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nv pee ea Cer Los casos de Sigmund Freud Coleccidn Los casos de Sigmund Freud - Franz Baumeyer Maurits Katan Philip M. Kitay William G. Niederland ‘Seleccién de Oscar Masotta y Jorge Jinkis Ediciones Nueva Visién Buenos Aires . 150.195 ECS El Caso I? ed.2 _ Tradu Schreber . “reimp. — Buenos Aires: Nueva Vision 2005 — 264 p,, 19x13 cm.- (Los casos de Sigmund Freud ) : ccidn: Elena Serrot y otros - ISBN 950-602-036-1 { Psicoanilisis — Estudio de Casos PB Pp 2 LS.B.N. 950-602-03 6-1 © por Ediciones Nucva Traduccién: Elena Serrot y otros. Toda reproduccién total oparcial de esta obra or cualquier sistema -incluyendo el fotece- iado— que no haya sido expresamentc autori- ada por el editor constituye una infraccién a los derechos del autor y sera reprimida con penas de hasta seis afios de prision (art. 62 de la ley 11.723 y art. 172 del Cédigo Penal). Visién SAIC Tucumén 3748, Buenos Aires, Rep. Argentina Queda hecho el depésit Impreso en la ‘Argentina / Printed in Argentina s 9 que marca la ley 11723 Fuenter Franz Baumeyer, “The Schreber Case”, The Intema- tional Journal of Paychoanalysis; 37, 1, pp. 41-74, 1036, Traduccién de Helena Serrot. Franz Baumeyer, “Noch ein Nachtrag m Freuds Arbeit iber Schreber”, Zeltschrift fir Psychosomatische Medizin und Paychoanalyse, aiio 16, 3, julio-setiem- bre 1970, pp. 243-245. _Traduceién de Margarita Peco Maurits Katan, “Schreber’s Hereafter. Its Building-up (Aufbau) and Its Downfall’, The Psychoanalytic Study of the Child, 14, 1059, pp. 314-362. Traduccién de Antonio Bonnano. Maurits Katan, “Schreber’s Delusion of the End of the World”, The Psychoanalytic Quarterly, Vol. XVIT, 1949, pp. 60-66. Traducet6n de Helena Serrot. Maurits Katan, “Schreber’s Hallucinations about the ‘Little Men’ ”, International Journal of Psychoanaly- aig, 31, 1-2, 1950, pp. 32-35. "Traduceién de Helena Serrot. Maurits Katan, “Schreber’s Prepsychotic Phase”, In- temational Journal of Psychoanalysis, XXXIV, 1953, pp. 43-51. Traducei6n de Helena Serrot. -Maurits Katan,. “Further Remarks about Schreber's Hallucinations”, International Journal of Psychoanaly- as, 33, 4, 1952, pp. 429-432. Traduccién de Helena Serrot. w ‘William G. Niederland, “Three Notes on the Schreber Case”, The Psychoanalytic Quarterly, Vol. XX, 1951, pp. 579-591. . . ‘Traducci6n de Helena Serrot. ‘William G. Niederland, “Schreber: Father and Son", -The Psychoanalytic Quarterly, Vol. XXVIII, 1959, pp- 153-169. _ Traduecién de Helena Serrot. William G, Niederland, “Schreber's Father”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 8, 3, 1960, pp, 492-499. William G. Niederland, “The “Miracled-up’ World of Schreber's Childhood”, The Psychoanalytic Study of the Child, 14, 1988, pp. 383-413. : Tradyceién de Antonio Bonnano. William G, Niederland, “Further Data and Memo-" rabilia Pertaining to the Schreber Case”, Interna- tional Journal of, Peychoanalysis, 44, 2, 1963, .pp. 201-207, . Traduceién de ‘Helena Serrot. Philip M. Kitay, “A Note on Dr. Niedérland’s Paper”, International Journal of Psychoanalysis, 44, 2, 1963, . p. 207, Traduccién de Helena Serrot. . William G. Niederland, “Schreber and Flechsig: A Further Contribution to the ‘Kemel of Truth’ jn Schreber's Delusional System”, Journal of the Ameri- can Psychoanalytic Association, 16, 4, 1968, pp. 740-748, . . Traduecién de Helena Serrot. - Bl caso Schreber Franz Baumeyer En Jos primeros tiempos del psicoandlisis, Freud presenté detalla- dos informes de casos clinicos con el fin de ejemplificar su teorfa. Cinco de estos informes se destacan por su minuciosa atencién a los detalles y se han convertido en partes integrantes de Ia lite- Tatura sicoanalitica. Por consiguiente, todo psicaanalista tiene un interés tanto cientifico. como histérico en las historias de la vida de esos cinco pacientes. El propio Freud debe haber tenido conciencia de eso cuando agreg6 un apéndice a Ia historia del caso de Juanito. Nada nuevo parece haber surgido acerea de Dora. Ruth M. Brunswick informé sobre los ultiros afios de vida del Hombre de los Lobos. La temprana muerte del Hombre de Jas sobre la vida de Schreber, . : Schreber ocupa una posicién singular entre 16 mencionados pacientes, ya que no fue tratado ni conocido personalmente por Freud. Ademés, la fama de Schreber se debe no sélo al interés y al trabajo cientifico de Freud, sino también a sus Propias reali- zaciones. La brillante presentacién de su psicosis, la admirable objetividad de la deseripcién y la grandeza artistica de Jos deli- Tios han convertida a las Denkwiirdigkeiten eines Nervénkranken (Memorias de mi enfermedad nerviosa) en un clisico, Después de cincuenta aios no han perdido su poder de atraccién ni fue- "Yon eclipsadas por ninguna -otra autobiograffa de un enfermo mental, En el Hospital del condado de Arnsdorf, vecino a Dresde, del que fui médico jefe desde 1946 hasta 1949, se almacenaban pilas de historias de viejos casos del antiguo hospicio de Sonnens- tein, cercano a Pima, que se encontraban én muy mal estado a causa: de las guersas. Entre ellas habia informes y copias de algunas partes de la historia del caso Schreber. Algunas de las notas originales se habfan perdido; de ellas se podian aprovechar copias certificadas 0 extractos. Entre este material esperaba encon-' tray més informacién sobre el tercer capitulo de.la autobiografia de Schreber que, como se sabe, fue totalmente omitido en Ia‘ edicién por respeto a su familia, pero me decepcioné. Los doc- tores que trataron a Schreber en su momento no previeron que Ja posteridad estaria interesada en este material cuando Jas con- sideraciones que tornaban no aconsejable su publicacién dejaran_ de tener efecto. En las préximas paginas presentaré, en orden cronolégico, Jos informes y extractos de Ja historia clinica del caso Schreber 0 de sus copias certificadas. Exrractos DE LA HISTORIA DEL CASO PROVENTENTES DE LA CLENICA UNIVERSITARIA DE ENFERMEDADES NERVIOSAS DE Lrezic Primera entrada: 8 de dictembre de 1884. Alta: 1° de junto de 1885. Historia previa. Carga hereditaria. , En octubre de 1884 se interesé de’mddo muy. activo en las elec- ciones. Posteriormente estuvo internado en el Hospicio Sonnenstein pera su tratamiento durante varias semanas, tomé grandes cantida- des de morfina, hidrato de cloral y bromuro. Se lo transfiere del Sonnenstein a Ia Clinica. Se cree incurable. Mostraba retardo-al hablar y labilidad emocional. Habia intentado suicidarse dos ve- ces en el Asilo. Grave hipocondrfa. Se le administré ioduro de potasio porque sé sospechaba una sifflis. Su esposa habla sufrido dos abortos, ‘ Estade actual. Buen estado, general. Cree que cada momento va a ser el ultimo y esté convencido de que va a morir de un ataque al corazén. : Me "10 de dictembre, Intranquilo. 6 g pataldehido. Lae aie Maem 18 de diciembre, Frecuentes cambios de humor. Ioduro de potasio 1 g tres veces por dfa, . 22 de diciembre. Come macho. ‘. 29 de diciembre, Se siente demasiado débil para caminar, quiere que lo Heven. 30 de enero, 1885. Intenta suicidarse. 3-de abril. Fue sacado a pasear en coche con su esposa. 6 dé abril. Se perturba por el menor ruido. A veces esté ale- gre. Desea fotografiarsé seis veces (por razones desconocidas ). J4 de abril. Sospecha que su esposa ser enviada lejos con * gualquier pretexto y que no volveré. Duerme con ayuda de bro- muro y paraldehido. I7 de abril. Expresa ideas depresivas; se cree incurable. Aumento de reflejos. * 20 de mayo, Estado de 4nimo lloroso. 26 de mayo. Insiste en que se le tome una fotografia “por ‘altima vez”. I de junio, Parte hacia Timenau. -Imagina haber perdido de quince a veinte kilos de peso. En realidad, ha aumentado dos kilos. Se queja de que se lo engafia intencionalmente sobre su peso. - Segunda entrada (21 de noviembre de 1893 hasta el 14 de junio de 1804} 21 de noviembre de 1893. Muy irritable. Dice que han logrado convertirlo en un loco y que sufre de reblandecimiento cerebral. Inaccesible. . - - 24 de noviembre. Muy intranquilo por la noche. Grita pidien- do ayuda, arroja la mesa y la silla contra el suelo. Traté de ahor- carse en la habitacién de aislamiento. Llorose, dice después que verdaderamente le gustaria adaptarse. 12 de febrera de 1894, Alucinaciones visuales. 1 de marzo. Sostiene ser una muchacha asustada por ataques indecentes. - . 45 de marzo. Promete’a un enfermera 500 marcos si éste le cava una tumba. 16 de abril. Intentos de suicidio en la baiiera. 21 de abril, Fantasias delirantes incoherentes. En ocasién de * cada visita declara estar. preparado para morir, exige que se le dé el clanuro de potasio que le esta reservado. 5 de mayo. Expresa muchas alucinaciones auditivas y olfato- tias. Implora una. y otra vez que se le dé veneno. Pide al doctor que vaya al Hospital inmediatamente y que anuneie que ahi yace una persona que sufre de peste. Pregunta si no ha estado muerto durante mucho tiempo. . | 22 dé mayo. Su conversacién es més.clara y abierta. 24 de mayo. Opio y morfina. Tiene todavia graves alucina- ciones, 2 de junio. Ignora completamente al médico, fijando la mirada al frente. 5 dé junio. Lo visita su esposa. Mas tarde, le pregunta al enfermero si era realmente su esposa; cree que ésta debe haber- se levantado de la tumba. 43 de junio. Visita a otro paciente por propia iniciativa y juega con él al ajedrez. . ° , 14 dé junio. Salida (hacia Lindenhof). Lia ficha del Hospicio de Leipzig-Disen, en donde Schreber estuvo recluido desde 1907 hasta 1911, contiene detallados infor- mes de su estada en el Hospicio del Condado de Sonnenstein, cer- cano a Pierna, desde 1894 hasta 1902. No se puede precisar si son copias o simples extractos de la historia clinica original (perdida) | del Hospicio Sonnenstein. Historia DE LA ENFERMEDAD . del Presidente, del Senado, Corte Real de Apelaciones de Dresde, retirado, Dante Pabto Scureper, doctor en Jurisprudencia, de Dresde. . Lugar y fecha de nacimiento: 25 de julio de 1842. Leipzig." Lugar de residencia: Dresde. Profésién: Presidente del Senado, retirado. Casado. Luterano evangélico, Tutor: — ‘ Naturaleza de ld enfermedad: ¢Paranoia? Entrada: 27 de noviembre de 1907; Salfda: 14 de abril de 1911 (fallecimiento)., - - . Historia previa (segin la historia clinica del Hospicio Son- nenstein). : 12 Herencia: su padre (creador de los “Jardines Schreber” en Leipzig) sufrid de ideas obsesivas con tendencias homicidas. Madre: rApidos cambios de humor, nerviosa. Una. hermana histérica, Un hermano paralitico, que se suicids. . Una prima de Ja madre internada en la Clinica de Leipzig (1894) a causa de una paranoia crénica. Tempranas ideas hipocondriacas: Internado desde el 8 de di- ciembre de 1884 hasta el 1° de junio de 1885 en Ja Clinica de enfermedades nerviosas de Leipzig, a causa de una hipocondrfa; erefa que tenia que morir, se imaginaba incapacitado para cami- nar, eteétera. Se decfa que habla sido muy talentoso y un alumno excelente. Se Jo describia como de buen cardcter y sociable. Se Jo consideraba brillante e hizo una carrera comparativamente rd- pida. Finalmente, fue Presidente del Senado de Ja Corte de Ape- laciones de Dresde. Su conducta en la vida privada, en la medida en que sé tiene conocimiento, fue intachable. A pesar de no tener ninguna enfermedad fisica, el paciente expresd ideas hipocondriacas ya en el momento de su casamiento, “ en 1878, ideas que condujeron a’ su tratamiento en la Clinica de Leipzig, desde el 8 de diciembre de 1884 al 1° de junio de 1885. ’ El 21 de noviembre de 1893 fue internado por segunda vez en la Clinica de Leipzig. Al ser admitida expres6 quejas hipocon- driacas, decfa-sufrir de “un reblandecimiento cerebral”, que mo- rirla pronto, etcétéra. Tenfa también ideas de persecucién; decia que finalmente habfan logrado convertirlo en un loco. También, en ocasiones, tenfa alucinaciones de cardcter aterrorizante, pera sélo aparecian vara’ vez o Jas disimulaba, Ie cual es més probable. El minimo ruido lo irritaba y, dadas sus continuas quejas, resultaba bastante intolerable. Posteriormente, sus alucinaciones auditivas y visuales se acrecentaron mucho. Imaginaba estar muerto y en des- composicién; ya no se encontraba “en condiciones de ser ente- rrado”, “enfermo de peste”, y este ultinio delirio estaba probable- mente relacionado con alucinaciones elfatorias; su pene habia sido retorcido y arrancado mediante un instrumento denominado por él “sonda de nervio” [“nerve probe"}; sostenfa que era una mujer; pero declaraba a menudo que tenia que armarse de una fuerte resistencia’ contra “el amor homosexual de ciertas personas”, Todos estos factores Io torturaban tanto que deseaba la muerte; intenté ahogarse en Ja bafiera y, durante semanas, pidié-“que se Ie administrara el vaso de cianuro de potasio que Ie estaba 13 reservado”. A menudo, las alucinaciones auditivas y visuales eran tan vividas que se tornaba completamente inaccesible y, con lés ojos parpadeando, se sentaba durante horas en la silla 0. permane- efa en Ja cama. Evidentemente, los contenidos de los delirios cam: biaban con frecuencia, pero durante Ia ultima etapa de su estada en la Clinica de Leipzig crefa que seria torturado hasta la muerte y de manera terrible. Se hundia cada vez més en fantasias mistico- religiosas; Dios lehablaba; demonios y vampiros se burlaban de él. Queria convertirse en catélico romano para escapar a la perse- cucién. Tenfa visiones milarosas, escuchaba musica celestial y fi- nalmente creyé que vivia en un mundo imaginario poblado de fantasmas e imAgenes fantasticas. En cuanto a la ingestién de ali- mentos, varié muchisimo. Al principio comia vorazmente, Inego rechazé6 el alimnento y hubo que darle de comer. Dormia poco 2 pesar de los abundantes narcéticos. Gritaba con frecuencia, en es- pecial de noche. Durante mucho tiempo se le dio hasta 0,3 g.de opio tres veces por dia. En aguella &poca el profesor Flechsig lo consideraba peligroso tanto para si mismo como para Jos demas. Informe del profesor Flechsig desde el 25 de junio de 1894 El paciente fue trasladado de Ja Clinica de Leipzig al sanatorio privado del doctor Pierson en Lindenhof, cerca de Coswig, y luego de doce dias de estada pasé al Hospicio de Sonnenstein el 29 de junio de 1894. En aque] momento, junio de 1894, su estado general era muy bueno, aunque estaba un tanto pilida. Constan- temente aparecfan visibles gotas de transpiracién en su frente, asi como repetidas contracciones de los misculos facialés y un violento temblor en Jas manos. Estaba en estado de gran excita- cién, inaccesible al principio, malhumorado y completamente re- traido. Toda conversacién le desagradaba. Tenia vividas alucina- ciones y casi no se daba cuenta de lo que Jo rodeaba, pero rondaba por alli con mirada unsiosa, fija Ja vista en el espacio y en Ia misma posture’ durante mucho tiempo. Se observé que en el jar- din ponfa sus manos a modo de pantalla detrés de sus orejas y escuchaba. Tenia fantasias hipocondriacas. A pesar de esto era ptolije, limpio y capaz de ocuparse de sus necesidades fisicas. Julio de 1894, Intenté escaparse; se desprendié de su capa y corrié rapidamente hacia el portén. Movimientos de vientre pere- 14 zosos, poco apetito. Por momentos, evidentemente muy perturba- do por voces, pero no las discutla. Cierta vez tuvo un transitorio desmayo que pude haberse debido al hecho de que tratara de reprimir, con mucho esfuerzo, una intensa necesidad de defecar. Agosto. Declara que quiere estar solo y que el enfermero obs- taculiza “la omnipotencia de Dios”. Desea “la paz de Dios”. No se mantiene ocupada, no,lee. . . Noviembre. En general algo mas vivaz. Escribe en taquigrafia y dibuja figuras sobre papel; ocasionalmenté también se mantiene ocupado con juegos que requieren paciencia y con otras casas. Inaccesible y muy brusco con Jos médicos. Se queja de que Flechsig lo molesta al Hamarlo y gritarle “Trueno Sagrado”. Su esposa, cuando lo visita, debe recitar el Padre Nuestro junto con él. Luego la despacha sin mantener-ninguna otra conversacién con ella, : : Enero de 1895. Inaccesible ¢ inabordable. A veces sé le admi- nistran somniferos por la noche. . Marzo de 1895. Agitado, escupe; rie ruidosa y ostentosamente cuando de noche esté solo e inquieto. Toca mucho el piano que Te envid su esposa, abusando cuando est4 agitado y de mal humor. Junio de 1895, La agitacién aumenta més y mas. A menudo resulta muy molesto porque rie constantemente dia y noche. Sul- fonal casi todas las noches, en general sin resultados satisfactorios. Se encuentra totalmente dominado por los delirios. Sostiene que su cuerpo ha cambiade por completo;. Jos pulmones casi han desapa- recido, todo Jo que ve a su alrededor es s6lo un espejismo, El mun- do ha terminado. Vocifera repetidamente al doctor “i Vayase, vaya- sel” porque el doctor contesté afirmativamente a la pregunta de si él (el doctor) se consideraba una’ persona viva. Le decia “menti- roso”, “debe retornar a su seiior”. Sin embargo, de tiempo en tiem- po wuelve a estar calmo, Toca el piano con mucha asiduidad y lo hace bastante bien, aun las piezas dificiles. Escribe muchas car- tas, incluso en italiano, y una vez firmé Pablo Satan..Una de las. cartas la dirigié a “Herrn Ormuzd in coelo”. Setiembré de 1895. Muy excitado; inquieto casi toda Ja noche. ‘A menudo se rie-agudamente y en voz alta y repite a gritos Jas mismas palabras. De vez en ‘cuando se queda parado en el mismo- lugar, inmévil; mira al sol y le hace Jas mas extrafias muecas. Sin embargo deja de hacerlo, como regla fija, cada vez que alguien: se le acerca y le habla. Diciembre de 1895. Sigue_excitado. No obstante, se permite conversar sobre temas indiferentes,’ Toca el piano, juega al aje- drez y lee nuevamente. Se niega a hablar de sus fantasias deli- rantes; de noche grita a voz en cuello y vocifera por la ventana ‘repitiendo’ palabras insultantes o “Yo soy Schreber, el Presidente del Senado”. . * . Febrero dé 1896, Rie fuerte y vocifera, golpea las teclas del piano, ‘ , Abril dé 1896; Coma regla, cuando el médico Jo visita con- desciende en mantener una breve conversacién, aunque es evidente que debe esforzarse por controlar sus sentimientos. Junio de 1896. Como el paciente esté muy inquieto y las gran- des dosis de somniferos no han surtido efecto, se lo afsla durante la noche; protesta de manera vehemente antes de someterse a esto. Julio de 1896. Los ataques de gritos y risas son mas espacia- dos, pero més violentos y prolongados. El paciente se interesa ef mayor medida por lo que Jo rodea y de vez en cuando habla con . algén paciente. Descuida su apariencia, se viste de manera incom- . pleta, le sefiala al médico la parte superior de su cuerpo desnuda, y dice que ahora tiene pechos casi femeninos, Dé hecho, el iinico - cambio consiste en que el Paciente ha engordado. Parece muy Preocupado por fantasfas sexuales, le gusta buscar desnudos en los diarios ilustrados ¥ a veces también los dibuja. En una carta 4 Su. esposa, eserita ‘en italiano, le cuenta que las noches’son muy - agradablés porque siempre tiene “un peu de volupté feminae”, Todavia se lo aisla durante las noches, Sétiembre de 1896. No se ha tranquilizado, golpea el piano y todavia vocifera injurias, en general muy indecentes. “El sol es una puta” a “Dios es una puta”. Aislado durante Ia noche. Noviembre dé 1896, Mas comunicativo y ms accesible. Lee mas, , , Febrero de 1897, De mejor dnimo, a pesar de que a menudo vovifera desde la ventana con gran furia, ‘ Junio de 1897, Correspondencia activa con su esposa y rela- ciones; cartas muy correctamente escritas y que nada reflejan de su enfermedad. Habla de su enfermedad aparentemente con plena conciencia, Al mismo tiempo, contimia el anterior “estado rugien- te”. Golpea las teclas del Piano. En su relacién con los médicos S€ muestra amistoso, correcto, a menudo. arrogante y Seguro. Sigue’ * aislado durante jas noches, 16 SPAR aah epee ay Octubre‘de 1897. Lee mucho, juega al ajedrez y toca bien el piano durante mucho tiempo. En conversaciénes un poco prolon- gadas no siempre puede controlarse; aun cuando Jo visita su espo- sa debe ir hasta la ventana con frecuencia y desde allf grita y se rie; una vez concluido este acto, puede seguir Ja conversacién como si nada hubiera sucedido. Aislado todas las noches. . Enero de 1898. La misma conducta regular y racional, mar- cada por ‘Tepetidos estados de excitacién. Parece bastante insen- sible ante la perturbacién que él mismo crea, Marzo de 1898. Su conversacién es amistosa, a pesar de que sigue siendo formal ¥ yeservado; estd bien informado de los suce- sos diarios, lee mucho y Je gusta discutir cuestiones legales. De excelente memoria, rantiene nutrida correspondencia. No obstan- te, continia con jos extrafios gritos, Jos rugidos y Jas muecas._De- lirios religiosos, Se adorna con alegres cintas de colores: ocasio- nalmente hace pequefias travesuras. se : Julio de 1898. Su conducta no ha cambiado. Frecuentemente se encuentra desnuda en su cuarto, delante del espejo, riendo, gri- tando y adomado coti alegres cintas de colores. Novidmbré de 1898. Sigue aislado’de noche. A menudo le escribe a su esposa, Ja que desea abandonar Dresde y hace via- jes seguidos, y le recuerda de manera amistosa pero firme que es su deber ocuparse de él, ya que de otro modo no podré dejar a su disposicién Ios fondos que legalmente le pertenecen a él. Diciembre de 1898. Luego de innumerables pedidos y protes- tas. el paciente es trasladado a su antiguo dormitorio. Puede con- trofarse tolerablemente bien durante la ‘noche. 22 de enera de 1899, Escribe una detallada carta a su esposa en la que por primera ‘vez logra hablar de sus delirios. Llama la atencién la lucidez y ja precisién légica con que expone su siste- ma, Su comportamiento uo ha cambiado; le eseribe cartas al direc- tor de su oficina, el sefior Jahn, lo exhorta a que disponga de su experta opinién sobre temas legales, ya que es habitual que se pida el asesoramiento de eminentes abogados retirados, Su “enfermedad nerviosa” no perturbé su funcionamiento intelectual, sino que con- sistié solaménte en tna profunda depresién emocional. Abril de 1899. Nuevamente escribe una carta a su esposa sobre sus delirios. En cambio no los menciona en absoluto ni a los doc- - tores ni a sus atras-relaciones..A mediados de setiembre pregun- - ta si finalmente ha sido puesto bajo tutela; escribe dos veces sobre 17 ello a su tutor, Herr Schmid, Presidente de la Corte del Distrito de Leipzig. En las cartas subrayé el hecho de que resultaba ilegal - permitir que la tutoria preliminar continuara durante cinco afios; el Ministro de Justicia tenia el deber de levantar la tutela preli- minar 0. proponer que se lo pusiera bajo tutela y nombrar un tutor oficial. El 9 de octubre tiene una conversacién personal con su tutor provisional, eri la que presenta un documento relativo a Ja tutoria; era un documento muy razonable, redactado con habi- lidad y:de manera .estrictamente ldgica. Sin embargo habla con libertad de sus delirios y demuestra total carencia de compren- sién. Resulta especialmente notable-el hecho de que no tenga la menor comprensién de las causas de su aislamiento, que se prolon- g6 por afios, a pesar de que durante ese tiempo en realidad ha gri- tado tan fuerte y se ha enfurecido de tal-manera por las noches que perturbaba el suefio de Ia mayoria de los pacientes. Se instituyd ahora el procedimiento para nombrar un tutor. Nowiembre de 1899. Se preocupa mas que nada en apelar con- tra la tutorfa: Poco cambio en el comportamienta exterior, excep-. to que logra controlarse mejor durante Jas entrevistas. Cuando se’ encuentra solo todavia tiene ataques de risa, vocifera y golpea el] piano. . . En el periodo que abarca desde febrero hasta setiembre de 1900- Schreber escribe sus Denkwwiirdigkeifen eines Nervenkranken “(Memorias de mi enfermedad nerviosz), publicadas en 1903 por Oswald Mutze, en Leipzig: Los agregados fueron eseritos en- tre octubre de 1900 y junio de 1901, y Ja segunda serie de agre: gados hacia fines de 1902, Las Denkwiirdigkeiten contienen la his- toria y todos Ios detalles de la enfermedad. El 13 de marzo de 1900 Herr President Schreber fue puesto bajo la custadia de Ia Corte del Distrito de Dresde. Esta decisién fue rescindida por la Corte - de Apelaciones-de ‘Dresde el 14 de julio de 1902. El paciente siente fuertes deseos de abandonar el hospicio, Semanalmente visi ta @ su esposa; que se encuentra en Dresde, y- hace frecuentes paseos, También esta mas tranquilo durante el dfa; s6lo de vez en:cuando se lo eseucha “rugir” y tocar el piano muy fuerte. 10 de noviembre de 1902. Vuelve contento después de una li- cencia de acho dias en Leipzig; sélo dos veces ha tomado somni- _ feros de noche. 18 20 de diciembre de 1902. Se marcha después de haberlo so- Jicitado. * Copias de la historia clinica original del caso, del Hospicio de Leipaig-Dasen, en donde Schreber estuvb interriade desde et 27 de noviembre de 1907 hasta su muerte, el 14 de abril de 1911, 97 de noviembre de 1907. Es trasladado a Désen. Declaraciones de la hermana del paciente: - En 1902, luego de su salida del Hospicio, el paciente fue a vivir con su madre; su comportamiento exterior era bastante nor- mat. Se ccupaba de la administracién de casas, caminaba mucho, era un activo miembro de un club de ajedrez,.y también intentd trabajar pata el Ministerio pero no obtuvo trabajo. Ocasionalmente - realizé aigiin trabajo privado que result6 siempre muy correcto. Durante el primer afio a veces gritaba todavia por Jas noches y una vez lo hizo durante un viaje. Fue perdiendo esto gradualmente y sdlo una que otra vez gritaba durante el suefio. Dormia sin nar- eéticos. Después de la muerte de su madre realizé abundantes cAloulos relativas a inuchos legados, se excedié un tanto en su tra- bajo y dormia mal algunas noches. Las voces nunca desaparecieron totalmente, pero ya no habla- ba de su enfermedad, Cuando se lo preguntaban, indicaba un lugar en Ja parte posterior de la cabeza -donde sentfa un zumbido con- tinuo, como si se lo manejara con un hilo. Las voces mo eran més que un iuido confuso. No hablaba sobre sus delirios con nadie, ni siquiéra con su esposa. #] 14 de noviembre se enferma Ja esposa. Ataque apoplético. Estuvo sin hablar durante cuatro dias, A:continuacién pasé noches ~ en vela, estuva muy intranquile, creyé que tendria una recafda, escuché los “ruidos” nuevamente, pero mas fuertes. Empeoré ré- pidamente. Durante los primeos dias de la enfermedad también tenia mayor sensibilidad a los ruidos, estuvo mas melancélico, pero se recuperd completamente de esta depresion. 97 de noviembre de 1907. No se puede evaluar e] estade fisico del paciente'a causa de su total jnaccesibilidad y resistencia. Su palidez'y sus rasgos fijos resultan conspicuos. Mantiene los ojos cerrados y abre los parpados sélo de vez en cuando, al insistirsele con alguna pregunta. Cada tanto se ven peculiares tirones en los costados de su boca y cejas. Estas ultimas estén levantadas y tiene la frente arrugada. _ : 19 Temperatura: 98,5°F. Peso: 84,5 kilos, Medidas craneanas: 19, 15, 12, 58, No hay albimina ni azticar en la orina, : Estado psicolégico, Sorprende sobremanera su extrema jnacce- sibilidad. Su postura y marcha son rigidas, sus movimientos tiesos y angulares. Su actitud hacia los enfermeros es imperiosa y segura. Se orienta correctamente en cuanto al lugar en que se encuentra, Resulta imposible extraerle ninguna informaci6n acerca de su pa- ‘sado inmediato. Est4 tendido en la:cama, recogido en si mismo y con la expresién del rostro. mencionada anteriormente. Cuando se le pregunta sobre su estado eneral responde de manera breve y correcta, aparentemenie fastidiado de que se lo moleste. Segan . 4, duerme bien, Apetito sélo moderado, Come solamente una pe- queiia parte de la comida que le trae su hermana. , 30 de noviembre dé 1907. FI paciente se levanta de Ja cama durante algunas horas; se sfenta en Ia misma posicién rigida du: rante media hora o una hora,-entonces se levanta stbitamente y, con movimientos angulosos, se pasea por el cuarto con los ojos cetredos casi por completo. Sale tambiéa al jardin durante algdn tiempo. En general no ha cambiado, sigue-inaccesible y resistente, Jamés mantiene una conversacién. Muchas veces no se le puede svrancar ni una sola respuesta. Evidentemente, tiene graves aluci- naciones y esti preocupado por sus delirios. ' I? de diciembre de'1907. Concurre al lavatorio sélo por exi- gencia del enfermero; al hacerlo se muestra bastante enojado con el enfermero, Dice desear que se Jo lleve a un cuarto, a una celda 0 a una pieza separada en donde no sea ma carga para nadie. Cree que puede ocurrir algo que seria muy desagradable para sus alle- gados, Murmura entonces algo asi como “olor a ‘cuetpo muerto, descomposicién”, de lo que’ se puede deducir que se encuentra bajo Ia total influencia de sus delirios. 5 de diciembre de 1907. Tngiere muy pocos alimentos. Asegu- Ta que ya no tiene estémago y que sus intestinos han desapare- cido “de manera misteriosa”. Su cuerpo se deteriorar4 mientras qué su cerebro seguiré yiviendo. Declara esto de manera abrupta y decidida, No cantesta en absoluto a otras Preguntas. “No puedo discutir eso ahora.” “Usted no lo comprenderfa en absoluto.” ' .8.dé diciembre de 1907. Durante un paseo por el parque se “muestra ansioso por ir hacia el estanque, y el enfermero sélo pon Ja fuerza puede condueirlo en otra direccién, Por la noche pre- 20 gunté al médico cémo era de profundo el estanque. Varias ‘veces volvié a pedir una pieza para él solo. No podia responsabilizarse de Jo que pudiera pasar. Aparentemente, piensa de nuevo en su “inminente descomposicién”, . 11 de diciembre de 1907. Escribe una‘ carta al médico jefe principal en Ja que Je pregunta si se le ‘permitiré hacer “arregios para su entierro”. : . 12 de diciembre de 1967. Dice que no est4 en Désen sino en un establecimiento de la liga de monistas. Bosteza mucho, apa- rentemente en forma compulsiva; respira a veces con Ja boca abier- ta, lo cual no se habia notado hasta ahora. — 20 de diciembre dé 1907, En general, su estado varié poco, sigue inaccesible y poco comunicativo. No cuenta sus alucina- ciones, aparentemente muy vividas. A menudo se niega por com- » pleto a contestar cualquier pregunta. De vez en cuando pide que se le permita salir; una vez empujé violentamente hacia un Jado * al enfermero jefe, atravesd la uerta corriendo hacia el jardin y sélo pudo ser traido de vuelta por la fuerza. Algunas noches se ensucia con orina, se unta con sus heces y relaciona,esto con sen+ saciones desagradables en el ano, Sélo con la mayor dificultad se logra que se lave diariamente, y en estas ocasiones se muestra casi.furioso con el enfermero. Mueve el vientze con dificultad, se niega a que le hagan un enema, “eso es innecesario”. Apetito va- tiable; a veces sus comidas son inadecuadas, .6 de enero de 1908. Desde hace poco muestra, a menudo, incontinencia de orina, No quiere que Io leven al exterior y esti éenojado-y hosco’ cuando se Io obliga a eso, Sélo con la mayor -re- nuencia permite que se Jo lave. Una vez ord en Ja escupidera de otro paciente; cuando se Je Hamé la atencién se mostré ariscn e irritable. Duerme bastante bien. Desde hace poco tiempo el ape- tito es bastante bueno. Movimientos de vientre dificultosos; da Ja impresién de que se contiene intencionalmente. Ataed al enfer- mero nocturno. y exigié tn Nave para salir. Se desconoce el conte- nido de sus alucinaciones. Continia inaccesible y no comanica- tive. Durante una discusién sobre la tutoria, mantenida entre cl médico jefe y otro paciente (Lorenz), entré en Ja conversacién y cuando se le pidié una opinién sobre et tema, contesté que “por el momento no esti en condiciones para expresar su opinién sobre ” este asunto”. 25 de enero de 1908. Reiteradamente sucio, En unas pocas aca- 21 “ siones parece haber ensuciado la cama intencionalmente, quizé ‘pajo la influencia de las alucinacifnes, Atacé al enfermero, de mala . manera, y en alta voz exigio la lave; queria salir. Hace paseos regulares con uno o dos enfermeros. Quiere marcharse. . Febrero. Retraido, inaccesible. Emite sélo palabras ‘aisladas. Desde hace poco tiempo, en especial cuando alguien le habla, emite a veces sonidos como “ja-ja-ja”. Permanece parado mucho tiempo, rigido y con Ios ojos cerrados. Rara vez hace algo; juega al ajedrez con el enfermero jefe. En la visita matutina del médico, le dice, encolerizado, “apage Satanas”, Luego habla en francés, pero las palabras resultan ininteligibles e incoherentes. - Marzo. Dice qué esté “perturbade por voces”. Ultimamente se lo ha puesto en-el cuarto individual 21 a causa de sus gritos “ja-ja” tan molestos. Le pregunta al doctor, de manera totalmente inesperada, “gCudndo reiné Gustavo Adolfo? 4De 1611 hasta 1632, no es cierto?” {1611 hasta 1632 +), Intent6 arrojarse por la ventana. . : Abril. Exactamente igual. La repentina exclamacién del “ja- ja” resulta ‘a veces muy ruidosa, especialmente cuando hay otras personas en su cuarto. Son a menudo muy perturbadaras. Ingiere muy poca comida, sostiene que “no puede hacerlo” porque no tie- ne estémago y no puede ‘digerir. . Mayo. Cree que no ha dormido durante tres meses; de tiempo en tiempo se torna mas accesible y menos retraido; vuelve a comer mejor, permanece largos ratos en el jardin, sibitamente se tira en el pasto, con el chaleco y la camisa abiertos. No se lo puede con- vencer de que haga un paseo. Una mafiana Je dice al médico que - quiere ir a una casa diferente y a un cuarto diferente, Hay que forzarlo para que coma. . - Junio. No ha cambiado. Los gritos compulsivos y los quejidos son, por rnomentos, muy perturbadores. De noche duerme mal. 22 de julio. Le dice al doctor: “zPor qué no vienen también los otros Satanes? gPor qué solamente usted?” No se lo puede per- suadir de que hable. Pronuncia sélo sus “ja-ja”. Esté muy pélido, como si estuviera sufriendo. Esponténeamente come muy poco. Debe ser alimentado, a lo cual se resiste a veces con violencia. Agosto. No come casi nada espontdneamente. Rechaza con energta todo intento de-hacerlo comer, Emite muchos “ja-ja” con una expresién torturada y a menudo resulta perturbador. Nunca se ocupa de nada. Nunea toca el piano que tiene en su cuarto. ” Se viste y se desviste varias veces al dia. Se acuesta en Ja cama, luego sé levanta de nuevo para sentarse rigidamente en el sillén, en camisa, durante horas. Se preocupa poco por su apariencia ex- terior, se lava sélo en forma renuente, se bafia de vez en cuando y solo durante un minuto 0 poco mas. Da ta impresién de estar continuamente bajo la influencia de angustiantes alucinaciones. Una vez le dijo al doctor: “Si quiere matarme, hagalo inmediata- - mente”, Por otra parte casi no habla. Levanta las mands en acti- tud de defensa y echa al médico de Ja pieza gritando “ja-ja”. De noche duerme mal. 3 de setiembre. Esa mafiana dice, de pronto: “No puedo con- cebir cémo una persona puede ser inducida a hacer lo que yo he hecho durante las ultimas horas”. Luego se queda silencioso y hace violentas muecas; parece como si jintentara decir algo més, pero sdlo emite sus “ja-ja”. Octubre/noviembre. Exactamente igual. Ha engordado en los Ultimos tiempos. Se vuelve muy ‘molesto a veces a causa de sus “jaja”. Sélo Tara vez conversa con el médico, y en general para decile que se Jo tortura para que coma, que le es imposible.comer, eteétera. Est4 continuamente preocupado por sus angustiantes alu- cinaciones. A menudo duerme mal de noche. Gime, se Jevanta de la cama y se para delante de la ventana en posicién rigida, con los ojos cerrados y con la expresién de estar escuchando. - 20 de enero dé 1909. Estado bastante estacionario, aunque a veces estd inquisto de noche. Pesa mds 9, menos lo mismo. Dado que anduvo de aqui para alld en las dltimas semanas, tuvo un ataque de debilidad durante dos dias seguidos. Se torna dificil su alimentacién. En tn ataque de debilidad se eayé al suelo y se lastimé levemente’ la rodilla’izquierda. Muy perturbado durante’ la revisacién, No hay novedades anormales, excepto un aumento de la matitez cardiaca y un pulso r4pido, débil pero regular. La orina no contiene albimina. Se queda en Is cama sélo cuando se lo vigila. Diez gotas de digitalina dos veces diarias durante tres < dias, que el paciente rechiaza desde el principio y que por lo tanto * se le administra por el recto. Déspués.de la medicacién, el pulso ‘ es més lento y més fuerte. Fracasan totlos los esfuérzos para lograr que el paciente coma més, . 1° de febrero de 1909, Est4. continuamente en Ja cama. Ha mejorado algo; por momentos parecia muy débil. De vez en cuan- do reclama que se Je examine el abdomen, pero a veces se resiste a toda revisién. De tanto en tanto escribe con letra apenas legible “Milagro” (después de que se le pregunté la causa de sus quejidos) o “Tumba” 0 “Comida no”, : 15 dé febrero. Como el pulso se volyié més lento y mas débi) nuevamente, se Je administré una solucién de digitoxina, diez go-: tas cinco veces diarias durante tres dias, Marzo. El pulso siguié bien con baiios regulares de hojas de pino -CO.. La ingestién de comida se hace muy dificil; ahora es po- sible s6lo con la ayuda de dos enfermeros. Su peso es estacionario, el suefio es ‘bueno en general. Cferta vez tuvo obvios problemas de retencién de orina, pero vacié facilmente la vejiga después de “un enema. Abril. Esté acostado en la cama continuamente; cuando hace ‘buen tiempo se Io saca al exterior en una silla de medas. Inquieto cada tanto, se levanta de Ja cama e insiste en salir. Gime ince- santemente, a menudo hasta entrada Ja noche, su sonore “fa-ja”, y traga tanto aire que su estémago y sus intestinos estén siempre completamente distendidos. Necesita purgas, 40 dé mayo..Se levanta frecuentemente de la cama, caiina sin rumbo por el cuarto, quiere ir al sétano; resulta muy dificultoso ‘mantenerlo-en la cama. 20 dé mayo. Menos inquieto, petmanece en-cama. Debe ser alimentado por dos enfermeros, Junio. No hay cambios mentales. Cuando hace buen tiempo el paciente es acompafiado o Hevado en silla de tuedas al jardin, Julie. Pasa la mayor parte del dia fuera de la cama. Mira Ios diarios, aparentemente sin demasiado interés. Intenta expresar sus ’ deseos mediante la escritura de signos ilegibles. Muy perturbador a causa de sus incesantes quejidos y sus fuertes “ja-ja®, Bafios de hojas de pino dos veces por semana. 13 dé octubre. No hay cambios mentales. Est4 continuamente bajo la influencta de alucinaciones auditivas que varian en inten- sidad. Alimentacién inadecuada; debe ser alimentado, se resiste vehementemente, 5 dé dictembre. Por momentos su mano derecha se hincha si- bitamente y Ie duele mucho si se Ja tocan; los movimientos activos y pasivos de Ios dedos también resultan dolorosos. Las aplicaciones de vendajes de Lig. alam. Ucetic. y Spirit. camphoratus hacen des- aparecer Ia hinchazén. Leve aumento de peso, Abril de 1910. Ha pasado algunas noches sin descansar. De . 24 Hempo en tiempo escribe algo en su cuaderng de notas; sus gara- batos se asemejan sdlo remotamente a letras, Julio, Tranquilo en general, se pone ansioso e inquieto séle - ~ cuando se levanta, se baiia, come, eteéstera, Sé protege de las aluci- naciones con silabas estereotipadas, . Diciembre. No ha cambiado mentalmente, En general el pul- so es muy lento pero fuerte, Marzo de 1911. Angina acompafiada de un estado general gra- vemente alterado, Tratamiento local con Piocianasa; mejorfa mo- ‘deradamente r4pida, con ia excepcién de dos nédulos linfdticos axilares que. tienen cada uno el tamatio de una nuez, Nuevamente le sube la temperatura, se le enrojecen y se le hinchan Jas amigdalas. 10 de abrit. Matitez cardiaca y Tespiracién debilitada, 12 de abril. Aumenta la matitez cardiaca, el pulso es mds dé- bil e irregular. Mejora con digitalina, : - 43 de abril, Una puncién pleural produce un liquido blan- cuzco opaco, putrefacto y de mal. olor. 14 dé abril. Muerte con sintomas de disnea ¢ insuficiencia cardiaca. La historia clinica se cierra con un informe muy detallado de Ja autopsia. El informe post mortem dice lo siguiente: Pleuritis exudativa crénica. Pyothorax sinistr. Fibrosis del pul- mén izquierdo. Colapso del Idbulo pulmonar superior izquierdo.. Pericarditis fibrinosa “acuta —Myodegeneratio cordis—. Esclerosis de las arterias coronarias, Hemorragias miltiples en el bulbo ce- rebral. Ademds de estas historias clinicas, el Hospicio del Condado también Ievaba informes administrativos. Estos ultimos se han - conservado en el Hospicic del Condado de Sonnenstein y contic- hen material adicional sobre Schreber, en general cartas de sus. parientes. Las cartas de su hermana casada (Frau Klara Krause) Tevelan, por su forma y contenido, a una persona muy culta. Evi- dentemente, ella tenfa una relacién afectuosa con Schreber y man- .tenfa una correspondencia permanente con la Direccién del Hos- picio para‘estar al tanto del estado de su-hermano. Cuando Schre- ber ya habia obtenido permiso para ausentarse ocasionalmente deF Hospicio, su hermana le escribié lo siguiente al Director: “Su en- 25 : canto y bondad y su disposicién exuberante eran casi los mismos que antafio, de tal-manera que se nos hacia dificil dejarlo ir cuan- ‘do Ilegaba el momento de partir, fijado por ustedes. Sin embargo, ‘no deseo ocultar que las maneras apresuradas, intranquilas y ner- viosas de mi hermano se nos hacian muy-notables, a pesar de que ya habia dado ligeras muestras de ello cuando era joven”. En una carta posterior (del 21 de marzo de 1900} escribe: “Me resulta incomprensible cémo él (Schreber) confunde los he- chos con declaraciones erréneas y vaguedades, por ejemplo en 10° que dijo sobre la enfermedad de nuestro buen padre y hermano, sélo porque se adecuan a su delirio actual; y que no mencione en - estas notas cosas que él sabia antes, cuando estaba bien. Por ejem- plo, no menciona el] incidente en el gimnasio, cuando una escalera de hierro cayé sobre la cabeza de nuestro padre, lo que puede haberle causado las peculiares quejas acerca de ‘su cabeza que aparecieron pocos meses después; tampoco informa que la psico- sis progresiva de nuestro querido hermano mayor ya habla sido reconocida en aquel momento, pero que el médico, que ya habia pensado internarlo en un hospicio, consideré que ¢l pobre hom- bre no estaba todavia lo suficientemente enferma. Actualmente piensa que todo, aun los acontecimientos mas temprandés, esta relacionado con lo sobrenatural y con lo magico”. Las cartas de su esposa difieren en gran medida, por su forma y contenido, de aquellas escritas por su hermana. Su escritura, algo ‘primitiva y. casi infantil, resulta muy sorprendente. De su contenido se desprende que no lograba adecuarse a su destino ~ser la esposa de un hombre brillante pero psicdtico— sino que reaccionaba quedandose perpleja y confusa. Su actitud hacia el esposo, que se ha convertide en psicético, es de desamparo y an- siedad. En muchas de sus cartas pregunta sobre su estado, pero aplaza sus anunciadas visitas, y a menudo se refiere a impedimen- tos externos. Cuando su padre se enfermé, ella escribe: “Mi cora- zén se siente atraide por mi querido esposo; no obstante, se ve’ constrefiido por el amor y el deber de una hija”, La hermana de Schreber menciona en una carta (marzo de 1900) la recurrente debilidad de la esposa: “Sus dolencias habituales se ven agrava- das actualmente por los efectos de Ja gripe”. En octubre de 1900 la sefiora Schreber, muy perturbada, es- eribe al Director del Hospicio que ha recibido una carta de su esposo en la que le anuncia una visita el préximo viernes. De ma: 88 nera reprensiva, le pregunta al doctor Weber cémo pudo pensar en semejante visita. Cuando visita a su esposo en el Hospicio se siente bastante segura, escribe,-pero cuando él Ja visite a ella, qué medios tiene para disuadirlo de sus ideas psicéticas y de que las Neve a cabo? “Mi presencia no Jo disuade en Jo mAs minimo de proferir sus rugidos. Qué haré si'comienza a gritar en casa, en el pueblo en el que posteriormente desear4 vivir?” La carta de su esposo Ja habla inquietado terriblemente. Ell 19 de julio de 1901 ef tutor de Schreber informa que éste, en una carta a su esposa, habia anunciado que la visitarla “pare tener de seis a ocho dias de vida matrimonial” en el otofio de 1901. Frau Schreber haba declarado que no se sentia con fuerzas pata ello, que ya estaba atemorizada por el simple pensamiento de vivir con él durante varios dias y que, en caso de que la visita tuviera jugar, sé marcharia de la casa para eludir a su marido, Tratando de apaciguarla, el Director del Hospicie le respondié que Schreber deseaba tal visita mds que nada como prueba de que su estado mental. permitiria esta unién conyugal. Necesitaba esta prueba para. utilizarla como argumento en su apelacién contra el hecho de haber sido puesto bajo tutoria. Pocos dias después la esposa escribe que su marido la ha amenazado: “Si no aceptas, te entablaré un juicio de divoreio”. A esto, ella agrega: “jCuantas veces he tenido que ceder-ante esta amenaza!” En Dresde su esposo siempre habia dicho que él era el jefe de la casa y que los parientes debian “soportar milagros”. “Durante el segundo afio de Ja enfermedad de mi esposo sufri tanto a causa de sus gtitos y risas convulsivas, que el Profesor Flechsig, que me trataba, a pedido de mi padre me prohibi6 que pasara tanto tiempo con el paciente.” 7 . . En 1901 Frau Schreber sufrié una coroideoretinitis. En marzo de 1902 la esposa se refiere nuevamente a la cuestién del permiso para abandonar el Hospicio que se le concederia a Schreber. “No tengo la menor idea de si mi suegra desea que él venga. No pres- taré la menor atencién a esto porque siempre se me atribuyen moéviles equivocados, y como no puedo acompafiar a mi espdso en este viaje, ya que iré a Viena para el parto de mi hermana menor, quiero su confirmacién. {Realmente tiene usted !a intencién de dar- le permiso para que haga el viaje? Me siento muy infeliz después de estos Gltimos dias tan dificiles; por cierto, fue terrible; el pobre . _— hombre gritaba tanto. jCudnto debe herirlo todo esto! Querido Profesor, ;qué vida tan dificil es-la mia!” . ? ” Merece destacarse el hecho de que la madre nunca escribié a la Direceién del Hospicio para preguntar sobre el estado de su hijo, Entre la correspondencia se encuentra también una carta del” doctor Weber dirigida a un colega que queria informarse: De ella se puede llegar a la siguiente conclusién: después de haber sido dado de alta, Schreber vivié en Dresde casi cinco afios. “Alli me encontraba muchas veces con él y, aunque no puedo dar un infor- me detallado sobre su estado, Jo-encontraba aparentemente normal. y de buen humor. En el otofio de 1907 vivid con parientes en Leip- zig, y alli fue necesario Nevarlo a Ja Clinica de Désen, el 27 de noviembre de 1907, como puede comprobarse en nuestros archivos.” Afiadiré una carta més, por Ja cual quedo agradecido al doc- tor Weber de Dresde, especialista en enfermedades Nerviosas & hijo del Director del’ Hospicio. En respuesta a mis preguntas, es- cribié: “Aparte del propio libro de Schreber no Boseo ninguna otra prueba escrita, excepto mis recuerdos personales. Comia en nuestra mesa familiar porque era lo que se denomina un pensionista; conversaba muy bien y era entretenido, pero de tiempo en tiempo Ilamaba Ja atencién porque hacia muecas, emitia ciertos sonidos, eteétera; a veces también interrumpia una comida para retirarse a su cuarto a ‘rugir’. Una vez‘vino de noche hasta donde estaban nuestras habitaciones {tenia la Have comin del Hospicio) y le pidiéva mi padre que-me despertara y me pidiera qué me sentara frente a Ta puerta de su euarto, para presenciar Jo que alli tenia jugar. Asi Jo hice, como obediente ‘tercera parte’, pero sélo escu- ché varios sonidos inarticulados (tugidos, gritos mas fuertes, gru- itidos guturales), y espués de media hora renuncié a mi puesto sin haberme enterado de nada nuevo. Recuerdo claramente su per- sonalidad, impresionante pero algo siniestra 'y muy nerviosa. En "esa época yo era demasiado joven para poder apreciar su enfer- medad. Pero pude ver sus posteriores desarrollos, un periodo en el que Schreber tenia perimiso para ausentarse, hacia cortos viajes a la ‘Suiza sajona’ y se comportaba impecablemente en Ja mesa; sya no volvi.a escuchar sus ‘rugidos’ en el jardin. Con Ia ayuda del certificado de mi padre, finalmente pudo manejar otra vez sus propios asuntos; valvid junto a su esposa, con Ja cual nose Hevaba. particularmenie, bien, vivid cerca de Leipzig y murié alli -de una 28 ne ati a esta eS os Sy ™ grave enfermedad, Posteriormente, en Blankenburg, cerca de War- da, tuve una conversacién acerea de Schreber con el doctor Mobius, el especialista en nervios de Leipzig. Schreber fue, sin ninguna » duda, un caso descollante e inusitadamenté impresionante que por cierto abrié ‘varios caminos -para Ia, comprensién de ia enfermedad psicolégica.” Finalmente, y, por una venturosa casualidad, mis esfuerzos por en- contrar parientes vivas de Schreber se vieron coronados por el éxito. Agradezco a uno de los sobrinos de Schreber (hijo de’ su hermana Anna), Procurador Doctor J., los: valiosos datos que me proporciond. Lo que sigue es un resumen de Ia informacién de él recibida: la madre de Schreber nacié en 1815, siendo por lo tanto siete afios mds joven que’su ‘maride. Cuando Schreber nacié tenia veintisiete afios, Murié en. mayo de 1907. - 2. By Los hermanos Schreber 1. Gustav 1839-1877 3 afios mayor 2. Anna Jung 30-12-1840-19441 2 afiog mayor 3. Daniel Paul, Presidente del . Senado 1842-1911 el paciente 4, Sidonie Schreber 1846-1924 4 afios menor 5. Klara Krause 1848-1917 6 aiios menor 1, ‘Gbviamente, Gustav es eb hermano al que hacen referen- cia Jas observaciones.de Freud. Segtin los registros del caso, suftia de pardlisis y se suicidé. Parece haber sido algo raro atin antes de su enfermedad, ya que eomenzé estudiando leyes y terminé es- tudiando quimica, 4, Esta hermana permanecié soltera y al final “ya no estaba - mentalmente del todo, bien”, 5. Estaba casada con un juez de distrito, Es ella Ja que de- mostré el mayor interés por Schreber entre los afios 1893. y 1902. La esposa de Schreber, Sabine Behr, era hija del principal di- tector del Teatro Estatal de Leipzig. Por Io tanto, proventa de un ambiente social que contrastaba, mucho con el de Schreber, que era académico. Su madre era hija de un comedidgrafo. > Sic. Murid a la edad de 104 afos. 29 Ella habia nacido-el 19 de junio de 1857, siendo por Io tanto casi quince afios menor que Schreber. Es evidente que se recupe- 16 del ataque de apoplejia que sufrié en 1907, dos semanas antes del comienzo del ultimo ataque de la enfermedad de Schreber. De cualquier forma, murié en mayo de 1912, sobreviviendo a Schreber por poco mas de un afio. © También agradezeo a Ia familia Schreber la informacién de que éste, después ‘de haber salido de Sonnenstein, se hizo construir una casa en Dresde. En aquel mismo momento, esto es, en 1903, los Schreber Ilevaron a su casa a una hija adoptiva que tendria entonces unos trece afios. (En oportunidad de su ultima admisién en 1907, Ja hermana de Schreber declaré que despuds dé haber salido de Sonnenstein él habia vivido con su madre. Se plantea aqui una discrepancia con las declaraciones de los familiares, que quiz sélo se deba a un malentendido.) Con Ia ayuda de los datos biograficos suplementarids se puede ahora formar un cuadro mds preciso de la vida de Schreber. Con anterioridad a sus tres atagues psicéticos, es obvio que habia estado sufriendo ideas hipocondriacas durante afios. Estas se acen- tuaron en el momento de su casamiento, en 1878, cuando tenfa treinta y seis afios. Presentamos a continuacién los perfados de hos- pitalizacion, durante los tres ataques psic6ticos: 1. Desde el 8 de diciembre de 1884 hasta el 1° de junio de 1838. Schreber tenia entonces cuarenta y cuatro aiios. El diag- néstico médico fue “Hipocondria”, 2. Desde el 30 de noviembre de 1893 hasta el 20 de diciem- bre de 1902. Al entrar, Schreber tenia cincuenta y un afios. El diag- néstico fue “Dementia Paranoides” (parancia). 3. Desde el 27 de noviembre de 1907 hasta el 14 de abril de 1911. Cuando entré Schreber tenia sesenta y cinco afios. No se hizo un nuevo diagnéstico. Freud, que trabajé sélo con las Denkwiirdigkeiten, se intere- _ 80 casi exclusivamente por el segundo periado de la enfermedad, que crefa habia sido producido por un aumento de la libido homo- sexual, Freud: estaba en dudas en cuanto a la época en que se pro- dujo este aumento de las tendencias homosexuales; por Jo tanto, se mostré inclinado a tener en cuenta factores biolégicos tales como . Jos climaticos, que ocasionarian. un aumento de la libido. El des- arrollo ulterior del psicoandlisis en los tiltimos cuarenta afios, des- de la publicacién de Freud en 1911, y nuestro conocimiento mas detallado de la historia de la vida de Schreber, justifican el intento de una explicacién ms amplia de la enfermedad de Schreber en su totalidad y no solamente el segundo ataque. Al mismo tiempos nuestro esfuerzo debe dirigirse particularmente hacia Ja clarifica~ cién’ de Ja causa de las tendencias homosexuales que. Freud no logté rastyear en Ja historia de la vida de Schreber. La informacion que poseemnos sobre la infancia de Schreber es insuficiente. La psicosis de una prima de la madre del paciente sugiere un factor etiolégice hereditario. Cuando nacié Schreber su padre tenia treinta y cuatro afios y su madre veintisiete. Su renom- brado padre sufria de una neurosis obsesiva con impulsos homi- cidas. . Freud demuestra que las extraiias. concepciones sobre Dios de Jas alucinaciones de Schreber, Ienas de Jas contradicciones més il6- gicas, provienen dé la actitud ambivalente de éste hacia su padre, cuya neurosis obsesiva debe haberle dado al hijo causas suficien- tes para semejante actitud. El padre era un médico con inclina- ciones filantrépicas que, al mismo tiempo, sufria de impulsos ho- micidas. Se sabe que la represién de los impulsos agresivos des- empeiia un papel importante en la neurosis obsesiva y, en los casos de padres neuréticos obsesivos, el desarrollo de los impulsos agre- sivos en los hijos esta, por regla general, rigurosamente inhihido. Tal inhibicién también debe tenerse en cuenta en el caso de Schreber. : La madre de Schreber fue descrita como nerviosa, con stibitos cambios de humor; via hermana como histériea. De Schreber sa- bemos que era talentoso y distinguido como estudiante, y que tenia la reputacién de ser’ sociable, de buen carActer, pero tam- bién que era impaciente, inquieto y nervioso. Freud cita las pro- pias afirmaciones de Schreber acerca de sus estrictos principios morales, en especial en las relaciones sexuales. Esto es todo lo que se sabe sobre su personalidad con anterioridad a su enfermedad. Tal vez logremos una-mayor clarificacién cuando dirijamos nues- tra atencién hacia las situaciones que existian en los comienzos : de cada fase de su enfermedad. Dichas situaciones estaban car- gadas de tentaciones y frustraciones. Sabemos por el primer infor- me del caso que en el momento de su casamiento (1878), ya habfan existido temores hipocondriacos. El afio anterior (1877) Gustav, el hetmano de Schreber, murié de paralisis. Lamentable- mente nada sabemos de 1a relacién de Schreber con su hermano, Resulta interesante el hecho de que seis afios después Schreber expres6 repetidamente str temor de que é] mismo sufriera de re- blandecimiento cerebral. Puede pensarse que este y otros miedos hipocondrfacos se originaran en sentimtentos de culpa hacia su hermano. Los sintomas hipocondriacos que aparecen en cl momento de un compromiso ‘de easamiento generalmente son Ja expresién de dudas inconscientes respecto del casamiento. Schreber pudo facil- mente haber tenido estas dudas al casarse con una joven de vein- thin afios, quince atios menor ‘que él. Es obvio que su esposa era una mujer vivaz y algo primitiva, que provenia de una familia de actores, La diferencia de posicibn social se vefa agravada por la- diferencia de los respectivos medios econémicos. Schreber pro- venfa de un hogar acomodado, y su familia —segan me ha infor- mado un pariente— poseia una gran hacienda cerca de Leipzig. En cuanto a los recursos de su esposa, Schreber escribe en 1901 (Denkwiirdigkeiten, p. 436): “Mi esposa tampoco carece de me- _dios. Sin embargo, la mayor parte de fos intereses que ella obtiene se derivan de mi capital”, Dadas estas amplias diferencias sociales, el casatniento de Schreber no posefa las cualidades que en los altos circulos oficia- les harian que se lo considerara como “de acuerdo con su rango”, Obviamente, el atractivo exético de la joven mujer prevalecié sobre Jos escrépulos de Schreber. Ademds, después de la muerte de su hermano, él era el tinica descendiente varén que podia perpetuar el nombre de la familia, La tradicién y el orgullo familiar hicie- ton que considerara su matrimonio también desde el punto de vista de Ia continuacién de 1a familia Schreber. Al considerar Ja histe- ria de su matrimonio, se plantex Ja cuestién de si las dudas secretas de Schreber, expresadas en sus meditaciones hipocondriacas, no estaban justificadas. De cualquier manera, a pesar de la afirmacién un tanto débil de Schreber en sentido contrario, no se puede tener la impresién de que su matrimonio fuera particularmente feliz. Esto se ve con- firmado por una carta de su esposa (1901) en donde dice que él Te ha propuesto e] divorcio Yepetidas veces. El doctor Weber, hijo del Director del Hospicio, informa que la relacién de Schreber con Su €sposa pocas veces era armoniosa. También puede inferirse su actitud ambivalente hacia ella, del-contenido-de sus’ delirios, Du- rante el primer ataque Schreber tema que Su esposa fuera envia- da lejos y que no retornara nunca, Durante el segundo ataque ° ereyé que ella ya habia-muerto, Freud ya habia considerado el papel que desemperié Ja falta de hijos en este matrimonio. Entre - los afios 1893 y 1902, esto es, durante el segundo ataque de su en- fermedad, evidentementé tuvieron discusiones por bienes y dinero. En la historia clinica que corresponde al aiio 1884, se men- eiona que Schreber estuvo muy intéresado en tomar parte en Ia campafia electoral. #1 mismo atribuye sus ataques Bsicdticos, pri- mero y segundo, a un exceso de trabajo mental ( Denkwiirdigkei- ten. p. 34). Schreber fue nombrado candidato al Reichstag. Segén pude establecerlo, no fue elegido, Las elecciones sirven para la gratificacién del- deseo de poder y autoafirmacién, y se sabe que Jas campafias electorales -generalmente conducen a discustones per- sonales, intrigas y ‘sentimientos de odio, Para un hombre de agre- sividad inhibida tal como, sin duda, era Schreber, una campatia electoral podia’ significarle. fAcilmente tna buena dosis de tensi6n y decepeién. Hija'de un padre famoso, en esa época Schreber in- tentaba’ convertirse en figura publica, pero fracasé, El impulso hacia Ia autoafirmacién se traslucla en su deseo de que se lo fotografiara, que é] expresé: varias veces durante su enfermedad. Las fotografias son los equivalentes modernos de los retratos de antepasados de los Hempos feudalés. Por medio de su fotografia Schreber podfa preservar por 16 menos un fragmento de inmortalidad. Por eneima de todo, aun en esa época debié sen- tir que serfa el “tltimo de su Inea”. Segan la historia clinica eo- Trespondiente a 1884, su esposa habfa tenido dos abortos espon- téneos én los seis Primeros: afios de su vida matrimonial. La afir- macién de Schreber. ( Denkwiirdigkeiten, p. 86) en el sentido de que los abortos de su esposa ocurrieron en el periodo posterior a su primera enfermedad es un error, a menos que se refiera a otros | abortos, . Por ultimo, en esa época Schreber exigta que se jo Ilevara en brazos. Es eyidente, aqui, que habia regresado a Ja nifiez tem- prana al fracasar en su intento de influir en los poderes del mundo exterior. El sintoma de los rugidos que tuvo una parte tan impor- tante en el segundo y el tercer ataque psicdtico también puede ser parcfalmente interpretado en este sentido, Schreber describe cémo rugia cuando Dios se habia alejado a una buena distancia de él. Mediante sus tugidos, Dios se sentirfa obligado-a acercarse de nuevo a él. Se comportaba como un nifio que llama a su madre. 33 te 7 pups ree También el comienzo del segundo ataque, en 1863, parece re- lacionado con problemas de autoafirmacién. En junio de 1893 el Ministro de Justicia le informé personalmente a Schreber que ha- bia sido nombrado Presidente de] Senado de la Corte de Apela- ciones de Dresde. También en esa época tuvo suefios, ya mencio- nados por Freud, relacionados con una recaida en su enfermedad anterior. Dado su nombramiento, Schreber pasaba a sét uno de los miembros mds importantes de la profesién, legal en Sajonia. Otra promocién, y Ilegaria al puesto mas importante de la justicia de” su pafs, es decir, al de Presidente de la Corte de Apelaciones. Apar- te de eso, existia la posibilidad de que se convirtiera en Presidente del Senado y de la Justicia Imperial de Leipzig, y en ese caso habria dejado Ia jurisdiccién provineial por el cargo mas alto det sistema legal federal. - ‘Cuando Sehreber asumié su nuevo cargo el 1° de octubre de 1893, se debio enfrentar con una enorme cantidad de trabajo. Dice en.las Denkwiirdigkeiten, p. 37: “Admito que fue la ambi- cidn y el interés por el cargo lo que provocé mi ansiedad por ob- tener, antes que nada, el respeto de mis colegas y de las personas . relacionadas con la Corte {abogados, etcétera) mediante mi indis- cutible competencia. Esto fue ain més dificil y requiria mayor tacto en Jas telaciones personales, ya que casi todos los miembros del panel de cinco fueces sobre el que debfa presidir no s6to eran mucho mayores que yo (hasta veinte afios mas de edad), sino que ademés estaban mas familiarizados, en algunos aspectos, con las practicas de las cortes de justicia, en Jas que yo cra_un recién Hegado. Esta debe de haber sido Ja razén por ja eual después de unas,pocas semanas senti el cansancio del trabajo. Comencé a dor- mix-mal en el mismo momento en que pude decirme a mt mismo que las dificultades de adecuacién al nuevo cargo y 4 las nuevas condiciones de vida, etcétera, habfan sido superadas en buena - medida.” . Sin embargo, el segundo ataque psicético de Schreber, que entonces se produjo, no puede decirse que estuviera relacionado con su falta de. calificacién profesional para su nuevo cargo. Su desarrollo y sus extraordinarios talentos contradicen tal idea. Las causas de la crisis, en su mayor parte, deben buscatse entre Tos . factores emocionales. Tal vez se podria pensar en la presién de- violentos sentimientos de culpa tales como los deseritos por Frend en su atticulo Los que fracasan al triunfar. Me parece, sin embar- go, que tiene mucha mayor importancia el hecho de que Schreber yiviera su nueva actividad como una competencia con figuras pa- ternales. ~ Huba otro factor contribuyente: Schreber hizo una sorpren- dente declaracién en Ja épaca’ del comienzo de su enfermedad; dijo (Denkwiirdigkeltens p. 37) que el insomnio con que habia comenzade su enfermedad mejor6 “después de la nica noche en la que faimos invitados a .una fiesta”. Esta observacién contiene una queja sutil. Es evidente que se sentfa algo aislado e incémodo en Dresde. a, Que el poder y Ia rivalidad desempefiaron un yok importante en la mente de Schreber se hace evidente por sus delirios relativos a Dios'y a Flechsig, aunque la fantasia homosexual era prominente desde ¢] comienzo. De todos modos, esto no oculta el hecho de que los delirios también contenian abundantes reproches contra Flechsig y Dios, relacionados directamente con la sujecién impues- ta. Flechsig y Dios lo privaban dé ese “derecho innato del hom- bre de disponcr libremente del. uso de sus nervios”. Schreber les imputaba a Fleehsig y a Dios “el esfuerzo por la ambicién y Ja bisqueda del poder”. Muchos de los contenidos de sus delirios reflejan de manera clara Ja lucha politica que en esa época man- tenjan’ Bismarck y el catolicismo. Schreber (protestante) debia promover —segiin crefa en sus deliriés— la conversién al catolicis- mo romano, de Sajonia y Leipzig, con Ja ayuda de un padre jesui- ta de Ja sede arzobispal de Praga, un abate, tres cardenales y el Papa mismo, asi como 240 monjes benedictinos. “En otras almas’ los intereses religiosos estaban mezclados con motivos nacionales; entre ‘ellos-estaba un doctor de los nervios vienés cuyo nombre casualmente era idéntico al del padre benedictina antes mencio- nado, un judio bautizado y un eslavétilo que deseaba, por mi inter- medio, convertir' a Alemania en eslava y al misrio tiempo estable- cer e} reino del judafsmo; aparecia en su papel de médico de los nervios, similar al que el profesor Flechsig desempefiaba en Ale- mania, Inglaterra y Estadas Unidos, es, decir, ser en los -principales paises germanicos una especie de apoderado de los intereses de Dios en otra de Jas provincias de Dios, en especial la parte eslava de Austria; a poco, esto condujo a una lucha por el. dominio que se origind en los celos que existian entre él y el profesor Flechsig.” (Denkwiirdigkeiten, pp. 49-50.) Los motivos de poder asumieron gradualmente dimensiones edsmicas. Cierto profesor Wachter se convirtié en el lider por en- 35 : cima de Sirio, y a un alto dignatario de la iglesia se le dio una posicién similar por encima de las Piéyades. También habia derro- tas en estas luchas por el poder (ibid, Bp. 70): “De todas partes Me- gaban malas noticias en el sentido de que esta o aquella estrella, esta o aquella constelicién, debia ser ‘rendida’; en una oportuni. dad, se Hegé a decir que Venus estaba ‘inundada’, en otras opor- tunidades’se pensaba que todo el sistema solar estaba ‘destruido’, y Casiopea y toda su constelacién debian ser reunidas en un dnico sol; y que tal vez sélo las Pléyades se salvarfan.” A poco el mismo Schreber pasé a desempefiar un importante papel en estas luchas por el poder. La “idea general” era Ja siguiente (Denkwiirdigkeiten, pp. 83-84): “Significaba que fuera de Ia. érbita- del pueblo germa- no, mediante el conflicto entre el profesor Flechsig y yo, se habia originado una riesgosa crisis que ponia en peligro la estabilidad del Reino de Dios; que el Hderazgo ya no podia quedar en manos de Jos germanos, en especial de la Alemania Protestante, como el pueblo elegido de Dios, que hasta podrian ser arrojados para siem- pre mediante la eleceién de otros mundos (‘planetas poblados’), 4 menos que un campedn del pueblo germano sé adelantara para - Probar el duradero valor de ellos. Este campeén debja ser yo u otra personalidad que yo designara.” En otro cuerpo astral existian “nuevas personas surgidas del espfritu Schreber” para quienes éste, como santo nacional, se habia convertido en objete de veneracién, Schreber acentuéd repetidas veces que para él era una “lucha san- ta por el mayor bien'de Ja humanidad”, ~ La batalla césmica se desvanecié en forma gradual en la oscu- ridad de sus delirfos. La dramética lucha de Schreber con Dios Negé a su punto culminante cuando Ja malignidad de Dios intenté desanimarlo y privarlo de sus’ poderes intelectuales. De manera obvia, la privacién de los poderes intelectuales simboliza Ia -cas- tracién. De todos modos, por encima de todo esto, en Ja lucha por » él poder se convierte en ‘un arma dirigida contra un hombre que Con toda justicia podia estar orgulloso de sus capacidades intelec- tuales, Aqui debemos recordar que a continuacién de la muerte bor pardlisis de su hermano mayor, eI temor de Ia locura corrfa como un hilo rojo a través de los infinitos temores hipocondriacos de Schreber. También crefa que de tanto en tanto tenia una segun- da existencia en-una forma mentalmente interior ‘(Denkwiirdig-. keiten, Pp. 72-73), Seis meses antes del comienzo de su Ultimo ataque, la madre de Schreber murié a Tos noventa y dos afios, Segiin su hermana, é] 36 wobec hy we reaccioné a esa pérdida sélo con un insomnio pasajera.' Vale la pena observar que la imagen de su madre perduré en forma des- vaida. Su vida estaba casi totalmente bajo la influencia de la abru- madora figura paterna. De todos modos, se puede suponer que Ja muerte de su madre en mayo de 1907 lo perturbé, dado que la hermana menciona “tn reciente agotamiento” como resultado de su preocupacign por los legados que pueden haber movilizado con: flictos ocultos, En noviembre de 1907 la esposa de Schreber tuvo un ataque de apoplejia que provocé una afasia: Inmediatamente después se produjo su ultimo ataque psieétice. Se puede suponer con toda seguridad que los: sentimientos de Schreber hacia la enfermedad. de su esposa eran muy ambivalentes; en él debian de coexistir el temor de perderla y los deseos de muerte con los correspondientes sentimientos de culpa. Por ultimo, la enfermedad de ella también le advertia que él mismo estaba envejeciendo. Dada su inaccesi- bilidad, sabemos muy poco acerca de Jos contenidos de los deli- rios de su ultima psicosis, Pero parece ser que reaparecieron las mismas ideas que lo habian preocupado entre los afios 1893 y 1902. Estas eran, entonces, las caracteristicas mds importantes de su estado emocional al comienzo. de los sucesivos ataques psicé- ticos: al comienzo de su primer ataque se trataba de deseos.insa~ tisfechos de autoafirmacién y decepciones relativas a su mujer. EI segundo ataque se produjo en un momento de su vida en ¢F que aparentemente la necesidad de ‘autoafirmacién de Schreber pudo haber hallado gratificacién, pero de manera caracteristice experimenté esto como si se tratara de nuevas exigencias que se planteaban en Ja competencia con figuras paternales. También tuvo otras decepciones relativas a su mujer, ya sea abortus espontdneos o frustraciones de otro tipo, lo que hizo que informara en forma equi- vocada acerca de los abortos de su mujer, que ocurrieron entre los aiios 1878 y 1884, como si los ‘mismos hubieran tenido lugar entre’ 1885 y 1893. El iltimo ataque se produjo luego de la muerte de " su madre y de Ja grave enfermedad de su esposa. Por entonces era ya un hombre de sesenta y cinco afios que habia perdido sw posi- cién y que no tenia. herederos, Revisemos ahora estas situaciones de frustracién a la luz de algunas de-las observaciones generales de Freud que tenian coma base ¢l caso Schreber. Lo que sigue esta de acuerdo.con nuestra concepeién. Freud eseribe (Gesammel- te Werke, Bd. VIII, p. 298, Coll. Papers, vol, IIL, p. 447, Obras Completas, p. 684): “Aquellas personas que han Jogrado salir por completo del estado de narcisismo, integrando, por tanto, una fija cién al mismo, que puede actuar en calidad de disposicién a lq, enfermedad, corren peligro de que una crecida de la libido, que { no encuentre otra derivacién distinta, imponga a sus instintos so~ 4 ciales una sexualizacién y anule con ello las sublimaciones logra- das en el curso de la evolucién. A un tal resultado puede Nevar “ tddo aquello que provoque un retroceso de Ja libido, una regresién; esto es, tanto wna intensificacién colateral por desilusiones experi- mentadas cerca de la mujer, como un retroceso directo por fra- 3 cuso cn. las relaciones directas con los hombres o una intensifica- cidn general de la libido, demasiado poderosa para encontrar deri- “yacién por los caminos va abiertos, y que rompe, en cansecuencia, los puntos débiles de los diques que trazan su curso” {las bastar- dillxs son mias]. Freud no desarrolla la referencia al “problema en las relacio- nes sociales con otros hombres”; Jo cual sugiere, evidentemente, que en 1911 el significado de los impulsos agresivos atin le. era desconocide. Por primera vez en 1930 Freud observé autocritica- mente (jue no podia entender cémo pudo haber “pasado por alto la ubicuidad de la agresién y la destruccién no erética y pude no concederle su propio lugar ea el significado de la vida". La brillante interpretacién de los delirios de Schreber por ‘parte de Freuel sigue siendo valida en Ja actualidad. Pero ahora ‘estamos cn condiciones de complementar Ja interpretacion de Fread al poder demostrar las condiciones reales que condujeron a ln aparicién de ta libido homoséxual de Sehreber. La génesis de los impulsos homosexuales en los hombres es un proceso altamente complejo en el que los Factores innatos (bise- “xualidad innata) desempefian un rol junto con las especifieas expe- rencias de. ta nifiez. Las segundas, de manera obvia, tienen efecto en buena medida en lu estera de los impulsos ‘pregenitales, Entre otvos autores que eseribicron sobre el tema, Schultz-Heneke tam- hién —alrefevirse a da declaracién de Freud acerea del significado de los impulsos agresivos antes mencionados— sostuvo Ta epi- nidn de que el homosexual se caracteriza en buena medida por el hecho de que, como resultado de ka temprana supresidn de Tos impulses combativos activos, desarroila tendencias a le suavidad y ala rendicién. Schreber podria ser considcrade como una. ilas- tracién de esta concepeién. : . Por ultimo, existe todavia otra observacién que se puede apli- car at segundo ataque psicitica de Schreber. La segunda enfer- eld al ipsatccrcNs je AEN core Rabe earn ia medad psicética de Schreber, segiin sus propias pruebas, alcanz6 su punto critico en el otofio de 1895. Schreber, nacido en julio de 1842, tenia en’ esa época cincuenta y tres afos. En ese perfodo _como lo sefialara Freud— Ta combinacién de fantasias de castra- cion y de ideas en el sentido de la redencién del mundo comen- zaron a tomar forma. La castraci6n, hasta entonces rechazada como “gontraria a las leyes césmicas”, se aceptaba ahora coma en con- cordancia con ellas. El padre de Schreber vivid hasta Ja edad de cincuenta y tres afios y un mes, De este modo la etapa de transi- gin de Ja segunda psicosis de Schreber tuvo lugar en Ja época en que aleanz6 o superé Ja edad de‘su padre. Como el padre- Dios no habia castigado a Schreber con 1a muerte , ar su audacia al competir con él, Schreber se resign6 a la “subsiguiente obedien- cia”. Ademés, la importancia de la edad det padre puede verse también en otro elemento: Schreber imagina que hay sélo otros 919 afios permitidos a la duracién del mundo. De esa manera pro- fetiza al mundo sélo cuatro veces mas que ja duracién de la vida de su padre. . Deseo concluir este ensayo con algunas reflexiones concer- nientes.a la pregunta de si, en principio, es permisible Ja interpre- lacién psicalégica de sintomas' psicéticos, Desde Ia época del -ar- ticulo de Freud sobre Schreber, en 1911, hasta la fecha Ja relacién ‘entre psiquiatria y psicoandlisis sufrié cambios de importancia. En “Jos EE.UU. el psicoandlisis pasé a ser parte integrante de la psi- quiatria, mientras que en la mayoria de los paises europeos ta psiquiatria es todavia mas o menos hostil a Ja psicologfa de la meri- te inconsciente. “Sin embargo, la idea de que el contenido de los delirios psicdticos es psicolégicamente entendible, o que por lo menos es accesible a la interpretacién psicolégica, ha penetrado gradualmente en Ja psiquiatria académica. Esta “concepcién esta expresamente reconocida como legitima, por ejemplo, en un ensa- yo de Kurt Schneider (“Psychotherapie endogener Psychosen A Dtsch. Medizinische Wochenschrift, 1952). La psiquiatria alema- na, ahora como siempre, insiste en que la “existencia” (Da-sein) de. psicosis come opuesta 4 “la forma que toma” (So-sein)— no es explicable psicolégicamente y es la expresién de un proceso de enfermedad fisica. La psiquiatria se ha esforzado por hallar Ja prueba de este axioma durante sesenta afios, hasta ahora sin nin- gin resultado positive. La investigacién acerca de ia herencia de la esquizofrenia realizada por Luxemburger en realidad indica que el setenta por ciento de los factores etiolégicos es de naturaleza he- reditaria aunque la especificidad de los mismos atin esté por pro 4 barse. Mientras a &énesis de-la esquizofrenia sea tan oscura, el analista continuara su elabotada investigacién sobre el treinta por ciento de los factores etiolégicos no hereditarios y se formard sus . Propias ideas acerca de la psicogénesis de Jos sintomas esquizofré-” nicos. Tengo la impresién de que el caso Schreber resulta especial- mente adecuads para este enfoque. : Apéndice La Biographicat Encyélopaedia of the Eminent Doctors of all Times and Nations, editada por el doctor August Hirsch, contiene e] si- Suiente relato acerca del Padre de Schreber: : to Scuneser, Daniel Gottlob Moritz, nacido ais de octubre’de 1808 en Leipzig, se dedicé al estudio de la medicina a partir’ 3 de 1826 en la Univeisidad de esa ciudad, se gradié en 1833 y, # 40 dos -d Observaciones complementarias al trabajo de Freud sobte Schreber Franz Baumeyer Cuando en 1903 Schreber fue dado de alta del Hospicio del Con- dado de Sonnenstein, probablements pasé una breve temporada en Leipzig con su:madre y. su hermana, pero regresé luego a Dresde junto a su mujer. Alli Ja situacién habfa. cambiado; en el {nterin su esposa se habia hecho cargo de una muchacha que entonces tenfa 13 afios, La muchacha, que proventa del cfreulo de allega- 1 Schreber, era’ hija de.un_actor, D é: vivid’ ert un orf I eber Ia ss) cati hreber, tal como lo rewnlg su‘de-.- orguilo familiar. Y después de la muerte nico descendiente varén de Ja familia. Por eso lafalta de hijos debié resultarle especialmente penosa. En su 41 delirio, la fantasia de pari él mismo desempefia un importante * papel. Entre las Cartas de Freud encontré un pasaje que confirma % mi suposicién. Freud escribid a Marie Bonaparte el 13 de setiem- bre de 1926: “Ni estimada Princesa:. Yo habia pédido a un discipulo de Dresde ~que luego murid en % la guerra—-que me procurara alguna informacién sobre Schreber, que natiralmente no ‘utilicé en mi trabajo. Supe por él que Schre- ber tenfa cuarenta y tres aiios cuando se mhanifestd su enfermedad, | como si dijéramos en la menopausia aronil. También supe que fue acertada mi suposicién de que habia perdido a un hermano mayor. | Evidentemente tuvo lugar asi la transferencia con Flechsig. Me en- } teré también de que después de dejar su cargo vivid satisfecho en su casa durante algunos aiios, hasta que su mujer sufrié una § crave apoplejia, Despu's de esto se sintié inseguro-e ingresd nue- 3 vamente en el hospital. No recibi mds informacién que éstd, pero ™ “se puede stponer que el motico dé sis enfermedad fue el verse § separada de su mujer y su disgusto porque ella no.le dio hijos: Con @ la apoplejia voltieron los sentimientos de culpa y Ta téntacion.” Un signo de Ja inquebrantable Vitalidad de Schreber es que se construyé una casa en Dresde después de su salida de Sonnens- & tein, En 1905 ya estaba lista para habitar y Schreber vivid en ella dos afios. a Su hija adoptiva, que vivic con ¢1 durante cuatro afos’ (1903- a 1907), cuenta que durante esos anos sélo recibid de afecto y bondad. Destaca explicitamente ‘que ‘cuando tenia tre: - a +e ce » catorce afios, nada lHamaba particularmente Ta atencién en : el comportamienta de Schteher, salvo que siempre mantenia: algo. inclinada la cabeza y a mennda permaneci entado con los ojos cerrados. Se jnteresaba mucho par los trabajos escolares de su hija y la ayudaba a hacerlos “sin Impagientarse jamais”. La hija se convirtié en una buena compaficra de viajes de Schreber y aprovechd los conocimientos de éste sobre ciencias na- turales. Viaj6 con él por.Ja Suiza germamnica y dos veces por el Tirol. La seijora Schreber no era buena caminadoya y le alegraba “que # nosotras dos nos Tevdramos tan bien”. En esa época Schreber cami- . Buenos Aire 4 Jones Emest, Vide y obre de Sigmund Freud. WH. XN 1962, p. 465. 42 Schreber | naba con agitidad a pesar de sus sesenta y cinco anos. De uno de los informes de In hija surge lo siguiente: “Durante la cons- gruccién de la casa se preocupé e interesé por todo. Cuando no salia tocaba mucho el piano. Era también buen jugador de aje- drez; iba dos veces por semana a Ta ciudad para jugar, pero tam- pién jugaba en casa solo, moviendo las piezas de ambos lados, con una revista de ajedrez en Ja mano. Leia mucho y se inte- resaba por cuanto acontecia en el mundo cultural. Su personalidad y calidez humana seducian a todo aquel que lo conociera...” Una feliz casualidad me permitié también contar con algunas fotos de Schreber y su familia. Debo agradecer parte de estas fotos a su hija adoptiva; las demas provienen de personas de mi relacién. La foto de Schreber, ]a nica que se conserva, muestra un hombre de treinta a cuarenta afios, de abundante cabellera y grandes bigotes. La foto, evidentemente, data de una época ante- rior a su primera enfermedad mental; muestra un rostro inteligen- te, claro y enérgico. Las fotos de la sefiora Schreber pertenecen a diferentes épocas de su vida; la primera cuando era una mu- chacha 0 una joven sefiora; en Ja altima, probablemente una mujer de treinta y cinco a cuarenta afios. Es innegable el cambio de expresion; por un lado, la serenidad del rostro juvenil, y por el otro, la seriedad de: la mujer madura, Resulia asimismo signifi- eativa la foto del padre de Schreber. Vestido de levita, en una postura qué recuerda la de un orador, acomnpafia la palabra con un ademdn de la mano derecha, mientras mantiene apoyada la izquierda. Debemos reconocer la importancia del trabajo de Niederland sobre Schreber y especialmente las reflexiones sobre su padre: Sobre la base de las Memorias reconstruye una imagen del padre de Schreber, un hombre de severidad rigida y auto- ritaria. a o “Politzer (1862)

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