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Serie La Biblia parte 18 - Doctrina de la Biblia

Autor: Paulo Arieu

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.(Sal. 119:105


RVA 1960)

DEFINICIÓN: Este término se forma de dos voces Griegas: “Biblos” y “Logos” -


tratado o estudio acerca de la Biblia.
LA BIBLIA - PALABRA DE DIOS

I. LA NECESIDAD DE UNA REVELACIÓN:

La luz de la razón y la naturaleza dan a los hombres la capacidad de descubrir


muchos secretos del universo, pero no los capacita para resolver los problemas más
profundos de su existencia, tales como: su relación a Dios, el propósito de la
existencia, y el destino futuro del hombre. Estas cosas no pueden ser conocidas sin
una revelación especial del creador.

1. ES IMPOSIBLE CONOCER LOS ATRIBUTOS DE DIOS SIN UNA


REVELACIÓN.

Hagamos diferencia en primer lugar entre la existencia de Dios y el carácter de


Dios. El mar, los árboles, los ríos nos hablan de la existencia de un Dios - creador,
pero nada nos dicen de su carácter, es decir si odia el pecado, si es amor, si es
perdonador. La razón, esa luz o conocimiento natural que todo hombre tiene, se
limita a las cosas del tiempo; necesita d ela revelación divina para llegar a conocer
todo lo que no pertenece al reino de su anturaleza; la bondad, la omnipresencia y
todos los atributos de Dios, no se pueden conocer sin una revelación de El Mismo.

2. ES IMPOSIBLE CONOCER O CONCEBIR LA IDEA DE LA TRINIDAD SIN


UNA REVELACIÓN.

El hombre ha podido pensar en un Dios o en muchos dioses, pero el hecho de que


exista un sólo Dios en tres personas es imposible conocer, ni por la luz de la razón
ni por la naturaleza, sino solamente mediante una revelación especial de ese mismo
Dios-Trino.

3. ES IMPOSIBLE CONOCER LA GRACIA DE DIOS SIN UNA REVELACIÓN.

El mundo no sabe lo que es la gracia de Dios. La gracia es más que


compadecimiento y longanimidad; es el favor divino hacia los pecadores,
manifestado al enviar a Jesucristo a morir por ellos para que sean salvos.¿Quién
podría imaginar tal plan maravilloso de salvación para los hombres? Sería imposible
sin una revelación divina.

4. EL HOMBRE NO CONOCE EL ORIGEN Y EL PROPÓSITO DE SU EXISTENCIA


SIN UNA REVELACIÓN.

El hombre necesita luz sobre su pasado, presente y futuro. Mucho se ha especulado


sobre el problema del origen del hombre, pero nadie ha podido dar una solución
satisfactoria del enigma. Solamente la revelación de Dios resuelve el problema
revelando la verdad de que el hombre fue hecho por Dios a su imagen y
semejanza. ¿Cómo hubiera sido posible conocer una cosa que parece increíble, una
verdad que hace tanto bien a nuestras almas? Solamente por una revelación de
aquel quien hizo al hombre.
5. ES IMPOSIBLE CONOCER EL PROPÓSITO DE LA EXISTENCIA DEL
HOMBRE EN LA TIERRA SIN UNA REVELACIÓN.

El hombre fracasa por que se ha equivocado en cuanto a este asunto tan


importante. Muchos creen que el hombre es un accidente de la naturaleza y que su
existencia carece de propósito verdadero. Cuando el hombre descubre que su
misión es glorificar a Dios, toda su vida cambia. Ahora comprende que su
responsabilidad es la de alejarse del mal y obedecer la voluntad de Dios.

6. ES IMPOSIBLE CONOCER EL ESTADO FUTURO SIN UNA REVELACIÓN.

Las opiniones de los hombres han sido muy variadas en relación a esto. Unos han
dicho que la vida se extingue con la muerte (deja de existir); otros han dicho que
se vuelve a encarnar (reencarnación); y otros se han imaginado un cielo de
placeres mundanales. Estas teorías confunden y sumergen a las almas sinceras en
desesperación. ¿Cómo hubiéramos llegado a saber que la vida no termina con la
muerte? ¿Cómo hubiéramos sabido del juicio de Dios? ¿Cómo hubiéramos llegado a
saber que “la paga del pecado es la muerte y la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús? Sin una revelación el futuro es obscuro e incierto. La revelación disipa
las tinieblas e ilumina el futuro con las promesas de salvación en Cristo.

II. EL HECHO DE UNA REVELACIÓN.

Los hombres necesitaban una revelación. Dios podía revelarse y quiso revelarse
para el bien de los necesitados y para Su gloria. Esa revelación es la Biblia. Dios
escogió a hombres para escribir de una manera permanente esa revelación. (II
Ped. 1:21; Ex. 17:14, 34:27; Isa. 8:1; Hab. 2:2; Heb. 1:1-2).

Los escritores de la Biblia son los mejores testigos de eso, porque ellos dicen en
estos textos que Dios les mandó escribir. Además, muchas veces usaron
expresiones como las siguientes: “Dijo Jehová”, “Así ha dicho Jehová”, “Empero
Jehová había dicho”. La Biblia del principio al fin da la gloria a Dios. El es el primero
y el último. La expresión “Gloria a Dios en las Alturas: parece estar en cada página.
De El, por El, y para El son todas las cosas. La Biblia es la Palabra de Dios; es el
libro de Dios. Este libro nos revela las realidades espirituales y las realidades del
cielo. Descorre el velo de la eternidad y nos muestra un mundo que nunca
hubiéramos podido descubrir por nuestro propio esfuerzo. “Cosas que ojo no vió, ni
oído oyó, ni han subido en corazón de hombre” son las que Dios tenía guardadas en
su secreto eterno, las cuales son reveladas en la Biblia. Por ellas podemos tener un
conocimiento suficiente del carácter de Dios para adorarle como El quiere que le
adoremos. Por ella conocemos de donde venimos y a donde vamos. En ella hay
respuesta a todas nuestras preguntas. Es el pan de vida para el hambriento, agua
de vida para el sediento, fuego que quema la impureza, espada que penetra hasta
lo más profundo del alma.

EVIDENCIAS DE QUE LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS

Ya nosotros los cristianos creemos que la Biblia es la Palabra de Dios. Lo hemos


comprobado y no lo discutimos. Pero con frecuencia nos encontramos con personas
que exigen algunas pruebas, el obrero del Señor debe saberlas a fin de poder guiar
a otras almas a la sublime verdad de que Dios se ha revelado a los hombres y de
que esa revelación es LA BIBLIA.

Es cierto que el hombre posee una inteligencia grande y poderosa pero también es
cierto que los conceptos vertidos en la Biblia revelan una mentalidad más elevada
que la del hombre. (Is. 55:8-9). Hay conceptos como el de la omnipresencia de
Dios - el hecho de que Dios está en todo sitio al mismo tiempo - que aún ahora
después de habernos sido revelado, nos es difícil entenderlo ¡Cuánto más
inventarlo!. En esta misma forma se puede pensar en otras verdades como la
Trinidad, la Encarnación, la Gracia y otras que están fuera de la mentalidad humana
y que nos enseñan que el hombre no ha podido producir un libro como la Biblia y
que, por lo tanto, éste tiene que ser de origen DIVINO.

Supongamos por un momento que el hombre hubiese podido producir un libro


como la Biblia. Entonces no hubiera querido producirlo, porque la Biblia lo sitúa en
una condición muy baja; caído en el pecado y la depravación, imposibilitado de
hacer obras para salvarse, porque su justicia es “Como trapos de inmundicia” y por
fin lo declara pecador y destituido de la Gloria de Dios.

1. UNO DE LOS ARGUMENTOS MAS FUERTES PARA PROBAR QUE LA BIBLIA


ES LA PALABRA DE DIOS ES LA PROFECÍA CUMPLIDA.

Tanto en el Antiguo Testamento, hay un sinnúmero de profecías cumplidas en


relación con el pueblo judío, en relación con otras naciones y muy especialmente,
en relación con Cristo. Tomando a Cristo como ejemplo, veamos algunas de Sus
profecías cumplidas. Se predijo Su venida desde tiempos muy remotos. (Gén. 3:15,
Deut. 18:15) Isaías anunció Su linaje. (Isa. 11:1) Miqueas dijo el sitio donde había
de nacer. (Miq. 5:2) En el capítulo 53 de Isaías se habla tan claramente de Sus
sufrimientos como si se hubiera escrito después de su venida. ¿Quién puede
profetizar con tanta exactitud a no ser que sea guiado por el Espíritu Santo?
Tenemos que llegar a la conclusión de que “toda Escritura es inspirada
divinamente”. (II Tim. 3:16).

2. LA PERSONA Y EL CARÁCTER DE CRISTO SEGÚN LO PRESENTAN LAS


ESCRITURAS, DEMUESTRAN SU ORIGEN DIVINO.

Su persona es única en toda la literatura. Además, Su nacimiento de una Virgen,


hijo de María y no de José, Hijo de Dios e Hijo de hombre al mismo tiempo,
poseyendo dos naturalezas y una sola persona. ¿Quién hubiese imaginado una
persona con tales atributos? En cuanto a su carácter, un hombre que no cometió
pecado en toda Su vida, el cual pudo decir a Sus enemigos: “¿Quién de vosotros
me redarguye de pecado?” La persona y el carácter de nuestro Señor Jesucristo
prueban inequívocamente que la Biblia es de origen divino porque lo imperfecto no
puede producir lo perfecto.

3. LA UNIDAD DE LA BIBLIA PRUEBA SU ORIGEN DIVINO.

Es un libro escrito por más de 30 autores que escribieron en distintas épocas


cubriendo un período como de catorce siglos. Sin ningún plan trazado de antemano
y sin embargo todos representan los mismos atributos de Dios; hablan del estado
caído del hombre, presentan para la humanidad a Cristo como la única esperanza
de salvación; parecen escritos por una sola persona, y así es la realidad, pues Dios
les inspiró para que escribieran en esa forma, de lo contrario no habría unidad en el
libro. (II Ped. 1:21)

4. EL EFECTO DE ESTE MARAVILLOSO LIBRO SOBRE LAS VIDAS DE LOS


HOMBRES PRUEBA SU ORIGEN DIVINO.

Se han escrito muchos libros de moral pero ninguno puede transformar los
corazones como la Biblia. Se cuenta de un incrédulo francés que viajaba por el sur
del Pacífico, deteniéndose en una de las islas entró en conversación con su jefe.
Este empezó a contarle de todos los adelantos que tenían, haciendo énfasis de que
todo lo debían a la religión de la Biblia. El francés por su parte, dijo que ya en
Francia no creían en la Biblia. Y le puso algunas objeciones al origen divino de ella.
El isleño humilde no teniendo argumentos con que refutar al francés, repuso:
“Amigo, no puedo contestar a sus objeciones, pero una cosa le diré y es que si no
fuera por este libro, ud. No estaría aquí vivo porque ya nos lo hubiéramos comido.”
Este relato prueba elocuentemente el poder transformador que tiene la Biblia y ese
poder no sindica que la Biblia es de origen divino.

LA BIBLIA ES INSPIRADA POR DIOS

Los autores de la Biblia declaran que escribieron guiados por Dios. El apóstol Pablo
dice enfáticamente que toda Escritura es inspirada divinamente. (II Tim. 3:16) A
esa influencia divina que cobijó a los autores mientras que escribieron la Biblia se le
llama inspiración. No debe confundirse la inspiración así descrita con la inspiración
de los poetas, pintores o los músicos; eso es un don natural que Dios da a ciertas
personas; la inspiración de los autores sagrados no fue natural sino sobrenatural,
milagrosa. Nunca hubo hombres igualmente inspirados antes, ni los habrá en el
futuro.

Tratando de definir el término, diremos que la inspiración bíblica es aquella


influencia inexplicable del Espíritu Santo sobre ciertos hombres escogidos, por Dios,
para escribir la revelación del carácter y Su voluntad, que los guardaba de error en
la comunicación de todo lo que debía constituir una parte de esa revelación.

TEORÍAS SOBRE LA INSPIRACIÓN

(Sal. 12:6, 18:30, 19:7; Prov. 30:5)

1. LA BIBLIA ES UN LIBRO CUALQUIERA.

Esta teoría es a veces conocida como la teoría natural. Hoy mas que nunca hay
muchas personas que la Biblia es un producto de la mente humana. Creen que la
Biblia debe estimarse por su antigüedad, por contener datos históricos de mucho
valor y por haber sido el libro que más influencia ha ejercido sobre la humanidad.
Por supuesto, circunscribir el valor de la Biblia a sólo esto, es negar su inspiración.

2. LA BIBLIA FUE DICTADA POR DIOS.

Es conocida a veces como la teoría mecánica. Los que así creen sostienen que Dios
dictó la Biblia palabra por palabra según aparece en los idiomas originales. Según
esta teoría los autores fueron meras máquinas que escribieron aún sin sentir lo que
escribían. Esto sería un atropello de las facultades humanas y una violación de la
personalidad, lo que Dios nunca haría. La primera teoría descarta a Dios y da el
énfasis al hombre; ésta por el contrario, descarta al hombre y le da el énfasis a
Dios. La primera teoría carece de fundamento porque el mismo libro reclama ser
inspirado y la segunda, porque está a la vista el rastro del hombre, cada uno con su
propio estilo literario y con sus propias palabras.

3. DIOS INSPIRO EL CONCEPTO Y NO LAS PALABRAS.

Los siguientes versículos dan énfasis a las “palabras”, I Cor 2:13, Juan 17:8, y Ex.
20:1. Dios dejó a los escritores libres para escoger las palabras que le eran
conocidas y las que acostumbraban usar, o sea Dios los dejó usar su estilo
individual; sin embargo, fueron palabras de Dios. Leemos una y otra vez, “Así dice
el Señor” y “El Señor habló, diciendo” o “Así ha dicho Jehová”.

4. HAY GRADOS DE INSPIRACIÓN.

Unas personas dicen que en partes son más inspiradas que en otras. Por ejemplo,
que las palabras de Cristo en los Evangelios valen más que los escritos de Pablo o
que las cartas de Pablo so más inspiradas que el Antigüo Testamento. “Toda
Escritura” es inspirada divinamente.

5. DIOS INSPIRO LA BIBLIA DE UNA MANERA VERBAL.

En los manuscritos originales, el Espíritu Santo guió en el escogimiento de las


palabras usadas. El Espíritu Santo usó el estilo de cada uno de los autores para
cumplir cierto propósito pero sin error. También quiere decir que la inspiración
incluye todo, que la Biblia es en todo infalible según la verdad y final como la
autoridad divina. Esto se respalda en los testimonios de los siguientes:

Moisés - Ex. 34:27

David - II Sam. 23:2, Sal. 45:1

Salomón - Prov. 30:6

Isaías - Is. 6:5-8

Jeremías - Jer. 1:7, 36:1-2

Zacarías - Zac. 7:7

Cristo - Mat. 8:17; Juan 8:47, 12:48, 14:10, 17:8

Pablo - I Cor. 2:4

Judas - Jud. 17-18

RESTRICCIONES DE LA INSPIRACIÓN

1. La inspiración no implica una influencia sobrenatural en la preservación de las


Escrituras, sino sólo en la primera comunicación de su contenido.

2. La inspiración no implica que los escritores fueran impecables, sino que como
instrumentos de Dios en la revelación divina estaban exentos de error en todo lo
que debía constituir parte de esa revelación.

3. Como se explicó antes, la inspiración no implica que los autores escribieran


maquinalmente mientras Dios dictaba. Por el contrario, cada uno conserva su
personalidad, su propio estilo y forma, lo que puede comprobarse en la lectura de
los libros, con más o menos claridad.

4. En cuanto al relato de crímenes, hechos inmorales, palabras de hombres impíos


y de Satanás, la inspiración no los aprueba, sólo asegura un relato verídico y los
incluye para nuestra amonestación.

LA BIBLIA - SU MENSAJE

A pesar de que los libros de la Biblia fueron escritos por distintos hombres, en
distintos sitios y en distintas épocas, sin embargo, todos los libros, ya sea en
profecía, y en tipos o narraciones, unos en verso y otros en prosa, todos presentan
un sólo mensaje para el hombre; redención en la persona de Jesucristo. La primera
promesa del redentor está en Gén. 3:15, donde se le llama “la simiente de la
mujer:. En el mismo capítulo se verifica el primer sacrificio, al sacrificar Dios dos
corderos para vestir con sus pieles a la primera pareja que había pecado. De ahí en
adelante corre por toda la Biblia una vena de sangre; de sangre redentora. Los
sacerdotes la aumentan con sus sacrificios, los profetas la proclaman con su
mensaje y los salmistas la cantan con sus Salmos. Ese mensaje de redención que la
Biblia proclama, es anunciado en el Antiguo Testamento por medio de las profecías
y los tipos y en el Nuevo Testamento por el relato del cumplimiento de esas
profecías y tipos de la persona de Nuestro Señor Jesucristo; es narrado en los
Evangelios, predicado en los Hechos, explicado y analizado en las Epístolas y
consumado en Apocalipsis.

CRISTO EN LA BIBLIA

Para que Ud. Pued tener una idea más clara en cuanto al lugar que Cristo ocupa en
cada libro de la Biblia, le damos a continuación la lista respectiva.

Génesis - La simiente de la mujer


Exodo - El cordero pascual
Levítico - El sumo sacerdote
Números - La estrella de Jacob
Deuteronomio - Un profeta como Moisés
Josué - Grande capitán
Jueces - Mensajero de Jehová
Ruth - El pariente más cercano
I y II Samuel - Simiente de David
I y II Reyes - Rey de Reyes
I y II Crónicas - El verdadero Rey de Dios
Esdras - Señor del cielo y de la tierra
Nehemías - Señor del cielo y de la tierra
Esther - Nuestro Mardoqueo
Job - Redentor resucitado
Salmos - El Hijo de Dios
Proverbios - Sabiduría
Eclesiastés - Encima del sol
Cantares - El amado
Isaías - El profeta suficiente y glorificado
Jeremías - Señor de justicia
Lamentaciones - Varón de Dolores
Ezequiel - El sumo sacerdote
Daniel - Rey
Oseas - el Hijo de dios
Joel - El dador del Espíritu Santo
Amós - Tu Dios, Oh, Israel
Abdías - El Señor en Su Reino
Jonás - El profeta resucitado
Miqueas - El Bethlemista
Nahum- Portador de buenas Nuevas
Habacuc - El Señor en Su Santo Templo
Sofonías - El Señor en medio de Israel
Hageo - El deseado de las naciones
Zacarías - Profeta, Sacerdote, y Rey
Malaquías - El sol de Justicia
Mateo - El Rey de los Judíos
Marcos - El Siervo
Lucas - El hijo del Hombre
Juan - El hijo de Dios
Hechos - Cristo en el cielo
Romanos - El Señor de Justicia
I Corintios - Primicias de lso que durmieron
II Corintios - Nuestra suficiencia
Gálatas - Nuestra Libertad
Efesios - La Cabeza de la Iglesia
Filipenses - El Señor en el Cielo
Colosenses - La plenitud de dios
I y II Tesalonicenses - El Rey que Viene
I y II Timoteo - El Solo Poderoso
Tito - Dios nuestro Salvador
Filemón - Pagador de nuestra deuda
Hebreos - Nuestro Sumo Sacerdote
Santiago - El Médico Divino
I Pedro - El Cordero suficiente
II Pedro - El Señor de la Gloria
I Juan - El hijo de Dios que Viene
II Juan - Hijo de Dios e Hijo del Hombre
III Juan - Cooperador de la Verdad
Judas - El Juez que Viene
Apocalipsis - El que está sentado en el Trono
Se puede ver claramente que la Biblia es un libro Cristocéntrico. El Cristo es su
plenitud, su centro, su interés, y su finalidad. De la Biblia puede decirse: “Porque la
gloria de Dios la ilumina y la lumbrera de ella es el Cordero”

El término LOGOS o VERBO está usado 200 veces a indicar Palabra de Dios escrita
y 7 veces a indicar el Hijo de Dios Vivo. (Juan 1:1, 14:1;Juan 1:1, 5:7;Apoc.
19:13)

Estas palabras tienen varias comparaciones con:

Verdad - Juan 14:6, 1:14; Sal. 119:151; Juan 17:17.


Luz - Juan 1:4, 8:12; Prov. 6:23; Sal. 119:105.
Preciosa - I Ped. 2:6-7,II Ped. 1:4.
Admirable - Isa. 9:6, Sal. 119:129.
Para Siempre - Sal. 119:89, Mat. 24:34-35, I Ped. 1:25.
Vida - Juan 11:25, 14:6; I Ped. 1:23; I Juan 1:1.
Ambas Contribuyen a Salvación - Heb. 7:25, I Juan 5:18.

Probadas - Isa. 28:16.


Salvan - Hech. 16:31, I Cor. 15:2.
Purifican - Tito 2 :14, I Ped. 1:22.
Santifican - Juan 17:17, Heb. 10:14.
Juzgan - Juan 5:26-27, 12:48.
Glorifican - Rom. 15:9, Hech. 13:48.
Ambas palabras son expresiones de la mente de Dios

Palabra Viva - Heb. 1:3.


Palabra Escrita - Oseas 8:12.
Mensajeros de Dios para bendecir - Hech. 3:26, Luc. 11:28.
Ambas infalibles - I Juan 3:5, Prov. 30:3.
Tienen que recibir las dos para salvación - Juan 1:12, Sant. 1:21.
Ambas desechadas y despreciadas por el hombre natural - Isa. 53:3, Mar. 7:9.
El LOGOS de Dios es la expresión de Dios - sea en forma viva o forma escrita.

Considere los atributos de la palabra de Dios en Sal. 119:86 - fiel. 119:96 - ancho,
119:128 - recto, 119:129 - maravilloso, 119:140 - puro, 119:160 - eterno,
119:172 - justicia y lea también Sal. 19:7-11.

La Biblia es:
Luz para nuestro entendimiento - Sal. 119:105.
Espejo para nuesto conocimiento propio - Sant. 1:23.
Espada para nuestro conflicto - Ef. 6:17.
Miel para nuestro deleite - Sal. 19:10.
Leche para nuestr nutrición - I Ped. 2:2.
Carne para nuestro fortalecimiento - Heb. 5:14.
Martillo para nuestra obstinación - Jerm. 23:29.
Fuego para nuestra purificación - Jerm 23:29.
Oro para nuestro enriquecimiento - Sal. 119:72.
Semilla para nuestra siembra - Luc. 8:11.

COMO SE DISTINGUE LA BIBLIA DE TODOS LOS OTROS LIBROS

“La Biblia es el Dios de los libros y el libro de Dios.”

1. LA BIBLIA SE DISTINGUE DE TODOS LOS DEMAS LIBROS POR SU


PROFUNDIDAD.

Este libro es insondable e inagotable. (Sal.36:6). En un solo versículo


aparentemente sencillo puede haber volúmenes de sentido. Tenemos por ejemplo a
Juan 3:16, I Juan 4:8 y Sal. 23:1. Estos versículos han dado origen a una extensa
literatura espiritual que ha sido de bendición para el mundo entero. No hay cita de
libro alguno que pudiera servir de fundamento para tanta literatura como estos
versículos de la Palabra de Dios.

2. LA BIBLIA SE DISTINGUE DE TODOS LOS DEMAS LIBROS POR SU


POTENCIA.

¿En cuáles aspectos se manifiesta esa potencia del Santo Libro? Veamos:

A. En su potencia salvadora - la sola lectura de este libro regenera a los pecadores


y los conduce del pecado a la santidad y de la degradación al honor. Ningún otro
libro de carácter profano o religioso tiene en sí el poder regenerador o salvador de
la Biblia. Esto ha demostrado la experiencia en todos los campos misioneros.

B. En su potencia consoladora. ¿Cuál libro puede como este sostener el corazón


humano en medio de la prueba, confortarlo en medio de la enfermedad,
tranquilizarlo ante la pérdida irreparable de seres queridos? ¡Cuánto consuelo han
llevado a corazones entristecidos los primeros versículos de Juan 14!

C. En su potencia alegradora - Sal. 19:8-10. El gozo que imparte en el corazón la


lectura de las Sagradas Escrituras es un gozo profundo y duradero.

D. En su potencia iluminadora - Sal. 119:104, Prov. 1:7, II Tim. 3:15. La lectura de


la Biblia ilumina la mente, despierta las facultades y hace sabio al hombre. A tal
punto se cumple esta verdad que muchas personas han aprendido a leer en la
Biblia y después de algún tiempo causa admiración ver a estas personas, sin
ninguna preparación académica y con sólo la iluminación de la Palabra de Dios,
como se expresan y con que sabiduría hablan de las verdades divinas.

3 LA BIBLIA SE DISTINGUE DE TODOS LOS DEMAS LIBROS POR SU


ADAPTABILIDAD UNIVERSAL.

Los otros libros se adaptan a cierta categoría o a cierta raza pero la Biblia se adapta
universalmente a todos los hombres: es el libro del niño, del joven y del adulto; del
ignorante, del mediocre y del sabio: de la raza blanca, negra, amarilla y de todas
las razas es el libro para todos los hombres. Es, además, el libro de todas las
edades, que nunca envejece, nunca pierde actualidad. Es el libro eterno.

3. LA BIBLIA SE DISTINGUE DE TODOS LOS DEMAS LIBROS POR SU AUTOR.

(II Ped. 1:21) Los demás libros son del hombre; este es el libro de Dios. Dios es el
autor de un solo libro - LA BIBLIA.

EVIDENCIAS DE LA CREDIBILIDAD DE LA BIBLIA

I. Evidencia Interna - Entendemos por evidencia interna la unidad de la Biblia en su


fondo y en su forma.

A. La Unidad de su Mensaje.

Todos los autores, a pesar de haber escrito en distintas épocas y en distintos sitios,
siguen una linea de pensamiento, presentan un solo tema y un solo propósito. Esto
es algo maravilloso y sólo tiene una explicación posible: hubo una mente que dirigió
a los escritores.

B. La Unidad en su Propósito Moral.

La Biblia es una historia de los seres humanos en relación con Dios. La Biblia en
todas sus partes, tanto en la profecía como en la historia o la Salmodia. En todo
persigue un fin y es el restablecimiento de las relaciones entre los hombres y Dios.
En toda ella se condena el pecado y se ensalza la pureza y la santidad.

II. Evidencia Externa - Aquellos aspectos fuera de la biblia que atestigüan


claramente la veracidad de la misma.

A. La Profecía.

Uno de los argumentos más fuertes para probar el origen divino de la Biblia y para
demostrar que es un libro digno de ser creído y digno de confianza es la profecía
cumplida. Es interesante ver por ejemplo las profecías acerca de Cristo en el
Antiguo Testamento y constan su fiel cumplimiento en el Nuevo. Hay muchas
profecías que aún no se han cumplido pero el hecho de que algunas se han
cumplido nos hace creer que las demás se cumplirán. Recordemos que la Biblia es
un libro principalmente profético y que ésto le hace ser un libro distinto a los
demás.

B. La Preservación de la Biblia.

Ya hemos dicho que la Biblia ha sido atacada como ningún otro libro. A pesar de
eso no ha podido ser destruída, antes cada día se traduce a nuevos idiomas y las
prensas siguen sacando miles y miles de ejemplares para satisfacer la demanda
cada vez más creciente. Eso en sí es un milagro y nos señala que la Biblia es un
libro de origen divino digno de ser creído y obedecido.

III. Evidencia Espiritual - El cambio operado en los hombres que estudian la


Biblia. Los casos abundan en cualquier sitio donde se haya predicado el Evangelio y
haya sido recibido. Los hombres que han venido en contacto con las enseñanzas de
la Biblia han empezado inmediatamente un proceso de superación moral. Los
resultados son visibles inmediatamente. El ladrón deja de robar, el vicioso deja sus
vicios, el hombre depravado asciende al trono de honor. Y es maravilloso el efecto
de las doctrinas de este Santo Libro. ¿Cuál otro libro ejerce la misma influencia en
el hombre que lee? Ninguno… la Biblia no es un libro, ES EL LIBRO.
IV. Evidencia Literaria - La seriedad y honorabilidad de los hombres, que
como instrumentos de Dios, escribieron las páginas de la Escritura.

Un estudio detallado de los autores de la Escritura revelará que fueron hombres de


Dios que bajo ningún concepto quisieron engañar sino por el contrario, hablaron
siendo inspirados milagrosamente para ello. La autoridad y fe de un documento
histórico cualquiera depende de su autenticidad, su integridad y su veracidad. Es
auténtico si realmente pertenece al autor; íntegro si ha llegado hasta nosotros
como salió de las manos del autor; sin cambios substanciales y veraz si el autor
conoció al autor de los hechos y los refiere con toda sinceridad. Los libros de la
Biblia reúnen estos tres requisitos, luego su valor histórico es innegable y es un
libro digno de ser creído, amado y obedecido.

LEYES DE INTERPRETACIÓN DE LAS ESCRITURAS

Cualquier libro escrito tiene palabras, ideas u oraciones que necesitan explicación.
¡Cuánto más la Biblia! Es un libro escrito con temas que abarcan el cielo y la tierra,
el tiempo y la eternidad, lo visible y lo invisible, lo material y lo espiritual; un libro
que fue escrito por personas de varias naturalezas y en épocas remotas, en países
distantes entre sí y en medio de gentes de costumbres diferentes y más que eso,
en un idioma que no es el nuestro. Es cierto que todos los hombres tienen derecho
de leer e interpretar las Sagradas Escrituras, pero no caprichosamente; lo que ha
traído por consecuencia tantos errores y tantas herejías, sino ciñéndose a las leyes
de interpretación. El estudio de las leyes de interpretación de las Escrituras se le
llama Hermenéutica. En seguida se encuentran algunas leyes de interpretación.

1. La misma Biblia es el mejor intérprete de la Biblia.

Esta es la regla fundamental, el principio básico para entender o interpretar la


Palabra de Dios. Sin peligro de poder añadir o quitar lo que sabemos que es
condenado por el mismo libro. (Apoc. 22:18-19) Un pasaje aclara otro, o da la
interpretación correcta. Es Dios mismo interpretando SU PALABRA. Por lo tanto,
esta interpretación debe ser preferida y respetada por encima de todas las que el
hombre quiere formular. Ninguna persona está tan autorizada para interpretar su
documento como su propio autor; por lo cual Dios, que es el autor de la Biblia, es el
mejor que puede explicarla. (Sal. 22:18 y Mat. 27:35, Juan 16:16 y 16:19).

2.Un pasaje debe entenderse literalmente, a menos que el contexto o las


condiciones del caso hagan que tal interpretación sea imposible o poco
probable.

En la Biblia, como en cualquier libro, hay dos maneras de expresión: literal o


figurada. Es literal la expresión: literal o figurada. Es literal la expresión donde las
palabras se usan en un sentido o significado recto y absoluto. Ejemplo: “y lloró
Jesús”, “y cerca de la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando sobre el mar”.
Ahí no hay nada que interpretar. Cuando dice que “lloró”, significa que lloró como lo
hacen todas las personas y cuando dice que “andaba sobre las aguas:, quiere decir
que andaba sobre ellas como anda uno de nosotros sobre la tierra. Es lenguaje
figurado aquel en el cual las palabras no conservan su propio significado. Por
ejemplo: “Toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”. Las palabras
“carne” y “camino” están usadas en sentido figurado; “carne” está usada en lugar
de “persona” y “camino” en sentido de “costumbre, modo de proceder o religión”.
El versículo quiere decir: Toda persona había corrompido sus costumbres, modo de
proceder a su religión. En muchas ocasiones se ha abusado de esto y se ha creído
que todo es figurado. Algunas al interpretar el Sal. 8:7-8 en forma figurado han
dicho que los bueyes y las ovejas allí mencionadas se refieren a los creyentes y las
aves y los peces se refieren a los inconversos; formulando de esto la doctrina de
que todos los hombres, quieren o no, están en las manos del Señor. Todo el error
se debe a que el pasaje no es figurado sino literal. Por lo tanto se establece esta ley
de interpretar la Biblia literalmente hasta donde las circunstancias lo permitan. Hay
pasajes que al solo verlos se sabe si son literales o figurados. En otros casos
debemos estudiar el contexto y los pasajes paralelos para saber como hemos de
tomas las palabras para una recta interpretación.

3. Entre dos interpretaciones igualmente posibles debe escogerse la más


natural y evidente.

Esto no merece discutirse. Hay pasajes que cuando se estudian a fondo, ofrecen
dos o tres posibles soluciones. Entre ellas el intérprete de la Biblia debe escoger la
más natural y la más evidente, tratando en todo de conocer el propósito del Espíritu
Santo al hablar en tal o cual forma.

4. Claves para la interpretación correcta de una palabra o frase obscura.

Tanto en la Biblia, como en cualquier otro libro, hay palabras y frases cuyo
significado varía mucho, según el sentido de la oración o argumento en que se
emplean. Para determinar cual es el pensamiento que se propone expresar el autor
se necesita, en estos casos, un cuidadoso estudio.

A. Si se trata de una palabra cuyo significado no es claro, debe tomarse en


consideración la frase en que aparece; si es una frase dudosa, debe tomarse en
cuenta la oración completa. Pudiéramos decir que éste es el primer tribunal donde
se juzga la palabra o frase dudosa para encontrar su recta interpretación. Por
ejemplo: La palabra FE, ordinariamente significa confianza, pero tiene también
otras acepciones. Leemos de Pablo, por ejemplo: “Ahora anuncio la fe que en otros
tiempos destruía”. Del conjunto de esta frase vemos claramente que la fe aquí
significa creencia o sea, la doctrina del Evangelio. Al decir los judíos: “Su sangre
sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos” usaron la palabra sangre en sentido de
la culpa y sus consecuencias por haber dado muerte al inocente Hijo de Dios.

B. En muchos casos la frase o la oración no dan la luz suficiente para interpretar


correctamente, entonces se apela al contexto o sea a la porción que está antes y
después del texto incluyendo así todos los versículos que tengan que ver con el
texto. Por ejemplo: Al decir Pablo, “Podéis entender cual sea mi inteligencia en el
misterio de Cristo: quedamos un poco dudosos en relación con la palabra misterio.
Pero leyendo los versículos que están antes y después de éste nos damos cuenta
que la palabra misterio aquí empleada se aplica a la participación de los gentiles en
los beneficios del Evangelio.

C. Cuando los recursos anteriores fallan para poder interpretar correctamente una
palabra o frase, debemos de tratar de explicarla a la luz del objeto y designio donde
se encuentra. El propósito del libro se entiende leyendo el libro. En algunos casos el
mismo libro dice claramente cual es su propósito. Por ejemplo: El propósito de toda
la Biblia se encuentra en Rom. 15:4 y II Tim. 3:16-17; el propósito de los
Evangelios está claro en Juan 20:31 y el de la segunda Epístola de San Pedro en II
Ped. 3:2. Otro ejemplo: Las epístolas de Pablo parecen estar en contradicción con
la de Santiago porque una dice lo contrario de las otras. Pablo afirma que el
hombre se justifica por la fe solamente, sin necesidad de las obras, (Rom. 2:23),
mientras que Santiago afirma que si alguno tiene fe y no tiene obras, su fe es
muerta. (Sant. 2:14, 17,20). La presente contradicción que hay aquí desaparece
cuando se toman en consideración los designios de ambos libros. Pablo escribe para
refutar el error de los que confiaban en las obras de la ley Mosaica para su
justificación delante de Dios y hace bien claro que el hombre delante de Dios se
justifica solamente por fe; mientras que Santiago no está hablando de la
justificación delante de Dios sino delante de los hombres. Como los hombres no
pueden ver la fe, tenemos que mostrársela por medio de buenas obras, que son el
fruto de la justificación que hemos alcanzado delante de Dios. Sobre todo en las
epístolas es muy necesario conocer el propósito inicial con que fueron escritas para
una recta y fácil interpretación de ellas.

D. La última cosa que debemos tomar en consideración para la recta interpretación


es que la Biblia es un sólo libro inspirado por una sola mente, por cuya razón sus
enseñanzas tienen que armonizar sin contradicciones. Por eso, no se puede
formular una doctrina basada en un versículo independientemente de los demás
que hablan sobre el mismo asunto. El que quiere conocer las enseñanzas de las
Escrituras, libre de prejuicios y de previas interpretaciones, ha de comparar los
pasajes que hablan sobre el asunto y entonces, a la luz de todos ellos formular la
sana interpretación. Este es lo que se llama “analogía de la Fe.”.

5. Figuras Retóricas

Hemos establecido ya la regla de que un pasaje debe ser interpretado literalmente


a menos que por medio del contexto estemos seguros de que se trata de lenguaje
figurado. El lenguaje figurado consta de formas poéticas o figuras retóricas de
algunas de las cuales vamos a ocuparnos a continuación.

A. Metáfora - Alguien ha dicho que metáfora es una comparación implicada. O,


como dice otro autor, es “una relación de semejanza”. En el discurso del Señor, en
Juan 15:5, tenemos un claro ejemplo cuando dice, “Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos”. La comparación clara sería: “Yo soy como la vid, vosotros como los
pámpanos”, o para tener la misma fuerza de la semejanza: “Yo soy para vosotros
como la vid es para los pámpanos”. Otros ejemplo son: “Yo soy la Puerta”, “Yo soy
la luz” etc.

B. Símil - Esta figura distingue de la metáfora en que la comparación se establece


claramente por el adverbio “como”, por la expresión semejante a, o cualquiera otra
frase adverbial de comparación. Cuando el Señor pronuncia Su profecía contra
Jerusalén usa esta figura: “Jerusalem, Jerusalem, cuántas veces quise juntar tus
hijos como la gallina junta sus pollos debajo de sus alas”. (Mat. 23:37).

Otros ejemplos: “Como el relámpago, que sale del Oriente”, (Luc. 17:24). “El reino
de los cielos es semejante a la levadura”, (Mat. 13:33).

C. Sinécdoque - Se hace uso de esta figura donde la parte se toma por el todo o el
todo por la parte. Por ejemplo: El salmista pone la parte por el todo al decir: “Mi
carne reposará segura”, queriendo decir: mi ser, mi todo, reposará seguro. Cuando
Pablo exhorta que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, está
tomando la parte por el todo, queriendo decir que debemos presentar toda nuestra
vida y nuestro ser entero en sacrificio vivo.

D. Metonimia - Cuando se emplea la causa por el efecto o el símbolo por la


realidad. Por ejemplo: Cuando Abraham dice al rico: “A Moisés y a los profetas
tienen”, se refiere a los libros de Moisés y de los profetas usando a Moisés, que es
la causa, por sus libros que son el efecto. Cuando Juan dice: “La sangre de
Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado”, está tomando el símbolo por la
realidad queriendo decir: La muerte expiatoria es la única cosa eficaz para
satisfacer por el pecado y para limpiar al hombre mismo.

E. Hipérbole - Cuando una cosa es presentada mucho más grande o más pequeña
de lo que realmente es apra presentarla más viva a la imaginación, entonces, se ha
usado la hipérbole. Tal fue el lenguaje que usaron los espías a su regreso de la
tierra prometida: “Vimos allí gigantes - y eramos nosotros a nuestro parecer, como
langostas…las ciudades son grandes y amuralladas hasta el cielo”. Ese lenguaje es
el que usamos nosotros en la conversación diaria al decir, por ejemplo: “Te lo he
dicho mil vece,” o “Ya todo el mundo lo sabe”; expresiones en las que se aumenta
la cantidad para dar fuerza a la expresión. También se dice: “Espérame un
segundo”, queriendo decir un rato. Aquí se habla de la cosa disminuyendo su valor
con el mismo propósito.

F. Alegoría - Esta consta de varias metáforas unidas, representando cada una de


ellas realidades correspondientes. Por ejemplo: Jesús hace una expresión alegórica
al decir: “Yo soy el pan vivo que ha descendido del cielo”. Si alguno comiere de
este pan vivirá para siempre y el pan que yo daré es mi carne. El que come mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna… La expresión de esta alegoría que
empieza en Juan 6:50 y termina en el versículo 65 tiene su explicación en el mismo
pasaje y especialmente en los versículos 47, 63-65 y 68.

G. Fábula - Es una figura retórica en la cual se presenta un hecho mediante la


personificación de animales o cosas. Por ejemplo: En II Reyes 14:9, dice: “El
cardillo que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el Líbano: da tu
hija por mujer a mi hijo.” Aquí aparecen hablando estos dos árboles tomando el
sitio o representando a los dos reyes de Israel y Judá. Otra fábula nos presenta
Jotham en Jueces 9:8-15 relatando como los árboles eligieron al escaramio por rey
sobre todos; con cuya fábula hace comprender a los que habían elegido por rey a
Abimelec las consecuencias funestas que les vendrían.

H. Parábola - Es una historia o relato terrenal con un significado celestial o


espiritual. Este fue un método favorito usado por el Señor para presentar las
grandes verdades del Evangelio. En algunos casos en el mismo pasaje está
explicada la parábola. Para interpretar una parábola debe buscarse el objeto o el
incidente que la motivó, esto puede ser la clave para entenderla. Al hacerse la
interpretación deben tomarse en cuenta los rasgos principales solamente, pues, los
rasgos de menos importancia son adornos para completar el cuadro.

I. Hebraísmos - Se entiende por hebraísmos aquellas características peculiares del


idioma hebreo en que fue escrito el Antiguo Testamento.

1. Era la costumbre de los hebreos llamar a la persona hijo de la cosa que más le
caracterizaba, de modo que al pacífico y bien dispuesto se le llamaba Hijo de Paz al
iluminado o entendido, Hijo de Luz; a los desobedientes, Hijos de Desobediencia.

2. Las palabras “amar” y “aborrecer” se usaban para expresar preferencia de una


cosa a otra, por ejemplo: “A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí” debe entenderse:
“Preferí a Jacob en lugar de Esaú”.

3. Con frecuencia usaban los judíos el nombre de los padres para designar a los
descendientes. Decían: “Maldito sea Canaán”, por decir, “Malditos sean los
descendientes de Canaán”.

4. La palabra hijo se usaba como en otros idiomas, para designar un descendiente


más o menos remoto. Así es que los sacerdotes, por ejemplo, se llamaban Hijos de
Leví.

DISPOSICIONES NECESARIAS PARA EL ESTUDIO PROVECHOSO DE LAS


ESCRITURAS

Ya hemos estudiado que la Biblia es la revelación de Dios. Por ella podemos conocer
Su carácter y saber como adorarle en una forma correcta y agradable ante Sus
ojos. Es el privilegio de toda persona que lea la Biblia. Pero nos damos cuenta que
muchos la leen y no sacan el verdadero provecho de ella. La razón es que no leen
el Santo libro con el verdadero espíritu con que debe leerse. Estudiemos a
continuación algunas disposiciones necesarias para el estudio provechoso de las
Escrituras.

1. SE NECESITA UN ESPÍRITU RESPETUOSO.

Por ejemplo, un hijo irreverente, ligero y frívolo, ¿qué caso hará de los consejos,
avisos y palabras de su padre? La Biblia es la revelación omnipotente. Es el milagro
permanente de la soberana gracia de Dios. Es el código divino sellado con la sangre
de Cristo. Ante tal maravilla, el hombre irreverente se hallará como el ciego ante
los majestuosos Alpes de Suiza, o peor aún, como el insensato que echa lodo sobre
el monumento artístico, al que todo el mundo admira. He aquí el Espíritu, a la vez
reverente y humilde con que contemplaban la Palabra de Dios, los cristianos del
primer siglo. “Damos gracias a Dios sin cesar de que habiendo recibido la palabra
de Dios que oísteis de nosotros recibisteis no palabra de hombre, sino, según es en
verdad, la palabra de Dios.” (I Tes. 2:13) Ahora, fíjese lo que dice Dios: “A aquel
miraré que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra.” (Isa. 66:2)
Estudie la Biblia con este sentimiento de humildad y reverencia y descubrirá, como
el Salmista, “las maravillas de su ley.”

2. LA BIBLIA DEBE ESTUDIARSE CON ORACIÓN.

En nuestra oración debemos pedir la asistencia del Espíritu Santo para poder
comprender las lecciones que Dios ha querido enseñar por medio de Su Palabra. La
oración del salmista debe ser nuestra oración: “Abre mis ojos y miraré las
maravillas de tu ley”. (Sal 119:18) El Espíritu Santo debe ser nuestro maestro
(Juan 14:26, 16:13). La oración, además prepara nuestro Espíritu para poder oir
con claridad la voz de Dios por medio de Su Santa Palabra. Hemos de encontrar
pasajes difíciles de interpretar, pero, por medio de la oración podemos pedir
sabiduría del Señor, según El nos lo ha prometido para obtener la interpretación
correcta. (Sant. 1:5)

3. SE NECESITA UN ESPÍRITU DÓCIL PARA EL ESTUDIO DE LA BIBLIA


PROVECHOSO.

Pues, ¿qué se aprenderá en cualquier estudio si falta la docilidad para disponer


nuestra manera de pensar y aceptar lo que es correcto? Cuando se carece de esta
docilidad pasará lo que dice Pablo del “hombre animal”: “El hombre animal no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura y no las puede
entender, porque se han de examinar espiritualmente.” Sacrifíquese, pues, las
preocupaciones, las opiniones preconcebidas e ideas favoritas y empréndase el
estudio en el espíritu dócil del verdadero discípulo para ganar a Cristo. (Fil. 3:8)
Debe tenerse siempre en cuanta que la obscuridad y aparente contradicción que se
pudiera encontrar no reside en el maestro, ni en su infalible libro de texto, sino en
el corto alcance del discípulo. (II Cor. 4:4). Pero el discípulo humilde y dócil que,
abandonando a este maestro que ciega los entendimientos adopta a Cristo por su
maestro, verá y entenderá la verdad, porque Dios promete “encaminar a los
humildes por el juicio y enseñará los mansos su carrera”. (I Cor. 2:14, II Cor. 4:3-
4, Sal. 52:9)

4. ES PRECISO SER AMANTE DE LA VERDAD.

¿Quién se cuidará de buscar con afán y recoger lo que no aprecia o estima? Es de


necesidad imperiosa para el estudio de la Sagrada Escritura poseer un corazón
amante de la verdad. Y téngase presente que el hombre no posee por naturaleza
tal corazón, sino al contrario, un corazón que huye de la verdad espiritual y abraza
con preferencia el error. “La luz vino al mundo pero los hombres amaron más las
tinieblas que la luz”. Dice aún más, que la “aborrecieron” y en su creciente
ceguedad pasaron del aborrecimiento a la persecución y de la persecución a la
crucifixión del Maestro. Al que estudia la Biblia con el supremo deseo de encontrar
en ella la verdad, “el Padre de Gloria dará espíritu de sabiduría y de revelación”
para su conocimiento. (I Ped. 2:1-2, Ef. 1:17, Juan 3:19-20, Sal. 25:14, Juan 7:17)

5. DEBE SER PACIENTE EN EL ESTUDIO.

¿Qué adelanto hará una persona impaciente e inconstante en cualquier trabajo que
emprenda? Para el estudio provechoso de la Biblia se necesita esta virtud. Al decir
Jesús: “Escudriñad las Escrituras” (Juan 5:39) se vale de una palabra que denota el
trabajo del minero que cava y revuelve la tierra buscando con diligencia el preciso
mineral. Las Escrituras, necesariamente deben ser ricas en contenido e inagotables,
como las entrañas de la tierra. Y por lo mismo, sin duda, Dios ha dispuesto que en
algunas partes fuesen profundas y de difícil penetración. Por otra parte, el fruto de
la paciencia es deleitoso y cuanto más paciencia se ha empleado para encontrar un
tesoro, tanto más se aprecia y tanto más felicidad produce. En el estudio de las
Escrituras debemos manifestar esa “nobleza” que manifestaron los cristianos de
Berea de quienes nos dice la Biblia que “fueron más nobles que los que estaban en
Tesalónica, pues, recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las
Escrituras”. El estudio paciente de las Escrituras nos hará exclamar como el
salmista: “!Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.”
(Hech. 17:11, Sal. 119:103)

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