Política Comunitaria Ambiental

y Desarrollo Sustentable
Azócar A.
AZÓCAR A. R
Ramón
AMÓN E.
Agroalimentación & Desarrollo Sustentable Recibido: 22-07-2005 azonaim@hotmail.com
Nº
Nº 77 Art.
Art. 22 pp.
pp. 07-##,
07-22, 2005 Aceptado: 12-08-2005 Universidad Central de Venezuela
ISSN 1690-4745 Publicado: 30-08-2005 Universidad Simón Rodríguez
D.L. pp200302ME1482 © 2005 CIRES Colegio Universitario Fermín Toro

Resumen
El presente estudio surge como necesidad de explorar, desde el ámbito teorético, la razón de ser de la Política Comunitaria
Ambiental, en un Estado como el de Venezuela que teniendo una legislación ambiental se comporta como desconocedor del
espíritu y pensamiento ambientalista. El pensamiento ambientalista se fue dando en Europa y en buena parte del mundo, en
círculos académicos y de la contracultura, a finales de la década de los años sesenta. En el siguiente decenio toma fuerza como
movimiento. En el escenario venezolano se aprecia lo ambiental en razón de la interrelación de tres aspectos: a) necesidades
sociales; b) organización; y c) el medio ambiente; aspectos vinculados con los procesos de participación social, a través de la
construcción de alternativas de cooperación, alianzas, o confrontación entre la diversidad de actores sociales presentes. Nuestra
investigación alcanzó definir que la política ambiental surge como una propuesta integral y flexible, a efecto de que sirva como
guía a la incursión de los ciudadanos en su acción particular de orientar el problema ambiental en su localidad. Para hacer posible
una organización comunitaria ambiental exitosa y proactiva, es necesario promover una Educación Ambiental integral y
comunitaria, que brinde de un marco teórico a la política comunitaria ambiental, la cual es la propuesta de las comunidades
organizadas en planificar y ejecutar en un tiempo y espacio determinado, las premisas básicas de promoción del cuidado y
protección del medio ambiente, en especial, las sociedades subdesarrolladas que no cuentan con programas integrales de
formación y guía en esta área. La figura del desarrollo sustentable aparece como un instrumento organizador y concientizador en
los Estados democráticos para el diseño de políticas públicas ambientalistas.
Palabras Clave: Pensamiento Ambientalista. Política Ambiental. Organización Comunitaria Ambiental. Educación Ambiental
Integral. Política Comunitaria Ambiental. Desarrollo Sustentable.

Environmental Communitarian Policy and Sustainable

Development
Abstract
The present investigation comes as a need to explore, from the theoretical scope, the
reason for the Environmental Communitarian Policiy in a state like Venezuelan, which,
though it has an environmental legislation, acts with disregard of the environmental
thought and spirit. The Environmentalist Thought started in Europe and in many other
countries, within academic and counter-cultural scopes, in the late 1970’s. The following
decade it grew strong as a movement. In the Venezuelan sense, environmental matters
are regarded in accordance to the interrelation of three aspects: a) social needs; b)
organization; and c) environment; aspects which are related to social participation
processes, through construction of cooperative alternatives, alliances or conformation
between the diverse social participants.
Our investigation succeeded in defining that Environmental Policy comes as a flexible
and integral proposal, intended to work as a guide for the citizen’s incursion in their
particular action of orientating the environmental problem in their locality. To make
possible a successful and proactive environmental communitarian organization, it is
necessary to promote a Communitarian and Integral Environmental Education which
many offer a theoretical frame of reference to the Environmental Communitarian Policy,
which is the organized communities proposal to plan and execute in a specific time and
place, the basic premises for the citizen promotion and protection of the environment,
specially, underdeveloped societies which lack of integral guidance programs on this
subject. The figure of Sustainable Development comes up as an organizing instrument in
the democratic states, to design environmental public policies.
Key Words: Ambientalist Thought. Ambientalist Policies. Ambient. Organization
Communitarian. Education. Environmental Comunitarian Politicy. Sustainable
Development .
 Azócar A. Ramón E.
El Pensamiento Ambiental
El pensamiento ambiental en Latinoamérica
A principios del siglo XIX, aparecen en el continente
europeo los primeros trabajos acerca de la preocu-
pación por la gestión de los recursos de los nuevos
territorios, a través de diversos escritos que abordaban
esta problemática.
La vieja tradición en la descripción de territorios, que
tomaba como unidad la cuenca hidrográfica, dejó paso a
un nuevo enfoque en el que las unidades territoriales
venían caracterizadas por la altimetría (orografía), el
clima y la vegetación, desarrollando de ésta manera
diferentes aspectos de tipo protoecológico presentes en
los trabajos que a principios del siglo XIX había
desarrollado Alexander von Humboldt.
Estos enfoques se plasmaron en importantes
manuscritos, pero uno marcó la técnica y la dialéctica de
este proceso de conocimiento ambiental, nos referimos a
las Reseñas geográfica, geológica y agrícola de España,
publicada en 1859 por la Junta General de Estadística,
escritas por Francisco Coello, Francisco Luxan y
Agustín Pascual. Este primer intentó regionalizar la
península basado en criterios protoecológicos, además
de tener un valor histórico puso de manifiesto algunas
otras cuestiones de interés. La principal es la dificultad
de hacer encajar unidades territoriales de tipo ambiental
con las unidades político-administrativas vigentes.
En efecto, los distritos forestales nunca se organizaron
en base a las regiones definidas por Pascual sino en base
a la división provincial, haciendo coincidir, en la mayor
parte de los casos, el distrito con la provincia (con
alguna excepción, en la que varias provincias
constituían un solo distrito). La situación económica y
los intereses políticos caciquiles, explican este hecho
que, por primera vez puso de manifiesto la contradic-
ción existente entre una división administrativa basada
en herencias históricas del pasado y las necesidades
impuestas por una buena administración de los
recursos basada en criterios científicos que demandaba
un tipo de unidades de gestión totalmente diferentes.
El pensamiento ambientalista surgió en un comienzo
como preocupación intelectual, se fue dando en círculos
académicos y de la contracultura, con mayor fuerza a
finales de la década de los años sesenta. En el siguiente
decenio toma fuerza como movimiento.
Según nos dice Paul Erdman1, la crisis petrolera de 1973
constituye un poderoso detonante que muestra la
1 ¿Y después qué? Sobreviva a la próxima crisis económica y
benefíciese de ella. Caracas, Editorial Grijalbo, 1989: 19-47.
8
magnitud del problema energético en el planeta, al final
de una onda larga de desarrollo económico que se inicia
en la segunda posguerra. Por ese entonces se va
evidenciando la degradación ambiental, el despilfarro
de materiales y energía y la destrucción de ecosistemas,
todo lo cual se deriva de la modalidad de crecimiento
económico propio tanto de los países capitalistas como
de los países socialistas. En este decenio se acrecienta un
disperso pero activo movimiento ambientalista, en
particular en los países económicamente más
avanzados, corrientes que coinciden con las críticas
tanto a cierto modelo tecnológicamente predominante
como al derroche y la alineación propios de una
sociedad consumista a ultranza, que parecería encontrar
en esta forma de opulencia la concreción máxima de su
modelo de sociedad.
El movimiento ambientalista, agrega Erdman, no ha
sido nunca homogéneo en sus diagnósticos ni en sus
propuestas. Una corriente romántica, primitivista y
antioccidental, busca un mítico regreso a naturaleza,
haciendo caso omiso de las mediaciones históricas que
ya irreversiblemente forman parte del hombre moder-
no, en nuestra aldea global. Otra corriente, voluntarista,
utópica y radical, hace de la conquista del Estado y la
socialización de los medios de producción la condición
para superar un desarrollo depredador de los recursos
naturales.
Ya para la década de los ochenta, a percepción de David
Reed2, va siendo claro que la problemática ambiental
forma parte de la redefinición de la modernidad,
trascendiendo de la simple diferencia socioeconómica
de sistemas políticos, para replantearse como una crítica
de los modos dominantes de producir y consumir en
nuestras sociedades industriales.
En América Latina el movimiento ambientalista
comienza a generalizarse en la década de los años
ochenta, conquistando algunos ámbitos de la sociedad
civil y presionando al Estado para incluir en su política
esta dimensión del desarrollo.
A todo esto, es importante, en la percepción de ese
pensamiento ambiental latinoamericano, ubicar las
líneas de información y estilos que el modelo
ambientalista tiene en el mundo, a efecto de
proyectarlas sobre la realidad regional de América
Latina.
Un modelo de ejecutoria de una política ambiental
exitosa es el que podemos apreciar en los países
2 Ajuste estructural, ambiente y desarrollo sustentable. Caracas,
Editorial Nueva Sociedad (en coordinación con el Fondo Mundial
para la Naturaleza-WWF y el CENDES) ,1996: 41 y ss.
 Política Comunitaria Ambiental y Desarrollo Sustentable
nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y representativo, en este sentido se inscribe su propuesta
Suecia), en los cuales el problema del medio ambiente de una “ciudadanía ambiental global”, en la cual cada
se ha incluido en la agenda de la Participación persona es responsable de su entorno natural
Ciudadana, como punto primordial para alcanzar un inmediato, conservándolo y generando las condiciones
desarrollo humano en parámetros aceptables de de control que hagan posible una vida más equidistante
excelencia y bienestar. Según nos documenta José Luis con la riqueza se la naturaleza.
Ramírez González (“La Participación Ciudadana en los
Esto nos lleva a la historia ambiental en América Latina,
países nórdicos: experiencia de Suecia”, Conferencia de
la cual, como ya hemos explicado anteriormente, se ha
noviembre de 1992, Madrid-España), la participación
desarrollado bajo la influencia externa y, sobretodo,
ciudadana no se conforma con la elaboración de una
siguiendo los patrones de otras subdisciplinas
información unidireccional, ni con la mera exhibición de
históricas. En primer lugar, empieza a escribirse desde
planes ya elaborados y a punto de aprobarse. Se trata de
el mundo industrial y hacia los países que tradicional-
abrir un diálogo en dos direcciones: una que dé
mente han interesado a los circuitos académicos del
posibilidad a los ciudadanos de comprender más a
“norte”; en segundo, ha adolecido de la igualmente
fondo las intenciones inspiradoras de la gestión
tradicional falta de comunicación entre los países
municipal y sus planes, los detalles de la situación y los
latinoamericanos lo cual ha dificultado el intercambio
problemas que plantea la realización del plan; la otra
de experiencias y la producción significativa de proyec-
consistente en organizar la recogida de opiniones
tos conjuntos, o por lo menos de trabajos comparados.
enraizadas en la vida y los lugares cotidianos y de datos
concretos de la situación afectada por el plan, que En cuanto a la dependencia de los países industriales,
normalmente son ignorados o desatendidos por los ésta se explica por los fuertes vínculos bilaterales entre
expertos. universidades de los países del norte y del sur, y en la
destinación de los recursos internacionales académicos
De manera concreta agrega Ramírez González3 : “En la
y de investigación que se orientan casi exclusivamente
sociedad nórdica moderna los contactos sociales no se
hacia países como México, Brasil, Argentina y los países
desarrollan ya en la localidad donde se habita, donde
andinos centrales, sobretodo Perú. Así, la mayoría de
cada uno paga sus impuestos y están emplazados todos
los estudios que han empezado a publicarse siguen los
los servicios básicos. El marco de contacto social más
circuitos investigativos y editoriales Sur-Norte-Sur y
importante son hoy los lugares de trabajo, donde los
difícilmente circulan entre los países de la región
individuos (ya tanto hombres como mujeres)
Latinoamericana.
permanecen la mayor parte de su tiempo activo;
personas de ayuntamientos diferentes conviven en el Una buena parte de los trabajos de historia ambiental en
trabajo, lo cual no favorece el debate espontáneo activo América Latina se refieren a la región amazónica
acerca de los temas del respectivo régimen local.” brasilera, siguiendo en segundo lugar la preocupación
por el desarrollo de zonas campesinas mexicanas y en
A esto se une, argumenta Ramírez González, el interés
tercero los estudios sobre las transformaciones
en los temas ambientales, no sólo como esnobismo
ocurridas en diversas islas del Caribe. Otros trabajos se
social, sino como tema de discusión para buscar
dedican al análisis de aspectos ecológicos en zonas
alternativas de disminución del impacto ambiental en
andinas, siguiendo la tradición de la influyente obra de
las comunidades organizadas. La sociedad nórdicas, en
John Murra. Además de este cuerpo de literatura se
general, no dejan al Estado la preocupación por dar
encuentran algunas referencias aisladas para otras
respuestas acerca de las medidas al Medio Ambiente,
regiones en Latinoamérica y la mayoría de los estudios
sea para su protección o control, sino que en el ámbito
surgen en el contexto de una historia social y económica
local generan políticas muy específicas asumiendo la
ya consolidada.
realidad del entorno y las condiciones de riesgo de cada
comunidad. Dentro de los más recientes trabajos, que aportan una
visión diferente, vale la pena destacar el libro de Elinor
La aparición de la ingeniería social crea un
G.K., Melville, A Plague of Sheep. Environmental
municipalismo cientificista que ha hecho que la
Consequences of the Conquest of Mexico, en donde la
sociedad nórdica tenga éxito en el esfuerzo por abrir
autora, profesora en York University en Toronto,
canales de diálogo cuya condición imprescindible es la
desarrolla un estudio original acerca del efecto de la cría
interpretación de las reivindicaciones participativas
de ovejas en México a partir de la llegada de los
como un resultado de la evolución del sistema
españoles. El ejercicio que presenta Melville indica
cómo la mirada hacia un proceso de adopción de una
3
especie domesticada puede explicar un contexto más
www.ub.es/geocrit/jlramir.htm
amplio que la historia regional partiendo de un análisis
9
 Azócar A. Ramón E.
estrictamente ambiental y no al contrario, como en la
mayoría de los otros trabajos revisados aquí, los cuales
presentan el tema ambiental como una variable más
dentro de un análisis histórico general más tradicional.
La historia ambiental en Latinoamérica ha empezado a
retomar el concepto de la relación descentralizada y
multicultural, especialmente en el proceso de
colonización y ha empezado a descubrir los
mecanismos de negociación entre los dos mundos, el
europeo y el americano, a partir del control de las
riquezas naturales por parte de las sociedades locales.
El tema del sitio y la identidad y todas las reflexiones
alrededor de la construcción del paisaje, con
importantes referencias a la historia económica, han
alimentado la nueva historiografía ambiental regional.
La aparición de los paisajes, las identidades y las
sociedades híbridas en el continente latinoamericano,
sugieren el uso de las teorías de la complejidad y las
teorías de sistemas para acceder al fortalecimiento de
una nueva historia ambiental.
En Ica, el 12 de Octubre de 1989, ciudad del Perú, capital
del departamento homónimo, situada a 406 m sobre el
nivel del mar, los Jefes de Estado de Argentina, Brasil,
Colombia, México, Perú, Uruguay y Venezuela, reunidos
los días 11 y 12 de octubre de 1989, realizaron la Tercera
Cumbre Presidencial del Mecanismo Permanente de
Consulta y Concertación Política, aprobando en el ámbito
ambiental la siguiente declaración: “Reiteramos nuestra
preocupación por el deterioro del medio ambiente a
escala global. Asimismo, declaramos nuestra decidida
voluntad de continuar adoptando medidas a nuestro
alcance con miras a su restauración y sostenida
conservación. Este alarmante deterioro tiene su origen,
fundamentalmente, en los modelos de industrialización y
en los patrones de consumo de los países desarrollados.
Como reflejo de su responsabilidad en esa materia y
también de su mayores disponibilidad de recursos,
dichos países deben contribuir mayoritariamente para
revertir los procesos que atentan contra el equilibrio
ambiental de nuestro planeta, tales como la destrucción
de la capa de ozono, la inducción de alteraciones
climatológicas como consecuencia, sobre todo, de la
quema inadecuada de fósiles y el manejo
ambientalmente irracional de desechos peligrosos y su
transferencia a los países en desarrollo.
“Expresamos nuestra disposición de seguir
profundizando la colaboración regional en materia
ambiental así como de recibir la cooperación de países
extrarregionales y de los organismos internacionales
que estén en condiciones de contribuir a la puesta en
práctica de proyectos y programas sobre conservación y
preservación del medio ambiente, de acuerdo con las
prioridades de nuestros gobiernos y el derecho
10
soberano de administrar racionalmente nuestros
recursos naturales...”4
Lo denominada “Declaración de Ica”, es una muestra de
la voluntad política que se expresa en latinoamérica
para afrontar el problema ambiental. Cuando se habla
de revertir los procesos que atentan contra el
equilibrio ambiental de nuestro planeta, se está
haciendo mención a la disposición Gubernamental de
tomar medidas de conservación ambiental, en el marco
de Políticas Ambientales de Estado; así mismo cuando
se expresa que se profundizará la visión ambiental de
los Estados latinoamericanos firmantes del acuerdo, se
expresa claramente la creación de programas y
proyectos de conservación y protección del medio
ambiente. En una palabra, se hace constar que hay
lineamientos claros sobre los caminos que ha de
recorrer la política estatal para adecuar su legislación y
procedimientos hacia el cuidado del medio ambiente.
Evolución del Pensamiento Ambiental
Internacional
La Conferencia de Estocolmo, en la década de los setenta,
con la participación de 113 países, fue uno de los
antecedentes más importantes de la revisión del
pensamiento ambiental en el ámbito mundial, se dio
auspiciada por las Naciones Unidas, con la idea clara de
crear una legislación ecológica proyectada hacia una
dimensión internacional institucionalizada.
Pero este no fue el único esfuerzo. Con una menor
significación mundial, en esa misma década de los
setenta, se sucedieron varios encuentros y reuniones.
Así, la Conferencia Europea para la Conservación de la
Naturaleza, celebrada en Estrasburgo en febrero de
1970; la Conferencia sobre Alimentación, en Roma, en
1973, que rebasó fácilmente los temas estrictos de stocks
de alimentos para dar entrada a problemas ecológicos
globales al preguntarse por las causas del hambre en el
mundo; la celebrada en Bucarest en 1974, declarado
“Año Demográfico Mundial”, donde volvieron a
considerarse los problemas de crecimiento de la
población, ya tratados en 1954, en Roma y en 1965 en
Belgrado, y que, a juicio de muchos tratadistas
partidarios del crecimiento cero, resultó decepcionante;
la de Vancouver, en 1975, sobre vivienda y hábitat; la de
Mar del Plata en 1976, sobre el problema de las reservas
de agua, amenazadas no sólo por la mayor demanda
sino también por un uso inapropiado. Estos son sólo
algunos de los encuentros más citados que muestran la
creciente preocupación que los temas ambientales
fueron suscitando a lo largo de la década.
4 Declaración de ICA, Ica, 12 de Octubre de 1989. (Subrayado nuestro)
 Política Comunitaria Ambiental y Desarrollo Sustentable
Desde 1949, fecha en que se celebró la reunión sobre
problemas medioambientales en Lake Success (Nueva
York), los temas ecológicos en las Naciones Unidas se
trataron siempre en el seno de la UNESCO. A partir de
la Conferencia de Estocolmo, sin embargo, se creó el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA), con sede en Nairobi; regido por
un consejo de 58 miembros de diversos países del
primero y tercer mundos y escasa representación del
segundo, los temas que aborda el PNUMA son
amplísimos y diversificados y no procede entrar en
ellos. Sólo resaltar lo que supone de instituciona-
lización, a nivel mundial, de la preocupación por el
medio humano, con la consiguiente materialización en
documentos y planes de acción que, a lo largo de estos
últimos años, el “Programa” ha hecho públicos y
ofrecido a los gobiernos del mundo.
En la Conferencia de Estocolmo se suscribió la
“Declaración sobre el Medio Humano”; Este documento
contiene, en los siete puntos de su preámbulo, un
conjunto de presupuestos interesantes en orden a
considerar el papel y lugar del hombre en el medio en el
que vive.
El documento suscrito en Estocolmo hace hincapié en la
protección y mejoramiento de las condiciones
ambientales, y presentando el problema ambiental
como tema del subdesarrollo y del crecimiento
demográfico, ante todo lo cual se aboga por una
reorientación de los actos estatales, cuyas decisiones
han dado como consecuencia un deterioro del nivel de
vida en los países subdesarrollados.
Los 26 principios que contiene la “Declaración”
comienzan con el reconocimiento del derecho a vivir en
un medio con calidad de vida digna, y de la obligación
de protegerlo y mejorarlo para las generaciones
presentes y futuras, a lo que se insta en la redacción de
los principios, atendiendo a capítulos específicos de
problemas ecológicos.
Uno de los más importantes resultados, en cuanto a
acciones decididas por parte de los gobiernos, de todo el
movimiento registrado tras la Conferencia de Estocolmo,
tal vez sea el encargo que el presidente Carter hizo, en
su discurso al Congreso de los Estados Unidos el 23 de
mayo de 1977, al Council for Environmental Quality, en
colaboración con otras muchas instituciones federales.
Carter pidió una investigación de un año de duración
acerca de las previsibles transformaciones en la
situación de la población, de los recursos naturales y del
medio ambiente en los años que restaban hasta el final
del siglo. Un estudio que, según declaró entonces,
serviría de fundamento para la planificación a largo
plazo de su gobierno. La investigación duró tres años y
11
se publicó en 1980 bajo el título de The Global 2000.
Report to the President of the U.S.
En 1982, argumenta Nicolás M. Sosa5, al final de la
“década ecológica” de los setenta, los países miembros
del PNUMA se reunieron en Nairobi, elaboraron una
Declaración, a modo de solemne decálogo que no
ofrece, precisamente, un panorama alentador. Tal vez
nunca como entonces apareció tan claramente la
interconexión de los problemas específicamente
“ecológicos” o “medioambientales” y los que derivan
del contexto internacional de guerra fría, así como del
consumo y de la planificación del despilfarro.
El Plan de Acción 1982-1992 elaborado en Nairobi
estableció muy claramente las tendencias, los problemas
y las prioridades; su carácter no vinculante y la falta de
un verdadero poder mundial ecológico es algo de lo que
eran muy conscientes las organizaciones ambientalistas
no gubernamentales que asistieron a Nairobi. Tal
sentimiento queda patente en el Mensaje de Apoyo a la
Vida que redactaron al final de la reunión. En uno de
sus párrafos leemos: “No sólo tenemos el deber de la
esperanza sino que todos tenemos el deber de la
acción”. Ante el fracaso de la esperanza en las políticas
y en las instituciones, la década de los ochenta se
circunscribe como la década de la revolución de la ética
ambientalist, es decir, la del desplazamiento de la
reflexión al terreno de la conciencia moral y de la
búsqueda de fundamentación de unos “deberes
ecológicos” reconocidos por todos.
Esta visión ambiental se sustenta en los países de
América Latina6 con reformas políticas puntuales en el
ámbito ambiental, a través del comunitarismo
ideológico. Ese mismo comunitarismo que promovió a
comienzos del siglo XX, la creación de un Estado
Socialista en el cual todos tuvieran participación en la
construcción de una sociedad igualitaria.
De uno de los dictámenes del primer Congreso de la
Federación Regional Española (1870), se puede extraer
la siguiente declaración: “La cooperación de producción
en sí, o como término, está ya juzgada; es una
institución puramente burguesa que sólo puede realizar
la emancipación de una insignificante parte de nosotros
y cuyo desarrollo no fuese posible dentro de la actual
sociedad, nos llevaría, a la creación de un quinto Estado
social mucho más infeliz, mucho más explotado de lo
que es hoy la clase trabajadora.”
5 Ob.cit.1996
6 Según algunos ejemplos citados por Mario Arrieta Abdalla (1987)
“Política y ecología en las formaciones económico sociales
americanas”.Nueva sociedad. Caracas, enero-febrero 1987, págs.74-84.
 Azócar A. Ramón E.
En efecto, el pensamiento comunitario parte de la idea
de que el capital ha de estar al servicio del hombre y de
su trabajo, y no al revés, como ocurre en el sistema
capitalista. Las personas en un sistema comunitario
gestionan ellas mismas sus propios asuntos. Son sujetos
del proceso productivo y no meros objetos o
instrumentos al servicio y subordinados al capital. Aquí
es el capital el que está subordinado al trabajo; las cosas
a los hombres. No es pues, extraño que los movimientos
libertarios hayan sido los grandes teóricos y promotores
del pensamiento comunitario.
El comunitarismo encara un argumento en donde los
bienes sociales de la naturaleza y de los hombres son de
origen colectivo, asequible al común de todos los
hombres y no perteneciente ni propiedad de nadie. Es
este pensamiento el que converge con el ideario
ambientalista de finales de los noventa y comienzos del
siglo XXI. Se habla de una “política comunitaria
ambiental” la cual tiene dos caras de presentación: la
promoción de acciones concretas del Estado hacia la
protección del medio ambiente; y la Educación
Ambiental como instrumento de concientización en las
sociedades modernas para el control y seguimiento del
tema ambiental.
En 1998, como documento del Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se publicitó
el Proyecto “Ciudadanía Ambiental Global en la región
de América Latina y el Caribe”, para una duración de
tres años, a partir de junio de 1998, el cual tendría como
Organismos ejecutores al PNUD y PNUMA, para
afrontar las áreas focales del FMAM: Diversidad
biológica, cambio climático, aguas internacionales y
agotamiento del ozono. Este proyecto se basaba
fundamentalmente en la ejecución de actividades
nacionales de concientización orientadas a la
consecución de beneficios para los países, tales como la
reducción de la contaminación, el uso eficaz de los
recursos y la conservación de los recursos biológicos de
interés común. El proyecto movilizó el apoyo de los
grupos nacionales que participaron en esas actividades
ambientales, a fin de alcanzar los objetivos de los
programas operacionales del FMAM.
El Proyecto llegó a ejecutarse con relativo éxito,
firmándose en el 2004 una nueva etapa para su
diversificación y concreción en países de América
Latina. El programa de Educación Ambiental sigue
siendo la bandera para proyectar todas las necesidades
y requerimientos para una política ambiental integral,
pero ello lo único que ha demostrado hasta ahora es que
sólo con conciencia no se logran los objetivos
ambientalistas, se requiere autonomía y profundización
del rol comunitario de las organizaciones que se formen
12
bajo el objetivo de preservación y conservación del
medio ambiente.
La política ambiental ha de ser la que surja como una
propuesta planificada del Estado para acometer el
problema ambiental; esa propuesta ha de ser general,
integral y flexible, a efecto de que sirva como guía a la
incursión de los ciudadanos en su acción particular de
orientar el problema ambiental en su localidad. Esa
nueva etapa que genera las condiciones de legislaciones
claras en razón del tema ambiental, hace posible
orientar el interés de la comunidad hacia sus problemas
de impacto ambiental directos. Es cuando podemos
hablar de una política comunitaria ambiental que no es
más que la profundización de las directrices generales
que marca un Estado, pero sin la participación de los
intereses de ese Estado en la confección de programas y
proyectos de tipo ambiental. La organización
comunitaria debe hacer prevalecer su autonomía y
pertinencia, sólo así es posible atacar los problemas
puntuales que en razón del tema ambiental están en el
tapete de la opinión pública.
Política Comunitaria Ambiental
La política comunitaria ambiental es la propuesta que la
sociedad civil organizada planifica para ser ejecutada en
un tiempo y espacio determinado, bajo las premisas
básicas de promoción del cuidado y protección del
medio ambiente y el fomento de la Educación
Ambiental como instrumento de concientización en las
sociedades modernas, en especial, las sociedades
subdesarrolladas que no cuentan con programas
integrales de formación y guía en esta área. En esta
propuesta, el Estado aporta el marco legal y el apoyo a
la iniciativa de la comunidad organizada, sin intervenir
ni influir en las acciones que las organizaciones civiles
hacen para preservar el medio ambiente en su espacio
público local.
Para promover los mecanismos de acción de la
comunidad en razón del tema ambiental, se tiene que
partir de la implementación jurídica e institucional de la
Participación Ciudadana como medio para alcanzar el
fin máximo de una autonomía de las comunidades en lo
concerniente a la valoración de la opinión de los
ciudadanos en los asuntos de política pública.
Para Sonia Fleury7 , de la Escuela Brasileña de
Administración Pública y Empresas - Ebape. Funda-
ción Getúlio Vargas, “…la evolución del debate sobre
gobernabilidad democrática en las últimas décadas no
ha sido capaz de superar las limitaciones impuestas por
el modelo de democracia representativa, asumido como
7 En línea: http://www.iigov.org/pnud/bibliote/
 Política Comunitaria Ambiental y Desarrollo Sustentable
parámetro para el rediseño de la institucionalidad… (,
lo cual nos sugiere que) sólo con un nuevo modelo de
democracia que asocie la democracia representativa con
la democracia deliberativa se generarán las condiciones
necesarias para la concertación social en una esfera
pública ampliada, que permita la creación de un nuevo
pacto político, capaz de dar sustento a las políticas
públicas redistributivas”. Esta visión de Fleury se
amolda perfectamente a la realidad de los hechos que
en el ámbito institucional han surgido en Venezuela. La
Constitución de 1999, diseñó las beses de una nueva
forma de Sistema Político Federal, en el cual la
democracia por sí misma se denominaba participativa y
para profundizar esa visión de participación, le dieron
el calificativo de “protagónica”. Por lo tanto, en el caso
venezolano, la experiencia comunitaria parte de la base
de un Sistema Político que consagra el rol de la
participación ciudadana no sólo como modalidad de la
democracia, sino como fin mismo de la democracia.
Claro está esta es la realidad institucional, la realidad
política nos advierte que ha habido un punto de vista
equivocado en la concepción del modelo participativo,
en tanto y cuanto se ha presentado la Participación
Ciudadana como sinónimo de la participación política,
que es una parte de la Participación Ciudadana, no toda
su razón de ser en el ámbito institucional.
Para que se produzca una concepción objetiva y real de
la política comunitaria ambiental, es necesario que
exista una Participación Ciudadana efectiva y
reconocida por la institucionalidad del Estado. En el
caso de Venezuela esa realidad es palpable en el marco
constitucional de 1999, así como en algunas de las
legislaciones regionales, caso del Estado Lara y
Carabobo, que han creado una reglamentación que abre
los caminos para la interpretación de modelos y
esquemas de organización de la sociedad, a efecto de
dotar a las comunidades de canales de participación que
hagan posible la autonomía de grupos de la sociedad en
la búsqueda de soluciones y control en asuntos
inherentes a su localidad, en donde el tema ambiental
no es ajeno.
Una visión integral de la gestión y la regulación
ambiental no puede soslayar los aspectos de una
política comunitaria ambiental. La evolución de los
enfoques de manejo de los problemas ambientales a
partir de los años 70, ha culminado en esta estrategia de
organización social, en la cual la optimización de los
procesos productivos, la adopción de tecnologías
limpias y la protección ambiental, sustituyen a los
enfoques de control y remediación, al dispendio de
materias primas y recursos naturales, así como a la
pugna artificial entre beneficios ambientales e intereses
económicos.
13
La política comunitaria ambiental se ha estructurado
progresivamente en razón de estrategias de
optimización de los recursos naturales y de las propias
actividades industriales, tanto desde el punto de vista
ambiental como del de rentabilidad y competitividad.
Las líneas esenciales de estas estrategias pueden
resumirse de la siguiente manera: Una nueva relación
de la industria con el ambiente, en la que se considera a
este último como componente inherente a la produc-
ción; en esta lógica, la industria asume principios como
el de que “quien contamina paga”; La modernización de
la regulación ambiental, mediante la cual se busca
reducir la sobrecarga burocrática y los costos
administrativos de la regulación, a la vez que se concilia
el desarrollo de normas y regulaciones ambientales con
criterios de productividad y se procura sintetizar la
eficiencia y la rentabilidad de las empresas con la
protección ambiental; y La necesidad de las empresas
de enfrentar la competencia internacional y de ajustarse
a normas de calidad y otros estándares internacionales
como las normas de las series ISO-9000 e ISO-14000.
La política comunitaria ambiental se ha de considerar
(siguiendo las líneas de las propuestas que han
emergido en los acuerdos Internacionales) como un
componente prioritario a ser respetada y tomada en
cuenta por los programas e instrumentos de los
Gobiernos en la elaboración de sus “Programas para
mejorar la calidad del medio Ambiente”, donde se
reconoce que la regulación ambiental puede ser un
factor impulsor de la competitividad cuando se traduce
en nuevos esquemas de cooperación entre el gobierno y
las empresas.
La generación de políticas comunitarias ambientales
incluye entre sus objetivos y orientaciones el promover
la minimización en la generación de los residuos
industriales peligrosos, incentivando la modernización
y optimización de los procesos y la adopción de
tecnologías limpias. De esta manera, se reconoce que la
solución más eficaz a los problemas de contaminación
ambiental es evitar la generación de residuos, por
medio de la aplicación de tecnologías limpias que
corrigen el problema en su origen. Esta solución puede
ser adoptada tanto en las industrias nuevas como en
aquéllas que procuran la modernización de sus
instalaciones productivas.
Si bien es cierto que las soluciones en el ámbito de
política ambiental son casi las mismas, con alguna que
otra variante, que han sido planteadas en el pasado
desde una perspectiva tecnocentrista, no es menos
cierto que la forma de acometer estas políticas en el
ámbito comunitaria es la que le brinda nuevas
posibilidades de acción y factibilidad en el estado
moderno democrático. La política comunitaria
 Azócar A. Ramón E.
ambiental, como ya hemos referido, supone la relación
del Estado en asuntos vinculados al acontecer ambiental
inmediato, en donde el colectivo no participa en una
actividad pública, sino en una actividad social que,
eventualmente, requiere apoyo del Estado, pero que sus
metas y objetivos están circunscritos a su actuación
como sociedad civil organizada. La política ambiental
por su parte, como expresión tecnocentrista del Estado,
se ha limitado por su parte a propiciar canales de
participación pública no sociales, he allí la gran
diferencia entre una concepción del problema desde el
punto de vista comunitario y otra desde el punto de
vista de Estado.
Si bien es cierto la política comunitaria ambiental no
tiene un esquema definido en las legislaciones
latinoamericanas8, sólo es un aparte propuesto por
organizaciones no gubernamentales y movimiento
ambientalistas, sin embargo, su confección obedece a las
normas elementales que en torno al ambiente han
quedado tanto de la Conferencia de Estocolmo en el 72,
como la de Río en el 92; siendo nuestro aporte teorético
en este ensayo la descripción de los aspectos y actitudes
que haría posible en latinoamérica poder contar con una
reglamentación más entendida del problema ambiental
y por ende con mayor convocatoria para la solución del
mismo con la participación de los ciudadanos.
La internalización de los costos ambientales por las
entidades generadoras de bienes y servicios, ha sido la
fuerza motriz de una serie de cambios en este concepto
de política pública, destacándose los siguientes aspectos
centrales que vendrían a dar cuerpo a una acción
estratégica que todo Estado debe prever en lo
concerniente a la gestión ambiental: El concepto clave es
reducir la contaminación desde la fuente de generación,
esto puede ser por reducción de volumen del
contaminante o bien, por la reducción en la toxicidad
del mismo; El alcance de la responsabilidad ambiental
de la entidad generadora se ha de extender hasta cubrir
todo el ciclo de vida; y La contaminación tiene que
verse como un mal necesario para visualizarse
principalmente como un indicador de ineficiencia y
atraso tecnológico.
8 Se dice que el problema ambiental es un tema que puede ser
abordado en el ámbito de la Participación Ciudadana; pero es que en
América Latina se ha confundido el papel de la Participación
Ciudadana, al punto de ser entendida como expresión de los
fundamentos de la Participación Política. Por lo tanto, todo aquello
que se plantee en razón de una propuesta organizativa viciada por el
Sistema, tendrá sus vicios e incompetencias. A esto se debe que en el
ámbito legislativo no existe un camino definido de cómo y hacia
dónde ha ir la organización de la sociedad para promover políticas
comunitarias ambientales.
14
La elaboración de políticas comunitarias ambientales
incluye un espectro de estrategias tales como: Políticas
para la administración de inventarios, para evitar el
desperdicio de materias primas; reformas para
implementar la reingeniería de los procesos, equipo o
productos, buscando una minimización de los residuos
a través de buenas prácticas de manufactura y el mante-
nimiento preventivo de los e quipos e instalaciones;
promover las prácticas de uso eficiente de energía y de
uso eficiente de agua ; políticas de reciclaje y rehusó de
subproductos y desechos ; y políticas que regulen el
cambio tecnológico para reemplazar tecnologías
obsoletas y contaminantes, e incluso el cambio de mate-
rias primas y productos, para sustituirlos por materiales
menos contaminantes o por productos reciclables.
Es importante que la política comunitaria ambiental
promueva la implementación de los Programas de
Calidad Total, como los considerados en las normas
ISO-9000, adoptados por las industrias, si bien se
orientan hacia la calidad del producto, contribuyen
también a la calidad ambiental, cuando reducen las
pérdidas de materiales en la producción. Por supuesto,
la ISO-14000, como instrumento concreto de regulación
del medio ambiente.
Bajo un enfoque moderno de competitividad, han
cobrado relevancia un conjunto de cambios en la
administración industrial que van desde los aspectos
más obvios de mantenimiento y manejo adecuado de
los procesos, hasta prácticas relativamente sofisticadas
que aúnan modificaciones tecnológicas y decisiones de
alta gerencia. En todos los casos, el objetivo es reducir la
cantidad neta de agua residual a tratar, de residuos o
desechos sólidos que hay que manejar, de emisiones a la
atmósfera que hay que controlar o de residuos
peligrosos que hay que incinerar o confinar.
La política comunitaria ambiental, en el contexto de
América Latina, está apenas madurando. Lo que si se ha
diseñado es una política de Estado de promoción de la
Participación Ciudadana, ello permite crear condiciones
en el marco de la sociedad civil para proyectar organi-
zaciones ambientalistas autónomas y con objetivos
claros, no sólo en el aspecto ambiental de conservación
y protección, sino en el marco de una política integral
ambiental que involucra la salud, la educación, lo
económico y, por qué no, lo social en razón de mejores
espacios públicos donde compartir con la naturaleza.
Lo que si ha avanzado un tanto en los grupos
ambientalistas registrados y activos, es la concepción de
desarrollo sustentable; estos grupos ambientalistas no
sólo se han valido de una difusión crítica de los
modelos de producción y consumo, sino que han
propiciado una revisión en la conducta social hacia todo
el aparato productivo. Se ha entendido que el hombre
 Política Comunitaria Ambiental y Desarrollo Sustentable
necesita trasformar a través de la técnica su medio para
adecuarlo a sus necesidades de desarrollo y
supervivencia, pero esa transformación ha de cambiar
sus esquemas retrógrados y sin control con que han
minado de manera significativa los recursos naturales
en sus espacios comunes, ante lo cual se haría necesario
estrategias graduales de trasformación de hábitos de
consumo que motiven a la industria a explorar nuevos
mecanismos de producción en donde sea significativa la
disminución del impacto ambiental. Pensar poder llegar
a cero impacto, en un mundo como el actual, es una
utopía; lo que hay es que controlar y concienciar en
cómo llevar ese impacto a valores que con el tiempo
puedan ser revertidos en su efecto y se mantengan los
niveles ideales en el ambiente que no repercutan contra
la salud de los seres vivos. Por ello, se hace necesario
ampliar el punto de vista que acerca del tema se tiene,
en virtud a que es un elemento de discusión que viene a
consolidar el papel de la comunidad en sus propuestas
ambientalistas. Acerca de este tema versará el siguiente
punto.
La política comunitaria ambiental como
estrategia de promoción del desarrollo
sustentable para América Latina
Antonio Miglianelli, Ecólogo Social9, expone que: “no es
lo mismo desarrollo que calidad de vida. Los aspectos
sociales, económicos, laborales, salud, educación, son
las variables para determinar lo más aproximadamente
posible, por donde pasa el verdadero progreso. El
hambre, las enfermedades evitables, la riqueza
acaparada en manos de unos pocos, la impunidad a que
son sometidos millones de seres en todo el mundo por
esta misma situación, las condiciones de trabajo
alienado, vida aglomerada en las grandes ciudades,
falta de espacios verdes, insuficiencia de tiempos para el
ocio y la recreación, ausencia de posibilidades de
estudio y logros intelectuales como creativos, son
situaciones que colisionan con el discurso del desarrollo
sustentable.”
El concepto de desarrollo sustentable en su sentido más
general, ha sido aceptado y apoyado ampliamente. Sin
embargo, ha resultado más difícil el traducir este
concepto en objetivos, programas y políticas prácticas
alrededor de los cuales puedan unirse las naciones,
debido a que éstas enfrentan circunstancias muy
variables.
El marco teórico, el desarrollo sustentable presenta
varias aproximaciones en función a los enfoques
disciplinarios que la aborden. De este modo, para
9 www.barrameda.com.ar
15
algunos lo importante es el uso de los recursos naturales
renovables, de tal suerte que no los agote o degrade y
devenga una reducción real de su utilidad renovable
para las generaciones futuras, manteniendo constante
los inventarios de recursos naturales; como para otros el
desarrollo sustentable significa crecimiento factible sin
mayores perjuicios al medio ambiente.
El desarrollo no significa necesariamente crecimiento
económico, esto es un axioma válido entre los teóricos
del desarrollo, entre los que resalta Oswaldo Sunkel,
dado que el tipo de actividad económica puede cambiar
sin incrementar la cantidad de bienes y servicios. Se dice
que el crecimiento económico no sólo es compatible con
el desarrollo sustentable, sino que es necesario para
mitigar la pobreza, generar los recursos para el desarrollo
y prevenir la degradación ambiental. La cuestión es la
calidad del crecimiento y cómo se distribuyen sus
beneficios no sólo la mera expansión de éstos. Con
frecuencia, el desarrollo sustentable se define también
como el desarrollo que mejora la atención de la salud, la
educación y el bienestar social. Actualmente se admite
que el desarrollo humano es decisivo para el desarrollo
económico y por la rápida estabilización de la población.
Algunos autores han extendido aún mas la definición de
desarrollo sustentable al incluir una rápida
transformación de la base tecnológica de la civilización
industrial, para la cual señalan que es necesario que la
nueva tecnología sea más limpia, de mayor rendimiento
y ahorre recursos naturales a fin de poder reducir la
contaminación, ayudar a estabilizar el clima y ajustar el
crecimiento de la población y la actividad económica.
El desarrollo sustentable, según lo expone David Reed,
precisa de una serie de condiciones para que tenga
lugar. En principio, el inventario de capital natural no
debe disminuir en el tiempo. En este contexto, el
inventario de capital natural incluye todos los activos
de recursos naturales y ambientales, desde el petróleo
en el subsuelo, la calidad del suelo y agua subterránea,
la pesca en los océanos y la capacidad del globo para
reciclar y absorber carbono. El significado de un
inventario de capital natural constante es más
problemático.
Con referencia a ese “inventario de capital natural”,
George Soros, un escritor filantrópico, expresa en su
libro Sociedad Abierta, que en el mundo real la natura-
leza está ausente de capital natural debido a un
problema de equilibrio. Este equilibrio está compro-
metido por lo que Soros llama la “reflexividad”. La
reflexividad (“la piedra angular del marco conceptual”)
se refiere al hecho de que las opiniones de las personas
acerca del fenómeno eco-social afectan a unos más que
otro. Por lo tanto, todo el conocimiento es imperfecto, y
todos los eventos sociales son impredecibles, concluye.
 Azócar A. Ramón E.
El problema que se plantea Soros en su obra es acerca
de que si “nuestro pensamiento nos guía en nuestras
acciones y nuestras acciones tienen un impacto en lo
que sucede”, las acciones de todos los individuos
seguramente tienen un impacto social sobre la realidad
muy diferenciado, pero un individuo puede tranquila-
mente tomar el ambiente como dado cuando hace sus
propios planes. Es decir, el problema del medio
ambiente es un asunto de intereses individuales, no de
colectivo; hay que enfocar la necesidad hacia “el interés
personal” no hacia un movimiento social organizado,
puesto que a la final eso queda en panfletos vistosos y
en consignas muy atractivas, pero la capa de ozono
sigue consumiéndose.
Lo que debemos motivar quienes estamos en el marco
de propuestas comunitarias ambientalistas es promover
una “sociedad abierta” en la cual no hayan monopolios
colectivistas(pero que promueve los cada vez más
concentrados oligopolios económicos, quizás los
mayores peligros para la sustentabilidad), sino
profundización individual de los valores de la sociedad
y del medio ambiente. “No mucha gente –escribe Soros
con su usual buen corazón- comparte mi predilección
por identificar errores, e incluso menos gente comparte
mi devoción encontrándoselos en sí mismos”.
Las ideas contenidas en todo el documento están
claramente dirigidas a establecer un marco para que los
países es desarrollo reciban un tratamiento especial,
pero el presente principio marca una diferencia entre
los países en desarrollo y “aquellos que son más
vulnerables”. Aún dentro del grupo de los 77 existen
situaciones particulares y hay países en desarrollo más
débiles que otros.
Cada país debe promulgar leyes ambientales adecuadas
a su contexto social y económico, sobre todo en caso de
países subdesarrollados, tomando en cuenta su propio
sistema de valores.
Ahora bien, para integrar en concreto una propuesta
estratégica desde donde diseñar una política
comunitaria ambiental en los países de América Latina
con relativo éxito, sería necesario rescatar un concepto
politológico que ha venido siendo aplicado a las
políticas públicas en la intención de hacer los Gobiernos
más gobernables o simplemente enfocados a criterios
reales de gobernabilidad. Nos referimos al término
“Gobernanza” (o Governance, en inglés), el cual
procede del siglo XVI, y que significa en el marco “el
gobierno o servicio administrativo de una región”;
aunque lo más correcto es entenderlo en pleno marco de
ejercicio de imperialismo de una región.
El término está profundamente arraigado a la idea de
ejercicio de gobierno en una región. En algunos casos se
16
entiende bajo la idea de “ejercicio administrativo del
gobierno”, en otras se equipara el término gobernanza
al de “gobernabilidad del sistema político”. Las
diferencias están lejos de ser sutiles, ya yendo más allá,
tenemos que para algunos la noción involucra sólo al
“ejercicio de poder dentro del estado”, mientras que en
otros casos se involucra el “ejercicio de poder y las
interrelaciones entre Estado y sociedad”. Un claro
ejemplo de las dificultades que han surgido en la
conceptualización y entendimiento de la noción de
gobernanza, se tiene en los diferentes documentos
políticos que se discutieron en el marco de la Cumbre
de Río, en 1992. Allí se destacaba: “La producción masiva
de textos políticos tiene un punto de referencia importante,
sin duda, en la documentación relacionada con la Cumbre de
la Tierra de Río de Janeiro (1992). Y ésta es probablemente
una de las claves del problema de traducción institucional de
governance. Este término aparece de forma repetida en los
Acuerdos de Río, en los que se tradujo como «gobierno»,
«administración», «régimen de administración»,
«autoridad», «reglamentación»... o se soslayó con una
perífrasis u otro recurso de urgencia (en algún pasaje se pasó
olímpicamente por alto). Los textos españoles posteriores a
1992 se refieren a menudo a la Cumbre de Río, pero los
autores suelen recurrir a términos que no se encuentran en la
versión española de los Acuerdos, como «governance» (en
inglés), «gobernabilidad», «gobernancia» y otros.10
Es decir, “Gobernanza” infiere una vía intermedia que
da paso a arreglos económicos distintos a los
presentados en las esferas puras del mercado y del
Estado interventor. En este caso, se promueve la
descentralización y manejo federal de la organización
del Estado. Se crean espacios para la participación
activa de los ciudadanos, se organiza la prestación de
ciertos servicios públicos de forma comunal, o bajo las
llamadas economías públicas locales.
En ambos casos se observa claramente la introducción
de mecanismos de coordinación de políticas, tanto
horizontales como verticales, entre los diferentes niveles
de gobierno, sobre todo promoviendo una mayor
importancia y acción del gobierno local y se promueven
diseños institucionales que se sustentan en la
autorregulación social.
En este contexto nos interesa la utilización del término,
dado que viene a amparar las propuestas que las
comunidades organizadas hagan en razón de la política
comunitaria ambiental; si bien es cierto que quienes
tienen la presencia primigenia son los ciudadanos, no es
menos cierto que ellos necesitan del Estado para
materializar y llevar a cabo muchas de sus iniciativas, es
en donde se requiere una instancia gubernamental
10 www.tierramerica.net/index.html
 Política Comunitaria Ambiental y Desarrollo Sustentable
intermedia que proyecte las necesidades y planifique en
razón de la estructura estatal existente. Acá es donde el
concepto “Gobernanza” toma cuerpo, erigiéndose como
un concepto de coordinación directa hacia la acción de
los gobiernos locales, dado que en ese escenario es
donde el planteamiento comunitario ambiental ha de
tener mayor presencia y por ende mejores resultados.
Si hay una posibilidad real de alcanzar un desarrollo
sustentable en América Latina, éste ha de estar
relacionada con las formas de organización económica,
las actividades empresariales y el capital humano de
cada una de las regiones. Hay que considerar las
variables culturales, porque están siendo subestimadas
como obstáculos al desarrollo, y tampoco se toma en
cuenta el estudio prioritario de las necesidades
manifiestas por sobre los deseos o preferencias de la
población para la planificación del desarrollo.
El medio ambiente comprende los elementos ecológicos,
económicos, sociales y políticos. El sistema local se
inserta en el ambiente ecológico, o ecoware, con el que
mantienen relaciones. El ambiente económico, político y
social se inserta en el “macro sistema de referencia” y
norma las funciones y relaciones externas al sistema
local que comprende las capacidades instaladas
(software), los recursos financieros (finware) y formas
organizacionales (orgware). El modo de desarrollo
económico actual está siendo seriamente cuestionado
porque no es desarrollo que aliente la sustentabilidad
ecológica y la justicia social en todos los habitantes del
globo. De hecho, las soluciones a los problemas sociales
y del medio ambiente parecen que se encuentran
implícitos en las formaciones culturales de los pueblos.
Así, el desarrollo sustentable formula severos cuestiona-
mientos a las prácticas sociales, culturales y ambienta-
les con respecto a las actividades organizacionales. El
desarrollo sustentable requiere de reformas económicas
y reformas institucionales.
Bebbington11 propone usar el término desarrollo
sustentable para significar “buena administración del
medio ambiente”. En otras palabras, logra la eficiencia
de uso del medio ambiente, o eco-eficiencia a largo
plazo. El imperativo moral del desarrollo sustentable
está orientado a la obtención de la justicia social para
todos los habitantes del mundo, es decir, de un eco-
justicia entre las diferentes generaciones y al interior de
cada una de ellas. El desarrollo global sustentable
requiere que aquellos que son más ricos, adopten estilos
de vida más de acuerdo con los medios ecológicos.
Sustainable development: a review of the international development
11
Business and accounting literature, Working paper 00-17, Aberdeen
Papers in Accountacy, Finance & Management. University of
Aberdeen, 2000.
17
El desarrollo sustentable, expresa José Gpe. Vargas
Hernández de la Universidad de Guadalajara, es el
desarrollo que satisface las necesidades del presente sin
comprometer la habilidad de las futuras generaciones
para satisfacer sus propias necesidades. Satisface las
necesidades básicas de todos y extiende a todos la
oportunidad de realizar sus aspiraciones para un
mundo mejor. El desarrollo sustentable es un valor que
permite hacer una elección moral para aceptar la
equidad y la justicia social. La preocupación del
desarrollo sustentable es la satisfacción de las
necesidades de todas las personas en el mundo ahora y
en el futuro, y por lo tanto, los beneficios y los costos
del desarrollo deben distribuirse entre todos.
Para Streeten12, el término “desarrollo sustentable” tiene
seis diferentes significados: 1) mantenimiento,
reemplazo y crecimiento de capitales activos, ambos
físicos y humanos; 2) mantenimiento de las condi-ciones
físicas del medio ambiente para la constitución del
bienestar; 3) la recuperación del sistema para que le
permita ajustarse a las crisis y a los shocks; 4) evitar las
cargas a las futuras generaciones de deudas internas y
externas; 5) sustentabilidad fiscal, administrativa y
política. La política tiene que ser creíble y aceptada por
los ciudadanos, de tal forma que exista suficiente
consenso para llevarla a cabo; y 6) la habilidad para
manejar proyectos por la administración por los
ciudadanos de los países en desarrollo en los cuales se
llevan a cabo, de tal forma que los expertos extranjeros
pueden retirarse sin poner en peligro su éxito.
El desarrollo sustentable en América Latina, si es que
hay una alternativa al desarrollo no sustentable,
implicaría un receso dentro del modelo lineal de
crecimiento y acumulación que finalmente sirve para
debilitar los sistemas de apoyo de la vida del planeta.
La sustentabilidad debe asegurarse en las áreas
económicas, sociales, políticas, culturales, científicas,
tecnológicas y del medio ambiente El desarrollo, por
tanto, se encuentra limitado a los costos ambientales
aceptados. Sin embargo, el actual desarrollo económico
no es sustentable porque los costos humano y del medio
ambiente son inaceptables.
A Manera de Conclusión
La teoría (o teorías como pluraliza Robert Brown) es
una explicación no sometida a prueba y cuyo carácter,
es dudoso, por lo cual tiene que ser sometida a revisión
y profundización sus conclusiones, a efecto de
comprobar el alcance de la misma en el área o temario
de disertación.
12Future generations and socio-economic development-Introducing
the long-term perspective, un published ms. Dated January 1992: 3.
 Azócar A. Ramón E.
En el caso que nos ocupa nos valdremos de la distinción
que hace Gregorio Castro (el Asalto del Plural,
complejidad social contextualización teóricas y control
empírico en la investigación social. Caracas, Ediciones
FACES-UCV, 1999), para quien la teoría es el
fundamento o núcleos-guías de la investigación. La
construcción contextual de la teoría, expone Castro,
“…comprende la exposición descriptiva de las
propiedades… en atención a su funcionalidad respecto
a lo que se busca investigar”. (1999:481)
En ese marco de límite que impone la revisión teórica,
se presenta la visión particular del investigador que
tiene ante sí, como es el caso, una teoría existente que no
tiene valor en su relación con los acontecimientos
actuales, y otra teoría que es insuficiente para generar
conexiones conceptuales válidas que nos haga develar
las incógnitas de los planteamientos iniciales del
presente estudio.
Ello lleva a situar en un contexto propio, por análisis e
inducción, el contexto de la fundamentación teórica,
destacándose el deslinde, como lo sugiere Castro (1999)
en su investigación, entre la referencia teórica y el
fundamento teórico,… “entendida la primera como sub-
conjunto de contenidos de teoría de valor indicativo-
referencial para el establecimiento de lo exigido, para
satisfacer el interés de investigación, y entendido el
segundo como el conjunto de los contenidos de teorías
entre los estados de teorización existentes que servirán
para profundizar las bases en que se orientará la
investigación y que en consecuencia forman la
dimensión de fundamentos teóricos de la
contextualización, es imprescindible hacerlo explícito
como parte del trabajo de contextualización en este
primer nivel o mirada a los estado de teoría existentes”.
(Castro, 1999:482).
Como puede apreciarse la teoría en el presente estudio,
abarca su marco referencial, en el cual situamos los
aspectos básicos e históricos que han promovido la
política comunitaria ambiental y el desarrollo
sustentable, como enfoque práctico y teórico de
procesos sociales que buscan el beneficio colectivo; y un
marco de fundamentación en el cual se exponen las
visiones que acerca del tema han presentado
autoridades académicas en el área, así como la
aplicación directa de propuestas puntuales de los
escenarios en las políticas públicas como modelos
ideales de aplicación. En fin, se construyó un funda-
mento teórico al cuerpo de análisis que permitirá
proyectar un nuevo marco descriptivo teórico que
responda a realidades cada vez más exigentes en el
contexto social y político. Este es quizás el aporte
metodológico más significativo del estudio.
En lo que se refiere al temario de investigación, o
unidades de análisis, se ha apreciado un esquema
general de presentación del pensamiento ambiental que
se distingue por: Construye en las diferentes disciplinas
y profesiones elementos teóricos de análisis y
comprensión de la dimensión ambiental, a partir de los
paradigmas contemporáneos relevantes; Presenta a la
comunidad académica y general los resultados del
Pensamiento Ambiental contemporáneo en la
construcción de un pensamiento ambiental en los
distintos aspectos teórico – metodológicos de la realidad
de los pueblos latinoamericanos; Propicia la reflexión en
torno a la dimensión ambiental como una dimensión
integral y compleja; y presenta la investigación en
estudios ambientales, como estudios integrales y no
reduccionistas.
Es resaltante la percepción de Jaime Eduardo Jaramillo
(1998)13, en lo que a su parecer ha de ser el rol del
Estado en el marco la las políticas ambientalistas: “las
orientaciones del Estado, junto con la formulación de
propuestas para lograr la coherencia entre objetivos,
modelos e instrumentos, constituye un elemento
indispensable para la concreción de un desarrollo
ambientalmente sano, es necesario analizar también la
dimensión ambiental como movimiento social y como
cultura. En efecto, sólo en la medida en que el
movimiento ambientalista sea convertido en una
reivindicación masiva de la sociedad civil, capaz de
presionar efectivamente al Estado para una gestión que
supere las presiones sectoriales egoístas que llevan a la
incoherencia y a la escasa eficacia de las medidas
estatales, podrá hablarse de la viabilidad del desarrollo
sostenible en el país. A su vez, esta masificación del
movimiento ambiental supone la generación de una
cultura ambientalista, lo que implica la transformación
de estilos cognoscitivos, valores, normas y comporta-
mientos en los diversos agentes sociales, que aseguren
una diferente relación suya con el medio ambiente. Un
cambio en la subjetividad, en la vida cotidiana, en las
instituciones y en el imaginario social, es condición sine
qua non del aparecimiento de una sociedad ambiental,
que armonice el desarrollo socioeconómico con una
interacción sana entre el entorno natural y el artificial.”
Como apreciamos, la gran conclusión es que el Estado
permita a las comunidades generar sus políticas de
acción para contrarrestar el problema ambiental, que si
bien es cierto es global, su incidencia local se tiende a
minimizar con el argumento de que las acciones han de
ir contra las situaciones que causen verdadero impacto
ambiental; es en este tipo de posición en el que el
pensamiento ambiental ha de tomar vanguardia,
13 www.banrep.gov.co/blaa/home.htm

18
 Política Comunitaria Ambiental y Desarrollo Sustentable
porque hasta el más mínimo impacto toca la fibra de
nuestra naturaleza y medio ambiente.
Otro aspecto a considerar es el referido a la promoción y
difusión del pensamiento ambiental. En general, se
puede considerar que en el proceso de producción y
consumo de la información ambiental están implicados
cuatro grupos sociales con percepciones y necesidades
diferentes: científicos e ingenieros, directivos de
empresas e industrias, políticos y administradores, y la
población (muy especialmente las organizaciones
ecologistas y las asociaciones de consumidores). Entre
estos grupos existe una tensión continua acerca de
quién debe participar en el proceso de toma de
decisiones, su grado de influencia en ellas y el papel que
debe jugar el conocimiento científico. La interacción
entre dichos grupos es la que esencialmente va a
determinar la definición de las Políticas ambientales y
su gestión.
Los impactos ambientales, según nos dice Alejandro de
la Cueva (Departamento de Historia de la Ciencia y
Documentación-Universidad de Valencia) producidos
como consecuencia de la actividad humana, poseen un
carácter global e interdependiente; la contaminación de
cualquier tipo, los residuos, los escapes radiactivos o la
lluvia ácida tienen consecuencias más allá del país en el
que se producen. El reconocimiento de esta dinámica
hace que se ponga énfasis en la necesidad de acciones
coordinadas entre distintos países, el intercambio de
datos ambientales entre ellos y, en suma, en la
importancia de crear programas y Sistemas
Internacionales de información medioambiental, que es
lo que ha de pesar la exigencias de las organizaciones
ambientalistas: exigir mayor integración para la
preservación del medio ambiente.
El desarrollo de medios técnicos, como la teledetección,
y las nuevas posibilidades de almacenamiento y
recuperación de la información y de transporte de
datos, facilitan la creación de tales sistemas. Es por ello
que se hace prioritario diversificar la creación de
organizaciones responsables de los programas y
sistemas de información que tengan como objetivos
generales: analizar, organizar y difundir los datos
ambientales recogidos por los distintos centros
asociados, facilitar el acceso a los sectores interesados en
la información que generan y aportar los elementos
necesarios para la planificación y la coordinación de la
política ambiental, a distintos niveles.
En toda esta visión teorética el aspecto ético juega papel
fundamental. La manera de acercarnos a la razón de ser
de las cosas materiales y naturales, es por la vía de la
contemplación, reflexión e identificación con el medio
ambiente. En este aspecto la salida tiene que ser una
mayor difusión del pensamiento ambiental, al punto de
19
que surja de su proyección nuevos valores y principios
sobre los cuales sustentar la razón de ser de esa
protección y preservación de nuestros recursos
naturales.
La profesora Ana Patricia Noguera de Echeverri, de la
Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales,
expuso en el año 2001, lo que se podría considerar un
acercamiento acertado en lo que ha de ser la ética
ambiental en el siglo XX. En su ponencia, titulada “El
cuerpo y el mundo de la vida en la construcción de una
Filosofía Ambiental”, dice: “La ética ambiental exige
una disolución total de los dos mundos platónicos, y
una actitud de solidaridad, diálogo y reconciliación
entre cultura y ecosistemas. A fin de cuentas todos
participamos como cuerpos y como vida en el
entramado maravilloso del mundo de la vida simbólico-
biótico. Pero la ética ambiental, también exige un
cambio cultural radical en todas las dimensiones de
nuestro mundo de la vida. Y una de ellas: la dimensión
política y económica es la más álgida. Sin embargo, nos
corresponde como amantes de la filosofía
fenomenológica, construir las bases conceptuales para
que en el futuro podamos vivir bella, respetuosa y
solidariamente entre nosotros y con todas las demás
especies y formas de vida que habitan la tierra.”14
En este mismo sentido, la profesora Patricia Noguera,
de la Universidad Nacional IDEA, en su ponencia El
paradigma tecnológico y la ética ambiental
(documento s.f.), expone: “La crisis ambiental que
actualmente se ha venido manifestando a nivel global,
tiene su origen en el movimiento de la vida misma:
desde que existe la vida, existe la muerte, y los
momentos de equilibrio que ha tenido el universo, el
cosmos, son momentos que anteceden y preceden al
desastre, al desequilibrio, al caos. Queremos decir con
esto, que la crisis es natural en cuanto que el Universo
es movimiento.
“Sin embargo, nuestra reflexión sobre las relaciones
modernas que el hombre moderno tiene con el medio
ecosistémico podemos ubicarlas desde el punto de vista
de su origen, en el momento en que nace la ciencia
moderna y la forma moderna de pensar al hombre y al
mundo: la racionalidad tecnológica…”
La ética ambiental se relaciona con el desarrollo
sustentable, dado que ambas son la base de un
pensamiento ambiental coherente con las necesidades
del mundo moderno de expandirse y construir mejores
espacios públicos donde naturaleza y vida humana
coexistan. La ética ambiental, cuyo origen conceptual es
anglosajón, tiende a valerse de las nuevas teorías de los
14 www.georgetown.edu/pdba
 Azócar A. Ramón E.
sistemas vivos; la entidad natural toma valor intrínseco,
dadas las cualidades y propiedades que la constituyen,
siendo su grado de complejidad organizacional las
comunidades concientizadas, es decir, el grado de
complejidad de las interacciones humanas que por la
vía de una educación ambiental, han construido un
lenguaje común de defensa y comprensión del tema
ambiental. De acuerdo con esto habría diversos niveles
de valoración ética, no todos los organismos vivos
tendrían el mismo estatus moral. La Vida misma, como
un proceso de desarrollo evolutivo milenario del cual el
humano forma una pequeña parte, sería el marco
evolutivo desde donde lo humano otorgaría una fuente
de valor a las entidades naturales dispersas en el globo
terráqueo.
En un aspecto más operativo, la presenta investigación
nos deja en claro que hay una política ambiental en la
región de América Latina, en especial en el caso de
Venezuela. Lo que coinciden varios autores es que esa
política ambiental, que existe y se identifica con un
complejo panorama de necesidades del colectivo
venezolano y latinoamericano, no tiene una estructura
propia ciudadana desde donde proyectar sus funda-
mentos y discusiones, a efecto de promover acciones
concretas del Estado en la búsqueda de mejores
condiciones ambientales. Se requiere antes que nada de
llevar hasta sus últimas consecuencias un programa
integral de organización ciudadana, en donde el Estado
brinde las condiciones elementales desde donde
proyectar el pensamiento ambiental de las comunida-
des. La Participación Ciudadana debería ser activada
como premisa de la sociedad para organizarse, pero sin
embarco sólo está reflejada en la Constitución Nacional
de 1999 de Venezuela y no existe un texto directo y
concreto que le dé reglamentación, fijando sus límites y
competencias, por lo cual hablar de organización
ciudadana ante un panorama ausente de políticas
públicas adecuadas para la organización de la sociedad,
es simplemente “arar en el mar”, puesto que nada
concreto se podría esperar de la realidad institucional
que se manifiesta actualmente en Venezuela.
A todo esto, aparece la figura del desarrollo sustentable
como un instrumento organizador y concientizador en
los Estados democráticos para el diseño de políticas
públicas ambientalistas. El concepto de desarrollo
sustentable se enfoca desde el lado de la oferta
ambiental, bajo la óptica de obtener rendimientos
firmes, es decir, una productividad básica, de acuerdo a
la capacidad que pueden suministrar los ecosistemas.
El desarrollo sustentable busca, como expresa David
Reed, mejorar el bienestar de vida de la población; para
lo cual se hace necesario un cambio en el paradigma de
desarrollo, en donde las empresas logren una armonía
20
con la naturaleza y los beneficios obtenidos alcancen
aquellas poblaciones más necesitadas, propiciando el
interés de las comunidades en el tema ambiental y
concentrando en el ámbito local el seguimiento y
control de la acción del hombre sobre el medio
ambiente.
La priorización de lo ambiental en la agenda de los
gobiernos, empresas y/o sociedad civil, no es sólo
indispensable para un desarrollo sustentable, sino que
además permitirá beneficios al mediano y largo plazo y
evitará enormes costos a futuro.
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 Azócar A. Ramón E.
(En la web)
La mayoría de la información citada cuyos ensayos
aparecieron en páginas especializadas de Internet, han
sido señaladas en su momento en el contexto del
ensayo, sin embargo es posible llegar a ellas, para
profundizar contenido, a través de las siguientes
direcciones:
¾ http://www.iigov.org/pnud/bibliote/
¾ www.wissensgesellschaft.org/
¾ www.tierramerica.net/index.html
¾ www.georgetown.edu/pdba

Ramón E. Azócar A.- Politólogo, Msc. Administración,

mención Gerencia y Planificación Institucional; candidato a
Doctor en Estudios del Desarrollo del CENDES-UCV, cohorte
2003; autor de varios libros de ensayo entre los que destacan
“La Revelación de Oanes, ensayos acerca del federalismo
libertario” (1998) y “Hacia un nuevo paradigma educativo”
(2000). Investigador y docente universitario

Dirección Ficha
AZÓCAR A. Ramón E. AZÓCAR A. Ramón E., 2005.- Política Comunitaria
azonaim@hotmail.com Ambiental y Desarrollo Sustentable.
Universidad Central de Venezuela Agroalimentación & Desarrollo Sustentable 7: 07-22.
Caracas, D. F.
República Bolivariana de Venezuela ISSN 1690-4745 D.L. pp200302ME1481

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