' TEOSOFIA
NEMO
MADRID
R, VELASCO, TP., RUBIO, 20
SoiINTRODUCCION *
Los hombres nacen, viven sus cortas vidas y- mue-
ren; levintanse las naciones, Hegan & una cierta altu
+ y eaen; las eivilizaciones son construidas, formadas
y pulimentadas, sélo para que cada una de ellas de
caiga 4 su ver y sea sucedida por nuevos sistemas
desarrollados por nuevas razas de hombres. En la
setualmente todo-poderosa civilzacién Buropea, que
con tanta rupider se lanza 4 su Zénit, un clemento
falta que ha ocupade lugar preferente en los sistemas
nds grandes que permanecen todos hoy dia olvida-
ddos. Aquel elemento es el papel desempeniado por
la naturalera mis elevada del hombre en el desen
volvimiento evolucionario, el prictico conocimiento
del alma,
Fl entero objetivo de la civilizacién Occidental, es
cl mejorar la condicién material de la bumanidad
Con este fin-no cesan de arder de dia y de noche
hhoraillos enormes, por esta razén los telares prodt-
cen kildmetros sin fin de telas de algodén, por esto
tuna red de rails de hieero aprisiona Ia tierra; esta es
(0) aon an nde A, ie 19 Pes,
alo gue Te Bomiay Theeph!Paenia Fo, By Tokar Hae6
fa causa de que
perenne y de que enloquecidas corran tras las ri
Nadie duda que para trasladamos de un punto 4
multitudes vidas estén en lucha
otro, lo hacemos mis répidamente dle lo que nuestros
padres lo hacian, Nadie duda de que gozamos de co-
modidades en Tas cuales jams ellos sonaron, Pero et
precio d que pagamos todas estas cosas es bien caro,
De dia en dia crece Ia lucha por la mera existencia,
el débil es aplastado contra la pared, el hombre que
se detiene 4 tomar aliento, es pisoteado, y el que se
apresura, se convierte en un eselavo bajo un sistema
que convierte al mundo en una_miquina enorme, en
Ja cual los séres humanos funcionan 4 manera de en:
sgranajes 6 grandes ruedas fatalmente empujados ha-
cia adelante, descansando sélo cuando la vida termi:
1a, La filosofia ques una tal eivilizacidn corresponde,
cs una filosofia de negacién: el fio ¥ despiadado ma-
tetialisme moderno,
Pero empieza los hombres 4 ver que algo falta en
este estado de cosas, Sienten uo vacio no satisfecho
cn su interior, y una conviecidn no confesada de que
emalguna parte existe un mundo que no podemos
ver, a pesarde Io cual es este mundo una realidad.
Un amargo clamor empieza é oirse: «|Nos habcis arve-
atado nuestros dioses, y nada nos habéis dado en
ceambiols Y ast es que las viviendas de los mediums
cspiritistas se hallan atestadas de ardientes investiga:
dores, ¥ la cancisn favorita es la que toca en los rei
nos de lo misterioso y de lo invisible, y & la verdad
en todas partes se perciben las seftales de una reac:
cidn en contra las doctrinas y procedimientos de la
edad de hierro.
oe
En esta reaccidn contra la tendeneia 4 negar toda
aapariencia de verdad 6 de razdn a las antiguas ereen-
cias y filosofias, y en esta tentativa para proporcio-
far una puerta de escape & todos los que compren
den la inestabilidad de los cimientos de la civiliza
ida moderna y sus anejos sistemas de pensamiento,
la Sociedad Tenséfica desempena un papel proemi
nente,
Empezando con la firme conviccién de que las
grandes cuestiones de lo que es 1 hombre, de dénde
iene y & dénde va, son despuvs de todo, los asuntos
ris impostantes que merecen llamar Ia atencién de
‘cualquiera, invita d todos cuantos en el mundo ente-
ro estan interesados en esta investigacién, acumu:
Jar sus energias en una gran Universal Fraternidad
ppara descubrir a verdad y favorecer el progreso es:
piritual del género humano. El dar una breve noticia
de tos fines de la Sociedad Teosfica y de sus traba
jos es el objeto de esta compilacién de estractos de
‘obras Teosdficas.
La existencia de Paramatma es una verdad funda
‘mental; y el sentimiento de una Deidad es innato y
perfectamente natural en el hombre. «Los legislado-
res y hombres de Estado, y sobre todo los moralistas™
y filsofos,» dice Sir James Mackintosh,
“Vaughn ofrece una mejor y mis floséfiea defini
«Un tedaofo, dice, es un individue que nos offece
‘una teoria de Dios 6 de sus obras, basada, no sobre
Ja revelacidn, sino sobre la inspiracién personal.»
Bajo este punto de vista, todos los grandes. pensado-
res y fildsofvg, y especialmente todos los fundadores
de religiones, escuclas flossticas 6 muevas sectas, son
recesariamente tedsofos. Existen, por lo tanto, la
‘Teosofia y los teésolos desde que los primeros albo-
res del ysamiento impulsaron al hombre &
‘buscar instintivamente los medios para expresar sus
jpiniones personales 6 independientes. Faxistian ted:
sofos anteriormente dla era cristiana, aun cuando los
autores cristianos atribuyan 4 la primera parte del
siglo tercero de nuestra era el desarrollo del sistema
de la Teosoia eciética
‘Didgenes Lacreio hace remontar Ia Teosofia hasta
tuna época anterior & los Ptolomeos y designa como
su fandador 4 un hierofante egipcio lamado Pot
Amoun, nombre copto que significa sacerdate consa-
grado 4 Amoun, dios de la sabidurta
La historia ensemta que fue revivificada por Any
‘monius-Sacess, fundador de la escuela neo-platinica.
‘Titulabanse él y sus diseipulos Pilaletheianes, aman
tes de la verdad, mientras otros les Hamaban anal
gistas, causa de su método para interpretar todas
las leyendas sagradas, los mitos, s{mbolos y miste
rios por medio de una regla de analogia 6 correspon
dencia y de considerar 10s acontecimientos del mun
do exterior como expresion de las operaciones y ex:
perimentos del alma humana,
El objeto que se proponia Ammonius era el de re-
conciliar & todas las sectas, 4 todos los pueblos, 4
todas las razas bajo una misma fe la ereencia tii
fen un poder supremo, eterno, desconocide ¢ innomi-
nado, gobernando al univers por leyes inmutables.
Su objeto era ensayar un sistema primitive de Teoso-
fia, debiendo ser este esencialmente el mismo para
todos los paises, conseguir que los hombres abando-
nasen sus luchas y contiendas, unir sus esfuerzos y
tos como hijos de una made comin, y
ar las antiguas religiones de las imp
rezas humanas, poco a poco corrompidas, fundiéndo-
las y explicéndolas segin los prineipios de una filo
sofia pura. Y hé aqui por qué eran ensefados en la
escuela ecléctica de Teosofia al mismo tiempo que
todas las filosofias de la Grecia, los sistemas buddhis-
‘ta, vedantino y migico 6 zoroastriano.
‘De ahi viene también que observemos en los tes
solos de Alejandria ese caricter eminentemente bud:
dhista € indio, et respeto 4 los parientes y 4 los an-
cianos, un carito paternal por toda Ia raza humana y
tun sentimiento de compasién hasta hacia los anima.
les inferiores,
‘Tratando de fundar un sistema de disciplina moral
que obligase los hombres 4 vivir segin las leyes de
sus paises respectivos, y 4 elevar su espiritu por la- 16 —
indagacion y contemplacién de la Verdad absoluta,
sit objeto principal, al misio tiempo, abjeto que con
sideraba indispensable para aleanzar todos los demas,
cera el de sacar de las diferentes doctrinas religiosas
camo de las varias cuerdas de un instrumento de mi
sica, la melodia llena y armoniosa que habia de hallar
eco en todo corazén amante de la verdad,
Es, por lo tanto, la Teosefia, Ia Religion Sabidne
ria arciiea, la docttina esotérica universalmente re-
conocida en tiempos antiguos como tendencia civili-
zadora, Todos los documentos antiguos nos presen-
tai esa Sabiduria como una emanacidn del principio
vino, y la comprensién clara de la. misma la repre
sentan nombres como el Buddha indio, el Nebo-La-
bilonio, el Thoth de Memphis, el Hermes de la Gre-
cia, asi como por los nombres. dados 4 varias diosas,
‘coma Methis, Neitha, Atenas y la Sophia de los
_gndsticos; en fin, por el nombre mismo de los Vedas,
‘que proviene de la palabra saber. Los antiguos fils
sofos de Oriente y Ocidente, los Hierofantes del an-
tiguo Egipto, los Rishis del Aryavarta y los Theodi
daktoi de la Grecia, comprendian bajo ese titulo to-
dos los conocimientos relativos 4 las cosas ocultas y
cesencialmente divinas, Las Mercazah de los rabinos
hebrdicos, las series seculares y populares eran de-
signadas con aquel nombre, porque no eran sino ¢l
veiiculo, la forma exterior de conocimientos esotér
cos supetiores. Recibian los Magos de Zoroastro su
instruceida ¢ inieincidn en. los subterrineos ¥ logias
secretas de la Bactriana; tenian los Hierofantes egip-
ios, as{ como los Griegos, sus aporretia 6 conferen-
cias secretas, durante las cuales el pst convertiase
cen un Hpoptn, 6 sea en Vidente
—y-
Creia la Teosofia ecléotica en una esencia unica y
‘suprema, desconocida é inconcebible: «;eémo podria
‘mos conocer al conocedor? pregunta la Brikada:
ranyaka upanishad. Bl sistema estaba caracterizado
por tres rasgos principales. La teoria dé la esencia en
‘cuestidn, la doctrina del alma humana como emanae
cidn de esa misma esencia, y siendo, por lo tanto, de
‘gual naturaleza; y finalmente, su tourgia. A causa de
cesta altima ciencia, fueron tan mal comprendidos Jos
neovplaténicos por nuestra ciencia materialista actual,
Siendo la teurgia esencialmente el arte de aplicar los
poderes divinos del hombre Ia subordinacién de
Tas fuerzas ciegas de la Naturaleva, fueron desde lue-
go llamados magos sus fieles, de la. palabra magh
que significa hombre sabio, Los eseépticos de siglo
pasado no se hubiesen apartado mas de la verdad
que nuestros escépticos modernos si hablindoles del
fFondgrafo 6 del teldgrafo se hubiesen echado & reir
Sucede, por lo general, que los ridiculizados y los
infieles 6 hereges de wna_generacién, convirtigronse
fen sabios y santos en Ia siguiente
Por lo que hace & Ia divina esencia y a Ia natura
leza del alma y del Espirit, son las ereencias de Ja
Teosofia moderna las mismas que las de la antigua
“Teosofia
EI Dyu popular de las naciones arianas es idéntion
al Jao de los ealdeos y hasta al Jpiter de los rom
nos, poco adelantados en ciencia y flosofia; asi como
el antiguo Jahve de Jos samaritanos, el Tew 6 Tiuscu
de los normandos, al Duw de los bretones y al Zeus
de los Tracios (1),— 18
En cuanto 4 la Esencia absoluta, lo Uno y Todo,
sea que aceptemos la filosofia griega de los pitagéri
cos, la cabalista de los caldeos 6 la filosofia ariana,
siempre nos dari el mismo resultado.
‘La ménada primitiva del sistema pitagérico que se
absorbe en el seno de la oscuridad, siendo ella mis:
‘ma oscuridad (para la inteligencia humana), fué to
mada por base de todas las cosas; esta idea podemos
hallariaen toda su pureza en los sistemas filosdficos
dle Leibnitz y de Spinoza,
El teés0%, apoysindose en la Cabala que hablando
le En-soph, propone esta pregunta: «Quin es, pues,
capaz de comprenderle, ya que no tiene forma y
es no-existente?s 6 que se acuerde del siguiente ad.
sirable verso del Rig Veda:
Quién sabe de dénde brots esta creacidn inmensa,
si ered Su voluntad 6 permanecié muda?
Salo El lo sabe—quizis no lo sepe (1.
Acepe el coneepto idéntico de Brahma, queen
ss Upanisl eepreetd como cin ia sin
pie abn: 6 en ins de acterdo con ton Stabhd-
‘eset Nepal mntenga gue mada existe exexpto
“Soubtdverstanca 5 natealra}, que existe po 5
hel camino de la Teosfa pray absolut
Eat ena Teowaia qe inputs & bobres como
Hegel, Fichte y Spinoza 4 proseguir los trabajos de
los antiguos fldsofos griegos y a especular acerca
de 1a Sustancia tnica, la Deidad, el Todo divino,
19 —
procedente de la Sabidurfa divina, incomprensible,
desconocida é innominada en todas las filosofias re-
ligiosas, antiguas y modernas, exceptuando el ju-
daismo, y por consiguiente, et ctistianismo y el isla
mismo, Por lo tanto, todo tedsofo que se conforma
‘con una teoria de la divinidad ebisada, no en la re-
velaciéa, sino en Ia inspieacién personal,» puede
aceptar cualquiera de las definiciones anteriores 6
pertenecer & cualquiera de esas religiones, sin salirse
de los estrictos limites de la Teosofia, pues no es
esta otra cosa mas que la ereencia en lo Divino con
siderado como Zodo, el Origen de toda existencia, lo
Infinito que no puede ser comprendide ni conocido.
Lo que sélo el universo revela, 6 también Aguel,
como podriamos decir para agradar 4 los que quie
ren sexualizar, lo que no se puede antropomorfizar
sin blasfemia. La verdadera Teosofia aborrece la
‘materializacién bratal; prefiere ereer que concentra
do en sf mismo desde la eternidad, el Espiritu divino
no quiere, ni crea, sino que en el esplendor intinito
que por todas partes emana de ese gran Centro, lo
que produce todo lo visible é invisible ¢s slo’ un
ayo que en si contiene los poderes de generacién y
cconcepcidn, el que 4°su ver produce lo que los grie
{gos llaman el macrocosmo, los cabalistas, Tikoun 6
Adam Kadmon, el Hombre arquetipo, ¥ os aos,
Purusha, Bralin manitestado 6 el varén divino, Cree
también la Teosofia en la andstasis 6 continuacién
de la existencia, y en la transmigracisn (evoluciin) &
serie de alteraciones del yo personal; creencia que
puede ser defendida y explicada por medio de pris
cipios strictamente filosdficos, si se establece una
iferencia entre el Parawetma (el Espiritu transcen-- 20 —
dente Supreme) y el Fivasma (el espiritu individual)
de los Vedantinos
Para definir claramente la Teosofia, hemos de
consideratla bajo todos sus aspectos. No ha sido el
‘mundo interior ocultado & todos por una impenetra-
ble obscuridad. Gracias 4 aquella intuicién superior
{que nos da la Teosofia 6 conocimiento de Dios, y
{que transporta la inteligencia del mundo de la forma
al del Espiritu sin forma, algunos hombres. pudieron
ten todas las épocas y en todos los paises percibir 4
vyeoes las cosas del mundo interior 6 invisible. Ast es
‘que la Samadhi 6 Diyan yogsamédki de los ascetas
indios, la Daimonoplexia 6 iluminacién espiritual de
los neo-platénicos, la 6 ealma;> ast
como los antiguos griegos buscaban 4 Aému, el sér
coculto 6 dios-alma del hombre, con el espejo simbs
lico de los misterios tesmoforianos, de igual modo
los espirtistas actuales que los espiritus, es
decir, las almas de las personas desencarnadas, son
capaces de comunicarse de un modo visible y tangi-
b
‘con los que en la tierra amaron. (2) Y todos ellos,
voguis, dros, fildsofos griegos y espirtistas modernos,
bassin su ereencia en este hecho, que el alma que esté
encarnada y su Espitity que no lo esté jamés—el
verdadero yo,—no se hallan separados del alma wn
versal y’ de los demas espiritus por ef espacio, sino
simplemente por una diferenciacién de cualidades,
~ 33
pues no pueden existir barreras en la extensién: sin
limites del universo, y que una vez descartada esta
diferencia—por la contemplacisn abstracta, segsin los
igriegos y ls dtios que produce la liberacisn tempo-
ral del alma oprimida, y segin los espittistas, por el
‘mediumismo—hécese posible esta unin-entre los es
piritus encarnados y desencarnados, Hé aqui por
‘qué pretendian los yoguis de Patanjali y con ellos
después, Plotino, Porfiio y demas neo-platénicos,
que se habian unido 4 Dios durante sus horas de
éxtasis, 6 mis bien que habian legado 4 convertise
con Elen un sélo sér, y esto repetidas veces en el
‘ranscurso de su vida. Por errénea que parezca esa
idea de unidn cuando se aplies al Espiritu universal,
ha sido y es ain defendida por filésofos demasiado
eminentes para que se pueda desechar put
plemente como una quimera, El tinico punto negro
de esa filosofia de extremo misticismo, en los casos
de los Theodidaktoi, es que querian incluir bajo el
nombre de percepcidn sensual, 10 que sédlo es ilumé
nacién extitica. En el caso de los yoguis, que afirma
‘ban poder contemplar 4 Tswara ecara 4 caras, sit
pretensida fué efieazmente echada por tierra por la
légica austera de Ios discipules de Kapila, fundador
de la filosofia Sankhya. En cuanto a las afirmaciones
pparecidas de los griegos que siguieron sus buellas, de
tuna larga serie de extiticos y por fin de los dos iti
‘mos que desde hace cien afos se han vanagloriado de
evér 4 Dios,»—Jacobo Bahme y Swedenborg—son
pretensiones que habrian de ser discutidas floséfiea
y l6gicamente, y que lo hubiesen sido si alguno de
nuestros hombres de ciencia mis eminentes que se
focupan de espiritismo, lnubiesen mirado con mayor~ 24 —
interés la filosofia de ese sistema que sus fondmenos
vulgares
Dividianse los tedsofos de Alejandria en nedtitos,
iniciados y maestros 6 hierofantes; estaban copiadas
sus reglas sobre las de los antiguos misterios de
Orfeo, quien, segiin Herodoto, las habia traido de la
India. Hacia Ammonius jurar 4 sus diseipulos el no
divulgar sus doctrinas superiores excepto a los que
Faesen dignos de las mismas 6 que hubiesen sido ini
ciados y que sabian ver 4 los dioses, los dngeles y los
demonios de los demas pueblos, segiin la Ayponia 6
sentido tcito esotérico. «Existen los dioses, pero no
son estos lo que hoi pollo(el vulgo ignorante supone),
dice Epicuro, «noes ateo aquel que niega la existencia
de les dioses que adora la muchedumbre, sino aquel
aque presta 4 esos doses las opiniones de esa muche-
dumbre. Declara & su vex Aristoteles, que «lo que se
llama Tos dioses, no son sino los primeros principios
de la divina esencia que impreggna al mundo natural.»
Plotino, discipulo de Ammonius, el , uniéndose dla iglesia, pero & menos
de uniros « ella, no podeis serlo. El Koran enseha la
oS
fraternidad universal, y el Mahometano ha querido
con frecuencia hacer de vosotras sus hermanos por
medio de la espada y el fuego; porque 4 menos de
que os convirtdis en un secuaz del Profeta no sois
rmxis que un perro infiel, Cada una de las sectas y re
ligiones, limita més 6 menos esta idea de Fraternidad
4 los mezquinos limites de su creencia particular
‘También los Revolucionarios Franceses abogaban en
ped de una fraternidad universal. Deefan: «Venid, sed
nuestros hermanos, pensad y obrad como nosotros,
6 si no os cortaremos Ia cabeza.» Lo mismo puede
decirse acerca de la fraternidad de todas las socieda-
des privadas de origen modern, tales como Comu
nistas, Fenianos, etc., ete. La fraternidad universal
‘que ha resultado de nuestra cviizacién moderna, esta
«Ala vista en los ejércitos en pie de guerra existentes
en Europa, en donde mujeres y nites, lisiados & in
vvélidos, tienen que trabajar y snorirse de hambre para
sostener & hombres robustos sin empleo especial, que
les protejan contra una vista de sus hermanos de mis
alld de sus fronteras.
EI Teosofista hace esta universal Fraternidad in.
condicional. Parte del principio de que todos los
hombres, y hasta todos los animales y dems cosas,
proceden de una fuente universal, y que por lo tanto,
todos pertenecemos 4 una misma familia, debiendo
cada uno respetar los derechos de los demi, Le im:
porta muy poco si sois Indio, Cristiano, Judo, Maho
metano 6 Parsi, 6 si después de todo no erecis en
nada, puesto que si obrdis con arreglo al principio
de Fraternidad Universal, podéis estar seguros de
que obriis bien, y de que recibirtis vuestra recom:
pensa.ores
La Teosofia inculea el principio de una Fraterni-
dad Universal entre los hombres, como formando
parte de la Vida Universal; y si sus preceptos son
stricta y sinceramente puestos en prictica, los lazos,
de simpatia entre las diferentes razas sera. atados
‘mis intima € inseparablemente, y los sentimientos
diel hombre hacia el hombre sein lo que deben ser,
tener en cuenta ni el color, ni la creencia, ni Ia
casta, pero sabiendo y creyendo que todos ellos son
igualinente criaturas de Dios, a cuya imagen el hom-
bre ha sido formado, Cada uno de los hombres, ast
como cada uno de los otras seres, forman una parte
integral de aquella Vida Universal que penetra y
anima la Creacién entera; y procurando injutiar
ros unos 4 otros, no hacemos mas que proceder vio-
Tentamente contra aguella vida, que es la vide del
mando, Apenas si es necesario el decir que ninguna
distinciin de rasa es posible hacer en el mando futuro;
yen el terreno de la préctica ninguna de semiejantes
distineiones se observan en la Fraternidad de los
Himalayas, que esta compuesta de toda clase de ra
zas y castas, Thibetanos, Tartaros, Mongoles, Chi
nos, Japoneses, Siameses, Birmanos, Cingaleses, Cop-
0s, Griegos, Hingaros, Ingleses, Bengalis, Sikime-
ses, Madrases, Sikks, Rajputs, ete, ete, trabajando
‘en comin y ardientemente, en pré dei bienestar ge:
neral de la humanidad. Es seguro que la diferencia
entre el Europeo y el Asidtico sera tenida bien poco
en cuenta, desde el momento en que se considere &
todas las razas de la humanidad como derivadas de
Ja mista fuente original, y 4 todas las religiones del
‘mundo como procedentes del mismo origen: si pode-
mos dar crédito 4 las modernas investigaciones, la
9
Jnumana raza, al abandonar su cuna en el Asia Cen-
tral, pasé 4 Egipto y de alli é Europa, Los Indios re-
resentan la rama mis antigua del gran tronco Asié-
tico; y los Europeos deberian cousiderarlos como a
hermanos de diferente color, pero couservando mu
chas de las antiguas costumbres y habitos que fueron
‘en un tiempo comunes 4 todos, Quince siglos hace
que se levanté en Alejandefa una escuela de filosofia,
fandada por un verdadero Teosofista, Tau bondadoso
cra su espirtu, tan sabias sus ensenaneas, que Am
‘monius Saccas era llamado Theodidaktos, 6 enseftado
por Dios. Dicen que nacié de padres Cristianos, pero
sus principios eran mis anchos que los de cualquier
secta, y el mundo entero lo ha reclamado para st
Intenté una coalicién de todas las sectas, ya. filos6f
= £28 6 religiosas, puesto que ereia en la unidad de la
verdad 4 despecho de In diversidad de sus manifesta:
ciones. Sostenta que creencias tan antagonistas exte
tiormente como el Paganismo y el Cristianismo, eran,
sin embargo, fundamentalmente idénticas, y al mis-
‘mo tiempo que querfa suprimir las Fabulas de los
sacerdotes del Paganismo, procuraba poner é un lado
también, como inexactos, los comentarios ¢ interpre-
taciones erréneas de la doctrina de Cristo, debidos
los Padres de la Iglesia. I! hubiera querido condu:
cisnos d las fuentes originales, descubrir la verdad
primitiva, restaurar todos los sistemas religiosos a su
ppureza original, y para coronar el conjunto y hacer
posible este gran schema de investigaciin Teossfica,
‘enseiiaba la Fraternidad de los hombres, En su épo
a, lo mismo que en a presente, e
des que podian responder este mensaje de amor,
de tolerancia y de mituo auxilio. Entonces, como
fan almas gran--- 60 =
ahora, en medio del torbellino del mundo y del suc-
fio intoxicador de los placeres egoistas, existia una
rminoria de nobles corazones que podian sentirse con
movidos ante las humanas tristezas, una minoria de
nobles inteligencias que podian comprender la divina
verdad de la docrrina de Ammonio. Athenégoras,
Longino, Platina, Origenes, Porfirio, Jamblico, Sopa-
ter, Juliano, Proclo y muchos otros, tanto Paganos
como Cristianos, adoptaron esta doctrina y la ense.
ftaron, Su influencia penctré profundamente en la
constitucién del Cristianismo naciente, y despecho
de Jos sangrientos progresos de la iglesia y de sus so
brevivientes édios de sectas, su dulee influencia toda.
via se deja sentir sobre nosotros después de un trans-
‘curso de mil quinientos afos, & manera del debil per-
fume de una flor que ayer en nuestro jardin florecta
y que hoy ha muerto en nuestra casa. dEstin los
tiempos Jo suficientemente maduros para una rest
rreccién de esta. santa doctrina? Mirad en torno vues-
tuo y contestad, Ved a la India rebosande de multi
tudes en las cuales no existen ni el deseo ni la capa:
cidad para la unidn, Ved 4 la cristiandad en masa ar-
‘mada hasta los dientes, unos contra otros, marchan-
do, invadiendo, matando, conquistando y dando et
meatis més completo 4 las més sagradas enseftanzas
de su religion. Mirad 4 los hombres eémo convirtien
doen sofismas las santas palabras que en su nite
aprendieron, ecipsan el rayo brillante de su razén y
santifican la espada que va derramar la sangre ino-
cente de sus hermanos.
FE Y SABER
El enemigo mus fatal para el alma es Ia duda. EL
{que duda de sus propias fuerzas, se inutiiza & sf mis.
mo. Aquel que se sobrepone 4 sus dudas, se eleva
un plano superior. Aquel que cree, y tiene confanza
plena en s{ mismo, es mas fuerte que el que duda de
siis propias fuerzas. Ademés, cuanta més confiansa
iene un hombre en los otros, mayor es la amistad, y
‘mayor nimero de amigos tiene. La amistad es la me
ddida de Ia influencia, y por consiguiente, de poder
(Con objeto de abreviar, hablaré vinicamente en este
capitulo, de la ereencia, del saber y de In te). El sa
ber procede de la creencia; y la consecuencia del sa
ber es Ia fe, 6 mejor dicho, aquello que aproxima In
fe y la hace posible, 6 sea: La Intuicién. La fe per
fecta procede del conocimiento perfecto; pero desde
el momento efi que somos séres imperfectos, y que,
Por consiguiente, no poseemos conocimiento perfeeto
inguno-no sélo el que de nosotros: mismos proce
de, siéndalo menos todavia el de los otros — jedmo
podemos ni siquiera aproximarnos una definicién6
de la fe? jy: mucho menos en lo referente al conoci
miento de los poderes que puede conferir 4 su posee:
dor! Por qué tenemos que despreciar las palabras de
Jesits, cuando ni siquiera sabemos lo que queria sig.
nificar por fe?
Ciertamente que la considerata de un valor inmen-
so, cuando decia: «Si vuestra fe fuese sélo como un
‘grano de mostaza, dirs & las montafas, quitiéos de
‘aqui y arrojaros al mar, y ast sucederia.» Es evidente
‘que la unia a Ia voluniad, puesto que lo anterior
debla hacerse mandindolo, y no se hace referencia
alguna 4 plegaria 6 siplica de ningiin género. Qué
gran pensador ha existido jamas que haya ensalzado
Ta Duda, 6 ensefado que én alguna ocasién ha sido
causa de grandes beneficios para su poseedor? {Nin-
‘guno! Es sencillamente un poder destructor—una ne-
gncién; nada construye; todo cuanto toca destruye.
El deseo de conocer la verdad es recomendable.
EI respeto hacia los demés conduce al cambio de
ideas y 4 la investigaci6n. Esto es bueno. Jamas
dudéis de una-proposicién hasta que estéis seguros
de comprenderla por completo, Jamis dudtis de la
verdad de otra, hasta que su filsedad sea un hecho
demostrade. Comprended las cosas, antes de dese:
charlas. Sed hospitalarios para con el caminante; por
{que si bien en muchas ocasiones os llevaréis un chas-
co, podéis quizds algunas veces dar hospitalidad 4 un
angel. Algunos pensamientos son dngeles enviados.
Es el saber el objetivo final de Ia accién mental,
yen su estado mas elevado se encuentra en el mun-
‘do del espirity, en un grado de intensidad suficiente
para quedar imprognado de un deseo por algo més
(grande; teniendo una idea mucho mas elevada acerca
— 63
de la humana naturaleza y de sus posibilidades, no
‘meramente con la idea de «conocer el bien y el mal»,
sino con la resolucién de hacer el bien, y de poseer
Ja facultad de hacerlo bajo todas las circunstancias.
Entonces puede decirse verdaderamente que esté uno
‘en el camino del poder. Asi lo reconozco yo. Anali-
zad, examinad, estudiad todos los hechos y fenéme-
nos de esta existencia; pesad las estrellas y soles del
espacio, y seguid sus trazas en sus viajes eternos;
disecad la forma humana, y observad las circunvolu
ciones del cerebro, y si por fin, no creéis en manera
alguna en la divinidad del poder ereador, si no eredis
en elespiritu que ha escapado 4 vuestro telescopio,
vuestro escalpelo, y a vuestras balanzas, no me
igdis que vuestros conocimientos os colocan en el
‘camino que al poder conduce, puesto que el poder
verdadero es reposo, tranquilidad, confianza y harmo:
nfa. Aquello que no produce satisfuccién i reposo
niinguno, es destructor. Asi es que el saber puede,
acumulindose en el alma, 6 bien engrandecerla, 5 com
traerla y debilitarla. Si el saber convierte 4 wa hom
bre en egoista y ongulloso, le causa perjuicios; pero
aquel saber que es causa de que conozea lo pequetio
insignificante que uno es, y lo poco que sabe, y de
‘cuan poca utilidad son realmente para él todos aque-
los conocimientos, le pone en un estado negativo y
receptive con respecto al mundo de inteligencias que
le rodean. Entonces es cuando estas se aproximan y
hhablan & su alma, y entonces es cuando concibe wna
idea de «Brahms, eAllah», «Jehovahs, Palabras
Meontde coma Agulos de quienes estos dee,
Jud hantenide nada que perder, Sin embargo, ona
vet ha tenid lugar, a de ls preensones 4 la po
Senén El presnmid, sempre ce
Tt la costume de habla aceea dela, como
de ago parecido creel como algo manera de
gue come infer al conoitiento, Peo exo
demuestra nyestra ignorancia. La fe es a la mente
Divina lo que el saber es la natural. Por medio del
saber, cosas de utilidad son producidas y multplica
ddas sobre la tierra. Por medio de la fe, se de
Ja materia gracias al espfritu, la cual desde un estado
vuelve
castico ¢ informe, asume las formas que ta voluntad
determina, No de otra manera con panes y peces
aliments Jostis & la multitad hambrienta. Unos pocos
ppeces y nos cuantes panes fueron suficientes para
proporcionarle un aiicleo de atraccién; y en obedien:
cia & su voluntad la materia asumié la forma deseada,
En vista de este principio de evolucién él dice: «Si
uestra fe fuese del tamafo de un grano de mostaza,
Airiais 4 esta montata muévete,» ete, ey esto tendia
lugar.» «Primero buscad el reino de Dios, y después
todas las demés cosas os sera concedidas.» El reino
esti dentro de vosotros;> emino lo tentis;» es
ido lo sufcente para un ato dia? 4 todos To
mints qe el el hambre I miseria rel en
todas us formas. causan estos inflice, hay que
agregar el torible y- dsconscldor aeiiniento de
conterplar la iquza lio y ef ienestar en manos
Geers, cues caracteesy vidas no demesne
trancra alguna un meso mucho mayor a quads
truck menos grendera de nino.
“Fro hombre pregunta cl por qué den existenia
del sufiento en el mundo; pero en parle in
que en cuanto estas sean, mgjo
+ general, El clérigo dice que tales la voluntad de Dios,
or
feliz desgraciado pregunta la causa de sus padeci=
‘mientos. Rebélase ante la aparente injusticia de la hu:
‘mana suerte; cierra sus putios ante las superftuidades
de la elegancia, posibie es que maldiga 4 la tierra en
Ja cual vive sumido en la miseria, mientras que su
hhermano tiene todo cuanto puede desear. Ninguna de
Jas explicaciones dadas satisfacen ni & su razén ni a
sus sentimientos. Afirma el economista que las des
‘gualdades en-la vida social, son el efecto necesario
de una civilizacién elevada: que es imposible tener
‘breros sin negocios, ni negocios sin capital, ni capi
tal sin lujo; y que la fuerza de la inteligencia tiene
derecho a gaancias, como lo tiene la fuerza corpo.
ral, El eandidato un centro gubernativo pretende
‘gue todo esto es 1a consecuencia de malas leyes, y
es, el bienestar sera
Y¥ que no debemos nosotros poner a sui sabiduria en.
tela de juicio, sino someteraos 4 su autoridad. AE]
le ha parecido bien el hacer ricos & unos pocos, y po:
bres a la inmensa mayoria, et conceder ln salud a
lunos, y a otros no, perturbarnos a todos, si bien &
‘unos mucho mis que 4 otros, y que debemos aceptar
los hechos con devota resignacién, sin contemplarlos
‘con dudas y disgusto,
Pero estos argumentos no responden, al parecer,
por completo al caso en cuestién, Existe una enorme
cantidad de tristeza mental y de sufrimientos corpo-
rales que no quedan satisfechos con los mismos, y no
se ve bien claro que las desigualdades de la vida pro-
ccedan tinicamente de una civilizacién mis elevada
de leyes injustas, Todavia queda. uno menos satiste
cho con la explicacién de la parcialidad de Dios, deae
tuna Pateridad que contempla con simpatia & os
poeos tan slo de sus hijo, y que ex por completo
Indiferente para con el resto. ¥ el aterido y hanbien
te mendigo no ala eon reveencia su ojos al elo
Bi plensa que de all vienen su misera y su dolor.
Debe exisir alguna mejor soluciin para el probe
ana de ios sufimiento hamanos, conta ual quede Ia
mente satisfecha, que satisfaga al sentido moral y que
tbace el vewadero spite del mismo: justamen-
te ahora es ewan fa Teosofa a gran insractora
inspzadora de la humanida, lege cot au doctrina
de KARMA explcando y justifeando los hechos de
ta vid tal come fos conocemnos. Bsn doctrina sonic
te que los hombres son lo que de at mismo ellos
than hecho, que sus propios actos son los qu han eres
do lsiturcin que oeupan en la vida, que sufen 6
gozan porque ban descado el placer 6 el dolor. La
ondictin en a vida no es un accidente; ex un efecto.
Peto la mayor parte de los hombres dirin: geémo es
sto posible? Mi condicién empez6 con mi infancia,
emo, pies, puede haber sido determinada por mi
‘ondnct esce entonces?;Vuestra doctrina implica la
consecuencia de que yo soy lo que soy porque yo
iso me he preparado para ello en un estado pre
viol A lo que la Teosotia contesta: «Precisamente, as
es, No es esta vuestra primera vida terrena, ni quizds
la centésima, En el lento proceso por medio del cual
la Naturaleza os ha conducido desde la infancia hasta
Ja edad viril, vuestra vida ha estado constituida por
iversos dias, separados unos de otros por noches de
suefio, Asi es que en el proceso extraordinariamente
lento por medio del cual o8 esti educando desde el
plany mas inferior de la humana pequener, hasta
9 —
el més superior, aquél en que la sabiduriaos hara
semejantes 4 dioses, vuestra existencia se halla com-
puesta de distintas vidas separadas unas de otras
por periodos de existencia fuera del plano material
Durante estas vidas en la tierra es cuando obriis,
aprendéis y formas vuestro caracter; tal como es
quel caracter asi son las vidas que siguen dé
ren despu
Jas cuales son la expresion de! mismo. Re-nacimiento,
Fe-encarnacion es la ley del humano desenvolvimiento:
aparcos unt y ot vex en el mando 4 fin de que
odais progresat, avanzar y luear para lograr’ la
perfecciin, Karma express hasta qué punto con vues
t1o5 esluerzos os habeis aproximado 4 ella: yosotros,
sois lo que de vosotros mismos habéis hecho: vues
wa cond
icin es aquella para la cual estéis apro
piados.» : :
“Co pase ur ose prog con I a
Yor bucsa fa~—Acatola pobrera las gues
Schild 6 i eral lang,
can el merito de demetito a que mele hecho Seee
dors «No, deapiés de todos contest la Tesi
‘pero silo ince wiesto grado de felis Le
ilcdad no depend nt de a siquce, ni de au
cio; a sl degra la constuenla eceoria de
escatonbienes de freuna y de condiciones humic
1a lege latter son condiciones de ln mente,
infudas, sin dud alguns, por los objets materiales
ue nos rdean, pero no determina por elo, Los
Hos no sn sempre elie, por lo tanto no ay que
consierros com ls conceuenein de buenas ne
sions del pasado on pobres no son empre deat
Giada, por mista sn no feucmen qe er oh
ellos a consecueacn del mal antetionment comet= 100 —
Ps el estado de ta mente y no el estaile de ta bolsa, lo
(que demuestra lo que Karma implica en cada caso.»
En cuanto un hombre cualquiera ve claramente
que su condicin presente es el resultado tan sélo.de
su conducta en vidas anteriores; que significa y ex:
presa, no meramente lo que ha hecho, sino lo que
5: que no es ni un accidente, ni un capricho, ni una
fatalidad, sino que es un efecto necesario de una ley
inmutable, ha dado el més grande de los pasos hacia
la satisfaccidn, Ja harmonia y un porvenir mejor.
Porqute obsérvese, qué nubes no desvaifece una con:
ccepcion semejante y qué implsos no engendra en el
seutido del perfeccionamiento individual. EL senti
miento de injusticia desaparece. Podra: no conocer las
pasadas vidas cuyos efectos en la actualidad experi:
imenta, pero la eualidad de estos efectos le hace ded
cir cual habri sido la cvalidad de sus vidas pasadas.
Cosecha lo que ha sembrado, Podré ser triste, last
moso 6 perturbador, pero por lo menos es justo, Lat
envidia también de qué envidiar después
dle todo la nnicho mayor felicidad de aquellos que a
fa misma tienen derecho, y que hubiera’ podido ser
tambien suya si hubiese hecho lo necesario para obte-
nerla? La animosidad se calma. No hay lugar para
ella ett cuanto se ha visto que las causas que la dan
origen no existen, y que Ja dinica persona merecedo-
ra de condenacisn es uno miemo, Mas todavia, mue-
re por completo todo resentimiento nacido a la vista
del divino favoritismo, aquella creencia particular
‘mente amarga de que el Ser Supremo es obstinado
6 caprichoso, y de que reparte & su antojo alegrias y
tristezas, acariciando 4 unos de sus hijos y rechazan-
do a otros, sin tener en cuenta nila elevacién moral
ni Tos premios 4 los que por sus vidas se han hecho.
acreedores. Es imposible tener confianza en un tal
ser, y la inion teoria que puede poner las cosas en
su lugar debido es la teoria de la Ley Karmica, ley
{que no respeta en manera alguna las personas, que
mira cada hombre precisamente como mira é todos
Jos dems. que toma nota hasta de los actos mas insig-
nificantes en su libro de cuentas, que los vahia del
cdo mis exacto y preciso, y que cuando el tiempo
del vencimiento
sea on una de las futuras de la larga cadena tle las
‘mismas—paga con la més escrupulosafidelidad, Con-
centrando asi In responsabilidad para cada hombre
cen él mismo tan sélo, Karma coldease en lugar de la
Providencia, calma el resentimienta, abate el descon
tento y vindica 4 a justicia,
Pero hace todavia mas que esto: estima, dori
gen al espiritu de empresa. Si somos .nosotros ahora
lo que de nosotros mismos hemos hecho, seremos en
sea en Ia misma encamacién,
lo futuro to que hagamos de nosotros mismos, El
molde para el futuro esta hoy en uestras manos. La
calidad de las futuras encarnaciones no depende en
‘manera alguna de la casualidad, 6 de una voluntad
superior, sino sencillamente lo que les comunicamos
por nuestros actos presentes, ¢s lo que las caracteri
zari. La responsabilidad, el poder son nuestros, nues
tos tinieamente, Hs tan cierto que nuestro remnaci
miento dependerd de la linea de condueta que haya:
mos seguido durante nuestra vida, como que la por-
cin final de esta misma vida sera la conseeuencia de
la primera parte de la misma. El remnacimiento es,
de hecho, una expresién de caracter, y el caracter
‘5 expresa lo que somos y lo que hacenios— 102 —
Aquel, pues, que desee una reencarnacién supe:
rior debe mejorar su reencarnacién presente, Aper-
cfbase de las faltas que corrompen su vida—la indo.
lencia, ta ivvitabilidad, la edtera, la frivolidad, la ava.
ricia, el odio, Ia. Iujuria, la falta de caridad—y acabe
‘con ellas domindndolas. Por encima de todas las de-
ms faltas, y comprendiéndolas & todas, se cierne el
Egoismo, el triste amor de deseo personal en contra
de los derechos, privilegios y de la felicidad de los
‘otros hombres, un amor que inflama 4 cada uno de
tos elementos inferiores de la constitucién humana, y
que mata todo sentimiento elevado y superior. Aquel
que quiera prepararse para si mismo un mis feliz re
nacimiento, debe empezar por hacer mis felices las
vidas de los dems, Debe respetar sus derechos, con:
sultar sus sentimientos, extender el circulo de sus pla-
eres, stcrificandose él mismo generosamente, a fin
de que sea en provecho de sus hermanos. A. medida
que ast se conduce, se va manifestando su propia y
ims elevada naturaleza, y satisfacciones mucho més
Jicadas le lenan de un indecible placer. Gracias 4
na benuita ley de la existencia,
su vida, ls salvard; porque, no solamente experimenta,
placeres micho més exquisitos que todos tos que sus,
tsfuerzos egoistas podrian proporcionarle, sino que
ademés modela su caracter en harmoala con el ver
dadero y perfecto concepto de belleza que preside en
Ia pura ides dela dignidad humana, y ademds amo
dda y prepara los materiales destinados 4 premiar ex
su préxima encarnacidn los esfuerzos que en Ia pre-
sente ha verificado,
Ciertamente an principio que estimula los mis ele:
vados motives que en la humana naturaleza existen,
quel que pierde asi
— 193 —
puede muy bien ser causa de Ia regeneracién de Ia
Vida buimana, Aquel que contempla su presente como
el producto de su pasado, aquel que presiente que su
faturo serd la consecuencia de su presente, aquel que
‘encuentra en Karma el infalible tesoro para todo es
fuerzo y para cada sinsabor, aguel que desea en st
préxime re-nacimiento encontrar mds alegria y me
nos miserias que las que en la actualidad le abruman,
procurari encontrar en sus generosos servicios en fa-
vor de sus semejantes, en pro de sus hermanos, lama
Wr felicidad de sus facultades mas elevadas, y su
‘confianza en una re-cncaracién superior ser absolu
ta, pues se apoyard en aquella ley 4 la que nada pue-
de quobrantar, on auuella fuerza que no puede fallar.1x
REENCARNACION
‘A Ia mayor parte de las personas que no son toda-
via Teosofistas, ninguna doctrina parece més singular
que la de la Reencarnacién, 6 lo que es lo mismo, que
todo hombre nace repetidas veces en Ia vida terrena:
puesto que la creencia general es que sélo una vez
hacemos, y que sélo esta vex es la que determina
nuestro futuro. Y, sin embargo, es claro y evidente,
hhasta dejarlo de sobra, que una vida sola, por larga
que sea, no es mas adecuada para adquirir conoci
Imientos, para atesorar experiencia, para dar solider &
Tos principios y para formar el caracter, que lo que lo
seria un dia en la infancia para eumplir con los debe.
res de la virilidad madura. Cualquier hombre puede
aclarar estas ideas por si mismo, considerande, por
tuna parte, el faturo probable que la Naturaleza des
tina d la humanidad, y por otra, su presente prepara
cién para el mismo. Aquel futuro incluye evidente
‘mente dos cosas: una elevacién del individuo 4 una
excelencia divina, y su gradual comprensién del Uni:
vverwo de Verdad.
= 103 —
La preparaciéa presente, como quiera que sea,
consta_sélo de un muy imperfecto conocimiento de
uuna miiy pequena porcién de una forma de existen
cia, y este conocimiento debe ser obtenido principal
mente por medio del uso parcial de sentidos engafa,
dores; de una sospecha mas bien que ereeneia, de que
Ia esfera de la verdad supersensible puede exceder &
Io sensible, como el gran universo sobrepuja & nuestra
tiérra; de una serie de faeultades morales y espiritua
les parcialmente desarrolladas, ninguna de ellas agu:
dda, ninguna de ellas libre en su accién, pero todas em
pequetiecidas por el no uso, envenenadas porla preo
cupacién y pervertidas por la jgnorancia; estando
ademds la naturaleza entera,limitada en sus intereses
Yy fectada en sus empresas por las necesidades siem
pre presentes de un cuerpo fisico, el cual mucha més
«que el alma, se inclina 4 ereer que él es el real «Vo.
{Esta acaso un tal sér, mezquino, extraviado, carnal y
fenfermizo, en disposicién de entrar & la muerte en
tuna carrera sin Himites ele adquisiciones espirituales?
Ahora bien, sélo existen tres. caminos para llegar
al vencimiento de una tan obvia como mala disposi
‘in: un poder transformador en la muerte, una post:
‘mortem y completa disciplina espititual y una serie
de reencarnaciones. Nada existe evidentemente en la
mera separacién del alma, det eterpo, que sea capaz
de conferir sabiduria, de ennoblecer el caricter 6 de
aniquilar disposiciones adquiridas por medio de la
vida carnal. Si un poder tal exieticse en ln muerte,
todas las almas, al quedar desencarnadas, serfan pre-
cisamente iguales, lo cual es un absurdo palpable. No
puede tampoco una disciplina post-mortent llenar los
rrequisitos necesarios, y esto por nueve razones: 1.* eleS
conocimiento de Ia humana vida por parte del alma,
siempre resultaria insignificante, 2, de las varias fa
ccultades susceptibles de ser desarrolladas dnicamente
durante Ia encarnacisn, permaneciendo algunas dor
tmidas, cuando la muerte, janis se desayrollarian; 3 la
no satisfactoria naturaleza de la vida material no que
daria plenamente demostrada; 4°, no habria tenido
lugar ninguna deliberada conquista de la carne por
parte del espiritu; 5, el significado de la Praternidad
Universal babria’ sido muy imperfectamente visto:
62, el deseo por Ia existencia en la tierra bajo dife:
rentes condiciones, impediria de un modo persistente
cl progreso diseiplinario: 7. la justicia exacta dificil
mente seria conseguida; 8, lx disciplina misma seria,
insuficientemente variada y copiosa; 9.°, no tendria
lugar progreso ninguno en las sucesivas razas de Ia
tierra,
‘Queda, pues, como iltima alternativa, una serie de
reencarnaciones: en otras palabras, que el principio
permanente del hombre, dotado durante cada uno de
fos intervalos entre dos vidas tervenas con los resul:
tados obtenidos en la primera de ellas, volverd en
busca de mas experiencia y esfuerzo. Si las nueve ne
cesidades anteriores, que una disciplina meramente
‘spiritual después de Ia muerte no satisface, quedan
satisfechas con la feencarnacién, debe existir con
toda seguridad, una fuerte y legitima presuncién en
favor de Ia misma. Ahora bien’
1. Unicamente por medio de reencarnaciones pc
de conocerse completamente la humana vida. Un hom
‘bre perfecto debe haber experimentado cada uno de
los tipos de relacién y deber terreno, cada una de
las fases de existencia, de afeccién, de pasién, cada
= 107 =
variedades de conflcto, No es posible que una sola
vida pueda proporcionar mis que wna muy diminuta
poreidn para una tal experiencia
2. Las reencarnaciones dan ocasion para el desen
voleimiento de todos aguellas facultades que pueden
fnicamente serlo durante ta encarnaciin. Aparte de
algunas cuestiones levantadas por Ia doctrina oculta,
podemos muy fécilmente ver que algunas de las més
ricas adquisiciones del alma, vienen tinieamente gra-
cas al contacto con relaciones humanas, y por medio
dde suftimientos y enfermedades. Son ejemplo de las
rmismas, la simpatia, In toleraneia, le paciencia, la
energia, la fortaleza, la previsién, la gratitud, la com
ppasiGn, la beneficencia y el altruism,
3. Silo por medio de reencarnaciones queda ple
namente demostrada la antisatisfactorin naturaleea de
fa vida material. Una encarnacién prueba inieamen:
te Ia futlidad de sus propias condiciones para conse:
aguir la felicidad. Exige la verdad que todos los que
se hallan sujetos 4 las mismas condiciones, pasen por
Jas mismas pruebas. Durante el transcurso del tiem
po, ve el alma que un ser espiritual no puede ser ali=
‘mentado con alimentos groseros, y que cualquier ela
se de corta y feliz univin con Jo Divino debe ser ihi-
4. La subordinacton de la naturale
Superior es inicamente posible por medio de muchas
vidas terrenas, No son pocos, por cierto, aquellos
quienes es necesario convencer de que el cuerpo es
sélo una ediscara y no un constituyente del Zigo real;
¥ a otros, de que sus pasiones deben ser dominadas
por aquel Zo. Hasta que el espiritu tiene pleno po-
inferior & ta— 108 —
der sobre la carne, el hombre no esti dispuesto para
tuna existencia puramente espiritual. A nadie hemos
conocido que haya obtenido una tal vietoria durante
cesta vida, y podemos, por fe tanto, estar seguros de
‘que otras vidas son necesarias para supli la deficien-
cia de una sola, .
5. El significado de la fratermdad Universal se
converte on aparente solo & medida que el velo del yo
19 do los intereses eguistas se vd actarando, y esto tiene
tunicamente lugar por medio de aquella lenta eman
cipacidn de creencias convencionales, de errores per
sonales y de opiniones mezquinas, gracias 4 una série
de efectos producides por las reencaraciones. Un
profundo sentimiento de solidaridad presupone uni
fusidn del uno en el todo: un proceso que se extionde
sobre muchas vidas.
6, Fl deseo de otras formas de experiencia terreite
puede unicamente ser estinguido sufriéndolas, Obvi
tes que si cualquiera de nosotros se enconitrase tran:
portada al mundo invisible, sentria no haber experi:
mentado Ia existencia en otra situacién, 6 redeado de
otras personas. Desearia haber sabido lo que es el
poser rango, riquezas, belleza, 6 haber vivide en 2
zas y climas distintos, 6 haber conocido mas el mun.
doy la sociedad, EI progeeso espiritual ne pueds
tener lugar mientras los deseos terrenos lancen al
alma hacia atris, y de ellos se libra. logrando sucesi:
vamente el cumplimiento de los mismos para despre-
ciarlos después. Cuando el ciclo de un conocimiento
tal ha sido recorrido, el sentimiento causado por la
ignorancia, ha muerto por completo,
7. Las Reencarnaciones dan lugar a, que d cada
hombre se le haga justicia exacia, La verdadera sen-
= 109
tencia debe cumplirse en el plano, en el euil el acto
(que la ha originado ha tenide lugar; de otra manera
su naturaleza cambia, sus efectos desnaturalizades y-
sus influencias eolaterales se pierden, El ultraje fisico
tiene que ser castigado con una pena fisiea, no basta
uun_nuevo sentimiento interno de arrepenti
Vidas horrorosas encuentran una eonsecuencia. apro
piada en horrores visibles, Pero una vida es en esceso
corta para el preciso balance de las cuentas, y mu
chas se nevesitan para que cada una de las’ buet
¥ malas acciones cometidas puedan recibir su premio
6 su castigo en la misma tierra, en fa cual se llevaron
4 efecto,
8. Las reencarnaciones aseguran tn variada co
iosa disciplina que todos nosotros necesitamos, Macha
parte de esta distiplina viene por medio de los senti-
dos, gracias a las condiciones de Ia vida fisea, yal
través de procesos psico-fsiolégicos: todo lo cual fal:
tatia en un estado post-mortem, Considerada la reen
camnacion bien como un procedimiento educative 6
bien como un procedimiento penal para eastigar ol
‘mal cometido, una série de vueltas repetidas a la
tierra es necesaria para que la diseiplina sea com:
pleta
9. Las reencarnaciones aseguran in progreso cow
‘ino en las rasas sucesivas de hombres, Si cada nite
aacido nuevamente, fuese una alma ereada por vex
primera, no tendria lugar ningiin progreso humane
xeneral mas que por herencia. Pero si un nino tal es
la flor de muchas encarnaciones, es él la expresion de
tun pasado cumplido y al mismo tiempo la de un fu
turo posible. La marea de vida le eleva de este modo
alturas cada vez mayores, 4 medida que cada ola= tt —
rompe en Ia orilla & mayor altura, La gran evolucién
de tipos més perfectos exfye una profusidn de exis.
tencias terrenas para que sti éxito sea completo,
Estos puntos ilustran la maxima universal de que
la «Naturaleza nada hace porsaltos.» No introduce,
en este aso, en uns region del espiritu.y de la vida
cspiritual, 4 un ser que poco es lo que ha conocido
ademas de la materia y de la vida material, y aun res:
ecto de las mismas con conocimientos bien limita-
dos. El hacer esto, equivaldria é introducir sibita.
‘mente 4 un mozo de labranza en una reunién de me-
talisicus, El eorrer tas de un ideal cualquiera implica
algimn conocimiento preliminar acerea de su naturale:
ta, objetivos, y de las exigencias mentales que re:
‘guiere; y cuanto mas elevado sea el ideal que nos pro:
ponemos, mayor debe ser la preparacion que necesi-
ta, Es inevitable que un ser que tiene ante si una
eternidad de progreso al través de zonas de eonoci:
mientos y de experiencia espiritual, aproximandose
ccontinuamente al Sol Central, tiene que estar prepa
rado para ello gracias « una larga adquisicisn de las
facultades que s6lo pueden servirle para aleanzarlo,
Su delicadeza, su vigor, su penetracién, su diferencia,
con respecto a las que evocan las necesidades del pla-
no material, demuestran el contraste de Ia vida terre
nna y de la vida delespiritu. Y demuestran en exceso
tambien lo inconcebible de una sibita transicion de
la una 4 la otra, de un proceso desecnocido en cual-
{quiera de los dems departamentos del taller de la
‘Naturaleza, y la imposibilidad de un quebrantamiento
de la ley de progreso al través de la Evolucién, Un
hombre, antes de que pueda conventirse en un «dis,»
debe llegar & ser un hombre perfecto, y no puede lle
gar d ser un hombre perfecto ni en setenta aftos de
vida terrena, ni en un miimero cualquiera de aos de
vida, de la cual las condiciones hmimanas se hallen
La producci
rea, al través de un largo curso de in‘luencia espit
tualizadora mientras la materia nos rodea, existe ius
trada en agricultura en'la planta algodén, Cuando
lega la epoca de la cosecha, las distintas vitalidades
del sol, del are, de la terra y del tallo, eulminan en
uum capullo que abriéndose deja libre el copo que en
su interior encierra Aquella blanca, suave y delicada
produccisn es la consecuencia de ats de adherencia
al suelo, Pero la luz del sol y la luvia del cielo han
transformado particulas groseras en un delicado cope.
Y del mismo modo el hombre, largo tiempo arraigado
en Ia arcill:
les & medida que penetrindole le elevan gradualmen
te, transmutan 4 cada uno de los elementos groseros
cen su espititual equivalente, le purgan, purifican y
ennoblecen, y cuando el evolucionarie proceso esta
completo, arrancan la envoltura postrera que al alma
perfecta cubre y la dejan libre para que eoncluya para
Siempre su unién con lo material
«Cierto es, haste la evidencia, que a no ser que un
hombre nazca de nuevo, no puede ver el reino de
Dios.» Renacimiento y revida“deben preceder er
camino hasta que sus proposites se hayan realizado,
‘A la verdad, si fagsemos meras vietimas de una ley
evolutiva, si fuésemos s6lo miserables tomos con
ade una naturalera pura, rica y ete
recibe las influencias de lo alto, las cun-quienes a Naturale jugs in peda, fa perspectva
tales se encuentra lsatisfacion, anotvo abr para
Nalverne locos de desesperacin, Prola Tentfia non
Jrogura que no ebm tan tte porvni el que n08
tipera, Nos hace ver que las reencarnacones on ley
yore hombre, puesto que consiyen a ondiion
osu progren, eeu es tambinuna ly; y tambien
Ieee que puede prpararls, mejorartas disminue
las El no puede libertarse del engranj, nl podta
hacero aun euando quiera. Dotado con la fclad
de age Ia mdquina del mejor modo posible, impul
sade ¢ponern en acié, puede harmoniar aus ap
Didar int dl Supremo, yal trav de a ora
to temporal lo eterno reorer et eamino con rs
St ges comeeen uma lt! insane
tom In eeteza de que lato como lls pueden,
Geren Hegar por fin 4 aquella cafe em dowde el
daciment'y lamvere son sl ecerdon dl psd
=x
CONSTITUCION DEL HOMBRE
(aterm es Bader
El problema de los problemas, sea que lo conéide-
remos bajo el punto de vista religioso, cientifco 6 flo
s6fico, ha sido, es y serd, el hombre. El hombre, se
gin todas las religiones, procede de Dios. Tanto la
‘moderna ciencia, como la moderna filosofia, han cre
do borrar el nombre de Dlos de sus libros, sustitu
yéndolo con los. nombres de Causa Primera, Fuerza,
ete, con lo cual no han hecho mas que bajar la ca
beza 4 pesar suyo ante Algo de lo cual no pueden
rescindir.
En todas partes, en el _universo entero, encontra
‘mos la misma Trinidad misteriosa, los tres elementos
indisolubles, inseparables, Ia eterna sintesis de todo
cuanto existe. En religion, damos a esta trinidad os
nombres de Padre, Hijo y Espiritu Santo; en ciencia
84
la conocemos como Fuerza, Materia y Movimiento, y
‘en filosofia nos encontramos la Causa, el Medio y el
Efecto, Seguin todas las religiones, el hombre es la
imagen de Dios, por lo tanto, si Dios es trino y uno,
debe el hombre también ser trino y uno. “En el hom-
bre religiosamente considerado, eneontramos Espiti-
tu, Alma y Cuerpo, lo cual harmoniza perfectamente
con las tres personas de la Trinidad en las grandes
Religiones Orientales, Asi es que tenemos en la. ti:
ple manifestacién de ta Trimurti India lo siguiente:
Nara Agni Brahma. BI Padre
Nati Vaya Vishnu La Madre
Virad) Surya ‘Siva ELHijo
La primera esa trinidad oculta 6 no manifestada-
tuna pura abstraccidn, La segunda, Ia activa 6 revela
da.en los resultados de la ereaci6n, que procede de la
primera, su espiritual prototipo. Y la tercera es a
imagen desnaturalizada en forma de dogmas huma-
nos, los cuales esti sujetos 4 las variaciones que la
fantasia religioso-materialista de las distintas naciones
les somete.
En el hombre considerado cientificamente tenemos
Ja Vida, que corresponded fa Fuerza; la Sustancia, 6
materiales que le constituyen, la Materia; y el rest!
tado producido por Ia Vida sobre la Sustancia 6 ele-
mentos inorganicos, considerados per se, es lo que
Uamamos Movimiento.
Consideranclo al hombre psicoldgicamente, nos en-
contramos con sus tres facultades, Voluntad, Intel
gencia y Sensibilidad, La Voluntad corresponde 4 la
‘Causa; la Inteigencia al Medio, y es, en efecto, la In
teligencia en el hombre el Medio, el instrumento del
cual se vale el Divino Principio Volitivo durante. su
evolucidn al través de Ia materia, Finalmente, tene-
‘mos en el hombre la Sensibilidad, que corresponde
Ja Materia, : oo
He agus, pues, la divisién fundamental det hombre
en tres clementos 6 principios, sea que le considere-
‘mos bajo el punto de vista religioso, cientifeo 6 filo
séfico. Llamaremos nosotros a éstos, Cuerpo, Alma y
Espiritu, considerando al Alma como al hombre pro
Piamente dicho, que se sirve del aspeeto ilusorio de
Ja misma; cl Cuerpo, para atesorar el mayor nimero
posible de experiencias y de buenas eualidades, que
son las que conceden al Espiritu, euanco con él el
Alma se ha unido, una individualidad determinada,
sin dejar por esto de formar y de constituir parte del
Espiritu Universal
La division ternaria det hombre la encontrames 10
‘nismo en fos libros de Confucio que en las Epistolas
dle San Pablo, el gran apéstol del Cristianismo, que
en las obras de los Santos Padres, Origenes, Clemen
te de Alejandria, Athenagoras, etc, ete
Aunque es esta la divisién fundamental, presci.
ddiendo de otras divisiones del hombre en diversos ele-
‘mentos 6 principios, vamos 4 dar una ligera idea de
Ja division septenaria: findase esta para dividie al
hombre en siete principios, en los grados evolutivos
de los mismos, $0 que es lo mismo, considera al
hombre como un ser en evalucién y a esta se atiene
para analizar un individuo. Los siete principios son
los siguientes: 1." Cuerpo fisico, 2. Principio Vital
3.° Alma Phistica, 4.° Alma Animal. 3° Alma inte:
lectual. 6° Alma Espiritual. 72° Espivitu,
1, El Cuerpo Fisico. Este es el que pertenece &: = 16 —
la moderna ciencia, si bien mucho le falta para cono-
cerlo completamente. Fl inmenso adelanto de la ciru-
fa, sélo demuestra el gran atraso de la Medicina; si
‘esta conociese el cuerpo humano, la mayor parte de
las admirables operaciones quirirgicas no serfan ne-
2. El Principio Vital, que es comin 4 la Natura
leza entera, lo sentimos, pero no lo definimos.
3. Alma Plastica 6 Cuerpo Astral, también se co-
rnoce con el nombre de «doble fiidico» y otros mu-
chos: es la reproduccién etérea del cuerpo en el cual
reside, Es en muchas ocasiones la causa de las mu-
chasilusiones que se forjan los que creen ver 6 comu-
nicar con las almas de los difuntos. Es un principio
puramente material, y se desvanece 4 medida que el
‘cuerpo fisico se descompone.
4. El Alma Animal,—El principio que domina en
la presente hnumanidad, si bien como en la inmensa
‘mayoria de los casos