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“Cristo no trazó a sus discípulos una senda fácil. ‘Si el mundo os aborrece –dijo– sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su Señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.’ El Evangelio ha de ser proclamado mediante una guerra agresiva, en medio de oposición, peligros, pérdidas y sufrimientos. Pero los que hacen esta obra están tan sólo siguiendo los pasos de su Maestro”. (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 632).
“Cristo no trazó a sus discípulos una senda fácil. ‘Si el mundo os aborrece –dijo– sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su Señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.’ El Evangelio ha de ser proclamado mediante una guerra agresiva, en medio de oposición, peligros, pérdidas y sufrimientos. Pero los que hacen esta obra están tan sólo siguiendo los pasos de su Maestro”. (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 632).
“Cristo no trazó a sus discípulos una senda fácil. ‘Si el mundo os aborrece –dijo– sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su Señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.’ El Evangelio ha de ser proclamado mediante una guerra agresiva, en medio de oposición, peligros, pérdidas y sufrimientos. Pero los que hacen esta obra están tan sólo siguiendo los pasos de su Maestro”. (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 632).
gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Los que aman y guardan los mandamientos de Dios son los ms repudiados por la sinagoga de satans, y los poderes del mal manifestarn odio hacia ellos en la mayor medida posible. Juan previ el conflicto entre la iglesia remanente y el poder del mal, y dijo, El dragn se llen de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. La misma mente magistral que maquin contra los fieles en siglos pasados sigue procurando librar la tierra de aquellos que temen a Dios y obedecen su ley. Satans excitar indignacin contra la humilde minora que concienzudamente se niega a aceptar las costumbres y tradiciones populares. Hombres de posicin y reputacin se unirn con los inicuos y los viles para maquinar contra el pueblo de Dios. Apocalipsis 12:12 (Segunda parte), 17, Efesios 6:12; Seventh-day Adventist Bible Commentary, tomo 7, pg. 974, Testimonios para la Iglesia, tomo 5, pg. 426
Ni pensis que nos conviene que un hombre
muera por el pueblo, y no que toda la nacin perezca. Tambin todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jess padecern persecucin. Una vez que el sbado llegue a ser el punto especial de controversia en toda la cristiandad y las autoridades religiosas y civiles se unan para imponer la observancia del domingo, la negativa persistente, por parte de una pequea minora, de ceder a la exigencia popular, la convertir en objeto de execracin universal. Se demandar con insistencia que no se tolere a los pocos que se oponen a una institucin de la iglesia y a una ley del estado; pues vale ms que esos pocos sufran y no que naciones enteras sean precipitadas a la confusin y anarqua. A falta de testimonio bblico favorable, muchos, olvidando que el mismo modo de argumentar haba sido empleado contra Cristo y sus apstoles, decan con porfiado empeo: Por qu nuestros prohombres no entienden esta cuestin del sbado? Pocos creen como vosotros. Es imposible que tengis razn, y que todos los sabios del mundo estn equivocados. Juan 11:50, 2 Timoteo 3:12; El Conflicto de los Siglos, pgs. 601, 449
Te tom de los confines de la tierra, y de tierras lejanas
te llam, te dije: Mi siervo eres t; te escog, y no te desech. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudar, siempre te sustentar con la diestra de mi justicia. He aqu que todos los que se enojan contra ti sern avergonzados y confundidos; sern como nada y perecern los que contienden contigo. Jehov ser refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia. En ti confiarn los que conocen tu nombre, por cuanto t, oh Jehov, no desamparaste a los que te buscaron. Los que sufren el oprobio o la persecucin por causa de su fe son tentados a pensar que Dios los ha olvidado. A la vista de los hombres, se hallan entre la minora. Las apariencias sus enemigos triunfan sobre ellos. Pero no violen ellos su conciencia. Aquel que sufri por ellos y llev sus pesares y aflicciones, no los ha olvidado. No sern vanas las oraciones de estos pocos fieles. El Seor saldr como vengador, y como protector de todos hayan conservado la fe en su pureza y se hayan mantenido sin mancha del mundo. Ser entonces el tiempo en que Dios prometi vengar a sus escogidos que claman da y noche. Isaas 41:9-11, Salmos 9:9, 10; Palabras de Vida del Gran Maestro, pg. 136, Testimonios para la Iglesia, tomo 5, pg. 195
Y dijo Amn al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido
y distribuido entre los pueblos de tu reino, sus leyes son diferentes de las del pueblo, y no guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el dejarlos vivir. Si place al rey, decrete que sean destruidos. Haca que todos, pequeos y grandes, ricos y pobres, libres, esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el nmero de su nombre. La misma mente magistral que maquin contra los fieles en siglos pasados sigue procurando librar la tierra de aquellos que temen a Dios y obedecen su ley. Satans excitar indignacin contra la humilde minora que se niega a aceptar las costumbres y tradiciones populares. Hombres de posicin y reputacin se unirn con los inicuos y los viles. La riqueza, el genio y la educacin se combinarn. Los perseguidores gobernantes, ministros de la religin y miembros de las iglesias conspirarn contra ellos.. Por calumnias y airados llamamientos, despertarn las pasiones del pueblo. No teniendo un As dicen las Escrituras, y presentarlo contra los defensores del sbado bblico, recurrirn a promulgaciones opresivas. Para obtener apoyo y popularidad, los legisladores promulgarn una ley dominical. Ester 3:8, 9, Apocalipsis 13:16, 17; Testimonios para la Iglesia, tomo 5, pg. 426
Se levantarn falsos Cristos, falsos profetas, y harn
grandes seales y prodigios, de tal manera que engaarn, si fuere posible, aun a los escogidos. stos son falsos apstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satans se disfraza como ngel de luz. Inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satans, con gran poder y seales y prodigios mentirosos, y con todo engao de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les enva un poder engaoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia. Muy pronto una furiosa batalla contra los que sirven a Dios ser entablada por aquellos que no le sirven. Todo lo que es susceptible de ser removido lo ser, subsistan nicamente aquellas cosas que no pueden ser quebrantadas. El pueblo de Dios andar en la luz que emana del trono de Dios. Por medio de los ngeles, las comunicaciones entre el cielo y la tierra se mantendrn constantes. Por su parte Satans, y sus ngeles, hacindose pasar por Dios, har toda clase de milagros a fin de seducir, si posible fuese, aun a los escogidos. Mateo 24:24, 2 Corintios 11:13, 14, 2 Tesalonicenses 2:9-12; Testimonios para la Iglesia, tomo 9, pgs. 14, 15
Salid de ella, pueblo
mo, para que no seis partcipes de sus pecados, ni recibis parte en sus plagas
Solcitos en guardar la unidad del Espritu en el
vnculo de la paz Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. El propsito de Dios es que sus hijos se fusionen en la unidad. No es vuestra esperanza vivir juntos en el mismo cielo? Est Cristo dividido contra s mismo? Dar el xito a sus hijos antes que hayan apartado de su medio toda discordia y toda crtica, antes que los obreros, en una perfecta unidad de intencin, hayan consagrado sus corazones, sus pensamientos y sus fuerzas La unin hace la fuerza. Ha llegado la hora de hacer una reforma completa. Cuando ella principie, el espritu de oracin animar a cada creyente, y el espritu de discordia y de revolucin ser desterrado de la iglesia. Aquellos que no hayan vivido en comunin con Cristo se acercarn unos a otros. Un miembro que trabaje en una buena direccin invitar a otros miembros a unirse a l para pedir la revelacin del Espritu Santo. Todos estarn en armona con el pensamiento del Espritu. Las barreras que separan a los creyentes sern derribadas, y todos los siervos de Dios dirn las mismas cosas. El Seor trabajar con sus siervos.
Efesios 4:3, 13; Testimonios para la Iglesia, tomo 8, pgs. 251, 262
Si hay alguna consolacin en Cristo, si algn
consuelo de amor, si alguna comunin del Espritu, si algn afecto entraable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unnimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los dems como superiores a l mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual tambin por lo de los otros. Trabajad con ardor en favor de la unin. Orad, trabajad para obtenerla. Ella os traer salud espiritual, pensamientos elevados, nobleza de carcter, el nimo celestial, y os permitir vencer el egosmo y las suspicacias, y ser ms que vencedores por Aquel que os am, y se dio a s mismo por vosotros. Crucificad el yo, considerad a los dems como ms excelentes que vosotros mismos; y as realizaris la unin con Cristo. Ante el universo celestial, ante la iglesia y el mundo, daris la prueba indiscutible de que sois hijos de Dios. Dios ser glorificado por el ejemplo que deis. Por otro lado, cuando la tormenta de la persecucin caiga realmente sobre nosotros, las ovejas fieles escucharn la voz del Pastor verdadero. Filipenses 2:1-4; Testimonios para la Iglesia, tomo 9, pg. 151, Testimonios para la Iglesia, tomo 6, pg. 400 [1900]; Eventos de los ltimos Das, pg. 156