Bmpire Writes Back: Theory and Practice in Past-Coionial Literatures escri- to por B. Ashcroft, G, Griffiths y H, Tiffins, (Fecha de acceso 12-01-2001). : /dPOSFCOLONIAL!: EL ESTADO DE:LA CUSSTION 32 ‘LOS ESTUDIOS POSPCOLONIALES: UNA INTRODUGCION CRITICA 33 ipacionest y el hecho de situar los actos de contestacién en el centro de « i i i tintin dichat iS a pesar de sus ecaracteristicas regionales especiales y distintivase, e a metropoli como los rasgos determinantes de las obras post-coloniales es. literaturas tienen como caracteristica algunas experiencias originarias idén. ane 5 aie aheesiieeerttiAn eee che ee pmprensible que surjan mas problemas metodeldgicos. El caso de muchas Peo i a obras y tradiciones orales que son frutos de estas culturas safectadas» (de ‘ sha ’ 3 ii post-coloniales) en idiomas indigenas o el casa de aquéllas que no con- en § ih ‘Surgieron en su forma actual de la experiencia de la colonizaci6n y sc hicic- e a DOr contnater eci anette de ron valer dando especial relieve a la tensién con el poder imperial y enfati- jmitaci i 4 Panto 2 las limitaciones de semejante definicin. zando sus diferencias con respecte a los supuestos del centro imperial, Esto z . ‘ i ~ Aparte de sus problemas metodolégicos, esta misma conceptualizacion es lo que las hace distintivamente obras post-coloniales. : 7 i i “ de la literatura post-colonial todavia podria servir como un punto de par- tida para entender mejor la naturaleza de lo post-colonial sobre todo en _ su forma literaria: Su importancia se basa en las dos conclusiones que -podrian deducirse de la conceptualizacién de la literatura post-colonial que proponen los autores. Una es que la aparicién de. las literaturas u obras post-coloniales esta directamente relacionada con Ja experiencia material del colonialismo europes, colonialisme contra el que ellas tenian que afir- mar conscientemente sus diferencias y abordar criticamente el poder impe- 4 ial y los supuestos asociados al mismo. La otra conclusién, que es una " consecuencia de la primera, és que tanto el acto de contestacién o de enga- Rastreando la génesis de lo que denominan la teoria literaria post-colo- nial, los autores sefialan que surgié de la incapacidad de «la te pea» de tratar adecuadamente las complejidades y la heterogénea procedencia cultural de los trabajos post-coloniales. Un elemento inherente a esa in- capacidad, a su juicio, es el hecho de que las teorias europeas proceden de tradiciones culturales particulares que estan prefiadas de nociones etnocéntricas de «lo universal». Como un acto de «contestaciony, las obras post-coloniales indigenas pretenden cuestionar radicalmente las teorias occidentales de estilo y género, asi como los supuestos sobre los rasgos. universales del idioma y las epistemologias y los sistemas de valores que Jas sustentan. Fue en este contexto de interrogacién critica de las teorias occidentale en el que da teoria post-colonial ha surgido de la necesidad de abordar esta practica diferente» (Ashcroft et al., 1989; 10). En términas generales, ésta es la esencia de las propuestas que plante- in los autores en su conceptualizacién de lo post-colonial ¥ sw/aplicacién. Alas literaturas de Jas culturas que sufrieron ¢l colonialisma. En resumen, 6) libro presenta dos significados interrelacionados del término «post-colo- nial uno para describir todas las culturas afectadas por la experiencia mate- | rial del eolonialismo.europeo moderno que parecen compartir las mismas preocupaciones; 4 otro para designar las literaturas de esas culturas que aborden las polilacéticas configuraciones del poder (neo-jcolonial, Aunque pueda ser util para delimitar la naturaleza y el alcance de lo post-colonial, la definicién propuesta aqui plantea serios problemas practicos. Por un | lado, la falta de herramientas para determinar empiricamente esta natu raleza y este alcance del «efecto colonial» en las culturas de las ex colonias euiropeas (asi como en las propias culturas eurapeas), Io cual hace parti- cularmente problematica la premisa principal en 1a que se fundamenta la primera definicién, Por otro lado, si a esto se afiade la dificultad inheren- ala determinacién de la base material de aquella econtinuidad de preo- mY Ann cana tar su naturaleza post-colonial. i _ © El engagement defendido por los autores es evidentemente un acto con. un claro matiz politico y contradiscursivo, de modo que puede manifes- tarse de varias formas en textos diferentes y ocasionalmente a través de la expresa subversion o lf polémizaciéit, En cualquier caso, elas nociones de eee eee poder inherentes al modelode centro y periferia se apropian y asi se soca- van» (Ashcroft ef al, 1909: 83). En conclusién, las obras post-coloniales, segtin los autores, representan un acto verdadero de engagement y por ello 7£/ pretenden destacar la tensi6tt con la experiencia colonial y con sus supues- {41 / tos asociados. Por tanto, son necesariamente dz naturaleza politica de método critico y contradiscursive, ye orientan hacia metas subversiv: Esta interpretacién de engagement puede llevar, sin embargo, a la perti- nente pregunta sobre la preferencia en el libro ‘The Empire Writes Back por ¢mplear cl término post-colonial para designar las literaturas pertenecientes Gabria destacar que la palabra engagement en inglés se asa aqui generalmente para sig- nificar dos cosas: un «enganche» en ¢l sentido especial de epelearses, o enzarzarsee en una disput, 0 un cuestionamiento critico del poder dominante que supone un compromiso con Jos dominados y las dominadas, LOS ESTUDIOS POST-COLONIALES: UNA INTRODUCCION CRITICA europeas en vez de un término menos problematico como jlonial. No cabe la menor duda que los autores defienden per- te su preferencia explicita por emplear lo post-colonial en vez ler otra designacién en relacién con ese tipo de engagement que . No obstante, creo que los autores no han desarrollado su argu- in suficientemente para examinar toda la trayectoria histérica del plo asi como sus relaciones con otros significantes dentro de la red tica al que ha sido asociado de una manera u otra. En otras palabras, “Ts nuvencia en el libro de una genealogia contextualizada del términe post- eolonial, que ayudaria a localizar el concepto y sus practicas en el mapa _ cle la gran variedad de engagements con el poder colonial, es lo que puede, i mi parecer, considerarse como una limitacién metodolégica del primer ‘trabajo de estos tres criticos. En efecto, los autores luego pretendieron afrontar este tipo de proble- amas al editar un trabajo titulado, The Post-Colomial Studies Reader (1995), que aineluye aproximadamente sctenta extractos de varios teéricos que abordan amuchos conceptos o problemas relevantes en la teoria post-colonial. No obs- tante, como indica el material incluido en el Reader, la mayoria de los tra- “bajos mencionades en él pertenecen a sociedades que emplean, segiin los editores, «formas de english ® como un idioma principal de comunicacién» (Ashcroft et al, 1995: 4; énfasis agregado), omitiendo literaturas escritas en ‘otros idiomas indigenas o extranjeros. Aunque los editores tienen bastante cuidado en delimitar ¢] ambito de su Reader, la propuesta implicita de un | Significado inclusivo de todo [o post-colonial esta en aparente contradiccion Gon el alcance limitado del propio libro. La introduccién del Reader y los diversos temas abordados, sin embargo, son de suma importancia para acla- war el debate acerca de la naturaleza y el ambito de lo post-colonial. En el prefacio del Reader, los editores resaltan «el debate activo y abier- ‘bor qué esta desarrollandose entre aquéllos que verian lo post-colonial como designacion de un conjunto amorfa de practicas discursivas semejante al_| post-modernismo, y aquéllos que lo verian como la denominacién de un ostcolonial sefiala un consenso comin politico y moral hacia la historia y =] legado del colonialismo occidental moderno. Young (2001: 16; los énfasis =a gregados) por consiguiente, procede a definir los términos de scolonia- _ismor e simperialismo» con el fin de situar la critica postcolonial histori- 2a y concepiualmente. Una conclusion principal que podria deducirse de 5 anilisis genealégico y detallado de estos dos términos y de su evolu- \6n a Jo largo de 1a historia occidental es que la diferencia fundamental ==nitre los dos conceptos esta estrechamente relacionada con la aparicié m==n el siglo xvi de dos formas de imperios, a saber: f Un imperio que fue controlado burocraticamente por un gobierno central, y que fue desarrollado por razones tanto ideologicas como financieras, una estructura que se podria lamar imperiatismo. La otra es un imperio que fue desqrrollado para el asentimiento por ciertas comunidades 0 por razones ) en su primer sentido de dominacién ejercida:a través de un dominio directo. SECOLONLAL#; EL BSTADO.DE LA CUESTICET inacion ion econdmica, caracterizado por él ejercicio de poder, bien a od 9 dela conquista directa o bien (posteriormente) a través de la influen- y econémica que de hecho equivale a una forma similar de ayés-de instituciones ¢ ideologias justificadoras. Por contraste, el colo- lismo designa la condicién material del dominio politico por parte a suropeos sobre los pueblos sometidos. El sistente fincionamiento del imperialismo en este sentido mas amplio ica por qué el términe postcolonial se usa generalmente en vez de Lo post-colonial es post, es decir, después del colonialismo ¢ imperial sie} Sin embargo, no es post al imperialismo en su segundo sentido, es decir, un sis- stema global de una relacién de poder basada en una dominacién econdmica y spolitica. f _ Propone ademas (Young, 2001; 57) que muchos de los problemas a los We actualmente enfrenta lo postcolonial pueden resolverse si el término @ define: Como lo que viene despuds del colonialismo y el imperialismo en su sen- \ tido original de dominacién ejercida a través de un dominio directo, pero que thdavia esta posicionado dentro del imperialisma en su otro sentido como un istema global de un poder econdrmico hegeménico. Lo postcolonial ¢%, de este modo, un a fieamente Tos hechos historicos generat s, tanto de la d omo del logro determi: Miciones y puebl os que sungen n mun nuevo pone imp: a veces politica, Ademas, lo ostcolonial vf ee By 0. BO 44 ‘LOS ESTUDIOS POST-COLONIALES: UNA INTRODUGCION CRATICA se han producido en respuesta a las circunstancias politicas cambiadas.en 1 antiguo poder colonial. En cambio, y de forma més radical, segiifi Young) €2001: 57) el postcolonialismd,(o el tricontinentalismo) indica: Una posicién te6rica y politica que encama un concepte active de interven- cién en esas situaciones opresivas. Combina las innovaciones epistemoldgicas cultnrales del momento postcolonial con una critica politica a las condiciones de la post-colonialidad. En este sentido, el ‘post’ del postcolonialismo, o la criti- ca postcolonial, sefiala el momento histérico de la introducci6n teorizada de las nuevas formas tricontinentales y las estrategias del andlisis y la practica critica. En rigor, el postoolonialismo es resistente y esta comprometido con los ideales politicos de la justicia social transnacional que se enfrentan al it perialismo econdémico hegeménico y ala hi storia del colonialismo y el imperialismo, sefialando un engagement activista con las posiciones poli- ticas positivas y las nuevas formas de identidad, Desde una perspectiva Historica, Young sefiala que la critica postcolonial apenas puede preten- der ser 1a primera en cuestionar las éticas del colonialismo, puesto que el] anticolonialismo es tan antiguo como el propio colonialismo. Lo que sonvierte €1 postcolonialistno en una practica distintiva, sin embargo, 6s el caracter comprehensivo de su analisis de las continuas ramificaciones culturales y politicas del colonialismo en las sociedades tanto colonizado- ras como colonizadais, Esto es lo que hace que la teoria postcolonial tenga la forma de «un andlisis politico de Ja historia cultural del colonialism» (Young, 2001: 6), que intenta investigar los efectos contemporaneos de ese fenémeno en las culturas occidentales y tricontinentales, estableciendo relaciones entre el pasado y 1a politica del presente. Como se ha sefialado anteriormente, las intervenciones de Young cn el debate post-colonial siempre han sido significativas y reveladoras, y su ‘obra Postcoloniatism es sin duda un punto de referencia pata cualquier intento de presentar una genealogia de la teoria y la politica post-colonial. La observacién principal que puede hacerse, sin embargo, es que tiende aemplear a lo largo de todo el libro los términos pasteolonialismo, Ja teo- ria postcolonial y los estudios post-coloniales como términos intercam- biables. Esto puede ser debido a su interpretacién de estos conceptos como indicadores de practicas o procesos idénticos conceptualmente, pero, inelu- so si fuera ese el caso, semejante interpretacion neécesitaria siempre ser matizada de manera mas explicita J:POSPCOLONIAL®: EL ESTADO DE EA GUBSTION 45 4 teoria postcolonial y la critica postcolonial En su libro titulado An Introduction to Post-Golonial Theory, publicado 1997, Peter Childs y RJ. Patrick Williams intentan presentar una intro- duccién critica a la teoria post-colonial. Como punto de arranque para determinar la temporalidad de lo pos! colonial, plantean la pregunta de iando surge lo post-colonial? Para contestar esta cuestiOn, seflalan que sla implicacion obvia del término post-colonial es que se refiere a un perio- do que viene después del fin del colonialismor (Childs y Williams, 1997 |): Para ellos, tal «interpretacin de sentido comin» es creible porque, de ‘no ser asi, el término se arries; ano tener ningtin sentido, El signifi- do de un fin, que es la terminacion de un periodo de la histaria y el sur- gimiento de otro, es sin! embargo dificil de mantener ce manera que no era problematica. Admitiendo que el post-colonialismo pueda referirse hasta cierto punto al periodo posterior al colonialisme, la pregunta que hecesariamente se plantea-seria: jdespués del colonialismo de quién? Pues- jo que hubo muchos periodos de colonialismo en Ja historia, ensanchar el 1r00 histérico o conceptual del término es notoriamente problemitico 0 autores sefialan, sin embargo, que el desarrollo coincidente del con- into de los imperios coloniales europeos sobre tado en el siglo xtx, asi como su desmantelamicnto cn la segunda parte del siglo xx, constituyen un’fenémeno sin precedentes cuyas repercusiones globales pueden sen- firse casi en todas partes del mundo contemporanco, Por consiguiente, una respuesta a la pregunta «zcudndo surge lo post. jlonial?», sega los autores, es ahora». Otra respuesta mas discutida, en 60 opinién, es la que ofrece The Empire Writes Back, que he discutido ante- Yiormente. Una de las dificultades que sefialan los autores en este libro F consiste en que el intento de identificar una «continuidad de preocupa- piones» durante un largo lapsp de tiempo, no debe justicar la pérdida de pecificidad que resulta de Ia omisién inevitable de los periodos, proce: IS y practicas que esto conlleva, Para examinar esta continuidad desde ‘otra perspectiva, los autores citan (Childs y Williams, 1997: 3; énfasis en " el original) la descripcién que ofrece Stephen Slemon con relaci6n al deba- “te postcolonial: Bis Evidentemente hay diversas definiciones de lo spostolonial», pero para mi el concepto resulta mas dtil cuando se usa no como sinénimo del periodo historico de la post-independencia en las n ones que estaban colonizadas 46 ‘Los ESTUDIOS POSTCOLONIALES: UNA INTRODUICOION CRETIGA sino como indicador de una intervencion discursiva especificamente anti —o post-colonial— en la cultura, que empieza en el momento en el que el poder colonial se insoribe en el cuerpo-y el espacio de sus atros, y que continia como una tradicién a menudo ocultada en el teatro moderno de las relaciones inter- nacionales neo-colonialistas. Segiin los autores, esta formulacién concibe «la continuidad de preo- cupaciones*, mas como un proceso fundamental de practicas culturales />\ anticoloniales, introduciendo de esta forma la otra acepcién mas impor- t ) ante dé post: ¢s decir, una practica de resistencia al colonialismo,lo que constituye tn aspecto importante del pensamiento-post-colonial. Relacio J nado con este sentido esta el otro significado del poesive comparten tah] bién otras metodologfas eriticas que usan el t 6 compuesto, tal como ¢] post-estructuralismo, donde el énfasis se pone menos en lo posterior eronolégicamente y mas en «trascender o superar conceptualmente los pardmetros del otro términov (Childs y Williams, 1997: 4). En el mismo contexto, Jos autores defienden que: Los textos que son anti-coloniales, que rechazan las premisas de las inter- Vonelones colonialistas (la misién civilizadora, la modernizacion de las cultu- ‘Tas eslancadas) podrian considerarse post-coloniales en la medida en que han stipenidoe el colonialismo y sus ideologias y se han liberado de sus sefiuelos hasta el punto en el que dirigen su critica o contra-critica, fe ¥ Otro problema que agrava las dificultades asociadas con la temporali- dad del post-colonialismo es la pregunta pertinente, «cuando se acaba la post-colonialidad?» Seguin los autores, sila respuesta obvia a la primera pre- gunta «zeudndo surge lo post-colonial?» es «ahorar y la respuesta «dificil que oftece The Empire Writes Back es «entonces y ahora», la respuesta-alter- nativa a esta cuestién especifica podria ser «todavia no (del todo)». Esto es porque el post-colonialismo no puede considerarse en ningtin sentide como un estado totalmente: logrado. El postcolonialismo debe entenderse por tan- to «como un discurso anticipador, reconociendo que la condicién que nom- bra no existe todavia pera sin embargo se esfuerza por lograrfas (Childs y Williams, 1997: 7). Las dificultades relacionadas con la temporalidad del post-colonialismo introducen necesariamente preguntas sobre su situacién espacial; esto es lo que lleva a los autores a plantear la pregunta siguiente: 4zd6nde esta lo post-colonial?» Un punto de arranque sefialaria que hay hy a ina geografia «obviar del post-colonialismo encarnada por esas areas que Pariteriormente estaban bajo el dominio de los poderes coloniales europeos, |Las diversas modalidades de dominacién indican, sin embargo, una ima jen mas compleja de esta dimensién espacial, dado que las relaciones del iodo colonial todavia estén operando (por ejemplo, en la forma de nmonwealth, o la red sestenida por el sistema francés de Coopération), mientras que se estén constituyendo nuevas rclaciones. Este caracter completo de los procesos de la descolonizacién, segtin los autores, hace yy problemtica cualquier delimitacién del espacio postcolonial que no ese matizada. Siguiendo su linea de preguntas, los autores proceden a plantear la pre- ta, «zquién es él/la post-colonial?» Como punto de partida, sefialan que ituralmente hay una poblacion post-colonial sobvias representada por 08 pueblos que anteriormente estaban colonizados por occidente. P: tar «zquién es él/la post-colonial?» parece, por consiguiente, asumit identidades ya existentes que entonces pucden considerase como post-colo- ales ono. No obstante, los autores (Childs y Williams, 1997: 14) sefialan que para muchos grupos 0 individuos: S}fPOSTCOLONLAL®: EL ESTADO DE. iA CUESTION 8] post-colonialismo tiene mucho que ver con la experiencia dalorasa de . Sresistir el deseo de recuperar las identidades pre-coloniales «perdidase, la impo- sibilidad de realizar este empeiio, y 1a tarea de construir una nueva identidad partiendo de esa imposibilidad 4; Quién es el/la post-colonial?» se convierte de esta forma en una pre- inta que no se puede contestar por lo menos temporal o parcialmente, 8 autores defienden ademas que intentar definir de antemano el con- ienido de ese «quién» cs prematuro mientras que se estén dando grandes laneras por causa de las historias coloniales y post-coloniales. En la par final de su interrogacién acerca de la naturaleza de lo post-colonial, los mntores examinan la pregunta relacionada con «lo que cs lo post-colonials, _ Para tratar esta cuestion fundamental, hacen explicita su posicién acerca leo que para ellos no es el posteolonialismo, En este context, hacen hin- ~ Gipié en que no es una abstraccién ahistorica y singularizada; tampoco es in derivado de algiin proyecto hegeménico del postmodernismo. En cam- hio, defienden que el postcolonialismo, como un periodo histérico, se a Louse Pry ei q SOLONIAL®: EL, BSTADO DE Lik CUBSTION FP 49 tan diversos. como Derek Waleott, Ngugi Wa Thiongo y Ghinua Ache- los cuales tienen antecedentes en los Cormmonwealth Studies. Poniendo critica y teoria postcolonial en una perspectiva comparativa, Moore-Gil- entiende mejor como una fase del imperialismo (mejor entendido como . la globalizacién del capitalismo), pero que no es facil y totalmente redu- cible a estas categorias. Esto implica que el postcolonialismo tiene una dimension global ineludible, pero esto no quiere decir que las teorias post- coloniales sean inevitablemente totalizadoras en un intento abrumador de dominar y explicar todo. Lo que pueden efectuar los tedricos post-colo- niales en su esfuerzo por entender o explicar, como sea posible, lo que esta pasando es una sbuenar totalizacién, que no és mas que poner de relieve las relaciones intrinsecas entre los fenémenos. Para concluir su analisis general, sefialan que la etiqueta post-colonialismo, si se mantiene, «no debe ser entendida como algo que define una doctrina,-como el colonialismo, _sifio que marca una fase estratégicar (Childs y Williams, 1997: 218). Lo post. colonial en este sentido es un término que Hama la atencién a un pasado inicuo no-demasiado-lejano, y afirma un compromiso con el rechazo —y no el-olvide— de los efectos ¢ ideologias de este pasado : h En el prélogo de su libro, Postcolonial Theory: Contexts, Practices, Politics, Ny hacer visible la ead de una gran parte de la cultura occidental Bart Moore-Gilbert (1997) indica que su objetivo es centrarse particular plas actitudes ¥. valores que sostenian el proceso de la expansién ¢olo- mente en las recientes controversias sobre la teoria postcolonial, que han De la misma manera, la orftica postcolonial ha desafiado naciones Hevado a le que parece ser una creciente divisién entre la teoria postcolo- sta ahora dominantes en lo relative a la autonomia de la esfera estética, nial por un lado y el resto de la critica postcolonial, por otro. Por cuestiones wando que la cultura mediatiza las relaciones de poder, de forma tan estratégicamente analiticas, aclara que admitira esta division mas 0 menos | icienté —aunque sutil— como otras formas de opresién més puiblicas y explicita entre las dos pricticas, pero enfatiza que esto no debe incitar a su- Bibles. Por ejemplo, los criticos postcoloniales han trabajado particular- poner que haya alguna divisién absoluta entre ambas. Subraya ademas que mente para deshacer los limites fijos entre el texto y el contexto a fin de ul intenci6n no es la de homogeneizar la teoria postcolonial o la critica post- & jostrar las continuidades entre los modelos de representacién de los pue- colonial como dos formas de actividad bien definidas y unificadas interna- ‘blos sujetos y la practica material del poder neocolonial. mente, Segiin él, ambos subcampos de andlisis deben verse como practicas Bn conclusién, Moore-Gilbert sostiene que la critica postcolonial toda- que son «plurales en la asuncién, la orientacién y el procedimiento, y que 4 wia puede emplearse mas 0 menos como un conjunto distinto de practicas i voces se contradicen interna y mutuamentex (Moore-Gilbert, 1997: 2) de lectura. Sobre todo si se entiende. en cl contexto de su principal preo- Bae fil GeBnicion de la teoria-postcolonial, Mocre-Gilbert aclara que la ipaci6n por el andlisis de las formas culturales que mediatizan, desafian rg ten dation aciGn de loa trabajos que sé-forman inetodcligi- Ofeflexionan sobre las relaciones de dominacién econmica, cultural y camente en él marco de la saltan teoria francesa (notablem Politica asi como la subordinacion entre (y a menudo dentro de) naciones, Derrida, Jacques Lacan y Michel Foucault). Tazas o culturas. Estas relaciones tienen sus raices. sla historia: del colo- ig “Tas obras de Edward Said Gayatri Spivak y Homi Bhibha, es decir ela San- Mialismo curopeo y elimperialisn tisima ‘Trinidad de la teoria postonlonial, como aludia Rohert-Young (1995) Mera actual del neocolonialismo, Visto en su totalidad, ; A su juicio, es esta ostensible cintrusién» de la ealta» teoria francesa en el Gilbert es una valoracién importante de las dificultades actuales que afron- analisis postcolonial la que tal vez ha dado lugar al mas acalorado de los tan los estudios postcoloniales: las criticas tanto desde fuera como desde debates criticos que actualmente caracterizan la teoria post-colonial. La cri- dentro de la disciplina, La observaci6n principal que se le podria hacer a tica post-colonial, en cambio, se refiere a practicas de escritores, criticos y | Moore-Gilbert es que a veces no explora en profundidad las implicaciones ntan actualmente. Un caso revelador del efecto de la critica postcalo- 6 esas an EE que ha tenido en los modos seri de 50 Los ESTUDIOS POST-OOLONIALES: UNA INTRODUGCION GRETICA de la division aparentemente dicotémica entre la teoria y la critica post- coloniales, sobre la cual fundamenta su obra, asi como los puntos de encuen- tro entre las dos practicas. El mismo afio, Moore-Gilbert edita con Gareth Stanton y Willy Maley un libro titulado, Postcolonial Criticism (1997). En la introduccién, los editores sefialan que el postcolonialismo contintia siendo uno de los campos de.estu- dio mas fructiferos que se esta desarrollando répidamente dentro de los estudios académicos actuales. Sin embargo, enfatizan que el postcolonia- lismo también sigue siendo un concepto escurridizo y controvertido. En su opinién (Moore-Gilbert et al., 1997: 1), esto se deberia al hecho de que el término contintia siendo empleado para designar (...) al mismo tiempo un momento cronolégico, un movimiento poli- tico y una actividad im , ¥ es este estatuto multiple que hace que las definiciones exactas sean dificiles. Para evitar estratégicamente la pregunta de algin modo ontolégica sobre lo que es el postcolonialismo, los editores sugieren que podria ser mas ttil tratar las cuestiones de cuando, dénde, quién y por qué se originé lo post- colonial. Por ejemplo, para contestar la primera interrogacién, se pregun- tan si «postv'eii lo postcolonial podria interpretarse como «después des, «posteriors, «ex» 0 «meox, En todo caso, para ellos el postcolonialismo tie- ne que ser, por su propia naturaleza, una temporalidad que se caracteriza por la sospecha de progreso. Dicen (Moore-Gilbert et al., 1997: 2), al fin y al cabo, fue en un periodo del Hamado progreso en occidente en el que el resto del mundo veia su desarrollo detenida, sus recursos explotados y sus pueblos esclavizadas. Desde el punto de vista de sus orientaciones tedricas, los editores propa- nen que el postcolonialismo podria ponerse entre el marxismo y el existen- eialismo porque muchos de sus fandadores funden el radicalismo politico en una concepcién fundamental del ego en lo que puede llamarse un nue- vo humanisme 0 una psicologia revolucionaria. También podria situarse en. el espacio entre los estudios literarios y culturales. Sefialan, sin embargo, que es justamente apropiado que un campo de estudio que se ocupa de la ambivalencia y la hibridez, entre otras cosas, debe caracterizarse por tales formas de in-betweenness (estar en el medio) entre muchas disciplinas y APOSECOLONIALY: EL ESTADO DE LA GUESTIGN. st tintas orientaciones tedricas, ideoldgicas y tematicas, Desde el punto de vista de su orientacién politica, proponen que el postcolonialismo es un io de protesta radical y de radicalismo resistente. De forma relevante, «la {a postcolonial no solo marca el retorno de los oprimidos, o el retorno jel nativo, sino también el retorno de 1a clase [y es apropiado agregar la azav y el género] como marcadores de diferencia» (Moore-Gilbert et al., 1997: 4) y componentes integrantes de cualquier politica de identidad. Postcolonialismo Otro trabajo importante que presenta una introduccion global al cam- o de los estudios post-coloniales y la discusién del post-colonialismo es la jbra de Ania Loomba (1998) titulada Coloritalism and Postcolonialism. En la itroduccién, Leomba sefiala que +el término ‘postcolonialismo’ se ha hecho fan heterogéneo y difuso que es imposible describir satisfactoriamente lo IGue supondria su estudio» (Loomba, 1998: x1). A su juicio, esta dificultad @ debe en parte a la naturaleza interdisciplinaria de los estudios pestco- Joniales cuyo ambito puede abarcar cl analisis literario, la investigaci os archivos del gobierno colonial; la critica de los textos médicos asi camo tna combinacién de éstas y otras Areas. | Basdndose en esta interpretacion, Loomba indica que de hecho es el Prefijo «post» el que complica la cuestién de definir lo «post-colonial» por-| que «implica una secuela en dos sentidos: temporal, en el sentido de que} Wiene después, ¢ ideolégico que. quiere decir suplantar» (Loomba, 1998: 7).’ Bs la segunda implicaci6n la que los criticos del término han considerado -contestable, senalando que si todavia no han sido borradas las desigual- dades del dominio colonial es quizas premiaturo deélarar el fin del colo- “nialismo. Ademas, incluso en cl sentido temporal, la palabra postcolonial Do puede usarse en un solo sentido dado el hecho de que la descoloniza- “cidn formal ha transcurrido durante tres siglos, desde los siglos xvii y xix nlas Américas hasta los afios setenta como, por ejemplo, en él caso de Jas colonias portuguesas. Teniendo en cuenta estas diversas implicaciones ‘del término post-colonial, Loomba (Loomba, 1998: 12) propone que seria / mas titil pensar en el postcolonialismo. alando su fin, no como lo que literalmente viene después del colonialismo se © sino mas flexiblemente como el cuestionamiento de la dominacién colonial y © Ios legados del colonialisme, 52 Los ESTUDIOS POST COLONIALES: UNA INTRODUCCION CRITICA A su parecer, semejante posicién permitiria la inclusion de los pueblos desplazados geograficamente por el colonialismo asi come la incorpora- cién de la historia de 1a resistencia anticolonial con las resistencias con- temporaneas al imperialismo y ala cultura occidental dominante. Esta interpretacion flexible del postcolonialismo, sin embargo, debe con- trastarse con la tendencia (que se manifiesta en muchgs trabajos sobre el postoolonialismo) a destacar conceptos como la hibridez, la fragmentacion yla diversidad} mientras que a menudo se-alega que éstos describen cla condicién postcolonial», éel sujeto postcolonial o da mujer postcolonial». Semejantes términos obviamente no admiten las diferencias entre los dis- tintos tipos de situaciones coloniales 0 el funcionamiento de categorias como Clase, género, situacién, raza, Casta)o ideologia’entre las personas cuyas vidas han sido reestractaradas por el dominio colonial. Ademds, dado que «las posiciones anticoloniales [y las formas contemporaneas de cucs- tionamiento post-colonial] se insertan en historias especificas» (Loomba, 1998: 15), reducir lo postcolonial a alguna xesencia combativay pura podria Mevar a borrar las especificidades de las diversas practicas a las que se refiere el término. Esto es, en efecto, la principal acusacién que ha sido dirigida contra la teoria post-colonial contemporanea, donde «a post-colo- nialidad» se ve como una condicién personal ambigua que prevalece por todas partes. Segim Loomba, la dependencia de la teoria postcolonial en la critica literaria y cultural, y cn el post-estructuralismo, es en parte res- ponsable de esta situacién. Subraya, sin embargo, que el postcolonialismo es una palabra que solo es ttil si se usa con cautela y matices. Explicando este punto, la autora hace una comparacién reveladora entre el concepta de(patriarcado» en el pensamiento feminista (que se usa para referirse a Ja dominaci6n masculina sobre las mujeres) y ¢l postcolonialismo. Tal como él patriarcado, el término «postcolonial» es util porque indica un proceso general con algunos rasgos compartidos por todo el mundo. No obstante, sin mantener la tensién productiva entre las dimensiones temporales y criticas de lo postcolonial y contextualizar los procesos y prac- ticas que designa, «la post-colonialidade no puede investigarse de manera significativa y, en cambio, el término sempieza a disimular es mismas rela- clones de dominacién que intenta desenmascarar (Loomba! 1998: 19). Ade- ms, puesto que el colonialismo europeo ha sido un fendmeno matizado ~en vez de ser monolitico— una pregunta pertinente que debe plantear- se es la siguiente: :como pueden los criticos postcoloniales estar atentos a estos matices y al mismo tiempo encontrar atributos y rasgos comunes de (MPOSFCOLONIAL®: FI. ESTADO DE LA CUESTION 3 ler y de resistencia? En conclusion, Loomba defiende que para que los estudios postcoloniales mantengan su carga critica tienen que servirse de ‘engagement constante con los desequilibrios neocoloniales en el orden nundial actual. Es decir, para que los estudios postcoloniales sobrevivan manera significativa, «necesitan absorberse mas profundamente en el lentro de las que estan moldeandose instituciones coloniales ¢ ideas en 6 diversas practicas culturales y socioeconémicas que definen nuestra "aelobalidads contempordnea Siguiendo esta revisin de alguna bibliografia acerca de lo post-colonial, " #apropiado considerar algunas criticas principales que se han dirigido —y contindan dirigiéndose— contra el término y el campo de estudio que deno- lina. Evidentemente, sin tal aspecto critico, cualquier valoracién global ‘ode cl proyecto y su politica permanecerd incompleta. Ademas de los ‘debates incesantes sobre el significado y la periodizacion de le post-colo- a a se pueden constatar discusiones cada vez mas acaloradas sobre la-pro- | piapolitica del post-colonialismo. Ln rigor, el debate se ha centrado en la sgitimidad de usar el término «post-colonial» para designar ciertas situa- ‘Clones institucionales, regiones, periodes, sociedades y formaciones socio- lturales, y de hacerlas objetos susceptibles del andlisis post-colonial. Los sontornos de estas discusiones pucden recapitularse y presentarse en tér- " minos generales siguiendo cuatro lineas principales interrelacionadas. ) © La primera critica se centra en el argumento de que el término post{)) } colonial y, por extension, 61 post-colonialismo padece de una ambigiiedad ~ : | parecer limita c onsiderablemente tanto su politica " declarada Como sus orientaciones. Una manifestacion de tal limitacion teé- fica consiste en el hecho de ‘que gran parte de La teoria post-colonial, en su forma contemporanea, reproduce lo que supuestamente intenta eriticar Mas especificamente, varios criticos, hombres y mujeres, han protestado por el hecho de que post en lo post-colonial reinserta la teleologia de la his- ‘toria eurocéntrica, donde todo se concibe en referencia ala época del colo- hialismo europeo (Shohat, 1992; McClintock, 1992; Ahmad, 1992; Dirlik, 1994; San Juan, 1999). Un ejemplo principal de esta critica lo ofrece la obra Aijaz Ahmad (1992), Jn Theory, que describe como quizas el ataque 54 LOS ESTUDIOS POSFCOLONTALES: UNA INTRODUCCION GRITICA mas conocido contra el concepto «postcolonial» y la politica y las insti- tuciones de andlisis cultural que se identifican bajo esa denominacién (Moore-Gilbert et al, 1997). Ahmad (1995: 6-7) no esté de acuerdo con la controvertida manera de usar el post-colonialismo para definirun mode- lo universal de la historia de las ex colonias, y por tanto defiende que: Convendria sefialar, sin embargo, que al periodizar nuestra historia en los términos tripartitos de pre-colonial, colonial y post-colonial, el aparato con- ceptual de la «critica post-colonials privilegia, como algo primordial, el papel del colonialismo como el principio de estructuracién en esa historia, con lo cual todo lo que pasé antes del colonialismo se ve como su propia prehistoria ¥ todo lo que ha sucedido después de él se viviria solo como un periodo pos- terior infinito. Para él, el post-colonialismo parece principalmente una categoria ina- ceptable porque privilegia el colonialismo como el principio de estructura- cién de las historias de ottos pueblos. Ademis, lo que agrava este problema de periodizacién es el hecho de ensanchar arbitrariamente el marco his- térico y conceptual del término scolonialismo» que a su vez sostiene la categoria post-colonial. En suma, Ahmad mantiene que, en términos de poriodizacién histérica, la teoria y la literatura post-coloniales parecen con- ceder mayor interés al pasado colonial en detrimento del imperialismo del presente. Por consiguiente, el interés se ha desviado de los «hechos» de las guerras imperialistas y las economias politicas de explatacién a «ficciones» dé representacién y artefactos culturales. Una respuesta al primer comen- tario de Ahmad puede ser que dado que el impacto global del colonialismo yel hecho de que afecté —y continia afectando— a ciertas regiones y socie- dades durante siglos, seria una irresponsabilidad no someterlo a un andlisis critico continuo. Obviamente, esto no significa en ningiin sentido conver- tirlo én «el principio de estructuraciéne de las historias de otros pueblos En la misma linea de argumentacidn, Harish Trivedi (1996) defiende que la definicién de lo post-colonial que propone The Empire Writes Back (1987), fortmula el término de tal manera «para ver la historia de gran par- te del mundo meramente dividida en dos categorias ondenadas y netamente definidas, la pre-colonial y la post-colonial» (Trivedi, 1996; 235). La forma del post-colonialismo que presenta este libro pone énfasis exclusivo en los trabajos escritos én inglés (0 english como ya he explicado anteriormente), también excluye los trabajos escritos en todos los idiomas nativos que en COLONIAL*: EL ESTADO DE LA CURSTION 5 sade han constituide la esencia de muchas literaturas nativas, y que phtindan haciendo lo mismo en os tiempos post-coloniales. Vijay Kumar 96) cita a Adil Jussawala que afirma que el problema con el término post-colonial» «es que siempre invoca al antiguo colonizador, y el comen- irio de Arun Mukherjee de que el términe «post-colonial sefiala «el pre- Onte del pasador (citado en Kumar, 1996: 196). Kumar defiende en este ntido-que cuando el término post-colonial se usa para referirse a la his- Iria o la cultura de una sociedad lo que hace es privilegiar una fase en (etrimento de las otras historias y culturas que contribuyen a la creacién do una situacién post-colonial. Ademés, el hecho de referirse a una litera- jira como «postcolonial no solo destaca la preocupacion continua de esa iiteratura por la experiencia colonial, sino también impide su integra biel conjunto de literaturas escritas en idiomas «locales», Ana McClintock (citada en Williams y Chrisman, 1993: 293) también, desconfia del término slonial porque implica, a.su juicio, un com iso. con una serie de conceptos occidentales: él tiempo lineal) el desay) lo, 41 progreso, los cuales ticnen historias problematicas. Sostiene que: ‘én Sila teoria pretende descentrar la histotia en términos de hibridez, sin- } cretismo, tiempo multidimensional, etcétera, la singularidad del término j [post-colonial] recentra toda la historia global en torno al tiempo europeo. El geolonialismo vuelve en el mismo momento de su desaparicién. Para algunos comentaristas esta valoraciOn se equivoca al poner dema- ado énfasis en él términe post-colonial, y por tanto no toma en conside- Mracién cl trabajo que ha sido producido bajo su denominacién (Childs ¥ Williams, 1997). Ademas, como defiende Robert Young (2001), la teoria post- Solonial no intenta privilegiar el tiempo colonial, sino sefialar el triunfo jobre él. Es decir, «el ‘post’ marca las muchas victorias valiosas que-no se Mlebe permitir que desaparezcan en la amnesia de la historia» (Young, 2001: 60). Ella Shohat (1992: 104), también expresa su descontento con cl uso lensiblemente globalizante de lo post-colonial respecto al objeto que desig- a, y observa que: El gesto globalizante de ela condicién post-colonials 0 «spost-colonialidade infravalora las miltiples locaciones y temporalidades asi como las posibles rela- -y politicas entre las teorias «post-coloniales» y Tas Tuchas y dis- ti:neo-coloniales contempo: mes discursi cursas anticoloniales © a 56 LOS ESTUDIOS POSFCOLONIALES: UNA IRTRODUCCION CRETICA Shohat también desconfia del hecho de ensanchar el término post-colo- nial para cubrir una gama prolifica de problemas, regiones y sociedades hasta tal extremo que el término ahora es algo que puede verse a lo largo de la historia sea cual sea el tiempo y el espacio. Michael Payne (1996: 424) ofrece una posible respuesta ala acusacién de que la categoria post-colonial, sobre todo tal como se emplea actual- mente en el marco institucional occidental, elimina una serie de diferen- cias, y observa én este sentido que: fistructuradés sobre la base de la diferencia, los estudios postcoloniales siem- pre tienen la obligacion, sefialada por Gayatri G. Spivaky otros-tedricos, de exa- ‘minar continuamente la relacién entre las distintas formaciones postcoloniales ~y de hacerlo sin asumir ni su coincidencia a priori (em el sentido de que una pueda representar a la otra en el mundo académico) ni su discontinuidad tad- cal a priori (en el sentido de que sus diferencias deben ser teorizadas) Un contrargimeénto a favor de mantener lo posteolonial es que, si el ter mino define las naciones del Tercer Mundo segtin su relacin con les pode- res imperiales-europeos en voz de las relaciones entre si, Io hace en un ‘esfuerze descriptive y no prescriptivo,.a fin de hacer visible la homogeniza- ‘ln material que surgié como una consecuencia del dominio imperial tan- to del pasado como del presente. Argumenta ademas (Payne, 1996: 424) qué de hecho, sila d de varias naciones del ‘Tercer Mundo a reflexionar sobre la relacion de untos con otros, eso es algo que se deberia agradecer y ne desconfiar. cién corniin ‘postcolonial’ obliga a los te6ricos culturales En cuanto al argumento de que la denominacién «postcolonial» enfa- tiza mas el peder y el papel del imperialismo, es interesante notar que sorprendentemente esta cuestion se plantea a menudo por parte de los mismos criticos (como Ahmad y San Juan) quienes al mismo tiempo recha- zan ¢l término «postcolonial» porque subestima el impacto del imperia- lismo explotador asi como su funcionamiento continuo. 2) Una segunda linea de critica contra lo post-colonial se ha centrado en el argumento de que la teoria post-colonial se deriva esencialmente de las nde otros mismas preocupaciones y orientaciones que llevaron a la apari proyectos criticos de pracedencia occidental que se asocian con algunos «posts» tales como el post- restruc turalismo, el post-modernismo, el post- ctiticos hoy dia se consideran ontempordnea, sus trabajos continian estando profundamente marcados iho wrosP-COLONIAL®: EL ESTADO DE LA GUESTION 57 arxismo, cl post-feminismo, ctcétera. Mas precisamente, se ha argu- entado que la teorizacién post-colonial no es mas que el nombre de un jintoma producido por teorias post-estructuralistas (Derrida, Lacan, Fou- ault) y reformulade por intelectuales de Jas ex colonias. Lo que se sigue. es la negacion, por parte d les, de nociones como, or ejemplo, a totalidad, las fundaciones o la idea de un proceso histérico finteligible y global (Dirlik, 1994; San Juan, 1999). Se argumenta ademas la dependencia de la teoria post-colonial en una serie ecléctica de posi- ones tedricas deducidas de disciplinas occidentales (como el post-estruc- ralismo francés y la psicologia, entre otras) ha condicionado esta teoria una forma de actividad puramente textual, dejandola sin capacidad para itticular las relaciones entre la post-colonialidad y el capitalismo global lik, 1994). Otra limitacion por la cual la teoria post-colonial contempordnea ha sido: “criticada es su cammesia histéricay con respecto a las condiciones tedricas istéricas que supuestamente han. posibilitadg su surgimicnto, recepcién. Wflorecimiento. Es deci, olvidar que el término post-colonial ya habia sur- ido ent la teoria politica en debates sobre 1a composicion de los estados fe olonizacion (Ahmad, 1992), Arif Dirlik (1999) mantiene este contexto que, én su sentido inicialmente temporal, lo postcolonial se Tefcriria a las colonias recicntemente liberadas y era bastante radical sus implicaciones sociales, econémicas y politicas, que consistian en romper con el pasado colonial para crear nuevas sociedadcs cconémica, jolitica y culturalmentes (Dirlik, 1999: 150). Partes integrales de lo post- lonial de aquel periodo (los sesenta) eran las ideologias de liheracién facional que se basaban, en Ja mayor parte, en programas socialistas de ie tipo y reivindicaban laautonomia nacional completa respecto tanto “del pasado colonial como del presente neocolonial. Estos puntos de parti- dejan de lado en las concepciones contemporaneas de la post-colo- fialidad, que no solo ignoran estos origenes sino también pueden verso jomo una negacién del sentido original de lo postcolonial del cual son pro- La ambivalencia que-yenera este «posicionamiento dialéctico» es toda- a visible, seguin Dirlik, en los trabajos de criticos tales como Edward Said, mo fundadores de la critica postcolonial Por sus puntos de partida; los proyectos postcoloniales anteriores que se w 58 1L0s ESTUDIOS POST-COLONIALES: UNA INTROPUCCION CRETICA guian por programas sociales raditales. De esta manera, lo postcolonial en su forma contempordnea se forja por el distanciamiento de su aspecto revolucionario anterior, lo cual es muy visible en el abandono por parte de la critica postcolonial de dos categorias fundamentales de analisis: la nacion y la clase. Dirlik se explica sefialando que la generaci6n anterior percibia el colonialismo como supresi6n de las identidades nativas reales imaginarias y por lo tanto se propuso recuperar esas identidades a través de la categoria de la nacion. En cambio, la teoria postcolonial contem- pordnea tiendc a identificarse con nociones de hibridez, in-betweenness, marginalidad, zonas fronterizas y otros temas por el estilo. La alabanza por parte de lo postcolonial de estas nociones es una glorificacién contra las demandas:culturales nacionalistas, ademas de que corre el riesgo de eclip- sar los problemas proliferantes de desigualdad social y de opresién. En definitiva, la critica postcolonial (sobre todo en su versién practicada por intelectuales procedentes de las ex colonias briténicas) ha desempefiado un papel importante en reorientar lo postcolonial «de un idioma de revolu- cién dotado del vocabulario de la economia politica, a un idioma cultura- lista de la politica de identidad» (Dirlik, 1999: 153). San Juan (1999) repite esa misma linea de critica cuando defiende que el post-colonialismo pue- de leerse como un sidealismo metafisico que enmaseara sus metas con- trarrevolucionarias ademas de negar sus propios intereses mundanos y su genealogiay (San Juan, 1999: 9-10) La preocupacién central de Dirlik se centra ademas en la relacion.de los inteleetuales past- coloniales con el capitalismo global: el contexto en el qué aparentemente se forman y con el que son complices, y cuye poder repudian én sus trabajos. Pueden ser creibles sus observaciones sobre el ‘surgimiento «académico» de los estudios post-coloniales en el periode con- temporaneo del capitalismo global, pero no necesariamente sus conclu- Siones con respecto a las relaciones de complicidad entre este campo de estudio y la condicién que se supone que lo posibilita. De hecho, la mis- mia observacion podria usarse para sostener que los estudios post-colo- niales han surgido como acto de resistencia contra Ja épaca globalizante y neocolonial del capitalismo, Ademas, la genealogia de. Dirlik-ignora tajan- temente la parte significativa de las raices del campo de critica que consis- ten en la tradicién de los trabajos y el activismo anticolonial de Césaire, Fanon, Gabral/entre otros y otras. La tercera linea de critica a lo post-colonial trata de la politica de Ja posi- sidne la looalizacién de sus autores, Se argumenta que el surgimiento y Wdel:Primer Mundo. Dicho de otra manera, la popularidad lograda por el OsT-COLONLAL: BL BSTADO, DR Las CUESTION 59 crecimiento espectacular de los estudios post-coloniales, como un cam- o de investigacion académica, estan estrechamente relacionados con la iscensién de intelectuales del Tercer Mundo a posiciones prominentes en. 1994) cuyo trabajo se propone abordar las cuestiones relacionadas con la jdentidad y la ubicacién de los intelectuales post-coloniales asi como el ngimniento y el posicionamiento de la teoria post-colonial dentro del mun- o:capitalista contempordneo. Como respuesta a la pregunta frecuente- jente citada que plantea Ella Shohat «;cuando exactamente... empieza lo ipost-colonial’?» (Shohat, 1992: 103), Dirlik argumenta que esto ocurrié ando llegaron los:intelectuales del Tercer Mundo al mundo académico ‘no «postcolonial» en los Ultimos afios tiene, por tanto, menos que ver icon su rigor como concepte, que con da visibilidad creciente» de intelec- adémico occidental que resalta los origenes primer-mundista (y la cacién) del término. En otro ensayo, Dirlik (1999) vuelve a acusar Ia ica post-colonial y alos intelectuales «post-coloniales». Afirma esta vez, (uizds irénicamente, que la idea de una identidad post-colonial puede wrecer trivial en un sentido histérico, ya que wada uno es hoy dia mas 0 jnenos postcolonial y disfruta (o padece) de una u otra forma de hibrideze irlik, 1999: 149). |No obstante, Dirlik contintiia hablando de «la identi- post-colonial como si pudiera penetrar la condicién «masivas y «domi- ite» de la hibridez para discernir una identidad post-colonial «no-trivial» Susceptible de su diseccién analitical ‘Trivedi (1996) defien iw bras past-coloniales sc producen en idas a la metrépolis. Esto a menudo tiene la ia de «el imperio contesta al centro» como decia Salman Rushdie infor- almente.'? Segin Trivedi, ni Rushdie ni los tres autores de The Empire 1. Segiin Trivedi, la frase de Rushdie evoca «el titulo de una pelicula popular de cienci: Gci6n, The Empire Sirikes Back, que 86 produjo en 1980 como continuacién a la pelicula ‘Sar Wars que habia tenida mucha éxltos (Trivedi, 1996: 241) POSTOOLONIAL#! El ESTADO DE LA CUESTION 61 60 Los ESTUDIOS POST-COLONIALES: UNA INFRODUCCION CRITICA légica en cuanto a la situacién del mundo actual, que no representa la olicién sino 1a reconfiguracién de formas mas antiguas de dominacién ‘lik, 1994). La influencia de las teorias occidentales «altas en los estu- ios post-coloniales ha sido sefialada (como se ha indicado anteriormente) bomo.el factor principal que desorienta los trabajos post-coloniales teéri- .é, que con frecuencia se formulan en los mismos idiomas inaccesibles esas teorias occidentales (Loomba, 1997). La incapacidad resultante de 808 trabajos para comunicarse con los sujetos del Tercer Mundo ha Ile- do el proyecto post-colonial muy lejos del terreno de la praxis politica. ‘argumenta, por lo tanto, que cs la situacién institucional de la teoria -colonial en el mundo académico occidental la que ineludible y auto- aticamente cbstaculiza esta teoria para realizar formas radicales y libe- Iadoras de andlisis cultural (Moore-Gilbert, 1997) -Adems, los teéricos post-coloniales han sido acusados de negar a los . palternos y subalternas la facultad de habla, Discutiendo el trabajo de dyatri Spivak, Benita Parry (1987) mantiene que, mientras que Spivak otesta contra él silencio de la posicién subjetiva del nativo en las obras imperialistas, no da ningin papel de habla a las colonizadas. Esta postu- invalida de hecho la evidencia del poder nativo que ha sido registra- por ejemplo, durante centenares de afios de lucha contra la conquista stinica en la India —donde se centra la mayor parte del trabajo de Spi- ik—. Para Ahmad (1992), por ejemplo;-la teoria postcolonial en parti- ular (sobre todo los trabajos de Said y Bhabha, entre otros) representa lina domesticacién desastrosa de las luchas materiales «verdaderas» con- Ja dominacién occidental dentro de un ambito discursive donde la ccturra (0 la critica literaria) aparece como la forma mas apropiada y efi- az de resistencia. Ademas, en virtud de su énfasis en el discurso colo- ihial como objeto privilegiado de andlisis, la critica post-colonial evita la inea de tener que abordar las cuestiones mucho mas urgentes que plan- an las relaciones culturales globales contemporaneas. En suma, con la post-colonial, las formas materiales de activismo se reemplazan ‘ividad textual que toma «la lectura como la forma apropiada politica» (Ahmad, 1992: 3), Hay que admitir que cxiste cierto textua- Smo que se manifiesta en el uso del andlisis del discurso colonial como Writes Back, quienes dicron luego més popularidad a la frase, parecen haber- se detenido para preguntarse simplemente cémo, en su formulacién favo- rita, es el imperio el que devuelve el golpe y no las colonias. Tampoco esta claro si todos los trabajos de las ex colonias muestran algtin tipo de repre- salia critica y anticolonial para justificar la frase «devolver el golpe/con- testare, De esta manera, el proyecto post-colonial resulta una practica de § contestacién no al centro, sino a la ex colonia del que uno se ha desterra- do para instalarse en el centro. En este sentido, después de todo, «es ver- dad que es el imperio que verdaderamente devuelve el golpes (Trivedi, 1996: 243; énfasis en el original). Ademés, los intelectuales post-coloniales han sido criticados por su implicacién en una nueva division internacio- nal de la labor intelectual entre los productores del trabajo literario nativo y el centro teérico universitario occidental que gencralmente se apropia de estos trabajos como ejemplos paradigmiticos del trabajo postmoderno y/o post-colonial. Anthony Appiah (1991) afirma que la post-colonialidad es a menudo la expresién de una sintelectualidad compradora» que tiene 7 forma de un grupo pequeiio de intelectuales y escritores que practican el comercio de los productos culturales del capitalismo en la periferia, Lo que ignora este tipo bastante simplista de argumentacién, sin embargo, es el hecho de que soccidentey no es ideolégicamente homogéneo en si mismo, | | ni es capaz de imponer la obediencia ideolgica a cualquiera que resida dentro de sus fronteras cada vez mas permeables. Young (2001: 62) mantiene, licidamente, que la nocién de ubicacién no esta en si misma definida dado que no se necesita, por ejemplo, estar real- mente trabajando en occidente para ser completamente occidentalizado en lo relativo a la perspectiva que se adopta: La diferencia no-es una cuestion de la geografia sino del lugar en el que los individuos se posicionan y desde el que hablan epistemolégica, cultural y politicamente; a quién se dirigen y cOmo definen sus propios espacios enun- ciativos. Un Cuarto aspecto de critica al post-colonialismo ¢s que expresa una confusi6n politica y metodolégica con respecto a su objeto de andlisis. Es decir, en el ambito tedrico, la teoria post-colonial generalmente tiende a ofuscar los ajustes estructurales globales de poder y las mutaciones del capitalismo. Se ha defendida por tanto que el post-colonialismo, en su sig- nificado de después del colonialismo, lleva a la confusién politica y meto- ee ccién discursiva del colonialism pretenda reemplazar o excluir otras mas de analisis, sean histéricas, geograficas, econémicas, militares o 62 ‘LOS. ESTUDIOS POSTCOLONLALES: UNA INTRODUCCION CRIFICA jarOSPCOLONTAL®: EL ESTADO DB LA CUBSTION 63 Himentales y tensiones persistentes dentro del discurso post-colonial y lps estudios post-coloniales en general. En definitiva, indica la necesidad que siempre hay que anclar lo post-colonial en los fundamentos s6li- de un proyecto critico con orientaciones anticoloniales explicitas y promisos expresamente pablicos hacia la critica y la transformacion iltural.» politicas. Mas bien, Young (1995: 163) sefiala que el andlisis del discurso colonial: Enfatiza que todas las perspectivas sobre él colonialismo comparten y tie nen que abordar un medio discursivo coméin que también ha sido el misino medio del propio colonialismo: el lenguaje que se usa para representar, impo- ner, describir o analizar el colonialismo no es transparente o inocente, ni es ahistérico o simplemente instrumental. Otro ejemplo de la critica en este aspecto lo presenta San Juan (1999) quien centra su critica en la prioridad ontolégica asignada por la «doctti- nae postcolonial al fendmeno de la diferencia cultural entre colonizado y colonizador, junto con su alabanza de nociones de desplazamientos infi- nitos, traduccibnes y negociaciones. La teoria post-colonial se convierte, a fleas diferentes maneras en las que el término se ha conceptualizado y fin de cuentas, en un mundo discursivo de significadores flotantes ¥ meta § {sudo en varias disciplinas asi como en diversos enfoques analiticos y crt foras exorbitantes, contribuyendo a omitir la asimetria objetiva de poder 4 2 Ci mera cita del capitulo, 1a post-colonial parece: y de recursos entre los bloques hegemonicos y los grupos subalternos, Ade- Gicar un concepto heterogéneo cuyo gran alcance conceptual puede on més, la reduccién que hace la teoria post-colonial tanto de la economia der diversas practicas y condiciones asi como diferentes Pu politica como de los hechos de explotacién (que atraviesan las categorias stadolégicos e idealégicos. Esta heterogerividad conceptual del términt de raza, género y clase) a una especie de discurso ¢ intertextualidad ha de plantear la pregunta de si todavia es posible concebir lo post-colo- anulado la posibilidad de intervencién por parte de los sujetos sociales y Lcomo una categoria eficaz de andlisis dotada de herramientas con- colectividades para formar sus vidas. En este sentido, a pesar de su decla- 4 Stuales identificables y de aplicaciones prdcticas, pot muy diversas que rado radicalismo, el discurso postcolonial mistifica los efectos politicos ¢ dan ser. 7 ideol6gicos de la hegemonia postmodernista occidental ¢ impide el cam- lonial Fug a revision ha demostrado, por consiguiente, que lo post: bio, Segiin San Juan, 1999: 21, la teoria postcolonial tiende, de este modo, bdo originalmente por los historiadores después de 1a Segunda Guerra a descartar las cuestiones urgentes de vida 0 muerte fuera de su debate {andial para designar las naciones recientemente descolonizadas, hablan- multioulturalista: ide de esta forma de estados y naciones post-coloniales. En este sentido, el fmino tenia un significado claramente cronolégico nombrando €l perio- ‘posterior a la independencia. No obstanie, desde finales de los aftos seteti-? tltérmino ha sido empleado por los exitioos Literariosten sus andlisis de diferentes efectos cultuale jJonialismo, Jo.cual-era de hecho una inte de su esfuerzo para politizar y enfatizar las preocupaciones de las nue- literaturas y la produccién cultural de las sociadades colonizadas ante. Sriormente. También se ha demostrado que el desarrollo de lo post-colonial del campo de investigacién que designa ha tenido —y continia tenien- no lugar en el marco general del continuo —y a veces doloroso— inter: que llevan a cabo tanto los ex eolanizadores como los ex colonizades para dar La larga y violenta historia del colonialismo europeo moderno. En En este capitulo me he propuesto presentar una introduccién critica a ios estudios post-coloniales snediante una revisién del estado de la ques- fign de lo post-colonial y de algunas bibliografias relevantes a la discusién i Descentrar un discurso uniforme de la modernidad ilustrada 0, a la inver- a, repudiar modelos eurocéntricos para presentar una forma postcolonial ami- ca de descolonizaciin... no libera a los pueblos de color oprimidos como los indios de Guatemala, ni anula en ningiin sentido las condicionalidades im- puestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional sobre Is naciones superexplotadas como Filipinas, Jamaica, ‘Tanzania y otras, Este argumento puede ser creible en ciertos easos, pero no puede en ningtin sentido generalizarse para justificar un rechazo total al proyecto post-colonial en su conjunto, De hecho, evoca algunas problematicas fun- 64 LoS ESTUDIOS POSFCOLONIALES: UNA INTRODUCCION CRITICA este sentido, el post-colonialismo pucde verse, a grandes rasgos, como indi- cador de un consenso comtn politice y moral hacia la historia y los lega- dos del colonialismo. Dentro del contexto de esta interpretacién critica de lo post~ Poolo tila Se presentaron varias definiciones y todas parecian pretender ir mas alla del significado cronolégico del término para explorar su potencial critico ‘como un indicador de una intervencién critica en ciertas situaciones mate- viales, culturales y politicas, Esta posicién se apoya en el hecho de que el ‘término no puede usarse para significar después de la descolonizacién o después de la independencia, simplemente porque las sociedades (post-) coloniales siguen estando sujetas, de maneras sutiles, a formas neocolo- niales de dominacién y explotacién. Por ejemplo, una definicién comin del término es la que se refiere generalmente a todas las culturas que han sido afectadas por la experiencia material del colonialismo europeo, y a literaturas que surgieron de esa experiencia como actos de «protesta» ¥ cuestionamiento con el fin de afirmar su_caracter distintivo y abordar criticamente el poder célonial y sus ideologias imperialistas. Lo post-colo- ial $¢ usa en este sentido para indicar tanto los efectos materiales de la colonizacién como la gran variedad de respuestas cotidianas a las incur- siones miltiples neocoloniales en las sociedades post-coloniales. En el mismo contexte se propuso que la teoria literaria post-colonial surgié con ©] objetivo de abordar 1a incapacidad de las teorias occidentales, muy etno- céntricas, para tratar adecuadamente las-complejidades y la heterogénea procedencia cultural de tos trabajos post-coloniales. Como un acto de enga- gement, la teoria post-colonial 38 produjo para cuestionar radicalmente las teorias occidentates y 10s supuestos en los que se apoyaban, asi como para fe-como un modo de critica resistente que pretende investigar los efectos ales dol colonialiamo occidental en. las culturas post-coloniales, esta- iste proyecto también se caracteriza ‘principalmente por su SaFomiso Ja potenciacién de las capacidades de los marginados y los oprimidos recuperacién de las historias y voces perdidas asi como la puesta de anifiesto de las implicaciones mundanas del mundo académico, = Desde esa misma perspectiva histérica, se ha defendido que lo post- lonial, como una investigacion académica, esté relacionado con la apari- (idn del andlisis del discurso colonial como un objeto de estudio inaugurado op Edward Said cn 1978. La principal aportacién de Said consistié en car: ar el curso del estudio del colonialismo hacia sus funcionamientos dis- rsivos, poniendo de relieve 1a relacién entre ciertas formas de la cultura saber occidentales y la historia del colonialismo y el imperialismo, A sar de sus relaciones metodoldégicas con la «alta» teoria francesa, este ecto que tiene como objeto investigar y explicitar la conigtReaea de parte de la cultura’occidental en las actitudes y valores que sostenian sstacar y expresar, de modo asertive ¢ innovador, las preocupaciones de esas nuevas literaturas. Desde un punto de vista histérico, la practica y 1a teorizacién post-coloniales surgicron mucho antes de que la etiqueta tual se adoptara en la teoria cultural y literaria contemporanea. Mas precisamente, la critica post-colonial se origindé en el momento en que los colonizados empezaron a reflexionar sobre 1a multiplicidad de las ten- Siones provocadas por su condicion, y a expresar esa situacion en una combinaci6n vibrante de los idiomas imperiales y las formas indigenas de _xpresion. Otra definicién destacable propone que lo post-colonial puede entenderse ©omo algo que viené después del colonialismo en su significado original de Cominio directo, pero todavia esta posicionado dialécticamente dentro del » En conclusion, se ha dejado claro que el término post-colonial se usa forma eficaz cuando no se entiende como sinénimo de un momenta onologico posterior a la independencia, sino como un nombre genético de-una intervenci6n critica anti- (0 post-) colonial especifica que’ preter cuestionar la historia y las nuevas configuraciones del Min intento consciente de ir «mds alld» de sus estructuras e ideologias obs- Hhculizadoras. De esta forma, el post-colonialismo no puede considerars: ‘tomo indicio de un estado totalmente logrado, sino como un discurso ant Mipador, reconociendo que la condicién que nombra no existe todavia pera in embargo se es{uerza por logra supervivencia de lo post-colonial, jomo categoria analitica y prac pritica, depende, por lo tanto, de su zs ae v (1) 5 7 66 ‘LOS ESTUDIOS POST-COLONIALES: UNA, INTRODUCCION CRETICA interaccién critica y continua con las propias condiciones locales y globa- les que informan y posibilitan su produccién y recepci6n. A pesar de lo anteriormente mencionado, a menudo el término post- colonial, y el campo de estudio que denomina, ha sido objeto de varias criticas que de hecho demuestran gran parte de lo que ya he llamado la problematica post- colonial. Estas valoraciones criticas pueden recapitu- ), larse siguiendo(cuatro linead principales interrelacionadas. La a primera cri- ))tica esté relacionada cou él argumento de que el término post-colonial Gy Por extensién el post-colonialismo) sufre una ambigdedad epistemolégi- ca que resulta muy limitadora tanto para su politica declarada como para sus orientaciones. Por ejemplo, al describir la historia de las ex colonias en términos como epre-coloniaby, «colonials y spostcolonial, el concepto post-colonial supuestamente hace que las historias!de sociedad enteras sean presas de la historia y teleologia europea. Lo que implica semejante argumento es que las historias de naciones y culturas enteras se tergiver- san completamente, ya qué parecen no tener ninguna existencia o signi- ficando fuera de la Historia oécidental. Evidentemente, este argumento se apoya basicamente en un significado estrictamente cronoldgico de lo post- colonial que ignora por completo la implicacién critica del término como propone la critica post-colonial. ) ) Un segundo argumento contra lo post-colonial es que todo el proyecto (que designa se deriva esencialmente de algunas preocupaciones y orien. ‘aciones que son ajenas a su procedencia supuestamente tércermundists Lista situacién demuestra que es meramente una reconfigutacion o una division de otros proyectos intelectuales hegeménicos que se asecian con Otros «postse, tales como el postestructuralismo, el postmodernismo, el postmarxismo, etcétera. Se defiende, ademas, que la dependencia de la Ia- mada teoria post-colonial de una serie ecléctica de posiciones teéricas acci- dentales, asociadas con nociones como texto y discurso, ha condicionado esta teoria a una forma de actividad puramente textual, dejéndola sin nin- guna capacidad para comprometerse con las preocupaciones «materiales» de Ja vida cotidiana. Esta claro que este argumento se centra en una leo- tura selectiva de algunos trabajas post-coloniales, y de este modo ignora tanto el proyecto post-colonial revolucionario, representado por los teéri- 608 anticoloniales, como las apropiaciones innovadoras de las teorias occi- ie por parte de los criticos post-coloniales contem pot La tercera critica principal que ha sido dirigida contra lo post-colonial éstd relacionada con la ubicacién tanto de su produceién como de sus pro- aneos, figue siendo un terreno de continuos debat sPOSP-COLONIAL*: EL ESTADO-DE.LA CUESTION 67 ctores, La aparicién de la critica y los estudios post-coloniales en univer- ides occidentales y el hecho de que la mayoria de sus promotores estan dos, por mackivow docentes, @-es0s.centros: académicos se considera como go, es que al rigor de cualquier proyecto critico tiene menos pe vercon su. ealizacién geografica que.con las posiciones epistemolégicas culturales ne politicas que declaran pablicamente sus adalides Un aspecto final de critica se centra en el argumento de que lo post- i polonial efecttia una confusién politica y metadolégica con respecto a su bjeto de andlisis.-En sintesis, por causa de su dependencia del anidlisis extual y discursivo, la teoria post-colonial se acusa de representar.una jomesticacion desastrosa de las luchas materiales «verdaderas» contra la 4 ian se apoya en una interpretacién selectiva Jo que en realidad es un conjunto de trabajos muy complejo y diverso fiales que siempre han manifestado efectivamente sus compromisos publi- os hacia los abjetivas de critica y transformacién cultural. | in vista de osas evaluaciones criticas de lo post-colonial, y como ya he idelantado en Ja introduccion, los estudios post-coloniales siguen tenien- jo una serie de problemas relacionados principalmente con sus diversas perspectivas metodolégicas y su posicionamiento institucional, aspectos lie constituyen lo que he denominado 1a problematica post-colonial, La_ Oriclusion principal que se puede extraer de la revision de la Diiogzalia 63 que Ta problematica post-colonial se podria abordar dentro de-dos con- 9 y multidisciplinar del propio campo de los estudios post-coloniales que divergencias y autointe- frogaciones a causa de las diversas contribuciones disciplinarias ¢ idcalé- jicas que intervienen en el mismo, A mi juicio, esto es normal e incluso ecomendable, puesto que ayuda a agudizar el aspecto critico del tema y, iprevienc que se convierta en algo dogmatico. E] segundo contexto estil9) 68 Los ESTUDIOS POSTOOLONIALES: UNA INTRODUCCION critica, 4 relacionado con los pardmetros teéricos e institucionales, principalmen- te occidentales, en los que se sitaa este campo de estudia o se tiende a percibirlo, estudiarlo y preducirlo en la actualidad. Es en este contexto en 4 e}- que sostengo.que cualquier indagacin significativa de lo post-colonial /tadicaria en desestabilizar esos.confines institucionales y tedricos que estan creando mis obstaculos que posibi les para realizat un escruti- nio de gran alcance de este campo de investigacién con su rica diversi- dad. Esta posicién se basa en mi interpretacién de lo post-colonial como: § indieador de un conjunto caracteristicamente heterogéneo ¥ dindmico de practicas politicas, teéricas y estéticas que estan mas arraigadas historica ¥ politico-teéricamente que lo que propone la historia institucional del tema. Esta tarea subversiva supondra necesariamente la reconstruccién de una genealogia provisional de 1a base histérica y teérica de lo post-colo- nial con el fin de situar su surgimiento y desarrollo histérico, lo cual sera @l objetivo del siguiente capitulo

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