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Ha terminado este ao y quiero darte gracias por todo aquello que recib de Ti.
Gracias por la vida y el amor, por la alegra y el dolor, por cuanto fue posible y
por lo que no pudo ser. Te ofrezco cuanto hice en este ao, el trabajo que pude
realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude
construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses am, las amistades
nuevas y lo que estn ms lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los
que pude ayudar con los que compart la vida, el trabajo, el dolor y la alegra.
Pero tambin, Seor, hoy quiero pedirte perdn; perdn por el tiempo perdido,
por el dinero mal gastado, por la palabra intil y el amor desperdiciado. Perdn
por las obras vacas y por el trabajo mal hecho, y perdn por vivir sin
entusiasmo.
iniciado un nuevo ao y detengo mi vida ante el nuevo calendario an sin
estrenar y te presento estos das que slo T sabes si llegar a vivirlos. Hoy te
pido para m y los mos la paz y la alegra, la fuerza y la prudencia, la claridad y
la sabidura.
Quiero vivir cada da con optimismo y bondad llevando a todas partes un
corazn lleno de comprensin y paz. Cierra Tu mis odos a toda falsedad y mis
labios a palabras mentirosas, egostas, mordaces o hirientes.
Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno que mi espritu se llene slo de
bendiciones, y las deje a mi paso. Llname de bondad y de alegra para que
cuantos conviven conmigo o se acerquen a m encuentren en mi vida un poco
de TI. Danos un ao feliz y ensanos a repartir felicidad. Amn
Un ao nuevo
Dicen que cuando se acerca fin de ao los ngeles curiosos se sientan al borde
de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.
Qu hay de nuevo? -pregunta un ngel pelirrojo, recin llegado. Lo de
siempre: amor, paz, salud, felicidad...- contesta el ngel ms viejo.
Y bueno, todas esas son cosas muy importantes.
Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y
aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas
nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.
Y qu podramos hacer para ayudarlos? - Dice el ms joven y entusiasta de los
ngeles. Te animaras a bajar con un mensaje y susurrarlo al odo de los que
quieran escucharlo? - pregunta el anciano.
Tras una larga conversacin se pusieron de acuerdo y el ngel pelirrojo se
desliz a la tierra convertido en susurro y trabaj duramente maana, tarde y
noche, hasta 1os ltimos minutos del ltimo da del ao.