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sual adquieren unas proporciones absolutas, parale-
lamente compartidas por uno de los medios de
comunicación e información más eficaces (el cine)
ante unas masas analfabetas en un 76 por 100, se-
gún datos obtenidos a principios de siglos.
En aquellas circunstancias, <el cine es un ¡nedio
de comunicación popular, que hace una llamada
directa a las amplias masas, un instrumento ideal de
propaganda, cuyo valor fue inmediatamente reco-
nocido por Lenin6 (...). Su estilo de libro de lámi-
nas y la posibilidad de usa¡lo para propagar ideas a
la gente sin cultura parecía haber sido creado espe-
cialmente para las finalidades de un arte revolucio-
na¡io>7.
Ciertamente, <el cine significa el primer intento,
desde el comienzo de nuestra civilización indivi-
dualista moderna, de producir arre para un público
de masas. Como es sabido, los cambios en la es-
tructura del público teatral y lector, unidos al co- 172. Xilngrafrr popular rusr. xrx
'Lglo
188
Durante las últimas décadas del siglo xrx, esta
ancestral producción autóctona, consumida por los
propios campesinos en las aldeas y por la fuerte
demanda comercial de que gozaban las tradiciones
rusas en las grandes ciudades, se complementó con
un rudimentario tipo de producción publicitaria,
cuyos mejores cjemplos se hallaban en las enseñas
comerciales de metal pintado, decorados de fotó-
grafo, pinturas que colgaban en los restaurantes de
segunda clase y, en general, todo tipo de produc-
ción que se encajaba entre el arte y la artesanía.
Estas muestras generaron la admiración de los
futuristas rusoslo y, a través de su reivindicación,
jugaron también su papel en la etapa revoluciona-
rial 1.
En otro de los ámbitos gráficos principales, el
cartelismo publicitario, la URSS no adquirirá per-
sonalidad alguna hasta después de 1977. El afran-
cesamiento de 1a corte de| zar Nicolás II acogió
visiblemente complacida 1a gran Exposición Inter-
nacional del Cartel que se celebró en 1897 en San 173. Alexey Brodovitch: Anuncio fotográñco. Hacia 1930.
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sino únicamente a la reconsideración de su presen_
cia sobre el papel impreso. Solprendentemente, no
existe ningún experimento de consideración en el
diseño de tipos en todo el Constructivismols.
Los manifiestos, programas y artículos de su má-
ximo líder, El Lissitzkyl6, insisren en la propuesta
de nuevos modos de uso de los códigos convencio-
nalizados por la rutina (en especial el alfabero tipo-
gráfico), por lo que se refiere al texto, y oro y
manipulación de la fotografía (que a pesar "l
de no
haber sido usada en diseño gráfico lleva ya casi un
175. Kasimir Malevitch: Deconción de un tranvía, 191g. centenar de años en activo), por lo que respecta a la
imagen.
reportero gráfico de la Guerra Ruso-Japonesa, se De los ensayos teórico-formales del Futurismo y
convirtió en millonario repentinamente al vender del Cubismo se apela, pues, sin apenas solución de
una de sus fotografías a una agencia americana. Al continuidad, a una praxis de la eficacia, a la que la
parecer, esa agencia <le pagó una suma equivalente teoría se aiade a posteríori (recordemos que el fa-
a una villa por la fotografía en que unos soldados moso manifiesro (La ropografia de la tipografía>
disparan sobre la multitud en petersburgo en no aparece hasta 1923).
7917 >t14. Este pragmatismo obedece, en sustancia, a una
ética de servicio que moviliza en este caso a deter-
minados temperamentos artísticos apresuradamen-
El diseño grófico tras la Reuolución te, ante el ingente campo comunicativo que ha
de Octubre quedado en manos del pueblo por primera vez en
la historia, respondiendo al lema que el propio
Ante estos precedentes, la epopeya colectiva de Maiakovski se aplicó a sí mismo, al dejar escrito a
1977 es capaz de producir una generación de dise- propósito de los días de Octubre: <Era mi revolu_
ñadores gráficos, casi de la nada, que no tiene para- ciónu17.
lelo, ni antes ni después, en la historia de la Unión El inédito modelo de acción polírica que se pro_
Soviética. pone integra en los diversos medios del trámite
La rotunda ruptura política espolea la urgente comunicativo a un ejército vocacional que procede
remodelación de las categorías académicas tradicio- de los más variados oficios o carreras universitarias,
nales, saliendo al paso de las nuevas funciones que aunque la mayoría deriva, lógicamente, de Bellas
la triunfante revolución pone en movimiento. Artes.
Este sentido de la improvisación, que se halla en Si el Consrructivismo pretendió simbolizar tam_
la base de la nueva y espectacular dimensión que de bién con su nombre el lema revolucionario de
inmediato adquiere el diseño gráfico y la comuni- <construir>, no deja de ser consecuente el que los
cación visual soviéticas, se desprende tanto de sus rn:áximos (constructores¡r del cine y del diseño so_
propios contenidos teóricos y formales cuanto del viético procedieran, profesionalmente, del campo
análisis de las biografías de sus máximos protago- de la ingeniería y la arquitectural8.
nistas. En el campo del diseño gráfico, El Lissitzky se
Un dato que aresrigua la urgencia y la necesidad corresponde con el exacto paradigma de esta situa_
que preside el nuevo diseño gráfico es que la revo- ción de emergencia. Jan Tschichold decía de él en
lución tipográfica, ciertamente imporrante y sinto- 19ó5: <Estaba poseído por una irresistible prisa en
mátice, no afeca prácticamenre al diseño de tipos, inventar cosas, incluso en presencia de otros él se-
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la nueva sociedad, sino ambién la condición
científica con que se valoraba es:r (nueva objetivi-
daó de la que hicieron gala.
La metodología científica (o nrás precisamente,
matern'ácica) que aplicaron los grandes creadores
del cine soüético (Eisenstein, Kuleshov, Vertov)
esá también presente en la teoría y en la obra de El
Lissitzky2o.
Como en el Renacimiento iteliano, de nuevo la
teoría matenrática halla en la práctica tipográfica
un cempo crítico y expresivo a su medida, no sólo
por la literal <concepción sígnico2l del alfabeto,
sino también por la naturale za rn tormáLttca del ins-
tn¡mental característico de la imprena.
t9l
allá del enfático lenguaje común a esre tipo de es- Si tratamos a El Lissitzky y a su ilustre colega
critos polemistas22. Alexander Rodchenko exclusivamente como dise_
En realidad, la singular obra gráfica soviética ñadores gráficos, no es únicamente debido a los
trascendió con rapidez a Europa gracias a los bue- centenares de proyectos que elaboraron ambos
nos oficios deisempeñados por sus dos improvisados dentro de esta estricta disciplina comunicativa,
embajadores: Vladimir Maiakovski y El Lissitzky. sino, fundamentalmente, al compromiso personal
A pesar de sus específicas materias
-la en suy
poesía que libremente asumieron al frente de una acción
la lite¡atura- Maiakovski llevaba también cultural dirigida a vasrísimos y sedienros audiro_
equipaje la inquietud de las nuevas formas comuni- rios, para quienes las realizaciones formales debían
cativas. No en vano fue uno de 1os más activos de ser rápidas y eficaces. y para cuyo compromiso
fundadores de las célebres Ventanas de la Rosta, en profesional renunciaron, previa y explícitamente,
cuyo período escribió o ilustró cerca de 1.500 car- al <título,r de artistas.
teles y proclamas, además de sus textos publicita- Dejando al margen los proyectos de arquitectura
rios e ilustraciones para 1os anuncios elaborados en y sus pinturas (a las que bautizó con el singular
colaboración con su gran amigo e1 diseñador Ale- nomb¡e de prouns)3l, El Lissitzky frecuentó casi
xander Rodchenko23. todos los ámbitos conocidos del diseño gráfico, de_
La particular circunstancia de haber estudiado en jando en todos ellos una profunda y personal hue_
e1 corazón de Alemania (Darmstadt) y la fragilidad lla: carreles. anuncios. libros, revisras. marcas. pa-
de una salud que le impuso largas temporadas de neles de exposición... Desde uno de su, primeros
reposo en Suiza favorecieron las estancias de El carteles, el famoso <Golpead a 1os blancos con la
Lissitzky en Europa, asumiendo el papel de propa- cuña roja>, realizado en 1919 cuando era profesor
gandista internacional de la obra colectiva que en de diseño en Vitebsk, de un estilo de transición
el campo de la comunicación social se estaba em- ent¡e el Suprematismo de Malevitch (al que tuvo
prendiendo en la URSS. de colega en Vitebsk) y el nuevo Consrrucrivismo,
Las precisas instrucciones que llevaba de estable- hasra los carteles de 1929 en adelante. en los que
cer contacto entre artistas alemanes y soviéticos le utilizaba con frecuencia 1a ya afirmada técnica áel
permitió conecrar con los dadaístas, especialmente fotomontaje; o sus series de anuncios para la tinta
con Georges Grosz y los hermanos Herzfelde2a, Pelikan, en los que alternaba ei tratamiento en for_
Raoul Hausmann y Moholy-Nagy en Berlín, su ma de prouns tridimensionales con 1a técnica expe_
principal introductor en 'Weimar y la Bauhaus; en rimental de la fotografia sin objetivo (fotogramas o
Hannover, con su buen amigo Kurt Schwitters; en rayogramas), con la que consiguió el asombroso y
Holanda, con Theo Van Doesburg, Gerrit Tho- magistrai cartel del célebre dntero inmate¡ial; o los
mas Rieweld y J.P. Oud, etc. espléndidos collages de los paneles de las exposicio_
Respondiendo plenamenre a la descripción de nes de Colonia, en l92B; o las geniaies compori_
Tschichold, ese inquiero creador aprovechó su pe- ciones tipográficas de sus revolucionarios libroi los
riplo europeo para fundar y diseñar revistas2s, para dos cuadrados (libro infantil proyectado inicialmen_
proyectar una espléndida y modélica serie de anun- te en su etapa de Vitebsk) y su versión del poema
cios publicitarios para la empresa de tintas peli- de Maiakovski <rA plena voz), entre otras muchas
kan26, para conveftir sus proyectos de libros en au- realizaciones.
ténticas maravillas tipográficas27, para exponer sus Con una cualquiera de estas obras El Lissitzky
teorías en las revistas de vanguardia2s y, por enci- mereceria figurar en la más exigente de las ,ntolo_
ma de todo, para divulgar apasionadamente su obra gías de diseño gráfico universal. Este prodigioso
y la de sus colegas, empeñados en un proyecto sin eclecticismo, este soberbio sentido d.1".fi.r, ,.._
precedentes de alfabetización estética de las ma* vidumbre de los estilos, utilizando magistralmente
sas29. el más conveniente a cada propósito, concede a El
192
179. El Lissitzky: Cartel,1924
193
Kandinsky, Chagell, Malevitch, M¿iakovski, El
Lissizky o el propio Alexander Rodchenko, re-
frenda la respuesta masiva que, también entre las
gentes del ane, obtuvo la Revolución3l.
¡{[t[}llt Sin embargo, (este sentido de servicio a la Revo-
lución, común a toda la vanguardia soviética, sufre
una escisión en 1920, cuando los constructivisas
(esteticisas) firman el Manifiesro del Realismo
(Gabo y Pevsner) y los seguidores de Tadin el Ma-
nifiesto Productivisa, que lleva a cabo un plantea-
miento nris revolucionario del arte, incorporándo-
lo al proceso de producción>32.
Alexander Rodchenko es de los que renuncian al
apelativo de artisa (y a la condición elitista que lle-
va aneja) en beneficio de la producción peÍr conver-
tirse en un auténtico teórico de la praxis, cuya tesis
194
<A1 principio, bonitas cabezas femeninas y floreci-
llas; algo después, grupos y masas de las cooperati-
vas agrícolas aparecían con creciente frecuencia,
hasta que el uso de taies motivos rozó ya lo ab-
surdo>3s.
Muy tempranamente, exactamente desde 1919,
Rodchenko practicó asiduamente la técnica del co-
llage (qtte más tarde derivaría hacia el fotomontaje,
rnedio que se demostró ideal para ilustrar Ia polé-
mica poesía de Maiakovski), especialmente en 1as
cubiertas de la revista cinematográfica Kino-Fot y
las revistas artísticas Lef y Nouii LeJ y mucho más
tarde, en la década de los treinta (es decir, en plena
etapa estalinista), de nuevo una técnica de expre-
sión vanguardista se veía sometida a unos intereses
políticos grandilocuentes y personalistas, visibles
en las páginas de 1a formidable publicación interna-
cional URSS cn ronstrurciónJ6.
t95
Los hermanos Stenberg
196
La consolidación del diseño gráfico político
t97
las técnicas del nuevo diseño gráfico que ha despla-
zado, en la dinámica de urgencia y necesidad de
esta concreta etapa histórica, al arte plástico propia-
mente dicho.
<La gráfrca del álbum y el grabado es sustituida
por la del manifiesto político e industrial, del libro,
1a revista y el periódico, transformándose en nue-
vos tipos técnico-sociales de arte poligráfico.
rla pintura, en el momento de 1as campañas
políticas, se transforma en disciplina escoiástica.
>Los procesos fotomecánicos revolucionan la in-
dustria y el arte poligráficos (...). La fotografía se
está convirtiendo, como vemos cada día, en un arte
de alto niveloa3.
198
devolver al Estado un antigrlo monopolio a1 que tal metodología: a) e1 criterio de síntesis en la in-
había renunciado casi por completo: el de los me- formación escrita; b) e1 manejo de repertorios de
dios y técnicas de la comunicación social. imágenes y símbolos patrióticos (y triunfalistas) de
El vacío que en este específico campo de actua- contenido significativo simple, y c) la importante
ción se había producido tras un siglo caracterizado función subliminar de contrarrestar psicológica-
por la Revolucrón Industrial, en su mayor parte en mente, con la utilización del color, el tono sombrío
manos de 1a iniciativa privada, trata de ser cubierto que tiñe por igual a ciudades y ciudadanos someti-
apresuradamente por el aparato de1 Estado, utili- dos a la tensión emocional de una guerra total.
zando para ello los hombres y las técnicas propias La última guerra <románticau, como ha sido lia-
de la publicidad comercial e industrial vigente. mada con frecuencia \a de 1914-1918, inundó con
El suministro de consignas a la población se ca- toneladas de papel impreso las calles de los pueblos
naliza de nuevo, como en épocas ancestrales, a tra- y ciudades de los países comprometidos en la lu-
vés, fundamentalmente, de formas visuales, aten- cha. Sin posibilidad de establecer un cuadro es-
diendo a la secular eficacia del órgano de la visión tadístico preciso, los 30.000 carteles y bandos que
como receptor de mensajes primarios y a la proba- se conservan en el Imperial'War Museum de Lon-
da capacidad de persuasión que la experiencia pu- dres, más los de los museos alemanes de Coblenza
blicitaria había capitalizado con e1 cartel desde me- y Stuttgart, los de Viena y París, los archivos na-
diados del siglo xtx. cionales americanos y las colecciones privadas, ha-
Así pues, a la caída vertical de los valores sociales cen presumir cifras totales tan considerables que
y humanos y al estado de inquietud y zozobra que superan con creces la invertida en la Segunda Gue-
embarga a la población civil durante e1 incierto rra Mundialaa.
desarrollo de una larga contienda, opone el poder En un sentido metafórico podría decirse que esta
una profilaxis informativa que halla en el cartel un fue ambién la <guerra de los cartelesr¡. Las .rmas
eficaz instrumento para contribuir a la exaltación dialécticas, similares en ambos bandos, eran expre-
del patriotismo, a la participación activa en el fren- sadas bajo argumentos de carácter primario, inspi-
te, al optimisnio de la retaguardia, al sosiego de la rados en binomios antitéticos: la Verdad y/o la
población civil, al fortalecimiento de la convicción Mentira, el Bien y/o el Mal, la Victoria y/o la
en la victoria, al desprecio por el enernigo, etc, etc. Derrota, etc..., polarizadas en torno a las figuras
En aquella delicada situación el atractivo del di- inevitables de la <Bella> y el <Monstruo,r, la autori-
seño, la imagen y el color en los carteles se perfiló dad, la familia, la bandera, e1 hambre, etc.
como un inestimable recurso sensorial para produ-
cir la catarsis colectiva necesaria para optimizar la EI cartel aideológico en Alemania
inercia sentimental del pueblo, quien, lógicamente,
entiende el fenómeno de la guerra como sinónimo En las décadas anteriores, el desarrollo del mo-
de catástrofe. nopolio capitalista había propiciado la só1ida for-
A medida que avanza la guerra-catástrofe se au- mación de un cuerpo de profesionales del cartelis-
menta también la producción y distribución de mo (con el auge de la publicidad comercial e
multicolores carteles, tratando de recuperar 1a cre- industrial) que concretan una cartelística de guerra
dibilidad de un cuerpo social condicionado por una técnica y formalmente notable, muy superior, a
generalizada aversión a leer noticias de cualquier nuestro juicio, a la del bando aliado.
signo, un pesimismo escéptico a creerlas (caso de tratamiento liso de los volúr¡enes y las gran-
E1
ser leídas) y una progresiva pereza colectiva a rete- des zonas vacías de ilustración, que constituyen el
ner consignas escritas o habladas. fondo sobre e1 cual destacan símbolos o figuras in-
El éxito del cartel en la Primera Guerra Mundial dividuales, en contraste con las abigarradas compo-
se explica, pues, por la lógica interna de su elemen- siciones de1 bando aliado, y el depurado diseño de
t99
Mundial deben ser considerados como ejemplos in-
feriores a los aliados, puesto que fracasaron en su
propósito de despertar o excitar en el espectador
fuertes emociones bélicas. Schoeckel llega a insi-
nuar q1le Alemania perdió la guerra por causa de la
mediocridad de unos carteles que no lograron mo-
tivar a su pueblo hacia el supremo esfuerzo (en
dinero, hombres, sacrificio) necesario paru g -
narla.
Este simplista manual de psicología del cartel
político, editado en 1939 por las autoridades na-
zisas, y en el que se prescriben las normas para la
elaboración de carteles perfectos, no parece presen-
tir en 1o más mínimo el fatal desenlace que iba a
tener para e1 Tercer Reich la Segunda Guerra
Mundial, a pesar de construir la propaganda desde
los supuestos teóricos del vencedor.
A pesar de la petulancia que flota sobre el análi-
sissubjetivo de Schoeckel, esta descarnada y a todas
iuces injusta crítica sobre el cartelismo alemán de
$ ,
1914-19t8 invita a considerar el problema desde
otro ángulo que, por razones diversas a las que
sugiere ei manual nazi, vienen a coincidir en un
cierto fracaso de las campañas alemanas de carteles
de guerra.
188. Hans Rudi Erdt: Cartei dc guerl Al parecer, <en Alemania el alistamiento fue
obligatorio y, por tanto, no necesitaron de campa-
la tipografía (aunque se advierta 1a presencia de ñas persuasivas e incentivadoras de reclutamiento
tipos góticos de incómoda lectura, justificada, sin voluntario, canalizando el gobierno sus objetivos
embargo, por imperativos ideológicos de exalta- propagandísticos en la organización de campañas
ción patriótica), supera en todos los órdenes la caó- dirigidas a recoger dinero a través de préstamos y
tica vulgaridad tipográfica de ios carteles franceses, mediante donativos de guerraua6.
ingleses, americanos e italianos, muy inferiores A diferencia de los cartelistas soviéticos compro-
también en la armónica relación compositiva y for- metidos espontáneamente con su Revolución y a 1a
mal entre texto e imagen conseguida por algunos emotiva reacción de los aliados ante la provocación
carteles alemanes, concretamente los realizados por imperialista germana, algunos de los más significa-
las ilustres firmas de la brillante escuela alemana: tivos diseñadores alemanes se sinrieron por com-
Lucian Bernhard, Ludwig Hohlwein, Julius Gip- pleto ajenos a una guerra que no les pertenecía. En
kens, Hans Rudi Erdt, Louis Oppenheim, Alfred otras palabras,y parafraseando a Maiakovski, <ésta
Roller, Julius Klinger, etc. no era J, guerla)).
En una de 1as primeras apologías del cartel polí- En este sentido, la falta del elemento emocional
tico, la grosera demagogia de Erwin Schoeckel se echa de menos en los mejores carteles alemanes
pretende demostrar que los mejores carteles corres- de este período. La sobriedad en su concepción y
pondieron a los que ganaron la guerra. A su enten- ejecución contrastan, ciertamente, con la humana e
der, 1os carteles alemanes de la Primera Guerra imperfecta espontaneidad de los realizados por 1os
200
aliados, aunque desde un juicio exclusivamente carteles aliados y, a su juicio, la ineficacia de los
técnico los alemanes sean irreprochables. Ei hecho alemanes, puede muy bien deberse a una cuestión
de que <en Alemania y Austria muchos artistas, de orden moral.
como Klinger y Bernhard, eran también diseñado- Así como es patente la escasa convicción de mu-
res tipográficosn, y que <casi todos los carteles de chos rntelectuales alemanes (entre los cuales pue-
guerra de Bernha¡d fueron tipográficos, renovando den contarse, sin duda, algunos cartelistas) hacia la
el poderoso impacto de la tipogra{ia alemana de causa bélica emprendida por sus compatriotas, la
épocas anteriores>47, parece implicar una actitud movilización de los ilustradores y cartelistas aliados
profesional, distante y neutra, exenta de participa- parece obedecer a una ética colectiva que trata de
ción ideológica, exactamente igual a la distancia responder emotivamente a 1a flagrante Provoca-
emocional que media entre un buen y eficaz cartel ción germana. Esta actitud, compaftida solidaria-
publicitario y la neutralidad de su autor respecto de mente tanto por 1os emisores como por los recep-
la ideología del emisor o fabricante de1 producto. tore del trámite comunicativo, parece aceprar Por
Como es sabido, el éxito de una información definición 1a integración de cualquier iniciativa
cualquiera transmitida en forma de cartel, no de- formal.
pende de la calidad objetiva de su diseño sino del Ante 1a alarma general e1 puebio es informado,
grado de coincidencia entre l¿ oferta y la demanda. alentado o reclutado apelando a razones morales de
En este caso, el elevado nivel medio del cartel ale- orden individual (<Papá, ¿qré hiciste tú en la gue-
mán no implica, necesariamente, un juicio de valor rra?r) o colectivas (,¡Les atraparemos!; ¡Lorena y
en términos de eficacia o popularidad. Alsacia son nuestras!)), etcétera.
Por otra parte, el audaz planteamiento del carte- La respuesta ante la situación adquiere, pues, un
lismo soviético, capaz de expresar simples y com- indudable tono popular entre los aliados que no se
prensibles conceptos a través de un estilo radical-
mente vanguardista, en absoluto codificado por las
analfabetas masas receptoras, no tiene correspon-
dencia alguna con el cartelismo de la guerra de
1914-1918. La corrección y calidad formal de los
carteles alemanes no constituyen ninguna innova-
ción; se limitan a utilizar los repertorios habiruales
de la época establecidos por la publicidad comercial
e industrial, en los que, por ejemplo, persisten to-
davía reminiscencias modernistas y exPresionistas.
201
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191 Ja¡¡rcs Montgomery Flagg: Cartel de guerra, 1917 193. Lorenzo Goñi: Cartcl de Guerra. 1936-1939.
consigue implanar en Alemania durante toda la
guerra. Ello al vez explique la considerable pre-
sencia de populares ilustradores entre la cartekstica
bélica francesa, inglesa y americana. De entre los
cartelisas profesionales desaca el patetico realismo
(un anto de una de las glorias del
cartel francés del riltimo tercio de siglo: Theophile
Alexander Steinlen, de origen suizo, cuyos carteles
comerciales se habían ca¡actenzado ya por su senti-
mentalismo popular. Con é1, Joseph Chrisrian I,e-
194- Anónimo: Símbolo gráfico-
yendecker, nacido en Alemania y emigrado a Esta-
dos Unidos a la edad de nueve años, y quizás
ambién el inglés Alfrec Leete, pueden ser consi-
característico atuendo del venerable Tío Sam,
el
derados como cartelistas profesionales y publicia-
alegórico personaje americano, para influir en
el
rios, al rnargen de su constante contribución a la
reclutamiento de jóvenes voluntarios. Aunque
ilustración de libros y revistas. Tal vez los ialianos
Fla:ggrealuara un toal de 46 carteles de guerraae,
Achille Luziano Mauzan y el joven konetto Cap-
lo cierto es que en este celebérrimo cartel (o en los
piello sean los cartelistas rrás puros de entre los que
de su compatriota Howard Chandler Chrisry) la
intervinieron en el diseño de carteles aliados du- rlisposición de las letras, la sorda suavidad de los
rante la Primera Gran Guerr¿.
colores empleados y el Eaamiento de la ilustración
El resto, entre los que se hallan los autores de los
no cumplen ni tan siquiera los requisitos mínimos
rrrás celebrados carteles de este período, eran fun-
que por aquellos años se hubiera exigido e un c:rr-
damenalmente ilustradores, y ciertamente ilustra-
tel comercial de calidad media.
dores populares. Puede ser urür de las razones que
Otro cartel famoso, inspirado en una figura del
expliquen la enorme eficaci" de unos certeles entu-
grupo escultórico del Arco del Triunfo de París50,
sústicos, con pocos valores de diseño en su haber,
se debe a un popular ilustrador francés, Abel Fai-
que apelan rrás a la emoción que a la ideología.
vre; y un ilustrador, autor de líricos y emocionados
En general, estos ilustradores de libros, revistas o
carteles sobre la reconquisa de Alsacia y Lorena,
historietas infantiles trarisportan al cartelismo polí-
Harsi (seudónimo de Jean Jacques \Iiltz), trazó
tico estilos figurativos propios de otros formatos y
estas eficaces inrágenes con un estilo propio de ilus-
usos, a los que frecuentemente el propio impresor
traciones de cuentos de hadas.
incorpora la tipografta a su gusto, con lo que el
Asimismo, en Inglaterra son los populares ilus-
cartel resula a menudo un collage de elementos
tradores Lord Baden-Powell,¡.P. Beadle, G. Clau-
improvisadamente adaptados, con rnuy escasas exi-
sen, David 'Wilson o S. Lumley qurenes
gencias en el diseño. ^capaLra;Ír
la mayor parte de la producción certelística de esta
Este insuficiente nivel de profesionalidad se de-
concreta época.
tecta también cuando aparece urn idea sugestiva
como lo fue, sin duda alguna, la imagen que Al-
fred Leete ideo para la cubiera ds r.r revistaas y El períoilo ile entreguerras o una etapa
de la que saldría, entre multiples versiones, plagros ile rea¡me ideologico
e imitaciones, el r¡rás famoso cartel de guerra ame-
ricano producido en todos los tiempos. La apasionante experiencia soviética proyecta so-
James Montgomery Flagg, prestigioso ilustrador bre la vanguardia del arte, el diseño y la pedagogía,
de la época, se basó en el irrrperativo gesto que una i¡fluencia no sólo fonnal sino también ideoló-
dibujara kete para retratarse a sí mismo con el gica. En efecto, una nueva vía alternativa al diseño
203
El futuro poder nazi recela desde e1 principio de
la razón. La vigilancia, la agresión y la persecución
contra las formas intelectuales se refleja, en el cam-
po del diseño gráfico, en la particular (guerra) que
sostuvo contra la institución pedagógica Bauhaus,
a la que consiguió rendir incondicionalmente
en 1931.
Del mismo modo, la brutal represión ejercida
sobre la izquierda alemana propició la creación de
un tipo de diseño no só1o político sino también
clandestino. Al potencial de lucha, de agitación, de
conocimiento y de compromiso que puso de relie-
ve el diseño gráfico al servicio de los entusiastas y
racionales componentes del Constructivismo ruso
se añade, en la década de los veinte en Alemania, la
condición de instrumento subversivo.
204
John Heartjeld y el fotomontaje
zaton e vacilar. Los artistas no lograron caminar al Después de asistir a 1a Escuela de Artes Aplicadas
paso de los acontecimientos. El lápiz demostró ser de Baviera, en Munich, en aquel tiempo centro
un medio demasiado lento: le mentira esparcida artístico de Alemania, Heartfield trabajó <en Man-
por la prensa burguesa le ganaba en velocidad. Los heim, como diseñador de embalajes en la tipografía
artistas revolucionarios que no lograron adecuarse de los hermanos Bauen¡ss. Con Georges Grosz y el
al ritmo del tiempo quedaron atrás, incapaces de hermano de Heartfield, Wieland, funda en 1915
fijar todas las fases de la lucha proletaria. la editorial Marlik, para la que John diseña la ma-
r¡El artista proletario debe afrontar con coraje el yor parte de las cubiertas. La influencia de Grosz
hecho de que la fotografía avanzt (...). Si reuno dete¡mina el salto cualitativo de1 joven Heartfield,
documentación fotográfica y la confronto hábil- con quien colabora en la revista Neue Jugend y r;rás
mente y con inteligencia, su efecto agitador y pro- tarde, en pleno compromiso Dadá, en Die Pleite.
pagandístico sobre las masas será inmenso. Esto es Coincidiendo con su entrada en el Partido Comu-
para nosotros 1o más importante, el fundamento de nista, diseña la revista Die Rote Fahne y participa
nuestro trabajo. Por eso nuestro deber es el de ac- en el famoso calendario del <Arbeiter> (de la revis-
tuar mejor sobre las rnasas, rnás y con mayor inten- ta AIZ) , servido a modo de entregas desáe 1924
sidad. Si vencemos en este intenro, habremos dado a 1933.
vida a un verdadero arte>53. La colaboración con la rcvísta AIZ (Arbeiter-
Por supuesto, no es objeto de este libro el t¡atar Illustrierte-Zeitung), iniciada con regularidad a par-
de dilucidar quién fue realmenre el invenror del tir de 1930, significa la etapa más fecunda (en can-
fotomontaje. Al margen de los experimentos de los tidad y calidad) de su carrera, en la cual se hace
dadaístas alemanes (Grosz, Heartfield, Hócli, realidad el ideal de Heartfield de <actuar mejor so-
Hausmann, Schwitters, etc.), los constructivistas bre las masas, más y con mayor intensidad>.
soviéticos llegaron a é1 a través de un proceso dis- Publicada en Berlín y difundida en cinco países
tinto y 1a relación especial que entre 1as vanguar- europeos, AIZ representa la idea de la unión inter-
205
nacional obrera. La sección de correspondencia con deben situarse dos conceptos distintos en el diseño
los lectores (una de las rnás populares de la revista) político. Los trabajos de John Heanfield corres-
f:uerze It definitiva integración de Heartfield a su ponden a la desesperada di¿léctica crítica propia de
cuerpo de redacción, t lz htz del constante entu- la agiación subversiva, mientras los de la Rusia
siasmo con que se van recibiendo los fotomontajes revolucionaria atañen a la exultante ¡lirléctica
que ocasionalmente publica. A partir de 1934 le constructiva de la educación de las m¿sas. Para de-
revista y el propio Hearrfield se exilaron a Praga, cirlo en otras palabras, en la URSS es la voz oficial
huyendo de la persecución rlazi, desde donde si- de la mayoría, mientras en Alemania es la voz
guieron editándola hasta 1938, poco antes de la clendestina de une minoría que se oPone al terror
invasión de Checoslovaquia por las tropas del Ter- nazi.
(Jnos y otros (El Lissitzky, Alexander Rodchen-
cer Reich. En total, su colaboración con esta publi-
cación arroja un saldo de 238 fotomontajes de ac- ko, Fritz Starnmberger, John Hearúeld) han ad-
tualidad, de un:i personalísirna sint¿xis y de una vertido el potencial ideológico de la manipulación
impresionante causticidad visual. de las inrágenes que pasan por sr¡s manos y las di-
A su lado, los pareados de Meiakovski y los foto- verses consecuencix de positiva agiación que en
monajes de El Lissitzky o de Rodchenko son de una situación social, subversiva o leal, y en uftI
un lirismo poético ciertamente pertinentes, que púctica, individuel o de grupo, pueden contribuir
vienen a señalar los opuestos paradigrnas en que a Provocrr.
En estas circunstancias históricas precisas se acre-
dita con toda propiedad utüt rrueva categoría en el
diseño gráfico: el diseño político, inicialmente es-
bozado en el corto peiodo histórico de l¿ Revolu-
ción Francesa. El compromiso de las ideas esta¡á
presente, desde entonces, en las distinas versiones
técnicas en que el diseño gráfico puede producirse:
el cartelismo, la caricatura, la fotografta, el foto-
monaje.
En cierto modo, el fotomonaje es une síntesis
de todas ellas: del cartel adopta su fuerza y sus
posibilidades de caarsis visual; la transformación y
manipulación de la fotograffa le acerca a las claves
senránricas de la caricatura mordaz y cáustica; la
textura fotográfica apora el necesario y útil por-
centaje de credibilidad ante las masas receptoras. El
propio Heartfield dictamino aceftadarnente en el
año 1956 que <el fotomonaje ha sido y seguirá
siendo un arma del arte revolucionarions6.
En el extremo opuesto del arco teórico-crítico,
uno de sus nris feroces enemigos, el ya ciado Er-
win Schoeckel, en urrr de sus firriosas y habituales
diatribas dedicedas a Heartfield, llena de insultos y
exabruptos <emocioneleo (siguiendo al pie de la
letra sus propias teorías al resPecto), reconoce
anxrgamente que <sus representaciones son siem-
198- John Hantñeld: Fotomonajc pon rm cubie d€ revisa 1934' pre subversivas, denigratorias y destructivasr5T.
206
Desde su conüción meramente técnica, el foto-
montaje es un tipo de ilustración relativamente fá-
cil, que tan sólo precisa de un concienzudo trata-
miento en cada una de sus fases. <En primer lugar,
un extenso y bien clasificado archivo de fotograffas
de prensa y de actualidad. En segundo lugar, las
tijerx y el pegamento. Ante estos instrumentos, la
fotografía (reproducida del archivo o realizendo
fotograffas de pose) y, según criterio del diseño, la
sobreirnpresión, las proporciones, el texto...>s8.
Utilizando fotograffas (algunas de ellas hechx
exprofeso), siguiendo exactos croquis a lápiz, mon-
ando hábilmente los distintos fragmentos de la
(nuevil) composición fotográfica y retocando con
el pincel o el aerógrafo los imperfectos encajes de
rur;r con otra, logra Hearcfield una imagen final de
perfecta y asombrosa verosimilitud, eparentemente
real (ajuzgar por el <aspecto> fotográfico dei men-
saje), con la que combatir con eficacia la retórica
grandilocuente en que se expresa la propaganda
nazi, paradójicamente corstruida según técnicas
parecidas a las de sus nrás <odiadosn adversarios.
199. John Hert6eld: Foomonaje pm um obiero de revse, 1932.
En efecto, la transformación, mixtificación y
manipulación de palabras, conceptos, ideas y noti-
cias en función de un arquetipo prefijado (que tie.-
ne mucho del método con que se constnrye un que esta supreÍüI y petitlláz abstracción permite
fotomontaje), forma la materia prirna de la <artille- <,situao en ella pocas emociones: las de adhesión de
ría psicológica>se con que la propaganda nazi bom- sus partidarios o las de rechazo de sus adversarios.
bardea sistem'áticamente la sociedad alemana. Tod¿ la campaña gráfico-sirnbólica del Tercer
Reich remite a urur superestructura monolítica y
todopoderosa al servicio de un decidido adoctrina-
I-a propaganda gráfica del Tercer Reich miento psicológico. En opinión de Rudolf Arn-
heim, (otorgarle a un sirnple diseño un significado
A diferencia de las conclusiones que podrían particular puede exigir un esfuerzo interxo y pro-
exfiaerse del examen del material gráfico produci- longado del cual pueden no excluirse asociaciones
do por ambos bandos en la Primera Gran Guerra, indeseadas. Recuerdo que, cuando Hitler visitó la
los países enfrentados adoptarán en su segunda R.oma de Mussolini y toda la ciudad estuvo de
confrontación muy distintos criterios formales y pronto cubierta de banderas nazis, una niña ialiana
estratégicos en esta subsidiaria (guerra de imáge- exclemó horrorizada: <Roma esá llena de arañx
nesD. negrasD.
La dominante emocional que Schoeckel y el <,El simple diseño de It esvástica estaba lo bastente
propio Hitler irnponen en sus textos teóricos se libre de otrai asociaciones como para hacerlo acep-
concreta en ulrt estética dirigida a concentrar la table como portador de una nueva significación. La
emoción del mensaje emitido en un reducido y frío irnposición fue tan eficaz que con el tiempo el em-
muestrario icónico, ambivalente en la medida en blema llegó a contener y exudar visualmente una
207
reW
_ejÁ¿
M
connotación altamente emocional que no tenía an- de señalización e identidad de mayor y mejor efica-
tes. El diseño, por cierto, estaba muy bien elegido. cia visual de toda la historia de la gráfica militar y
Llenaba las condiciones etnológicas de distinción e política. Si bien los proyectos parece que fueron
inconfundible simplicidad. Su orientación oblicua inspirados y esbozados por el propio Fürher, y a:ln-
en el espacio, transmitía la dinámica del "Movi- que se desconoce el autor o autores ejecutivos de su
miento". Como figura negra sobre un fondo blan- definitivo diseño y aplicación, la participación de
co y rojo contrrbuía a la resurrección de la vieja profesionales se evidencia contemplando el depura-
bandera del Imperio Alemán y, por tanto, apelaba al do proceso de estilización y el minucioso y preciso
nacionalismo. En Ia bandera nazi el rojo se convir- programa de adaptación a los distintos soportes de
tió en el color de la revolución, y el negro era una <imagen de identidad corporativa)) de gran en-
espantable como las camisas de 1os soldados de la vergadura, muy superior a la del mayor monopolio
guerra relámpago. La esuóstica tenía la angularidad industrial existente.
de la eficacia prusiana y su limpia geometría armo- Por lo que respecta a la cartelística, de mucha
nizaba, no sin ironía, con el gusto moderno por e1 menos enjundia que la imagen de identidad, el
diseño funcional. Para las personas cultas, aludía Partido parece hacer suyos los consejos de Schoec-
también alaraze aria que evocaba el símbolo de la ke1, en el sentido de que <los más modernos estilos
India. Las presiones del contexto social hicieron el artísticos deberían ser empleadoso63'
resto. No es de asombrarse que un escritor recien- El uso de modernas técnicas como la fotografia
te, Jay Doblin, dijera que Hitler, "el artista frusffa- en blanco y negro6a y la tipografía de palo seco
do", se convirtió en "el diseñador de la marca de (similar a la Futura) aparece a nuestros ojos como
fábrica del siglo",>60. una auténtica incongruencia, si tenemos en cuenta
Schoeckel, responsable y exégeta del diseño grá- la hostigación de los nazis a los miembros de la
fico nazi, consideraba que la irresistible ascensión Nueva Fotografía (en especial contra August San-
hacia el poder de Adolf Hitler había que atribuirla der) y al creador de Ia Futura, Paul Renner. La
a la efectividad en el diseño de los carteles de pro-
impi-
persecución organizada conüa la Bauhaus no
pagandar'1, a los que concedía grandes ventajas so- dió tampoco que el Tercer Reich contara, sin e1
bre otros medios de comunicación: <La palabra im- menor escrúpulo, con la colaboración (quizás for-
presa puede no ser leída, la radio puede cerrarse, a zada) de uno de sus más destacados ex alumnos y
1osmítines políticos puede no asistirse, pero el car- ex profesores de diseño gráfico: Herbert Bayer. El
te1político no puede ser ignorado. Los ciegos, los uso específico de1 fotomontaje entra en flagrante
hospitalizados y 1os presos son los únicos que no contradicción con los denostados (inventores) de1
toman contacto con e1 cartelr>62, método ((comunistas y judíosr, según la jerga na-
Con la creación dei Ministerio de Propaganda, cionalsocialista empleada por Erwin Schoeckel).
Alemania estructuró la información de acuerdo a A pesar del manual de Schoeckel y 1as atribucio-
presupuestos tácticos y estratégicos exclusivamente nes que el propio Hitler se otorgó en esta materia
po1íticos, en una planificada campaña propagandís- (tanto en 1a formulación teórica cuanto en la prác-
tica controlada por el más alto poder ejecutivo del tica), lo cierto es que la cartelística alemana de gue-
gobierno. La sistemática adaptación del símbolo de rra quedó muy lejos, no só1o de superar el alto y
la cruz gamada y e1 águila imperiai a todo soporte efectivo nivel alcanzado por e1 diseño y aplicación
visible (desde 1os brazaletes a las banderas, desde 1os de su imagen de identidad (<1a marca de fábrica del
estandartes a las gigantescas enseñas colgantes que siglo>), sino tan siquiera de mejorar el nivei medio
presidían las pavlovianas concentraciones de masas, de ias difamadas muestras del bando alemán en la
desde los edificios oficiales a la flota militar), con- Primera Guerra Mundial.
virtieron las imágenes de identificación y simboli- Y aunque se adoptan los nuevos procedimientos,
zación del partido nacionalsocialista en el producto la operación responde a criterios exclusivamente
209
=::-??4.
,.4\,
*a
b,1*
270
miméticos (o pavlovianos, que usaron con gran in- apología de Mussolini), ex estudiante de la Bau-
sistencia), echándose en falta una mayor capacidad haus y miembro del Studio Boggeri66.
de creación. Al lado de Ludwig Hohlwein, quien
sigue expresándose en el estilo personal que le hi- La propaganda gr,ifica aliada
ciera famoso treinta años atrás, proliferan una serie
de anónimos o mediocres cartelistas65, cultivadores Durante el desarrollo de esa Segunda Guerra
de un estilo anacrónico, semejante al realismo so- Mundial el cartel se vio relegado a acciones de apo-
cialista que Stalin había impuesto recientemente al yo propagandístico, cediendo el paso al boletín de
pueblo soviético como alternativa (?) a1 espléndido noticias radiofónico y al testimonio visual directo
período vanguardista del Constructivismo. que proporcionaban los noticiarios cinematográfi-
Lógicamente, resurge de nuevo ia tipografía gó- cos, en un primer ensayo general de los medios
tica, pulsando oscuros sentimientos patrióticos im- audiovisuales, que lograron concretar en ellos la
perialistas. En cambio, al trabajo de guerra del dise- hegemonía de la información y la comunicación.
ñador alemán René Ahrlé constituye el paroxismo Por otra parte, la mecánica de reclutamiento se
de 1a contradicción. Distinguido como uno de los efectuó esta vez desde la orgxizaciórt de los ejérci-
primeros diseñadores que utilizó 1a fotografía en tos y de los gobiernos y no necesitó ya de las pro-
los anuncios publicitarios recurre ahora al dibujo clamas y caneles estirnulantes de la participación
en blanco y negro, en un frío estilo realista y tea- activa de la población civil en la defensa de la pa-
tral quasi fotográfico, tratando ta1 vez de elucubrar tria, como lo fue en la prirnera conflagración-
una fantástica y triunfal épica que e1 objetivo Paradójicamente, en esta ocasión en que Alema-
fotográfico no fue ctpaz de aprehender en el nia pretendió mejorar el escaso poder emocional de
frente. los carteles de la Prirnera Guerra (mérito que se
Poco sabemos de la eficacia que esos carteles ob- reconoció al cartelismo aliado), la carga emocional
tuvieron en la Alemania de 1939 a 1945, aunque de las campañas de los carteles ingleses, franceses y
si tomamos como referencia para e1 éxito o el fra- americanos se rebajó muy considerablemente. El
caso el arriesgado método de verificación que énfasis se sitúa esta vez en unas campañas modera-
Schoeckel aplicó en su libro a los carteles de la das, funcionales, tendentes a incrementar la pro-
Guerra de 79L4-1.91.8, el resultado de la Segunda ducción, evitar el espiornje entre la pciblación civil
Guerra, finalmente negativo para los nazis, permi- y en el frente, recoger fondos, incentivar la partici-
tiría considerar 1a poca fortuna del decisivo cometi-
[(ke.!fet
do (a todas luces desorbitado, como el resto de su 64 rt ,i*t& & Zf 44t\
"4
ideología) que le asignaron, a priori, sus propios 'Zi"'
teóricos.
En el otro extremo del Eje, Italia manejó mimé-
ticamente 1os repertorios propagandísticos ma-
croimperialistas y mesiánicos de su <todopoderoso,>
aliado y protector, sin una clara noción de la medi-
da y de la escala, con lo que cuajó un producto
gráfico híbrido y desnaturalizado, a pesar de contar
con e1 apoyo ideológico de 1os restos del Futurismo
2rL
trln {ar14 cartel, los Ministerios de Información y de Guerra
canalizan también la organización de las campañas,
para las que establecen departamentos de diseño a
la cabeza de los cuales se sitúan los más reconoci-
dos diseñadores y cartelistas del momento, corri-
giendo así los métodos exclusivamente autóctonos
y artesanales con que se produjo la estrategia pro-
pagandística en este sector en la anterior contienda
bé1ica.
ljna muestra elocuente de esta coordinación de
servicios y funciones la constituye la partida del
cé1ebre cartelista francés Jean Carlu hacia Estados
*futttUtf Unidos, en 1,940, enviado por su gobierno, donde
"' permanecerá por espacio de tres años trabajando
'
203.Jeancarru:canel deguerra, ,r:rrr" para el Departamento de Información y Guerra y
para varios grupos de Francia libre. lJ¡o de los car-
pación de 1a mujer en tareas poco frecuentes en teles realizados en 1941 le valió una medalia de
tiempos de paz, etc., etc. oro (Gold medal) del Art Directors Club of New
A pesar de esa relativa importancia concedida al York67.
204. Abram Games: Ca¡rel de guerra, 1945 205. Ab¡am Games: C¡rtel. 1948
212
wwwwfeffi*wny&**ffi
m*r&f*ffih#t*wxx rt HA f Kyr
206. Dimitri Moor: Canel politico, 1930.
21,3
Este anecdótico detelle indice la atención objeti- El cartelismo en la Unión Soviética, alineada
va y profesional con que se seguía la producción junto a 1os occidentales con su entrada en e1 con-
cartelística de guerra, muy al contrario de la im- flicto armado tras la invasión de la URSS por los
provisada y émotiva creación durante la guerra an- ejércitos del Tercer Reich, atravesaba un aburrido
terior. período de transición que, a decir verdad, no ha
En Francia, el más notable cartelista de los añós concluido todavía. Bajo el poder absoluto de José
veinte y treinta, AdolpheJean-Marie Mouron (Cas- Stalin, y lejos ya de la fecunda vanguardia cons-
sandre), también realizó algunos carteles de guerra. tructivista que alumbró 1a Revolución de Octubre
Asimismo, los grandes cartelistas comerciales in- y que desacreditó el propio Stalin, se pretende im-
gleses6s se integran, en algunos casos, en procesos pulsar un falsificado <renacimiento> del cartel so-
producúvos de mayor alcance que la simple pro- viético. Para ello, se recurrió a 1os miméticos ejem-
ducción de carteles. Tom Eckersley, autor de im- plos occidentales elaborados por los cartelistas rusos
portantes carteles de guerra, se ocupó en diseñar de la época de 1a guerra de 1914-191,8 (Dmitri
cartogra{ía par:a la Royal Air Force6e; Frederik Moor y Victor Deni en sus obras más mediocres) y
Henri Kay Henrion, también autor de carteles de a una artificial recuperación de 1os procedimientos
guerra, fue nombrado asesor de exposiciones del del grabado popular de1 siglo xIX, en especial los
Ministerio de Información británico y del Departa- tratamientos al estarcido o trepa, en los que des-
mento de Guerra americano en LondresTo, etc. tacaron 1os Kukryniksi (Kuprianov, Krylov y So-
De todos ellos, el más notorio protagonista de la kolov).
propaganda gráfica aliada fue, sin duda, el diseña- final, escasamente convincente des-
E1 resultado
dor y cartelista inglés Abram Games. Adscrito al de plano gráfico, reduce el ámbito estilístico a un
e1
Departamento de Guerra, diseñó carteles educacio- realismo pretendidamente populista (el tristemente
nales para el ejército (en sus vertientes de enseñan- célebre Reaiismo Socialista) o a unas raíces también
za, disciplirn, conocimiento, etc) que le valieron pretendidamente populares, mientras el contenido
una justa reputación mundial, no sólo por la sim- queda a merced de una lírica artificial sin imagina-
plicidad y efectividad de sus composiciones, sino ción alguna. El descorazonador panorama que se
también por la calidad técnica de sus realizaciones, ofrece como alternativa tras renegar olímpicamen-
revelándose un Ínestro del aerógrafo. Al término te del fabuloso patrimonio constructivista no mere-
de la guerra su colaboración se extendió, además de ce, desde luego, mejor calificación.
Inglaterra, a los gobiernos de Irlanda, Israel y Por- Podemos decir, pues, que tras cincuenta años de
tugal, así como ¿ la de organizaciones mundiales inmovilismo, los burócratas que desconfiaron del
como la ONU, l¿ OMS, etc.71, colaborando desin- estiio vanguardista se han salido por ahora con la
teresadamente en la rca,lización de carteles para suya, a pesar de 1a categoría potenciai de algunos
causas sociales, pacifisas y humanitarias. cartelistas actuales, como Yemi Tsvik, Oleg Sa-
En la producción autóctorn americarn, con Poca vosryuk y Boris Uspensky (que parecen partir del
tradición todavía en el cartel comercial moderno, mejor Dmitri Moor), Nikolai Popinov o el asom-
siguió imperando la tradición emocional en manos broso Juris Dimiters, que ha introducido el Surrea-
de ilustradores figurativos como el inimitable Nor- lismo en la Unión Soviética a través de sus ori
man Rockwell, extraordinariamente popular por ginalísimos carteles de cine y teatro principal-
sus magníficas y candorosas im:ágenes, deliciosa- mente.
mente süperrealistas, o el postexpresionismo de También puede mencionarse a los artífices de
Ben Shahil2, quien trabajó para el Departa- la imagen de los juegos olímpicos celebrados en
mento de Información y Guerra en 1942 y pxa Moscú en 1980, Vladimir Arsentiev, autor del
otros departamentos gubernamentales de 1944 a símbolo gráfico, y al pintor Viktor Tchigikov.
t946. creador de la mascota.
214
El diseno político en tiempos de paz
LA (l{itl'lliI
campañas suele producir un cartelismo conserva-
dor y estereotipado de muy relativo interés grá-
t'r¡l tui!
207. Estudiantes de Bellas A¡tes: Mu¡al, 1968.
fico.
Existe también un sector que corresponde al uso
del cartel como instnrmento Político de educación
de las masas, que queda lógicamente adscrito a los
países gobernados por regímenes totalitarios (ex-
215
cepto en e1 aspecto festivo de las conmemoracio- gual nivel técnico pero de parecido entusiasmo,
nes, a1 cual se atiende puntualmente en todos los que se inserta en el corazón del pueblo cubano con
países occidentales), al que siguen fieles la URSS y absoluta facilidad, conquistando por extensión el
los países del Pacto de Varsovia y al que se han de los círculos sociales más progresistas del mundo
incorporado, más recientemente, países como Chi- entero74, influyendo particularmente en las poste-
na Popular (con mayor entusiasmo y cantidad que riores imágenes gráficas de las revoluciones sociales
calidad, a pesar de algunos aciertos plenos en 1a de Chile (con la Unidad Popular), Portugal (con la
elaboración de una gráfica revolucionaria personal) Revolución de los Claveles) y Nicaragua.
y, por encima de todos, por lo que atañe a Ia auda- Queda todavía un amplio espacio del diseño
cia de su propuesta gráfi.ca, la experiencia cubana. político por examinar, el utilizado por la oposición
En 1960 la revolución triunfante impulsa en en sus múltiples facetas, circunstancias y propósi-
Cuba un movimiento de propaganda política a tra- tos. Desde los planteamientos radicales de agita-
vés de un cartelismo populista moderno, lúdico y ción subversiva practicados por Heartfield se ha
barroco, servido por un grupo inicial de muy desi- extendido una zona de intervención del diseño grá-
fico en el campo de la ideología política (más o
menos tolerada o simplemente clandestina) colecti-
va, individual o de grupo, que utiliza sisremárica-
mente este recurso como arma de crítica, agitación
u hostigamiento hacia el poder establecido.
En este sector se encaja la iconografía caustica y
mordaz (y enormemente sugestiva) que se exhibió
fugazmente en las calles de París durante la revolu-
ción cultu¡al que artistas, estudiantes, intelectuales
y obreros emprendieron en defensa de la libertad,
en uno de los mayores hitos creativos de la socie-
dad contemporánea, en el llamado <Mayo francés>
de 1968.
Sin embargo, al obligado anonimato de los dise-
ñadores de la producción específicamente clandes-
tina hay que añadir la participación volunrarisra
(generalmente aprofesional) de la mayoría de pro-
ductos gráficos editados por las minorías margina-
das cultu¡ales, étnicas o políticas. Ello nos exime
de la necesidad de destacar, más allá de la constata-
ción del fenómeno, estilos, escuelas, tendencias y
más aún individualidades.
llASTA LA VICTORIA
SIEilPffi
216
El solitario camino de Klaus Staeck
217
mente su capacidad revulsiva y sarcástica en sucesi-
vas y efectivas campañas de desprestigio contra ins-
tituciones de gobierno (como su irónica postal
dedicada a1 Ministerio de Cultura), determinados
partiios políticos y sus correspondientes candida-
tos, etc., en un <combate) de carteles planteado en
el curso y en el terreno de las campañas electorales
oficiales.
El uso de la fotografía (sin pretensiones artísti-
cas), del fotomontaje y
de la metáfora tipográfica
(desde las connotaciones de la tipografía gótica
hasta el uso irónico y crítico del lenguaje político y
electoral oficial) aproxima su labor a la de su ilustre
antecesor y compatriota John Heartfield y a la del
españoi Josep Renau (curiosamente vivieron, los
tres, iargos y decisivos períodos de sus vidas en 1a
Alemania Democrática).
Pero además, y al margen de la cuantificación
del éxito exclusivamente político de sus temidas
razzias cartelísticas contra el conservadurismo polí-
tico en Alemania, el asombroso impacto visual en
el tratamiento clásico del fotomontaje, adecuado a
las situaciones coyunturales de su propia y concreta
realidad histórica, ha proporcionado a Klaus Staeck
:?i.g:i 0lympische Spiele Múnchen 197?
la condición de responsable principal de la brecha
212. Klau Saeck: Canel politico, 1972. estilística por 1a que, además de recuperar una ge-
neración si1enciada76, se han colado las másjóvenes
generaciones de cartelistas comercia-
les- alemanes.
-incluso
Notas
1. Comnnicación, Constructivísmo, Alberto Corazón, Editor.
Madrid, 1973.
2. Comunicación , El nueuo realismo plóstico, All¡erto Co¡azón,
Editor. Madrid, 1975.
3. Comunicación, Constructítismo, op. cit,
4. lbtr1.
5. Román Gubern, Hlstorl¿ del Cine, op. tit.
6. En 1922, Lenin lauaba la siguiente consigna: <De todas las
artes, el cine es pa¡a nosotros la más importanter, Román Gu-
213. Klau Saak T!{ea posbl, 1976. bern, op. cít.
218
7. Amold f{zwet, op. tit. 20- <I¿ rotemátie puede coroiderme como el producto rÁ
8. rbid" puo de la qerión hr:mm, cerión que no incita maánia-
9- Román Gubem, op. cir. mente, sino que crea, producet- <(Proun, 1920-1921)r. Conmi-
10- Szlmon Bojko, Nw graphit iluign ín Ruolutionary Rus- ación, Coflstrudí!ísmo (op. tit.).
sio, Pneger Publishm. Nueva York/Wxhington, 7972, y Lwnd 2r. tbid.
Hmphns Ltd. I¡ndra, 1972- 22- IIe aqú los aho puntos del runifiesto:
11- Ic artelc y pmelq tratados m forru de viñetas ppula- 1. Ix palabru sobre um págim imprm se aprenden mirando,
ra de la ll;lmda aoma de ciegot fueron nrmro, rcbre no mchando-
todo en la labor del grupo Rmte, y enre ellm hay que dataer la 2. Is idtr se comunien por medio de palabru convenciom-
interyención del poeta Vladimh Maiakovski- lc, la ide debe to¡ru fom a través de ls letÉs.
12- Tmbién pueden citarc a Archipov, B- Koutodiev y 3. Economia de expraión = óPtie en lugar de fonétie-
Boutchkine. 4- Al diremr el apacio de un libro, el roterül de tipo, de
73. De h Ercitlopedia della Stampo, op. cit. merdo a la leyc maánim de la tipografía, debe conaponder-
t4- tbid. rc con l* temions y fuezu del contenido.
15. Solomon Telingater, studiante en Vhlhutem y Baku, 5. El disño del apacioJiko debe hacese a través del mterial
pncticó como tipognfo, aprendiendo la trcnia tipognífio en de bloqus que intewienen en el prcao fomlizdor tipogúfi-
todm su prmos. Director ertístico de vriu emprm editoria- co, confiriendo rslidad a la nueva óptio.
lo, ro obra * diwlgó interuciomlmente en Colonia, Puis, I: superuturalista realidad del ojo perGcciomdo.
Nuwa York, hndre, Iripzig y Bmo. Direñó libros, ortelq, 6- La continuidad de la págim-seruencia : el libro bioscópi-
hizo fotomontaja y dirñó nuevos tipos de imprenta. Su conai- co-
miento de la tipografia y los rcxtos mbre teoría y metodología de 7. El nuevo libro exige nuevos coitorc. El tintero y la pluru
la tipognfia le valicron, en 7963, el Premio Gurcnberg de trip de ave han muerto.
zig- Esta es la úniq referencia al diseño tipogrífim que hemos 8. Ia págim imprro trrciende el apacio y el tiempo. Ia pági-
conseguido, aunque dwoncemos la calidad o novedad formal m imprm, la i¡finidad del libro, debe ser trascendida-
de 6tos nucvc tip*- L fuente bibliogúfie de 6te dato Publicado por primen ve en la revista Mea, n.o 4, Hmo-
(Szymon Bojko, op. rit.) no oftece rqrroducción algum a arc ra- ver,julio 1923 (Sophie Lissitzky-Küppen, op. cit.).
pecto- 23. Del prólogo de Joaquim Hora y Manuel de Seabra a la
El cliru de urgencia con que se planifiobm los problem y PosíaIl deMenkovski, op. ril.: (Entre mtubre de 1919 y febrero
soluciona de la omuniqción ataba praidido 1rcr un objetivo ¿e 1922, el período en que Maiakovski trabajó en la Rosta, se
pngrotismo, a la o¡rn de m corps rcórico ¡rcr elaboru- Esa hicieron aproxirodamente 1-500 artela, pero raula imposible
puede rr lm de la clava pan intcrpretar um IDIítie de acnn- sber oántm de ellos son de Maiakovski, puesto que casi todo el
ción brillmtc aunque quizás débilmente sisterutiada- Iste apre- nabajo era anónimo- Katanián alola que cieramente un 80 Inr
sundo disnir de los rcontrcimientos impidieron al vez al pre 100 dcben ser atribuidos a Maiakovski>.
pio knin (semible a los medios modemos de la comuniqción de Algunos ejemplos de titulara o eslóganes publicitarios redaca-
ru) cisalia m sugctivo Proyccto qü probablemente hu- dos por Maiakovski:
biera dado pxo al direRo tipogúfico rcvoluciomrio propimente <De uno mismo
dicho- Sc trataba del anrdio de la reglas pm la tmrooipción de sber quién s
los ruacrcrc ciílico a los latinos, a ruyo efato llegó incluo a
y a la hora verdadera,
nombru um comisión hacia 792Q (DelaEncitlopedia della Stam- sólo con un reloj Mozera.>
pt, op. rit.).
16- Nombre artístico de Iur (o Elieer) Makovich Lis- <Dcl mundo antiguo
sizky. sólo se admira
17- Dcl prólogo de Joaquim Horta y Manuel de Sabra a la el ciganillo IRA-r
Poesí¿ II de Maiakovski, tnducida de la edición origiml publiada <En resumida ruent¡
en 1955-1961 por Golitizdat- Morcú- (Venión atalam de Edi- ir a comprar al GUM salc a eenta-D
torial l¡ia, Ilucelom, 1981-)
<¿Queréis comprar?
18. El colom del cine rcviéúco Sergei Mlailovich Eisrutein,
hlo de un arquitecto c ingeniero de mendencia judoalemm, A Mosselprom sin dudar.o
6tudió en la Errela de Ingenieria Civil de San Petenburgo y rMc río de lluviu y tormenus
ñeoentó la Fscuela de Bellu A¡ts- porquc jamÁ ulgo sin bota.
El qodor del nrevo direño gráfico soüético El Lisizky atu- Y con la ayuda de Rezinotrcst
dió arquitecnrm en Dmtadt- me siento seco, seguro, sin truPia.r
19. Sophie Lisitzky-Kappen, El Lrsitz[y, Thama and Hud-
rcn. I¡nd¡a, 1968 (Verlag der Kurot- Dr6den, 1967)- Artíolo: 24. Vieland Heufelde y Hclmut Hezfelde (fohn Hert-
eJan Trhichold: El Lisizky (1890-1941)'. field).
219
25, Praun edi¡ada en Hannover en 1.923', Vittoria sobre el sol, mostrarlos en Ia intimidad y, siempre en opinión de Cieslewicz,
Hannover \923. Vrhth, revista de a¡te moderno y diseño gráfi- eran sinplemente adnirables.
co, editada en Berlín en 1922. Merz, editada en coiaboración con 37. rbid.
Kurt Schwitters, en Hannover, 1924. Die Kunstismen, editada en 38. Szynon Bojko, op. cít.
colaboración con Hans Arp, Ziirich/MunichfLeipzrg, 1925, i9. rhi¿.
vectó cabeccras de carta, cubiertas de catálogo, anuncios de pren- .le aquella etapa, como por ejemplo, Mikhail Che¡ennykh, uno
sa, escaparates y carteles. de los más activos ca¡telistas del grupo del Rosta; las hermanas
27 . Dc dos raadro-,, editado en Berlín en 1922. A plua voz, de Galina y Olga Chichagova, alumnas del Vhkhutemas, especiali-
Maiakovski- editado en Be¡lin en 1923. zadas después en diseño de libros infantiles; el cartelista Victor
28. En su propia revista Veshch, c¡De Stijl, en Merz, en Cu- Deni fDerisor,), uno de los más activos, junto a Cheremnykh, en
ttnbtrg-Feststhrift, er Cutenbub-lahrbach, etc., ctc. la etapa de 1a guerra civil; Vladimir Favorsky, profesor y ¡ector de
29. Unión Poligráfi-
Su participación en las Exposiciones de la Vhkhutenas y autor de varios ensayos teóricos sobre composi-
ca (Moscri, 1927), Internacional de la P¡ensa (Colonia, 1928), ción, diseño de lib¡os, tipografía y diseño de letras; Alexei Gan,
Inrernacional dc We¡kbund (Stuttgart, 7929), de la Unión So- quien practicó el diseño gráfico y la fotografía¡ Gustav Klutsis
viética (Ziirich, 1929), lnternacional de Higiene (Dresde, 1930), contribuyó notablemente al desa¡rollo del fotomontaje en el car-
Feria de muestras (Dresde, 1930), y su trabajo en el diseño de telismo y la tipografía, desde su cargo de profesor de Vhkhutc-
publicaciones soviéticas, espccialmente la rcvista de propaganda mas; Vladimir Lebedev, asimismo reconocido como un renova-
URSS ¿¡ ctwstrucció\ de la que fue director artístico de 1932 do¡ del discño de libros infantiles; Lubov Popova, frecuente
a 1.937 . diseñadc¡r de carteles y Iibros; Nikoiay Prusakov, cartelista y dise-
30. Para El Lissitzky, Prorn-r fuc la palabra adecua.la para defi- ñador de exposiciones, colaborador durante algún tiempo de El
ni¡ con ella ei estadio internedio entre la pintura y la arquitectu- Lissitzky: Vladirni¡ Roskin, diseñado¡ de ca¡teles en colabo¡ación
ra. (Sophie Lissitzkv-Krippers, op. clr.) con Maiakovski y ayudante de El Lissitzky el el diseño del Pabe-
31. Marc Chagall dirigió Ia cscuela de Vitebsk hast¿ 1919, ilón de Ia URSS en la Ixposición Internacional de la Prensa,
poco despuós de incorporar a Ei Lissitzky en calidad de profesor. celeb¡ada en Colonia en 1 928; Sergey Senkin, Varvara Stepanova
Kasini¡ Malevitch sucedió a Chagall en la di¡ección del cent¡o (esposa v colaboradora de Rodchenko), Nikolay Suetin (discña-
de 1920 a 1921, abandonando el cargo para fundar entonces el dor del famoso y premiado Pabellón de la URSS en la lxposición
Instituto de la Cultu¡a Artistica de Pctrogrado (1922). Entre otras Universal de Paris cn 1937) (Szymon Bojko, op. rir.). Así como
muchas actividades, Vladimir Maiakovski participó cono niem- los cartelistas Dimitri Moo¡, Sergei Tschechonin, Adolf Stra-
bro fundador del Taller de Carteles Revolucionarios (Rosta). Vas- chow, el diseñador dc sellos de cor¡eos Nathan Altman y el ilus-
sily Kandinskv fuc cofundado¡ de la Academia dc Artes y Cien- trado¡ Wladimir Koslinsky, etc.
cias de Moscú, e¡ 1927, y director del Museo de Ia Cultura 43. Conrunicación, Constructivísuo (op, rit.). Articulo de P.
Plástica de Moscú, en 1919. El Lissitzky, adcmás dc su etapa de Novicki, <La cultura a¡tística proletaria y ia reacción burguesan,
profesor en Vitebsk, colaboró en la esc'rela de Vhukhtenus, con 1931.
el propio Rodchenko (el cual llegó a vicerrector), habiendo sido 44. Joscph Da¡racott y Belinda Loftus, Firur World Wdr Poy
también cofundador del Instituto de la Cultura Artística y de Ia tcrs y Sccor/ World War Posters,lmperial War Museum. Londres,
Rosta. 1972.
32. D¡niel GiralrMi¡acle, Historia sotíal 1- culnrral del urtel, 45. Erwin Schoeckel, Das Politisthe Plakat: Eine psythologísche
Centro de Pronoción dc las A¡tcs Plásticas y de investigaciones Betrarhtung, Dc¡ Schrifteu¡eihe der Reichpropagandaleitung der
de nucvas fornus expresivas, Dirección Gene¡al del Patrimonio Zentralverlag der NSDAP, F¡anz Ebcr Nachs. Munich, 1939.
Artístico, Ministerio de Cultu¡a. Mad¡id-Barcelona, 1981. 46. Joseph Da¡racott y Belinda Loftus, op. clt.
33. German Karginov, Rodcherfto, Thanes and Hudson. Lon- 17. Ibid.
cl¡es, 1979 (Edición original: Corvina-Kiadó. Budapest, 1975). 48. <London Opinion>, 5 de septiembre de 1914.
34. rbid. 49. Joseph Darracotr y Belinda Loftus, op. cít.
220
Vom Club Dada zur <Arbeiter-Iilustrierte- Zeítung>. Dokumente- 75. Klaus Staeck, 1sl das noch Kunst oder nur politische Agita-
Analysen-Berichtt, Elefanten Press Galerie, Thomas Fecht tion? Texto de presentación de una carpeta de ca¡teles, lditions
fBerlín] y Peter Wipperrunn [Hamburgo], 1977.) Staeck. Heidelbe¡g, 1975, y Klaus Statck, Dtu Reíchen mi.issen
54. Josep Renau, el <padreo del fotomontaje en España, conta- noth reíche¡ werden, edltado por Ingeborg Karst para Rowohlt
ba en uro conferencia pronunciada en 1981 dos años Taschenbuch Verlag GmbH. Reinbeck bei Hamburg, 1973.
-apenas al inicio de la
antcs de su muerte- en el ma¡co de la Fundació Mi¡ó de Ba¡ce- 76. Después de la Segunda Guerra Mundial,
lona y en homenaje a John Heartfield (cuya exposición se inau- <guerra fría>, la obra de John Heartfield fue silenciada totalmen-
guraba en aquel nomento) que él mismo coleccionaba, desde la te. De una parte, por la voluntad soviética de olvida¡ los desastres
edad de 7 años, fotografías ¡ecortadas de ¡evistas en carpetas cui- del te¡ro¡ nazi y, de otra, porque en Occidente, además de co-
dadosamente clasificadas. (!n estas revistas, cedidas por unos ve- mulgar con la intención soviética, la implantación de la oguerra
cinos extranjeros, descubrí un día, al azar, que al lado de una fría> no ayudaba, precisamente, a divulgar la ob¡a de un comunis-
fotografía de un grupo de negros del Congo tenía vo clasificada ta alemán que vivía, además, en la zona o¡iental.
una fotografía de un glaciar. Pensé en el b¡utal contraste de esas
dos imágenes y así construi mi priner fotomontaje, sin sabe¡ de
qué se trataba. Dos fotos más: en una de ellas aparecía una únpre-
sionante estatua ecuestre del rey Jorge V; en la otra, el monarca
pasando revista a las tropas que iban a Ia guerra (la Prime¡a Gue-
rra Mundial) en la que aparecía triste, abatido, grave; ¿cuál de las
dos era cl verdadero rey?>.
55. Eckh¿rd Siepnrann. c¡. ,it.
s6. rbid.
57. Erwin Schoeckel, op. rlr.
58. Eckh¿rd Siepmann. op. ,ir.
59. Jean-Marie Domenach. (Versión catalam: La propagonda
político, Edtcrons 62. Barcelona, 1963.)
60. Rudolf A¡nhetm, Visual Thinking, Universirl of Califo¡-
nia Press. tserkeley y Los Angeles, 1969. (Versión castellana: E/
.¡¿itott"t
pensomiento ri-rac/, ljniversitaria de Buenos Ai¡es. Bue-
nos Aires, 1971.)
61. E¡win Schoeckel, op. clt.
62. rbíd.
6-)- Ibrd.
64. En la conferencia citada, Josep Renau decía a propósito de
Ios ca¡teles de guerra alemanes del Te¡ce¡ Reich que (era una
estética cont¡ar¡eformista>, ¡efi¡iéndose a la ausencia del color y a
la obsesiva presencia del blanco y el negro, <sin ningún sex-
appealr.
65. Felix Albrecht, Otto Flechtne¡, Max E.A. Richter, Her-
runn Witte, Rudolf Ge¡hard Zill, Mjoelner (Franz Schweizer),
etc, etc.
66. De la Encicloped.ía della Stowpa, op. cít.
67 .
DeI Who's uho in graphit art, YoL 7, editado por Walter
Amstutz, Amstutz & Herdeg Graphis Press. Zurich, 1962.
68. ldwa¡d McKnight Kauffer (uno de los más inquietos car-
telistas de ent¡eguerras), Fred Taylor, Tom Puwis, Lewitt-Him
(fan Le Witt, Geo¡ges Him), etc., etc.
69. Who's who in graphit art. op. tit.
70. rbid.
/ l- Ih1d.
72. tbíd.
73. Rir'ard Ciralt-Miracle. o¡. , ir.
74. En el capitulo correspondiente a Ibe¡oamérica, sc profun-
diza en el análisis y descripción de este conc¡ero fenómeno del
cartelisrno cul¡ano.
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