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Tambin,

desafortunadamente, el domingo fue adquiriendo aspecto de sbado (judo),


siendo incluso penado el trabajo realizado ese da.
La alta escolstica, volver a distinguir entre sbado y domingo,
enfatizando que el descanso de este ltimo, est en razn de facilitar la
participacin en la liturgia.
Finalmente, durante la alta edad media y la edad moderna, se enfatiz
tanto el sentido de precepto dominical, que hasta el da de hoy nos llega su
influencia.
b) El Actual Domingo:
El Vaticano II ha insistido en el Domingo como la Celebracin del
Misterio Pascual.1 En este mismo nmero declara que debe continuar siendo
un da de descanso y una festividad preferida sobre otras celebraciones, a
menos de que sean de grandsima importancia.
Al respecto, la Instruccin General del Misal Romano (IGMR) declara la
preeminencia de la celebracin dominical, sobre todo aquellas de los tiempos
fuertes.
Otro ejemplo de la importancia que se le restituy al Domingo tras el
Vaticano II, es que antes no haba un solo prefacio dominical, el que se usaba
era el de la Santsima Trinidad; en cambio, hoy hay 10 Prefacios Dominicales
para el Tiempo Ordinario y otros tantos para los tiempos fuertes.
As como las menciones que se hacen en las Oraciones Eucarsticas
I,II,y III: en el Domingo, da en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha
hecho partcipes de su vida divina.
Tambin el Derecho Cannico, casi parafraciando el nmero 106 de la
SC, explcita el sentido cristolgico del Domingo,2 e incluso, pide que en los
lugares donde no se cuente con la asistencia de un presbtero, se renan los
fieles laicos a escuchar la Palabra o a la oracin en familia.

SC 106

2 Cf.

CIC 1246,1

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