Haba una vez tres cabras macho de la misma familia: una pequea e inexperta cabritilla, su padre de mediana edad y mediano tamao, y el abuelo que era una cabra grande y muy lista que lo saba todo. Las tres cabras se queran mucho, se protegan, y siempre iban de aqu para all en grupo, muy juntitas para no perderse por el monte y defenderse en caso de apuros. Un da, a primera hora de la maana, salieron a comer hierba al mismo lugar de siempre, pero cuando llegaron al prado descubrieron que el pasto fresco haba desaparecido. Husmearon a fondo el terreno pero nada No haba ni una sola brizna de hierba verde y crujiente que llevarse a la boca! El abuelo mir al horizonte pensativo. Su familia necesitaba comer y como jefe del clan tena que encontrar una solucin al grave problema. Un par de minutos despus, dio con ella: no quedaba ms remedio que atravesar el puente de piedra sobre el ro para llegar a las colinas que estaban al otro lado de la orilla. Tenemos que intentarlo! Jams he estado all, ni siquiera cuando era un chaval, pero recuerdo muy bien las historias que contaban mis antepasados sobre lo abundante y riqusima que es la hierba en ese lugar. Si el abuelo pensaba que era lo mejor, no haba ms que decir. Sin rechistar, las dos cabras le siguieron hasta al puente. Desgraciadamente, ninguna se imaginaba que estaba custodiado por un horrible y malvado trol que no dejaba pasar a nadie. La ms pequea y alocada estaba ansiosa y quiso ser la primera en cruzar. Cuando haba recorrido casi la mitad, apareci ante ella el espantoso monstruo La pobre se dio un susto que a punto estuvo de caerse al ro! A dnde crees que vas?! Voy al otro lado del ro en busca de hierba fresca para comer. De eso nada, monada! Este puente es mo! Yo tambin estoy muerto de hambre, as que pienso devorarte ahora mismo de un bocado! A la cabrita le temblaba hasta el hocico, pero fue capaz de improvisar algo ocurrente para que el trol no la atacara.