Texto 1:

Hace muchos aos, viaj al Norte en un mnibus que era viejo y poco confortable.
Ascendi por un camino lateral cuya pendiente era empinada y angosta y que tena forma de
caracol. La travesa dur seis horas que me parecieron una eternidad. Al amanecer llegu a una
estacin casi desierta que estaba iluminada por unas luces mortecinas. En un rincn, tambin
lgubre, haba un bar a donde me dirig para tomar algo caliente. Necesitaba recomponer mi
estmago. En el decorado y en el mobiliario, haba retazos de un pasado esplendoroso. Estos eran
vestigios de tiempos de bonanza. Ahora, slo albergue de parroquianos pobres y de sospechosos
forasteros.
En un banco solitario, dorma un vagabundo que, al verme, levant la cabeza y me sigui
con la vista insistentemente como si me conociera. Finalmente, ensay un saludo y tmidamente
pronunci mi nombre.
Me di vuelta y vi unos inmensos ojos azules en los cuales reconoc al hijo de doa Juana.
Ella trabajaba en la casa de mi abuela paterna. Corr y lo abrac. El se incorpor y me hizo un
lugar en su banco. Cuntas cosas para recordar! Cuntas cosas para olvidar! Y cuntas para
recobrar!
Texto 2
Esa maana, Gloria se levant muy temprano; con desgano, se ba y se envolvi la cabeza
con una toalla. No haba podido dormir. En esa casa, viva atemorizada porque era muy grande y
se oan ruidos extraos. Se visti rpidamente y sali a buscar al agente inmobiliario que se la
haba alquilado.
l, al verla, se sorprendi gratamente. Nunca haba visto a una mujer tan hermosa. Se
estrecharon las manos y se sentaron a dialogar. No slo le propuso la rescisin del contrato, sino
que, adems, le prest un departamento para que no tuviera que volver. Se despidieron con un
beso y con un nos vemos a la noche?

Texto 3
Aracne no era una tejedora cualquiera. La perfeccin de sus trabajos era deslumbrante. Palas Atenea, la
diosa de la sabidura y de las artes, sinti envidia y curiosidad. Bajo la apariencia de una anciana, la diosa
fue hacia la aldea de Aracne para ver su hilado. Desafi a la joven con un duelo textil. Ante el asombro de
la gente, Aracne acept el duelo sin pensarlo. La joven super a la diosa en el diseo y sobresali por la
combinacin de los colores y por su forma. Desde su telar, miraba con orgullo a la diosa. Esta se
enfureci. Entre sus ropas tena una lanza. Con ella destruy la obra de su contrincante. Aracne se
abalanz contra la diosa. Palas Atenea la transform entonces en araa. Por su soberbia, la diosa la
conden. Su falta de humildad fue castigada severamente.