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Cita:
Nora-. Qu consideras t mis deberes sagrados?.
Helmer-. Tengo para qu decrtelo?. Son tus deberes con tu marido y tus
hijos.
Nora-. Tengo otros no menos sagrados.
Helmer-. No los tienes. Cules son esos deberes?.
Nora-. Mis deberes conmigo misma.
Helmer-. Ante todo, eres esposa y madre.
Nora-. No creo ya en eso. Creo que, ante todo, soy un ser humano, igual que
t..., o, cuando menos, debo intentar serlo. S que la mayora de los
hombres te dar la razn, Torvaldo, y que estn impresas en los libros ideas
tales. Pero ya no puedo pararme a pensar en lo que dicen los hombres ni en
lo que se imprime en los libros. Es menester que por m misma opine sobre
dan cuenta de
Los ideales filosficos del siglo XIX dieron mucha discusin dentro de un
mbito cultural y
reglamentario ante las leyes y costumbres que hasta esa poca se regan,
aunque fue de mucha
importancia el florecimiento de estos ideales pues dieron a futuro los
movimientos sociales
femeninos, el reclamo sobre los derechos a la libertad, la promulgacin
de una sociedad
oprimida por los aspectos sociales que enmascaraban la realidad sobre lo
que verdaderamente
pasaba, dando as una sociedad completamente llevada por apariencias en
un desahogo por la
verdad liberalita. El espritu revelador en cada persona y ms en aquellas
que habitaban en el
siglo XIX, el cual era influido por ideales vagabundos que circulaban por
toda Europa los cuales
seran pensamientos prximamente oficiales y apoyados por gran parte de
las personas, esto
para provoco muchos cambios tanto polticos, sociales y econmicos, La
gran mayora de estas
personas manejaban ideologas, ambiciones, y engaos a s mismo,
reflejndose todo esto de
forma indirecta, un ejemplo muy claro trata sobre la obra Casa de muecas
escrito por Henrik
Ibsen.
es una