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El avaro y el oro

Un avaro vendi todo lo que tena de ms y compr una pieza de oro, la cual enterr en la tierra a
la orilla de una vieja pared y todos los das iba a mirar el sitio.
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Uno de sus vecinos observ sus frecuentes visitas al lugar y decidi averiguar que pasaba.
Pronto descubri lo del tesoro escondido, y cavando, tom la pieza de oro, robndosela.
El avaro, a su siguiente visita encontr el hueco vaco y jalndose sus cabellos se
lamentaba amargamente.
Entonces otro vecino, enterndose del motivo de su queja, lo consol dicindole:
Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colcala en el hueco.
Imagnate entonces que el oro an est all. Para ti ser lo mismo que aquello sea o no sea
oro, ya que de por s no haras nunca ningn uso de l.

Valora las cosas por lo que sirven, no por lo que aparentan.

La zorra y el leador
Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando lleg al sitio de un leador y le
suplic que la escondiera. El hombre le aconsej que ingresara a su cabaa.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leador si haba visto a la zorra.
El leador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente sealaba la
cabaa donde se haba escondido.
Los cazadores no comprendieron las seas de la mano y se confiaron nicamente en lo
dicho con la palabra.
La zorra al verlos marcharse, sali sin decir nada.
Le reproch el leador por qu a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra
respondi:
--Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.
No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras.

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