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IyvusTignctox v CuENCIA, abril, 2003 Neurobiologia del suicidio Por qué algunas personas deciden quitarse la vida? La investigacién reciente busca una explicat en los mecanismos quimicos que van asociados en el cerebro a esta opcién Carol Ezzell 11994, dos dias después de reqresar de unas fe E les vicactons fen; ede, 0 57 eos do‘eddy se encatond une pistol cosine poche itoierdo, La bala le pesfve ol cnarén y par tor defo fain (vant haca a medinoce de un sbado de mes de Juli, epoca del ago on la que mas abundan los suse Storia tl beaters sre, me, prs spe Sspats Mi potas sub ex eau, pou so oy el Saiz spre ouqu en aguelos nomedios se dachaba tol ote sxteme del pie, Canndo velo al Jomiter fro hallo gus su moje oct ele fo aonb, agen ‘ao. Antes de mot au made iene dec aguns Gorn pete ne po entender qu, Lov servicing ico e gen abit de steer un patente tne del qu expraban: mu pads, que ese mere tausls echo: La imprean e hizo prvi ys Plinone jo aecados de east, ne To soptaen Mens sued todo et, dom enn apartament 1 300 lldnetios de distancia Ala ds dele mau: fate despa el potero per tlelone iendome fhe’ culadaexperabe suey qosa subi. Lo pe Mo que lees sadu mis abi Ie pur, fs "Es iano aor" Sen shusias 1s faniias que, come lami, slien a temble pena de gue se is haye seidadealgin set Goete-bns EBUU se qian cada ao avid 30.000 fessons, mise meses tad de cuts aneon 1 tho pnd a carn del ida. gPor qué se naan? Dil nde pode une enfermedad com 14 inyor pate (e ealeala qe enue ol 60% ye 90) de 1 El suicidio es, en los EE.UU., oe Per Ree onc) Cones CORE) se suicida una persona Coes Ue renee Ne suicidarse. ECR oT DOERR Ce eon ad Ceo occ suicidarse es, por lo mene Ook an Pero Ore Mun Ty PSST ute ee REI) blancos que se suicidan EME) entre los 15 y los 24 afios eee a CREB Tene) Cee Cy COREE REE UCER Cree ee Red rer eee Morente COC Se og Peeee tg ae eC) SRE ce) los suicidas estadounidenses. Era, fn su caso, la psicosis maniacode- presiva, también llamada trastorno bipolar. A no ser que se mediquen debidamente —y respondan bien a Ja medicacién— los maniacodepre- sivos oscilan entze fases de deses pero y fases de exultacién o agi ci6n, La mayorfa de quienes se quitan Ja vida tienen un historial de de- presiones o de psicosis maniacode- presiva, pero las personas con de- presién grave difieren entre si en cuanto a su propensién al suicidio, Se van descubriendo indicios en el comportamiento de la propen- sién al suicidio. Se investigan tam- bign las diferencias anatémicas y guimicas que pueda haber entre los cerebros de los suicidas y los de quienes mueren por otras causas. Si se pudiera descubritlas mediante tomograffas cerebrales 0 andlisis de sangre, los médicos distinguirian algin dfa a quienes encerrasen en si una tendencia a suicidarse; se hallarfan entonces en condiciones de intentar que no se produjese la tragedia, La meta no esté todavia a la vista: muchos de quienes pa- decen tendencias suicidas acaban por quitarse la vida aunque se haya fratado de evitarlo por todos los medios Ellegado de mi madre Getg a cots me ot a i de sobrellevar que Ia ignorancia cen que vivo de qué llevé a mi ma- dre a su desesperada accién: haber caido en la cuenta de que jamés sabré con seguridad la respuesta, En el futuro, quiza se aclaren algunos aspectos del historial de mi madre; ahora se estan investi- gando cuestiones asi, Una antigua duda, la de si Ja tendencia al sui- cidio es innata o la consecuencia de un cimulo de malas experiencias, va estando ya, al menos, més cerca de despejarse ‘Aunque en algunos circulos psi- quidtricos prosigue ain el debate que contrapone herencia y ambien- te, la mayorfa de quienes estudian el suicidio sostienen una tesis in- termedia, “Por fuerza han de ser varias cosas las que vayan mal a la vez”, explica Victoria Arango, del Instituto Psiquistrico del Estado de Nueva York, asociado al Centro Médico Presbiteriano de Columbia. “No digo que el suicidio se deba a algo puramente biol6gico; s6lo, que comienza en un riesgo biolégico subyacente.” La experiencia de la vida, el estrés agudo y los factores psicolégicos desempefan su parte afirma, En la raiz del enigma del suicidio se encuentra, con todo, un sistema nervioso cuyas lineas de co- municacién han Iegado a enredar- se hasta el punto de formar una marafia de nudos insoportablemen- te dolorosos Arango encabeza, con su com patero de la Universidad de Co- lumbia J. John Mann, el esfuerzo por discernir esos nudos y poner en claro la neuropatologia del sui- cidio, Han reunido especimenes de cerebros de vietimas del suicidio se suele reconocer que su coleccién os la mejor de Estados Unidos. Dos- cientos guardan las 25 edmaras fri- gorificas de sus laboratories. Los examinan en busca de alteraciones neuroanatémicas, quimicas o ge ticas que quizé sélo puedan darse en los sujetos proclives quitarse Ia vida, Junto a cada cerebro puede verse una “autopsia psicolégica esto es, un compendio de las en- trevistas mantenidas con los fami- liares y amigos del suicida en las que se inquirié cuél era su estado mental y cémo se port6 hasta lle- gar a su gltima acciéa, “Tratamos de obtener un cuadro completo’ dice Mann, “y de hacernos una idea lo més compleja posible de aquella persona.” Cada cerebro de suicida se compara con el cerebro-control de un sujeto del mismo sexo, que no padecié ningtin trastorno psi- guidtrico y murié aproximadamente ala misma edad por otra causa, ‘Arango y Mann centran parte de sus investigaciones en la corteza pre- frontal, 1a porcién del cerebro tras el hueso frontal. La corteza pre- frontal es In sede de las funciones ejecutivas del cerebro, entre ellas Ja censura interna que evita que di- gamos de buenas a primeras lo que realmente pensamos en situaciones sociales embarazosas 0 que actue- mos dejandonos llevar de impulsos que podrian ser peligrosos, Este papel de la corteza prefrontal de amortiguar los impulsos tiene es pecial interés para Mann y Arango Durante mucho tiempo se ha con- EyvustigactOn ¥ Cusseta, abril, 2003 CAMBIO EN LACORTEZA EN LAS PERSONAS QUE SE QUITAN LA VIDA oourren cambios anatémicos y quimicos en dos PREFRONTAL ORBITAL ragiones del cerebro: Ia corteza prefrontal orbital, que est justo encima de los ojos, y Los cortes micrométices del ‘cleo del rate dorsal del tronco cerebral. Las alteraciones evidencian una reduccién de ‘cerebro de un suicida contienen la capacidad de produciry usar la serotonina,Importantisimo neurotransmisor que se menos neuronas en cierta sub- sabe escasea en los cerebros de los impulsivos y los depresivos. Las neuronas del ni- {eccién (la marcada con un cleo del rafe dorsal producen eerotanina; tienen largas proyecciones(slecha azul) que el circulo) de a corteza prefrontal neurotransmisortransporta hasta la corteza prefrontal orbital. En las victmas de sucico, orbital. fel niiceo del rafe dorsal envia a la corteza prefrontal orbital cantidaces de serotonina me- ores que las normales. ss UNO DE LOS DOS HEMISFERIOS DEL CEREBRO a ge Plano por donde Per toda la corteza, los portado- re de serotonina (en amar) absorben serotonina, En la sub- ‘seceién marcads, es pequero ‘el nimero de esos pertadores. cconeza prefrontal rita wal Nucteo del rae real El area analizada muestra tam bién que se enlaza mas seroto- nina (color narania) por ‘CAMBIOS EN EL NUCLEO DEL RAFE DORSAL neurona. El conjunto de os and: Iss indica que el cerebro traté rencia indica que los cerebros de los suicdas intentan producit mas serotonina, Las neuronas del nicleo el rate dorsal del tronco cerebral de un suiciéa contienen, por lo general, ms cantdad dela enzima sintelizacora de la serotonina (moteado oscuro) de otro modo. Esta dite EC] ey } Iyvusrigacton ¥ Ciencia, abril, 2003 9 eae ee ces Ce Oe end CERO eek Ed MCU tc Cg ee Pen EO ues PaO ary Pee) POE ee Ere ea) EeeC MACE a cies Creu a} Sera Eee eK OR Cee See Ue Sete eT Re ee pe RCM eco Ce iS Slicer) See an os Crea Me une y Ceca EEGs Sree O ccc tar Cee eae CC a De eect ree oo eau eRe) eek ORs Pee Ceres eT CoE Sad siderado que 1a impulsividad era tun factor que contaba a la hora de predecir suicidios. Aunque algunos planean cuidadosamente sus muer- es —dejan notas 0 testamentos y hhasta preparan sus funerales—, l suicidio de muchos otros, incluido el de mi madre, parece haber sido espontineo: una mala decisién to- mada un mal dia. De ahf que Aran- 0 y Mann anden buscando en esos cerebros indicios que les Ileven hhasta los fundamentos biol6gicos de aquella impulsividad, Uno de los puntos en que se fija su at cin es el de las diferencias en la disponibilidad de serotonina; in- vestigaciones anteriores sobre las causas de la impulsividad la corre- lacionaron con Ia escasez de esa sustancia, La serotonina es un neurotran: misor, una de las moléculas que, al salvar las hendiduras entre neuro- nas lamadas sinapsis, transmiten sefiales entre esas células del cere- bro, Cada neurona emisora de sefia- les, © neurona presingptica, pose unas vesiculas que segregan seroto- nina en Ia Los receptores existentes en las neuro- nas postsinapticas, las que reciben Ja sefal, se unen al neurotransmisor y tegistzan en la célula cambios ‘bioquimicos que alteran su capaci- dad de responder a otros estimulos 0 de activar o desactivar genes. Tras tun breve intervalo, las células pre- sindpticas resorben la serotonina va- ligndose de unas “esponjas", los por- tadores de Ia serotonina, La serotonina ejerce en el cere- bro una influencia calmante. E prozac y similares drogas antide- presivas se unen a los portadores de la serotonina y evitan que las neuronas presinpticas absorban de- masiado deprisa a serotonina se- ada, con lo que ésta perma rece un poco més en Ja sinapsis y sigue generando su efecto calmante. Huellas del padecimiento Jurante més de veinte afios se hhan venido relacionando los bajos niveles de serotonina en el ce- rebro con Ia depresi6n, el compor- tamiento agresive y una tendencia a la agresividad, pero los datos han sido particularmente confusos con respecto al suicidio, Algunos estu- dios han hallado una reduccién de Ia seratonina en Ios cerebros de los suicidas, pero otros no, Algunos han observado una falta de serotonina en una parte del cerebro, aunque no en el resto, También se han visto aumentos del nimero de receptores de la serotonina © deficiencias en Ia cadena de procesos quimicos que ransmiten 1a seal serotoninica desde esos receptores hasta el inte- rior de una neurons, ‘A pesar de las discordancias, la mayoria de los datos apunta con firmeza a que en los cerebros de los suicidas el sistema serotoninico padece algin problema, Arango y Mann ban acentuado esa sospecha con sus recientes hallazgos. ‘Una escena en el laboratorio de Arango: un ayudante, inclinado so- bre una cémara frigorifica abierta, rebana con el microtomo una 1é ‘mina delgadisima de un cerebro con- gelado (Jo donaron unos parientes alligidos, deseosos de que se in- vesligue el misterio del suicidio). Valigndose de un pincel también congelado, Arango arrastra a con- tinuacién el tejido rebanado a un portaobjetos del tamaiio de una foto cortiente, La limina de cerebro se descongela al calor de su mano en- guantada, Los cerebros de Ia coleccién de Ia Universidad de Columbia se di- viden en hemisferios derechos e iz- quierdos; cada hemisferio, a su vez, se divide de adelante atrés en 100 12 blogues. Cada bloque, una vez, congelado y pasado por el micro- tomo, proporciona unas 160 Iami- nillas mas delgadas que un cabello umano. Asi, los colaboradores de Arango y Mann pueden Hevar a cabo va- ras pruebas bioguimicas distintas en un mismo cerebro y conocer con exactitud la localizacién anaté- mica de las variantes que encuen- tren. Ensamblando por medio del ordenador los cortes, configuran ‘un modelo virtval del efecto de esas anomalias en el comportamiento uun congreso del Colegio Ame- ricano de Neuropsicofarmacologia celebrado en 2001, informé Arango de que la corteza prefrontal orbital —la parte del cerebro situada justo encima de cada ojo— de los depre- sivos suicidas estudiados contaba con ‘menos neuronas. Ada més: en los ce- EyvustigactOn ¥ Cusseta, abril, 2003 2 Parece ser que el litio impide el suicidio, Por qué lo toman tan pocas personas propensas a suicidarse? “Elio es et més igoro de los elementos sdlidos; quizé no ‘sea de extrahar que posea cuaidades un tanto mésicas.” —G.P. Hartigan psiguiatra *{S6lo los chilados toman ito”, espeté mi madre en una de nuestras muchas dlecusiones eobre si estaba recibiondo ol major tratamiento para su psicosis maniaco- depresiva. Nos acusaba a mi padrastro y ami de aue si {queriamos medicaria tanto era dnicamente para que ma twviese “I boca cerrada’. la verdad es que, en pare, era cierto resuta de lo mis agotador convivir con una persona maniaca que exteriorice a menudo un inacabable ‘mondloge interior. ‘Muchos le encuentran a tomar lito —que suele suminis: trase en forma de cépsulas de carvonato ocirato de ltio— sus incorwenientes: puede causar temblores de ma- nos, sed incesante, necesidad de orinar con mucha fre ‘cuencla, aumento de peso, aletargamento, mengua dela coordinacién muscular, pensamiento confuso y fallos de la memoria a core plazo, ‘Quienes lo tomen deberan también analizarse con ragu- laridad para comorobar que su concentracién en la sangre ‘cae en el intervalo correcto: por debajo de 0.6 miles por Iitro de suero sanguineo suele ser ineficaz: por encima do los 2 milmoles po li puede producirintoxiaciones letales, Es comun que se recurta al Ito para regularizar los bruscos y exiremados cambios de talante de quienes pa decen de psicosis man acodepresiva,o trastorno bipolar ‘También se estd recomendanga cada vez mas el tio a personas afectadas de depresién. Pero no deja de crocor fl cimule de prusbas de que este elemento puede mante- ‘er vivos a quienes carte el riesgo de suicidarse, En 3998, Mogens Schou, del Hospital Psiquitrco de Rsskov, Dinamarca, uno de los primeros en emplear el litto, reco: pil6 los resultados de diversos estudios acerca de su utl- dad en la prevencién del sucidi. Observ6 que la probat lidad de que quienes no lo tomaban se sucidasen era hhasta 17 veces mayer que la probabildad de que lo hicle- ‘on sujtos doprimidos alos quo soles adminisraba, ‘Schou ealeulé asim'smo que el iio educia entre 6 y 15 veces os intentos de sucidarse, LCémo olerce ol Ito sus saludables efectos? Pese a algunos vislumbres atractvas, ain se desconoce. ‘Por ahora, es aie de deci, alma Ghanshyam N. Pandey, de la Universidad de linols. Actua de tantos modos!" Se cree que alto afecta a unos puertos microsvépices, los ccanales lénicos, presentes en las superficies delat neuro- nas, Estos canalesiénicos, al abrirse o cerrarse, dejan ‘entrar 0 vedan el pag a fot iones que determnan el po- tencial eléctrico del interior de las células. Asi dictan la ac- tividad de éstasy igen su capacidad de comunicarse con tras neuronas. Se supone que el Ito estabiliza la excta- bilidad de las neuronas gracias a su efecto en los canales nies; 0 quizd modifiqu la reaccién en cadena de los procesos bioguimicos que ocurren en el interior de una Célula exeitada Peto un medicamento sélo funciona bien si se toma come es debido, En el ncmero de mayo de 2002 del Jour ELLITIO es et mis goto de los ‘lementos edidos yotaen estado puto (izquierda). ‘Adminisirado me dlante capsulas de ‘carbonate de tio ocattato de iio (arriba, se utliza para osiaoiizar los ‘eslados de anime, ‘al of Clinica Psychiatry Jan Scotty Marie Pope, de Ia Universidad ae Glasgow, informaron de que la mitad de un grupo de 98 pacientes que tomaba un mecicamento ‘estabilzadr del estado de animo dejaron de tomarlo en las dosts debidas. Sin embargo, lamaba la atencién de ‘estos investigadores que sélo en un 1 % de las publicacic nes sobre los estabilizadores se preguntara por qué hay pacientes que no ingieren las dosis de Itio que se les preseriben 4J-John Mann, del Instituto Estatal de Psiquatia de Nueva York, dice que un importante factor de tl incumpl- miento ef a inelinacén, an humana, ano consideratse ‘enfermo, "Hay una resistencia natural a tomar durante largo tiempo cualquier medicina’,explca Mann. Al depre- ‘sivo le cuesta imaginarse que vaya a mejorar alguna vez, pero cuando se sient mejor es neapaz de creer que vaya, a enfermar de nuevo.” Los efectos secundarios del Ito tienen también su im- portancia, Kay Reateld Jamison, peiquiatra que investiga ‘en la Universidad de Johns Hopkins la psicosis maniaco- dapresiva y el suiccio —ella misma es manvacodepre ‘siva— ha hallado que fos motivas que aducen con mayor ‘recuencia los enfermos para dejar de tomar la medicacién son os efectos secundaios cognitvos, el aumento de peso y el deterioro dela coordinacion. En su emocionante ‘autobiogratia, tulada Una mante inquiat,reiere su pro- pia lucha por hacerse a la idea de que es probable que durante ol esto de su vida tenga que enfrentarse a los ‘efectos secundarios del to, Quiz si mi macte hubiase Vivido lo eutlciente para leera, el ejamplo de Jamison le habria dado drimos y la habria mativado a iniciar Ia tera pia dal ti, Iyvusrigacton ¥ Ciencia, abril, 2003 a Cea PU CUr CCE aC ny Meu eS ESR oc del INE). ee i Rg niimero de suicidios y tentati- Pee RATA Dae oy CT ace Sen Toe ace TOSS) Pees Ue Sie Breen Conc Coo tos suicidios y tentativas registra- Coe Ne cy io) EOE ae Cee eee segtin la Causa de Muerte del INE, de los mas de 360.000 falle- Cee Cans cy Cea y ao ay ROR OEE ee esac Recon nee uk del total de fallecimientos), mas CR Ce as llecidos por homicidio, 411. La Eee aie eRe Re Ate sane our) eR ec ence PetCo oe ts CEE WI Coen Cee een ees eT em rebros de los suicidas esa drea sélo disponia de un tercio del nimero de portadores de serotonina presinapti- cos presente en los cerebros de con- trol; en cambio, reunia alrededor de tun 30% més de receptores sero- toninicos postsingpticos La suma de estos resultados da ‘entender que los cerebros de los suicidas tratan de sacar el mayor partido posible de cada una de las moléculas de serotonina con que cuentan: aumentan el equipamicnto molecular con que las neuronas en- lazan el neurotransmisor y dismi- uyen a la vez el nimero de trans- portes que lo resorben, “Creemos ue el sistema serotonérgico de los suicidas es defectuoso”, concluye Arango. “Quizas estén tan enfermos que el prozac no pueda auxiliar- les.” Inhibir la resoscién de seroto- nina no siempre basta para evitar el suicidio: no fue suficiente en el caso de mi madze, pues aunque to- maba diariamente 40 miligramos de prozac se quilé la vida Mann y sus colegas tratan ahora de preparar una prueba con tomo- _gralia por emisin de positrones que ayude un dfa a los médicos a de- erminar qué pacientes tienen mas deteriorado el cireuito de la sero- tonina y corten por ello mayor riesgo de suicidarse, La tomograffa, al in- dicar qué regiones del cerebro con- sumen la mayor eantidad de glucosa sanguinea, proporciona una imagen bastante precisa de la actividad ce- rebral; con la administracién de ciet- tos firmacos, Ia fenfluoramina por ejemplo, que inducen la secrecién de serotonina, se precisan mejor las reas activas del cerebro que uti- lizan Ia serotonina En el niémero de enero de la re- vista Archives of General Psychiatry Mana y sus colaboradores comuni- fearon que hay una relacién entre la actividad de la corteza prefrontal de quienes habfan intentado suici- darse y la consumacién de su props sito, Los que recurrieron a los me- dios més contundentes —tomarse todo un frasco de pildoras o tirarse desde la mayor altura que pudi ron— posefan en su corteza pre- frontal menos actividad basada en la serotonina, “Cuanto més cerca de lograr el objetivo estuvo el in- tento de suicidio, mayor era Ia ano- malfa", observa Mann. Ghanshyam N. Pandey, de la Uni- versidad de Illinois, esté de acuerdo en que el sistema serotoninico del cerebro es una picza fundamental de la explicacién del suicidio: “Mu- cchos datos indican que los suicidas padecen deficiencias serotoninicas. Pero no es un problema aislado; va uunido a otras carencias. Parece que esté alterado todo el sistema. La hipétesis de la serotonina no excluye que olfos neurotransmiso- res desempeiien papeles importan- tes, La serotonina es sélo una molé- cula més de una intrincada red bioguimica, el “eje hipotalémico-pi- tuitérico-adrenalinico” (HPA), en la que el hipotélamo y la pituitaria glindulas cerebrales, se comunican con las gléndulas suprarrenales que segregan Ia adrenalina, EI HPA se encatga del mecanismo de reaccién conocido como “de lucha o fuga” el acelerado latir del corazén y el humedecimiento de las palmas de las manos cuando se ha evitado de rmilagro un accidente, digamos, son manifestaciones de esa reacciéa. El factor liberador de 1a corticotro- fina, segregado por el hipotélamo en los momentos de estrés, hace que Ja pituitaria anterior produzca la hor- ‘mona adrenocorticotrépica, Ia cual fa su vez. causa que la corteza su- prarrenal produzca glucocorticoides, entre ellos el cortisol, que prepara al cuerpo para el estrés: aumenta las conceatraciones de azsicar en la san- are y el ritmo cardiaco, e inhibe una reaccién inmunitatia excesiva A la serotonina le corresponde en la red del HPA adaptar el um- bral de estimulacién, El grupo de Charles B, Nemeroff, de la Escuela de Medicina de la Universidad de ory, ha descubierto que haber su- frido durante la infancia experien- cias nocivas, el abuso sexual por ejemplo, puede daar el eje HPA e inscribir en el cerebro improntas bio- guimicas que causarén mas adelante reacciones excesivas al estrés; esta anomalia propiciars que el sujeto sea propenso a la depresién, 1995, el grupo de Pandey in- dicé que se podian descubrit las ano- malias del circuito serotoninico de Ios individuos con riesgo de suici- dio mediante un anélisis de sangre bastante sencillo. Comparando cl riimero de receptores de la seroto- nina que las personas tendentes a IxvEsTIGAciON ¥ Cieners, abril, 2003 suicidarse tenfan en las plaquetas (eélulas coagulantes) de la sa con el de quienes carecian de esa tendencia, observaron que en aqui llas los receptores de serotonina eran mucho més abundantes. (No esté claro por qué Ias plaguetas tienen receptores de serotonina.) Explica Pandey que su grupo egé a Ia conclusién de que ese nimero mayor de receptores tefl ja un aumento paralelo en los ci rebros proclives al suicidio, un vano intento de acopiar tanta serotonina como les fuese posible. Para pro- bar el nexo, Pandey querria averi- juar si se mantiene en quienes acabarin quitandose la vida. “Que- remos saber si las plaquetas sir~ ven de marcadores que identifiquen a los proclives al suicidio”, dice. ‘Vamos progresando, pero con len- titud, Una maldicién de generaciones ‘entras no se disponga de and- lisis que puedan descubrir a tiempo a quienes corren un riesgo elevado de suicidarse, los médicos Iyvusrigactoy ¥ Cunsexa, abril, 2003 podrfan concentrar sus esfuerzos fen atender a la progenie de los sui- cidas, En el nimero de septiembre de 2002 de la revista Archives of General Psychiatry, Mann, David A. Brent, del Instituto Psiquidirico y Clinico del Oeste, en Pittsburgh, y sus colaboradores’ publicaron que los hijos de personas que inten- taron suicidarse corren seis vec mis riesgo de quitarse la vids que aquellos cuyos padres nunca lo in- tentaron. El vinculo parece, en par- te, genético, pero los esfuerzos por descubrir un gen o varios que pre- dispongan a suicidarse no han pro- porcionado ain respuestas directas, Los estudios realizados a comien- zos de los aiios noventa por Alec Roy, del Centro Médico del Este de Orange, Nueva Jersey, arrojaron que un 13% de los hermanos ge- melos de suicidas fueron también suicidas; en cambio, s6lo el 0,7 % de los mellizos tuvieron el mismo fin que sus hermanos que se quita- ron Ia vida Estas estadisticas nos ponen so- bre aviso a cuantos tenemos lazos bioldgicos con sticidas, Guardo en mi dormitorio una bala de la misma caja que contuyo la que maté a mi madre, Tras su muerte, la policfa se llev6 la pistola, y yo misma, al limpiar el armario del dormitotio, liré las restantes balas. Pero me agrada pensar que conservé este to- zo de irio metal como un recorda- tori de lo débil que es la vida y de las inmensas y desoladoras con- secuencias que na accién impu siva puede tener. Quizés algin di Hegue la ciencia a comprender mi jor el porgué de tan desgarradores actos y salvar con ello a mucha familias parecidas a la mia, NicT FALLS FAST: UNDERSTANDING Suicioe. Kay Redfield Jamison. Via tage Books, 2000, REDUCING SUICIDE: A NATIONAL Ib FERATIVE, Insitute of Medicine. Di figido por Sarah K. Goldsmith, Terry CPellmar, Arthur M. Kleinman William E. Bunney. National Acade mice Press, 2002 Dee Rac ote) del Suicidio, en 2001 se suicida- MO CC Cay Ceres get eee er) ETO eek) POI) Meroe oR To de 60 afos, donde crece mucho (621 varones y 209 mujeres). eT ey peered PO ee TRC estos See cua ceccy PND Peco te aay Pees icc ean CURRED CLEC Une 61, por s6lo 6 mujeres) ge ROE MCU PE eae) CO eee oe ecu eres ee eee Ce emu) desciende a 5,13 eee a Re provincias con més suicidios y eC amt CO tes fueron Lugo (15,70 de media anual), Soria (13,40), Avila (10,70), Asturias (9,80) NaCI hubo fue en Ceuta (0,80), oO MI) (3,10), Zaragoza (3,30) y Badajoz (3,50) renee ect meee

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