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SOBRE LA COMPACTACION DE SUELOS POR VIBRACION Por FERNANDO OLIVEROS RIVES, ageaiero de Caminos, Se exponen en este articulo los conceptos fundamentales-de la compactacién de suclos por Shraclim, proponitndace tretar el autor en un présima wimero los problemas que plonica “a practice de tal sistems, En el namero de esta Revista del mes de dicie bre aparecié un articulo titulado “Compactacién dinimica del suelo”, firmado por el Sr. Angulo. Por considerar que, aun cuando el problema ha sido desarrollado por el autor desde el punto de vista de constructor de maquinaria, en el mismo aparecen algunos conceptes que precisan aclaraciones comple- mentarias, es por lo que hemos juzgado de interés exponer las siguientes ideas de aspecto tedrico. En tun préximo articulo nos proponemos exponer otras ideas de tipo prictico acerca de fa aplicacion de esta nueva técnica. 1 Es relativamente reciente la intervencién del hombre sobre el suelo para tratar de modificar sus caracteristicas: y asi incorporarlo a la unidad resis- tente suelo-estructura. El fin que se propone al va~ riarlas es capacitar artificialmente al suelo para in- crementar sus aptitudes y eliminar asi asientos que pudieran ser incompatibles con la estructura que sobre cellos descansa. Al mismo tiempo, esto le reportara ventajas econémicas: unas veces le permitira mejorar 1 coeficiente de seguridad; otras, obtener una reduc- in de la ‘superficie de cimentacién, y si se tratara de pilotajes, podria reducir fa longitud de aquél. Hasta hace poco, incluso en Norteamérica, se construian con gran antelacién a su explotacién los terraplenes del ferrocarril para que asentasen antes de la colocacién del balasto; pero el ritmo acelerado de estos iltimos afios, manifestado en fas crecientes velocidades y renovadas exigencias de cargas con- centradas en superficie, han obligado al estudio mas detenido de la compactacién para abreviar el proceso de consolidacién. La técnica de Ia vibracién aplicada a la compac- tacién, si bien se utiliza en algunos paises, no puede considerarse, como ya se ha dicho, puesta a punto. En los Estados Unidos es donde més desarrollada se encuentra, y la Universidad de Rutgers, en el Este, y la de Pasadena en California, son los focos de espe- Jalizacién mas importantes. La familiarizacién del téenico con este sistema es tal, que es costumbre fijar © priori un valor para la carga de trabajo que habran de soportar los suelos no cohesivos, y si aquéllos no ofrecen las condiciones previstas, dentro de ciertos Timites, se supone que serin obtenidas por medio de la compactacién dindmica. En 1952 eran s6lo ocho MARZ01957 Estados americanos los que conocian esta técnica; en Ia actualidad, la mayoria la dominan y estan pro- cediendo a la modificacion de sus especificaciones vi- gentes para incorporar estos avances: Rusia, Inslate- ra, Suecia, Alemania, etc., practican este tipo de ‘compactacién y construyen aparatos. En Espafia ve- nnimos esbozando esta técnica desde hace afios. si bien de una forma mas general, se ha intensificado su desarrollo en la realizacién de las bases que en nuestro territorio se estén construyendo de acuerdo con el convenio firmado con Estados Unidos. 2, Llamamos consolidacién al proceso gradual que se origina en un suelo, sujeto a carga, por eva- sién del agua y gas, circunstancia que simultanea- mente obliga a las particulas a incrementar su pre- sién. ‘Ahora bien, si aceleramos el proceso de In con- solidacién de una forma artificial, nos encontramos ante el problema de la compactacién bajo sus dos aspectos: el sistema que se acostumbra a lamar ¢s- tatico y el dinimico. El primero es de sobra cono- cido, pero el segundo se trata, como se ha dicho, de una técnica reciente, y a él nos vamos a referir cen el presente articulo. Si nosotros vertemos en un recipiente un suelo no cohesive procediendo a st vibracién por golpeo, Pronto veremos que ef nivel inicial ha descendido en su interior por efecto de la actuacién repetida de la fuerza. Esta idea es la manifestacién primitiva de la causa general del tipd de compactacién que nos ‘ocupa; asi, pues, Ia compactacién por vibracion es Fig. 12—Analogia de Terzaghi. 19 tuna consolidacién artificial que se obtiene por medio de Ia actuacién reiterada de una fuerza. 3. Las oscilaciones mecinicas tienen lugar cuan- do un cuerpo desplazado de su posicién estitica de equilibrio €s accionado por fuerza de vibracién, de inercia y reaccién; en nuestro caso, es decir, un vi- de suelo, la energia la produce el aparate; la inercia ¢s suministrada por la masa del vibrador. mas una zona del suelo que participa de su movimiento, y que actia, por tanto, de muelle, y las fuerzas de reaccién se producen como consecuencia de lz clas- ticidad del suelo. Si nosotros sometemos a una cimentacién a régi- men vibratorio, podemos comunicarle seis tipos de movimiento, correspondientes a los 6 grados de li- bertad del sistema: 3 traslaciones paralelas a los ejes i va ss alrededor de aquellos ejes. 4. Cada tipo de suelo pose sus caracteristicas z \das y su relacién en el proceso de compactacién de que tratamos es de fundamental importancia para el estudio ¢ interpretacién de los fendmenos fisicos desarrollados on el mismo. Fl co- nocimiento de aquellas caracteristicas pera el Tnge- niero Geomecinico es de andloza importancia que para el provectista de estructuras lo son las cons- tantes del hormigén o del hierro. La energia precisa para conseguir ‘a compacta- cién de un tipo de suelo. por medios estiticos o di- nimicos, es caracteristica, siendo funcién del grado de cohesion del mismo. y aunque cualquier suelo puede aleanzar un grado de compactacién determi- nado. tratindolo por uno w otro procetimiento. el minimo de enerzia aplicada para obtener aquel esta- do depende del valor de su cohesién. Fu Shen Fang fué el que primeramente demostré en c la energia aplicada a un suelo no coh tener cualquier grado de compactaciin. es siempre menor aplicando un equipo vibrante que por el sis- tema estitico: en cambio, para suelos cahesives era menor con el pracedimiento estatico que con el vi brante. 5. Cuando nosotros aplicamos a un suelo un vi- bradar en récimen de resonancia, In eompactacién se efectia en breves momentos. El fenémeno se pro- duce de Ia siguiente forma: al iniciarse In vibracién, las particulas quedan suietas a amplitudes v acelera- ciones progresivas. en el sentido vertical. horizontal ‘otras direcciones. que obligan a debilitar su capa- dad cohesiva, al tiempo que el efecto de friccién mismas disminuye como consecuencia de de la energia cinética que les anima, La aceleracién tiende a anular el esfuerzo cortante, ¥ cuando se produce la resonancia, el suelo prictica- mente aleanza el estado de mixima agitacién, puesto que las particulas se mueven con las maximas ampli- tudes, es decir, su méximo desplazamiento absoluto, y entonces, debilitada la resistencia al esfuerzo cor- 120 tante, las pequefias tienen la oportunidad de rellenar los huecos existentes entre las grandes. i Figura 2" EI concepto de fuerza de un compactador ni el de fuerza viva del mismo es de aplicacién, pues es la energia, en definitiva, la que hay que comunicar al suelo cn ciertas condiciones para conseguir la com- pactacién éptima; asi, pues, poco diremos al exigir al aparato que su fuerza sea la mayor posible; To que si le exigiremos son unas condiciones especifi- cas de vibracién que producirin el maximo de com- pactacién y cuya determinacién, segin se ira viendo, encierra tina gran complicacién. La compactacién que nos ocupa tiende, pues, a obtener el maximo de densidad de los suelos no cohesivos, por medio de vibracién, y si recordamos Ja preparacion del suelo para efectuar el ensayo Proctor, veremos que, en esencia, aquel sistema sdlo trata de reproducir tal prictica, pues a! desplazarse sobre el suelo el compactador le va transmitiendo su impacto repetido, lo cual no és mas que una Tepro- duccién en el campo. de la practica de !aboratorio. En los suelos cohesivos, generalmente, el por ciento de humedad es mayor que en los no cohesivos, y el valor de la cohesin alanza magnitudes eleva- das, y es por lo que se hace preciso comunicar una gran cantidad de energia al sistema para conseguir ia destrucci6n de los enlaces entre las particulas y cexpulsign del agua que rellena los huecos, haciéndolo ntiecondmico por todo ello para aquel tipo de suelos. ‘Asi, pues, queda bien demostrado que el sistema de compactacién que nos ocupa no es precisamente cl adecuado para la consolidacin de firmes en gene ral, quedando restringida su aplicacién préctica a los tres campos siguientes: 4) Suclos no cohesivos. 0) Suelos medianamente cohesivos. ©) Grava, macadam y balasto. Para el tratamiento de los segundos convendré estudiar econdmicamente Ta posibilidad de incorpo- racién de sulfato de sodio para conseguir una dismi- nucién de las caracteristicas cohesivas del suelo co- rrespondiente. Mogami y Kubo han realizado en la Universidad de Tokio una serie de ensayos con vibracién armé- REVISTA DE OBRAS PUBLICAS nica vertical sobre arenas. Los ensayos fueron hechos sobre un modelo de dique de arena cubierto por un estrato delgado de parafina y el suelo se comportaba como un liquido (fg. 3°), estando de acuere con ciertos fenémenos observados en suelos suxjetos a mo- vimientos de tierra. En la figura 4.* se puede obser- donde: ‘W_ = frecuencia natural del sistema miquina-mucile. K-=constante del muelle, es decir, la carga necesaria para comprimir el mueile una unidad de lon- situd, var el comportamiento fluente del suelo, como conse- cuencia de un terremoto acaecido en Amasaki en 1951, en donde puede observarse que el parecido ¢s asombrosamente curioso. 6. La interpretacién mis. simple del problema es considerar todo el sistema como wna masa puntuai vibrante soportada elisticamente con un grado de libertad, es decir, que la maquina con sus elementos son considerados como una simple masa oscilante, reglamentada por la ecuacién E-2 Ke m=masa de Ia maquina, g=aceleraciin de Ia gravedad. 1, = peso de la maquin MASA VIBRANTE SUELOA COMPATER = rete nue Figura 5." Ahora bien, como los elementos vibradores se co- locan directamente, sin interposiciones, sobre el suelo en fa forma de Ia figura 64, aquella formula deja de tener aplicacién. puesto que en ella se supone que ‘el suclo es perfectamente clistico; no tiene en cuenta el peso del mismo, que hace como se indicé las fun- ciones dle muelle y desprecia también el efecto de la forma y tamafio del equipo sobre aquél. En realidad, la geometria del sistema puede ob- servarse en la figura 73, y en ella vemos que: la fuente de energia compensa las pérdidas que se pro- ducen por: In falta de elasticidad del suclo, que se opone a la radiacién de la energia en su interior; Ja amortiguacién resultante de la friccién entre las particulas al moverse para conseguir acoplamientos, y a las pérdidas hidrdulicas naturales. De lo anteriormente expuesto deducimos que la frecuencia del compactador no deberd coincidir con 21 la del suelo, sino que éste y el equipo son una unidad vibrante y este conjunto es ya ¢l que debera poser Ja frecuencia de resonancia. Figura 62° En cuanto a ka deduccién de las formulas que exprese el valor de esta frecuencia, nos conduciria a ocupar mucho espacio, por lo cual prescindiremos de ello y resumiremos lo siguiente: que a pesar de todos los intentos realizados en la actualidad por ‘Winterkorn considerando el suelo como un potencial Tiquido; por T. I. Sung. suponiendo la cimentacién ‘como perfectamente elistica, homogénea € insétropa, asi como J. J. Slade y otros. no se ha conseguido despojar al problema de su complejidad general, pues las condiciones de masa de suelo infinita, con carac- teristicas de homogeneidad. elasticidad y amortigua- ‘miento Fineales, no se presentan nunca en la realida por el contrario, es muy grande el mimero de pard ‘metros que intervienen en cada una de estas carac- teristicas, por lo cual no existe, hasta ¢! momento, ningin método adecuado que sea capaz de plantear ‘matemiticamente el comportamiento del sistema masa-suelo-vibrador para todas las condiciones posi- bles, Tenemos que renunciar, pues, al desarrollo ma- tematico 0 a fa analogia dindmica. que pudiera apli- \, Figura 7 122 carse para deducir las condiciones de excitacién, peso del aparato, fuerza dindmica, superficie ‘le contacto, asi como Ia fijacién de la frecuencia de resonancia para determinar las caracteristicas de onda que pro- ducen el maximo de compactacién, con lo cual la técnica de Ia operacién quedaria ya muy concreta y ademas automaticamente la compactacién finali- zariaexando el grupo detectase el pe de onda pre jada. Sin embargo, estimamos que el planteamiento matemitico debe ‘ser encauzado por las orientaciones dadas por Reissner, introduciendo el concepto de dispersion de ondas, con lo cual se puede alcanzar soluciones generales’aceptables, proximas a la reali- dad, Creemos de especial interés la colaboracién de la Geofisica en este problema, a la cual queda reser- vado una gran parte del desarrollo de este campo de investigacién en el aspecto de los microseismos. Por lo que se refiere al aspecto empirico, Ia fér- mula de Converse del CALTECH es may titil para determinar Ia frecuencia de resonancia, y aun cuan~ do no influyen todas las circunstancias que pueden presentarse como, por ejemplo, la relacion de Pois- son, conduce a resultados positivos muy practicos. >. La existencia de excentricidades en las mi- quinas rotativas, motores, turbinas, etc., provocan vibraciones que producen inevitablemente asientos. ‘Muchos desastres de las cimentaciones de estructu- tas, obras de tierra. pistas de vuelo, oleoductos, etcé~ tera, cimentados sobre suelos no cohesives, han sido debidos a este defecto. Ahora bien, si ln frecuencia de Ta vibracién alcanza el valor especifico de la reso- nancia, el interés del problema se agranda como se hha dicho, ya que los efectos de la vibracién se incre- mentan en proporciones verdaderamente peligrosas. Como fa frecuencia de la vibracién de Ja maquinaria en cada caso puede variar entre limites tastante tensos, nuestro problema serd producir las vibraci nes de una forma prevista para incrementar !a capa- cidad resistente del suelo: provocaremos un asiento del terreno, con objeto de evitar el posterior des- arrollo sin control del proceso del mismo, que origi aria los dafios indeseables. ‘A continuacién figuramos un cuadro con las fre- cuencias naturales de los suelos que generalmente nos encontramos: NATURALEZA DEL SUELO Arena y grava con arcilla ‘Antiguo relleno de arena arci ‘Arcilla terciaria hémeda .. ‘Arena media muy uniforme > gruesa uniforme > compactada graduada ‘Arcilla terciaria seca... REVISTA DE OBRAS‘PUBLICAS Estos valores fueron obtenidos por la DEGEBO con un oscilador compuesto por dos masas excéntri- ‘as idénticas, diametralmente opuestas, que tienen 1a particularidad de dar, por tanto, una iinica compo- nente vertical de la fuerza centrifuga. Naturalmente, los valores del cuadro se dan a titulo de orientacién, pero ya se ve que la desviacién que pueda introdu- cirse con su aplicacién en la préctica es pequefia. 8 En cuanto a la superficie de contacto del equi- po compactador con el suelo, no podemos decir de ‘una forma indeterminada que sea la menor posible, pues llegariamos a un punto. Por otra parte, ensayos de Eastwood en Escocia han demostrado que no sélo la superficie de contacto influye sobre los efectos producidos, sino que también esti ligade con ellos Ja naturaleza de kas cargas y del suelo. Asi se deduce que. para cargas ligeras, la frecuencia natural €s pricticamente independiente del tamaiio de Ia super- ficie: para cargas fuertes, la frecuencia natural ¢s inversamente proporcional al ancho de la cimenta- cién, Ademds. los cuadrados dan frecuencias natu- rales superiores a los rectingulos de la misma an- chura, y los circulos dan frecuencias naturales supe- riores a los cuadrados circunscritos. Cuando el suelo esti inundado, se invierte el sentido de las afirma- ciones tiltimamente expuestas, El problema de la superficie de contacto. como se habra podido comprobar en el breve esbozo que hemos hecho. presenta también alguna complicacion. 9. La funcién que queda reservada a! agua en cl proceso de la compactacién dinimica ex facilitar la lubricacion de las particulas para activar su_movi- miento relativo y conseguir el encaje de las mismas; cvando se va axregando agua a un suelo, en general, las fuerzas capilares se reducen y las tensiones entre has particulas disminuyen. No vamos a insistir sobre los fundamentos de la densidad Proctor, limitindo- ros solamente, en este apartado, a la influencia del agua en el aspecto que consideramos. El factor vibrante permite una reduccién del por ciento de humedad, aspecto muy importante cuando se trata de compactar grandes vohimenes de suelos no cohesivos, pues si bien el por ciento de agua a incorporar depende del tipo de suelo, es frecuente cifras préximas al 8 %- Como la reduccién del por iento de agua en la compactacién dinimica alcanza iras_proximas al 2 %, se comprenderd que con este sistema se consigue una disminucién del volu- men de agua a incorporar del orden del 25 ‘Ahora bien, Ia maxima eficacia de la compactacion dindmica no se logra de ninguna manera, como se sabe, en suclos saturados de agua, sino en aquellos qué posean el por ciento de fhumedad que permita ‘obtener la Proctor. Por otra parte, la relacién del agua con este pro- blemia ofrece muy variados: aspectos, como se des- prende de unos ensayos realizados por Tschebotarioff sobre arenas de Daytona, deduciendo que su resis- tencia a las fuerzas tangenciales se incrementaba ‘cuando se humedecian; este aspecto es muy impor- tante, ya que puede presentarse como factor negative ‘en dl momento que tengamos que incorporar agua al suelo para conseguir el maximo de compactacién, 1o cual, inevitablemente, encareceria Ia operacién. Por lo que respecta a la cohesién en relacion ‘con este tipo de compactacién, presenta dos aspectos el primero consiste en el incremento que 1a misma puede experimentar como consecuencia de Ja densidad, y el segundo, la disminucién que pueda sufrir debido a que la vibracién rompa la cohesion virgen del suelo y Ta recuperacién de la misma. tarde, a veces. mucho tiempo en realizarse. Ambos aspectos conviene tenerlos muy en cuenta analizando con cui- dado cual va a ser el comportamiento del suelo a tratar después de sometido a vibracion. En ocasiones. elementos quimicos dificilmente detectables que componen el suelo pueden desarrollar extraordinarios efectos de cohesion: suclos de esta naturaleza, con el 30-40 % de densidad Proctor, poseen resistencias superiores a las obtenidas después de alcanzar el 70 % de Ia misma. De aqui se deduce que el miximo de compactacién no tiene por qué coincidir con el miximo de esfuerzo cortante. En cuanto a las variaciones que exnerimenta la densidad en relacién con la profundidad influida por la vibracion, puede ser del orden de 1.5 veces el ancho del vibrador, aun cuando nosotros hemos con- seguido interesar profundidades de 2.5 veces el an- cho de aquel. Los alemanes, empleando vibradores de tipo de lanza, han conseguido interesar profun- didades préximas a los 20 metros. 10. Los equipos de compactacién aplicados para ‘este tipo son, en general. poco pesados por la cir- ccunstancia ya citada, y los ligeros poseen la ventaja de que pueden ser autopropulsados. de forma que se mueve unidireccionalmente a velocidades compa- tibles con Ia marcha de los trabajos y son insustitu bles cuando, por la topografia del terreno, es impo- sible llevar equipos pesados de compactacién estitica. Los efectos conseguidos de tal forma son anilogos a los obtenidos por cargas estiticas muy superiores, y esta relacién alcanza. a veces. valores superiores 303 por tanto, con cargas relativamente ligeras, podemos obtener efectos similares a los conseguidos por pesados trenes de compactacién. Por iltimo, en cuanto a la posibilidadd de lastrar 1 aparato, no’ se pueden dar negativas categéricas, pues la amplitud de la vibracién sabemos que deberd seleccionarse de acuerdo con la magnitud de los ari- dos, y ésta obliga a Ja adopcién de un cierto peso del aparato. Por tanto, como cada suelo posee unas determinadas condiciones, convendré 0 no lastrar el aparato para conseguir aquélla, MARZO 1957 123,

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